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Necesitamos un nuevo pensamiento para salvar el planeta

Por: Javier del Arco

El futuro pasa por un mundo asentado en raíces biofilosóficas

Solamente en un mundo asentado en raíces biofilosóficas, la Tierra tiene aún una oportunidad de salir adelante, porque en el Homo Sapiens, absolutamente todos sus hechos, tienen naturaleza biológica. Una contribución para el Club Nuevo Mundo.

Pensar y repensar la ciencia es el oficio del epistemólogo. El Club Nuevo Mundo nos invita de manera expresa a contribuir en la medida que cada uno pueda a intentar salvar este deteriorado planeta que es nuestra casa: la Tierra, Gea o Gaia, como prefieran llamarla. Yo creo que si el deterioro de la Tierra comenzó por un mal uso de la tecnociencia por el leño torcido de la humanidad, ha de ser la vara derecha de la misma la que, uniendo una estrategia de tecnociencia e inteligencia emocional, contribuya a su salvación.

La codicia, eje maligno de nuestro mundo

En los últimos tiempos, el neoliberalismo codicioso y criminal ahora en manos de locos, visionarios y desaprensivos, ha roto todas las barreras desmarcándose del Acuerdo de Paris alcanzado en diciembre de 2015. Rememorando de alguna manera una idea de Ortega, digamos que los jabalíes han encontrado un payaso propio para hacer el trabajo sucio y visible.

En las entrañas del turbocapitalismo, se adivina una añoranza soterrada y muy oculta por el régimen puramente esclavista propio la edad moderna que los grandes países aplicaban en sus colonias. Si la realidad está por encima de la idea y dicha realidad es la única verdad tangible, de nada sirven las palabras y las instituciones de opereta que representan bonitas ideas que no se materializan. De nada sirve -y me refugio de nuevo en Ortega- el bello clamor y la trova servil de los tenores que ocultan la tragedia de la Tierra y sus pobres -en el sentido literal- habitantes.

Así está la cosa.

Una primera reacción por la vía de la ética

Cierto es que ya hay una serie de agravios a nuestra Gaia que son irreversibles. No voy a detallar estos agravios, traspasados ya los abusos, porque muchos lo han hecho con mucha más autoridad que yo.

Pero ante el abismo que se abre a nuestros pies, todavía hay un margen para pensar qué se puede hacer.

A comienzos de la década de los setenta se abrió una potente vía teórica sustentada en la ética -todavía entonces una disciplina respetada- para concienciar y actuar, si hubiese oportunidad para ello. Se desaprovechó la oportunidad porque estaba formulada desde la perspectiva de una ética fuerte. Me refiero al “Principio de responsabilidad” enunciado por el filósofo alemán Hans Jonas en 1973. Pese a que esa vía ha quedado abandonada al decaer la ética e irse ésta debilitando hasta licuarse, he creído conveniente traerlo a colación como argumento histórico en la defensa de la Tierra y como punto de partida para unas reflexiones más profundas sobre esta cuestión fundamental.

El Principio de Responsabilidad

Hans Jonas, y en eso acierta de pleno, fija como punto de partida que el  humano es el único ser conocido en la Tierra que tiene responsabilidad.

Ciertamente, solamente los humanos pueden escoger de manera consciente y libre entre diversas posibilidades de actuar ante algo y esa elección siempre tiene consecuencias. La responsabilidad pues, es una consecuencia de la libertad. Libertad. Aquí ya podrían ponerse los primeros reparos. Uno sería de orden neurocientífico (1) y otros de orden práctico, ya que el humano es un ser totalmente mediatizado por sus circunstancias (sean estas las que fueren) de manera que el “yo” está indisolublemente unido a su circunstancia. Además, como señala el Prof. Rubia Vila, el propio “yo” “es una ilusión que aísla al sujeto de su entorno, haciéndole creer que tiene una autonomía que no es real” (2). Esas dos objeciones ponen ya en entredicho la universalidad de la responsabilidad.

Hecha la salvedad de la conciencia de esas deficiencias y que toda filosofía ha devenido en biofilosofía (3), estimamos conviene iniciar esta serie de reflexiones sobre nuestro presente y futuro del planeta, por los pioneros en comprender su vulnerabilidad. El más significativo fue Hans Jonas.

La ética de Jonas es deontológica, es decir, formula imperativos. El imperativo que  plantea se suscitó al observar e interiorizar reflexivamente los efectos que la técnica, la mecanización y otros factores suponían de amenaza para la vida sobre la Tierra y del planeta en su conjunto.

Para Jonas, la responsabilidad moral del humano se origina [en los pocos que se origina] por la toma de conciencia personal del riesgo que pende sobre los seres vivos y la naturaleza en general, que se ven amenazados en su existencia por el progreso técnico descontrolado [y la codicia del humano que es el dueño y señor de la técnica, añado yo]. La Tierra y todos los seres vivos que alberga, son vulnerables y ello se observa a simple vista

Vulnerabilidad comprobada. Ahí reside el fundamento de la ética de Hans Jonas. Y por ello el Homo Sapiens actual tiene la obligación de hacer posible la continuidad futura de la especie. Ese deber, y ahí su profundo parentesco con la ética kantiana, lo expresa en forma de imperativo categórico.

En su importante libro “El principio de responsabilidad: ensayo de una ética para la civilización tecnológica” (4), se formula el imperativo categórico-ecológico como prefiero llamarlo:«Obra de tal manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica sobre la Tierra.

