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La Escuela: la antipedagogía

La gitaneidad tradicional (o histórica) ha constituido, hasta mediados del siglo XX, un bellísimo ejemplo de resistencia a los poderes homogeneizadores de la sociedad occidental. La idiosincrasia gitana (asentada en el nomadismo, la oralidad, un vigoroso sentimiento comunitario, la aversión al trabajo alienado, al productivismo y a las lógicas políticas de los Estados, un derecho oral consuetudinario transnacional que recibe el nombre de Kriss Romaní, etc.) fue capaz de resistir durante siglos a estrategias virulentas de aniquilación (expulsión, sedentarización forzosa, encarcelamiento masivo, esclavización, eliminación física,…) desplegladas en casi toda Europa por la sociedad mayoritaria —las hemos designado “Pogrom”—; pero no ha logrado, en la contemporaneidad capitalista, sobrevivir al “Programa”, vehiculado por la Escuela y desgranable en trabajo social intensivo, asistencialismo altericida, proyectos interculturales de asimilación, discriminaciones positivas, etcétera. Ha sobrevenido, en efecto, la “integración” como etnocidio y, una vez más, la diferencia genuina e inquietante se ha disuelto en una amable e inofensiva diversidad. Como en el caso de los indígenas, de los habitantes de los entornos rural-marginales, la escolarización obligatoria se ha revelado decisiva para asegurar el aplastamiento de lo Otro.
Ofrecemos, a continuación, el primer capítulo de La gitaneidad borrada, ensayo escrito desde el amor al gitano de ayer, la solidaridad con los gitanos sublevados de hoy y el anhelo de un mundo que, ante lo extraño, ante lo distinto, ante cuantos no se nos parecen, en lugar de diseñar dispositivos de “integración”, se contentara con la más laxa de las “convivencias”. Porque, en el Occidente que padecemos y hacemos padecer, el principio de Auschwitz sigue plenamente vigente, como lamentan hoy los miles de gitanos que no olvidan las palabras y los hechos de sus ancestros, gente linda, gente noble, gente libre, que ya casi no queda…

I) LA ESCUELA. PRESENTACIÓN DE LA ANTIPEDAGOGÍA

“¡Qué terrible aventura es sentarse junto a un hombre
que se ha pasado toda su vida queriendo educar a los demás!
¡Qué espantosa es esa ignorancia! (…)
¡Qué limitado parece el espíritu de semejante ser!
¡Cómo nos cansa y cómo debe cansarse a sí mismo
con sus interminables repeticiones y sus insípidas reiteraciones!
¡Cómo carece de todo elemento de progreso intelectual!
¡En qué círculo vicioso se mueve sin cesar!
Pero el tipo del cual el maestro de escuela
deviene como un mero representante (y de ínfima importancia),
paréceme que domina realmente nuestras vidas;
y así como el filántropo es el azote de la esfera ética,
el azote de la esfera intelectual es el hombre ocupado siempre en la educación de los demás”
Oscar Wilde, “El crítico artista”

1) GENEALOGÍA DE LA ESCUELA
La Escuela (general, obligatoria) surge en Europa, en el siglo XIX, para resolver un problema de gestión del espacio social. Responde a una suerte de complot político-empresarial, tendente a una reforma moral de la juventud —forja del “buen obrero” y del “ciudadano ejemplar”.
En Trabajos elementales sobre la Escuela Primaria, A. Querrien, aplicando la perspectiva genealógica sugerida por M. Foucault, desvela el nacimiento de la Escuela (moderna, regulada, estatal) en el Occidente decimonónico. En el contexto de una sociedad industrial capitalista enfrentada a dificultades de orden público y de inadecuación del material humano para las exigencias de la fábrica y de la democracia liberal, va tomando cuerpo el plan de un enclaustramiento masivo de la infancia y de la juventud, alimentado por el cruce de correspondencia entre patronos, políticos y filósofos, entre empresarios, gobernantes e intelectuales. Se requería una transformación de las costumbres y de los caracteres; y se eligió el modelo de un encierro sistemático —adoctrinador y moralizador— en espacios que imitaron la estructura y la lógica de las cárceles, de los cuarteles y de las factorías (A. Querrien, 1979).

