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Covid-19: Brasil a contramano de la ciencia

Redacción: RCINET

Critica el cierre de las escuelas y comercios. Se opone a la prohibición del transporte y al aislamiento de las personas. Enfrenta a los gobernadores que adoptan medidas de cuarentena para la población. Dijo una frase que todavía resuena: “No hay por qué cerrar escuelas, cuando en el mundo los más afectados por la pandemia son las personas mayores de 60 años”.

Se trata del presidente Jair Bolsonaro quien se toma muy a la ligera el avance de la pandemia del coronavirus en su país.

En las últimas 24 horas hubo 23 muertes por la COVID-19 llevando su total a 159 personas según informes del Ministerio de salud de Brasil, con 4.579 casos positivos.

Su posición preocupa tanto que hasta sus propios seguidores empiezan a darle la espalda, destaca Jean-Michel Leprince, corresponsal de Radio Canadá en América Latina.

El presidente de Brasil enfrentado a sus propios ministros por coronavirus

A los ministros y otras autoridades les preocupa que su presidente califique al coronavirus de gripecita. Porque eso tiene repercusión en la manera de abordar el problema.

“El ministerio de Salud tiene una posición ante el coronavirus. El presidente otra. Uno defiende el aislamiento social como forma principal de intentar contener la expansión del coronavirus en el país. El otro está a favor de un aislamiento vertical, o sea, restringido a los mayores de sesenta años”.

-Jean-Michel Leprince

Bolsonaro se posiciona contra los postulados y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando pide a los brasileños que regresen a trabajar.

Según informan diversos medios en América latina Bolsonaro había dijo que el director de la Organización Mundial de Salud, Tedros Adhanom Gebreyesus, coincidía con él en estar en contra del aislamiento social horizontal. Lo que fue desmentido inmediatamente por el propio Gebreyesus según información de OGlobo.

El Dr. Luiz Henrique Mandetta Ministro de Salud, el Ministro de Justicia Sergio Moro y el Ministro de Economía Paulo Guedes, considerados como cargos clave del gobierno de Bolsonaro ya manifestaron su desacuerdo públicamente con el jefe de Estado concerniente a la falta de medidas para luchar contra la pandemia.

26 de los 27 gobernadores advirtieron ya que seguirán fieles a las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS).

Brasil va por mal camino dicen expertos

La mayoría de expertos en temas de pandemia lo repiten: hay que aislar y aislar. Poco importa las edades.

El Imperial College de Londres estima que si hoy Brasil toma medidas más restrictivas para combatir el coronavirus el número de muertes no pasaría de los 50 000.

Si solo se aplica el postulado de Bolsonaro de aislar a los mayores solamente, esta cifra podría superar los 500.000.

Las autoridades canadienses en todos los niveles gubernamentales siguen los preceptos de los expertos en salud. Salud Canadá  afirma que las medidas de distanciamiento social tienen por objetivo reducir al mínimo el contacto estrecho con otros miembros de la comunidad.

Por eso son importantes respetar las consignas de cuarentena y aislamiento a nivel individual, así como social. Para el organismo de salud pública, es crucial respetar esas medidas.

El primer ministro de Canadá Justin Trudeau lo dice y lo repite en cada una de sus conferencias de prensa cotidianas.

Váyanse a sus casas y quédense en sus casas”.

Además, los estudios de referencia muestran que el distanciamiento social no sólo ayuda a evitar la sobrecarga del sistema de salud, sino que también facilita la recuperación económica después de la pandemia.

La última decisión del presidente Bolsonaro fue eximir de la cuarentena a los cultos religiosos y casas de venta de lotería.

Este lunes, los líderes de la izquierda en Brasil pidieron la renuncia del presidente, considerando su manejo de la crisis sanitaria como algo irresponsable y criminal.

Fuente: https://www.rcinet.ca/es/2020/04/01/covid-19-brasil-a-contramano-de-la-ciencia/

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Las revoluciones científicas de Kuhn y el cambio de paradigma en educación

Por: José María Barroso Tristán

Thomas Kuhn profundizó en su libro La estructura de las revoluciones científicas (2004) sobre el concepto de paradigma, situándolo como un elemento fundamental para poder comprender cómo se produce el avance del conocimiento a través de las estructuras científicas. Para Kuhn el término paradigma adquiere significados en dos sentidos distintos:

Por una parte, significa toda la constelación de creencias, valores, técnicas, etc., que comparten los miembros de una comunidad dada. Por otra parte, denota una especie de elemento de tal constelación, las concretas soluciones de problemas que, empleadas como modelos o ejemplos, pueden remplazar reglas explícitas como base de la solución de los restantes problemas de la ciencia normal. (Kuhn, 2004, p. 269)

Basados en esa constelación de creencias, valores y técnicas compartidas, los diferentes paradigmas científicos asientan una (micro)cultura de la investigación que les proporciona una serie de certezas y herramientas, que proporcionan cohesión interna al paradigma, y que sirven para dar respuesta a las incógnitas que se van presentando. Sin embargo, con el paso del tiempo, la ampliación del conocimiento por parte del paradigma se va estancando debido a los cambios sociales, el avance en otros campos científicos y porque sus mecanismos internos ya no son capaces de dar respuesta a los fenómenos analizados, comenzando a encontrar anomalías1, también llamadas crisis por Thomas Kuhn. Es decir, el paradigma ya no puede continuar avanzando en la generación/profundización de conocimientos debido a que las creencias, valores y técnicas compartidas ya no son capaces de atender a las características especiales de los fenómenos analizados, no encajan en la cosmología global de la base epistemológica contemporánea y sus retos en la sociedad. Es entonces cuando comienzan a surgir nuevas constelaciones, paradigmas, que producen un cambio en la base filosófica de los grupos científicos para adaptarse a los cambios surgidos tanto en la sociedad como en el conocimiento generado por otras disciplinas. Es en este momento cuando surgen las revoluciones científicas:

(…) cuando la profesión no puede pasar por alto ya las anomalías que subvierten la tradición existente de prácticas científicas— se inician las investigaciones extraordinarias que conducen por fin a la profesión a un nuevo conjunto de compromisos, una base nueva para la práctica de la ciencia. Los episodios extraordinarios en que tienen lugar esos cambios de compromisos profesionales son los que se denominan en este ensayo revoluciones científicas. Son los complementos que rompen la tradición a la que está ligada la actividad de la ciencia normal. (Kuhn, 2004, p. 27).

Aterrizando la discusión en el campo de la educación, los sistemas educativos han estado regidos durante más de un siglo por el paradigma conductista, el cual se basa en la creencia de que mediante un proceso “correctamente” mecanizado de la enseñanza se puede producir el aprendizaje de todos los estudiantes. La afirmación del paradigma conductista como estructurador de los procesos educativos está relacionada también con las condiciones sociales que existían en el momento de su implementación. Por un lado, motivado por el éxodo rural, ya que era necesario alfabetizar a todas las personas que llegaban del campo para que pudiesen trabajar en el mundo industrial. Por otro lado, debido al reciente derecho al acceso a la educación pública para todos, ya que mediante este paradigma se podía dar clase a grandes cantidades de estudiantes con un solo docente, pues el proceso era mecanizado desde su inicio hasta el final. Finalmente, por la finalidad social de la educación en aquel momento, en el que se entendía que la educación debía estar dedicada a la adquisición de unos conocimientos estáticos, ya que no se tenía la consideración de que los sistemas educativos debiesen formar a los ciudadanos para interiorizar prácticas democráticas y tener conocimiento sobre las organizaciones que ejercen poder en la sociedad, tales como los medios de comunicación, para fomentar un pensamiento crítico que permitiese la mejora social.

Desde su perspectiva puramente pedagógica, la lógica conductista lleva implícita la idea de que las características individuales de los estudiantes no son una variable importante a tener en consideración para los procesos de enseñanza-aprendizaje, lo que nos aboca inevitablemente a un proceso homogeneizador en el que se espera que todos los estudiantes reaccionen de la misma manera a una acción educativa dada, como si de un elemento químico se tratasen, y en el que el papel del estudiante se reduce a un rol pasivo de recepción acrítica de una serie de conocimientos considerados como únicos y objetivos al provenir de una única fuente de información, el curriculum educativo, que es aplicado por el docente directamente o mediado por la herramienta estrella del paradigma conductista, el libro didáctico.