No voy a entrar en discusiones de escuela ni en su radical oposición a Bloch y su “Principio esperanza”, pues Jonas rechazaba la utopías. Voy a resistirme también a rebuscar reminiscencias heideggerianas y aristotélicas, que las hay, en sus formulaciones. Me he centrado en lo concreto, en una frase imperativa que, traída a nuestro primer quinto de siglo XXI, puede servir de punto de partida a la acción a realizar para salvar la Tierra.

Una nueva visión que quizá pueda contribuir a salvarnos

Esta formulación primigenia y fuerte no debemos tomarla como un rechazo del progreso tecnológico. Más bien al contrario. Debemos promover, adecuar e inventar nuevas tecnologías para tratar de salvar lo que se pueda de este maltratado planeta. Hay que tener en cuenta que la ciencia ofrece y la tecnología demanda. Y hoy la demanda urgente es de tecnologías salvadoras del planeta; apartando prejuicios, superando supersticiones.

La ética no es desdeñable aunque se halle en franca decadencia por dilución. Importantes también son los sentimientos que han surgido, tanto por la estética de lo viviente como por una necesidad de dar afecto a los animales en un contexto parcial de desafecto por lo humano, algunas veces justificado.

La razón juega un papel más importante aún porque el miedo racional, el pavor frío, será a buen seguro un aliado fundamental para salvar lo que quede de nuestro mundo. Nadie quiere morir y el hombre, lobo para el hombre, es quien maquina acabar con su propia especie.

Tenemos un ejemplo claro. Tras la II Guerra Mundial, en la que en sus horas postreras emergió el poder nuclear, surgió una gran desazón en el mundo. Al extenderse y perfeccionarse hasta límites insospechados, dicho poder nuclear y el terror que inspira, ha sido y sigue siendo el mayor factor de estabilidad.

Porque la III Guerra Mundial no estalló en su momento y no estalla por el terror egoísta a perder todo y a morir que tienen los poderosos. Solo el miedo vence a la codicia y al egoísmo. Solo en el miedo, incluso en el terror, radica la verdadera salvación. Tristísima conclusión que surge del conocimiento biológico del hombre y no de constructos artificiosos.

Decía que la filosofía es hoy biofilosofía y ello no es una osadía de visionario. Los últimos avances en neurobiología, genómica y proteómica, nos invitan a pensar en la posibilidad de un humano de naturaleza distinta del anterior. Repensar el Homo Sapiens desde una perspectiva diferente de las anteriores, por un mayor conocimiento de su íntima fisiología, nos impulsa a declarar fenecidos en su conjunto, los fundamentos más potentes de la vieja filosofía, especialmente metafísica y ética. El Homo Sapiens solo puede ser pensado desde una perspectiva biofilosófica.

Mi opinión, que iré desglosando en sucesivos artículos, es que solamente en un mundo asentado en raíces biofilosóficas, la Tierra tiene aún una oportunidad de salir adelante, porque en el Homo Sapiens, absolutamente todos sus hechos, tienen naturaleza biológica.

Fuente: https://www.tendencias21.net/Necesitamos-un-nuevo-pensamiento-para-salvar-el-planeta_a44796.html

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Sistema andorrano: sin libros y con grupos para trabajar en equipo

Andorra / 21 de octubre de 2018 / Autor: Alberto López Tavares / Fuente: Magisnet

El sol arremete con fuerza en aquel patio de colegio atestado de padres y madres que esperan a que sus hijos aparezcan tras otra jornada educativa con la merienda en las manos. El encuentro entre Izan y su padre no ha sido como de costumbre. El chico da mordiscos a su bocadillo, pero no con la avidez que acostumbra. Masticaba triste y pensativo. Su padre le acaricia el pelo y le pregunta si le ha ocurrido algo. Izan le mira y le cuenta que el profesor de Conocimiento del Medio había propuesto trabajar en grupo, algo a lo que no están acostumbrados y, a continuación, uno de los componentes de dicho grupo debía exponer delante de toda la clase un trabajo.

Su padre notó que la experiencia no había sido agradable para su hijo. De aquel trabajo en grupo manaron diferentes problemas y discusiones. La exposición, que precisamente fue Izan quien la realizó, no había salido bien por culpa de los nervios. Esto fue el desencadenante para que un compañero se lo reprochara y terminasen a patadas los dos, así como el respectivo enfado y castigo por parte del profesor. Su padre tras decirle que nunca se debe llegar a las manos para solventar un problema le preguntó si alguna vez algún profesor les había enseñado a trabajar en grupo o a gestionar los nervios que supone ubicarte delante de una clase entera. Izan ante esta pregunta meneó la cabeza negativamente. Su padre lo consoló pensando en que la Educación no estaba muy bien planteada.

Numerosas críticas
Son muchas las ocasiones en las que el sistema educativo español ha sido criticado por padres, profesores, alumnos con cierta madurez, generalmente universitarios, e incluso, por los políticos. Es de recibo afirmar que la Educación en España no es mala, pero sí quizás algo obsoleta en algunos aspectos. El mundo ha cambiado, por tanto, el empleo y las competencias que demanda, también. En la actualidad se aboga por el trabajo en equipo, la comunicación y el manejo de varios idiomas. Generalmente los datos proyectados por los países nórdicos en cuanto a lides educativas se refiere obnubilan a cualquiera, porque, precisamente, son estos los que más innovan adaptándose a la perfección a los tiempos actuales.

Pero es innecesario trasladarse a tan lejanas y gélidas tierras para envidiar lo que allí se desarrolla y efectúa.

