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Las amenazas filosóficas que atentan contra la libertad del hombre

Por: Alberto Benegas Lynch

Otro tucumano ilustre: una nota

En una de mis tantas visitas al departamento de Doctorado en Economía de la Universidad Nacional de Tucumán, invitado las más de las veces por Severo Cáceres Cano y Valeriano García y más recientemente invitado a la Fundación Federalismo y Libertad he buscado infructuosamente los trabajos agotados del doctor Juan Benjamín Terán (1880-1938) sobre quien había leído por referencias indirectas pero muy sustanciosas.

Juan B. Terán

Días pasados gracias a la gentileza de Mercedes Colombres me pude hacer de algunos de sus textos recopilados en sus obras completas y me he quedado maravillado por sus muy variadas contribuciones. Un jurista e historiador de gran calado desde su tesis doctoral sobre la escuela histórica, ministro de la Corte Suprema de Justicia, autor de numerosos libros y ensayos, Rector de la Universidad Nacional de Tucumán y uno de sus fundadores, miembro de la Academia Nacional de Letras, Presidente de la Sociedad Sarmiento desde donde difundió los fundamentos de la libertad para la prosperidad moral y material de los pueblos y fue cofundador de la Revista de Artes y Ciencias Sociales con idéntico propósito.

Leyendo algunos de sus trabajos constato su preocupación principal por combatir el materialismo filosófico, también denominado determinismo físico por Karl Popper.Terán no estaba a la altura de los conocimientos de economía de su predecesor en tierras tucumanas: el inigualable Juan Bautista Alberdi, aunque advertía de los peligros «que el comunismo dicta contra la propiedad privada», pero aquel historiador bien apuntaba a un desvío crucial de la libertad y su correlato cual es el libre albedrío.

No hay espacio en una nota periodística para elaborar sobre los múltiples textos de Juan B. Terán, pero me detengo en lo dicho a lo que adiciono un corto epílogo sobre al nacionalismo y la tiranía. En aquel sentido escribe que «cualquier conquista espiritual es contradictoria con el determinismo, para el que somos un anillo en la fuerza cósmica o un eslabón en la cadena zoológica […] El pensamiento humano se embebió de biologismo. El hombre era un eslabón de la cadena zoológica, la sociedad un organismo, la psicología una prolongación de la fisiología […] Para el naturalismo era irrisorio poner valores en la historia. Sacar a ésta de su papel de narrar y explicar los hechos era tentativa pueril. Condenar o alabar a un personaje o un acontecimiento era tan absurdo como juzgar virtuoso un eclipse o una tempestad, porque tenían como ellos su fórmula necesaria, su génesis insobornable«.

Sin embargo concluía que «sabemos que no somos esclavos de un determinismo ciego y que las ideas que elaboramos y los ideales que acariciamos no son cosas baldías porque podemos incorporarlas como realidades a la vida de los demás hombres y de la sociedad» puesto que «podríase resumir estos elementos diciendo filosofía -es decir capacidad para pensar más allá de la realidad exterior y de sí mismo, como parte de la realidad. Esta capacidad es el sello de una cultura«.

Antes he escrito sobre este tema tan decisivo como sustento de la libertad. Desafortunadamente hay muchos liberales que llevan a cabo faenas académicas de gran valor y sofisticación pero no indagan en los cimientos mismos de la libertad cual es el fundamento del libre albedrío sin lo cual se desploma el edificio.

Retomo la crítica a esta visión aberrante que no otorga espacio a la psique, a la mente o a los estados de conciencia, lo cual anula la posibilidad del libre albedrío y, consecuentemente a la libertad y al sentido de lo moral ya que todo se resumiría a los nexos causales inherentes a la materia por lo que no había ideas autogeneradas, proposiciones verdaderas y falsas, razonamiento ni argumentación posible, incluso para defender racionalmente al materialismo ya que todo lo que hacemos o decimos estaría condicionado y no decidido por la voluntad independiente.

Como queda dicho, Popper ha bautizado como «determinismo físico» el supuesto de que el ser humano en verdad no elige, decide y prefiere, es decir, no actúa, sino que está programado para decir y hacer lo que dice y hace, esto es, el antedicho materialismo filosófico en cuyo caso la libertad sería una ficción. Así escribe este filósofo de la ciencia que «si nuestras opiniones son resultado distinto del libre juicio de la razón o de la estimación de las razones y de los pros y contras, entonces nuestras opiniones no merecen ser tenidas en cuenta«.

En la misma línea argumental, John Hick sostiene que allí donde no existe libertad intelectual, lo cual es propio del materialismo, naturalmente no hay vida racional, por ende, la creencia que el hombre está determinado «no puede demandar racionalidad. Por tanto, el argumento determinista está necesariamente autorefutado o es lógicamente suicida. Un argumento racional no puede concluir que no hay tal cosa como argumentación racional«.

Con razón el premio Nobel en neurofisiología John Eccles concluye que «uno no se involucra en un argumento racional con un ser que sostiene que todas sus respuestas son actos reflejos, no importa cuán complejo y sutil sea el condicionamiento». Si no se acepta la condición humana de la libre decisión, todas las demás elucubraciones en ciencias sociales carecerían de sentido puesto que las bases de sustentación desaparecerían y no existiría acción humana sino mera reacción como en las ciencias naturales.

Es de interés destacar la opinión del premio Nobel en física Max Planck en este contexto. Afirma que «se trataría de una degradación inconcebible que los seres humanos, incluyendo los casos más elevados de mentalidad y ética, fueran considerados como autómatas inanimados en manos de una férrea ley de causalidad […] El papel que la fuerza desempeña en la naturaleza, como causa del movimiento, tiene su contrapartida, en la esfera mental, en el motivo como causa de la conducta».

Por su parte el lingüista Noam Chomsky señala que «no hay forma de que los ordenadores complejos puedan manifestar propiedades tales como la capacidad de elección […] Jugar al ajedrez puede ser reducido a un mecanismo y cuando un ordenador juega al ajedrez no lo hace del mismo modo que lo efectúa una persona; no desarrolla estrategias, no hace elecciones, simplemente recorre un proceso mecánico«.

El uso metafórico algunas veces se convierte en sentido literal, tal es el caso de las expresiones «inteligencia», «memoria» y «cálculo» aplicado a los ordenadores. La primera proviene de relacionar la comprensión de conceptos en base al inter legum, esto es leer adentro, captar significados. Y como apunta Raymond Tallis aplicar la idea de memoria a las computadoras es del todo inadecuado, de la misma manera que cuando nuestros abuelos solían hacer un nudo en su pañuelo para recordar algo no aludían a «la memoria del pañuelo», del mismo modo que cuando se almacena información en un depósito no se concluye que el galpón del caso tiene una gran memoria, puesto que «la memoria es inseparable de la conciencia». En el mismo sentido, este autor destaca que en rigor las computadoras no computan ni las calculadores calculan puesto que se trata de impulsos eléctricos o mecánicos sin conciencia de computar o calcular .

En este plano de análisis hay muchas otras metáforas que arrastran el peligro de su literalidad (los economistas estamos acostumbrados a lidiar con estos peligros). Tal es el caso de uno de los ejemplos que critica Thomas Szasz sobre lo que coloquialmente se dice brainstorming y, para el caso, brainwashing cuando estrictamente se trata de mindstorming y mindwashing. También puede agregarse el error de hacer referencia al «deficiente mental» cuando es «deficiente cerebral». Si los humanos fuéramos solo kilos de protoplasma determinados por nexos causales inherentes a la materia, seríamos como el loro de nuestro ejemplo (claro que no físicamente sino desde la perspectiva de la inexistencia de argumentación, razonamiento y conceptualización).

En la misma obra citada, Szasz subraya las inconsistencias de una parte de las neurociencias al pretender que con mapeos del cerebro se podrán leer sentimientos y pensamientos pero «el cerebro es un órgano corporal y parte del discurso médico. La mente es un atributo personal parte del discurso moral […] equivocadamente se usan los términos mente y cerebro como se utilizan doce y una docena«.

También Szasz se refiere a otra metáfora peligrosa en cuanto a la mal llamada «enfermedad mental» cuando esto contradice la noción más elemental de la patología que enseña que una enfermedad es una lesión orgánica, de tejidos y células y, por tanto, no puede atribuirse a comportamientos e ideas.