2) LA FORMA OCCIDENTAL DE EDUCACIÓN ADMINISTRADA. El “TRÍPODE” ESCOLAR

A) El Aula
Supone una ruptura absoluta, un hiato insondable, en la historia de los procedimientos de transmisión cultural: en pocas décadas, se generaliza la reclusión “educativa” de toda una franja de edad (niños, jóvenes). A este respecto, I. Illich ha hablado de la invención de la niñez:
“Olvidamos que nuestro actual concepto de «niñez» solo se desarrolló recientemente en Europa occidental (…). La niñez pertenece a la burguesía. El hijo del obrero, el del campesino y el del noble vestían todos como lo hacían sus padres, jugaban como estos, y eran ahorcados igual que ellos (…). Solo con el advenimiento de la sociedad industrial la producción en masa de la «niñez» comenzó a ser factible (…). Si no existiese una institución de aprendizaje obligatorio y para una edad determinada, la «niñez» dejaría de fabricarse (…). Solo a «niños» se les puede enseñar en la escuela. Solo segregando a los seres humanos en la categoría de la niñez podremos someterlos alguna vez a la autoridad de un maestro de escuela” (1985, p. 17-8).
Desde entonces, el estudiante se define como un “prisionero a tiempo parcial”. Forzada a clausura intermitente, la subjetividad de los jóvenes empieza a reproducir los rasgos de todos los seres aherrojados, sujetos a custodia institucional. Son sorprendentes las analogías que cabe establecer entre los comportamientos de nuestros menores en las escuelas y las actitudes de los compañeros presos de F. Dostoievski, descritas en su obra El sepulcro de los vivos (1974). Entre los factores que explican tal paralelismo, el escritor ruso señala una circunstancia que a menudo pasa desapercibida a los críticos de las estructuras de confinamiento: “la privación de soledad”.
Pero para educar no es preciso encerrar: la educación “sucede”, “ocurre”, “acontece”, en todos los momentos y en todos los espacios de la sociabilidad humana. Ni siquiera es susceptible de deconstrucción. Así como podemos deconstruir el Derecho, pero no la justicia, cabe someter a deconstrucción la Escuela, aunque no la educación. “Solo se deconstruye lo que está dado institucionalmente”, nos decía J. Derrida en “Una filosofía deconstructiva” (1997, p. 7).
En realidad, se encierra para:
1) Asegurar a la Escuela una ventaja decisiva frente a las restantes instancias de socialización, menos controlables. Como ha comprobado A. Querrien, precisamente para fiscalizar (y neutralizar) los inquietantes procesos populares de auto-educación —en las familias, en las tabernas, en las plazas,…—, los patronos y los gobernantes de los albores del Capitalismo tramaron el Gran Plan de un internamiento formativo de la juventud (1979, cap. 1).
2) Proporcionar, a la intervención pedagógica sobre la conciencia, la duración y la intensidad requeridas a fin de solidificar habitus y conformar las “estructuras de la personalidad” necesarias para la reproducción del sistema económico y político (P. Bourdieu y J. C. Passeron, 1977).
3) Sancionar la primacía absoluta del Estado, que rapta todos los días a los menores y obliga a los padres, bajo amenaza de sanción administrativa, a cooperar en tal secuestro, como nos recuerda J. Donzelot en La policía de las familias (1979). El autor se refiere en dicho estudio, no a la familia como un poder policial, sino, contrariamente, al modo en que se vigila y se modela la institución del hogar. Entre los dispositivos encargados de ese “gobierno de la familia”, de ese control de la intimidad doméstica, se halla la Escuela, con sus apósitos socio-psico-terapéuticos (psicólogos escolares, servicios sociales, mediadores comunitarios, etc.). Alcanza así su hegemonía un modelo exclusivo de familia, en la destrucción o asimilación de los restantes —hogar rural-marginal, grupo indígena, clan nómada, otras fórmulas minoritarias de convivencia o de procreación, etc. Distingue a ese arquetipo prevalente aceptar casi sin resistencia la intromisión del Estado en el ámbito de la educación de los hijos, renunciando a lo que podría considerarse constituyente de la esfera de privacidad y libertad de las familias.

B) El Profesor
Se trata, en efecto, de un educador; pero de un educador entre otros (educadores “naturales”, como los padres; educadores elegidos para asuntos concretos, o “maestros”; educadores fortuitos, tal esas personas que se cruzan inesperadamente en nuestras vidas y, por un lance del destino, nos marcan en profundidad; actores de la “educación comunitaria”; todos y cada uno de nosotros, en tanto auto-educadores; etcétera). Lo que define al Profesor, recortándolo de ese abigarrado cuadro, es su índole “mercenaria”.
Mercenario en lo económico, pues aparece como el único educador que proclama consagrarse a la más noble de las tareas y, acto seguido, pasa factura, cobra. “Si el Maestro es esencialmente un portador y comunicador de verdades que mejoran la vida, un ser inspirado por una visión y una vocación que no son en modo alguno corrientes, ¿cómo es posible que presente una factura”? (Steiner, 2011, p. 10-1). Mercenario en lo político, porque se halla forzosamente inserto en la cadena de la autoridad; opera, siempre y en todo lugar, como un eslabón en el engranaje de la servidumbre. Su lema sería: “Mandar para obedecer, obedecer para mandar” (J. Cortázar, 1993).
Desde la antipedagogía se execra particularmente su auto-asignada función demiúrgica (“demiurgo”: hacedor de hombres, principio activo del mundo, divinidad forjadora), solidaria de una “ética de la doma y de la cría” (F. Nietzsche). Asistido de un verdadero poder pastoral (M. Foucault) (1), ejerciendo a la vez de Custodio, Predicador y Terapeuta (I. Illich) (2), el Profesor despliega una operación pedagógica sobre la conciencia de los jóvenes, labor de escrutinio y de corrección del carácter tendente a un cierto “diseño industrial de la personalidad” (3). Tal una aristocracia del saber, tal una élite moral domesticadora, los profesores se aplicarían al muy turbio Proyecto Eugenésico Occidental, siempre en pos de un Hombre Nuevo —programa trazado de alguna manera por Platón en El Político, aderezado por el cristianismo y reelaborado metódicamente por la Ilustración (4). Bajo esa determinación histórico-filosófica, el Profesor trata al joven como a un bonsái: le corta las raíces, le poda las ramas y le hace crecer siguiendo un canon de mutilación. “Por su propio bien”, alega la ideología profesional de los docentes… (A. Miller) (5).