Escuela andorrana
España y Andorra se erigen sobre el mismo terreno, y es en este mismo en donde son limítrofes el sistema educativo español, sumamente criticado y, por otro lado, el sistema educativo andorrano, que tiene como base los grupos cooperativos y aboga por declinar la utilización de libros de texto, es decir, apuesta por la utilización de la tecnología dentro de las aulas. “La base de nuestro aprendizaje son los grupos cooperativos sin dejar de lado el trabajo individual, por supuesto. Con esto se pretende minimizar las dificultades del aprendizaje y minimizar la exclusión”, comenta Carles Perea Rodríguez, profesor de Inglés en el sistema andorrano.

Este sistema pionero apuesta por reforzar y potenciar competencias. Por ejemplo, a los alumnos, desde muy jóvenes, se les inculca un espíritu crítico para que tengan la suficiente madurez como para analizar y alcanzar sus propias conclusiones. También respaldan la instrucción de diferentes técnicas de trabajo. El profesor Carles ha mostrado su opinión al respecto diciendo: “A través de nuestro enfoque pedagógico lo que se pretende es capacitar a las personas para que sepan actuar en situaciones reales que poco a poco la vida le irá regalando”.

Un dato que muestra una diferencia clara con respecto a lo acostumbrado aquí en España es, por ejemplo, que los alumnos que cursan Bachillerato tienen como asignaturas obligatorias el Catalán, Inglés, Francés y el Castellano.

Asimismo el sistema andorrano alberga entre sus muros educativos a numerosas familias portuguesas,por tanto al finalizar dicha etapa estos jóvenes se encontrarán hablando y escribiendo de forma correcta cinco idiomas, algo básico para lo que demanda el mercado laboral y que cumple con una de las metas de este sistema que es la de adquirir conocimientos de varias lenguas para una comunicación fluida con ciudadanos de otros países, como el Gobierno de Andorra informa en su página gubernamental. Otro de los objetivos generales es promover y favorecer el desarrollo de la personalidad de los alumnos, así como formarles en el respeto de los derechos y libertades fundamentales. Y, también, que conozcan qué es la tolerancia y el pluralismo. “Soy profesor de Inglés y no solo evalúo los conocimientos adquiridos por parte de los alumnos en esta asignatura, sino que analizo diferentes hábitos como el personal, intrapersonal, social y profesional”, expresa Carles Perea.

Objetivos a medio plazo
La Escuela Andorrana no pretende estancarse en esta tesitura por muy positiva que sea, les gustaría ir a más y crear un sistema perfecto. Por ejemplo, en Bachillerato se imparten en francés las Matemáticas, la Tecnología o las Ciencias Naturales. Es decir, con esto no solo se pretende conocer y hablar un idioma como ocurre con las demás lenguas que se imparten, sino que, como alude el profesor, los alumnos “adquieren todas las competencias lingüísticas del francés”, siendo el siguiente paso el de implementar este mismo sistema en la lengua de Shakespeare.

El mundo cambia a una velocidad galopante, por ello, se deben potenciar este tipo de sistemas que abogan por: idiomas, respeto hacia los demás, la comunicación y el trabajo en equipo.

Fuente de la Noticia:

https://www.magisnet.com/noticia/28439/en-abierto/sistema-andorrano:-sin-libros-y-con-grupos-para-trabajar-en-equipo.html

ove/mahv

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Robótica, materia todavía pendiente en Nicaragua

Redacción: La Prensa

La robótica es una tendencia educativa a nivel mundial y los países que la han incorporado ya ven resultados en su desarrollo económico. Nicaragua, aunque se ubica entre los países más atrasados en preparación digital, aún no incorpora la robótica en su educación.

Una buena preparación digital es la clave para que los países alcancen competitividad a nivel mundial y mayor desarrollo económico a través del fomento de la innovación. Así lo indica la firma Cisco y Gartner Research en su estudio sobre Índice de Preparación digital, realizado recientemente y el cual revela que Nicaragua se encuentra entre los países menos preparados en esta materia. En un ranking de 19 países latinoamericanos evaluados, Nicaragua ocupa el puesto número 17.

La firma especializada evaluó infraestructura digital, adopción de tecnología, capital humano, necesidades básicas, facilidad para hacer negocios, inversión del gobierno y de negocio, así como emprendimiento. En el estudio Nicaragua se ubica entre los últimos tres lugares, como un país que apenas inicia su viaje por el mundo digital.

“Aún somos un país que no utiliza ni explora los requerimientos tecnológicos. En este ranking los tres mejores son Uruguay, Chile y Costa Rica y el porqué están en primer lugar tiene que ver con la educación, han mezclado robótica educativa en todos sus pénsums, ellos ya tienen una década de estar utilizando robótica educativa”, comentó Ernesto Varela, gerente general de Comtech.

Iniciativas empresariales privadas

Instituciones inmersas en el mundo de la tecnología y la educación, como Comtech y Fundación Zamora Terán, creen firmemente que alcanzar los niveles de desarrollo económico que necesitamos requiere de incorporar la tecnología en la educación, elevando la innovación, creatividad y capacidad analítica en los niños y jóvenes.

En busca de encaminar al país a la preparación tecnológica que urge tener, Comtech ha capacitado y certificado a docentes escolares y universitarios en robótica educativa; adquirió la franquicia de WRO (Olimpiadas Mundial de Robótica) en Nicaragua, innovará con una plataforma virtual educativa enfocada a docentes, que permitirá que el pénsum que rige a Nicaragua contenga un aspecto colaborativo a través de una metodología STEAM, y ha firmado convenios de colaboración con colegios privados y organismos internacionales para llevar la robótica educativa a niños y jóvenes.

Por su parte, Fundación Zamora Terán a través de la implementación de su programa educativo fomenta y promueve competencias que permitan el desarrollo humano integral de sus beneficiarios.

