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El Salvador: Familia que sobrevive con un dólar al día prioriza educación de sus hijos

América Central/El Salvador/19-05-2022/Autora: Lissette Lemus/Fuente: www.elsalvador.com

Los menores están entre 25 niños que son beneficiados con un aula integrada en una ermita en el caserío Pedro Díaz, en San Francisco Morazán.

La familia de María Antonia Mena no tiene ningún ingreso económico fijo mensual. Los seis integrantes sobreviven de la venta de algunas hortalizas, huevos o gallinas indias y las tareas agrícolas que el hijo mayor de 13 años realiza cuando hay oportunidad.

María relata que el estimado de lo que logran reunir de esas actividades ronda los 30 dólares al mes, lo que debe usar de la mejor manera para que sobreviva la familia de seis integrantes.

A pesar de la falta de recursos, María hace un esfuerzo para que sus cuatro hijos vayan a la escuela, incluyendo unas gemelas de cuatro años.

Las niñas se levantan a las cinco de la mañana, para asistir al kínder que está a una hora y media caminando por un cerro, en el caserío Pedro Díaz, del cantón Sumpul Chacones, en el municipio de San Francisco Morazán, departamento de Chalatenango.

Familia
Imagen del aula integrada donde reciben clase cerca de 25 alumnos, en San Franciso Morazán.
Foto EDH/Lissette Lemus

Esa rutina de su hijo mayor sólo es interrumpida cuando le sale la oportunidad para ayudar en algún trabajo agrícola, por lo que le pagan $4 por la mañana.

“A veces solo tengo para el refrigerio de las niñas, a los más grandes les toca aguantar”, dice María.

Mientras las niñas están en la escuela María aprovecha para trabajar en la siembra de hortalizas y otros cultivos, pues su compañero de vida padece una enfermedad crónica que no le permite hacer esfuerzo físico. Los dos niños mayores de 13 y 10 años le ayudan con las tareas agrícolas.

María y su esposo no saben leer ni escribir y por eso hacen un esfuerzo para que sus hijos se superen yendo a la escuela.

“Estoy luchando para que mis niños aprendan a leer y escribir porque yo no pude ir a la escuela por el tiempo de la guerra, quisiera que lograran su bachillerato”, dice.

A partir de febrero de este año la instalación de un aula integrada en la ermita la Divina Providencia, les ha beneficiado debido a que antes, los niños mayores debían caminar, por lo menos, una hora más para llegar al centro escolar más cercano.

Un momento de diversión en el piso de tierra del centro educativo. / Foto EDH/Lissette Lemus

La maestra del aula integrada instalada en la ermita atiende a 25 alumnos. En el turno de la mañana estudian 12 niños de parvularia hasta segundo grado y por la tarde 13 de tercero a sexto.

“Yo me siento muy feliz porque comparto la alegría de la comunidad, de poder cumplir su sueño”, dice la maestra Yesenia Martínez.

La profesora explica que tener niños y niñas de diversas edades es complicado pero se las ingenia para dedicarle un espacio a cada grado.

Los estudiantes que el año pasado iban a otras escuelas ya cuentan con la computadora donada por el programa del gobierno, sin embargo, tienen el inconveniente de que en la zona no hay cobertura de internet, lo que les dificulta hacer algún trabajo en línea.

Estudiar en esos lugares remotos de Chalatenango significa un sacrificio enorme. Los alumnos que están cursando sexto grado, si desean continuar sus estudios el próximo año, deben viajar por lo menos una hora más para llegar al centro escolar próximo donde imparten hasta noveno grado.

Que estos alumnos puedan llegar al bachillerato, depende que sus padres tengan la capacidad económica para que sus hijos se puedan mudar a los municipios cercanos.

Después de sexto grado se nos complica porque no hay un lugar cercano donde puedan sacar el bachillerato, se deben ir a San Fernando, Dulce Nombre de María o San Francisco Morazán, pero por lo económico se nos dificulta para estar pagando una “posada” o un hospedaje”, explica Ismael Cardoza, padre de cuatro estudiantes.

La meta de la comunidad es construir una escuela para que los alumnos del aula integrada de la ermita tengan un espacio adecuado.

Para ese proyecto ya cuentan con un terreno donado por un residente, por el momento la organización Comunidades de Fe Organizadas en Acción les está asesorando para realizar todos los trámites legales necesarios para lograr ese sueño.

Fuente: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/familia-bajos-recursos-prioriza-educacion-hijos/955608/2022/

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Tiempo y aprendizaje escolar

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

El director de una de las escuelas que siempre quedaba entre las 10 mejores escuelas en las Pruebas Nacionales de 8º me respondió a mi cuestionamiento de la manera siguiente: “En Mi Escuela, No Tenemos Tiempo Para Perder el Tiempo”.

Es frecuente en educación encontrarse con concepciones lineales acerca de los logros de aprendizaje y los factores con los cuales se asocian o relacionan. Es una lógica que nos viene al pretender aplicar en las ciencias sociales una racionalidad propia de las ciencias naturales y, que incluso hoy, no se sostiene en todos los ámbitos de ésta. Es decir, muchas de nuestras políticas parten del supuesto de que, si hacemos tal cosa, obtendremos tal otra. Esa suerte de causalidad la andamos buscando desde hace ya mucho tiempo, pues resultaría muy efectivo, por adelantado que, si B es una condición de A, bastaría con cambiar A. O lo que es lo mismo, si A, entonces B.

En educación contamos con bastantes evidencias acerca de lo que saben o dominan nuestros estudiantes de un conjunto de contenidos. Las evaluaciones realizadas desde el MINERD dan cuenta de ello. Las Pruebas Nacionales como las evaluaciones diagnósticas proporcionan información importante acerca de estos resultados; así mismo, los estudios PISA, ICCS, como los ERCE. El primero es el Programa de Evaluación de Estudiantes organizado por la OCDE; el segundo el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadanía, llevado a cabo por la IEA (Asociación Internacional para la Evaluación de los Aprendizajes); el último, el Estudio Regional de Comparativo y Explicativo, organizado y coordinado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa-LLECE.

