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En busca del pensamiento crítico perdido

Por: Aram Aharonian

En los últimos años, América Latina y el Caribe ha sido una región con enorme dinamismo, originalidad  en bregar contra políticas neoliberales y ajustes políticos y sociales regresivos, aun en un mundo con notorios retrocesos globalizadores, y sufriendo la negativa y desmoralizadora influencia de radicalismos superficiales enunciativos que, al frustrase, configuran un escenario sin salida, sin otra alternativa que resignarse.

No cabe duda que lo ha hecho con vaivenes y, en gran medida no solo  debido a que se generaron cambios de escenarios y posicionamientos  con fuertes polarizaciones. Los procesos populares no fueron acompasados – como sí ocurrió en otras épocas en la región- por imprescindibles  análisis de  fondo y debates críticos originales  y propuestas firmes y consistentes, no repetitivas, y por supuesto no basados en recetas  dogmáticas envasadas. Hubo una llamativa distancia entre los enunciados y las acciones concretas.

Fue a partir de 1492 cuando Europa logra ponerse como centro y constituir discursivamente a las demás culturas como periferias, y usó la conquista de Latinoamérica y el Caribe para sacar una ventaja comparativa determinante con respecto a sus antiguas culturas antagónicas (turco-musulmana).

Hoy siguen, en muchos casos, condicionando el desarrollo de las políticas de reformas estructurales en nuestros países, a veces con buena intención, otras representando a sus patrocinadores, entre ellos bancos, trasnacionales financieras, calificadoras de riesgo, partidos políticos del establishment y, sobre todo, paralizando progresos impensables en la realidad de países centrales.

El pensamiento crítico quedó atrapado en la disyuntiva de dar su apoyo a los gobiernos progresistas por sus logros en materia social o señalar las contradicciones y límites de su proyecto, contradicciones manifiestas en la peculiar forma que adopta la dominación, señala el uruguayo Raúl Zibechi. Debe señalarse que muy a menudo los nuevos temas no llegaron de la mano del aporte de pensadores ya reconocidos e institucionalizados, sino que provienen de pensadores/activistas o investigadores/militantes, añade.

En el congreso del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en Bogotá. la socióloga mexicana Beatriz Stolocwicz señaló que el desconcierto que se observa actualmente entre los científicos sociales de la región es, en buena medida, resultado de que durante varios años los análisis serios fueron desplazados u opacados por la propaganda.

Añadió que el “mainstream de izquierda” en las ciencias sociales opera como una zona de confort, con algunas ideas de las que se echa mano para todo, usadas casi como consigna, lo que es  cómodo para mantenerse en el candelero de la opiniología, pero no explica adecuadamente la realidad, y tampoco las importantes transformaciones ocurridas en este nuevo siglo en la reproducción del capitalismo en América Latina.

Hay que tener una mirada más larga que capte las lógicas de la estrategia dominante y sus adecuaciones tácticas en las últimas cuatro décadas. El humanistas Javier Tolcachier plantea una autocrítica política, ya que en la división internacional y nacional del trabajo, a algunos, por tradición y acumulación histórica, les toca pensar y a la inmensa mayoría no.

El diálogo, la democratización del debate significa sobrepasar los límites de la academia o de los ilustrados, para anclarse en la realidad y en las vivencias, en las opiniones diversas de quienes hablan de otras cosas y de modos diferentes a los de la academia.

El subcomandante insurgente Moisés, del Frente Zapatista de Liberación Nacional, señaló este primero de enero, al cumplirse 24 años su lucha: (…).vamos a ver si se puede vivir con dignidad sin malos gobiernos, sin dirigentes y sin líderes y sin vanguardias que mucho Lenin y mucho Marx y mucho trago, pero nada de estar con nosotros. Mucho hablar de lo que debemos o no hacer, y nada de práctica. Que la vanguardia, que el proletariado, que el partido, que la revolución, que échate una cervecita, un vinito, un asado con la familia”.

“Pues ni modos, pensamos, creo que la vanguardia revolucionaria está ocupada en probarse trajes y palabras para el triunfo, así que tenemos que darle según nuestro modo, como indígenas zapatistas (…) Falta saber qué vas a hacer”.