Es sabido que todo lo material de nuestro cuerpo cambia permanentemente con el tiempo y, sin embargo, mantenemos el sentido de identidad (a menos que se haya padecido de una enfermedad o accidente que lesione partes vitales del cerebro que no permitan la interconexión mente-cuerpo).

Antony Flew y John Hospers precisan la diferencia entre causas y motivos. Flew escribe que «cuando hablamos de causas de un evento puramente físico -digamos un eclipse de sol- empleamos la palabra causa para implicar al mismo tiempo necesidad física e imposibilidad física: lo que ocurrió era físicamente necesario y, dadas las circunstancias, cualquier otra cosa era físicamente imposible. Pero este no es el caso del sentido de causa cuando se alude a la acción humana. Por ejemplo, si le doy a usted una buena causa para celebrar, no convierto el hecho en una celebración inevitable».

También Hospers manifiesta que «enunciando sólo los antecedentes causales, nunca podríamos dar una conclusión suficiente: para dar cuenta de lo que hace una persona en sus actividades orientadas hacia fines hemos de conocer sus razones y razones no son causas».

Aparece una gran paradoja que, entre otros, expresa George Gilder en cuanto a que los procesos productivos de nuestra época se caracterizan por atribuirle menor importancia relativa a la materia y un mayor peso al conocimiento y, sin embargo, irrumpe con fuerza el materialismo filosófico. Ludwig von Mises apunta que «para un materialista consistente no es posible distinguir entre una acción deliberada y la vida meramente vegetativa como la de las plantas».

 Murray Rothbard explica que «si nuestras ideas están determinadas, entonces no tenemos manera de revisar libremente nuestros juicio y aprender la verdad, se trate de la verdad del determinismo o de cualquier otra cosa» y Friedrich Hayek nos dice que «todos los procesos individuales de la mente se mantendrán para siempre como fenómenos de una clase especial […] nunca seremos capaces de explicarlos enteramente en términos de las leyes físicas».

Autores como Howard Robinson , John Foster, Richard Swinburne y Thomas Reid concretan su perspectiva mostrando que sus estudios se refieren a dos planos de una misma realidad humana. Una, la física o la material y, la otra, la mental o los estados de conciencia. Robinson resume este ángulo de análisis: «Lo físico es público en el sentido de que en principio cualquier estado físico es accesible (susceptible de percibirse, de conocerse) para cualquier persona normal […] Los estados de conciencia son diferentes porque el sujeto a quien pertenecen -y solo ese sujeto- tiene un acceso privilegiado a eso» y, además, «el pensamiento es sobre algo […] mientras que los estados físicos no son sobre algo, están simplemente ahí […] y los pensamientos pueden también ser sobre lo que no existe» pero lo físico es por definición lo que existe como tal (lo cual no quiere decir que todo ello pueda tocarse o, en su caso, ni siquiera verse, como los campos gravitatorios, las ondas electromagnéticas y las partículas subatómicas).

Juan José Sanguinetti resume bien el problema al escribir en Neurociencia y filosofía del hombre que «Los actos intencionados son de las personas, no de las partes ni potencias de las personas. Si doy un apretón de manos a un conocido para saludarlo calurosamente, no tiene sentido decir ´mis manos te saludan calurosamente´, pues soy yo quien saluda con calor mediante un apretón de manos. [Maxwell] Bennett y [Peter M.] Hacker [en Philosophical Foundations of Neuroscience] se lamentaron, en este sentido, de que la literatura neurocientífica acuda con demasiada frecuencia a expresiones como ´mi cerebro cree´, ´mi hemisferio izquierdo interpreta´, ´la neocorteza percibe, ´las neuronas deciden´, ´el hipocampo recuerda´, ´mi sistema límbico está enfadado´, porque atribuir a cosas como células o grupos de células actos como entender, tomar decisiones, preferir etc., simplemente no tiene sentido […] Se puede decir mi ojo ve, aunque sería más exacto decir yo veo con mis ojos».

En todo caso subrayamos que Terán fue uno de los pioneros en denunciar al materialismo filosófico a lo que cabe agregar para cerrar este artículo otro aspecto de sus trabajos tal como anunciamos más arriba.

Consigna nuestro autor que «La colonización de América [en nuestro suelo] fue rigurosamente nacionalista; enemiga del extranjero y de lo foráneo […] Es un retorno al primitivismo, a la adoración de la fuerza que es la religión de las tribus salvajes, que endiosan el animal, el río, el fuego o el rayo […es necesario] el rechazo del fanatismo del Estado y de la extensión invasora de sus funciones […]

La Constitución del 53 ha creado nuestro sistema moral […mientras que] la Italia de Mussolini tiene los ojos hacia los César y Augusto y aspira a restaurarla […] se aspira a redimir a los caudillos, se reabre el proceso de la tiranía […] es decir, hacíamos la contra-revolución de Mayo […en resumen] necesitamos intelectuales cuya función específica consista en mantener encendido el amor por la verdad. Hacer componendas con el interés, con la pasión o las requisiciones momentáneas de partido, de clase o de perjuicio nacional es lo que Julian Beda ha llamado la traición de los intelectuales.»

Por último, un pensamiento adicional de Terán en vista de lo que viene aconteciendo en tierras argentinas: «Tomamos posición usualmente obedeciendo no a una afirmación sino a una negación. No votamos por, sino en contra de».

Jueves, 11 de julio de 2019
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Hacia un nuevo orden mundial de la cultura y la comunicación

Por: Fernando Buen Abad

Toda organización política (y, por lo tanto, toda organización) debe tener en su “agenda” la problemática histórica actual en materia de Cultura y Comunicación. No es mucho pedir y no hay escapatorias. Ya tuvimos tiempo de sobra para aprender que, entre todas las batallas que la humanidad libra hacia su emancipación, los “territorios” de la Cultura y la Comunicación han sido especialmente colonizados y mayormente plagados con derrotas muy severas.

Pero no se trata de priorizar a la Cultura y a la Comunicación en una “agenda” donde se las entienda exclusivamente como “espectáculo”, “entretenimiento” o “curiosidad”… como suele hacer cierto sector de las oligarquías y sus burocracias. No se trata de fingir, con discursos, que nos ocupa o preocupa la “diversidad” expresiva de los pueblos. No se trata de repetir la mueca clientelista que reparte becas, o subsidios, a los amigos y a los amigos de los amigos. No se trata de convencernos con sesudas disquisiciones academicistas ni convenciones internacionales plagadas con naderías en la práctica. De lo que sí se trata es de habilitar, profundizar y ensanchar el ejercicio de derechos humanos inalienables como son el Derecho a la Cultura y el Derecho a la Comunicación, no sólo en igualdad de “oportunidades” sino, principalmente, en igualdad de condiciones.

Una “agenda” de Cultura y Comunicación para nuestro tiempo, debe interesarse por la democratización de las herramientas de producción, distribución e interlocución del “sentido”. Debe interesarse por el ascenso de una corriente semántica renovada por el fragor de las luchas sociales que en todos los ámbitos (ciencias, artes, filosofías, tecnologías…) viene librando la especie humana para garantizarse un lugar digno en su propio desarrollo y no un lugar de “espectador” sometido por un sector social acaparador e históricamente opresor de las mayorías. Tal “agenda” debe interesarse, (inter, multi y transdisciplinariamente) por erradicar los medios y los modos con que los pueblos han sido infiltrados con “valores” o “antivalores” que sólo convienen el statu quo y que han inoculado núcleos de “falsa conciencia” redituables a la ignorancia funcional, al mundo de la mentira como verdad, al sometimiento de consciencias y al mercantilismo desaforado infectado de individualismo y consumismo.

De las fuerzas políticas actuales (que dicen ser emanación de la voluntad popular o de las clases trabajadoras) no podemos espera menos que un modelo comprensivo y dinámico que, en materia de Cultura y Comunicación, se disponga a corregir las asimetrías en el campo de la disputa por el sentido. Que sepa desarrollar un arsenal de herramientas para la crítica (en todos los “sentidos”) ante la hegemonía de la “Iniciativa Privada”; contra el burocratismo clientelista y contra el silenciamiento de las comunidades semánticas más variadas que, además de diversas, son mayoría abrumadora. Que, además de las herramientas para la crítica ponga al alcance de todos los cuerpos legales, las fuentes metodológicas, los espacios de formación, las herramientas de producción, las infraestructuras de transmisión, los modelos de evaluación y la dinámica de la retroalimentación. Abiertas, participativas, auto gestionadas, autónomas y de revocabilidad consensuada desde las bases. Para empezar.