Esta constelación de creencias no solamente incide sobre el proceso didáctico de la educación, sino sobre todos los elementos que dan forma a los sistemas educativos como las infraestructuras escolares, los recursos didácticos, las ratios docente-estudiantes, el sistema unidisciplinar o la ausencia de lógicas democráticas dentro de los procesos educativos. Es decir, el paradigma imperante en los sistemas educativos no solamente marca las directrices del proceso educativo en el aula, sino que de él dependen también los condicionantes físicos y las características que enmarcan al proceso en sí para adaptarse a la constelación de creencias de dicho paradigma.

Así como anunció Kuhn, el paradigma conductista también acabó enfrentándose a anomalías, o crisis, ante las que ya no podía responder debido a los cambios sociales y los avances en el conocimiento, tanto al interior de la ciencia educativa como a otras externas. La sociedad tuvo fuertes cambios, especialmente con la llegada de la globalización, el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación y el desarrollo de internet, lo que conllevó a modificaciones del papel de la educación en la sociedad, al dejar de ser una de las únicas y principales fuentes de acceso al conocimiento y tener que pasar a aportar, además de conocimiento, habilidades y capacidades críticas para un mundo hiperinformado a través de medios de comunicación con intereses privados.

En este contexto de cambios sociales y del surgimiento de anomalías en el paradigma, la psicología, ciencia que había asentado las bases para el conductismo, produjo una revolución científica para dar respuesta a estas crisis, surgiendo el paradigma constructivista que, dentro del campo educativo, puede ser sintetizado por el siguiente principio enunciado por Ausubel, Novak y Hanesian (1983, p. 1): “si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio, enunciaría este: el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto, y enséñese consecuentemente”. Este cambio fundamental del paradigma constructivista con respecto al conductista produce un terremoto en las creencias teóricas sobre el mundo educativo y las implicaciones que las bases teóricas contienen sobre la praxis.

Situar el conocimiento previo que tiene el estudiante como el elemento fundamental para poder producir su aprendizaje, supone que el proceso educativo tenga que adaptarse a una temporalidad y características diferentes con respecto al paradigma conductista, donde las particularidades de los estudiantes no eran consideradas importantes para lograr el objetivo final de la educación, el aprendizaje. Las ratios docente-estudiantes, por ejemplo, están legisladas bajo una lógica conductista de la educación en la que no es necesaria la participación de los estudiantes para la construcción del proceso educativo, teniendo un máximo de 25 estudiantes en primaria, de 30 en secundaria y de 25 para bachillerato. Estos máximos son tomados de la legislación española, siendo muy similares en el resto del ámbito iberoamericano. La cantidad de estudiantes limita la posibilidad de acción del docente, dificultando que pueda acceder al conocimiento previo de los estudiantes para poder elaborar procesos educativos que se adapten a las características singulares de los estudiantes para producir aprendizaje significativo en ellos. Como consecuencia, no se puede hacer frente al pluralismo epistemológico que emana de la singularidad y diversidad de los estudiantes, por lo que se sigue manteniendo un sistema de enseñanza basado en la unidireccionalidad del proceso en el que el docente sigue siendo el protagonista en la construcción del proceso de enseñanza-aprendizaje, produciendo un monismo epistemológico, en detrimento de los factores epistémicos, didácticos y motivacionales con respecto al aprendizaje que fundamentan el constructivismo. Junto a estas características, otras como el sistema unidisciplinar o la ausencia de elementos democráticos en el aula siguen ancladas en la lógica del paradigma conductista aun cuando es la propia legislación educativa la primera en asumir los principios constructivistas.

En esta transición entre paradigmas, las condiciones estructurales heredadas del paradigma anterior permanecen en el tiempo dando forma a la organización educativa, lo que frena la implementación de los conceptos teóricos y prácticas del nuevo paradigma. Esto dificulta la transición entre paradigmas al parecer en un inicio que el nuevo paradigma no es efectivo y eficiente para la finalidad deseada, el aprendizaje. El nuevo paradigma tiene que adaptar sus teorías y herramientas a un ambiente y condiciones que no le son propias, lo que impide que pueda ser desarrollado con su máxima potencialidad. Añadido a ello, y debido a la ausencia de planes nacionales efectivos de implementación de las nuevas lógicas educativas, la aceptación/implementación de las nuevas metodologías y teorías del aprendizaje por parte de los docentes son dispares, provocando que exista al interior del sistema educativo incoherencia entre los estilos docentes, estando, por una parte, los profesores que continúan anclados al antiguo paradigma y, por otro, los que se aventuran a desarrollar las nuevas metodologías en un ambiente que no es propicio para ello. De esta manera, desde la perspectiva del estudiante, se genera un panorama en el que no existe una armonía ni coordinación con respecto a las finalidades del proceso educativo ni en la forma de abordarlo por parte de la docencia, lo que va en perjuicio de los aprendizajes y del funcionamiento de la sociedad.

Durante este periodo de transición, la educación y la sociedad, al depender su funcionamiento de la formación ofrecida por la primera, se ven en un periodo de crisis en el cual, el sistema educativo no puede afrontar con todas las garantías los procesos de enseñanza-aprendizaje, provocando que la sociedad se resienta ante una ausencia de una formación educativa que prepare a los ciudadanos para afrontar los retos sociales que plantea el presente. El papel de la escuela como lugar exclusivo para la adquisición del conocimiento ya no existe, ya que, a partir de la globalización y la emergencia de las nuevas tecnologías de la información e internet, las fuentes de información y conocimiento disponibles para los estudiantes (y la sociedad) han vivido un aumento exponencial, desplazando al sistema educativo a ser una fuente marginal de información y conocimiento en comparación con los medios de comunicación (radio, televisión, periódico y, sobre todo, internet). Pero tampoco se ha adaptado a su papel de educar a la futura ciudadanía en las habilidades y capacidades del pensamiento crítico para analizar y evaluar los conocimientos emitidos en una sociedad donde la información es la base del poder y tiene una intencionalidad privada sesgada por intereses que no representan el colectivo de la sociedad. Casualmente, el libro didáctico, una de las principales herramientas para transportar el conocimiento por las aulas de nuestros países, es producido en su gran mayoría por las mismas empresas que controlan los medios de comunicación tradicionales, radio, televisión y prensa.

Por tanto, es urgente que el cambio de paradigma en educación sea realizado de forma completa, adaptando las condiciones estructurales a las necesidades emanadas de las teorías y prácticas del paradigma. De esta manera, el sistema educativo podrá desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje coherentes con los principios educativos que se encuentran fundamentados en el avance de la ciencia y en la realidad social contemporánea. La sociedad, por su lado, comenzará a gozar de una población que pueda alcanzar un desarrollo integral de todos sus individuos y que cuenten con las herramientas cognitivas necesarias para analizar la información de forma crítica y obtener fundamentos sólidos para mejorar sus condiciones sociales.

Referencias

Ausubel, D. P., Novak, J. D. y Hanesian, H. (1983). Psicología educativa. Un punto de vista cognoscitivo. México D.F: Ed. Trillas.

Kuhn, T. (2004). La estructura de las revoluciones científicas. Argentina: Fondo de cultura económica.

Notas
1. “…un fenómeno para el que el investigador no estaba preparado por su paradigma” (Kuhn, 2004, p. 100).

Fuente e imagen: https://iberoamericasocial.com/las-revoluciones-cientificas-de-kuhn-y-el-cambio-de-paradigma-en-educacion/

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Viaje circular de vuelta a Freire

Por: José Luis Corbo

La paz se construye en la construcción incesante de la justicia social. Por eso no creo en ningún esfuerzo, por más que se auto titule educación para la paz que, en lugar de revelar las injusticias del mundo, las torne opacas e intente miopizar a sus víctimas” (P. Freire)

Hace tiempo, recorriendo viejo libros que había desechado, tuve la suerte de rencontrarme con un texto de Paulo Freire que decía algo como esto: “hemos leído a Marx, a Gramsci, a Lukács, a Marcuse y a Erich Fromm, ahora sólo se trata de actuar”.

Me he dado cuenta entonces que por algún motivo no todo se registra en el libro de la vida y que por otros tantos motivos, no todo se almacena en la memoria. El riesgo del borrar es inevitable.

Ese texto al que refiero, el cual yo no recordaba o creo al menos no recordar, me enfrentó con varias nuevas opciones para entender las mismas y viejas cosas. Esto de ir inevitablemente creciendo, poniéndose grande, incursionando en lecturas diferentes y, por qué no, más profundas y complejas, nos pone cada vez más oscuros y nos aleja sensiblemente de la realidad.

Entonces nos olvidamos de aquello que en algún momento nos aclaró lo que no entendíamos, aquello que nos enseñó a leer el mundo, e intentamos sumergirnos en teorías inaccesibles porque, de alguna manera, entendemos que la verdad la revelan los intelectuales.