C) La Pedagogía
Disciplina que suministra al docente la dosis de autoengaño, o “mentira vital” (F. Nietzsche),imprescindible para atenuar su mala conciencia de agresor. Narcotizado por un saber justificativo, podrá violentar todos los días a los niños, arbitrario en su poder, sufriendo menos… Los oficios viles esconden la infamia de su origen y de su función con una “ideología laboral” que sirve de disfraz y de anestésico a los profesionales: “Estos disfraces no son supuestos. Crecen en las gentes a medida que viven, así como crece la piel, y sobre la piel el vello. Hay máscaras para los comerciantes así como para los profesores” (Nietzsche, 1984, p. 133).
Como “artificio para domar” (Ferrer Guardia, 1976, p. 180), la pedagogía se encarga también de readaptar el dispositivo escolar a las sucesivas necesidades de la máquina económica y política, en las distintas fases de su conformación histórica. Podrá así perseverar en su objetivo explícito (“una reforma planetaria de las mentalidades”, en palabras de E. Morin, suscritas y difundidas sin escatimar medios por la UNESCO) (6), modelando la subjetividad de la población según las exigencias temporales del aparato productivo y de la organización estatal.
A grandes rasgos, ha generado tres modalidades de intervención sobre la psicología de los jóvenes: la pedagogía negra, inmediatamente autoritaria, al gusto de los despotismos arcaicos, que instrumentaliza el castigo y se desenvuelve bajo el miedo de los escolares, hoy casi enterrada; la pedagogía gris, preferida del progresismo liberal, en la que el profesorado demócrata, jugando la carta de la simpatía y del alumnismo, persuade al estudiante-amigo de la necesidad de aceptar una subalternidad pasajera, una subordinación transitoria, para el logro de sus propios objetivos sociolaborales; y la pedagogía blanca, en la vanguardia del Reformismo Pedagógico contemporáneo, invisibilizadora de la coerción docente, que confiere el mayor protagonismo a los estudiantes, incluso cuotas engañosas de poder, simulando espacios educativos “libres”.
En El enigma de la docilidad, valoramos desabridamente el ascenso irreversible de las pedagogías blancas (2005, p. 21):
“Por el juego de todos estos deslizamientos puntuales, algo sustancial se está alterando en la Escuela bajo la Democracia: aquel dualismo nítido profesor-alumno tiende a difuminarse, adquiriendo progresivamente el aspecto de una asociación o de un enmarañamiento.
Se produce, fundamentalmente, una «delegación» en el alumno de determinadas incumbencias tradicionales del profesor; un trasvase de funciones que convierte al estudiante en sujeto/objeto de la práctica pedagógica… Habiendo intervenido, de un modo u otro, en la rectificación del temario, ahora habrá de padecerlo. Erigiéndose en el protagonista de las clases re-activadas, en adelante se co-responsabilizará del fracaso inevitable de las mismas y del aburrimiento que volverá por sus fueros conforme el factor rutina erosione la capa de novedad de las dinámicas participativas. Involucrándose en los procesos evaluadores, no sabrá ya contra quién revolverse cuando sufra las consecuencias de la calificación discriminatoria y jerarquizadora. Aparentemente al mando de la nave escolar, ¿a quién echará las culpas de su naufragio? Y, si no naufraga, ¿de quién esperará un motín cuando descubra que lleva a un mal puerto?
En pocas palabras: por la vía del Reformismo Pedagógico, la Democracia confiará al estudiante las tareas cardinales de su propia coerción. De aquí se sigue una invisibilización del educador como agente de la agresión escolar y un ocultamiento de los procedimientos de dominio que definen la lógica interna de la Institución.
Cada día un poco más, la Escuela de la Democracia es, como diría Cortázar, una «Escuela de noche». La parte visible de su funcionamiento coactivo aminora y aminora. Sostenía Arnheim que, en pintura como en música, «la buena obra no se nota» –apenas hiere nuestros sentidos. Me temo que este es también el caso de la buena represión: no se ve, no se nota. Hay algo que está muriendo de paz en nuestras escuelas; algo que sabía de la resistencia, de la crítica. El estudiante ejemplar de nuestro tiempo es una figura del horror: se le ha implantado el corazón de un profesor y se da a sí mismo escuela todos los días. Horror dentro del horror, el de un autoritarismo intensificado que a duras penas sabremos percibir. Horror de un cotidiano trabajo de poda sobre la conciencia. «¡Dios mío, qué están haciendo con las cabezas de nuestros hijos!», pudo todavía exclamar una madre alemana en las vísperas de Auschwitz. Yo llevo todas las mañanas a mi crío al colegio para que su cerebro sea maltratado y confundido por un hatajo de educadores, y ya casi no exclamo nada. ¿Qué puede el discurso contra la Escuela? ¿Qué pueden estas páginas contra la Democracia? ¿Y para qué escribir tanto, si todo lo que he querido decir a propósito de la Escuela de la Democracia cabe en un verso, en un solo verso, de Rimbaud:
«Tiene una mano que es invisible, y que mata»”.
Frente a la tradición del Reformismo Pedagógico (movimiento de las Escuelas Nuevas, vinculado a las ideas de J. Dewey en EEUU, M. Montessori en Italia, J. H. Pestalozzi en Suiza, O. Decroly en Bélgica, A. Ferrière en Francia, etc.; irrupción de las Escuelas Activas, asociadas a las propuestas de C. Freinet, J. Piaget, P. Freire,…; tentativa de las Escuelas Modernas, con F. Ferrer Guardia al frente; eclosión de las Escuelas Libres y otros proyectos antiautoritarios, como Summerhill en Reino Unido, Paideia en España, la “pedagogía institucional” de M. Lobrot, F. Oury y A. Vásquez en América Latina o los centros educativos inspirados en la psicoterapia de C. R. Rogers en Norteamérica; y la articulación de la Escuela Socialista, desde A. Makarenko hasta B. Suchodolski, bajo el comunismo), no existe, en rigor, una tradición contrapuesta, de índole antipedagógica.
La antipedagogía no aparece como una corriente homogénea, discernible, con autores que remiten unos a otros, que parten unos de otros. Deviene, más bien, como “intertexto”, en un sentido próximo al que este término conoce en los trabajos de J. Kristeva: conjunto heterogéneo de discursos, que avanzan en direcciones diversas y derivan de premisas también variadas, respondiendo a intereses intelectuales de muy distinto rango (literarios, filosóficos, cinematográficos, técnicos,…), pero que comparten un mismo “modo torvo” de contemplar la Escuela, una antipatía radical ante el engendro del praesidium formativo, sus agentes profesionales y sus sustentadores teóricos. Ubicamos aquí miríadas de autores que nos han dejado sus impresiones negativas, sus críticas, a veces sus denuncias, sin sentir necesariamente por ello la obligación de dedicar, al aparato escolar o al asunto de la educación, un corpus teórico riguroso o una gran obra. Al lado de unos pocos estudios estructurados, de algunas vastas realizaciones artísticas, encontramos, así, un sinfín de artículos, poemas, cuentos, escenas, imágenes, parágrafos o incluso simples frases, apuntando siempre, por vías disímiles, a la denegación de la Escuela, del Profesor y de la Pedagogía.
En este intertexto antipedagógico cabe situar, de una parte, poetas románticos y no románticos, escritores más o menos “malditos” y, por lo común, creadores poco “sistematizados”, como el Conde de Lautréamont (que llamó a la Escuela “Mansión del Embrutecimiento”), F. Hölderlin (“Ojalá no hubiera pisado nunca ese centro”), O. Wilde (“El azote de la esfera intelectual es el hombre empeñado en educar siempre a los demás”), Ch. Baudelaire (“Es sin duda el Diablo quien inspira la pluma y el verbo de los pedagogos”), A. Artaud (“Ese magma purulento de los educadores”), J. Cortázar (La escuela de noche), J. M. Arguedas (Los escoleros), Th. Bernhard (Maestros antiguos), J. Vigo (Cero en conducta), etc., etc., etc. De otra parte, podemos enmarcar ahí a unos cuantos teóricos, filósofos y pensadores ocasionales de la educación, como M. Bakunin, F. Nietzsche, P. Blonskij (desarrollando la perspectiva de K. Marx), F. Ferrer Guardia en su vertiente “negativa”, I. Illich y E. Reimer, M. Foucault, A. Miller, P. Sloterdijk, J. T. Gatto, J. Larrosa con intermitencias, J. C. Carrión Castro,… En nuestros días, la antipedagogía más concreta, perfectamente identificable, se expresa en los padres que retiran a sus hijos del sistema de enseñanza oficial, pública o privada; en las experiencias educativas comunitarias que asumen la desescolarización como meta (Olea en Castellón, Bizi Toki en Iparralde,…); en las organizaciones defensivas y propaladoras antiescolares (Asociación para la Libre Educación, por ejemplo) y en el activismo cultural que manifiesta su disidencia teórico-práctica en redes sociales y mediante blogs (Caso Omiso, Crecer en Libertad,…).