Para crear o remodelar el nuevo instrumento político hay que cambiar primero la cultura política de la izquierda y su visión de la política, que no puede reducirse sólo a discursos, consignas, a las disputas políticas institucionales por el control del parlamento, por ganar un proyecto de ley o unas elecciones, peleas donde los sectores populares y sus luchas son los grandes ignorados.

La política no puede limitarse al arte de lo posible, debe convertirse en el arte de hacer lo “imposible” –que es factible e imprescindible–, construir fuerza social y política capaz de cambiar la correlación de fuerzas a favor del movimiento popular. Y para eso se necesita una hoja de ruta basada en n pensamiento crítico renovado, acorde con nuestras realidades.

¿Una nueva teoría crítica?

Los análisis sobre la teoría crítica latinoamericana comparten un núcleo de interrogantes que van definiendo la naturaleza de la teoría. ¿Qué tipo de transformaciones necesita el proyecto de la “teoría crítica” para posicionar temas como el género, la raza y la naturaleza en un escenario conceptual y político? ¿Cómo puede ser asimilada la “teoría crítica” en el proyecto latinoamericano de modernidad/colonialidad, liberado del discurso academicista y eurocéntrico.

Según Enrique Dussel, Europa se autoproclama desde 1492 “centro” de la Historia Mundial, constituye de ese modo, por primera vez en la historia, a todas las otras culturas como su “periferia”, y torna a la modernidad una justificación de una praxis irracional de violencia sobre la periferia, ya que su autoproclamación como “centro” está basada en varias premisas que componen, precisamente, el “mito de la modernidad”:

Entre ellas, Dussel señala que la civilización moderna se autocomprende como más desarrollada, superior (lo que significará sostener sin conciencia una posición ideológicamente eurocéntrica), que la superioridad obliga a desarrollar a los más primitivos, rudos, bárbaros, como exigencia moral. El proceso propuesto por Europa es unilineal, lo que determina una falacia desarrollista, indica.

Todo por fuera del modelo de civilización de Europa es considerado bárbaro, por ello, en último caso se habla de una guerra justa colonial donde se legitima la violencia si fuera necesaria, para destruir los obstáculos de la tal modernización y, al estar basada en la alteridad, esta visión produce víctimas y victimarios, colonizados y colonizadores; donde el héroe civilizador inviste a sus mismas víctimas del carácter de un sacrificio salvador (el indio colonizado, el esclavo africano, la mujer, la destrucción ecológica de la tierra, etcétera).

El debate crítico de las ciencias sociales, supera las áreas de economía, sociología, historia para alcanzar las relaciones internacionales, y hoy se hace necesaria la configuración desde Latinoamérica de otro conocimiento, de un pensamiento postcolonial, que debe incorporar no solo lo producido académicamente sino nutrido de las experiencias de resistencia, lucha y construcción de nuestros pueblos.

Aníbal Quijano señala que el pensamiento decolonial tiene como razón de ser y objetivo la decolonialidad del poder, es decir, de la matriz colonial de poder: Pues nada menos racional finalmente, que la pretensión de que la específica cosmovisión de una etnia particular sea impuesta como la racionalidad universal, aunque tal etnia se llama Europa occidental.

Para lograr una perspectiva latinoamericana se debe pensar por un momento desde el otro lado de las carabelas de Colón: ¿qué implicó la modernidad para aquellos que ya habitaban el territorio de la actual América Latina? La llegada de la modernidad a América Latina, lejos de reconocernos como un otro, implicó la imposición de una ideología eurocéntrica legitimadora de las prácticas político-sociales y económicas que se dieron posteriormente.

El portugués Boaventura de Sousa Santos admite que las ciencias sociales atraviesan un momento de crisis reflejada en la renovación y expansión con respecto a la visión eurocéntrica o de cualquier centro de poder hegemónico, crisis que se ha hecho posible gracias a las luchas sociales de los últimos treinta o cuarenta años en varios continentes (campesinos, feministas, indígenas, afrodescendientes, trabajadores urbanos, pequeños productores, ecologistas, de derechos humanos, contra el racismo y la homofobia, etc.), en muchos casos con demandas fundadas en universos culturales no occidentales.

El nuevo pensamiento crítico debe surgir desde la diversidad (étnica, cultural) y de las historias locales que por más de cinco siglos se enfrentaron con la visión eurocéntrica como la única manera de leer la realidad.