Paulo Freire no era sólo un intelectual, era más que eso. Su texto era accesible a todos, tal vez por eso su valor agregado. Este texto revisitado me trajo a la cabeza unas cuantas ideas y me obligó a seguir buscando, a recurrir inclusive a Henry Giroux y a Peter McLaren, dos de los últimos referentes empeñados en replicar su voz y tal vez de los pocos pensadores vivos que intentan mantener viva su esencia.

Mi primer llamado de atención son sus referentes teóricos, los mismos que ahora me ayuden a construir mi discurso y los que yo mismo asumía más profundos que el propio Freire.

Lo segundo es entender definitivamente que este señor no improvisaba, que su construcción filosófica y las formas de un discurso en extremo profundo y a su vez accesible, hacían de este increíble educador una figura muy especial. Entendí entonces que Freire era el único exponente de su época capaz de poner en práctica las ideas revolucionarias de la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt.

Por algún motivo, él entendió que era necesario una revolución, pero que la revolución no es únicamente la guerra y que hay una puerta abierta para revoluciones que nacen de la cultura pero que necesariamente deben proponerse llegar a la estructura, a la realidad objetiva. Freire entendió que la revolución se puede hacer en la educación y que se puede cambiar el mundo, pero que el cambio pierde sentido si no se piensa para cambiar las relaciones materiales.

Su discurso era para los más desprotegidos y su educación se pensaba para la praxis. Freire no sólo pensaba la praxis, la construía. Transformaba y se transformaba de forma permanente con una lógica diferente de la que tuvieron los primeros revolucionarios: simplemente educando.

Freire entendió de alguna manera que es posible encender la llama revolucionaria enfrentando las formas culturales y reconstruyendo las formas educativas. Ése era su discurso, el necesario para comprender el mundo y para transformarlo, y así lo entendieron también los campesinos brasileños. Freire era el discurso de los que no podían hablar y los brazos de los que no tenían fuerza para emprender una revolución armada.

Freire era la escuela de Frankfurt en acción, el movimiento de los grandes genios judíos-alemanes de escritorio.

Y su práctica comenzó con toda la fuerza y empezó a generar transformaciones reales hasta el momento en que, como siempre y por desestabilizar a los que tienen los privilegios, fue apresado.

Él supo mostrarnos que hay esperanza más allá de la violencia, la misma violencia que hoy nos plantean como solución a nuestros problemas. Él nos dejó claro que el mundo en que vivimos no es el mejor de los mundos posibles, como quiso hacernos creer Leibniz. Él nos demostró que el mundo está para ser transformado y que las formas de injusticia social con las que convivimos necesariamente deben ser repensadas.

Freire no sólo lo tenía bien claro sino que ya se había leído todos los libros, con tal lucidez que fue capaz de llevarlos a la praxis. Solamente una mente brillante cargada de un anhelo de justicia, como él, fue capaz de plantear esto.

Parece inevitable volver a leer a Freire en, tal vez, el peor de los embates neoliberales en la educación. Recuperarlo es recuperar las ganas de educar, es volver a sentirnos agentes de cambio. Es negarnos a transformarnos en meros aplicadores de…, para sentirnos, de una vez por todas, y como su buen discípulo lo dijo, verdaderos intelectuales transformadores.

Fuente: https://maldonadonoticias.com/beta/columnistas/15860-viaje-circular-de-vuelta-a-freire.html

 

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Entrevista a Daniel Mendelsohn: “Las asignaturas técnicas no te van a ayudar en absoluto si tu padre se muere. Te ayudarán los clásicos”

Redacción: Letras Libres

Tras el éxito de ‘Una odisea’, el profesor y crítico ha reunido en un volumen ensayos sobre la cultura pop en los que se cuela un cierto espíritu clásico.

Sin haber salido aún de la estela del éxito de su Una odisea, el pasado 26 de octubre Daniel Mendelsohn presentó en Washington su nuevo libro: la colección de ensayos Éxtasis y terror. De los griegos a Juego de tronos. El profesor de griego clásico, escritor, ensayista, crítico y editor at large de la New York Review of Books, recopila en este volumen textos autobiográficos, crítica literaria y ensayos para abordar desde asuntos de actualidad (los atentados de Boston) hasta críticas de la cultura pop (Juego de tronos, el ciclo de Mi lucha de Knausgard), en un abanico de piezas cosidas implícita o explícitamente con el hilo de los clásicos griegos: Esquilo, Homero, La Ilíada, Sófocles… Y a veces todo ello mezclado, no agitado, que diría James Bond, como cuando aborda el asesinato de JFK como mito y tragedia.

Su libro anterior fue Una odisea: un padre, un hijo, una épica. Este lleva por subtítulo De los griegos a Juego de tronos. Han transcurrido más de dos mil años y el poso cultural de la antigua griega continúa teniendo una fuerza muy poderosa en la sociedad y la cultura del siglo XXI. ¿Por qué?

Mencionas Una odisea, que es un libro que ha tenido mucho éxito en España… es estupendo y me hace muy feliz; y esto es muy curioso: desde España hasta el Mar Negro, todo ese material clásico es, para bien o para mal, parte de nuestro ADN cultural europeo. Estamos programados para responder a esos estímulos porque eso es lo que ha creado nuestra cultura, las partes malas y las partes buenas de ella, y es por eso por lo que respondemos de manera muy fuerte a readaptaciones, reescrituras… Es algo que al final siempre conocemos, es parte de nuestro pensamiento, algo que, de un modo u otro, todos los miembros de la cultura europea comparten. Hemos sido creados por dos tradiciones, la clásica y la bíblica. Esa tradición siempre está flotando en el ambiente.

Sin embargo, es curioso, y le pregunto esto también como profesor de cultura clásica, que si uno dice: «Estoy leyendo a Esquilo», «Soy profesor de La odisea», «Uno de mis escritores preferidos es Jenofonte», suena a elitista y hasta esnob y, en general, se suele ver como obras que para nada son populares, sino como lecturas difíciles, complejas y para expertos.

Mucha gente dice eso, que los clásicos son elitistas y sofisticados, ¡pero no lo son! Pero, si uno es un buen profesor, si uno sabe cómo hablar sobre ello, la cosa cambiaría completamente. Hay que recordar que muchas de las obras clásicas que actualmente se consideran complejas, en su momento fueron obras muy populares, eran cultura popular. Es una cuestión de explicarlas y enseñarlas de una manera correcta, que es lo que a mí me gusta hacer: contarle a la gente por qué siguen siendo obras interesantes.

Usted también es crítico. ¿Ve una relación estrecha entre su labor de crítico y de profesor?

Absolutamente. Una buena parte de mi labor como crítico cumple una función pedagógica, claro está. Como crítico, trato de explicar un texto, sea una película, libro, una obra de teatro, y creo que a la gente le gusta leer eso. Desafortunadamente, muchos en el mundo de la academia no son grandes explicadores ni enseñantes. Además, la academia se convierte en multitud de ocasiones en una sociedad muy cerrada. Cuando se llega a cierto nivel en una carrera investigadora, la gente acaba hablando de una cuestión solamente entre ellos y renuncia a hablar con las personas de a pie para explicarles: esto es por lo que La Ilíada es maravillosa. Estoy convencido de que a la gente, cuando uno hace eso, le gusta mucho. A eso me dedico.

¿Hay una impronta de los clásicos griegos en Juego de tronos? ¿Por qué ha sido un fenómeno absoluto a todos los niveles, popular, entre la crítica, la academia y el mundo audiovisual?

Juego de tronos es, en cierta medida, una cultura patriarcal muy violenta, que es lo que eran tanto los romanos como los griegos. Pero como escribo en el ensayo recogido en este libro, en cierto modo la serie es más una historia medieval que una clásica. Es la intención también del autor del libro: crear una especie de mundo medieval paralelo. Uno de los elementos que sí pertenece a los clásicos en Juego de tronos, tanto en la serie como en los libros, es que tiene una muy clara y emocional manera de entender cómo funciona el poder y sus entresijos. Es como Tucídides. El poder es despiadado y cuando pierdes, mueres.

Casi siempre aparece el componente de la cultura clásica, de forma más o menos explícita.