No es posible aceptar políticas de Cultura y Comunicación sin consultas desde las bases y desde la historia. No es aceptable abandonarse a los caprichos del mecenazgo, no es recomendable aspirar al mundo feliz de las “industrias culturales” reproductoras de la lógica de la mercancía en el campo de las ideas y las emociones sociales. Cultura y Comunicación no son mercancías, son Derechos Humanos Fundamentales y al Estado compete su desarrollo, ensanchamiento y profundización. O será nada.

Una organización política que en su “agenda” no contenga, como prioridad de corto plazo, el desarrollo de una Política de Cultura y Comunicación, descolonizadora y transformadora, debe revisarse a fondo contrastándose con los hechos duros y crudos que han venido amenazando a las democracias en las décadas recientes, tal como lo advirtió el Informe MacBride de 1980. No es que falten casos ejemplo, autores denunciantes ni amarguras realmente existentes en el escenario actual donde la Cultura y la Comunicación han sido secuestradas por los poderes monopólicos trasnacionales. Lo que sí está faltando es la decisión política de fuerzas organizadas, con mandato de la clase trabajadora, para desplegar una experiencia nueva y renovadora atenta a las exigencias de los tiempos actuales y del futro inmediato.

“Se requieren nuevos discursos y enfoques que sirvan de referencia a las políticas culturales” ya reclamaba Irina Bokova de la UNESCO. En su reclamo, desde luego están las exigencias cualitativas y cuantitativas, están las consideraciones administrativas y de gestión gubernamental, además de estar a expectativa geopolítica acentuada en una visión Sur-Sur. Y lo que está faltando es la ordenación de las acciones que garanticen un cambio de paradigmas, a fondo, por cuanto compete a la comprensión teórica y práctica de la Cultura y la Comunicación no sólo como expresiones “reflejo”, “espejo” del pensar y el “sentir” social sino como instrumentos para la acción transformadora directa. Hay que romper con resabios y taras de las “culturas” desarrolladas por los colonialismos para contar con pueblos mansos y tributarios de la riqueza para los “amos”.

Hace falta sepultar a la andanada mercantilistas creadora de las “culturas” de la adicción (como el alcoholismo, la farmacodependencia y todas las adicciones autodestructivas). Hay que romper con todo lo que oprime y deprime a los pueblos, obligándolos a resignarse a una cultura de esclavo, a una moral de súbditos y a una estética colonizada que derivan siempre en beneficios comerciales para las clases opresoras. Eso le falta a las Políticas de Cultura y Comunicación que han de nacer en esta etapa y en el seno de las organizaciones políticas que quieran ser respetadas por su respeto histórico a las luchas de sus pueblos. Cultura y Comunicación para la emancipación. Nuevo orden.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=258022

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5 buenos documentales feministas

Redacción: organizaciondemujeres.org

Para ayudar a dejar claros y afianzar algunos conceptos, así como para desarrollar de una forma más didáctica nuestro discurso feminista, estos documentales son perfectos. Dale al play y no pierdas detalle.

She’s beautiful when she´s angry.

Fundamental para conocer cómo comenzaron y se formaron los primeros grupos feministas en los años 60 y 70. Con imágenes originales de la época y entrevistas a algunas de sus fundadoras, este documental realiza un recorrido por dos décadas definitivas en la lucha por la igualdad.

Simone de Beauvoir. “No se nace mujer…”

52 minutos para analizar la figura de esta mujer vital para comprender lo que ahora entendemos por igualdad entre géneros. Si quieres saber por qué no se nace mujer, sino que nos convertimos en ello.Un documental de Virginie Linhart del año 2007 producido por Zadig Productions en colaboración de con Sofiber y la participación de France 5 en donde se conmemora la publicación del “Segundo sexo” y se valora la figura de Simone de Beauvoir.

The punk singer

Gracias a este maravilloso documental podemos adentrarnos y conocer de cerca la carrera de Katheleen Hanna, la cantante del mítico grupo punk Bikini Kill desde el que dio voz a los abusos e injusticias sufridos por la mujer. Porque el punk no solo fueron los Ramones ni los Sex Pistols, he aquí un retrato de las mujeres más influyentes de la escena. El video es la versión original, en inglés, que en este ENLACElo puedes ver con subtítulos en castellano.

 

 

 

The hunting ground

Esta película documental busca destapar el tabú y abrir el debate sobre las violaciones que acontecen en los campus universitarios de Estados Unidos. El primer paso era informar a la sociedad sobre lo que realmente está pasando en las universidades y cómo la cultura de la violación está totalmente instaurada en estas.

Dir. Kirby Dick | Estados Unidos | 103 minutos

Sinopsis: Aclamado documental que relata los frecuentes pero poco conocidos casos de violaciones a estudiantes en los campus universitarios, unos terribles hechos que en muchos casos son silenciados u ocultados incluso por las propias autoridades de las universidades, ante el posible desprestigio y perjuicio económico que el acoso sexual y sobre todo las violaciones a jóvenes conllevan para la imagen de la institución donde se produce. (FILMAFFINITY)

Existe una opinión generalizada de que las universidades estadounidenses son lo máximo, no sólo por oferta académica, sino por todo ese prestigio que rodea sus nombres. Todos hemos soñado en algún punto de nuestras vidas en asistir a HarvardCambridge o Yale, pero pocos nos hemos cuestionado -más allá de los costos- ¿en verdad es todo tan idílico como lo pintan?.

The Hunting Ground recopila los valientes testimonios de una serie de mujeres y hombres, a los que se les nombra sobrevivientes, que fueron victimas de abuso sexual dentro de las instalaciones de diversas universidades de Estados Unidos, las cuales no sólo se han encargado de demeritar las denuncias de las y los estudiantes, sino que además han buscado culpar a las propias victimas por lo sucedido, todo con el afán de proteger la imagen de la institución.

CNN Films, quien está detrás de toda la investigación, nos explica a detalle las razones que llevan a tan prestigiadas casas de estudios a encubrir estos delitos llevados a cabo por parte de sus mismos alumnos, y todo por supuesto termina siendo por razones económicas. ¿A quién le interesa pagar cantidades estratosfericas para mandar a su hija a cualquiera de estas instituciones educativas si ésta puede ser violada incluso antes de que comiencen las clases?. Exacto. Además, ¿van a correr el riesgo de perder las aportaciones multimillonarias de sus benefactores?. Lo dudo mucho. Todo es cuestión de proteger una marca a como dé lugar.

The Hunting Ground es un filme brutalmente revelador que deja expuesto un sistema que durante décadas ha manipulado la información en pro de sus intereses, importándole poco que esta serie de atropellos le hayan costado la vida a más de una persona. Lo dicen muchos de los sobrevivientes, el modo tan irresponsable de actuar de las universidades se vuelve una experiencia aún más traumática que el abuso en sí.

Encuentro bastante triste que este documental haya sido dejado de lado por la Academia de Hollywood en la categoría de mejor documental y sólo haya obtenido la nominación a mejor canción (Lady Gaga de por medio), creo que una candidatura en dicha terna le habría dado un alcance mayor para llegar a oídos del público en general, pero insisto, como nos han dejado muy claro, hay gente que no quiere que esto ocurra. De cualquier manera te invito a checar The Hunting Ground (disponible en Netflix para México), créeme, te hará ver el sueño americano educativo de una manera completamente diferente.

Fuente: cineparrafos.wordpress.com

!Women Art Revolution (!WAR)

La historia y evolución del movimiento artístico feminista surgido en USA en los años 60, documentado meticulosamente durante años por una de las partícipes activas del movimiento, Lynn Hershman. Una maravillosa manera de acercarnos a uno de los momentos artísticos más significativos de la segunda década del SXX. El video está en lenguas originales y substitulado en inglés.

