Japón / 13 de enero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Noticias Venezuela
El sistema educativo japonés es reconocido a nivel mundial por su eficiencia y sus estrechas relaciones con las características culturales y sociales del país asiático, que mezcla el trabajo en equipo y la meritocracia.
Además de alcanzar muy buenos resultados en pruebas internacionales, los expertos destacan la disciplina y la formación de alta calidad que logran sus estudiantes. De hecho, recientemente el ministro de Educación de Japón anunció que su sistema se exportará a otros países de Asia, Oriente Medio y África, según Aula Planeta.
El currículo se establece a nivel nacional, la legislación educativa es muy estable y duradera; además de que la educación obligatoria es mayoritariamente pública y gratuita.
Hay asignaturas y también formación en valores, los alumnos cuentan con materias como economía doméstica, en la que aprenden a cocinar o a coser, artes tradicionales japonesas, como la caligrafía (shodo) o la poesía (haiku), y cursos de educación moral.
El esfuerzo es esencial y la competitividad es alta, la sociedad japonesa considera que el éxito no depende de las habilidades o la inteligencia, sino que se consigue con esfuerzo.
La habilidad para resolver problemas es primordial y en el colegio no solo se estudia, aparte de asistir a las clases, los alumnos tienen que colaborar en diversas tareas como limpiar el centro o servir las comidas, que se toman en la propia clase. Para ello los estudiantes se dividen en grupos y trabajan juntos.
Tanto los alumnos de la escuela primaria como los de secundaria inferior y superior tienen que hacer tareas a diario. El número de horas de clase es similar al de otros países, pero se invierten muchas horas en actividades extraescolares, clases de refuerzo y horas de estudio.
Además, las vacaciones son más cortas: del 20 de julio al 31 de agosto en verano, diez días entre diciembre y enero y otros diez entre marzo y abril.
Los maestros son muy respetados y están muy preparados.
Uno de los principios que rige el programa es que “educar es trabajo de todos”. El trabajo en equipo se premia en el aula, pero los padres tienen la responsabilidad y el deber social de apoyar la educación de sus hijos en casa y recurrir a ayuda profesional cuando sea necesario.
Finlandia / 13 de enero de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Latin Money
Como ya muchos saben, el sistema educativo finlandés ha sido durante mucho tiempo el mejor clasificado en todo tipo de evaluaciones. Según los estudios internacionales realizados cada tres años por la organización PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes), los alumnos finlandeses son los que más han demostrado Alto nivel de conocimiento en el mundo. También se convirtieron en los niños que más leen, ocupan el segundo lugar en ciencias naturales y el quinto en matemáticas.
Sin embargo, no son solo estos rankings los que hacen que la comunidad educativa mundial admire. Es increíble que, con puntuaciones tan altas, los alumnos finlandeses pasen menos tiempo estudiando que sus compañeros en otros países.
Aquí les compartiremos 10 comparaciones entre la educación finlandesa y la educación convencional que emplean algunos países.
#1. EN FINLANDIA LOS HORARIOS DE CLASES SON FLEXIBLES
Las horas de clases en Finlandia empiezan desde las 09:00 de la mañana hasta las 15:00 horas, dentro de clases hay una pausa de 15 minutos entre cada curso tomado, cuentan con recreos intermedios en donde los estudiantes pueden disfrutar de sus refrigerios.
Educación convencional
Los estudiantes son obligados a acudir en un horario rígido y autoritario que empieza a las 07:00 de la mañana, privándoles son horas de sueño, lo que origina un rechazo hacia su colegio, tienen en muchos casos 3 horas continuas de cursos como las matemáticas y ciencias, lo que hace que algunos alumnos terminen durmiéndose en clases.
#2. EN FINLANDIA TODAS LAS ESCUELAS SON IGUALES
No hay escuela para las “elites”, ni para los “débiles”. En la escuela más grande del país, estudian 960 alumnos y en la más pequeña solo 11. Todos tienen absolutamente el mismo equipo, oportunidades y financiamiento proporcional. Casi todos los establecimientos son públicos. Sólo hay una docena de escuelas privadas. Todas deben contar con laboratorios pedagógicos originales, de acuerdo con la instrucción elegida.
Educación convencional
En la educación convencional, el estado no llega a todas las localidades, existen un sinnúmero de escuelas privadas, en donde la educación no es la adecuada, otras que si son consideradas optimas cobran sumas exorbitantes, creando una sensación de desigualdad para quienes no cuentan con los recursos económicos para poder darles una mejor educación a sus hijos.
#3. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE LOS CURSOS Y HABILIDADES
No se aprueba el estudio a fondo de ciertos temas en detrimento de otros. En Finlandia, no se considera que las matemáticas son, por ejemplo, más importantes que el arte. La única excepción es la creación de clases para niños superdotados en pintura, música y deportes.
Educación convencional
En la educación convencional, priorizan cursos como las matemáticas y las ciencias, desplazando a los alumnos que no son buenos para estas materias, existen incluso colegios que llevan por nombre “Los matemáticos, los ingenieros, las ciencias aplicadas, etc.” Esto definitivamente origina una falsa idea de que si no eres bueno en matemáticas eres un mediocre.