La implementación del modelo cuenta con doce programas que se fortalecen mediante la programación y la robótica humanizadora (Los robots se convierten en otro medio para potenciar las competencias del siglo XXI), donde niñas, niños, jóvenes, docentes y directores identifican necesidades en su entorno y trabajan conjuntamente en la búsqueda de soluciones que impacten positivamente en las escuelas, familias y comunidades.

La plataforma tecnológica que utiliza el modelo educativo de FZT beneficia a 172 escuelas, compartiendo los conocimientos necesarios en programación en bloque (Scratch), que permite a los estudiantes la articulación con robótica y su aprovechamiento en el proceso educativo. En 2018 se ha beneficiado a más de 300 niñas y niños de diferentes escuelas.

Se trata de iniciativas privadas a nivel empresarial muy importantes. Sin embargo, “hace falta que los grandes representantes de la educación nicaragüense, como el Mined, Conicyt y el CNU tomen acción inmediata para incorporar robótica como un eje educativo”, considera Varela.

Fuente: https://www.laprensa.com.ni/2018/10/17/nacionales/2485848-robotica-materia-todavia-pendiente-en-nicaragua

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La formación en línea ahorra dos días de autobús tanzano

Redacción: El País

La ONG Amref abre una universidad en Kenia centrada en la salud pública y comunitaria

Abdallah Chinjaru es auxiliar de enfermería en un dispensario cerca de Kilosa, en la región de Morogoro, en Tanzania. Desde hace tiempo quería continuar su educación para convertirse en enfermero. Procede de una familia bastante pobre, por lo que lograr el título que tiene ahora ya le supuso mucho esfuerzo y sacrificios. Conseguir su sueño supondría desplazarse hasta una escuela de enfermería y pasaría allí, como mínimo, dos años; eso implicaría dejar de trabajar y, por tanto, de percibir el sueldo con el que ayuda a los suyos. Además, necesitaría dinero para pagar los estudios y mantenerse lejos de casa. Algo imposible para él.

Pero Chinjaru ha encontrado una fórmula que le permite seguir en su puesto de trabajo mientras continúa con su formación. Ahora es un alumno de la Hubert Kairuki Memorial University de Dar es-Salam, que es uno de los varios centros del país adscritos al programa de e-learning, o educación a distancia, diseñado por la ONG Amref Salud África, entidad merecedora del Premio princesa de Asturias de cooperación internacional 2018. Para la ONG, la formación del personal sanitario es una prioridad, y para ello ve necesario contar con las personas adecuadas y con los conocimientos precisos en el lugar justo. Este es uno de los muchos aspectos que ha hecho a esta ONG, con sede en Nairobi. Quizás otro haya sido el hecho de que el 97% de su personal sea africano.

«Es una oportunidad única para continuar con mi formación», dice un alumno

Gracias al programa de educación a distancia, Chinjaru puede acceder, a través de su móvil, a las lecciones del temario y estudiar en su casa. Sin embargo, él tiene un problema, nada que no pueda solucionar, es que en su pueblo la conexión a Internet no es muy buena, por eso, de vez en cuando, en su día libre, baja hasta la ciudad donde hay mejor señal y se descarga las lecciones. Él se apaña bien con el teléfono móvil, pero otros compañeros prefieren acudir a cibercafés y estudiar delante de un ordenador. “Se lee mejor allí, la pantalla es más grande”, dice Fami Julius que trabaja en el hospital de Liguala en la región de Mtwara.

Taindi Katu es comadrona y ahora estudia a distancia para convertirse en enfermera.
Taindi Katu es comadrona y ahora estudia a distancia para convertirse en enfermera. CHEMA CABALLERO

Hoy, Chinjaru está en Dar es-Salam, le ha costado dos días de viaje en autobús llegar hasta allí, pero “vale la pena el esfuerzo”, confiesa. Durante dos semanas, junto al resto de sus compañeros llegados de distintos puntos del país, asistirá a clases prácticas para completar su formación, antes de regresar a su pueblo. “Aunque es poco tiempo, es una oportunidad única para continuar con mi formación. Son dos años duros los que me esperan, pero es una oportunidad que no puedo dejar pasar. Al final tendré un título mejor, lo que me posibilitará acceder a un empleo mejor”, explica en un cambio de clases.

Su compañera Taindi Katu afirma que este sistema les permite continuar con su trabajo y estudiar al mismo tiempo. «El precio es más económico y te lo puedes permitir porque sigues con tu salario y no tienes que abandonar a tu familia”. Ella es comadrona gracias a una beca del programa Stand up for African Mothers de Amref y trabaja en el Sinza Hospital de Dar es-Salam. Ahora estudia para ser enfermera.

Alumnos del programa de formación on line de Amref acceden al conocimiento a través de los ordenadores o teléfonos móviles.
Alumnos del programa de formación on line de Amref acceden al conocimiento a través de los ordenadores o teléfonos móviles. CHEMA CABALLERO

Un grupo de profesores recorre el país para supervisar a los estudiantes en sus centros de trabajo. “Esta es la parte más costosa del programa”, explica el profesor Charles S. Mgone vicecanciller de la universidad. “Pero es parte fundamental del currículum”. Por ahora es un proyecto piloto que se centra en enfermería pero que vista la buena acogida que ha tenido y los resultados que ofrece se piensa extender a otros estudios, incluidos los de medicina. Ya están en marcha los trámites necesarios ante el Ministerio de Educación y el de Salud para su aprobación. “El próximo paso será realizar los exámenes en línea para que los alumnos no tengan que viajar tanto a Dar es-Salam. Salvaría tiempo y dinero”, concluye Mgone.