Es comenzar a vernos con nuestros propios ojos, para superar los estrechos márgenes impuestos por la visión totalizadora de la modernidad excluyente, para indagar en otros saberes, otras prácticas, otros sujetos, otros alternativos a este orden. Latinoamérica ha demostrado que tiene la capacidad ética, política, intelectual, de responder al reto de contribuir con sus saberes y sus prácticas a una sociedad equitativa, incluyente y democrática, y a un modelo de vida sostenible para la mayoría de los presentes y futuros habitantes del planeta.

El pensamiento crítico latinoamericano es, a pesar de sus críticas al eurocentrismo, muy eurocéntrico y monocultural. La riqueza del pensamiento popular, campesino e indígena ha sido reiteradamente desperdiciada. No se trata solamente de un nuevo pensamiento crítico, se trata de una manera diferente de producir pensamiento crítico.

El pensamiento crítico no ha sabido hasta hoy teorizar las posibilidades de superar las contradicciones, las separaciones, las tensiones entre las subjetividades de ciudadanos organizados, mujeres, indígenas, migrantes, campesinos, afrodescendientes, y promover alianzas estratégicas y sustentables entre estos movimientos, esto es, alianzas que no escondan la exclusión de algunas subjetividades bajo la apariencia de su inclusión.

En nuestra región, muchos de los movimientos que luchan contra la injusticia social no se consideran ni en el capitalismo ni en las versiones conocidas del socialismo.  Se debe pensar también en estas concepciones contrahegemónicas de democracia y de derechos humanos más allá del modelo liberal y occidental.

Se debe pensar la democracia como la transformación de todas las relaciones de poder (explotación, patriarcado, diferenciación étnico-racial, fetichismo de las mercancías, comunitarismo excluyente, dominación cultural y política, intercambio desigual entre países) en relaciones de autoridad compartida, teniendo en cuenta el cuadro de situación: navegamos en las aguas de la crisis del capitalismo como sistema histórico, primordialmente especulativo, rentista y expropiador, que sólo puede reproducirse agudizando contradicciones incurables.

Los éxitos que ya ha tenido el neoliberlismo es una medida de los problemas en el pensamiento de la izquierda, tanto para pensarse a sí misma como para pensar a los dominantes. Una izquierda o un progresismo que además de vaciamiento teórico muestra un insuficiente conocimiento histórico, lo que la lleva a enredarse en los discursos doctrinarios que dan forma y encubren los objetivos capitalistas; y que tiene déficit investigativos que le dificultan distinguir entre discurso y proyecto dominantes, señala la mexicana Stolowicz.

La estrategia capitalista tiene como uno de sus ejes la seguridad para el capital sobre la propiedad: sí garantiza las condiciones de su reproducción basadas en formas de acumulación originaria (expropiación, saqueo, control territorial directo sobre las materias primas y los recursos energéticos, el agua, la biodiversidad, además de imponerle a las regiones más débiles sus desechos tóxicos).

Otro de los ejes es la seguridad frente a la pérdida irremediable de la cohesión social, lo que implica domesticar a los oprimidos, proclives cada vez más a la protesta y la rebeldía.

Lo opuesto del pensamiento crítico es el conformismo, cínico o resignado. La conciencia social latinoamericana respalda una voluntad del cambio social, con una crítica al orden capitalista que abre posibilidades para una superación de las relaciones de explotación y subalternidad.  Los que están en deuda son la academia y la llamado intelectualidad, anclados en el pasado, sordos a la realidad de nuestros pueblos, muchas veces funcionales a gobiernos pero no a proceso emancipadores y populares .