#4. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE LOS ESTUDIANTES
Los finlandeses no colocan a los estudiantes en el aula de acuerdo con sus habilidades o preferencias profesionales. Tampoco hay un estudiante “malo” o “bueno”. La comparación de alumnos entre sí está prohibida. Los niños dotados y los niños superdotados se consideran “especiales” y estudian juntos.
Educación convencional
Con algunas excepciones, no existe tal cosa, muchas veces los maestros no saben llegar al alumno e identificar sus cualidades.
#5. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE MAESTROS
No hay maestros que sean favoritos, ni tampoco los odiados. Los maestros mismos no distinguen entre estudiantes buenos y malos. Cualquier infracción de esta regla lleva a la terminación del contrato con dicho maestro. Los educadores finlandeses solo deben hacer su trabajo como entrenadores. Todos son igualmente importantes en el trabajo, el grupo literario, científico o de educación física.
Educación convencional
En la educación convencional, seleccionan a los maestros y dan prioridad e incluso son mejor remunerados los que se dedican a las matemáticas, la literatura y las ciencias, los maestros de educación física o de arte, entre otros; son los menos remunerados y menos contratados. En algunos países, por ejemplo, la educación física fue descartada por que se consideraba no esencial en el aprendizaje.
#6. EN FINLANDIA EXISTE LA IGUALDAD DE DERECHOS ENTRE EL ADULTO (MAESTRO, PADRE) Y EL NIÑO
Los finlandeses llaman a este principio “actitud respetuosa hacia el alumno”. Desde la primera clase, se informa a los niños sobre sus derechos, incluido el derecho a “quejarse” ante los adultos acerca de un trabajador social. Esto deja claro a los padres finlandeses que su hijo es una persona independiente y que está prohibido ofenderlo por palabra o castigo corporal. La humillación de los alumnos por parte de los profesores está prohibida debido a las peculiaridades adoptadas en la legislación laboral finlandesa sobre la profesión del profesor.
Educación convencional
Este es otro grave problema de la educación convencional, muchas veces etiquetan a los alumnos como “el más inquieto”, “el más irresponsable”, “el menos inteligente”, etc., (en épocas pasadas, los casos de bullying eran perpetrados incluso por los mismos maestros hacia los alumnos), los mismos padres dan su autorización al profesor para que “corrija” (con castigo físico) a sus hijos si no obedecen.
#7. EN FINLANDIA NO EXISTEN LOS EXÁMENES ESTRESANTES
La gente finlandesa suele decir: “O nos estamos preparando para la vida, o nos estamos preparando para los exámenes y estamos eligiendo la primera opción”. Como resultado, no hay exámenes en las escuelas finlandesas. Los controles y las pruebas intermedias son a discreción del profesor. Solo hay un examen estandarizado obligatorio al final del ciclo secundario. Los maestros no se preocupan por los resultados, no los tienen en cuenta y no preparan específicamente a los niños para esta prueba.
Educación convencional
En la educación convencional, los estudiantes están estresados con la idea de rendir los exámenes (parciales, intermedios y finales), los maestros muchas veces, son quienes ejercen esa presión al decirles “no se olviden de estudiar para el examen” creando una sensación de angustia y terror a esta simple idea, ya que, de fallar, la consecuencia es muchas veces la desaprobación del curso.
#8. EN FINLANDIA PREPARAN A LOS ESTUDIANTES SOBRE FINANZAS
Sólo lo que puede ser necesario en la vida práctica se enseña en la escuela. Los registros no son útiles, no son estudiados. Pero desde una edad temprana, los niños saben qué es una cartera, un contrato, una tarjeta bancaria. Pueden calcular el porcentaje del impuesto sobre el patrimonio o los ingresos, crear una tarjeta de visita en línea en Internet, pueden calcular el precio de los bienes después de varios descuentos.
Educación convencional
Siendo algo tan importante, y que los futuros ciudadanos deben aprender, en la educación convencional esto no es ni remotamente una prioridad, prefieren mantener a los alumnos aprendiendo el nombre de los ríos, los años de las guerras y uno que otro curso sin ningún sentido y que bien podría ser estudiado con el internet.
#9. EN FINLANDIA SABEN RECONOCER LAS HABILIDADES DE LOS ESTUDIANTES
Los maestros intentan captar la atención del alumno, pero si él o ella no tiene ningún interés en absoluto o no tiene la capacidad de aprender, está orientado hacia un aprendizaje significativo para una profesión “simple”. No es bombardeado con malas notas. Todos no construyen aviones, alguien debe manejar bien los autobuses.
Educación convencional
Este es otro gran problema del que adolece la educación convencional, se cree que todos los estudiantes están hechos para que sean buenos en las matemáticas, literatura o ciencias sociales, luego de eso si el alumno no rinde en cualquiera de estas materias los consideran como no aptos, irresponsables, flojos y ciertamente los desaprueban del curso, teniendo que repetir nuevamente el año.
#10. EN FINLANDIA PREPARAN A LOS NIÑOS PARA SER INDEPENDIENTES Y EXITOSOS
Los finlandeses creen que el papel de la escuela es preparar al niño para una vida futura independiente y exitosa. Por lo tanto, la escuela enseña a pensar y adquirir conocimiento por uno mismo. Lo importante no es aprender las fórmulas, sino saber usar un directorio, un texto, Internet, una calculadora. Todos los recursos necesarios para resolver problemas comunes.