Todos esos estudios ofrecen evidencias acerca de lo que saben o no, o si se tienen o no desarrolladas determinadas competencias. La riqueza, en ese sentido, es encomiable. En sentido general, y en cada uno de estos estudios afloran “factores asociados” a los aprendizajes. Por ejemplo, sabemos que la variable relativa al nivel socioeconómico de la familia de los estudiantes es posiblemente la mejor predictora de los aprendizajes. Sin embargo, hurgando a profundidad en los datos encontramos reiteradamente que hay escuelas y, por supuesto, estudiantes de los niveles económicos más bajos con logros de aprendizajes iguales o superiores a los del nivel socioeconómico más alto. Eso fue evidentísimo en las PISA 2019, cuando un 12% de los estudiantes del quintil uno (más pobre) mostró logros superiores a los del quintil cinco (más rico), contrario a toda predicción. A esos estudiantes PISA los llamó, “estudiantes resilientes”. Algo ocurre en esas escuelas, en esos estudiantes y, muy probablemente, en dichas familias y comunidades, que es capaz de dirigir la diagonal en un sentido distinto al esperado. Hace ya bastante tiempo, que el director de una de las escuelas que siempre quedaba entre las 10 mejores escuelas en las Pruebas Nacionales de 8º me respondió a mi cuestionamiento de la manera siguiente: “EMEscuela, NTenemos Tiempo Para Perder el Tiempo”.

Una respuesta simple, que denota el compromiso asumido por la comunidad en esa escuela por colocar los intereses de los estudiantes por encima de cualquier otro.

Por supuesto, y fue lo que el director de esa escuela rural y aislada no me dijo entonces, pero que me explicó una estudiante en mi clase de Metodología de la Investigación Psicológica en INTEC, siendo ella una de las estudiantes sobresaliente becada por la Institución: “Yo se lo puedo explicar porque yo vengo de esa escuela”. Y lo dijo con un orgullo y un convencimiento que a todos en el curso sorprendió. “Iniciamos la clase a las 7 de la mañana todos los días, no importa que esté lloviendo. Como es una comunidad pequeña, hay una relación muy directa entre los profesores y las familias, y así ellos van monitoreando si dedicamos tiempo para el estudio. En la escuela disfrutamos mucho, pues los profesores son muy buenos y nos tratan bien, y un largo etcétera”. Todo ese conjunto de cosas, en sus múltiples vínculos y relaciones, apuesta a los aprendizajes. No es solo un factor: el maestro, el director, el tiempo… es la manera como esos factores se vinculan y lo que ellos generan en el corazón y la cabecita de esos niños y jóvenes.

EDUCA, hace ya un tiempo, puso de relieve en más de una ocasión, que en nuestras escuelas no se cumplía ni con el horario ni el calendario escolar. Es más, se hablaba de que en promedio los estudiantes estaban expuestos a no más de dos horas y media de clase. Es decir, que un estudiante que había terminado el 6º de primaria, en promedio, había recibido un tiempo de clase no mayor de un 3º de primaria. Por supuesto, esto levantó de su asiento a los funcionarios y técnicos del ministerio. Se postuló incluso aquella política nacional de 1000×1000, que llenó pancartas, anuncios de radio y televisión, murales, en fin, el slogan prendió. Pero, como son y han sido las cosas en la educación dominicana, y no parece que hayan cambiado mucho, las paralizaciones de la docencia, el incumplimiento del horario y el calendario siguió siendo un tema que no cambiaba. Siempre ha habido y habrá “una razón justa” para detener los procesos de enseñanza y aprendizaje en nuestras escuelas. Y, por supuesto, siempre se programarán operativos de recuperación de clases, bajo la ingenuidad de que una hora perdida con una hora recuperada más tarde, podrá subsanar el impacto negativo en los aprendizajes escolares. Sabemos, por la evidencia científica, que eso no es así, que de esa manera no funcionan los procesos que tienen que ver con los aprendizajes escolares.

El tiempo siempre será la dimensión en que las cosas acontecen; lo mismo que el espacio. Espacio y tiempo son condiciones esenciales del desarrollo de la vida y, por supuesto, de los procesos de enseñanza y aprendizaje en las escuelas. ¿Pero es el tiempo o la calidad de su uso? ¿Será el espacio por sí solo o las características y cualidades con que lo adornamos, en el buen sentido, en ese hermoso proceso que es enseñar y aprender?

En el ámbito de las neurociencias cognitivas, cada vez está más claro, que cuando se producen aprendizajes nuevas conexiones neuronales se están organizando y estructurando, y ello así para un buen como un “mal aprendizaje”, es decir, “un aprendizaje inadecuado” – que por supuesto es muy común- solo que tomará más tiempo y mayores esfuerzos eliminar este último. Por ejemplo, si él o la estudiante no aprende que, para realizar una operación aritmética simple de sumar dos números, tiene que cerciorarse que las unidades van debajo de las unidades, lo mismo que las decenas y las centenas, y de no hacerlo así, corre el riesgo de obtener un resultado equivocado, que se repetirá siempre.

Hace ya varios años, en un estudio que hiciéramos la Universidad de Albany del Estado de Nueva York, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, en el cual, entre otras cosas, se midió el dominio de varios contenidos en aritmética y comprensión lectora en los estudiantes de 200 centros educativos elegidos al azar y que debían haber sido aprendidos en el 4º de primaria; la evidencia, que aún en el 7º, esos mismos estudiantes presentaban un bajo dominio de los mismos. Es decir, pasados cuatro años, estos estudiantes habían “bien aprendido” muy poco, reproduciéndose los mismos errores años tras años. Eran centros públicos y privados, rurales y urbanos. ¿Era un problema del tiempo? La evidencia apuntaba hacia un uso inadecuado del tiempo de enseñanza en el aula. Miles de fotos que fueron tomadas a los cuadernos de los estudiantes, además de que era casi imposible encontrar una estructura lógica de los procesos de enseñanza tomados por los estudiantes, ponían en evidencias muchos de estos errores sin corregir. ¿Qué se puede esperar de una situación con esas características?