Por mi trabajo, contemplo a menudo el ADN clásico que hay en la producción cultural… no siempre está ahí, pero muchas veces sí y esto no tiene por qué ocurrir necesariamente en un producto cultural, como digo en mi libro, sino en un hecho real como el que sucedió tras los atentados de Boston, en el momento en que todo el mundo se opuso a que enterraran en su localidad al autor de la matanza, Tamerlán Tsarnaev. Esa oposición a enterrar el cuerpo de tu enemigo es una historia que aparece en nuestra herencia cultural [en Éxtasis y terror, Mendelsohn recuerda que lo que “obsesionaba a la Antígona de Sófocles es que no enterrar a su hermano, no tratar al criminal de guerra como a un ser humano, habría sido en última instancia, abandonar su propia humanidad”]. Este es el tipo de análisis que disfruto haciendo, aunque mucho del trabajo que hago y he hecho como crítico en los últimos treinta años nada tiene que ver con los clásicos.

Me gustaría conocer su opinión respecto a que, cada vez más a menudo, como sucede en España, las reformas que se plantean y realizan en el sistema educativo es para extirpar del mismo las humanidades –latín, griego, filosofía, historia–, con el argumento de que el sistema educativo tiene que estar más ajustado a las necesidades del mercado y de las empresas, con lo que se asume, por un lado, que estas materias son improductivas y casi, digamos, veleidosas.

Los buenos pensadores y los pensadores críticos serán menos proclives a consumir lo que se quiere que se consuma y del modo en que se quiere que se consuma; por eso se hacen esas reformas. El problema con este enfoque de retirar las humanidades del sistema educativo es que obedece a una mirada muy miope sobre la realidad. Todo el mundo está ahora muy histérico sobre entrenar a los estudiantes en ciencias, tecnología técnica, ingeniería, matemática, lo cual está bien porque vivimos en una sociedad tecnológica y necesitamos tener trabajadores y consumidores bien educados en esos terrenos. No tengo ningún problema con eso, pero la razón por la que uno necesita las humanidades, estudiar humanidades, la razón por la que estas tienen que ser parte del sistema educativo es porque ninguna materia técnica te va a ayudar con tu vida: pueden ayudarte a encontrar un trabajo, pero cuando tu padre se muere no te van a ayudar en absoluto. Son los clásicos y las humanidades los que te van a ayudar. Por eso esas reformas proceden de una visión muy miope de lo que es útil. Las artes liberales, de las que todo el mundo habla sin cesar en las universidades, incluyen desde su origen también las ciencias, no solo es literatura. Es así desde los tiempos medievales: comprendían las ciencias, la literatura y las artes. Era un programa de formación completo y quitando una parte de ello lo que se obtiene son estudiantes que están… podríamos decir mutilados como personas.

Sin embargo, se insiste machaconamente en el argumento de que no son saberes prácticos

Se dice: «Ah, es que tenemos que formarlos de manera práctica», pero es una manera muy estrecha de considera qué es práctico. Todas las materias que estudias te dan herramientas para la vida y si solo tienes la mitad de las herramientas acabarás teniendo una vida con la mitad de sentido, de significación. Realmente es lo que creo. Porque, como digo, si tu padre se muere o te enamoras o te sucede cualquier acontecimiento de la vida, necesitas herramientas que solo te darán las humanidades.

Es como el título de aquel libro de Lou Marinoff, Más Platón y menos prozac, que tanto éxito tuvo a finales del siglo pasado y primeros años de este.

El prozac es una manera de resolver tus problemas, pero definitivamente no es la más interesante, aunque es el modo al que cada vez más gente recurre para afrontarlos. Seguramente sea una manera fácil de hacerlo, pero no me interesa en absoluto.

Su libro Una odisea es un libro sobre su padre. En las últimos, dos o tres décadas parece que se está produciendo un boom de libros de no-ficción o autoficciones, en general, y aquí incluyo especialmente libros de memorias y, en concreto, libros sobre la figura paterna. Pienso, por ejemplo, desde títulos como Patrimonio, de Philip Roth (1991) hasta el más reciente La muerte del padre, el primero (2009) del ciclo Mi lucha, de Knausgard, que ha sido todo un fenómeno literario.

Antes que nada, hay que hacer una distinción: esto es algo que ha sucedido antes en Estados Unidos que en Europa. En Estados Unidos, este auge de las memorias comenzó en los años 70 del siglo pasado y creo que el fenómeno de la autoficción es un poco más reciente en Europa. Ciertamente, si uno mira en la gran fotografía en la atmósfera intelectual de nuestro tiempo, en parte es una reacción a internet y lo digital, donde la cuestión sobre lo que es real y qué es ficción ha sido problematizada. Esto ha llevado a muchos autores, no tanto en mi caso con Una odisea, a explorar las fronteras entre ficción y hechos reales en sus obras. De un modo general, como crítico, creo que es una reacción ante internet, ante toda esa información masiva, en el sentido de una suerte de impotencia o indefensión ante esa avalancha de información verdadera o falsa. Uno busca hoy en Google y encuentra ocho millones de respuestas a la cuestión planteada y no tienes manera de saber cuál es real y cuál no. Además, esto ha creado también una crisis política, una gran crisis en lo que tiene que ver con las elecciones y la educación de los ciudadanos. La autoficción y la no-ficción son en parte una reacción a estos problemas.

Su libro se titula Éxtasis y terror. Los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas nos introdujeron, precisamente, en una época de miedo, de incertidumbre, que también tiene que ver con la avalancha de información y desinformación. Y tras el 11S de 2001 vino el 11M de 2004, después la consolidación del cambio climático como uno de los grandes temas de este siglo y en 2008 la crisis financiera. No parece casual el enorme número de exitosos libros, películas y sobre todo series que abordan este miedo, a menudo a través de la ciencia ficción y las distopías. ¿Hay también una relación entre esa erosión de la realidad, la necesidad de anclarse a hechos reales y ese terror del título de su libro?

Estamos ante el colapso del orden surgido tras la Segunda Guerra Mundial, todo el mundo lo sabe. Yo soy mayor que usted [Mendelsohn nació en 1960], pero si usted hubiera nacido en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial habría crecido con la asunción de que ese orden duraría para siempre y ahora estamos viendo que no, y esto significa que estamos en una crisis. Si uno mira la historia de la literatura, uno podría casi afirmar que todos los grandes movimientos literarios han surgido como respuesta a un momento de turbulencia, a gran crisis, en política, en economía, etcétera. Si uno mira a la novela del siglo XIX también se podría decir que es una respuesta a la revolución industrial, el auge de la burguesía… unos fenómenos que habrían sido impensables apenas cincuenta años antes. Así que, sí, toda explosión de la no-ficción, la autoficción, es una respuesta ante la ansiedad de qué es real y qué no y a la ansiedad ante el fin de una era.

Esto me lleva a plantear si, precisamente por eso, no es más importante que nunca el periodismo, tanto como la narrativa de ficción.

Es una gran cuestión. Pero es un asunto, de nuevo, donde la educación es muy importante porque si como ciudadanos somo incapaces de hacer distinciones entre verdad y ficción, entonces estamos precisamente en el momento problemático en el que nos encontramos en la actualidad.

La buena noticia cuando ciertos políticos, y pienso aquí en Donald Trump, atacan tanto a la prensa es, de hecho, un reconocimiento explícito a la función esencial del periodismo para las democracias.

¡Por supuesto! Si eres capaz de convencer a la gente de que la ficción es realidad, puedes robar un país entero para ti. Por eso ataca a la prensa.

Recuerdo cuando el conservador Michael Gove, en un debate sobre el Brexit, exlamó: «¡La gente está harta de los expertos!». Viene a ser lo mismo: la insistencia en que la realidad, la verdad, ya da igual, hay que guiarse por la emoción y no por los datos, por la razón.

Claro, creo que muchos factores vienen juntos con este problema de la dificultad de discernir la realidad de la ficción. La única respuesta que se puede dar aquí es: ante esto, hay que educar a las personas mejor, porque la educación es la única defensa que tenemos, es la única esperanza. Y fíjate que en esto tenemos el mejor detector de quiénes son los malos: cualquiera que tenga como objetivo recortar la educación, privatizarla, está promoviendo algo que, claramente, no es bueno. Lo peor es que lo estamos viendo por todas partes.

En Una odisea usted describe cómo, tras el semestre dedicado a la obra de Homero, usted y su padre –quien se matricula como uno de los alumnos del curso a sus 80 años– se deciden a hacer un crucero turístico por el Mediterráneo para visitar los lugares descritos en La odisea. Finalmente, por diversos problemas, el barco que los lleva cancela la visita a Ítaca. Usted y su padre se alegran. Sin embargo, no toda la tripulación de turistas lo ve así. Con esto quiero plantear, dentro de la reflexión general sobre el turismo cultural y patrimonial, el dilema de tener el interés lógico por visitar un sitio y al mismo tiempo saber que esa visita, si es muy masiva, acaba por destruir esos lugares, esas ciudades. Miremos lo que sucede con Venecia.