3) EL “OTRO” DE LA ESCUELA: MODALIDADES EDUCATIVAS REFRACTARIAS A LA OPCIÓN SOCIALIZADORA OCCIDENTAL
La Escuela es solo una “opción cultural” (P. Liégeois) (7), el hábito educativo reciente de apenas un puñado de hombres sobre la tierra. Se mundializará, no obstante, pues acompaña al Capitalismo en su proceso etnocida de globalización…
En un doloroso mientras tanto, otras modalidades educativas, que excluyen el mencionado trípode escolar, pugnan hoy por subsistir, padeciendo el acoso altericida de los aparatos culturales estatales y para-estatales: educación tradicional de los entornos rural-marginales (objeto de nuestro ensayo libre Desesperar), educación comunitaria indígena (que analizamos en La bala y la escuela) (8), educación clánica de los pueblos nómadas (donde se incluye la educación gitana), educación alternativa no-institucional (labor de innumerables centros sociales, ateneos, bibliotecas populares, etc.), auto-educación,…
Enunciar la otredad educativa es la manera antipedagógica de confrontar ese discurso mixtificador que, cosificando la Escuela (desgajándola de la historia, para presentarla como un fenómeno natural, universal), la fetichiza a conciencia (es decir, la contempla deliberadamente al margen de las relaciones sociales, de signo capitalista, en cuyo seno nace y que tiene por objeto reproducir) y, finalmente, la mitifica (erigiéndola, por ende, en un ídolo sin crepúsculo, “vaca sagrada” en expresión de I. Illich) (9).

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NOTAS:
(1) Poder pastoral, constituyente de “sujetos” en la doble acepción de M. Foucault: “El término «sujeto» tiene dos sentidos: sujeto sometido al otro por el control y la dependencia, y sujeto relegado a su propia identidad por la conciencia y el conocimiento de sí mismo. En los dos casos, el término sugiere una forma de poder que subyuga y somete” (1980 B, p. 31).
(2) En La sociedad desescolarizada, I. Illich sostuvo lo siguiente:
“[La Escuela] a su vez hace del profesor un custodio, un predicador y un terapeuta (…). El profesor-como-custodio actúa como un maestro de ceremonias (…). Es el árbitro del cumplimiento de las normas y (…) somete a sus alumnos a ciertas rutinas básicas. El profesor-como-moralista reemplaza a los padres, a Dios, al Estado; adoctrina al alumno acerca de lo bueno y lo malo, no solo en la escuela, sino en la sociedad en general (…). El profesor-como-terapeuta se siente autorizado a inmiscuirse en la vida privada de su alumno a fin de ayudarle a desarrollarse como persona. Cuando esta función la desempeña un custodio y un predicador, significa por lo común que persuade al alumno a someterse a una domesticación en relación con la verdad y la justicia postuladas” (1985, p. 19).
(3) Asunto recurrente en casi todas las obras de F. Nietzsche —véase, en particular, Sobre el porvenir de nuestras escuelas (2000). En una fecha sorprendentemente temprana, 1872, casi asistiendo al nacimiento y primera expansión de la educación pública, el “olfato” de F. Nietzsche desvela el propósito de las nuevas instituciones de enseñanza: “Formar lo antes posible empleados útiles y asegurarse de su docilidad incondicional”. De alguna forma, queda ya dicho lo más relevante; y podría considerarse fundada de una vez la antipedagogía, que había empezado a balbucear en no pocos pasajes, extremadamente lúcidos, de M. Bakunin (en el contexto de su crítica pionera de la teología). A “la doma y la cría del hombre” se refiere también F. Nietzsche en Así habló Zaratustra, especialmente en la composición titulada “De la virtud empequeñecedora” (1985, p. 237-247).
(4) En Reglas para el parque humano, la idea de una “élite moral domesticadora” (que actúa, entre otros ámbitos, en la Escuela), siempre al servicio del proyecto eugenésico europeo, es asumida, si bien con matices, por P. Sloterdijk, a partir de su recepción de F. Nietzsche: “[Para F. Nietzsche] la domesticación del hombre era la obra premeditada de una liga de disciplinantes, esto es, un proyecto del instinto paulino, clerical, instinto que olfatea todo lo que en el hombre pudiera considerarse autónomo o soberano y aplica sobre ello sin tardanza sus instrumentos de supresión y de mutilación” (2000 B, p. 6).
(5) Para A. Miller (Por tu propio bien, 2009), toda pedagogía es, por necesidad, “negra”; y enorme el daño que la Escuela, bajo cualquiera de sus formas, inflige al niño. Desde el punto de vista de la psicología, y con una gran sensibilidad hacia las necesidades afectivas del menor, la autora levanta una crítica insobornable del aparato educativo, erigiéndose en referente cardinal de la antipedagogía.
(6) No podemos transcribir sin temblor estas declaraciones de E. Morin, en Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, obra publicada en París, en 1999, bajo el paraguas de la ONU: “Transformar la especie humana en verdadera humanidad se vuelve el objetivo fundamental y global de toda educación” (p. 42); “Una reforma planetaria de las mentalidades; esa debe ser la labor de la educación del futuro” (p. 58).
(7) Véase Minoría y escolaridad: el paradigma gitano, estudio coordinado por J. P. Liégeois (1998). Las conclusiones de esta investigación han sido recogidas por M. Martín Ramírez en “La educación y el derecho a la dignidad de las minorías. Entre el racismo y las desigualdades intolerables: el paradigma gitano” (2005, p. 197-8). Remitimos también a La escolarización de los niños gitanos y viajeros, del propio J. P. Liégeois (1992).
(8) Remitimos a nuestro ensayo La bala y la escuela. Holocausto indígena, publicado por Virus Editorial en 2009. Contra la diferencia indígena, el imperialismo cultural de Occidente y la globalización del sistema capitalista que le sirve de basamento disponen de dos instrumentos fundamentales: la bala (paramilitarización, terror policíaco, ejércitos invasores) y la Escuela. Como en el caso gitano, hay, en lo “impersonal”, una víctima inmediata y otra mediata: la educación comunitaria en un primer momento y la alteridad cultural a medio plazo. Como acontece en el ámbito romaní, hay también, en el horizonte, miles de víctimas “personales”: los portadores de caracteres específicos, idiosincrásicos, anulados por la Subjetividad Única euro-norteamericana.
(9) “La escuela esa vieja y gorda vaca sagrada” es el título que I. Illich eligió para una de sus composiciones más célebres, publicada en 1968. Transcurrida una década, fue incluida en el número 1 de la revista Trópicos (1979, p. 14-31).