Educación convencional
Muchas veces en la educación convencional todo se trata de imposición, los maestros determinan que está bien y que no, en base a su juicio y criterio, “encasillan” a los alumnos y no les dan la oportunidad de pensar libremente o tener ideas distintas, todo se basa en la “currícula escolar” que otorga el estado, nadie puede salirse de esos parámetros.
España / 13 de enero de 2019 / Autor: Marta Ferrero / Fuente: Cuaderno de Cultura Científica
Las modas educativas han existido siempre. Por moda educativa se entiende aquí a cualquier propuesta metodológica o recurso educativo que, en un momento dado, se cuela con furor en un determinado distrito escolar y, transcurrido un tiempo más o menos extenso, desaparece sin dejar prueba sólida alguna de haber contribuido al aprendizaje de los alumnos.
No todas las modas educativas son iguales. Hay modas “inofensivas”, ya que no implican cambios ni medidas significativas de ningún tipo, como aquella que introdujo la música de Mozart en las aulas para mejorar el rendimiento cognitivo de los alumnos. Y hay modas claramente perjudiciales, bien porque suponen un gasto sustancial de tiempo y dinero que pueden dedicarse a metodologías con eficacia probada (Busso y Pollack, 2014), bien porque pueden dificultar o impedir el aprendizaje de todo el alumnado o, como mínimo, de una parte del mismo (Carnine, 2000). Un ejemplo del primer caso, en referencia a las modas perjudiciales, es la aplicación de la teoría de las Inteligencias Múltiples en las aulas (Hodge, 2005). Mientras que un ejemplo del segundo caso es (o, quiero pensar, fue) la adopción del método global para la enseñanza inicial de la lectura (Stahl, 1999). Son estas últimas modas las que centran el contenido de este post.
Antes de continuar, conviene aclarar que el término moda educativa no es irremediablemente sinónimo de innovación educativa. Una moda educativa no se apoya en ninguna teoría válida ni está respaldada por estudios científicos que demuestren su eficacia. Habitualmente, su difusión viene de la mano de determinadas empresas o personas afines que logran popularizarla entre los responsables de la formación continua del profesorado, las autoridades educativas o los propios docentes a través de libros, publicaciones periódicas o estudios preliminares de baja calidad (Slavin, 1989). Por el contrario, una innovación educativa puede referirse a cualquier elemento novedoso que se introduce en un sistema educativo o colegio y conduce a un cambio en las ideas, prácticas, productos o servicios del mismo (Carrier, 2015). Este cambio puede estar o no respaldado por la evidencia.
¿Cómo se popularizan las modas educativas?
En el año 2017, Nathalie Carrier publicó un trabajo fruto de su tesis doctoral que tenía como objetivo determinar qué estrategias se habían utilizado para difundir siete modas educativas concretas y qué lugar ocupaba la evidencia en este fenómeno, aunque ella emplea el término innovación. Los medios que examinó para determinar cómo se difunden las modas educativas fueron revistas de divulgación educativa y comerciales, periódicos locales y blogs. Para analizar el contenido de estos medios, utilizó seis criterios de persuasión recogidos en la literatura sobre psicología social: Compatibilidad con las ideas previas, accesibilidad para su uso mediante explicaciones claras, practicidad para el trabajo en el aula, evidencia o calidad de la investigación que lo avala, credibilidad de las fuentes de las que procede la información y atractivo, referido a si la innovación resulta profesional, personalizada y/o divertida. Para ser consideradas populares, las modas analizadas tenían que cumplir al menos cuatro de un total de seis requisitos como, por ejemplo, poseer una entrada en diez blogs diferentes, contar con un hashtag en Twitter o una página en Facebook o haber sido empleadas por 10.000 individuos, 10 colegios o 5 distritos escolares.
A continuación, se presentan las conclusiones principales de su trabajo. En general, las dos estrategias más utilizadas para promocionar las modas educativas fueron, en primer lugar y a gran distancia del resto, el atractivo y en segundo lugar la credibilidad percibida, por delante de la evidencia, la practicidad, la accesibilidad y la compatibilidad. Junto a esto, los medios recurrían a un lenguaje emotivo o descriptivo, más que a uno basado en la evidencia disponible, para publicitar la moda en cuestión. Además, apenas unos pocos documentos citaban estudios de investigación sobre las modas anunciadas para determinar la efectividad de las intervenciones y ninguno de ellos describía o exploraba en profundidad dichos estudios. Más bien, el tipo de evidencia en la que se apoyaban los documentos consultados eran estudios informales, anécdotas basadas en experiencias personales o datos estadísticos generales sobre los problemas que abordaban las modas o sobre su uso.