*Fuente: http://estrategia.la/2018/01/05/en-busca-del-pensamiento-critico-perdido/

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Ni optimistas Ni pesimistas: Vivir la realidad, Luis Bonilla-Molina en #SoundCloud (Audio)

Venezuela / 5 de agosto de 2018 / Autor: Luis Bonilla-Molina / Fuente: Soundcloud

Serie de audios de Luis Bonilla-Molina sobre pedagogía, política, sociedad, industria cultural, conflictos intergeneracionales, participación, teoría crítica entre otros temas

Fuente: https://soundcloud.com/luis-bonilla-molina/ni-optimistas-ni-pesimistas-1

ove/mahv

 

 

 

 

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Boaventura de Sousa: Universidades públicas deben desmercantilizarse, descolonizarse y despatriarcalizarse

América Central/CostaRica/ucr.cr

Como parte de la conmemoración del centenario de la Reforma de Córdoba, el Dr. Boaventura de Sousa Santos ofreció una conferencia en el Teatro Popular Melico Salazar, que organizó la Universidad de Costa Rica (UCR), en la que hizo un profundo análisis sobre la manera en la que debe entenderse, en el momento actual, el manifiesto que se firmó en 1918, y cómo realizar una democratización de alta intensidad en las universidades públicas.

Para de Sousa, esta democratización consiste en desmercantilizarla, descolonizarla y despatriarcalizarla, diferentes tareas que hay que hacer y que deben darse con luchas distintas, pero de manera articulada.

Una universidad cuando empieza a descolonizarse debe rever su historia, debe entender que no hay un solo conocimiento válido, si no múltiples conocimientos de múltiples fuentes. Deben verse como espacios polifónicos donde hay variedad de voces con una coexistencia muy fuerte, para transformarse en “pluriversidad”.

No obstante, el embate del neoliberalismo será muy fuerte y para llegar a ese punto se tienen que buscar alianzas, pues el Estado dejó de ser un aliado de las universidades públicas.

“Las universidades tienen que buscar alianzas alternativas, y no es arriba, es abajo”. Tienen que demostrar que son espacios distintos, que no es ahora por oportunismo o por sobrevivencia que se buscan estas alianzas, si no que han entendido que su misión está en trabajar para la emancipación social, ya no de la clase media, sino de las personas más pobres, de los pueblos afrodescendientes y de los indígenas, lo que significa un proceso mucho más amplio, pues es ahí donde está su vocación.

¿Cuál es el contexto que nos obliga a pensar bien y a celebrar con mucha fuerza este manifiesto y este centenario?, preguntó el sociólogo portugués. Su respuesta fue enfática en destacar varios puntos, de lo que él llamó el “contexto brutal de nuestro tiempo”.

Así, explicó que el Estado ha sido reconfigurado para servirse de los intereses del capitalismo, del colonialismo y del patriarcado. Señaló, además, que el Estado es un campo de disputa lleno de contradicciones, y esas contradicciones han sido históricamente las luchas por el bien común.

La conferencia del Dr. de Sousa se llevó a cabo en el Teatro Popular Melico Salazar.

La conferencia del Dr. de Sousa se llevó a cabo en el Teatro Popular Melico Salazar. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

 

Otro proceso del que habló fue el vaciamiento de la democracia, que se da cuando lo que antes era inversión ahora se ve como gasto.

“Cuando se destruyen o erosionan los derechos sociales y económicos, emerge lo que hoy llamo fascismo social. Las sociedades son políticamente democráticas, pero son socialmente fascistas”, sentenció.

“Lo que estamos pasando ahora es que el neoliberalismo quiere un Estado sin contradicciones, que esté totalmente a su servicio, que privatice, que liberalice, que desregule, para servir mejor a los intereses del capital. Esto de desfigurar el Estado es fundamental para entender lo que está pasando”.

Agregó que hoy en día existe la recolonización de la diferencia. El racismo, la xenofobia, la islamofobia son nuevas formas de colonialismo que están ampliamente instauradas en la sociedad actual.

“Vivimos en sociedades donde la dominación tiene tres cabezas: capitalismo, colonialismo y patriarcado, y ellas están bien articuladas; nuestro drama es que la resistencia sigue fragmentada”.

¿Cuál es el impacto de todo esto en la universidad pública?

Desde hace 30 años, cuando el neoliberalismo empezó con fuerza, la universidad pública comenzó a ser atacada y se convirtió en el gran blanco de los gobiernos conservadores. Esto sucede porque las universidades han sido históricamente el centro de la producción del pensamiento libre, crítico e independiente, y de la construcción de un proyecto nacional, aspectos que hoy no caben dentro del proyecto neoliberal.