Fuente: http://organizaciondemujeres.org/5-buenos-documentales-feministas/

 

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¿Cuál es la relación del Derecho con la sociedad

Por: Heriberto Rivera

Partiendo de la premisa, de que el hombre por definición es un ser social y por lo tanto se desenvuelve a través de un fenómeno social básico y fundamental: la convivencia social, proceso social que se presenta como necesario, inmediato y universal al hombre; luego si se entiende que el Derecho ha sido una formación elaborada y desarrollada a partir de la practica cultural del hombre y si se acepta que la cultura es una herencia social que se integra por conocimiento, creencias, costumbres, las influencias de la sociedad y desde el mismo origen de la vida, el hombre tiene la necesidad natural de establecer relaciones con sus semejantes.

Así mismo si la vida social y la relación de entre seres con las organizaciones sociales que representan al Estado, son escenarios donde se generan conflictos, bien sea por la complejidad del hombre, debido a su espiritualidad, su sensibilidad, emotividad, racionalidad, conciencia, instintos, sociabilidad, hacen que surjan situaciones de desencuentros, por la interacción de manifestaciones y voluntades contrarias.

En ese contexto anteriormente citado, el Derecho se hace presente con la finalidad de regular las relaciones sociales de diferente índole; entendiendo que el Derecho es la expresión de un orden social determinado, el cual se legitima a través de un orden jurídico.

En consecuencia, desde el mismo momento en que existe la sociedad también se establece la ley, el orden jurídico, que le permite sostenerse a lo largo del tiempo, estableciéndose lo que el Doctor Damiani en su conferencia afirma “no existe derecho sin poder legal es decir sin poder del Estado”.

Si se sabe que el Estado surge precisamente para ser el ente regulador entre las contradicciones de clases, es de suponer que el Estado, regula ese poder a través del derecho que tiene una determinada expresión ideológica, regula el pacto social, pero en función de una clase dominante.

En ese mismo sentido, dentro de la sociedad a la cual se regula, en la misma se ejerce la hegemonía desde el lugar del Derecho, es decir éste es el instrumento para ejercer el dominio de una case social, es lo que en términos marxistas se denomina dictadura como forma de Estado; se puede afirmar que la relación entre derecho y sociedad es una relación de poder.

El Derecho como la expresión de un poder, legitima una hegemonía a través de diversos instrumentos de reproducción social como la educación, los medios de comunicación, la religión y la familia entre otros.

En ese orden, se puede afirmar, que la universidad como representante de un sector privilegiado de la sociedad, construye una concepción del mundo, es un espacio de legitimación del saber, de establecer relaciones de poder.

El patrón de universidad que se tiene hoy día se fundamenta en un modelo tecnocrático y mercantilista de la educación, y ésta es según Damiani una “zona de conflicto social” y si la educación tiene una política claramente establecida, entonces dicha política educativa nos debe conducir a la discusión del modelo social que actualmente impera en Venezuela.

En consecuencia, ese modelo debe ser sometido a evaluaciones desde la relación entre Derecho y sociedad; tomando en cuenta que el Derecho como conjunto de normas no es abstracto aunque el positivismo jurídico se encarga de presentarlo como tal, el orden jurídico que se tiene hasta ahora ha sido un factor determinante- como obstáculo- para avanzar en el desarrollo de las diferentes políticas sociales diseñadas por el proceso revolucionario.

En este sentido, según Damiani, la educación universitaria y entre ellos los estudios de la ciencias jurídicas y el Derecho son determinantes para avanzar, pues sin cambiar el orden jurídico arcaico y anacrónico que se tiene, es un obstáculo social para los cambios necesarios.

De allí que se hace necesario operar la transformación partiendo desde lo epistemológico, desde el marco epistémico que vaya mas allá de lo administrativo; el cambio debe darse desde el pensamiento y que según Gramsci citado por Damiani, “la hegemonía es la efectiva dirección de la sociedad; no es lo cuantitativo, es lo cualitativo lo fundamental”; no es asunto sólo de carácter científico, es político y a su vez filosófico.

Así mismo, se afirma que las estructuras del conocimiento no se pueden desligar de las relaciones de poder, de allí que se deben asumir estructuras de un conocimiento integral, no fragmentado, que permita visualizar las contradicciones en el campo de las ideas y del conocimiento en general.

Se debe superar la memorización, avanzar a la integración teórica y practica hacia la interdisciplinariedad la cual crea una instancia que posibilita la interpretación conceptual conjunta, comprensiva y descriptiva de esa realidad estudiada.

Por otro lado es importante señalar que se tiene pendiente una deuda con el proceso revolucionario, ya Bolívar, en el Congreso de Angostura hecho las bases para lograr un orden jurídico original, propio, que sea la concreción de nuestras realidades; por ello esta pendiente elaborar y diseñar un nuevo constitucionalismo latinoamericano, pues a la par de esto, existe la necesidad de un nueva formación del Derecho, una nueva pedagogía y nueva forma de enseñanza del Derecho.

Es necesario realizar una praxis jurídica que promueva una nueva cultura del trabajo jurídico, que incentive a la formación de un abogado, que no sea tal cual es hoy un reproductor de las relaciones del sistema tradicional contrario a la Revolución Bolivariana; debemos formar un abogado que vaya mucho mas allá de la simple aplicación de la normatividad positivista, un abogado y jurista que estudie la teoría jurídica que permita producir nuevos conocimientos.

Es imprescindible trascender la educación memorística del Derecho hacia un educación contextualizada del mismo; trascender el positivismo jurídico, pues mas allá de las normas jurídicas está una sociedad que aspira y espera una regulación adaptada a los nuevos tiempos; el jurista no puede limitarse al estudio formal que de las normas, despreocupándose de su instrumentalidad social concreta sino que una apreciación lúcida de su función propia lo lleve a abrirse hacia lo social para ajustarlo y preñarlo de la realidad social así como a un sistema mas humanizado de valores. No se debe olvidar que el Derecho es una de las tantas formas en que se manifiesta la praxis social, y como tal praxis debe ser capaz de iniciar su transformación de todos los miembros de la sociedad, pues el Derecho es un ejercicio que lo ejerce la ciudadanía en pleno al demandar sus derechos que como ciudadano le corresponde.

Referencias:

Damiani, L. Relación entre Derecho y Sociedad, video –foro. UBV

Trazegnies, F. Marcuse y el Derecho Unidimensional.

Vizcaino, M et al (2009). Introducción al estudio del Derecho. Universidad de Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

heristo50@gmail.com

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India: Fabricar ladrillos o ir a la escuela

Redacción: El País

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Pahasaur, en el estado central de Haryana, es la zona de producción de ladrillos más importante de India. Los encargados de aportar la mano de obra son las miles de familias que cada año se desplazan desde los estados más pobres. Esta temporalidad afecta también a los más pequeños, cuya escolarización pende de un hilo.

Pahasaur es mucho más que una zona de producción de ladrillos. Es toda una infraestructura que, cada octubre, centenares de familias montan para vivir durante la temporada. Llegan desde Bihar, Bengala Occidental, Uttar Pradesh (los estados más pobres de la India), para trabajar en las fábricas (‘bhattas’) durante los meses de producción. Cada junio, al comienzo de los monzones, regresan a sus lugares de origen con pequeños ahorros que les permiten cultivar sus tierras y sobrevivir algunos meses.