La información sobre un determinado método educativo puede sonar convincente al mostrarse adornada con historias y anécdotas emotivas o referencias a fuentes afines creíbles. Pero, a la vez, esta información puede no estar corroborada sino simplemente basada en argumentos incorrectos y rudimentarios. Por esta razón, la autora recomendaba a los docentes estar alerta ante las influencias y sesgos que pueden producir las estrategias usadas para difundir las modas educativas. Junto a esto, les aconsejaba ser prudentes y formular preguntas críticas sobre dichas modas como, por ejemplo, qué estudios cuestionan su eficacia o, al menos, cuestionan los inconvenientes potenciales de la misma. Para terminar, Carrier sentenciaba que las estrategias detectadas a través de su trabajo de investigación pueden conducir a la difusión de modas ineficaces, inútiles e incluso perjudiciales para los alumnos.
En 1989, Robert E. Slavin describía las etapas por las que pasan las modas educativas hasta popularizarse dentro de la comunidad educativa. A modo de resumen, este investigador situaba como primera etapa la publicación de un método concreto en un libro, publicación periódica popular o evento educativo, seguida por la presentación de resultados preliminares y prometedores, aunque frecuentemente con pruebas muy deficientes. A pesar de ello, el método se expande entre algunos distritos escolares, más tarde entre otros colegios entusiastas de la innovación para hacerlo más tarde entre los responsables de la formación del profesorado, inspectores de educación, etc. Por último, el método termina expandiéndose rápidamente al resto de colegios a través de breves talleres impartidos o bien por los propios creadores del método o bien por formadores profesionales o bien por personal del centro formado ex profeso para ello. Desafortunadamente, solamente cuando el programa ya está de moda y muchos profesores lo están aplicando en sus aulas, comienzan a hacerse evaluaciones rigurosas de su eficacia. De hecho, para cuando comienzan a publicarse estudios de calidad y revisiones, con resultados a menudo negativos, ya es tarde. También ocurre con frecuencia que, a estas alturas, el interés por el método ya ha disminuido y es otra moda la que ha comenzado a despertar entusiasmo entre el profesorado.
¿Qué se puede hacer para evitar que las modas educativas se cuelen en los colegios?
La forma de frenar este péndulo, este ir y venir de las modas educativas, sostiene Slavin (1989), es cambiar las reglas del juego bajo las que las innovaciones educativas son elegidas, implementadas, evaluadas e institucionalizadas. El autor afirma que la comunidad educativa tiene que demandar evaluaciones rigurosas sobre las propuestas educativas que se ofertan antes de adoptarlas. También subraya la necesidad de reemplazar los cursos y talleres de formación breves por otros más extensos que incluyan un seguimiento a medio y largo plazo para comprobar si una determinada propuesta educativa está funcionando o no. Este seguimiento, esta evaluación de la eficacia de la propuesta, ha de incluir grupo experimental y control, con medidas de pre y postest (a poder ser estandarizadas) y garantizando que la aplicación de la propuesta en el aula se ha evaluado bajo condiciones reales y durante períodos de tiempo realistas. Además, sería recomendable que esta evaluación se hicieran primero a pequeña escala y después a gran escala.
Ya en el año 2006, Ben Goldacre, científico y divulgador, advertía de la necesidad de dotar al profesorado de las herramientas y autonomía suficientes para juzgar críticamente si un método educativo dispone o no de pruebas suficientes y válidas para su implementación en las aulas, lo cual favorecería que los docentes dejaran de depender de las injerencias externas (opiniones de expertos, ideologías de uno y otro color, etc.). Sin embargo, son varias las señales que ponen de relieve que aún estamos lejos de este objetivo. Por poner solamente algunos ejemplos, los profesores tanto en formación como en activo, dentro y fuera de nuestro país, albergan hoy en día un elevado número de ideas erróneas sobre teorías y métodos educativos (Cunningham, Perry, Stanovich & Stanovich, 2004; Dekker, Lee, Howard-Jones, & Jolles, 2012; Echegaray-Bengoa & Soriano-Ferrer, 2015; Ferrero, Garaizar, & Vadillo, 2016; Fuentes & Risso, 2015; Tardif, Doudin, & Meylan, 2015; Washburn, Mulcahy, Musante, & Joshi, 2017). Además, consultan más revistas divulgativas que científicas (Ferrero et al., 2016), a las que por cierto consideran menos fiables, accesibles y útiles que los talleres y cursos de formación (Landrum, Cook, Tankersley & Fitzgerald, 2002). Por último, la formación que reciben los estudiantes de educación en métodos de investigación, estadística, búsqueda en bases de datos o lectura de artículos científicos es insuficiente (Ferrero, 2018) y puede impedir que los futuros maestros puedan beneficiarse de los avances científicos en materia educativa.
Si nuestra sociedad aspira a una educación basada en las mejores pruebas disponibles y no en modas que vienen y van, es fundamental mejorar la cultura científica de todos los agentes de la comunidad educativa. Mientras esto ocurre, se presentan a continuación diez señales de alerta que pueden emplear los docentes para detectar prácticas educativas sin pruebas válidas sobre su eficacia (Lilienfeld, Ammirati & David, 2012).