Según de Sousa, este ataque se ha expresado en tres fases distintas. La primera, cuando se le pide a las universidades producir lo que el mercado exige. En segunda instancia, cuando se propone que la universidad sea ella misma un mercado y surgen los rankings, herramientas fundamentales para mercantilizarla. Por último, la fase en que se encuentran actualmente muchas universidades, en que la institución debe ser gobernada como una empresa y se aboga por eliminar la gratuidad.

“¿Podemos defenderla con base solamente en el Manifiesto de Córdoba? Es un instrumento brutal, es un patrimonio fundamental como mayo del 68, pero tendremos que ir más allá”, recalcó.

Charla magistral Boaventura de Sousa Santos

Boaventura Sousa, de origen portugués, es doctor en Sociología del derecho por la Universidad de Yale y catedrático, ya jubilado, de Sociología en la Universidad de Coímbra. El profesor se encuentra en Costa Rica para conmemorar los 100 años de la Reforma de Córdoba, una conmemoración a la acción universitaria.

https://www.ucr.ac.cr/noticias/2018/04/24/universidades-publicas-deben-desmercantilizarse-descolonizarse-y-despatriarcalizarse.html

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Enrique Dussel Filosofías del sur. Descolonización y transmodernida (Audios)

Los días 21 y 22 de julio de 2016 el filósofo Enrique Dussel ofreció dos conferencias en la librería Traficantes de Sueños.
La primera de ellas en torno a la publicación del libro «Filosofías del sur. Descolonización y transmodernidad» organizado en conjunto con la editorial Akal y la segunda, un encuentro organizado por el «Laboratorio de Pedagogías Decoloniales» con la interesante cuestión de «Descolonizar las alternativas»Esperamos que sea de vuestro interés y gracias por vuestra colaboración al difundir.

 

Fuente: https://soundcloud.com/traficantesdesue-os/sets/enrique-dussel-en-traficantes

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Ecología política latinoamericana: Pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica

Ecología política latinoamericana
Pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. Volúmen 2

Héctor Alimonda. Catalina Toro Pérez. Facundo Martín. [Coordinadores]
Ismael Moreno Coto. Joan Martínez Alier. Grettel Navas. Carlos Walter Porto Gonçalves. Edgardo Lander. Emiliano Terán Mantovani. Catalina Toro Pérez. Raquel Neyra. Milson Betancourt. Horacio Machado Aráoz. Mina Lorena Navarro Trujillo. Gabriela Merlinsky. Germán Palacio. Alberto Vargas. Elizabeth Hennessy. Julio Carrizosa Umaña. Guillermo Castro Herrera. Maristella Svampa. Ariel Slipak. Elizabeth Bravo. Melisa Argento. Florencia Puente. [Autores de Capítulo]
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Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-722-280-7
CLACSO. Universidad Autónoma Metropolitana.
Buenos Aires.
Octubre de 2017

La Ecología Política de América Latina desde su emergencia se viene constituyendo en una relación activa de permanente intercambio y retroalimentación con los muy diversos movimientos y luchas que protagonizan conflictos en diferentes escalas y circunstancias, recogiendo las críticas a los modelos de desarrollo de vigencia hegemónica y delineando con ellos otros futuros posibles.

En este sentido, los dos volúmenes que presentamos mantienen el diálogo sobre los debates epistemológicos de la Ecología Política latinoamericana a la vez que se entrocan con las prácticas teóricas, políticas y territoriales, que han caracterizado a nuestra región. Esta marca de origen, se basa en la convicción del vínculo, por momentos tenso y conflictivo pero también creativo y productivo, entre el imperativo del refinamiento de las herramientas teórico-políticas para asumir el análisis crítico y la construcción sostenida de alternativas frente al saqueo, el despojo y la devastación socio-ambiental.
De la Presentación de Catalina Toro Pérez y Facundo Martín

 

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Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1304&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1242

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Libro: El proyecto intelectual: hacia la reconstrucción de un programa teórico para las ciencias sociales en América Latina

Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano Nº 48 – Segunda Época 
El proyecto intelectual: hacia la reconstrucción de un programa teórico para las ciencias sociales en América Latina

Esteban Torres. [Autor]

Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano. 