1. Pahasaur es mucho más que una zona de producción de ladrillos. Es toda una infraestructura que, cada octubre, centenares de familias montan para vivir durante la temporada. Llegan desde Bihar, Bengala Occidental, Uttar Pradesh (los estados más pobres de la India), para trabajar en las fábricas (‘bhattas’) durante los meses de producción. Cada junio, al comienzo de los monzones, regresan a sus lugares de origen con pequeños ahorros que les permiten cultivar sus tierras y sobrevivir algunos meses.
No solo son temporales sus trabajos, sino también los servicios que disfrutan en esta zona de Jarjjar, en el Estado de Haryana. La escuela donde acuden desde 2010 decenas de niños y niñas, es uno de los puntos clave donde se nota el abandono que traen consigo las lluvias de los monzones.
2. No solo son temporales sus trabajos, sino también los servicios que disfrutan en esta zona de Jarjjar, en el Estado de Haryana. La escuela donde acuden desde 2010 decenas de niños y niñas, es uno de los puntos clave donde se nota el abandono que traen consigo las lluvias de los monzones.
    • Autobús financiado por la ONG It will be y la organización Don Bosco. Los trabajadores sociales que recogen a los niños son los que más madrugan. Recorren cada mañana las más de 20 ‘bhattas’ o fábricas a las que se atiende en esta escuela temporal, donde además los estudiantes disponen de un dispensario médico y de una comida diaria.
      3. Autobús financiado por la ONG It will be y la organización Don Bosco. Los trabajadores sociales que recogen a los niños son los que más madrugan. Recorren cada mañana las más de 20 ‘bhattas’ o fábricas a las que se atiende en esta escuela temporal, donde además los estudiantes disponen de un dispensario médico y de una comida diaria.
    • Alrededor de 100.000 personas se dedican en esta zona de la India a la producción del ladrillo. Pero cada vez son menos los niños cuyas manos se manchan con la arena y el barro de los moldes. Muchas familias entienden que sus hijos tendrán un futuro más próspero si saben leer y escribir, aunque pierdan algunas rupias. Cada día, la escuela se llena un poquito más de ilusión, alegría y trabajo.
      4. Alrededor de 100.000 personas se dedican en esta zona de la India a la producción del ladrillo. Pero cada vez son menos los niños cuyas manos se manchan con la arena y el barro de los moldes. Muchas familias entienden que sus hijos tendrán un futuro más próspero si saben leer y escribir, aunque pierdan algunas rupias. Cada día, la escuela se llena un poquito más de ilusión, alegría y trabajo.
    • A pesar de que la tasa de alfabetización en el subcontinente supera ya el 70%, el desarrollo de las zonas rurales está aún muy por debajo. Este fenómeno afecta especialmente a los habitantes de los estados más pobres, que habitualmente se desplazan temporalmente para trabajar. Esta temporalidad dificulta aún más el trabajo que llevan a cabo los profesionales de la escuela, que tienen que enfrentarse a unas familias reacias y que no todos los años pasarán estos meses en las ‘bhattas’ de Pahasaur.
      5. A pesar de que la tasa de alfabetización en el subcontinente supera ya el 70%, el desarrollo de las zonas rurales está aún muy por debajo. Este fenómeno afecta especialmente a los habitantes de los estados más pobres, que habitualmente se desplazan temporalmente para trabajar. Esta temporalidad dificulta aún más el trabajo que llevan a cabo los profesionales de la escuela, que tienen que enfrentarse a unas familias reacias y que no todos los años pasarán estos meses en las ‘bhattas’ de Pahasaur.
    • Cada día escolar, los alumnos y alumnas suben al autobús con un plato que los trabajadores del colegio se encargan de llenar a la hora de la comida. Esta dieta diaria, normalmente a base de arroz, es otro de los alicientes que mueven a los padres a que sus hijos acudan a la escuela durante la jornada laboral, evitando así convertirse en mano de obra.
      6. Cada día escolar, los alumnos y alumnas suben al autobús con un plato que los trabajadores del colegio se encargan de llenar a la hora de la comida. Esta dieta diaria, normalmente a base de arroz, es otro de los alicientes que mueven a los padres a que sus hijos acudan a la escuela durante la jornada laboral, evitando así convertirse en mano de obra.
  • El agua es uno de los recursos más esenciales en el día a día de las fábricas. Beber, ducharse o fregar son tareas que se complican ante la falta de infraestructuras o sistemas mecánicos de recogida. Los niños y niñas siguen siendo los que, en su mayoría, se encargan de la función de recolectar el agua, que sacan de pozos manuales y portan hasta sus hogares.
    7. El agua es uno de los recursos más esenciales en el día a día de las fábricas. Beber, ducharse o fregar son tareas que se complican ante la falta de infraestructuras o sistemas mecánicos de recogida. Los niños y niñas siguen siendo los que, en su mayoría, se encargan de la función de recolectar el agua, que sacan de pozos manuales y portan hasta sus hogares.
  • La higiene y la prevención de enfermedades es otro de los pilares que se esconden detrás de este proyecto de escuela temporal. Las familias son conscientes de que los niños solo podrán asistir a clase si van duchados y con ropa limpia. Por eso, ante los pitidos del autobús, los pequeños se afanan en desenredarse los últimos tirones de un pelo que se les ensucia a diario por el polvo de los ladrillos.
    8. La higiene y la prevención de enfermedades es otro de los pilares que se esconden detrás de este proyecto de escuela temporal. Las familias son conscientes de que los niños solo podrán asistir a clase si van duchados y con ropa limpia. Por eso, ante los pitidos del autobús, los pequeños se afanan en desenredarse los últimos tirones de un pelo que se les ensucia a diario por el polvo de los ladrillos.
  • En el acceso a la educación en India sigue existiendo una brecha de género que parece estar lejos de cerrarse. Así, mientras el 81% de los chicos mayores de 15 años saben leer y escribir, solo el 60 % de las mujeres pueden hacerlo. La desigualdad en el acceso también está latente en los distintos Estados, como muestran las tasas de alfabetización, que pueden variar desde el 63% en Bihar, hasta el 94% en Kerala.
    9. En el acceso a la educación en India sigue existiendo una brecha de género que parece estar lejos de cerrarse. Así, mientras el 81% de los chicos mayores de 15 años saben leer y escribir, solo el 60 % de las mujeres pueden hacerlo. La desigualdad en el acceso también está latente en los distintos Estados, como muestran las tasas de alfabetización, que pueden variar desde el 63% en Bihar, hasta el 94% en Kerala.
  • 14 años es la edad permitida a partir a la cual cualquier persona puede trabajar legalmente en el país. Sin embargo, esta medida, que pretendía acabar con la explotación infantil, se vio quebrantada cuando el pasado año se añadió una nueva cláusula: los menores podrán trabajar desde cualquier edad en negocios familiares. Lejos de acabar con este problema, en India existenactualmente alrededor de 6,5 millones de menores de entre 3 y 15 años víctimas de esta forma de explotación. Y la educación es una de las mejores armas para luchar contra ella.
    10. 14 años es la edad permitida a partir a la cual cualquier persona puede trabajar legalmente en el país. Sin embargo, esta medida, que pretendía acabar con la explotación infantil, se vio quebrantada cuando el pasado año se añadió una nueva cláusula: los menores podrán trabajar desde cualquier edad en negocios familiares. Lejos de acabar con este problema, en India existenactualmente alrededor de 6,5 millones de menores de entre 3 y 15 años víctimas de esta forma de explotación. Y la educación es una de las mejores armas para luchar contra ella.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/05/08/album/1557314448_744086.html#foto_gal_10

 

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Un discernimiento necesario: «Manifiesto de un feminismo para el 99%»

Redacción: Tendencias 21

inzia Arruzza, Tithi Bhattacharya y Nancy Fraser, intelectuales y activistas estadounidenses, reflexionan sobre este movimiento de implicaciones políticas decisivas

 

Tres intelectuales y activistas que han contribuido a organizar el movimiento de la huelga de mujeres en EEUU (Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya y Nancy Fraser) reflexionan en «Manifiesto de un feminismo para el 99%» (Herder, 2019) sobre este movimiento de implicaciones políticas decisivas. Con un amplio alcance teórico y político, las autoras han desarrollado en esta obra una herramienta ineludible para pensar y ampliar las luchas sociales actuales; así como para favorecer su articulación política.

Hacía falta discernir, retornar sobre el horizonte que apoyamos de forma crítica (es decir, no dogmática) e interrogar diferencias ideológicas que, en el campo del feminismo, tienen implicaciones políticas decisivas. Semejante discernimiento necesitaba hacerse, además, por autoras con un recorrido relevante dentro del campo de la militancia feminista, como ocurre con Cinzia Arruzza, Tithi Bhattacharya y Nancy Fraser, todas intelectuales y activistas que han contribuido a organizar el movimiento de la huelga de mujeres en EEUU.

Necesitaba que sea de ese modo para evitar descalificaciones facilistas y, sobre todo, para suscitar suficiente confianza para interrogar los propios presupuestos desde los que pensamos el feminismo en nuestra actualidad. Especialmente para aquellas personas que nos reconocemos en ese movimiento, el Manifiesto de un feminismo para el 99% (Herder, España, 2019) resulta tan clarificador como necesario para abordar debates recurrentes en torno a lo que significa hoy participar en esta lucha en una dirección emancipadora.