Por un lado, no poder llegar a Ítaca en nuestro crucero me hizo feliz. En parte, lo que planteas es un problema típico que pasa todo el tiempo en Proust, por ejemplo. Cuando uno finalmente consigue la cosa que se propone nunca está tan satisfecho como había imaginado. En el caso del viaje de mi padre y mío, me encantó el hecho de no poder llegar a Ítaca, me pareció muy poético. Como digo en el libro, si no alcanzas Ítaca tienes que seguir viajando, de modo que Ítaca es una especie de muerte. Por otra parte, mencionas Venecia y justo hace unos días que he estado allí. He pensado a menudo en este problema que supone el turismo en ciudades como Venecia. Es básicamente un problema antropológico: no puedes visitar un lugar sin arruinarlo. Si uno tiene la idea romántica que se suele tener de Venecia, las aguas, la decadencia, etcétera… luego uno llega allí y sólo hay turistas, casi nadie vive ya allí, es una especie de Disneylandia, eso sí, un tipo de Disneylandia muy sofisticado, más elitista, quizás. Es un problema evidente porque este tipo de turismo cultural masivo, incluso por la gente más bien intencionada del mundo, acaba destruyendo el lugar que ellos quieren amar, lo cual acaba convertido en una paradoja incómoda, especialmente en el caso de Venecia porque uno va allí y no puede tener la idea ni la sensación de saber cómo vive la gente de allí porque casi nadie vive ya en Venecia. Básicamente estás en un museo lleno de turistas en una visita que carece por completo de la autenticidad que buscabas y por la que has viajado hasta allí. Por supuesto, es mucho mejor que la gente quiera ir a Venecia que a Disneylandia. No se puede criticar tampoco que la gente quiera ver cosas: edificios, obras de arte, lugares hermosos…

Por supuesto y, al fin y al cabo, ¿no es en busca de la autenticidad por lo que la gente quiere ver y visitar sitios como Venecia?

Es una gran cuestión dentro de la civilización del consumo: todo se mercantiliza de manera que todo deviene barato y accesible pero inauténtico, por lo que la gente continúa su búsqueda de cosas y experiencias auténticas. Es el último deseo de la sociedad de consumo del capitalismo tardío, la autenticidad, porque cuando lo auténtico está localizado en el consumo, nada se siente como auténtico. Esto me lleva a las cuestiones iniciales sobre las humanidades: esto es por lo que las personas necesitamos la educación y las humanidades, porque lo que uno obtiene de una educación humanística es auténtico y siempre lo será. La lectura de una obra como La odisea nunca podrá ser mercantilizada, es una experiencia real, es realidad, y esto es ahora más importante que nunca lo ha sido antes. Por eso hay que fomentar las humanidades como defensa contra esa insípida cultura del consumo, porque de otro modo uno se queda sin cimientos, sin raíces, sin nada. Por eso los políticos la atacan: porque los ciudadanos auténticos son capaces de pensar y más capaces de resistir y no dejarse engañar por la propaganda política.

Termina la entrevista y la conversación gira hacia España y la literatura: “Me encantó Sefarad, de Antonio Muñoz Molina, un libro extraordinario. Casi todo el mundo prefiere Barcelona, pero yo me quedo definitivamente con Madrid. Y Galdós, ¡es excelente! Su Fortunata y Jacinta es una obra mayor”.

Fuente: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/libros/entrevista-daniel-mendelsohn-las-asignaturas-tecnicas-no-te-van-ayudar-en-absoluto-si-tu-padre-se-muere-te-ayudaran-los-clasicos

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Mel Ainscow, experto en educación inclusiva: “Las escuelas saben más de lo que creen”

Por: Cecilia Álvarez.

Considera que la clave en la transformación de los sistemas educativos es “invertir en los docentes”

Mel Ainscow es docente e investigador de la Universidad de Manchester, Inglaterra, y es uno de los autores que definieron la educación inclusiva. “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”, repite como un mantra, en un concepto muy vinculado a la inclusión de niños con discapacidad pero que Ainscow invita a ampliar, pensando en qué niños son los más vulnerables en cada país y prestándoles especial atención a ellos. En el marco del proyecto “Inclusión educativa de personas en situación de discapacidad en el sistema educativo de Uruguay: pedagogía en clave de diferencias”, en el que participan la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el programa Eurosocial de la Unión Europea, Ainscow estuvo la semana pasada en Uruguay y mantuvo reuniones con las autoridades, talleres con docentes y actividades con organizaciones de la sociedad civil que trabajan en torno a estos temas. Su rol, afirma, es “estimular la discusión” y aportar la experiencia de otros sistemas educativos en el mundo. Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, aseguró que visitas de expertos como Ainscow “enriquecen la formación y nos permiten poner en la agenda temas de alta relevancia”, pero consideró que la inclusión tiene que ser “un proceso sostenido”: “Poner en la agenda y gradualmente construir herramientas, dispositivos, formación y transformación cultural de la sociedad toda”.

Avanzar hacia un sistema educativo inclusivo y equitativo es un desafío para todos los países del mundo, asegura el investigador. Sobre cómo hacerlo, sobre las críticas por la pérdida de calidad y sobre las recomendaciones que presentó ante las autoridades conversamos con Ainscow en su tercera visita a Uruguay.

La última vez que estuviste en Uruguay dijiste que la reforma tenía que ser total para lograr políticas inclusivas. ¿Es posible avanzar cuando es necesario un cambio tan grande?

De lo que estamos hablando es de una agenda de transformaciones para cambiar la forma en que funciona el sistema educativo. Eso no es fácil; llevará tiempo y necesita compromiso en todos los niveles del sistema. Antes que nada, se necesita el liderazgo del gobierno, que debe dar una dirección clara sobre cuál es el propósito de todo esto, así todos tienen una idea precisa de cuál es el compromiso. Después, hacia abajo, en todos los niveles del sistema educativo, todos tienen un rol que jugar. Por eso es tan importante tener claro el propósito. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de inclusión en educación? Recientemente UNESCO lo expresó con la consigna “Todos los niños importan. Y todos los niños importan por igual”. El énfasis es en la inclusión pero también en la equidad, en lo que es justo. Esto es un desafío para todos los países del mundo: ¿cómo creamos un sistema educativo en el que todos los niños tengan la misma importancia? Los docentes son cruciales en esto, son la clave. Si los docentes no entienden, si no se sienten valorados, si no se sienten apoyados, las buenas intenciones van a quedar fuera de la puerta del salón del clase. Si mirás los países que han hecho los mayores progresos, son aquellos en los que hubo una fuerte inversión en docentes, no necesariamente pagándoles mejores salarios –aunque estoy muy a favor de eso–, sino haciéndoles entender lo importantes que son. Si vas a Finlandia, enseñar es una de las profesiones más importantes. Cuando los jóvenes dejan la escuela, quizá quieran ser abogados, doctores, pero quizá también quieran ser maestros, porque en Finlandia los docentes son personas importantes. Creo que en otros países, como en Uruguay o en Inglaterra, tenemos que entender eso, tenemos que invertir más en los docentes, hacerlos sentir valiosos, y tiene que haber desarrollo profesional durante toda su carrera, que empiece en la formación de grado pero se extienda durante toda la carrera.

Muchos docentes que tienen la intención de generar inclusión en sus clases dicen que no están preparados para hacerlo. En Uruguay no hay formación en educación inclusiva, salvo algunos talleres. ¿Es importante que exista este abordaje en la currícula de la formación docente?

Esto ha sido central en las reuniones y talleres que hemos tenido. Mi argumento, basado en la experiencia de muchos lugares, es que usualmente las escuelas saben más de lo que creen. En cualquier escuela hay más experiencia de lo que la gente se da cuenta, y para avanzar tenemos que hacer mejor uso de esa experiencia. Hay problemas estructurales en la forma como las escuelas de todo el mundo hacen su trabajo: docentes en sus clases con las puertas cerradas, solos para resolver los problemas que surgen. En las escuelas que han hecho avances se buscó romper específicamente esa soledad de los maestros; la escuela está organizada de manera que ocasionalmente los docentes tienen tiempo para verse, para compartir ideas, para resolver problemas juntos y, sobre todo, para ver cómo los otros están enseñando. Los docentes que trabajan en soledad están limitados a su propia experiencia, y cuando tienen la chance de ver a otros colegas trabajar e intercambiar sobre sus prácticas educativas, eso les da la oportunidad de conocer la experiencia del otro pero también de reconocer y valorar la propia. Como profesionales –yo me considero un docente– tendemos a subestimar nuestra propia experiencia, principalmente porque no sabemos cómo hablar de nuestras prácticas, porque estamos muy ocupados aplicándolas. En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo otros están enseñando, para compartir ideas y materiales, y para resolver problemas juntos. Por eso este abordaje que estoy presentando es de transformación: tenemos que cambiar la forma en que trabajan las escuelas, tenemos que romper con la soledad de los docentes, los docentes tienen que trabajar con otros docentes, los niños tienen que trabajar con otros niños –porque los niños pueden ser una fuerza muy poderosa para la inclusión–, y, por supuesto, las escuelas deben trabajar con las comunidades, especialmente con las familias. Las escuelas que hacen progresos ven a las familias como compañeros del proceso educativo. Es una transformación que requiere mucho esfuerzo, mucho liderazgo en el sistema.