Durante 40 años Amref ha formado trabajadores sanitarios por África

Este proyecto es uno más de los muchos que Amref Salud África desarrolla por el continente, donde desde hace más de 40 años, la ONG forma a profesionales de salud. “Si nos fijamos en nuestra experiencia, en este tiempo hemos aprendido que no podemos hacer cambios significativos en el sector de la sanidad si no tenemos el personal adecuado”, afirma la doctora Alice S. Lakati, decana del Departamento de Práctica de Salud Comunitaria de la Universidad Internacional de Amref en Nairobi, Kenia.

En las cuatro décadas Amref ha formado trabajadores sanitarios por África en colaboración con otras instituciones. Pero ahora ha decidido dar un paso más y ha abierto su propia universidad; una institución internacional que acoge alumnos africanos y que quiere hacer hincapié, entre otras cosas, en dos aspectos: el de la salud pública y comunitaria que es una de las constantes de la filosofía de la ONG, y la gestión y dirección de servicios de salud “porque por muchos años, Amref se ha dado cuenta de que sin un buen liderazgo en el sistema de salud no se puede obtener ningún cambio en este campo. Muchos sistemas de salud en África sufren el reto de falta de liderazgo”, explica Lakati. Finalmente, han comenzado un máster en formación de profesorado que imparte clases en el ámbito sanitario. Profesores de universidad o formadores. “Porque pueden tener mucha titulación como médicos o enfermeras, pero hace falta mucho más para enseñar y nosotros les proporcionamos esas herramientas”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/10/03/africa_no_es_un_pais/1538576088_352182.html

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(Entrevista) Agustín Moreno: “Deberíamos educar críticamente ya que habría menos individualismo y más compromiso colectivo para mejorar la sociedad en la que vivimos”

Redacción: Rebelión/17-10-2018

Sindicalista, exdirigente de Comisiones Obreras y profesor jubilado de Historia en un instituto de Vallecas. Cuando Agustín era pequeño vivía en una casa baja cuyo patio, con pozo y parra incluida, era el lugar idóneo para largas horas de lectura: Stevenson, Defoe, Verne, Salgari, Zane Grey. Su proveedor de aventuras literarias era su padre, con el que compartía complicidad y libros.

¿Enseñamos a nuestros jóvenes a ser críticos con lo que les rodea?

Es importante que nos hagamos esta pregunta. Y definir que una educación crítica es aquella que se basa en valores éticos, en los derechos humanos y en la defensa de la sostenibilidad del planeta. Creo que una de nuestras funciones principales en la escuela es despertar el espíritu crítico en el alumnado, para que piensen por su cuenta, algo esencial porque la ignorancia es el caldo de cultivo de la manipulación, la explotación y la sumisión. Pero hay muchos tipos de escuela y de situaciones, por eso no es fácil que las respuestas sean generales y sirvan para todos los casos.

En las escuelas, ¿cómo cree que podríamos potenciar el pensamiento crítico?

Para que se formen jóvenes críticos, haría falta cuestionar el discurso ideológico dominante y las formas de cultura que alienan. Creo que en la mayoría de los centros prevalece el discurso plano, acrítico, falsamente neutral. Se centran en la formación académica, olvidando el componente educativo a todos los niveles, especialmente el desarrollo moral y social del alumnado. Cumplir esta función obligaría a quitar rigidez a las escuelas, jerarquización, currículos inabarcables y muchas veces ajenos a lo que realmente es esencial desde el punto de vista educativo.

¿Qué tipo de personas formamos hoy en el sistema educativo español? ¿Diría que están, en general preocupados o implicados en la sociedad que les rodea?

Creo que somos un reflejo de la sociedad en general. Pero también somos parte de una función pública que tenemos encomendada. El contacto directo con la realidad y las familias, nos obliga a una mayor sensibilidad social y a un compromiso de cambio. Como profesorado hay que ser conscientes de que otros muchos agentes intervienen en la formación de los menores. La cultura dominante vende individualismo y falsas soluciones del “sálvese quien pueda”…

Delante de esta situación que describe, ¿cómo deben actuar los docentes?

Deberíamos educar críticamente ya que habría menos individualismo y más compromiso colectivo para mejorar la sociedad en la que vivimos. Pero eso nos sitúa ante la finalidad de la educación por el bien común que trasciende en mucho la simple formación de “productores” o mano de obra para el sistema económico. Algo que no va a facilitar el poder político, ya que su intención, casi en todas partes, es controlar lo que se enseña.

¿Cómo transmitir a los adolescentes valores como la democracia, la participación en común o la libertad de expresión, si son valores en crisis en nuestra sociedad?

Sobre todo de manera muy práctica. La teoría está bien y hay que sabérsela; en este sentido son muy útiles asignaturas como la Filosofía, la Ética, los Valores, que deben ser trabajados con todo el alumnado, y no solo como alternativa a la asignatura de Religión católica como sucede ahora con alguna de estas asignaturas. Pero no es suficiente, tienen que vivirlo, practicarlo, asumirlo desde las emociones. Facilitar la cooperación con sus compañeros y compañeras, hacer que la escuela sea democrática y dialógica, ayudar a que el alumnado asuma su propio protagonismo, expresarse libremente y de forma argumentada… ese el camino.

¿Cómo fomentaría la participación de nuestros adolescentes en ámbitos que afectan a la ciudadanía y a sus derechos?