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Reino Unido: Los/las profesores/as suplentes son víctimas de prácticas laborales cuestionables

Los/las profesores/as suplentes en el Reino Unido se han mostrado muy preocupados/as por el número creciente de prácticas laborales dudosas por parte de las agencias que los/las contratan, las cuales afectan tanto a sus condiciones de trabajo como a su calidad de vida.

 

Fuente: Internacional de la educación/ Los/las participantes en una reunión de docentes suplentes, organizada en Birmingham el 12 de marzo por la NASUWT, sindicato afiliado a la Internacional de la Educación (IE), alzaron sus voces para recordar al Gobierno su obligación de garantizar que las agencias que suministran docentes suplentes operen de conformidad con la ley.

Los/las docentes suplentes se mostraron preocupados por el hecho de que aunque las escuelas pagan a las agencias cientos de libras cada vez que se cubren clases individuales, los/las docentes solo reciben una pequeña parte de los honorarios pagados a las agencias.

El Gobierno debe actuar urgentemente

Según una encuesta electrónica realizada en tiempo real a los miembros que asistieron a la conferencia, el 94 por ciento de los/las docentes suplentes dijeron que no pensaban que el Gobierno valorara o comprendiera sus necesidades, mientas que casi el mismo número coincidió en que era necesario y urgente establecer una normativa más estricta para las agencias.

Tres de cada cuatro docentes suplentes (74 por ciento) indicaron que se esperaba que firmaran contratos dudosos con empresas paraguas que evaden impuestos y organizaciones deslocalizadas. Además, el 56 por ciento de los/las docentes suplentes dijo que en los últimos 12 meses su trabajo había tenido un impacto negativo en su salud.

Patrick Roach, Vicesecretario General de la NASUWT y miembro del Consejo Ejecutivo de la IE, se dirigió a la conferencia y destacó que muchos/as profesores/as se convierten en “profesores/as suplentes por la falta de oportunidades de trabajo flexible en las escuelas; sin embargo, muchos/as de ellos/as se enfrentan a la explotación y el trato injusto por parte de algunas agencias de contratación, empresas paraguas y escuelas”.

Denunció que se pedía a muchos/as docentes suplentes que firmaran contratos dudosos o renunciaran a sus derechos legales a igualdad de trato según lo estipulado por el Reglamento para Trabajadores/as por Agencia. “En un momento de crisis de contratación y retención de docentes, el Gobierno debe tomarse en serio las cuestiones planteadas por los/las docentes suplentes, que son el pilar del sistema escolar”, exigió, concluyendo que “era simplemente escandaloso que se considere a muchos/as profesores/as suplentes como profesionales de segunda clase y se les niegue el mismo trato en el trabajo”.

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Colombia: Gran Jornada de Movilización del Magisterio en el marco del Paro Nacional 

Fuente FECODE/  La Federación Colombiana de Educadores participará con una Gran Jornada de Movilización y toma de capitales en todo el país, durante el Paro Nacional convocado por las centrales obreras y el Comando Nacional Unitario para este jueves 17 de marzo.

El magisterio colombiano se movilizará por la defensa de una educación pública de calidad, administrada y financiada por el Estado; por una salud digna para los docente y sus familias; por el pago de deudas al magisterio; por una jornada única con las condiciones adecuadas, dotación, infraestructura, respeto a la jornada laboral docente, alimentación y transporte escolar; y en contra del decreto que reforma las facultades de educación de las universidades.

De esta manera, los maestros y maestras se unen a organizaciones de sectores sociales, campesinos, transportadores, salud, indígenas, petrolero, financiero, estudiantil, entre otros, en un rechazo conjunto hacia las políticas social y económica del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, manifestadas en las reformas tributaria y pensional; el ínfimo incremento del salario mínimo; y la prelación de los intereses de las multinacionales sobre las necesidades de las comunidades nacionales.

Si bien Fecode ratifica su respaldo al proceso de paz en La Habana, esperando la firma de un acuerdo y el mecanismo con el cual será refrendado, plantea que el gobierno demuestra incapacidad para resolver la crisis económica al pretender poner toda la carga de la misma en los hombros de la clase obrera y de los pensionados. Además, manifiesta su firme defensa del patrimonio público, por lo cual, rechaza la venta de Isagén y la privatización de empresas del Estado que tienen prevista los gobierno nacional y distrital.