El currículo termina siendo no lo que pretende el ministerio en sus documentos, como tampoco lo que logra entender y aprender el maestro, sino lo que el estudiante llega a procesar y comprender correctamente.

No me cabe la menor duda de que el cumplimiento del horario y el calendario escolar es una cuestión importante, que de no cumplirse pone en entredicho la necesidad incluso de la escuela misma. ¿Para qué construir y mantener edificaciones? ¿Para qué adquirir y disponer en las escuelas de materiales didácticos, computadoras, laboratorios y otros tantos artefactos, si estos no se van a emplear a su máxima posibilidad y con la calidad necesaria?

Esta cruda realidad de lo que ocurre en muchas de nuestras escuelas es lo que justifica que, para poder ingresar a un aula como profesional de la educación, los aspirantes no solo deben contar con una certificación de estudios universitarios, sino que tienen que mostrar un alto nivel de dominio de los conocimientos y competencias necesarios para una enseñanza de alta calidad. De seguir el camino, que en los últimos meses se ha estado ventilando por los medios de comunicación respecto a los procesos del concurso docente, estaremos proporcionándole a la educación un golpe muy duro que, en varios años, se manifestará con logros de aprendizaje más bajos que los que hoy muestran en las evaluaciones nacionales e internacionales nuestros estudiantes en los diferentes grados y niveles. Esperar otros resultados, es algo más que ingenuidad.

Hay un derecho que preservar y que está por encima de los demás, y es el que tiene todo niño, niña, joven adolescentes y adultos, según nuestra Constitución, de recibir una educación de calidad.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/tiempo-y-aprendizaje-escolar-9058722.html

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La educación durante y después de la pandemia

Por: Emilio Vargas Santiago

El “impacto de la crisis provocada por la COVID19 en la educación no tiene precedentes. Ha retrasado el logro de los objetivos internacionales en materia de educación y ha afectado de manera desproporcionada a los más pobres y vulnerables.

En esta entrega se exponen algunas ideas del contenido de dos importantes informes. El primero plantea recomendaciones sobre la educación durante y después de la pandemia de COVID-19. El segundo pretende visibilizar las consecuencias de las medidas en las comunidades educativas, planteando recomendaciones para sobrellevar su impacto para el aprendizaje y la innovación en la educación posterior a la pandemia en Latinoamérica. Por último, se ponen a disposición de los lectores los textos completos.

Informe de políticas: La educación durante la COVID-19 y después de ella. Este Informe fue publicado en agosto de 2020 y parte de que: “Antes de la pandemia, el mundo se enfrentaba ya a ingentes desafíos para cumplir la promesa de lograr que la educación fuera un derecho humano básico”. Pero, reconoce la matriculación casi universal en los primeros grados en la mayoría de los países y “de acuerdo con cifras disponibles de la UNESCO respecto a 25 países de la región [latinoamericana], de no ser por la pandemia el gasto educativo habría aumentado un 3,6% de 2019 a 2020”.

Entre los desafíos a enfrentar están más de 250 millones de niños sin escolarizar y unos 800 millones de adultos son analfabetos. Otros datos reveladores de las deficiencias acumuladas se refieren a que para los alumnos escolarizados el aprendizaje no estaba garantizado, ya que se calculaba en todo el mundo que había unos 387 millones de niños en edad escolar de primaria (56%) que carecían de aptitudes básicas de lectura, de modo que la financiación de la educación era un problema abrumador antes de la COVID-19. Además, se espera que un número elevado de estudiantes no vuelvan a las aulas, pues al menos 1.2 millones de niños y adolescentes podrían quedar excluidos de sus sistemas educativos en América Latina y el Caribe, sumándose a los 7.7 millones que no asistían regularmente a la escuela antes de la crisis sanitaria (Viteri et al, 2021).

Este Informe indica que la pandemia afectó a casi 1,600 millones de alumnos en más de 190 países en todos los continentes, equivalente al 94 % de los estudiantes de todo el mundo, cifra que asciende al 99 % en países de ingreso bajo y mediano bajo. De ellos, más de 160 millones eran estudiantes de América Latina y el Caribe. Además, solo a consecuencia de sus repercusiones económicas, alrededor de 23.8 millones de niños y jóvenes de nivel preescolar y postsecundario, respectivamente, podrían abandonar la escuela o no tener acceso a ella en años siguientes. Pero también, la interrupción de la educación ha tenido y seguirá teniendo efectos en otros ámbitos, como  la capacidad de trabajar de muchos padres y aumentar los riesgos de violencia contra mujeres y niñas.

Este Informe pretende mitigar las consecuencias potencialmente devastadoras de la pandemia, y alienta a los Gobiernos y otros interesados a llevar a la práctica las siguientes respuestas en materia de políticas, destinadas a:

    1. Proteger la financiación de la educación y coordinarse para lograr resultados, a fin de fortalecer la movilización de recursos internos para abordar las ineficiencias.
    2. Fortalecer la resiliencia de los sistemas educativos para lograr un desarrollo equitativo y sostenible, haciendo hincapié en la equidad y la inclusión, reforzando las capacidades para gestionar el riesgo en todos los niveles y asegurando una coordinación y un liderazgo robustos.
    3. Repensar la educación y acelerar el cambio positivo en la enseñanza y el aprendizaje, centrándose en responder a las pérdidas de aprendizaje y prevenir el abandono escolar de los grupos marginados; apoyar la profesión docente y la preparación del profesorado; ampliar la definición del derecho a la educación para incluir la conectividad y reforzar los datos y el seguimiento del aprendizaje.

Informe CEPAL-UNESCO: La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19. Este Informe pretende visibilizar las diversas consecuencias que provocaron las medidas en las comunidades educativas, así como plantear recomendaciones para sobrellevar su impacto proyectando oportunidades para el aprendizaje y la innovación en la educación, posterior a la pandemia en América Latina y el Caribe. Se publicó en agosto de 2020.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reconoce que antes de la pandemia, la situación social en la región se estaba deteriorando, por el aumento de los índices de pobreza y de pobreza extrema, las desigualdades y un creciente descontento de la población. De manera que la crisis tendría  efectos negativos en los distintos sectores sociales, particularmente en la salud, la educación el empleo y la evolución de la pobreza.