Una de las formas de tomar conciencia de los problemas que les afectan es fomentar los debates, los trabajos de investigación, trabajar por proyectos… Pero creo que también es importante abrir el centro a la realidad del entorno social. Esto no solo consiste en la entrada de expertos, agentes sociales, ONG´s para organizar talleres o charlas, proyectos concretos de solidaridad, sino fomentar la participación activa del alumnado. He vivido los talleres en las tutorías sobre educación afectivo-social, adicciones, Amnistía Internacional, El Gallinero en la Cañada Real de Vallecas, el programa de protección al lince, la recogida de móviles para apadrinar un chimpancé… Sin embargo, creo que lo principal es lograr que se sientan implicados y responsables en acciones por la igualdad, contra el racismo o a favor de la paz y la convivencia, que participen activamente.

¿Qué otras estrategias recomendaría utilizar?

También les forma y les hace crecer que se comprometan y colaboren con equipos de mediación y de alumnos ayudantes. Una de las experiencias más intensa y de mayor proyección en la que he participado fue el envío de cinco alumnos míos de 2º de bachillerato del instituto de Vallecas de voluntarios a trabajar en el verano en Bemposta, la Ciudad de los Muchachos de Colombia, que funciona como un entorno de protección a la infancia y la juventud, recogiendo a niños de la guerra.

¿Cree que desde la escuela se puede combatir el individualismo que fomenta la sociedad? ¿Cómo?

La escuela no es neutra y si se presenta así, está engañando porque toda educación tiene fines. Por supuesto que tiene que librar ese combate, aunque parezca una lucha contra molinos de viento. No es fácil, porque la (in)cultura dominante se expresa por múltiples vías: el modelo económico y social basado en el consumismo desaforado, la competitividad extrema y la destrucción del medio ambiente. Pero la juventud tiene una clara tendencia a la empatía y solidaridad que hay que sacar a flote y estimular. Se puede trabajar desde la racionalidad de que el apoyo mutuo es mejor que el individualismo, como se ha demostrado científica e históricamente; pero sobre todo hay que hacerlo desde el trabajo con las emociones.

¿Se pueden combatir las desigualdades desde la escuela o el sistema educativo actual fomenta la perpetuación de estas desigualdades?

Objetivamente la escuela reproduce el sistema social vigente. Es evidente que algunas escuelas reproducen más que otras las desigualdades, por ejemplo, las que segregan por niveles socioeconómicos, por sexo, por situación personal, y que tienen una gestión y titularidad que les permite tener un ideario que busca precisamente la formación de élites dirigentes para esa sociedad injusta y desigual. Pero ese es precisamente el gran reto: conseguir que la escuela sea un lugar de igualdad de oportunidades, de equidad entendida como dar más a quien menos tiene y más lo necesita, donde se forme un compromiso para mejorar la sociedad y evitar las desigualdades e injusticias. Hacer que la escuela sea un lugar donde nacen los sueños solo se garantiza con un escuela pública, inclusiva y con una práctica muy democrática.

Autores como Paul Goodman o Illich creen que el problema radica en el propio concepto de escuela, que ven como un mero instrumento del sistema económico. ¿Qué opina de estas teorías de desescolarización?

Puedo estar de acuerdo en el diagnóstico y la función que el sistema da a la escuela, otra cosa es cuál es la solución más correcta para combatirlo. No hay que olvidar que el derecho a la educación ha sido una conquista y no un regalo del poder. También hay que recordar que la escuela tiene una importante labor de socialización que no se asegura con otras propuestas. Por eso, no se trata de dar por muerta a la scuela para que viva la educación, sino de construir otro modelo con una función crítica hacia el sistema, que combine educación formal e informal y menos institucionalizada.

¿Por qué cree que la desescolarización no es una opción a contemplar, entonces?

La dificultad de las alternativas que propone la desescolarización estriba en que la sociedad no está suficientemente estructurada y cohesionada para crearlas y organizarlas para que funcione de manera generalizada y con calidad. No se puede oponer a todo un sistema estructurado las propuestas de homeschooling, a las que puede acceder una minoría, y que no pueden asegurar una generalización educativa, ni el tiempo y la cualificación de todas las familias. Todos los niños y niñas tienen derecho a un buen profesorado y a una escolarización de calidad. Si la desescolarización o elhomeschooling no puede cubrir el papel de una educación de masas al alcance de toda la ciudadanía, no es válido como alternativa general. Aunque creo que si es necesario abrir nuevas vías que iluminen otras formas más libres de educar.

¿Se puede entonces transformar la escuela para transformar el mundo o hay que transformar el mundo para transformar la escuela?

Habría que hacer las dos cosas. Por ejemplo, se puede transformar y mejorar la escuela desde la política a todos los niveles: asegurando el derecho humano a la educación en todo el mundo, comprometiendo una mayor inversión educativa en cada país, destinando recursos en los ámbitos locales para que las escuelas refuercen la calidad y se creen entornos educativos. Todo ello mejoraría la educación en las escuelas. Pero pondría el énfasis en actuar de abajo a arriba, es decir, transformar la escuela para mejorar el mundo en la línea que hemos comentado anteriormente: espíritu crítico, compromiso con la educación pública de calidad, escuela con gestión democrática, participativa y abierta, etc

Hablamos constantemente de escuelas innovadoras. ¿Hacia dónde cree usted que innovan?

Primero habría que aclarar que se entiende por innovación. Puede parecer que se innova con nuevas tecnologías, por ejemplo, usando una pizarra digital o las tablets y, sin embargo, ser muy clásicos y acríticos con los contenidos. La innovación tiene que ver más con asegurar la finalidad de la educación, que es sacar toda la potencialidad del alumnado y que sean protagonistas de su propio desarrollo. Pero creo que, desgraciadamente, no se innova mucho y las razones son múltiples.

¿Puede mencionar alguna de estas razones?