Fotograma de “The Simsons”, serie creada por Matt Groening para Fox Broadcasting Company
Diez señales de alerta para detectar prácticas pseudocientíficas
1. Falta de falsabilidad y uso excesivo de hipótesis ad hoc
La falsabilidad se refiere a la capacidad de refutar una teoría con la ayuda de la evidencia. Una forma de convertir una teoría en irrefutable es usando hipótesis ad hoc. Esto es, invocando nuevas hipótesis sobre un determinado fenómeno a los resultados obtenidos para explicar por qué no se han confirmado las predicciones de la teoría. Por ejemplo, ante la inferioridad del método global frente al alfabético en la enseñanza de la lectura, los defensores del primero podrían alegar que las tareas empleadas para medir la velocidad y precisión lectoras no son las adecuadas.
2. Falta de autocorrección
Frente a las correcciones graduales que se hacen constantemente a las afirmaciones científicas, las pseudociencias tienden a mantenerse estancadas a pesar de que cada vez haya más evidencia en contra de lo que defienden. Un ejemplo de esta falta de autocorrección se puede observar en torno a la teoría de los estilos de aprendizaje. A pesar de la cada más abundante y sólida evidencia sobre su invalidez, su uso está aún muy generalizado en las escuelas.
3. Énfasis en la confirmación
El sesgo de confirmación consiste en buscar únicamente evidencia que apoya las hipótesis propias a la vez que se ignoran o reinterpretan de forma selectiva aquellas que van en contra. Este sería el caso, por ejemplo, del método Berard, Para defender su eficacia ante múltiples problemas de aprendizaje y conducta (ver la última señal de alerta), sus creadores aportan en la web oficial diversos testimonios de clientes que afirman que el método ha cambiado sus vidas. Sin embargo, esta web no contiene ninguna mención sobre la posibilidad de que el método puede no funcionar en todos los niños.
4. Evasión de la revisión por pares
Aunque no es perfecta, la revisión por pares proporciona cierta protección frente a la investigación de baja calidad. Brevemente, ésta consiste en la revisión de los trabajos de investigación por parte de varios investigadores independientes, a menudo tres o más, antes de su publicación. Sin embargo, no todas las revistas exigen una revisión por pares para publicar un trabajo de investigación. Este es el caso, por ejemplo, de Brain Gym. Este método de gimnasia cerebral, que llegó a utilizarse en más de 80 países (Hyatt, 2007), incluye en su web oficial una pestaña con un extenso listado de estudios de investigación que supuestamente demuestran su eficacia. Sin embargo, la mayoría son estudios cualitativos. Y, entre los que son experimentales, solamente dos han sido publicados en revistas de revisión por pares.
5. Confianza excesiva en pruebas basadas en anécdotas y testimonios
La suma de anécdotas no equivale a hechos. Las anécdotas son difíciles de verificar, tienen una representatividad muy cuestionable y siempre son muy vulnerables a múltiples explicaciones alternativas. Un claro ejemplo del uso de anécdotas aisladas para defender la eficacia de una intervención la encontramos en torno al método Doman. No hay estudios empíricos válidos sobre su eficacia pero sí múltiples testimonios de usuarios particulares, normalmente familias, que defienden el “a mí me funciona” y que son presentadas por los promotores del método como pruebas irrefutables de su éxito.
6. Ausencia de conexión
La conexión se refiere a si un conjunto de afirmaciones están edificadas sobre o conectadas con afirmaciones o hallazgos previos válidos. Las pseudociencias a menudo carecen de esta conexión. Un ejemplo de ello es la idea de que las diferencias en el hemisferio dominante (cerebro izquierdo, cerebro derecho) pueden ayudar a explicar las diferencias individuales entre estudiantes. Los defensores de esta idea ignoran la gran cantidad de investigación que muestra que los dos hemisferios cerebrales siempre trabajan juntos así como que ambos hemisferios son mucho más similares que diferentes a la hora de procesar la información.
7. Afirmaciones extraordinarias
Las afirmaciones extraordinarias requieren de hechos extraordinarios. Sin embargo, muchas pseudociencias no cumplen esta premisa. Un ejemplo de ello lo encontramos en los llamados niños índigo, de los que los creadores del método Asiri (que ha aterrizado en nuestro país) hacen bandera. Según ellos, estos niños irían más allá en la evolución humana desde el punto de vista espiritual y mental. Sin embargo, no aportan ninguna prueba que demuestre esta sorprendente afirmación.
8. Falacia ad antequitem
Consiste en apelar a la antigüedad, al “se ha hecho siempre”, para defender la validez de una práctica concreta. Esto sucede en muchas escuelas de educación infantil de nuestro país que llevan décadas empleando el método Doman y el método patterning (del mismo autor) en las aulas. Otro ejemplo claro es el uso de ciertas pruebas proyectivas, como el dibujo de la figura humana, en el ámbito de la psicología escolar a pesar de la falta de pruebas sobre su validez.
9. Uso de un lenguaje hipertécnico
Dentro de la comunidad científica, con frecuencia es preciso introducir nuevos términos para describir un hallazgo reciente. Sin embargo, desde el campo de las pseudociencias, se hace un abuso de la jerga técnica para dotar de mayor credibilidad a sus afirmaciones. Por ejemplo, los partidarios de las terapias auditivas, como el método Tomatis o Berard, recurren a menudo a un lenguaje hipertécnico, con expresiones como “hipersensibilidad al sonido” o “interferencia con un procesamiento eficiente de las señales sonoras” a la hora de describir los problemas que supuestamente remedian.