En el ámbito educativo, la información recolectada sobre los 33 países de América Latina y el Caribe hasta el 7 de julio de 2020 permite constatar quegran parte de las medidas que adoptaron estos países ante la crisis, se relacionan con la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles, lo que dio origen a tres campos de acción: el despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y plataformas con o sin uso de tecnología; el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas, y la atención a la salud y el bienestar integral de los estudiantes.

Este Informe, preparado por la CEPAL y la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), alerta a la comunidad internacional acerca del incremento de las brechas existentes producto de la pandemia, tanto en el acceso como en la  equidad y calidad, afectando especialmente a los más vulnerables. Asimismo, plantea que la interrupción del ciclo escolar debe convertirse en una oportunidad en materia de adaptación e innovación de los sistemas de enseñanza, lo que puede significar enormes avances, pero también puede implicar una acentuación de las brechas educativas preexistentes en la región entre los estudiantes más vulnerable y los más aventajados en resultados de aprendizaje y otros indicadores educativos, como el progreso y la permanencia en la escuela.

Otro aspecto importante que resalta, se refiere a la contracción de la actividad económica que se proyecta para la región, que “llama a poner urgente atención en la necesidad de salvaguardar el financiamiento como una prioridad fundamental para proteger a los sistemas educativos nacionales de la exacerbación de las desigualdades en el acceso a la educación y la crisis de aprendizaje”.

Entre las medidas y desafíos regionales, el Informe señala que las respuestas nacionales en materia de educación permitieron detectar desafíos prioritarios a la hora de implementar medidas para proyectar la continuidad, la equidad y la inclusión educativas durante la suspensión de las clases presenciales y en los procesos de reapertura de los centros educativos. Y que los retos en equidad e inclusión deben centrarse en los grupos poblacionales más vulnerables y marginados. Y llama a atender especialmente el riesgo de abandono escolar de los grupos más vulnerables a los efectos de la pandemia y la consecuente crisis sanitaria, social y económica.

Además, la pandemia puso en evidencia la deuda en inclusión digital y señala que la desigualdad en el acceso a oportunidades educativas por la vía digital, aumentó las brechas preexistentes en el acceso a la información y el conocimiento, por tanto, el proceso de aprendizaje que se impulsó a través de la educación a distancia dificultó la socialización y la inclusión en general. En cuanto a la calidad y pertinencia, la mejora de los contenidos de los programas de estudios debe centrarse en  la  salud y el bienestar, así como en el apoyo especializado al personal docente, asegurando condiciones contractuales y laborales adecuadas, la formación docente para la educación a distancia y el retorno a clases, y el apoyo socioemocional para trabajar con los estudiantes y sus familias. Se deben reformar tanto la formación inicial como la formación en el empleo destinadas a docentes para capacitarlos mejor en nuevos métodos de enseñanza.

El documento plantea que las respuestas aplicadas en los distintos países muestran que existen iniciativas innovadoras y prácticas prometedoras, así como importantes avances en tiempo récord, para intentar garantizar la continuidad del aprendizaje. Sin embargo, repensar la educación, sus propósitos y formatos, se vuelve esencial. Por eso, llama a replantear los contenidos y la organización del aprendizaje de cara a las lecciones que deja la pandemia. Estos contenidos deben preparar a los estudiantes para comprender la realidad y actuar de manera solidaria y responsable, y formatos que respondan a la diversidad y a la incertidumbre, más allá de los tiempos de crisis. También plantea que “esta crisis ofrece una oportunidad sin precedentes para aumentar la capacidad de recuperación de los sistemas educativos nacionales y transformarlos en sistemas equitativos e inclusivos que contribuyan al cumplimiento del compromiso colectivo asumido en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos los países de la región están desigualmente preparados para enfrentar esta crisis aprovechando la digitalización, porque aún persisten brechas considerables en el acceso efectivo al mundo digital, lo que tiene profundas implicaciones en las oportunidades y la participación de las nuevas generaciones. “El acceso a conexión a Internet es bastante más extendido y, con la excepción de México y Panamá, las brechas por nivel socioeconómico y cultural son menores”, aunque  “no es suficiente tener acceso a Internet, porque no todas las modalidades ofrecen las mismas oportunidades de uso y aprovechamiento, ya que estas también dependen en gran medida de la calidad de la conexión y el tipo de dispositivo”. De ahí que es central que las políticas de promoción de un acceso más igualitario a la tecnología comiencen por reconocer las “diferentes dimensiones que estructuran las desigualdades sociales en la región y trabajar intencionalmente para revertirlas”.

Según este Informe, el profesorado que cuente con competencias para usar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en su práctica profesional, dispone de mejores elementos para brindar una educación de calidad y para guiar eficazmente el desarrollo de las competencias del alumnado en materia de TIC. Pero, aún son pocas las instituciones que han transformado sus procesos de formación docente inicial, a fin de preparar a las futuras generaciones de docentes en lo referente a las competencias necesarias para la educación del siglo XXI.

Este Informe concluye, entre otros aspectos,  expresando que el “impacto de la crisis provocada por la COVID19 en la educación no tiene precedentes. Ha retrasado el logro de los objetivos internacionales en materia de educación y ha afectado de manera desproporcionada a los más pobres y vulnerables. Sin embargo, la comunidad educativa se ha mostrado resiliente y ha sentado las bases para la recuperación”

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-educacion-durante-y-despues-de-la-pandemia-9036182.html

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Argentina: Docente corrió al ladrón que le robó, lo atrapó y descubrió que había sido su alumno

América del Sur/Argentina/11-03-2022/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

«Sentí mucha tristeza», dijo el hombre.

La inseguridad no da tregua a los tucumanos. Todos los días es noticia un nuevo hecho de inseguridad en diferentes localidades de la provincia. Pero en este caso se trata de un hecho diferente, y que afecta la sensibilidad de muchos.