CLACSO.
Buenos Aires.
Agosto de 2017

 

En esta segunda época, los Cuadernos de Pensamiento Crítico se presentan como documentos de opinión e intervención sobre las problemáticas sociales y políticas contemporáneas que atraviesan las sociedades latinoamericanas. Destacados pensadores abordan temáticas como democracia, educación, trabajo, políticas públicas, entre otras, en un formato accesible al gran público, sin perder el rigor académico.
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1276&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1215
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Entrevista a Gustavo Hernández Sánchez sobre La tradición marxista y la encrucijada postmoderna: Notas para una historia social y cultural en el siglo XXI

Entrevista a Gustavo Hernández Sánchez sobre La tradición marxista y la encrucijada postmoderna: Notas para una historia social y cultural en el siglo XXI
“César Rendueles, entre otros autores jóvenes, supone un soplo de aire fresco en todo el panorama académico”

Doctor en Historia Moderna por la Universidad de Salamanca, donde el pasado mes de abril presentó su tesis sobre el fuero universitario en el periodo Barroco, Gustavo Hernández Sánchez ha sido miembro del Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea de esta Universidad como contratado FPU y ha mantenido siempre una preocupación fundamental por la teoría y la divulgación del conocimiento histórico, elementos que considera necesarios para acercar su trabajo a la sociedad. Es miembro cofundador del Grupo de Estudios Culturales A. Gramsci.

Nuestra conversación se centra en el libro indicado, editado por Visión Libros, Madrid, 2017.

***

Estamos en el capítulo II de tu libro. Nos habíamos quedado en el punto siguiente. Apuntas una nota crítica en el apartado dedicado a Gramsci (te pregunto sobre él en otro momento) a la psicología evolucionista de Steven Pinker. ¿Qué críticas son las tuyas? 

Creo que las de una persona no lega en la materia pero que puede configurar una opinión crítica a partir de algunas lecturas. Corrígeme si me equivoco ya que tú puede que sepas más de esto que yo, pero observo en propuestas como la de Pinker un determinismo biológico que no me acaba de gustar. Es la metáfora del huevo y la gallina ¿Qué fue primero? ¿Somos malos, quiero decir, nos comportamos así, por una cuestión natural-biológica o por una cuestión cultural?

Sostienes que Althusser ha sido un autor demasiado maltratado. ¿Por quiénes? ¿Por qué ese exceso en la crítica? 

Así es, al menos entre los historiadores, muchas de las afirmaciones que vierto en el libro se refieren al campo de la historiografía. En ella quizá hoy se mire con mejores ojos a Thompson que a Althusser, y su crítica en Miseria de la teoría tiene mucho peso. También tiene que ver que ver con que Althusser es visto como uno de los últimos estructuralistas en un momento, en el que escribe, de descomposición de ese paradigma.

¿Y cuáles serían tus principales críticas al paradigma estructuralista? 

Creo que hay que buscar siempre un punto medio entre la capacidad de acción de los sujetos, eso que decíamos que recuperó Thompson, y el peso de las estructuras sobre dicha capacidad de acción. De algún modo, un punto de vista excesivamente estructuralista, el cual en algunos casos está retornando, puede llevarnos a pensar que no tenemos posibilidad de construir formas de pensar alternativas que nos lleven a la realización de acciones vitales alternativas, que nieguen en definitiva las posibilidades de transformación.

Hablas de Foucault y la relación poder-saber. ¿Cómo concibes esa relación? ¿En términos siempre negativos? 

La considero como un elemento central sino de las sociedades contemporáneas, al menos sí de la construcción de discursos historiográficos. Ese discurso del poder o memoria del poder que naturaliza las desigualdades y nos las presenta de este modo a lo largo de la historia como algo normal. Tanto desigualdades que pueden ser de tipo biológico, como la que se da entre hombres y mujeres, y que ya hemos dicho que pueden no ser tan ciertas sino que en muchos casos se trata de construcciones culturales, como desigualdades sociales.

Por cierto, hablando de Foucault o de otros autores. A veces se señala que él y otros autores fueron financiados, directa o indirectamente, por la CIA en la guerra cultural de los años sesenta y setenta para erosionar el marxismo y las fuerzas políticas de orientación comunista. ¿Fue así en tu opinión? Si lo hubiera sido, ¿su obra quedaría descalificada? 