Lo decisivo del manifiesto, en este caso, no es que introduzca planteamientos especialmente novedosos sino que permite aproximarse a los núcleos más significativos de un movimiento social que en los últimos años no ha cesado de crecer y adquirir una notable visibilidad; crecimiento y visibilidad que no solo no excluye ambigüedades y riesgos sino que los implica necesariamente, como toda práctica discursiva que adquiere centralidad en la vida social, cultural y política. Al menos desde que autoras como Ángela Davis, Kimberlé Crenshaw o Patrice Hill Collins cuestionaron el presupuesto de un «sujeto universal abstracto» que hablara en nombre de laMujer, hacía falta un manifiesto que reflexionara en torno a un feminismo capaz de dar cuenta de la pluralidad de situaciones que afectan a las mujeres, en específicas condiciones de clase, raza, género y sexualidad.

Lejos de repetir un discurso binario en torno al género, Arruzza, Bhattacharya y Fraser indagan en algunos movimientos feministas (como el argentino o el polaco) para extraer enseñanzas tan valiosas como pertinentes para una militancia reflexiva. El feminismo por el que esos movimientos abogan dista de la versión corporativa de Sandberg que apuesta por el éxito en el mundo de los negocios y la mentada “igualdad de oportunidades” en un mundo radicalmente desigual.

La huelga militante feminista reivindica una sociedad libre de opresiones, explotación y violencia machistas, recordando el lazo entre patriarcado y capitalismo. En contraste con el «feminismo liberal» que se desentiende de cambiar el mundo social, la huelga feminista apuesta por la igualdad y la libertad no como bellas aspiraciones sino como condiciones de vida reales. Incluso a riesgo de perder las propias ambigüedades y disputas del movimiento huelguista (tal como se plantea por ejemplo en España), las autoras apuestan por construir el feminismo desde un “ethos radical y transformador”, trazando el camino para una sociedad justa: un feminismo para el 99%, que necesita unirse con otros movimientos anticapitalistas, ecologistas, antirracistas y defensores de los derechos de los trabajadores y emigrantes.

Once tesis 

Desde esas premisas, el manifiesto desarrolla once tesis centrales que pueden resumirse del siguiente modo:

1. La nueva ola feminista reinventa la huelga, redibujando el mapa político y recuperando las luchas históricas por los derechos de los trabajadores, la justicia social y el trabajo (remunerado o no) de aquellas que sostienen el mundo. El feminismo de la huelga abre la posibilidad “(…) de una nueva fase sin precedentes de la lucha de clases: feminista, internacionalista, ecologista y antirracista”.

2. El feminismo liberal está en bancarrota. Centrado en el Norte Global en torno a la ruptura del techo de cristal y la igualdad de mercado, esta versión es parte del problema: se niega a hacer frente a las restricciones socioeconómicas que hacen que la libertad y el empoderamiento sean inaccesibles para la gran mayoría de las mujeres. Su objetivo real no es la igualdad, sino la meritocracia, esto es, que ciertos grupos de mujeres directivas puedan alcanzar sus metas de clase apoyándose en migrantes explotadas (a cargo del cuidado de sus hijos y del trabajo precario en sus hogares). Además de elitista e individualista, avanza contra la mayoría. Como vehículo de la autopromoción, el feminismo liberal es la coartada perfecta del neoliberalismo. En una palabra, es el feminismo de las poderosas, femócratas del ajuste estructural e islamófobas que predican el lean in. Como sentencian las autoras: “No tenemos ningún interés en romper techos de cristal y dejar que la gran mayoría limpie los vidrios rotos”.

3. Necesitamos un feminismo anticapitalista. El feminismo del 99 % debe responder a una crisis que implica el desplome de los niveles de vida, el desastre ecológico, las guerras y las expropiaciones, las migraciones en masa, el racismo y la xenofobia y el recorte de derechos sociales y políticos. Defiende en suma el bienestar mayoritario, incluyendo las necesidades y los derechos de las muchas, esto es, de las mujeres pobres, trabajadoras, racializadas, migrantes, queertrans, discapacitadas y explotadas. Contra el vaciamiento de derechos propiciado por el neoliberalismo, se trata de apostar por un cambio sistémico, incluyendo la lucha contra el sexismo estructural y el racismo del sistema judicial, así como contra la brutalidad policial, el encarcelamiento masivo, las amenazas de deportación, el acoso y abuso laboral, etc. No solo no es un movimiento separatista: aboga por unirse a todos los movimientos internacionalistas que luchan por las mayorías sociales: “El feminismo para el 99% abraza la lucha de clases y la lucha contra el racismo institucional”.

4. La crisis social actual tiene como causa primordial el capitalismo. El actual sistema globalizador, financiarizado y neoliberal degrada la naturaleza, instrumentaliza los poderes públicos, incauta el trabajo no remunerado de los cuidados y asistencia y desestabiliza de forma periódica las condiciones necesarias para la supervivencia de la mayoría. La crisis que amenaza la vida tal como la conocemos es, sin embargo, una oportunidad de transformación social y rebelión feminista.

5. La opresión de género en las sociedades capitalistas arraiga en la subordinación de la reproducción social a la producción de beneficios. La sociedad actual produce estructuralmente opresión de género, especialmente al separar la producción de seres humanos de la producción de beneficios, asignando la primera tarea a las mujeres y subordinándola a la segunda. El trabajo reproductivo, en muchos casos de carácter no remunerado, sin embargo, es precondición fundamental para la sociedad humana y para la producción capitalista. Cuando se descarga en terceros la reproducción social, esos terceros suelen ser mujeres, atravesadas por la línea de fractura de clases, raza, sexualidad y nación. La división racial del trabajo reproductivo implica que sean mujeres racializadas quienes realizan este trabajo a bajo coste. En este sentido, la lucha de clases incluye las luchas por la reproducción social: por la atención médica universal, la educación gratuita, la justicia medioambiental, el acceso a la energía limpia, la vivienda y el transporte público, así como por la liberación de la mujer, contra el racismo y la xenofobia, la guerra y el colonialismo.

6. La violencia de género adopta múltiples formas ligadas al capitalismo. Las dinámicas contradictorias entre lo familiar-personal y lo laboral en la presente sociedad producen una división sistémica. En tiempos de crisis esa división no cesa de tornarse especialmente virulenta, incluyendo la percepción de una masculinidad amenazada que explota. Aunque las autoras reconocen otras formas de violencia, su énfasis está en aquellas formas que se ejercen desde el poder público institucional, como es el caso de las agresiones sexuales o el acoso, a razón de la vulnerabilidad económica, profesional, política y racial de las mujeres. “Lo que posibilita esta violencia es un sistema de poder jerárquico que fusiona género, raza y clase. El resultado es el refuerzo y la normalización de ese sistema”.  Ninguna respuesta puramente policial podría bastar, porque la violencia de género asienta en la estructura violenta del poder capitalista en su conjunto. De ahí que un feminismo del 99% conecte la lucha contra la violencia de género con otras formas de violencia sistémica.

7. Mientras el capitalismo pretende regular la sexualidad, el feminismo quiere liberarla. Ni el “liberalismo sexual” que lucha por el derecho de las minorías ni el “reaccionarismo sexual” que quiere restaurar arcaísmos regresivos –patriarcado, homofobia, represión sexual- podrían ser respuestas satisfactorias para un feminismo que cuestiona “el binarismo de género y la heteronormatividad sancionados por el Estado”. La primera opción normaliza formas de la sexualidad en una zona ampliada de regulación estatal que fomenta el individualismo consumista, a partir del desarrollo de un nicho de mercado para los disidentes sexuales. Aunque esta diversidad sexual es producto de luchas sociales valiosas, siempre corre la amenaza de ser comercializada en un mercado neoliberal del sexo, sin atajar las agresiones que el colectivo LGTBQ+ sufre regularmente, al persistir la discriminación social y la falta de reconocimiento simbólico del que es objeto. Las “nuevas libertades sexuales” constituyen un privilegio para quienes pueden ponerlas en práctica, mientras que la mayoría es privada por no acceder a las condiciones sociales y materiales para el desarrollo de esas libertades. El reaccionarismo sexual, por su parte, resucita el tradicionalismo como reacción al capitalismo, para exigir nuevas prohibiciones y restablecer roles de género acordes a presuntos mandamientos divinos o inveterados. Para las autoras, se trata de luchar por liberar la sexualidad no solo de la procreación y la familia normativa sino de las restricciones de género, clase y raza que impone el estatismo y el consumismo.