En Bogotá, el Magisterio de la ciudad y de Cundinamarca se concentrarán desde las 10:00 am en la Calle 26 con carrera 30 para movilizarse de manera pacífica hasta la Plaza de Bolívar.

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Banco Mundial: Integración en la educación superior, esencial para la región

www.mineducacion.gov.co/14-03-2016/Bogota

La Viceministra de Educación Superior, Natalia Ariza Ramírez y el Jefe de la División de Educación del Ministerio de Educación de Chile, Francisco Martínez, analizaron la situación del sector en los dos países para hallar soluciones a problemáticas comunes.

Viceministra Natalia Ariza con el banco mundial

Como resultado de un diagnóstico realizado por expertos de la región y con miras a promover y desarrollar el Sistema de Educación Terciaria, el Ministerio de Educación participará en la estructuración de un proyecto que incluirá la colaboración de diversos sectores relacionados con esta cartera en América Latina.

«El consenso regional aporta mucho. Debemos ser más insistentes en la aplicación de una metodología que nos una. Estamos muy interesados en que Colombia contribuya con este propósito», manifestó la Viceministra de Educación Superior, Natalia Ariza Ramírez.

Para la Gerente de Prácticas de la Unidad de Educación Superior del Banco Mundial, Reema Nayar, la integración es esencial.

«La Educación Terciaria provee más opciones y debe incorporarse en un solo sistema, que cuente con todos los requerimientos de aseguramiento de la calidad y estándares para los profesores; que proporcione las habilidades necesarias para la economía de los países», aseguró Nayar.

La iniciativa es producto de un Foro de Expertos Latinoamericanos en Educación Superior, realizado por el Banco Mundial en Bogotá, donde también se analizó la actual formación de docentes.

«Más que recursos, las propuestas que se discuten acá requieren una decisión de cambio en los esquemas de calidad, de un trabajo muy juicioso con quienes saben del tema, que piensen en umbrales y estándares generales, para cambiar la mentalidad del sistema tradicional de formación de docentes», manifestó Ariza.

La necesidad de movilidad académica y profesional, la formación de capital humano avanzado, innovación e investigación también hicieron parte de la agenda.

«Tenemos asuntos muy comunes. Podemos trabajar juntos las políticas públicas, para obtener beneficios mútuos, además de coordinar y estandarizar algunos aspectos, como lo ha hecho Europa, para que la Educación Superior empiece a cerrar algunas distancias que vemos con otras regiones», explicó el Jefe de la División de Educación del Ministerio de Educación Superior de Chile, Francisco Martínez.

«En Colombia hemos hecho un esfuerzo de Gobierno muy grande por tener la educación en el primer nivel de la agenda. Eso nos abre una puerta para esperanzarnos y pensar que propuestas como las que hoy hemos hecho tengan asiento en esta nación», dijo la Viceministra de Educación Superior de Colombia.

Con la educación terciaria el Gobierno fortalecerá la formación técnica y tecnológica, de manera paralela a la universitaria, con criterios de calidad y pertinencia, para brindar a los ciudadanos mayores opciones de acceso a lo que hoy se conoce como educación superior, de acuerdo con su orientación vocacional.

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En Uruguay asumieron las nuevas autoridades de Inspección Técnica del CEIP

Fuente CEIP/ Uruguay/ El pasado jueves 3 de marzo, la Sala de Sesiones del Consejo de Educación Inicial y Primaria sirvió de marco para la asunción oficial del nuevo equipo de trabajo que conforma la Inspección Técnica, el máximo órgano técnico de la División Primaria del CEIP, que define y coordina los lineamientos generales de acción para la Educación Primaria de todo el país a nivel de todas las áreas y sus respectivas Inspecciones

PRENSA PRIMARIA

La directora general del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Irupé Buzzetti, junto a los consejeros Héctor Florit y Pablo Caggiani, saludaron con enorme satisfacción y orgullo a las nuevas autoridades de Inspección Técnica, que el pasado jueves 3 de marzo asumieron oficialmente en sus cargos, en un acto breve pero emotivo que se llevó a cabo en la Sala de Sesiones.

Allí, Buzzetti remarcó que confía plenamente en la gestión que, tanto Milka Shannon como inspectora técnica y José Barrios, Edith Coitinho, María Cosentino y Gloria García desde Inspección General, van a desarrollar en los años que siguen, dado que cada uno tiene un fuerte conocimiento de la docencia, no sólo de los aspectos técnicos, ya que supieron estar en las escuelas como maestros, directores o inspectores.

Por su parte, Florit destacó el hecho de que el máximo órgano técnico de la División Primaria del CEIP esté integrado por funcionarios del Estado que llegaron por concurso.

En este mismo sentido, Caggiani afirmó que esta fortaleza tiene que ver con un marco de principios y una propuesta de política educativa que va más allá de los partidos y los gobiernos.

Finalmente, la inspectora técnica señaló que, el hecho de haber recorrido por concurso toda la carrera es muy bueno, ya que obliga a actualizarse permanentemente y a pensar en los demás, agregando que esta experiencia acumulada la utilizarán para compartir con todos los compañeros a los que haya que apoyar.

Shannon dijo que todos están convencidos de que es un lugar relevante para la toma de decisiones, pero no un lugar autoritario, sino que darán los mejor de ellos y su dedicación total para definir y coordinar los lineamientos generales de acción para la educación pública.

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FE y Alegría cumple 50 años en Bolivia: Por Una educación inclusiva.

www.la-razon.com/Marco Fernandez/14-03-2016

Una alianza entre maestros, padres y estudiantes caracteriza a estas unidades educativas donde se comparten saberes  comprensivos.

Lo que para Gaby Ch. representaba un panorama penoso se convirtió en una oportunidad que comparte con su hijo Kevin, quien vive con el síndrome de Down. Hasta hace un tiempo, como consecuencia de esta alteración genética, el niño no podía comunicarse con sus padres debido a que carece de la capacidad del habla. Pero ahora, con el apoyo de las profesoras del Centro de Educación Especial Madre Ascensión Nicol (ubicado en la zona 16 de Julio de El Alto), ya puede expresar sus sentimientos a través de señas.