 No sabía nada del tema, pero creo que muchas veces somos nosotros y nosotras mismas las que nos infringimos más daño de manera interna que el que puedan hacernos instituciones como la CIA. Habría que valorar hasta qué punto esta información es real y el grado de implicación del propio Foucault de ser cierto. Me parece un poco raro pero sería interesante saberlo. Te pongo el caso, si esto hubiese sido así pero él no lo supiese de manera directa, quiero decir, si hubiesen propiciado la difusión de su obra de una u otra forma porque entendían que podía erosionar al marxismo, ¿quedaría esta descalificada?

No, en mi opinión, por ese motivo, ni incluso tampoco si él lo hubiera sospechado o lo hubiera sabido. ¿Qué te atrae más, si fuera el caso, de la obra de Pierre Bourdieu? 

 Se podría decir que es un autor tremendamente perspicaz, y casi siempre da en el clavo. Bourdieu es una persona muy pragmática, creo que el paradigma de sociólogo, ese que desvela cuestiones cotidianas que a simple vista no parecen tan importantes pero que son las que articulan nuestra realidad. Y las explica con estudios muy serios. Vuelvo al tema de la reproducción de las desigualdades. Todos los marxistas deberíamos leer a Bourdieu para entenderlas, frente a análisis de tipo estructural más propios de la tradición marxista que no terminan de concretar mucho. Actualmente, por ejemplo, se está dando el caso de estudios sociológicos que tienen cierto regusto positivista, me refiero a preocupaciones que parecen ser importantes para cierta izquierda tales como las estimaciones de voto, pero que a mí no me lo parecen tanto. Quizá sería interesante analizar primero cómo se componen sociológicamente los partidos de izquierda, esos que aluden constantemente a la clase trabajadora o más recientemente al concepto de «pueblo», hacer un estudio prosopográfico sobre sus miembros en las instituciones, de dónde vienen, quienes son sus familias, etc. estoy seguro de que nos sorprenderíamos con los resultados pero al mismo tiempo podríamos llegar a explicar por qué la clase trabajadora o el «pueblo» no se identifican con esos representantes y no les votan. No sé, solo estoy planteando una hipótesis.

Para los lectores y para mí, ¿qué es eso de un estudio prosopográfico? En todo caso, ¿qué importancia tiene el origen social de esas personas que aluden frecuentemente a las clases trabajadoras? Si pensamos muchos representes o líderes de la tradición, las voces reconocidas obreras o de origen obrero no son legión. 

 La prosopografía, en historia, sería el estudio cruzado de biografías para conocer las características de un determinado grupo social. Creo que sí es importante que un conjunto de personas, pongamos por caso un partido político, que dicen defender los intereses de una clase o de un determinado grupo social, cuenten entre sus miembros con personas que pertenezcan a ella. Me parece muy acertado, en este sentido, que el Consejo Nacional Indígena (CNI) en México haya elegido a una mujer indígena para ser su vocera en las elecciones presidenciales de 2018. Que algo no haya sucedido así históricamente no quiere decir que no podamos sentar las bases para que esto cambie y hacerlo de otra manera a ver si de este modo llegamos a más personas.

Ya hemos hablado un poco de Jameson, ¿qué aspectos de la obra de Harvey te interesan más? Hablas de él en el apartado dedicado a los neomarxistas en términos nada negativos.

Creo que Harvey es otro autor contemporáneo fundamental. Es uno de los que ha sabido renovar la tradición marxista y mantenerla en centros de producción intelectual de primer orden, nada menos que los Estados Unidos de América. Conceptos como el de «acumulación por desposesión» en su obra El nuevo imperialismo (2003) sirven para explicar la contrarrevolución neoliberal desde los años setenta hasta la actualidad y nos proporciona algunas de las claves para entender el presente.

¿Por qué crees que el marxismo español ha sido muy contrario, como sostienes, a abordar el estudio de lo posmoderno?

Puede ser que en España se reciban más tarde las novedades. Existe una tradición intelectual, incluso entre la izquierda, muy clientelar, bastante conservadora a veces. El sistema universitario es un buen ejemplo de ello, pero no lo es menos la forma de organizarse de los partidos políticos, también los de izquierdas. Te pongo el ejemplo de Sacristán, que seguramente tu conozcas mejor que yo. Casi hasta la actualidad no se ha consensuado como un autor de referencia inexcusable, y al mismo tiempo que se acepta este hecho, se empieza a canonizar, representándose como un santo de la izquierda, un ejemplo de comunista tipo cuando en realidad ha sido un gran heterodoxo, una persona que supo ver esos problemas que al principio no parecen importantes pero que después sí que lo son, y de ahí precisamente la originalidad de su pensamiento. No sé si estás de acuerdo. Lo mismo ha sucedido con Thompson y con muchos otros.