10. Ausencia de condiciones límite
En contra de lo que hacen los científicos, los defensores de prácticas pseudocientíficas no definen los límites de las prácticas que defienden. Esto es, no especifican en qué casos es o no eficaz una intervención. De hecho, defienden su uso para un abanico excesivamente amplio de condiciones. Este es el caso por ejemplo del método Irlen, cuyos promotores defienden su utilidad para innumerables problemáticas tanto físicas (por ejemplo, confort y sensibilidad a la luz) como psicológicas (por ejemplo, atención y concentración).
Nota: Aunque para cada alerta se han aportado uno o dos ejemplos concretos, prácticamente todos ellos podría utilizarse para ejemplificar muchas de las diez alertas.
Referencias:
Busso, D. S., & Pollack, C. (2014). No brain left behind: Consequences of neuroscience discourse for education. Learning, Media and Technology, 1-19. doi:10.1080/17439884.2014.908908
Carnine, D. (2000). Why education experts resist effective practices (and what it would take to make education more like medicine). Recuperado de http://www.wrightslaw.com/info/teach.profession.carnine.pdf
Carrier, N. (2017). How educational ideas catch on: The promotion of popular education innovations and the role of evidence. Educational Research, 59, 228-240.
Carrier, N. (2015). What catches on? The role of evidence in the promotion and evaluation of educational innovations (tesis doctoral). Universidad de Toronto, Ontario, Canadá.
Cunningham, A. E., Perry, K. E., Stanovich, K. E., & Stanovich, P. J. (2004). Disciplinary knowledge of k-3 teachers and their knowledge calibration in the domain of early literacy. Annals of Dyslexia, 54,139-167.
Dekker, S., Lee, N. C., Howard-Jones, P., & Jolles, J. (2012). Neuromyths in education: Prevalence and predictors of misconceptions among teachers. Frontiers in Psychology, 3, 429.
Echegaray-Bengoa, J., & Soriano-Ferrer, M. (2016). Conocimientos de los maestros acerca de la dislexia del desarrollo: Implicaciones educativas. Aula Abierta, 44, 63-69.
Ferrero, M. ¿Qué saben los estudiantes de educación sobre métodos de investigación? Un estudio de los programas docentes españoles (en preparación).
Ferrero, M., Garaizar, P., & Vadillo, M. A. (2016). Neuromyths in education: Prevalence among Spanish teachers and an exploration of cross-cultural variation. Frontiers in Human Neuroscience, 10, 496.
Fuentes, A., & Riso, A. (2015). Evaluación de conocimientos y actitudes sobre neuromitos en futuros/as maestros/as. Revista de Estudios de Investigación en Psicología y Educación, 6, 193-198.
Goldacre, B. (2006). Brain Gym – Name & Shame [Blog post]. Recuperado de http://www.badscience.net/2006/03/the-brain-drain/
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Hyatt, K. J. (2007). Brain Gym®: Building stronger brains or wishful thinking? Remedial and Special Education, 28, 117-124.
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Lilienfeld, S. O., Ammirati, R., and David, M. (2012). Distinguishing science from pseudoscience in school psychology: science and scientific thinking as safeguards against human error. Journal of School Psychology, 50, 7-36.
Tardif, E., Doudin, P-A., & Meylan, N. (2015). Neuromyths among teachers and student teachers. Mind, Brain and Education, 9, 50-59.
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Ecuador / 13 de enero de 2019 / Autor: Edmundo Vera Manzo / Fuente: El Telégrafo
La educación humanizadora es la que cultiva las cualidades superiores de los seres humanos como la
tolerancia, el enriquecimiento mutuo por el intercambio de valores diferentes y complementarios, el
respeto a la diversidad, la honradez, la humildad, el amor a sí mismo y a los demás, la solidaridad, el
servicio a la comunidad y la espiritualidad.
No es suficiente recibir educación en el hogar, el sistema educativo y los diferentes miembros de la
comunidad local, nacional e internacional. La educación puede ser parcial, pobre, limitadora e incluso
educar tan solo las capacidades y aptitudes para poder realizar actividades productivas.
Una deficiencia generalizada de la educación es ser únicamente intelectualista que cultiva las
capacidades cognoscitivas del modelo cartesiano y newtoniano de la ciencia clásica. Se están formando
seres reprimidos en sus sentimientos, insensibles y sin conciencia. Pascal decía que “la razón tiene sus
razones, pero el corazón tiene sus razones que la razón no entiende.
La humanidad se encuentra viviendo un momento regresivo. Los grupos transnacionales y nacionales
más ricos ejercen su influencia para ampliar sus ganancias en detrimento de la mayoría de los seres
humanos y la naturaleza. El elitismo, el enriquecimiento fácil, la inmoral e ilegal ganancia se
encuentran muy extendidos y con la tendencia a aumentar. Existen epidemias de elitismo, racismo,
sexismo, machismo, irrespeto a la diversidad sexual, fobia a los migrantes y falta de solidaridad humana,
etc.