Falta formación del profesorado y ha sido un drama como en las Comunidades Autónomas dirigidas por la derecha han liquidado la formación o ésta sólo se dirige, casi monográficamente a temas como las TIC y el inglés. Por eso, muchas veces el profesorado que quiere innovar no encuentra apoyos. También ha habido un debilitamiento de los movimientos de renovación pedagógica (Acción Educativa, MCEP, Rosa Sensat…) que jugaban un importante papel en los años 80 en España con sus escuelas de veranos, seminarios, etc.

¿Alguna otra que quiera destacar?

Otra dificultad se produce en la escuela pública porque la rigidez de los destinos y los concursos de traslados no ayuda a la consolidación de equipos en torno a proyectos educativos de innovación. A pesar de todo lo anterior, se sigue innovando en los centros, aunque a veces en régimen de guerrilla pedagógica; el problema es que no se conocen más allá de las paredes de la escuela y sería necesario divulgar y socializar estas experiencias. Reconozco que es fundamental la innovación, porque mientras haya profesorado, alumnado, familias que quieran mejorar, hay esperanza. En fin, creo que lo que realmente necesitaría la escuela es una revolución…, pero esto exigiría otra reflexión más profunda.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=24755

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Guía para convertir las universidades africanas en líderes en investigación

Redacción:  El País

Para revitalizar la enseñanza superior se necesitan tres acciones interrelacionadas fundamentales

África subsahariana representa el 13,5% de la población mundial, pero menos del 1% de la producción mundial de investigación. En 2008, se publicaron 27.000 estudios en África, la misma cifra que Países Bajos.

Sin embargo, el índice general sigue siendo deficiente. En parte, el problema se debe a que el continente contribuye con menos del 1% del gasto mundial en investigación y desarrollo. Los gobiernos no invierten un porcentaje significativo de su producto interno bruto (PIB) en investigación.

Además, África subsahariana depende en gran medida de la colaboración internacional y de los académicos visitantes para llevar a cabo sus trabajos. En 2012, el sur generó el 79% de su producción investigadora a través de colaboraciones internacionales. Por su parte, en África oriental las cifras fueron del 70%; y en África occidental y central, del 45%.

África subsahariana representa el 13,5% de la población mundial, pero menos del 1% de la producción mundial de investigación

Esto supone un fuerte contraste con la colaboración intraafricana, sumamente escasa. La colaboración entre investigadores locales varía del 0,9% en África occidental y central al 2,9% en el sur del continente.

En el corazón de esta problemática se encuentra la reducida financiación pública que se dedica a las universidades. Es en este ámbito donde también se deben buscar soluciones. Ha llegado la hora de que las universidades, los gobiernos y las organizaciones para el desarrollo tomen medidas para fomentar el progreso de las instituciones académicas con mejores resultados en investigación.

El modelo que hemos desarrollado en el Consortium for Advanced Research Training in Africa (CARTA; Consorcio para la Formación en Investigación Avanzada en África) evidencia que se puede revitalizar el mundo académico africano y de la mano de africanos. CARTA es un consorcio de ocho universidades y cuatro centros de investigación, todos africanos.

África subsahariana depende en gran medida de la colaboración internacional y de los académicos visitantes para llevar a cabo sus trabajos

CARTA se sometió a una evaluación independiente que recomendó una aplicación más amplia de su modelo.

Plan de acción

Se necesitan tres acciones interrelacionadas fundamentales para revitalizar la enseñanza superior:

  1. La primera es diferenciar el sistema de enseñanza superior del continente. Algunas universidades deben convertirse en centros líderes, focalizando sus recursos en la formación de graduados y en la investigación.
  2. En segundo lugar, se deben crear nuevos mecanismos de financiación para estas universidades líderes.
  3. Por último, se deben poner en marcha nuevos sistemas de rendición de cuentas para garantizar unos elevados estándares. También debe haber espacio para que nuevas instituciones entren en el sistema.

Una razón muy convincente para diferenciar entre las universidades líderes en investigación y las que se centran en la enseñanza de grado es que la población de África subsahariana se habrá duplicado para el 2050, lo que generará una demanda continua de enseñanza superior. Al mismo tiempo, esta requiere una formación apropiada del cuerpo docente con grados avanzados.

Dicha población es la que se necesitará para dotar de personal a las nuevas universidades y conservar unos altos niveles de calidad en todo el sistema de educación superior. Así pues, las universidades líderes en investigación son el lugar óptimo para formar a tales personas.

Financiación y rendición de cuentas

Se requerirán nuevos mecanismos de financiación para apoyar a las universidades de investigación.

• En primer lugar, estas instituciones deben dedicar sus propios recursos a la investigación.

• Segundo, los gobiernos africanos deben fortalecer su apoyo a la investigación en general. También deben proporcionar financiación específica para las universidades de investigación, capital que supera sobradamente los fondos operativos disponibles en la actualidad y los ingresos procedentes de las matrículas. Por tanto, los gobiernos pueden fomentar la colaboración relacionada con la ciencia mediante la financiación conjunta a escala regional y multinacional.

• Los organismos regionales y continentales, los socios para el desarrollo bilaterales y multilaterales y las fundaciones filantrópicas han de complementar estas inversiones. Tales financiadores deberían destinar parte de sus inversiones en África a respaldar a las universidades con mejores resultados en investigación.

• Los ciudadanos, las empresas privadas y los egresados deberían fundar cátedras subvencionadas en las universidades dedicadas a la investigación.

• Se deben fomentar y promover las asociaciones con entidades de investigación no universitarias.