8. El capitalismo nace de la violencia racista y colonial y un feminismo mayoritario debe oponerse a esa violencia. Las autoras abogan por un feminismo que tome partido contra el suprematismo blanco-europeo, asumiendo cierta ambigüedad histórica del movimiento que desemboca en ocasiones en la defensa por parte de prominentes feministas de políticas antimusulmanas.  “Al abstraer el género de la raza (y de la clase) han priorizado la necesidad de «la mujer» de escapar de la domesticidad y «salir a trabajar» -¡como si todas fuéramos amas de casa de clase media urbanas!-“. En vez de negar esa historia, las autoras apuestan por una ruptura política con respecto una sociedad racista, capitalista e imperialista, en tanto condición de liberación de las mujeres. Ninguna liberación es posible si persiste la opresión racial, como ocurre con miles de mujeres racializadas que padecen la precariedad laboral y la privación de derechos. En vez de plantear la “sororidad” como algo dado, se trata de construir solidaridades políticas entre mujeres que padecen de formas diferentes la opresión de género.

9. El feminismo mayoritario debe ser ecosocialista. Ante la actual crisis ecológica, producto de la apropiación sistémica que se hace de la naturaleza, se trata de confrontar con el “capitalismo verde” del neoliberalismo, que se despreocupa del futuro colectivo y condena a millones de personas del Sur global a abandonar sus hogares por razones climáticas. Paradójicamente, el capitalismo destruye la naturaleza que es condición de vida y de su propia reproducción.

10. El capitalismo es incompatible con la democracia y la paz. La crisis actual, de carácter político, paraliza a los estados obstaculizados por las finanzas globales y el mecanismo extractivo de la deuda soberana. Los problemas acuciantes de la mayoría, de interés público, son relegados y los gobiernos, presos del poder corporativo, son vistos por la ciudadanía como “esclavos del capital”. Amplias franjas de la vida social se sitúan así fuera del control democrático, provocando una desprotección política de la mayor parte de la población mundial. “Según parece, las aspiraciones democráticas de miles de millones de personas en el Sur global ni siquiera merecen ser tenidas en cuenta. Pueden sin más ser ignoradas o brutalmente reprimidas”. Si el capitalismo es estructuralmente incompatible con la democracia, la solución no es instalar más mujeres en los reductos de poder (incluyendo el de hacer el trabajo sucio de bombardear otros países, sostener regímenes de apartheid, respaldar intervenciones neocoloniales o ajustes estructurales) sino de cambiar el sistema que imposibilita la igualdad real.

11. El feminismo para el 99% llama a todos los movimientos radicales a unirse en una insurrección común anticapitalista. En vez de aislarse, se tata de trazar puentes con otros movimientos de resistencia. Aquellos que luchan contra el cambio climático, la explotación laboral, el racismo institucional o los desahucios. “Esas luchas son nuestras luchas, parte integrante de la lucha por desmantelar el capitalismo, sin la cual no puede haber final para la opresión de género y sexual”. Unir fuerzas, pues, con ecologistas, antirracistas, antiimperialistas, el colectivo LGTBQ+, sindicatos y, en general, las corrientes anticapitalistas de izquierda que defienden el 99%. En suma, se trata de replantearse quiénes son aliados y enemigos de las luchas feministas mayoritarias, asumiendo la necesidad del reconocimiento recíproco de las diferencias relevantes presentes entre las propias mujeres y ahondando en el objetivo de una “insurrección global de amplia base”.

El capitalismo en la mira

Según las autoras, el capitalismo en tanto “fundamento último de la sociedad moderna”, exige recuperar y ampliar los movimientos emancipadores en nuestro tiempo y no meramente rendirse ante una corriente liberal dominante que se limita a demandar el avance meritocrático de unas cuantas.

En vez de una variante “progresista” del neoliberalismo, la alternativa propuesta es la de un feminismo genuinamente mayoritario que reoriente las luchas en un momento de confusión política. “Prácticamente nadie -con la excepción parcial del 1%- se libra de los impactos de las perturbaciones políticas, la precariedad económica y el agotamiento socio-reproductivo. Y el cambio climático, por supuesto, amenaza con destruir cualquier tipo de vida en el planeta”. Ninguno de estos problemas graves puede ser resuelto al margen de los otros.

Si por una parte el capital requiere del trabajo socio-reproductivo -generalmente no remunerado y sostenido mayoritariamente por mujeres- para mantener la fuerza laboral, por otra parte, esconde (y reniega de) dicho trabajo como condición de su posibilidad. Mientras que el capital se esfuerza en aumentar sus beneficios, las clases trabajadoras se esfuerzan más bien para llevar una vida digna. Esa vida digna no se reduce a mejoras laborales sino que incluye luchas diferentes por la salud, el agua, la vivienda, la salud o la educación. El objetivo de las luchas reproductivas, así, es establecer la primacía del “hacer personas” por encima del “hacer beneficios”.

En síntesis, mientras el neoliberalismo se limita a reclutar mujeres para el trabajo asalariado, bloquea cualquier posibilidad liberadora para las mujeres, incluyendo aquellas racializadas y migrantes que asumen en condiciones precarias el trabajo de los cuidados. “Lo que se presenta como emancipación es en realidad un sistema intensificado de explotación y expropiación”. Semejante trabajo favorece la vulnerabilidad ante el abuso y el acoso, facilitada a su vez por el deterioro de los servicios sociales públicos. En vez de un feminismo “huérfano de aspiraciones utópicas y revolucionarias”, se trata de analizar -tal como ha enseñado el feminismo negro- la intersección entre explotación de clase, racismo y opresión de género, así como las nuevas teorías queer que muestran los lazos entre capitalismo y la reificación de las identidades sexuales.

Ante esta realidad, por lo demás, tampoco caben viejas fórmulas que apelan a un reduccionismo de clase. Antes bien, se trata de pensar la clase como una cuestión entrelazada al género y a la raza, propiciando un universalismo concreto capaz de incluir la multiplicidad de luchas de “los de abajo”. Promover alianzas supone así tomarse en serio nuestras diferencias. Eso conduce a un feminismo abierto a la transformación y al cuestionamiento, afirmándose a través de la solidaridad. “El feminismo para el 99 % es un feminismo impacientemente anticapitalista, un feminismo nunca satisfecho con equivalencias si no tenemos igualdad, nunca satisfecho con derechos legales si no tenemos justicia, y nunca satisfecho con la democracia si la libertad del individuo no se mide de acuerdo con la libertad de todos”.

Un debate abierto

Manifiesto de un feminismo para el 99% ahonda en un debate abierto desde hace décadas; a saber, la posición que el feminismo debe ocupar dentro de los movimientos emancipatorios y, en particular, el tipo de feminismo que cabe reivindicar en una sociedad dividida no solo por antagonismos de género sino también por conflictos de clase, raza o sexualidad (entre otros). Como tal, constituye una iniciativa valiosa para reflexionar con respecto a la direccionalidad política que está asumiendo este movimiento plural.

A pesar de ello, a mi entender, la propia forma-manifiesto no resulta especialmente eficaz en este caso, en parte porque se extiende demasiado y en parte porque, pese a su extensión, no desentraña algunos nudos de reflexión que requerirían desarrollos conceptuales mucho más detenidos, como es la propia relación entre feminismo e izquierda o entre feminismo y antirracismo. Las alusiones al respecto, en este sentido, resultan insuficientes y sería preciso un trabajo más pormenorizado que permita una comprensión amplia de las problemáticas en juego. Una versión menos explicativa y más condensada del Manifiesto… facilitaría su apropiación por parte de diferentes colectivos sociales, permitiendo centrarse en los ejes de lucha más relevantes (sin que ello excluya la posibilidad de profundizar en cada eje a partir de la remisión a otras fuentes bibliográficas).

Asimismo, el amplio alcance teórico y político que Arruzza, Bhattacharya y Fraser hacen de la propia noción de «feminismo» termina desdibujando en parte su significado. Una cosa es abogar por un feminismo anticolonial y anticapitalista y otra suponer, como hacen las autoras en determinados pasajes, que dicha noción permite subsumir estas otras orientaciones portadoras de una historia relativamente independiente. La interseccionalidad del planteamiento, en este punto, corre el riesgo de diluir especificidades ideológicas y políticas de diferentes movimientos que, ciertamente, tienen en común su voluntad transformadora.