Julio Ferreri venía de hacer unos trámites cuando dos jóvenes lo interceptaron para asaltarlo a punta de pistola. Le pidieron el celular y la mochila. Ante la negativa del profesor, le gatillaron dos veces “pero claramente la pistola no estaba funcionando”; explicó Julio.

“Comencé a perseguirlos, y los vecinos me intentaron ayudar, hasta que entramos por un pasaje. Cuando lo agarramos me dijo ´no me haga nada profe´ y me tiró el celular.

“Nosotros escuchamos mucho a nuestros alumnos. Él reconoció o reconoce que algún cariño teníamos y sin juzgarlo, producto de una sociedad de consumo, siento que él es una víctima más de lo que pasa. Sumado que el consumo está naturalizado en nuestra sociedad. La primera droga legal es el alcohol. Es un trabajo bastante amplio que no solo el Estado y la escuela es suficiente, tienen que estar comprometido toda la sociedad, inclusive los medios de comunicación”; explicó Julio.

En relación al sentimiento que le dejó, el profesor expresó: “Sentí mucha tristeza y dolor. Nosotros conocemos a los jóvenes de niños, cuando entran a la secundaria. Pensamos que ellos lo hacen porque son llevados por una situación muy compleja”; agregó Julio.

Por último, esta situación solo reforzó las ganas de este profesor de trabajar para revertir el futuro de los jóvenes en la provincia: “Me quedan las ganas de seguir trabajando en esta problemática y que no se estigmatice a los jóvenes que por situaciones vulnerables llegan a esta situación. No conozco ningún programa que hable de adicciones, ni por parte de medios de comunicación, empresas privadas, y el Estado”; cerró advirtiendo.

Fuente: Telefé Noticias

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/policiales/Docente-corrio-al-ladron-que-le-robo-lo-atrapo-y-descubrio-que-habia-sido-su-alumno-20220308-0015.html

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Abordando las consecuencias a largo plazo del aprendizaje inconcluso

Por:

Alumnos de primaria y secundaria están atrasados en matemáticas y en lectura. ¿Qué acciones se pueden tomar para ayudar a que se recuperen?

Como escribimos la semana pasada, los efectos de la pandemia con el aprendizaje inconcluso y el absentismo crónico pueden afectar a largo plazo a una generación entera de estudiantes. Una buena educación está relacionada no solo a mayores ingresos sino también a una mejor salud, menor tasa de encarcelamiento y una mejor participación política. Mckinsey estima que el aprendizaje inconcluso relacionado con los estragos del COVID-19 podría reducir los ingresos de por vida para los estudiantes de primaria y secundaria por un promedio de $49,000 a $61,000 USD. La economía también corre peligro porque si bajan los niveles de educación y los ingresos, habrá menos innovación y menos productividad económica. Para el 2040 que la mayoría de los niños estén en la fuerza laboral, los autores estiman una posible pérdida anual del PIB de Estados Unidos de unos $128 mil millones a $188 mil millones de dólares.

Para abordar el aprendizaje inconcluso y demás problemáticas educativas provocadas por la pandemia, líderes educativos en Estados Unidos crearon el Consejo de Oficiales Principales de Escuelas Estatales (CCSSO por sus siglas en inglés). Esta coalición busca promover el éxito de los estudiantes, resaltando las prioridades que se necesitan para lograrlo con el uso eficaz y efectivo de los fondos federales.

Esas prioridades se resumen en cuatro acciones: reabrir las escuelas, reincorporar a los estudiantes, apoyar a los estudiantes en la recuperación del aprendizaje inconcluso y reimaginar los sistemas educativos a largo plazo. Para los expertos, para que se lleven a cabo de manera exitosa estas acciones, es importante que se involucre el gobierno y que comprendan las necesidades cambiantes de los padres y estudiantes a medida de que avanza y se termina la pandemia, y que se comprometan con ellos para ayudar a los alumnos a aprender y prosperar. Mckinsey encuestó a más de 16 mil madres y padres sobre estas necesidades y su perspectiva, y mencionan qué pueden hacer los estados y distritos escolares para adaptarse y satisfacerlas.

1. Reabrir escuelas de forma segura para el aprendizaje en persona

La mayoría de los distritos escolares de todo Estados Unidos emplean estrategias de mitigación del COVID-19 como campañas de vacunación para el personal y los estudiantes. Además de proporcionar pruebas del coronavirus, mascarillas obligatorias y actualización de sus infraestructuras para abrir sus puertas y ofrecer clases en persona todos los días.

Un análisis del año pasado sobre si es seguro o no reabrir las escuelas con los protocolos correctos implementados sugiere que sí es recomendable hacerlo, sin embargo, los padres entrevistados siguen preocupados por la seguridad en las escuelas y un tercio está extremadamente preocupados por la amenaza del COVID-19 para la salud de sus hijos. Para ellos, los distritos debieron invertir en las medidas de salud y seguridad desde el regreso a clases en otoño.

2. Reincorporar a los estudiantes

El reabrir las instituciones es un gran desafío, sin embargo, aún más desafiante puede ser alentar a los alumnos a regresar. Más allá que algunos estudiantes abandonaron sus estudios por completo o les da miedo exponerse y contagiarse, la encuesta sugiere que el 24 % de los padres aún no están convencidos de mandar a sus hijos a clases presenciales, en caso de las comunidades negras, eso se eleva al 34 %.

En una nota positiva, solo el 4 % de los padres y el 6 % de los padres afroamericanos contestaron que definitivamente no mandarían a sus hijos a la escuela. Para estas familias que permanecen tomando clases virtuales, las escuelas deben buscar continuamente cómo mejorar sus modelos de aprendizaje en línea, buscando corregir errores que han cometido anteriormente.

A las familias que aún están indecisas, el gobierno debe comprender sus necesidades y brindar opciones de aprendizaje que sean efectivas para sus hijos. La principal preocupación es la seguridad, sin embargo, otra razón es que consideran que el aprendizaje a distancia ha sido un mejor entorno de aprendizaje para sus hijos, incluso considerando que han mejorado la salud social, emocional y mental de sus hijos aprendiendo desde casa. Aún así, para muchos el aprendizaje remoto le falló a muchos otros.