“Los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva”.

¿Pero no debería incluirse esta perspectiva en la formación de grado de los docentes?

Sí, claramente la educación de los docentes es un factor muy importante, y las próximas generaciones de docentes tienen que ser introducidos a las ideas de inclusión y equidad. Son principios, los docentes tienen que pensar sobre ellos y revisar sus ideas previas. También pienso que en su formación los docentes tienen que poder aprender métodos efectivos para poder hacer una clase más inclusiva. Y para eso hay mucha investigación; no hay que empezar de nuevo, sabemos mucho de lo que hacen los buenos docentes.

En tus trabajos hacés énfasis en que, cuando se habla de educación inclusiva, no se hace referencia sólo a los niños con discapacidad, sino a todos los colectivos que pueden ser más vulnerables.

En lo que estamos involucrados es en un cambio de paradigma, una forma diferente de pensar. La señal de la Organización de las Naciones Unidas en Educación 2030 es clara en que cuando decimos “educación para todos” necesitamos a todos los niños. Quizá hay niños que ya están en la escuela que son vulnerables, capaz que simplemente son niños callados, tímidos, niños que tienen problemas en sus casas, niños de familias migrantes; cualquier niño puede tener vulnerabilidades. La política de inclusión y equidad trata de llegar a todos. Tradicionalmente, los niños con discapacidad son vulnerables, y necesitamos estar seguros de que no son pasados por alto. Mi abordaje es apuntar a todos, pero estar atento a aquellos grupos que sabemos que son vulnerables. En Inglaterra probablemente los estudiantes más vulnerables son los chicos blancos de clase trabajadora. Sabemos, por las estadísticas, que en general son más proclives a abandonar y son más proclives a no hacer progresos en sus aprendizajes, entonces un proyecto de inclusión en Inglaterra tiene que mirar a esos niños. La pregunta sobre quiénes son los más vulnerables en Uruguay tiene que responderla la gente de acá, pero me preocupa, por lo que he escuchado, el número significativo de adolescentes que dejan la enseñanza secundaria. ¿Por qué dejan? ¿Qué nos dice eso sobre la forma en que las escuelas se organizan? ¿Qué nos dice sobre la currícula? ¿Es significativa y relevante para esos adolescentes? Me preocupa también, por lo que he escuchado, el número de estudiantes que repiten. Entiendo que los números en Uruguay son más grandes que en otros países, y puedo adivinar –aunque no lo sé– que muchos de esos adolescente que repiten son los que eventualmente abandonan. La repetición no les da confianza personal ni autoestima. Estas evidencias son desafíos para pensar en torno a cómo se organiza la educación, sobre la forma en que se enseña y se aprende.

Una de las críticas que se suele hacer cuando se habla de educación inclusiva es la de la pérdida de calidad. ¿Cómo respondés a ese argumento?

Tradicionalmente la gente ve la idea de la inclusión en tensión con la excelencia, con la calidad, y no puedo soportar eso. Hay países en el mundo que son excelentes en términos de sus sistemas educativos y que también son inclusivos. Si mirás lo que pasa en esos países, una de las razones por las cuales se volvieron excelentes es que han desarrollado una gran capacidad para tratar con las diferencias: no las ven como un problema, sino como una oportunidad para la innovación. Podemos tomar distintas partes del mundo y ver que es posible crear un sistema educativo excelente siendo inclusivo. Como venía diciendo, es un desafío.

“En parte, cuando digo que inviertan en los docentes pienso en que las escuelas tienen que ser organizadas para que cada tanto haya tiempo para que los docentes vean cómo están enseñando otros”.

Hablando específicamente sobre niños con discapacidad, en Uruguay uno de los formatos que se ha dado para incluir a niños en las escuelas comunes es el de la escolaridad compartida: el niño va unos días a la escuela común y otros a la escuela especial. ¿Es un formato inclusivo?

Es un paso en la dirección correcta; la gente que lo promueve, seguro, está buscando vincular al niño. No lo desaprobaría, pero tiene que ser visto como un paso, no como el final. Me preocupa lo difícil que debe ser para estos niños estar en dos escuelas diferentes: ¿tienen amigos en las dos escuelas o están semiintegrados? Pienso que vincular las escuelas especiales con las escuelas comunes tiene que ser otro paso, porque la colaboración entre ambas escuelas es parte del viaje. Hay mucha experiencia en las escuelas especiales, y no debemos perderla, lo que tenemos que hacer es usarla de forma más efectiva, llevándola hacia las escuelas comunes.

Además de invertir en los docentes, ¿qué otras recomendaciones estás haciendo a las autoridades en Uruguay?

Me voy a repetir, pero es lo primero: inviertan en los docentes, esa es la clave. Por lo que he escuchado, tienen un sistema muy centralizado, y hay ventajas de un sistema centralizado, por supuesto, pero en los sistemas educativos más efectivos existe lo que se llama una capa intermedia, que vincula al gobierno nacional con las escuelas, que coordina los esfuerzos para colaborar entre las escuelas y con la comunidad en el sentido más amplio. Por lo que he escuchado, eso no está muy bien desarrollado aquí. Pienso que sería bueno invertir en desarrollo local.

A nivel intermedio aquí existen los inspectores…

Sí, pero no me refiero a ellos, que seguro tienen un rol, sino a socios a nivel local. De nuevo, si te fijás en los sistemas educativos exitosos, como el de Finlandia, el de Ontario, en Canadá, o el de Singapur, aunque son sistemas diferentes, todos ellos tienen socios poderosos a nivel local, que coordinan y están atentos a todo, que se aseguran de que no haya niños que queden a un lado. Le diría a la gente de aquí que busque la forma de liderar una capa intermedia que conecte los lineamientos nacionales con las escuelas. También pienso que el liderazgo de las escuelas es muy importante, los directores de las escuelas son cruciales en esto, y ellos necesitan desarrollo profesional sobre cuál debe ser su rol apoyando al equipo de docentes a encontrar mejores formas de alcanzar a todos los niños. No lo sé, pero me pregunto cuánto esfuerzo se hizo en fortalecer el liderazgo a nivel de las escuelas, porque eso es muy importante.

Habías estado en Uruguay hace dos años. ¿Cómo evaluás el estado de la discusión en relación con tu última visita?

Creo que hay evidencia de un desarrollo muy positivo. Los docentes que he conocido están muy entusiasmados por hacer más, de fortalecer el sistema educativo; percibo que hay un compromiso muy grande de los colegas de la ANEP para crear el ambiente en el que los docentes puedan hacer su trabajo. Creo que hay muchas razones para ser optimistas, pero, por supuesto, todavía hay desafíos muy grandes en su sistema educativo.

Fuente de la entrevista: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/11/mel-ainscow-experto-en-educacion-inclusiva-las-escuelas-saben-mas-de-lo-que-creen/

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Oxfam Internacional presenta importante estudio mundial: Los pobres no terminar la escuela

Redacción: Tyn Panamá

Dice la organización Oxfam, la pobreza, el estudio de la elección y los artículos de asociación, que los niños que nacen en familias pobres son siete veces menos probabilidades de terminar la escuela de los hijos de los ricos. La mirada de Oxfam internacional y dirigido, como es habitual, en el Sur del mundo. El último informe sobre la educación pone de relieve un alarmante panorama acerca de las disparidades en el acceso a oportunidades educativas. En Pakistán, « uno de los Países con mayor desigualdad en el mundo y con muy bajos niveles de gasto público para la educación» – 24 millones de niños no están en la escuela (menores de 15 años en el País hay 70 millones, un tercio de sus habitantes).