Esta historia es una de las tantas que ha ayudado a forjar Fe y Alegría, un movimiento de educación popular integral y promoción social que aporta a la construcción de una sociedad inclusiva y equitativa, y que el 9 de mayo cumplirá 50 años de compromiso en Bolivia.

La iniciativa, que en la actualidad favorece a familias de 19 países de América Latina, el Caribe, África y Europa, comenzó en Venezuela con el sacerdote jesuita José María Vélaz, quien en 1955, durante la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, recorría con estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello el barrio popular de Catia (al oeste de Caracas) para catequizar a los menores de edad. Pero pronto comprendió que eso servía de muy poco si ellos no tenían las posibilidades de salir de la pobreza, así es que emprendió una cruzada con el objetivo de crear un centro de enseñanza.

“Padre, he escuchado que usted anda buscando un local para abrir una escuela. Si pone las maestras, yo pondré la casa. Es solo un rancho grande, pero servirá”. La propuesta la hizo Abrahán Reyes, un venezolano de escasos recursos y con ocho hijos que sacrificó lo poco que había acumulado para el beneficio de cientos de niños. Y así nació esta historia.

Durante los primeros meses del emprendimiento en su país de origen, los estudiantes se sentaban en bloques de cemento, en latas de leche vacías o en sillas que traían de sus viviendas. “Era una casa muy pobre, pero extremadamente bella. A las escuelas no las hacen bonitas las paredes, los adornos, la pintura. Las hacen bellas los niños”, escribe Antonio Pérez-Esclarín en el libro que relata la vida de Vélaz, de origen chileno.

A partir de este primer paso, con dos virtudes espirituales que describen la razón de ser de la organización sin fines de lucro (fe y alegría), el jesuita, con la ayuda de la comunidad, edificó más unidades escolares en Venezuela, que después se ampliaron a otros países a través de los colegios de convenio, es decir que el Estado se encarga del pago de sueldos a los maestros, mientras que la ONG mejora la calidad de la educación, tramita ayuda externa y consigue equipamiento.

Bolivia fue la cuarta nación beneficiada con la idea, mediante siete unidades educativas en La Paz (Copacabana y Corazón de Jesús), Santa Cruz (La Merced), Cochabamba (El Salvador), Oruro (Virgen del Mar), Potosí (Fray Vicente Vernedo) y Chuquisaca (Milagrosa Loyola).

El caso de la Unidad Educativa Copacabana, ubicada en la zona de La Portada, es similar al del barrio de Catia. “Empezó en las casas de los padres de familia, ellos han hecho la primera edificación con tapial, una especie de vaciado de barro con paja”. Este esfuerzo vio sus frutos cuando comenzaron las clases, el 9 de mayo de 1966, hace 50 años.

Nercy Mamani, directora del establecimiento, relata ese pasado en el mismo lugar donde estaban las primeras aulas de Fe y Alegría en Bolivia, aunque ahora, en lugar de las paredes gruesas de adobe, hay una infraestructura grande y nueva, suficiente para acoger a más de 2.000 estudiantes en todos los turnos.

“Paz y bien, chicos”, dice la maestra al entrar a un aula. “Paz y bien, señorita directora”, responden los alumnos al ponerse de pie. Este detalle es una pequeña  muestra de una manera distinta de aprender no solo para los niños, sino también para padres de familia y los profesores.

Al igual que los demás establecimientos de Fe y Alegría en todo el territorio nacional, en el Copacabana se desarrollan actividades que promueven la seguridad y la cultura de paz. El primer ejemplo se puede apreciar en la puerta de la escuela y en los alrededores, donde 10 progenitores, uniformados con ponchillos verdes, ofrecen seguridad a los menores para que se sientan protegidos y se mantenga el orden, la limpieza y el cuidado del establecimiento, que fue inaugurado el año pasado gracias al proyecto “Bolivia cambia, Evo cumple”.

En los pasillos relucientes de la escuela, Ros Chamby y Óscar Huanca informan a la directora que las clases transcurrieron con normalidad. Se trata de dos estudiantes que cursan 6° de primaria y que pasaron talleres sobre cultura de paz en la Defensoría del Pueblo, para ser designados defensores de los estudiantes, lo que les da la potestad para recibir denuncias sobre bullying e informar de estos hechos a los padres o a los maestros. Como parte de la cultura de inclusión que promueve esta ONG, 200 niños que tienen alguna discapacidad embellecen las aulas de los cursos de la escuela de La Portada, para lo cual los maestros tienen un currículo que se acomoda a estas circunstancias y se dan charlas a padres e hijos para que tomen conciencia de esta realidad. Además, los papás se están organizando para impulsar un grupo de autoayuda mediante el cual compartirán experiencias y hallarán soluciones a sus problemas.

El sacerdote Rafael García, director nacional de Fe y Alegría, explica que la entidad se encarga de la enseñanza regular para personas con capacidades diferentes, lleva adelante un programa intercultural bilingüe, dirige institutos técnicos superiores y maneja un plan de inserción laboral, que beneficia a aproximadamente 240.000 familias y 182.000 estudiantes en 456 unidades educativas. “Es un modelo educativo que viene de grandes pensadores, como Paulo Freire (uno de los más influyentes teóricos de la educación en el siglo XX), una educación crítica, emprendedora y autodidacta. Ya no existe el maestro que lo sabe todo y el alumno que va a aprender, sino que se deben compartir saberes”.

En la urbe alteña, Kevin forma parte de los más de 110 estudiantes con otras capacidades que pasan clases en inicial, primaria y formación técnica.

“Sabemos que solo con educación tendremos los avances que quisiéramos, entonces, debemos  hacer fuerza entre la familia y el equipo de rehabilitación para alcanzar el desarrollo integral”, sostiene la hermana Beatriz Huallata, directora del Centro de Educación Especial Madre Ascensión Nicol.