Además de comprender las necesidades de los padres, los distritos deben acercarse a las familias para conocer sus preocupaciones sobre el entorno de aprendizaje y abordar las causas por las cuales no regresan los niños a la escuela. Es posible que el gobierno necesite una amplia gama de tácticas, desde campañas de asistencia y alcance, hasta incentivos para los estudiantes para brindar servicios que las familias necesitan, como transporte y cuidado de los niños. Además, se debe hacer un mayor esfuerzo por descubrir qué estudiantes están en riesgo y necesitan intervenciones específicas.

En Chicago, EE. UU., por ejemplo, en asociación con la Universidad de Chicago, han desarrollado un índice de priorización de estudiantes (SPI), para identificar a los alumnos con mayor riesgo de aprendizaje inconcluso. El índice se basa en una combinación de insumos de vulnerabilidad académica, asistencial, socioemocional y comunitaria. El distrito se acercará a los estudiantes más vulnerables con apoyo adicional mientras que las escuelas se asocian con organizaciones comunitarias para realizar visitas domiciliarias. Al final del año escolar, el gobierno monitorea y rastrea los resultados para ver qué tácticas funcionan y cómo mejorar.

3. Apoyar a los estudiantes en la recuperación del aprendizaje inconcluso y en necesidades más amplias

Incluso si los estudiantes regresan y cuentan con entornos de aprendizaje efectivos, muchos estarán atrasados académicamente, lo que puede provocar que se les complique regresar al aprendizaje tradicional. El gobierno debe crear estrategias para apoyarlos mientras los alumnos se esfuerzan por recuperarse del aprendizaje inconcluso, resuelven sus problemas de salud mental y reintegración social. Sin embargo, por más planes y soluciones que presenten los distritos, de nada sirve si los padres no asisten a los programas de apoyo o a las pláticas, por lo que es vital que ellos también pongan de su parte.

Según la encuesta de Mckinsey, los padres subestiman el aprendizaje inconcluso causado por la pandemia. El 40 % respondieron que su hijo está bien encaminado y el 16 % dijo que su hijo está progresando más rápido que en el entorno tradicional. Sólo el 14 % cree que su hijo se ha retrasado significativamente.

Incluso si los programas son gratuitos, es posible que muchos padres no los aprovechen porque no lo ven necesario. Solo alrededor de una cuarta parte dijo que es muy probable que escriban a sus hijos en programas de tutoría, después de la escuela o en la escuela de verano, por ejemplo. Casi el 40 % respondió que es más probable que inscriban a sus hijos en programas de enriquecimiento como arte o música, por lo que los distritos y las escuelas deben considerar la importancia de no sólo ofrecer programas efectivos, pero hacerlos atractivos.

En Rhode Island, EE. UU., por ejemplo, las escuelas durante sus clases de verano combinan lecciones de matemáticas y lectura con actividades divertidas proporcionadas por asociaciones comunitarias. Las actividades de enriquecimiento como cocina italiana, deportes, o de navegación, logran persuadir a los estudiantes a participar. Para ellos, el fomentar la unión de la comunidad con asociaciones y las escuelas crea un enfoque dual en lo académico, creando un fuerte enfoque en las relaciones y el apoyo socioemocional.

4. Reimaginar el sistema educativo a largo plazo

Las brechas de oportunidades siempre han existido, sin embargo, a medida que las escuelas se recuperan de la pandemia, los distritos deben comprometerse en brindar una educación excelente a todos. Un posible punto de partida para CCSSO es redoblar los esfuerzos para proporcionar un plan de estudios atractivo y de alta calidad con educadores diversos y efectivos en cada aula, respaldados por evaluaciones para informar cómo van y cómo mejorar.

Además, los distritos escolares deben considerar reinventar otros aspectos del sistema. Los padres también deben estar abiertos a modelos no tradicionales. El 33 % de los encuestados contestaron que, incluso cuando la pandemia haya terminado, lo ideal para su hijo sería algo más que cinco días a la semana en una escuela tradicional. Cada vez más familias consideran modelos híbridos, aprendizaje remoto, educación en el hogar o centros de aprendizaje a largo plazo. Aunque se reabren por completo las escuelas, para ellos, se necesita el uso de las nuevas tecnologías para apoyar la enseñanza.

Las Escuelas Públicas del Condado de Edgecombe en Carolina del Norte, por ejemplo, usan centros de aprendizaje para atender las necesidades de los estudiantes. Para los alumnos de primaria y secundaria, ofrecen actividades de enriquecimiento que incluirán proyectos basados en intereses en ciencias y estudios sociales; para los de preparatoria, las actividades incluyen exponer sus pasiones e intereses a través de proyectos específicos de artes del lenguaje y estudios sociales u obtener experiencia laboral, ya sea remunerada o voluntaria. El gobierno aprovecha las asociaciones comunitarias para realizar estas actividades.

Por otro lado, Dallas, Texas, está reconsiderando el año escolar tradicional, recabando opiniones de las familias, los educadores y el personal escolar para garantizar que las comunidades estén preparadas para los desafíos que puedan presentarse. Más de 40 escuelas han optado por agregar cinco semanas de intercesión adicionales al año escolar para brindar actividades académicas y de enriquecimiento específicas.

Aunque es imposible saber si estos experimentos tendrán éxito y los distritos escolares deben monitorear de cerca cada estado para asegurar que triunfen e ir mejorando cualquier falla. Sin embargo, la pandemia ha demostrado que algunas de las innovaciones nacidas por necesidad satisfacían mejor las necesidades de algunas familias. La experimentación continua y el ajuste fino podrían unir lo mejor de los enfoques tradicionales y nuevos.

Debido a que los desafíos están arraigados en el sistema escolar desde antes de la pandemia y han resistido muchos esfuerzos para reformarse. Aun así, los distritos y las escuelas pueden garantizar la implementación de iniciativas basadas en evidencia, al mismo tiempo que realizan pruebas piloto y hacen seguimiento de los nuevos enfoques innovadores.