En los países africanos de Malawi, Burkina Faso, Madagascar, islas salomón, Lesotho, y Senegal, más de la mitad de los gastos en educación asignadas por sus respectivos gobiernos, es para el beneficio de los más ricos del 10 por ciento de la población. En el resto del mundo – de acuerdo a estimaciones de la Unesco, más de 330 millones de niños, mientras que ir a la escuela, no se desarrollan las habilidades básicas a un mínimo. Oxfam calcula que la inversión de los distintos Países de la educación debe ser igual al 6 por ciento del Producto interno bruto. De esta manera, la calidad de la educación pública puede ser gratuita para todos los niños y la formación de los maestros, adecuada.

Gracias a la creación de sistemas fiscales más equitativo por parte de algunos gobiernos del Sur han obtenido resultados notables: el de Etiopía, entre 2005 y 2015 se convirtió en el quinto inversionista en el mundo en la educación (no siempre en relación con el Pib), garantizar el acceso a la escuela en 15 millones de niños en más. Ecuador ha triplicado su gasto en educación entre 2003 y 2010. En el Oeste, hay una brecha de 15 por ciento en los Países occidentales y en los emergentes de las desigualdades en la escuela se siente, en esta fase histórica, con agudeza. En esta área, sólo el 75 por ciento de los niños que nacen en familias con bajos ingresos extremos de las escuelas secundarias en comparación con el 90 por ciento de los niños de familias más acomodadas. La situación general muestran un hilo rojo que atraviesa y une a todas las naciones, y la insuficiencia de la inversión en la educación del público y de forma gratuita.

Areta Sobieraj, jefe de la Oficina de educación de Oxfam Italia, escribe: «El gasto público en educación se concentra en las zonas ricas a costa de los pobres, donde las escuelas están en condiciones de hacinamiento, la falta de maestros calificados, libros de texto, y también, simplemente, un aseo. La inversión en la educación pública de calidad ha demostrado, en cambio, a ser la palanca más eficaz para reducir las desigualdades y construir sociedades más igualitarias que explotar al máximo el talento y el potencial de todos los niños». En Italia, en el día: el abandono escolar En Italia, donde el gasto en educación ascendió a 4 por ciento del Pib frente a 4.9 de la media europea, que se ha reanudado el crecimiento, la tasa de deserción de la escuela secundaria después de años de reducción (Oxfam cites datos de Eurostat). la en la escuela En el año 2017 y 2018, el 14.5 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años está en posesión de la licencia de los medios de comunicación, debido a que el crecimiento de 0.7 por ciento y que nos lleva a ser el cuarto País europeo que abandonar después de Malta, España y Rumania. Y si en el Norte-Oeste de italia, la dispersión de la tasa es de 11,7 por ciento, en el Sur de 18.5 por ciento. La media europea es de 10. La altitud de la declaración sobre el gasto público en Italia disminución de 9.1 por ciento en 2008 a 7,9 por ciento en 2015 (9.6 Alemania y Francia). En Italia, el 26 por ciento de los niños y niñas de edades comprendidas entre los 15 y 29 años ni estudian y no trabajan (la de Su grupo): el doble en la zona de la Ocde.

Oxfam es atractivo para el recién nacido gobierno italiano. Como: «es fundamental que el nuevo gobierno se situó en el centro de su acción más eficaces y más inversiones en educación pública, con el objetivo de combatir el abandono escolar y educativo de la pobreza, las desigualdades entre ricos y pobres de las regiones. Damos la bienvenida a las primeras declaraciones de la nueva ministra de Educación, Lorenzo Fioramonti, en comparación con la necesidad de aumentar la inversión en educación. Estos recursos serán invertidos en forma coordinada, en la cualificación de los maestros, las políticas de pre-escolarización efectiva, en la enseñanza de la innovación, para la orientación de la escuela, un ciclo de los estudios y las otras que facilita la reducción del número de alumnos que son rechazados en los primeros años de la escuela secundaria».

«La República va a luchar siempre en defensa de la libertad de información, a sus lectores y a todos aquellos que tienen en el corazón los principios de la democracia y de la convivencia civil»

Carlo Verdelli los SUSCRIPTORES DE la REPÚBLICA, © Reproducción reservados COMENTARIOS de los lectores de Hoy Te trate de «responsable» por el número de bloque en el Senado, la Justicia, el desafío, 5S-Renzi. Zingaretti: «El personal de las partes falla,» Las lágrimas de Marcucci: «Es difícil, salir con los amigos. Pero yo creo en el Pd, y voy a ser justo a La nueva lista de reproducción después de la despedida de la Bandera roja de los Francos tiradores en el pacto Pd-5S

Fuente: http://www.tynpanama.com/tecnologia/Oxfam-Los-pobres-no-terminar-la-escuela-h6322.html

 

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Los cinco países donde la educación es gratuita para los extranjeros

Redacción: Venezuela al Día

Existen muchas razones por las que estudiar en el exterior es una de las ofertas más tentadoras para los jóvenes de muchas partes del mundo. Las ganas de salir de su país de origen, aprender un nuevo idioma, conocer otras culturas o simplemente querer explorar un lugar más allá de su ventana, son algunas de las más conocidas. Sin embargo, aunque sea el sueño de muchos es un proceso largo y complejo, pero no imposible.

Algunos países alrededor del mundo tienen al interior de sus sistemas educativos una infinidad de oportunidades que favorecen a cientos de estudiantes internacionales. Si bien existen ciertos países en los que la educación es bastante costosa para un estudiante transnacional, hay otros en los que los costos o tarifas son mucho más accesibles. Incluso, algunos ofrecen educación de alta calidad totalmente gratuita en algunos de los cursos o programas de estudios principalmente de las universidades públicas.

Este podría ser uno de los aspectos a favor para aquellos jóvenes interesados en estudiar en el extranjero pero que por cuestiones económicas no han podido dar el primer paso. Aquí te contamos de cinco países del mundo en los que puedes aspirar a obtener educación gratuita como estudiante internacional.

Dinamarca

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Estudiar en Dinamarca podría ser una de las mejores oportunidades de tu vida. El país danés ofrece a cientos de estudiantes internacionales educación de alta calidad en universidades de talla mundial. Si bien, los principales favorecidos por la mayoría de estos programas son aquellos jóvenes de nacionalidad europea, existen grandes alternativas igualmente gratuitas para estudiantes de otras partes del mundo.

En los últimos años Dinamarca ha estandarizado su sistema educativo ampliando la gama de posibilidades a disposición de los jóvenes alrededor del mundo. Actualmente, existen aproximadamente 1300 cursos y más de 600 programas impartidos totalmente en inglés en las diferentes instituciones educativas. Por lo que ya no es necesario para los estudiantes internacionales aprender danés a la hora ir a estudiar a este país.

El gobierno ha creado su propio sitio web oficial con toda la información necesaria sobre requisitos, becas, testimonios y programas de estudio. Con el fin de promover la educación danesa frente a aquellos estudiantes potenciales para sus programas de educación superior enfocados en la creación de soluciones frente a las grandes problemáticas del mundo real.

En Dinamarca podrás encontrar una infinidad de cursos y programas de pregrado o posgrado enfocados en áreas como la ingeniería, ciencias, ciencias sociales, tecnologías de la información y otros sectores innovadores. Además de tener la posibilidad de realizar en la mayoría de sus cursos prácticas académicas al interior de alguna empresa internacional o multinacional.

Finalmente, este destino ofrece grandes beneficios para sus estudiantes como buenos espacios de ocio, ambientes ideales para el desarrollo tanto personal como profesional, oportunidades de trabajo, sistema de salud completamente gratis, uno de los ambientes más seguros y una de las más altas calidades de vida a nivel mundial.

Suecia

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Suecia es conocido como uno de los países con los niveles de más alta calidad de vida alrededor del mundo y por tener un sistema educativo de los más prestigiosos. Estudiar en alguna de las ciudades suecas podría ser una oportunidad perfecta para ampliar tus horizontes en diversos campos de la vida.

Este país ofrece dentro de su sistema educativo una infinidad de alternativas para que personas de todo el mundo lo elijan como su destino de estudios, algo bastante tentador considerando los factores de costo-beneficio de un país escandinavo.

El gobierno sueco ofrece diferentes programas de estudio principalmente en inglés, por lo que una vez más podemos eliminar la barrera del idioma que se posiciona como uno de los grandes obstáculos cuando se trata de estudiar en el extranjero. De esta manera, tendrás la oportunidad de adaptarte fácilmente a un entorno académico y cultural en el idioma universal.

Suecia pone a tu disposición alrededor de 38 de las mejores universidades del país con más de 1182 programas de pregrado y posgrado de todas las áreas de estudio. Indiscutiblemente, tener la oportunidad de formarse académicamente en uno de los países a la vanguardia tecnológica e innovadora mundial podrá abrirte cientos de puertas en el mundo laboral.