“Lo peor que pueden hacer los padres de niños con discapacidad es dejarlos encerrados en la casa, porque ellos, como toda persona, tienen derecho a la educación, a tener una mejor calidad de vida y derecho al trabajo”, reflexiona la religiosa.

En ese marco, Adrián Pérez, técnico en inclusión laboral, menciona que la unidad educativa cuenta con talleres de formación en carpintería, repostería y artesanía, con el objetivo de que los chicos, cuando crezcan, puedan conseguir un empleo digno, como lo hicieron este año cuatro jóvenes en empresas de La Paz y El Alto.

“Desde que se incorporó aquí, mi hija ha mejorado”, expresa Gema Q., quien llegó desde Santa Cruz para buscar un mejor futuro para Marcia. Con el apoyo de las educadoras, la niña ya puede decir sus primeras palabras. “Para mí es un logro, porque ya está hablando, ya no la ven como un fenómeno, como pasa mucho en nuestra sociedad”.

Es el momento del recreo en el centro educativo, así es que Kevin y Marcia salen al patio para jugar y compartir con sus compañeros y maestras. “No es fácil inscribir a nuestros hijos en estos centros, pero Fe y Alegría está dando un color muy hermoso a las personas discapacitadas. Nos sentimos muy apoyados y agradecidos con ellos”, manifiesta Gaby, quien está convencida de que con mucha fe y alegría se puede conseguir infinidad de logros. Y más aún cuando se cumplen los 50.

Luchador de la educación

“Actualmente cumplo con mi juramento, con mi trabajo en Fe y Alegría, dándoles educación de calidad a nuestros alumnos y alumnas para liberarlos de la pobreza a través de una educación de calidad que les abra un futuro digno, para una vida digna y propia de seres humanos e hijos de Dios. Trabajamos con los más pobres del país, o por lo menos con gente muy pobre. Estamos allí donde termina el asfalto, allí donde la ciudad pierde su nombre”.

El sacerdote jesuita Fernando Cardenal resumió de esa manera la misión de Fe y Alegría en un texto que tituló Testamento. El 20 de febrero de este año, este religioso nicaragüense que dedicó gran parte de su vida a la enseñanza de los menores de edad más necesitados de su país, falleció.

Nacido en 1934 en Granada (Nicaragua), Cardenal fue ordenado sacerdote jesuita en 1967, a partir de lo cual ejerció como catedrático de Filosofía y fue fundador de la Comisión Nicaragüense de Derechos Humanos en 1977.

Con la victoria de la revolución sandinista en el país centroamericano, aceptó el cargo de coordinador nacional de la Cruzada Nacional de Alfabetización, desde donde ayudó a reducir en cinco meses el analfabetismo, del 51% al 12,9%, con la colaboración de 80.000 jóvenes, algo loable tomando en cuenta que por entonces Nicaragua tenía apenas tres millones de habitantes.

Junto a su hermano Ernesto, Fernando Cardenal fue uno de los cuatro sacerdotes que fueron expulsados por las autoridades del Vaticano, en 1984, durante el papado de Juan Pablo II, por su decisión de participar en política como militante activo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

“Quiero luchar por la liberación de los pobres, luchar por la justicia”, escribió para justificar el cargo gubernamental que asumió.

Después de haber sido readmitido en 1996, Cardenal fue designado director nacional de Fe y Alegría de Nicaragua, cargo que ocupó desde 1999 hasta su fallecimiento, el 20 de febrero. Su ejemplo de lucha por la educación es solo una muestra de la labor de la comunidad de Fe y Alegría

Fuente de al imagen destacada: www.feyalegria.org

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Acuerdo Entre Islas Cook Y Japón Materializan 2 Nuevas Aulas En Apii Te Uki Ou

Acuerdo Entre Islas Cook Y Japón Materializan 2 Nuevas Aulas En Apii Te Uki Ou

Islas Cook/ marzo de 2016/Cook Islands News

La emoción estuvo presente en la escuela Apii Te Uki Ou mientras los profesores y estudiantes celebraron el nuevo entorno de aprendizaje con la entrega de las nuevas aulas construidas por Japón, así lo dio a conocer el portal Cook Islands News.
Apii Te Uki Ou ha pasado de ser una pequeña escuela que comenzó en un garaje hace 22 años a una escuela de pleno derecho, que ahora tiene casi 200 estudiantes. Este nuevo edificio escolar también está disponible para uso comunitario
La finalización con éxito de este proyecto consistió en muchas contribuciones, como la de Japón que proporcionó $ 120,000 para la construcción de nuevas aulas.
La Junta de Gobernadores presidida por Lucy McDonald dijo que la escuela aprecia la generosa financiación propuesta por Japón para construir las «notables» nuevas aulas.
«Me gustaría dar las gracias a Su Excelencia Toshihisa Takata, Embajador de Japón. Su generosidad ha proporcionado a nuestros alumnos más jóvenes un nuevo entorno maravilloso de aprendizaje”
«La educación en todo el mundo es cada vez más conscientes del impacto del ambiente de aprendizaje en los profesores y sus alumnos.»
El embajador Toshihisa Takata dijo que se sintió abrumado por la cálida acogida y la hospitalidad de la gente de las islas Cook. «Es un privilegio y un gran honor estar aquí hoy en nombre del gobierno y el pueblo de Japón para entregar oficialmente este proyecto para la construcción de Apii Te Uki Ou.
Takata dijo además que Japón estaba contento de poder colaborar con Apii Te Uki Ou para contribuir con una educación plenamente inclusiva.
El director de la institución Apii Te Uki Ou Brendon Fiebig dijo que las aulas representan un nuevo capítulo en el viaje educativo de la escuela. Fiebig extendió un enorme agradecimiento a todos los involucrados incluyendo Eddie Drollett, Dave Furnell y Craig Bennett, John Short, Romani Katoa, Giovanni Marsters, y Alan Cowan.

Fuente:
http://www.cookislandsnews.com/national/education/item/57087-exciting-day-for-primary-school
foto:
http://www.cookislandsnews.com/media/k2/items/cache/d7c32921adab635a4f678f4ee37f767c_L.jpg

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