La iniciativa CARTA, en colaboración con sus socios del norte, ha aprovechado algunas de estas fuentes de financiación. Asimismo, ha forjado alianzas que le han permitido reforzar la capacidad de investigación del continente, y parte de sus acciones se pueden replicar.

Hemos inscrito a más de 200 becarios de doctorado desde 2010, todos ellos seleccionados entre el personal de las instituciones que forman parte del consorcio africano. También hemos trabajado con más de 160 inspectores para revitalizar la supervisión de doctorados, y con más de 570 funcionarios universitarios para que nuestras instituciones miembros respalden la investigación de manera más firme.

Nuestros becarios de doctorado y graduados han producido 579 publicaciones revisadas por pares, y 36 han ganado premios o subvenciones para realizar trabajos de posdoctorado. Más aún, han recaudado más de 9 millones de dólares para financiar sus estudios de doctorado.

CARTA ha invertido más de 1,4 millones en infraestructuras para las instituciones miembros y ha desarrollado un programa de seminarios interdisciplinares para la promoción de graduados de alto nivel.

Los mecanismos de financiación que sugerimos fortalecerán a las universidades de investigación en varios ámbitos. Podrán atraer a investigadores líderes, crear infraestructuras y desarrollar sistemas de apoyo para la ciencia. También es una manera de traer de vuelta a los ciudadanos africanos migrantes para replicar sus programas en el continente.

Las universidades dedicadas a la investigación servirán de base para la formación de los jóvenes científicos, lo que desembocará en un ciclo virtuoso. Se incrementará la producción a través de publicaciones, los investigadores competitivos a escala internacional permanecerán en el continente o regresarán a él, se concederán subvenciones… Todos estos factores son fundamentales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.

Se debe impedir que las universidades seleccionadas se duerman en los laureles. También debe haber espacio para que ingresen al sistema las futuras instituciones de alto rendimiento. Proponemos una revisión por pares cada tres o cinco años, haciendo hincapié en la responsabilidad y la transparencia. La función revisora se podría confiar a un cuerpo supranacional con amplia representación.

Las universidades designadas como líderes en investigación podrían perder su nombramiento en función de su historial científico.

Los cimientos adecuados

No cabe duda de que, si bien las universidades han realizado una aportación marginal a la producción mundial del conocimiento, comienzan a darle la vuelta a la tortilla.

No obstante, seguimos encontrando obstáculos, especialmente en el caso de aquellas instituciones que aspiran a ser líderes en investigación. Trabajando con ellas para hacer efectiva esta transición, se podría transformar el panorama de la enseñanza superior en África subsahariana.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/09/25/planeta_futuro/1537884817_694826.html

 

 

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Latinoamérica necesita espacio de educación superior para fomentar movilidad

Redacción: La Vanguardia

América Latina necesita un «espacio latinoamericano de enseñanza superior» para armonizar los distintos sistemas educativos de la región y fomentar la movilidad de los estudiantes, afirmó hoy el catedrático de Sociología español Manuel Herrera.

El experto, director académico de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR, España), consideró en una entrevista con Efe en Chile que se podría tomar como modelo el Espacio Europeo de Educación Superior que funciona en la Unión Europea (UE) desde 1999.

Santiago de Chile, 25 sep (EFE).- América Latina necesita un «espacio latinoamericano de enseñanza superior» para armonizar los distintos sistemas educativos de la región y fomentar la movilidad de los estudiantes, afirmó hoy el catedrático de Sociología español Manuel Herrera.

El experto, director académico de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR, España), consideró en una entrevista con Efe en Chile que se podría tomar como modelo el Espacio Europeo de Educación Superior que funciona en la Unión Europea (UE) desde 1999.

«Eso permitiría que estudiantes colombianos empezaran la carrera en Colombia, la continuaran en Ecuador y pudieran terminarla en Chile. O que chilenos pudieran ampliar sus estudios en Argentina y los terminaran en México», señaló Herrera.

 

 

En su opinión, para concretar un proyecto de esta envergadura se necesita «generosidad» de los países para armonizar los sistemas universitarios, algo que por ahora no ha ocurrido en Latinoamérica.

El catedrático ha mantenido esta semana reuniones en Santiago con representantes de ministerios y de universidades de Chile, país en el que la UNIR, que ofrece una propuesta educativa íntegramente en línea, tiene varias decenas de alumnos de posgrado.

La presencia de esta universidad española en Chile es aún escasa si se compara con otros países de la región como Colombia, México y Ecuador, o en menor medida, con Perú, Paraguay, Argentina y Bolivia.

A diferencia de los otros países, Herrera explicó que la educación ‘on line’ tiene en Chile una percepción negativa y se considera «de segunda división».

Esto se debe, explicó, a que las experiencias que ha habido hasta ahora han sido de mala calidad y no han cuajado en el modelo educativo chileno, aunque consideró un imperativo que Chile, como el resto de la región, apueste por la educación en internet.

«La enseñanza ‘on line’, especialmente en América Latina, es un instrumento clave para la cohesión social, la corrección de desigualdades sociales y la formación de capital humano», señaló el responsable de Relaciones Internacionales de la UNIR.

 

 

Herrea afirmó que el desarrollo de avances tecnológicos ha introducido la educación en línea en el sistema universitario europeo y de varios países latinoamericanos, aunque este modelo está llamado a convivir con la enseñanza presencial tradicional.

«La educación tradicional seguirá existiendo pero se empieza a desarrollar la enseñanza ‘on line’ a través de la tecnología para caminar hacia modelos mixtos que combinan lo virtual con lo presencial», concluyó el experto.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20180925/452037866505/latinoamerica-necesita-espacio-de-educacion-superior-para-fomentar-movilidad.html

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