Sin embargo, ¿en qué sentido podrían subsumirse dentro de la categoría de feminismo ejes ligados a la clase, la raza/etnia o las propias luchas ecológicas? Inversamente, ¿no invisibilizan las autoras las especificidades de las luchas feministas, centradas prioritariamente en revocar las desigualdades de género y en abolir el hetero-patriarcado? ¿Hasta qué punto resulta plausible nombrar las múltiples formas de desigualdad y opresión del presente bajo un significante totalizador? Si bien las jerarquías de clase, raza y género están interrelacionadas, el alcance omnicomprensivo que las autoras dan, alternativamente, al concepto de «feminismo» y al concepto de «capitalismo» como “fundamento último de la sociedad moderna”, podría hacernos suponer, de forma errónea, que derrotando el capitalismo automáticamente quedarían abolidos los otros ejes de opresión. Una alternativa plausible bien podría ser la referencia al sistema-mundo como una trama compleja que implica el despliegue simultáneo de una estructura capitalista/patriarcal y moderno/colonial. Semejante referencia permitiría la inclusión de nuestras luchas diferenciadas y complementarias en un mismo horizonte altermundista capaz de nuclear las añoranzas por una sociedad emancipada (feminista, anticolonial y ecosocialista).

A pesar de estos diferentes énfasis y matices, el Manifiesto… constituye una herramienta ineludible para pensar y ampliar las luchas sociales en las que participamos, religando dimensiones de nuestra existencia social que otros discursos se empecinan en nombrar de forma separada y descontextualizada, dificultando el mutuo reconocimiento de movimientos con vocación de cambio.

En cualquier caso, libros así favorecen la articulación política de diferentes movimientos sociales, sin renunciar al debate intelectual como condición necesaria para consolidar nuestras luchas. Más que nunca, urgen textos que permitan ahondar en una teoría crítica del presente como prerrequisito de una práctica transformadoraPara quien se reconozca en esa búsqueda, este manifiesto podría ser un excelente recordatorio de los enormes desafíos políticos que tenemos por delante.

Fuente: https://www.tendencias21.net/Un-discernimiento-necesario-Manifiesto-de-un-feminismo-para-el-99_a45256.html

 

 

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El Salvador: 707 jóvenes desertaron de los centros escolares por causa de un embarazo

Redacción: El Salvador

Según el mapa de embarazo de niñas y adolescentes del 2017 hubo 19,190 niñas en estado de embarazo en el país. Hugo González, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas, opinó que la sociedad tiene que brindar las condiciones para que las menores de edad logren el mayor grado académico, por el bienestar familiar y social.

A causa de un embarazo, 698 mujeres en edades de 10 a 19 años abandonaron los estudios académicos, de acuerdo con datos del Mapa de Embarazos en niñas y adolescentes del 2017, presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa). El registro también reporta que 9 hombres, en el mismo rango de edades, abandonaron su estudio porque su pareja estaba embarazada.

Los departamentos con más casos fueron San Salvador, La Libertad, Sonsonate y Santa Ana.

Hugo González, representante del Unfpa, explicó que el documento registra 19,190 niñas y adolescentes que experimentaron la maternidad en ese año, equivalente a un promedio de 53 menores, por día.

En cuanto a los embarazos en menores de 15 años manifiesta que algunos son casos que están vinculados a violencia sexual, y que, a pesar de que en comparación al año 2015 los embarazos han disminuido, las denuncias de abuso sexual han aumentado.

“Las consecuencias de esa maternidad temprana, en el caso de El Salvador, se ha visto que de cada cuatro niñas que se encontraban estudiando al momento que experimentaban la maternidad tres abandonaron los estudios con un promedio de educación de cinco años de escolaridad”, comentó González.

Añadió que esto coloca a las niñas y adolescentes en un círeculo de mayor profundización de pobreza, de dependencia y de violencia, lo cual trae la dificultad de poder ejercer sus derechos, de satisfacer sus necesidades básicas y los de sus hijos, además la sociedad pierde un ser humano productivo.

Entre los años 2015 y 2017 hubo 65,000 menores de edad que enfrentaron un embarazo en El Salvador. De esa población, 7 de cada 10 abandonaron los salones de clases, en los grados de sexto y noveno.

“Pero el abandono se da desde el tercer grado hasta el bachillerato. Con ese grado de escolaridad ¿qué oportunidad de empleo puede existir para una joven? Que además confronta la responsabilidad de la crianza a edad temprana, sin los ingresos que lo permitan hacerlo, sin la educación o la información de cómo hacerlo y muchas veces como resultado de una situación de abuso y de violencia sexual”, dijo el representante del Unfpa.

Al calcular cuánto la sociedad pierde en términos de tributos que estas jóvenes dejan de aportar a la sociedad durante sus años de vida productiva, de las 65,000 menores embarazadas, el país dejará de percibir alrededor de $352 millones, en un lapso de 40 años.

“Esto es para enfatizar que no solo las repercusiones afectan a la niña y su familia sino que a toda la sociedad y por eso es importante que todos velemos por la protección de las niñas. Hay que redoblar los esfuerzos”, expuso González.

El viceministro de Educación, Francisco Castaneda, dijo que sus protocolos para garantizar la educación de los menores se basa en los artículos 76 y 90 de la Ley General de Educación.

“Donde nos define el mandato de prevenir, a través de la educación, los embarazos adolescentes. Y en caso de que se diera, asegurar el derecho a la educación y la permanencia en el sistema educativo”, dijo Castaneda.

Agregó que tratan de asegurar que las adolescentes continúen con sus estudios, si se dan aspectos culturales y económicos, además del bullying, que son razones por las que no regresas a sus estudios.

“La mesa de oportunidades educativas y modalidades flexibles ha constituido una opción importante para el retorno al sistema educativo de esta población femenina vulnerable a partir de una situación de embarazo prematuro”, aseguró Castaneda.

 

El presidente de la Asociación de Colegios Privados (Acpes), Javier Hernández, manifestó que el tema de embarazos en niñas y adolescentes lo manejan con mucha responsabilidad, en el sentido de brindarle el apoyo a la estudiante hasta donde el marco legal se los permite. “No suspendemos niñas que estén en estado de embarazo, y eso lo hacemos desde antes de la Ley Lepina (ley de niñez), se les da un trato distinto, pero no discriminatorio en el sentido de los permisos para no asistir a clases debido a su estado, suspendemos actividades que puedan dañar su estado, como las clases de educación física”, manifestó Hernández.

Aseguró que en la mayor parte de los casos de deserción es la alumna la que decide retirarse de sus estudios, no es el centro educativo el que le niegue el acceso a la educación.

Explicó que para garantizar que la menor termine su año educativo le brindan formas más flexibles para que pueda realizar sus actividades académicas, para que pueda darle continuidad a sus estudios.

Dentro de la currícula académica, explicó el dirigente de la Acpes, está el componente de educación sexual y reproductiva, que está incluido desde el primer ciclo en adelante, en la asignatura de ciencias, salud y medio ambiente, y en ciencias naturales para el bachillerato.

“Son contenidos dentro de la currícula que siempre han estado ahí, pero no son garantía para que se prevengan los embarazos en niñas y adolescentes, la garantía está más en los hogares que en los centros educativos porque son los padres o responsables quienes pueden orientar de mejor manera a los jóvenes para que todo se experimente de acuerdo a una edad biológica, social y psicológica determinada”, opinó Hernández.

Paz Zetino, secretario general de Bases Magisteriales, expuso que como docente se ha visto en el problema de afrontar las decisiones de muchos padres de permitir el noviazgo de sus hijos, y que estos se den dentro del centro escolar.

“Nosotros en las escuelas estamos haciendo todo tipo de prevención al respecto, incluso tomamos algunas medidas hasta extremas para detener este fenómeno, pero yo siento que desde la familia ahora no se está contribuyendo”, comentó Zetino. Manifestó que los docentes se ven ante la dificultad de no poder corregir a los estudiantes cuando están realizando una acción inadecuada, como un noviazgo escolar, debido a que son los mismos padres los que autorizan dichas situaciones.

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