La educación requiere de buenos modelos a seguir. De gobernantes, autoridades, profesores y padres de
familias íntegros, ejemplares. Existen gobernantes y autoridades que desprecian los derechos humanos.
Aristóteles decía que el ser humano es un animal político. Parafraseando expresó: “si la política es la
máxima pedagogía, si quitamos a la política y la pedagogía humanizadora corremos el riesgo de
descender a animales”.
El Salvador / 13 de enero de 2019 / Autor: Susana Joma / Fuente: elsalvador.com
La medida será efectiva a partir de este año, desde primer grado de Educación Básica hasta bachillerato. Alumnos tendrán que razonar y estar más activos durante la clase.
A partir de este año, los profesores que imparten Matemáticas en el sistema educativo nacional, desde el primer grado de Educación Básica hasta bachillerato, aplicarán una nueva metodología de enseñanza, que pasa por la introducción de nuevos contenidos y las herramientas para que el estudiante razone más y pase activo en el aula.
Eso es parte de los cambios que el Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología (Mineducyt) impulsa, además de dotar a los centros educativos de programas de estudio de esa asignatura y de guías metodológicas que utilizarán los docentes.
El viceministro de Educación, Francisco Castaneda, manifestó en una entrevista realizada a finales de 2018, que como parte de esto también se distribuirán dos millones de libros de texto y cuadernillos de resolución de ejercicios de Matemáticas a cada estudiante.
Castaneda, tras señalar que los cambios están orientados a lograr una mejora de las capacidades de los alumnos, detalló que los libros vienen en los paquetes escolares que esa cartera de Estado entregará con el inicio del año lectivo.
La renovación se ha gestado a través del programa denominado ESMATE, una iniciativa ministerial que cuenta con el fuerte apoyo de científicos traídos por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón ( JICA, por sus siglas en Inglés).
Es así como el año pasado se distribuyeron 48,000 textos de esa materia solo para el nivel de tercer ciclo de Educación Básica.
“Hoy viene una nueva metodología de cómo aplicar las Matemáticas en el entorno… Cómo leer e interpretar el lenguaje matemático, (algo) que nos genera mucho problema a nosotros en el sistema educativo”, explicó Castaneda.
Foto EDH/Cortesía
El profesor Carlos Folgar, un docente de Matemáticas que ejerció muchos años en las aulas y ahora es asesor técnico pedagógico, comentó que el nuevo currículum de estudio de Matemáticas va adecuado a las nuevas exigencias mundiales.
Folgar precisó que se enseñarán contenidos como Aritmética, Geometría y Probabilidad. Dijo que, de acuerdo con el cambio curricular, los contenidos se impartirán en un orden tal que resulten accesibles a los alumnos.
El técnico indicó que se introducen nuevos elementos, por ejemplo a nivel de bachillerato, como el estudio de los vectores y números complejos.
“Ahora ya no es esto de que el maestro habla y habla (durante 45 minutos). Ahora pretendemos que haya un aprendizaje activo por parte del estudiante. Es decir que los estudiantes tengan una gran cantidad de tiempo solitos trabajando por su cuenta y el maestro solo guiando. Es una serie de cambios tremendos”, aseguró.
Eso implica que al iniciar la clase el docente le pondrá al estudiante un problema como desafío de razonamiento, adecuado a su nivel y que no lo vaya a frustrar. “Tiene que ser un problemita que el alumno sea capaz de contestarlo, y eso se le va a dar como apertura de la clase, para lo que tiene como cinco minutos; luego, si el estudiante no lo logra resolver, el docente le da la solución que está en el texto o discuten una. Después el profesor usa 15 minutos para dar conclusión del tema visto y, finalmente, le da al alumno ejercicios para trabajar a lo sumo en parejas, no en grupos”, detalló.
En la nueva metodología, el estudiante tiene que permanecer 20 minutos de la clase totalmente activo, trabajando sin interrupción del educador.
Datos provistos recientemente por el Ministro de Educación, Carlos Canjura, indican que en 2015 el sistema educativo tenía 2,300 profesores de Matemáticas, y si bien en la actualidad hay 4,000, aún se necesitan alrededor de 9,000.
Al consultar al viceministro si los docentes están listos para aplicar las nuevas metodologías y textos, subrayó que por ello se han venido formando especialistas en la asignatura, así como a docentes de aula.
“Nosotros estamos seguros de que hay condiciones favorables, que los maestros de Matemáticas en todo el país hoy tienen competencias desarrolladas y herramientas metodológicas, de cómo enseñar Matemáticas en forma distinta a como tradicionalmente se han enseñado”, expuso.
El Mineducyt se prepara, además, para hacer una emisión de libros de texto para la asignatura de Literatura, que serán distribuidos también en el paquete de útiles, explicó el funcionario.
Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 9 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.
00:00:00 – Argentina: El cierre de las 14 escuelas ya es un hecho
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Aunque lo más común es centrar el debate sobre la desigualdad educativa en los problemas de los hijos de las familias menos favorecidas, estos son solo una de las caras de la moneda
Los padres de clase alta interpretan las malas notas de sus hijos como un accidente o un episodio puntual que se puede compensar con un extra de atención y estímulo
En cambio, las clases bajas ven en las malas notas un indicio del fracaso escolar de largo recorrido
Cuando se habla de desigualdad educativa se suele pensar de forma casi inmediata en los problemas que afectan a los hijos de las familias con menos recursos. Pero esta desigualdad no es sólo el resultado de lo que sucede entre los menos aventajados, sino que también depende de cómo los más favorecidos compensan el fracaso.
