Costa Rica: Nueva terapia multisensorial estimula y ejercita el cerebro

Centro América/Costa Rica/06 Agosto 2017/Fuente: larepublica/Autor: Karla Barquero

Con música y diferentes frecuencias se logra estimular y ejercitar el cerebro de personas con autismo, síndrome de Down y otros.

Por medio de la terapia multisensorial de sistemas integrados de escucha (ILS por sus siglas en inglés), donde la música se filtra en el oído en forma de vibración, el sonido hace una conducción eléctrica que llega a las diferentes áreas del cerebro que requieren estímulo.

Funciona a través de unos audífonos conectados a una máquina que envían música al paciente y por medio de diferentes frecuencias consigue estimular el oído interno y medio vestibular (relacionado con el equilibrio).

Ambos audífonos se colocan mediante una diadema con sensores que produce estimulación motora leve. Es decir, consigue estimular tanto de forma auditiva como sensorial a quien la recibe.

“Cuando la persona escucha la música que se graba en diferentes frecuencias, se estimula el sistema vestibular y también da actividades de motora fina y gruesa. Con esto se perciben mejoras en la concentración, en la coordinación visomotora (tareas donde se utilizan de manera simultánea el ojo, mano, dedos; como rasgar, cortar, pintar, colorear) y ayuda a reducir niveles de ansiedad”, detalló Catalina Cárdenas, de Psicología para tod@s.

También se ofrecen actividades con otros sentidos que involucran vista, tacto, olfato; además desarrollamos actividades de balance equilibro.

El sistema utiliza un método general; sin embargo, el profesional a cargo personaliza el programa a conveniencia de su paciente.

Además de diagnosticados con el espectro autista y síndrome de Down, esta terapia puede beneficiar a personas con problemas de ansiedad, dificultades del desarrollo, de aprendizaje, desórdenes de procesos sensoriales, lesión cerebral traumática, bruxismo (rechinamiento de dientes), entre otros.

La ILS comprende unas 60 sesiones cortas cuyos resultados se empiezan a apreciar tras la terapia 15.

Se recomienda su aplicación una o dos veces por semana durante unos 45 minutos. Cada sesión tiene un costo que ronda los ¢25 mil desde los dos años de edad.

La terapia solo está contraindicada en personas con esquizofrenia, trastornos convulsivos y desorden bipolar.

LOS BENEFICIADOS

Dos de los grupos beneficiados con estos estímulos serían las personas con autismo y con síndrome de Down.

En el país:

-Tres de cada 100 costarricenses sufren algún tipo de autismo

-Solo en el segundo semestre de 2016, se atendieron unos 115 casos nuevos

-Durante 2016, el servicio de Neurodesarrollo del Hospital Nacional de Niños atendió unos 1.424 menores con el diagnóstico de autismo

-Unas 5 mil personas tienen síndrome de Down

Fuente de la noticia: https://www.larepublica.net/noticia/nueva-terapia-multisensorial-estimula-y-ejercita-el-cerebro

Fuente de la imagen: https://www.larepublica.net/images/2017/07/13/201707131710400.620.jpg

Comparte este contenido:

CityU in Canada creates an inclusive and caring environment

Canadá/Marzo de 2017/Autor: Charlie Smith/Fuente: Straight

RESUMEN: Arden Henley cree en el poder del aprendizaje positivo. El principal de los programas canadienses en la City University de Seattle, en Canadá, dijo a Straight en una entrevista telefónica reciente que la investigación ha demostrado que donde la ansiedad es predominante y la competencia domina, realmente interfiere con el proceso cognitivo. «Si usted crea un ambiente inclusivo y que cuida, usted hace realmente más fácil para que la gente aprenda,». «Una variante de eso es centrarse en la fuerza del estudiante. ¿Qué traen? Eso es consistente con los enfoques de cuidado, compasión y amabilidad «. Henley ha pasado 35 años de su vida practicando terapia familiar. Dijo que a lo largo de su carrera, ha aprendido mucho sobre los efectos corrosivos de las hormonas del estrés. Demasiada adrenalina y cortisol que se libera con demasiada frecuencia impide el aprendizaje de nuevos conceptos. Y está convencido de que cuando la gente siente que está en un lugar seguro, puede ponerlos en un estado alfa.«Entonces usted puede ver cómo esto conduce naturalmente a una preocupación fundamental para la justicia social», dijo. «Porque como eres más abierto a los demás en tu entorno inmediato, eso te enseña a estar abierto a personas más alejadas de ti y de diferentes grupos».

