Por: Luis Durán.
n el sistema educativo finlandés no hay exámenes estandarizados, ni tareas, y el gasto por alumno no es tan alto como el de otros países. Sin embargo, consistentemente es clasificado como uno de los mejores del mundo. Con el inicio de un nuevo ciclo escolar, vale la pena reflexionar sobre algunos de los componentes de la política educativa en este país nórdico que han sido fundamentales para su éxito.
La primera razón por la cual los alumnos finlandeses sobresalen es porque tienen docentes altamente capacitados. Ingresar a los programas de formación docente es un proceso competitivo. En 2016, las tasas de aceptación de la Universidad de Helsinki para esta profesión(6.8 por ciento) fueron más bajas que su programa de leyes (8.3 por ciento) y la escuela de medicina (7.3 por ciento).La preparación de los maestros es tan demandante, que a menudo no hay razón para tener un sistema riguroso de acreditación.
La evaluación docente en Finlandia suele ser un ejercicio grupal, reflexivo y participativo, con el objetivo de crear comunidades de aprendizaje profesional entre docentes y directivos. Un aspecto fundamental de la excelencia docente en Finlandia es la confianza y autonomía de la que gozan los maestros. De acuerdo con Pasi Sahlberg, ex ministro de Educación en Finlandia y escritor de varios libros sobre el sistema educativo de su país, existen tres elementos críticos que hacen de la enseñanza una profesión autónoma e independiente. Uno es poder tomar decisiones sobre la planificación curricular: lo que enseñan los maestros y en qué orden. El segundo es la pedagogía: la libertad de elegir la mejor manera de enseñar.
El tercero es la evaluación: medir el progreso del aprendizaje de los estudiantes. Finlandia no tiene pruebas estandarizadas. Su única excepción es el Examen Nacional de Matriculación, que es una prueba voluntaria para estudiantes al final de la educación media superior. Todos los niños de Finlandia se califican de forma individual y cada maestro establece su propio sistema de calificación. El Ministerio de Educación realiza un seguimiento del progreso general, que muestrea grupos en diferentes rangos de escuelas.
El sistema educativo de Finlandia no se preocupa por los sistemas arbitrarios basados en el mérito. No hay listas de escuelas o maestros de alto rendimiento, se fomenta la cooperación antes que la competencia. De acuerdo con la OCDE, los estudiantes de Finlandia son los que menos tarea tienen de todo el mundo, con menos de tres horas por semana, en comparación con el promedio de los países de la OCDE que es de alrededor de 5 horas por semana. De igual forma, se reconoce a la actividad física como crucial para el aprendizaje sustancial. Finalmente, la política educativa en Finlandia se ha enfocado sistemáticamente en incrementar la equidad y la igualdad educativa, para atender a los estudiantes que poseen necesidades educativas especiales. La educación diferenciada incluye servicios educativos y psicológicos para los alumnos en estas circunstancias. Lo anterior bajo la premisa de que, con el reconocimiento temprano de las dificultades de aprendizaje y de los problemas sociales, es posible brindar un apoyo adecuado lo antes posible. Con la suma de estos elementos, no es de extrañar que el sistema educativo de Finlandia figure, año con año, entre los mejor evaluados del mundo.
Fuente del artículo: https://www.milenio.com/opinion/luis-duran/columna-luis-duran/lecciones-del-sistema-educativo-finlandes