La clase social de origen es un predictor del rendimiento educativo de los individuos a lo largo de su ciclo vital ( aquí). Durante su vida escolar, los hijos de las familias menos favorecidas tienen que hacer frente a mayores obstáculos que los de las familias acomodadas. Piénsese por ejemplo en el hecho de los primeros crecen en entornos con menos recursos, se escolarizan en centros muy estigmatizados y se socializan en entornos no siempre estimulantes y ambiciosos. La otra cara de la misma moneda es que los hijos de las clases altas disponen de muchos más recursos, se escolarizan en los mejores centros y son criados por padres con expectativas más altas. Así, la desigualdad no sólo resulta de las condiciones de los menos favorecidos, sino también por lo que sucede en la parte alta de la escala social.
Pongamos un ejemplo. Las notas que los niños obtienen en el colegio transmiten una valiosa información a sus padres y cuidadores ya que son la materia prima sobre la que infieren las probabilidades de éxito de los niños en el medio y largo plazo. Pues bien, los hogares de distinta clase social reaccionan de forma diferente ante notas buenas, malas y regulares. Mientras que los padres menos aventajados parecen resignarse ante notas malas de sus hijos, los de clase alta intentan compensar su fracaso académico y, muy frecuentemente, consiguen compensarlo y garantizar la progresión educativa de sus hijos.
¿Compensan los ricos y se resignan los pobres?
Para ver si existe compensación de los malos resultados escolares de los hijos de las familias más aventajadas, mi colega Fabrizio Bernardi y yo estudiamos cómo difiere la probabilidad de que los hijos de clases altas y bajas abandonen sus estudios al final de la educación obligatoria como consecuencia de sus malas notas ( aquí).
Fijémonos en el comportamiento de dos grupos que representan bien a la sociedad española: los profesionales (clase de servicio) y los trabajadores manuales no cualificados. En el siguiente gráfico se muestra la reacción de cada uno de ellos ante diferentes niveles de rendimiento académico en la vida escolar.
Porcentaje de hijos de profesionales y trabajadores manuales sin cualificación que realizó la transición de la educación obligatoria a la no obligatoria en función del rendimiento escolar recordado
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del CIS 2634
Como se puede ver, la reacción que las familias parecen tener ante el rendimiento escolar de sus hijos es distinta en función de la clase social a la que pertenecen. Los padres de clase alta, podrían tener una mayor resistencia al desánimo cuando sus hijos no alcanzan un nivel de rendimiento escolar suficiente y son capaces de impulsarlos a continuar en el sistema educativo incluso en las circunstancias más adversas. En concreto, el 56% de los españoles que recuerda haber obtenido malas notas en la escuela y cuyos padres eran profesionales, continuaron estudiando después de la educación obligatoria. Por el contrario, entre los hijos de padres con ocupaciones manuales sin cualificación, este porcentaje de resistentes al fracaso es sólo del 20%. Esta brecha social es aún más llamativa entre quienes dicen que tuvieron notas más bien regulares. Los hijos de profesionales que transitaron a la educación no obligatoria fueron más del 80% contra un 43% del grupo tomado como referencia entre los menos favorecidos.
Esta es una prueba poco discutible de que más allá de las diferencias en el rendimiento escolar (las notas o cualquier otro indicador de rendimiento académico), la desigualdad educativa de largo recorrido podría también ser consecuencia de la forma en la que las familias de distinta reaccionan ante el fracaso. Para las clases menos favorecidas, el fracaso es un obstáculo mucho más insuperable que para los padres más acomodados. Éstos últimos no se desaniman y saben sortearlo adoptando estrategias para compensar los malos resultados de sus hijos sin frenar su progresión educativa.
Puede que estas conclusiones resulten un tanto aventuradas para los lectores que estén más familiarizados con la escasa calidad de las estadísticas educativas (y en general, sociodemográficas) de España. Pero nosotros mismos hemos confirmado la misma regularidad en otros países que cuentan con mejores datos ( aquí). Es difícil ser contundente a la hora de explicar las causas detrás de esta regularidad. Si las notas ayudan a los padres a inferir con qué probabilidades las carreras educativas de sus hijos serán exitosas, cabe pensar que las clases altas son más capaces de asumir los riesgos (y los costes de oportunidad) derivados de un fracaso potencial. En cambio, los padres de clases menos acomodadas pueden ver en las malas notas una amenaza creíble de que en el medio y largo plazo el sistema educativo podría expulsar a sus hijos.
Las políticas públicas que persiguen incrementar la equidad educativa no sólo deben remediar las carencias que limitan el desarrollo de los estudiantes con más talento de entre los menos favorecidos socialmente. Es también importante que el sistema educativo sea realmente selectivo sobre el criterio del talento y la valía personal y que las familias acomodadas tengan más dificultades para impulsar indebidamente a aquellos de sus hijos con menos capacidades.
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