Si te sientes identificado o atraído por uno de los países más seguros y competitivos para vivir, trabajar y estudiar, te invitamos a visitar su sitio web oficial studyinsweden.se para obtener más información sobre los programas de estudio, costos de vida, oportunidades de trabajo, requisitos y todo lo que debes saber para emprender el viaje de tu vida.

Brasil 

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Brasil no se queda atrás si de educación gratuita se habla. El país carioca se ha convertido en un referente educativo para cientos de estudiantes internacionales que arriban al lugar en busca de uno de los programas gratuitos ofertados.

Se estima que cada año llegan a la nación cerca de 14.000 estudiantes provenientes del extranjero, quienes encuentran una amplia oferta educativa en las más de 2.000 universidades existentes.

Otro de los factores que más resaltan en la educación brasileña es el reconocimiento internacional que han ganado gracias a algunas de sus instituciones, como es el caso de la Universidad de São Paulo o la Universidad Federal de Río. La primera cuenta con más de 75.000 estudiantes matriculados, mientras que la segunda, fue fundada en 1920 y se destaca por su gran aporte al área de las humanidades en el continente.

Como estas, se pueden encontrar universidades muy importantes a lo largo de todo Brasil, muchas de ellas reconocidas a nivel internacional por contar con estándares educativos de muy alto nivel. En Sudamérica, difícilmente algún país pueda competir con el gigante de 120 millones de habitantes.

Si quieres estudiar en Brasil es indispensable que te empieces a familiarizar con el idioma local debido a que la gran mayoría de clases son dictadas en portugués. Sin embargo, muchas facultades empiezan a incluir en algunos de sus programas clases en inglés, buscando abrir las puertas a una educación global y moderna.

Al igual que los países más destacados a nivel internacional por la calidad de su educación, Brasil apunta sus armas a mejorar las herramientas de investigación al interior de sus instituciones, pensando en capturar grandes talentos intelectuales de distintas naciones de América Latina y el mundo. Basta con mirar alguno de los programas disponibles para entender por qué es una gran opción si quieres estudiar en el extranjero.

Como si fuera poco, cabe recordar los beneficios culturales que puede traer para tu vida estudiar en esta parte del mundo. Brasil es un país rico en gastronomía, arte, cultura y turismo. A lo largo del año encontrarás cientos de opciones recreativas y culturales para involucrarte y dejar por un momento tus estudios. Puedes participar en el carnaval de Río de Janeiro, visitar el Cristo Redentor, ver un partido de fútbol o simplemente degustar una caipirinha en Dos Carneiros.

Es importante arriesgarte a lograr lo que te propongas. Ten en cuenta que los cupos universitarios no son ilimitados, por lo que no deberás dejarle a la suerte tus capacidades. Recuerda que los trámites educativos se pueden convertir en un aspecto tedioso si no conoces la mayoría de los requisitos, por eso enfócate y prepárate para dar lo mejor de ti en territorio internacional. Ser un estudiante extranjero exitoso solo depende de ti.

Finlandia 

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Si estás buscando el destino de estudios que mejor se acomode a tus expectativas y necesidades, te recomendamos considerar a Finlandia entre tus opciones. Este podría ser otro de los destinos predilectos que ofrece educación gratuita de la más alta calidad para estudiantes internacionales.

Aplicar a uno de los programas de educación superior finlandesa es una excelente alternativa para ampliar tus conocimientos en un área de estudio en específico y para lograr alcanzar tus metas educativas. Tanto el gobierno finlandés como sus universidades ofrecen grandes beneficios para atraer a cientos de estudiantes transnacionales cada año, aquí una lista de ellos:

  • Imparten un número significativo de sus programas de educación superior en inglés.
  • Un ambiente pacífico en uno de los países más sostenibles a nivel mundial.
  • Ofrece un ideal ambiente académico y cultural para el desarrollo de tus habilidades personales, lingüísticas y cognitivas.
  • Es un país líder en la oferta de educación superior de alta calidad.
  • Pone a tu disposición los lugares más extraordinarios para explorar y descubrir las maravillas finlandesas.
  • Posee una gran diversidad de climas y estaciones que podrás disfrutar.
  • Brinda diferentes alternativas de actividades extracurriculares para complementar el desarrollo de tu estilo de vida como un estudiante internacional.

Si te sientes interesado por la amplia oferta educativa y cultural de Finlandia, te invitamos a visitar su sitio web oficial para obtener mayor información sobre sus programas de estudio y beneficios para estudiantes extranjeros. Es probable que tu programa de estudios soñado esté más cerca de lo que te imaginas ¡tan solo sigue buscando!

Alemania 

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La educación gratuita en el país bávaro lo refuerza como uno de los destinos más llamativos y apetecidos por estudiantes internacionales de todas partes del mundo. El gobierno alemán ofrece grandes oportunidades para miles de jóvenes extranjeros con sus prestigiosos programas académicos y de investigación. Además, existen casos específicos en los que brinda subsidios en salud y transporte a sus estudiantes.

Tener la oportunidad de estudiar en Alemania cambiará tu vida por completo. Podrás formarte académicamente en un país lleno de facilidades educativas, conocerás diferentes aspectos esenciales y representativos de la cultura germana, aprenderás un nuevo idioma y desarrollarás habilidades únicas que te harán sobresalir en un contexto competitivo mundial.

Alemania reúne a los mejores estudiantes de todo el mundo con el fin de construir una comunidad académica sólida y fructífera en la generación de conocimiento. El gobierno le apunta sin duda a la formación de profesionales altamente calificados que puedan contribuir al desarrollo del país en diferentes aspectos y sectores del mercado.

Esta es una economía pensada para el desarrollo integral de la nación. El estado al enfocarse e invertir en la educación tanto de locales como de estudiantes extranjeros, está sembrando un fruto del cual podrá recoger grandes cosechas en el futuro. Sin embargo, este no solo es un acuerdo beneficioso para el país, miles de estudiantes extranjeros se ven beneficiados en la consecución de sus metas educativas en un país altamente competitivo y en el desarrollo de habilidades particulares gracias a la educación de alta calidad recibida durante sus estudios.

Alemania tiene una gran variedad de instituciones educativas como el DAAD, el Servicio Alemán de Intercambio Académico, el cual brinda toda la información necesaria sobre Alemania como destino de estudios, con el fin de ayudar a estudiantes de todas partes del mundo a encontrar la mejor alternativa o el programa que más se acomode tanto a sus necesidades y expectativas como a sus capacidades e intereses.

Actualmente, existen herramientas excelentes e indispensables a la hora de buscar el mejor destino de estudios en el exterior. Por ejemplo, las ferias de estudios internacionales son el mejor canal de comunicación con cientos de instituciones educativas en el exterior que están esperando por ti. No pierdas la oportunidad de asistir a alguna de estas ferias en tu ciudad para preguntar a los representantes lo que quieras saber, buscar e investigar a profundidad sobre aquellas opciones o destinos de estudio que más te llaman la atención.

Te recomendamos asistir próximamente a las mejores ferias de educación a nivel internacional: en Latinoamérica (ExpoEstudiante), en Brasil (Salão do Estudante) y en medio oriente (UAE Global Education Fair) para buscar toda la información pertinente antes de tomar la decisión de tu vida.

Recuerda que los países mencionados anteriormente brindan educación gratuita para estudiantes extranjeros específicamente en algunos de sus programas académicos. Sin embargo, existen cientos de programas y becas académicas tanto en estos países como en muchos otros a nivel mundial a los cuales puedes acudir para hacer realidad tus sueños.

Hoy en día, la educación superior se ha convertido en uno de elementos más importantes dentro de los gobiernos de muchos países alrededor del mundo. Es por esto por lo que cada vez más instituciones estatales y ministerios de educación están enfocando todos sus esfuerzos en la expansión de sus sistemas educativos y la admisión de estudiantes extranjeros al interior de sus campus e instituciones académicas con el fin de ofrecer educación de alta calidad mucho más globalizada.

Aventúrate a escoger tanto tu destino de estudios soñado como el programa perfecto para ti. No dudes en buscar todas las alternativas posibles y en dar el primer paso para hacer realidad tus sueños. Sin importar que tan lejos parezca alcanzar tus objetivos es probable que estén más cerca de lo que te imaginas

Fuente: https://venezuelaaldia.com/2019/09/17/los-cinco-paises-donde-la-educacion-es-gratuita-para-los-extranjeros/

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