Aunque es demasiado pronto para evaluar completamente la efectividad de las soluciones pre pandémicas para el aprendizaje inconcluso, es necesario no sólo reabrir las escuelas y recuperar el aprendizaje inacabado, sino también reinventar los sistemas educativos a largo plazo. Para Mckinsey, la mejor opción es adoptar un enfoque holístico basado en las opiniones y preocupaciones de los estudiantes y sus padres para poder diseñar programas que satisfagan las necesidades académicas y no académicas por igual.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/abordando-las-consecuencias-del-aprendizaje-inconcluso

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Argentina: Armaron una movida solidaria para ayudar a los alumnos de dos escuelas de 25 de Mayo

América del Sur/Argentina/18-02-2022/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Es un grupo independiente que recolecta útiles, ropa y calzado para los chicos más necesitados.

A menos de un mes para el inicio del ciclo lectivo 2022, un grupo de personas armó una movida solidaria para ayudar a los chicos más necesitados que asisten a dos escuelas de 25 de Mayo y que no pueden acceder a ciertos elementos para poder asistir a clases.

El Grupo Isa, que el año previo al comienzo de la pandemia regaló unas 100 bicicletas a los niños para que no caminen tantos kilómetros para llegar a la escuela, está recolectando útiles, ropa, guardapolvos y hasta calzado para los alumnos de las escuelas Pedro Valenzuela y Ramón Barrera.

Para colaborar hay tiempo hasta el 25 de febrero, contactándose a los siguientes teléfonos: 2644474740 o al 2646717393.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Armaron-una-movida-solidaria-para-ayudar-a-los-alumnos-de-dos-escuelas-de-25-de-Mayo-20220215-0036.html

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Manuel Azuaga: “Si trasladamos a la vida la toma de decisiones del ajedrez, estamos formando personas más responsables”

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  • Un tablero de ajedrez como metáfora de la vida. Pausa y reflexión antes de tomar decisiones que condicionan el futuro: de la partida, de nuestra existencia. Y una capacidad creciente a la hora de asumir, sin excusas, responsabilidad sobre nuestros errores. De las muchas bondades pedagógicas del ajedrez (mejora del pensamiento estratégico, aumento de la concentración…), Manuel Azuaga se queda con aquella que más ayuda al alumno a ser dueño de su destino.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Málaga, Manuel Azuaga no se cansa de difundir a los cuatro vientos las múltiples enseñanzas que condensa el milenario juego del ajedrez. También disfruta narrando las incontables anécdotas históricas y literarias que ha protagonizado el tablero y sus jugadores más insignes: una mina inagotable para la transversalidad. Colabora en periódicos, tiene un programa de radio y el pasado año publicó Cuentos, jaques y leyendas (Editorial Renacimiento). En su vertiente puramente educativa, Azuaga coordina el proyecto aulaDjaque (financiado por la Junta de Andalucía), con el que ha logrado colar, como nuevas compañeras, a las blancas y negras en pleno horario lectivo. También es fundador de la asociación Ajedrez Social de Andalucía, volcada en colectivos desfavorecidos.

Hay algo de revolucionario, contracorriente al menos, en promover el ajedrez entre las nuevas generaciones, tan acostumbradas al vértigo digital.

Sí, el famoso elogio de la lentitud en un mundo hiper-rápido, tan exigente con los tiempos. Nosotros llegamos con un jueguito que pide precisamente lo contrario: pausa, análisis sosegado. El mismo hecho de introducir un elemento lúdico en horario lectivo propicia una transformación disruptiva, vincula a los chicos y chicas de una manera distinta. Suele suceder que, con el ajedrez, esos alumnos etiquetados como inquietos o hiperactivos cambian de etiqueta. Se genera un espacio de calma en el que ese alumno mira a los ojos a su compañero —algo que ocurre muy rara vez en clase— y puede poner en práctica sus habilidades ocultas.

En el TDAH, quizá sobrediagnosticado, la A corresponde a atención. Con su demanda de alta concentración, el ajedrez obliga a una atención plena que, supongo, permite canalizar energías dispersas.

El psiquiatra infantil Hilario Blasco Fontecilla lo utiliza específicamente con chavales diagnosticados con TDAH leve o moderado. Tiene un tablero en su consulta y lo prueba antes de pasar a otras opciones terapeúticas, incluidas las farmacológicas. Hay veces en que lo único que necesita el alumno es un entorno agradable y un elemento para fluir.

Para el grueso de los alumnos no debe de ser fácil engancharse al tablero, con su sencillez, ante esa maraña de estímulos de recompensa inmediata en la que están inmersos. ¿Notas que cada vez resulta más difícil?

Al contrario. Llevo unos 12 años dedicándome al ajedrez educativo y mi impresión es que cada vez es más fácil. El fenómeno ajedrecístico va a más entre los chavales, favorecido por series como Gambito de Dama y por las facilidades para seguir desde casa un campeonato del mundo, con comentarios en directo de influencers como Rey Enigma [quien oculta su identidad apareciendo siempre con un traje elástico, estampado con cuadrados blancos y negros, que le cubre todo el cuerpo]. Hace una década, era un poco peregrinar en el desierto de las bondades educativas. Ahora, muchas veces no hay ni que convencer con este tipo de argumentos: los chavales quieren ser Beth Harmon [protagonista de Gambito de Gama] o Rey Enigma.

¿Hay mucha diferencia entre el ajedrez analógico y online? Por aquello de la mal llamada multitarea y las mil tentaciones para desconcentrarse, sobre todo cuando el turno es del otro…

Lo importante es que, si quiere, el chaval ahora puede jugar desde cualquier plataforma (hay muchas y muy buenas) una vez que hemos logrado motivarle con una o dos horas semanales en clase. En mi época, tenías que buscarte el club del barrio o la delegación local. La capacidad de anticiparse al otro, el pensamiento estratégico… Todo es igual en el ajedrez presencial y online. ¿Qué cambia? La tensión, esa energía física insustituible. A veces, nos intimida la sola presencia del otro, en especial si está por encima de nosotros en el ranking. Hay grandes maestros que no saben gestionar esas emociones.