En lo último que has señalado, si pienso por ejemplo en temáticas de sabor ecologista (no es el único ejemplo), sin ninguna duda: Sacristán y muchos de sus discípulos fueron marxistas y comunistas heterodoxos, pensaron con su propia cabeza sobre temas nuevos, sin cultivar la heterodoxia por cultivarla, por moda o pose rebelde. Extrayendo además consecuencias muy importantes sobre el ideario y las finalidad de la tradición, y eso a pesar de no ser muy comprendido inicialmente por sectores próximos o un poco más lejanos.

Exacto, a eso me refiero.

Te aproximas a la obra de Sokal y Bricmont, Imposturas intelectuales, al final de este capítulo. ¿Qué opinión tienes del debate que irrumpió, lo que tú mismo llamas escándalo? ¿No fue, como dices, una crítica a la producción intelectual postmoderna?

Lo explico en el libro. Sobre el tema se ha hablado mucho. El propio Derrida escribió una crítica señalando cómo se había manipulado un poco todo para señalar a determinados autores de los denominados postestructuralistas. Sí fue una crítica a cierta producción intelectual postmoderna, pero creo que refleja más los formalismos en las publicaciones científicas, los cuales pueden ser falseados también aunque no contengan contenidos relacionados con la filosofía postmoderna y cito otros ejemplos como el del físico Jan Hendrik, que llegó a engañar a revistas tan prestigiosas como Nature o Science. Sobre el tema de las publicaciones científicas y la mercadotecnia construida en torno a ellas, José Carlos Bermejo Barrera hace algunos apuntes críticos muy interesantes en su libro La tentación del rey Midas (2015).

El tema da para mucho pero recojo aquí tu opinión. ¿Por qué, según tú mismo sostienes, la obra de Manuel Sacristán y Francisco Fernández Buey ha tenido poca influencia en la historiografía española?

Decía Bourdieu que los espacios entre campos de conocimiento se constituyen a veces en espacios de censura. Si a esto le sumamos cómo se han articulado en muchos sentidos esas redes de producción intelectual dentro de la Academia española, tal y como te comentaba anteriormente, tenemos como resultado el hecho de que puedas terminar la licenciatura de historia -ahora grado- no sólo sin que ningún profesor te haya hablado nunca de Sacristán o de Fernández Buey, sino muy probablemente -ahora que se han suprimido las asignaturas de teoría de la historia y de métodos y técnicas de investigación histórica en los grados-, también incluso de marxismo. Es una auténtica mutilación. A esos estudiantes que probablemente nunca van a oír hablar de estos temas a no ser que tengan muchas inquietudes, es a los que va dirigido el ensayo.

Pues está muy bien que escribas pensando en ellos. Haces un elogio de la obra En bruto de Rendueles. ¿Nos lo resumes por favor?

Como digo en el libro, Rendueles, entre otros autores jóvenes, supone un soplo de aire fresco en todo este panorama académico que esbozaba en la pregunta anterior. En En bruto se presenta una lectura muy personal del «materialismo histórico» y de lo que este significa. Me parece interesante desde el punto de vista de que considero más importante qué puede sugerirnos una tradición tan sustanciosa como lo es el materialismo histórico, bombardeada constantemente por críticas, y sus posibilidades, que codificar una ortodoxia a la que debamos ceñirnos y que pueda limitar dicha tradición. Es difícil hacer un resumen en unas líneas del libro, quizá la pertinencia del marxismo para analizar fenómenos de larga duración y poco visibles, su valor como crítica de las teorías económicas dominantes o su intento de proporcionar y pensar alternativas. Pero también el necesario reconocimiento de sus limitaciones, es decir, que el marxismo no es infalible.

Pasamos si te parece al capítulo III del libro

De acuerdo, cuando quieras. 

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233250&titular=%93c%E9sar-rendueles-entre-otros-autores-j%F3venes-supone-un-soplo-de-aire-fresco-en-todo-el-

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