Dices con frecuencia que el ajedrez nos enseña a lidiar con nuestras emociones ante la presión del tiempo. Ese reloj al lado del tablero que, ante la infinidad de jugadas, nos recuerda que, en algún momento, tendremos que mover pieza.

Poco a poco voy afinando mi respuesta a la pregunta sobre las bondades educativas de la práctica frecuente. En los últimos tiempos, destaco por encima de todas la toma de decisiones. En la vida, tomamos decisiones con la presión de una fecha límite o de un reloj biológico (que a veces es simplemente mental y excesivamente estresante). En un tablero, la toma de decisiones es muy similar.

En esa metáfora del tablero como la vida, ¿la enseñanza de la toma de decisiones tiene más impacto entre adolescentes de entornos desfavorecidos? A veces, su contexto les empuja a tomar decisiones equivocadas: dejar los estudios, empezar a trapichear… Además, ante una mala decisión, la repercusión para su vida puede ser mayor, ya que quizá no cuentan con esa red de protección que sí tienen jóvenes más afortunados.

Solemos analizar modelos o partidas históricas en las que una mala decisión desbarató toda la partida. En esos entornos que comentas, se trata de un mensaje muy potente. A veces, con una sola vez que te equivoques, la vida nos viene de vuelta con un castigo quizá desproporcionado. Y esto conecta con la asunción de responsabilidades, el que no valen las excusas porque, una sola vez, una sola mala decisión puede ser suficiente, por mucho que consideremos que el castigo es excesivo o injusto. Hay alumnos a los que les cuesta más gestionar esto. Se quedan enroscados: “Si yo hubiera, si, si…”. Es un condicional que no ha sucedido, así que les decimos que se limiten a lo que pasó en el tablero para analizar cuál fue su error. Les animamos a que no construyan otra realidad. Si consiguen trasladar esto a sus vidas, estamos formando personas más responsables.

Insistes en que la sencillez y frialdad del ajedrez impiden agarrarse a excusas típicas en otros juegos y deportes: el estado del campo, las condiciones climatológicas, el árbitro…

Aun así, los chicos encuentran excusas, lo que es muy natural. “Es que el otro lleva jugando cinco años y yo solo cuatro”. ¡Una lógica aplastante! [sonríe] Lo que sucede en el tablero es tan objetivo que el factor buena o mala suerte es mínimo. Puede ser que te levantes con dolor de cabeza, cierto, pero el ajedrez admite pocos elementos azarosos.

Supongo que, cuando uno empieza a jugar, suele ser más impulsivo. Y con el tiempo aprende a pensárselo dos veces, a ser más reflexivo y tener una visión más estratégica.

Uno de los anclajes pedagógicos de aulaDjaque es la teoría de Daniel Kahneman, que fue premio Nobel, sobre los sistemas de pensamiento. El sistema uno es el rápido, intuitivo. El dos permite procesar información y poner en juego habilidades como la concentración y la anticipación. Resulta fundamental que los alumnos sepan que utilizamos uno de los dos sistemas en todas las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. El ajedrez ayuda enormemente a entender la diferencia, a ver, por ejemplo, que el 97% de las decisiones de un día normal se toman con el sistema uno. Y que, ante un tablero, los porcentajes deben invertirse.

Una cuestión polémica: algunos expertos explican la práctica ausencia de mujeres en el top mundial del ajedrez por una supuesta predisposición genética. Los hombres estarían, según estas opiniones, mejor dotados para jugar. Se suele insistir en el argumento evolutivo de nuestros ancestros cazadores y el mayor desarrollo de su inteligencia espacial etc. ¿Tú qué opinas?

Que esta realidad claramente engarza con factores socioculturales. Y que es un argumento que se retroalimenta: como no hay ninguna mujer entre los 100 mejores del mundo, los hombres juegan mejor por razones biológicas, lo cual disuade y condiciona a las chicas. Esto se desmonta fácilmente haciendo retrospectiva y mirando de dónde venimos. En los siglos XVIII y XIX, surgen en Europa los cafés donde se reunen literatos, filósofo, intelectuales… y también ajedrecistas que van allí a jugar. Las mujeres no podían entrar salvo que fuesen acompañadas por sus maridos. No es hasta el siglo XX, con figuras como Vera Menchik o Sonja Graf —que quieren jugar también con hombres— cuando se empieza a plantear la igualdad de género en el tablero. Hoy en día, de cada 100 jugadores federados en el mundo, solo ocho son mujeres. Hasta que no se equilibren los porcentajes, no tiene mucho sentido rebatir ese supuesto determinismo biológico. Por cierto, cuando Judit Polgár, la mejor ajedrecista de la historia, se metió en el top 10 mundial, los comentarios fueron profundamente machistas: juega como un hombre, se decía.

El tema del género es solo un ejemplo de la enorme transversalidad del ajedrez. Se puede utilizar como hilo para enseñar matemáticas, historia, literatura…

La Revolución Francesa a partir de [François-André Danican] Philidor, que fue un gran maestro. La Guerra Fría simbolizada por el duelo entre Bobby Fischer y Boris Spasski en Islandia. Y tantos otros ejemplos en sus 1.500 años de historia que se pueden utilizar para conectar con el alumno. En matemáticas, no es que esté relacionado, es que el ajedrez, por sus características cartesianas, es matemáticas. Tirando de la cuerda, uno llega a disciplinas que ni siquiera imaginaba. La música y su fuerte vínculo con el ajedrez. La lengua y cómo la práctica frecuente mejora la comprensión lectora, ya que analizar una posición y leer son, al parecer, ejercicios cognitivos muy parecidos, con sus significantes y sus significados. Y así podría seguir durante horas…

Más información: aulaDjaque

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/02/07/manuel-azuaga-si-trasladamos-a-la-vida-la-toma-de-decisiones-del-ajedrez-estamos-formando-personas-mas-responsables/

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