Arden Henley believes in the power of positive learning. The principal of Canadian programs at City University of Seattle in Canada, a.k.a. CityU in Canada, told the Straight in a recent phone interview that research has demonstrated that where anxiety is prevalent and competition dominates, it actually interferes with the cognitive process.

“If you create an inclusive and caring environment, you actually make it easier for people to learn,” Henley said. “A variant of that is to focus on the strength of the student. What do they bring? That’s consistent with caring, compassionate, and kind approaches.”

Henley has spent 35 years of his life practising family therapy. He said that over the course of his career, he’s learned a great deal about the corrosive effects of stress hormones. Too much adrenaline and cortisol being released too frequently impedes learning new concepts. And he’s convinced that when people feel that they are in a safe place, it can put them in an alpha state.

“Then you can see how this naturally leads into a foundational concern for social justice,” he said. “Because as you’re more open to others in your immediate environment, that teaches you to be open to people farther away from you and in different groups.”

According to Henley, people in these alpha states are able to feel on an experiential level—rather than just conceptually—why others would like to be treated fairly and to have equal opportunities in life. CityU in Canada offers graduate programs in counselling and education—two careers where empathy is critical.

So how does this empathetic approach to learning manifest itself at CityU in Canada?

“It starts with our adviser, who is very conscious of building relationships with the students so that they always have someone to talk to and take their problems and issues with,” Henley replied. “We emphasize that. But we really try and see every student as an individual. We look at their success as a priority—each and every student. Unlike some institutions, we don’t take pride in the percentage of students who fail to complete a program. We take pride in the percentage of students who complete the program.”

Henley explained that CityU in Canada’s pedagogical approach grew out of collegial relationships in the professional community rather than in the academic community. All the instructors are practitioners, many of whom have known each other for many years. And according to the principal, they’re keenly interested in education linking back to the community.

“Our education programs are offered in school districts in the context of their relationship with the districts,” he said. “The delivery is distributed and localized. So, again, there’s an emphasis on community—not just in the sense of creating community but also the relevance of the learning to a particular community.”

The Ministry of Advanced Education has approved CityU in Canada’s request to create a bachelor of management degree, which raises the possibility of this holistic approach being expanded into new areas.

“We’re now looking at how we can, in some ways, introduce the same kind of values and the same approach to education in business and management: community-centric with a focus on ethics,” Henley noted. “We’re looking at the issue of sustainability.”

Fuente: http://www.straight.com/news/874631/cityu-canada-creates-inclusive-and-caring-environment

Comparte este contenido:

Biblioterapia: el poder de un libro sobre tu cerebro.

Europa/España/Fuente:http://www.agenciasinc.es/

Por: Jesús Mendez.

“La vida es demasiado corta como para leer un mal libro”. “Pero teniendo en cuenta que se publica un nuevo libro cada treinta segundos, puede hacerse difícil saber por dónde empezar”.

La primera frase la dijo, al parecer, James Joyce. La segunda es la forma de completarla que tienen en The School of Life, una iniciativa creada en Inglaterra por el filósofo Alain de Botton y que, bajo la apariencia de una librería, ofrece toda una batería de servicios (cursos, talleres, charlas) para educar en lo que “no se tiene en cuenta en la escuela o en la universidad”, esto es: “Cómo deberíamos vivir bien”.

Uno de esos servicios se ha hecho particularmente famoso, y su nombre es ya de por sí explicativo. Lo llamanbiblioterapia. La idea es simple: usar los libros para ayudar a la gente.

De libros y cataplasmas:

El término biblioterapia parece estrenarse en 1916 en un artículo publicado en la revista The Atlantic Monthly. En él se habla de un tal doctor Bangster, que receta libros a quien los pudiera necesitar. Esto era lo que decía sobre ellos: “Un libro puede ser un estimulante, un tranquilizante, un irritante o un soporífero. La cuestión es que debe hacerte algo, y tú tienes que saber qué es. Un libro puede ser de la naturaleza de un jarabe calmante o puede ser una cataplasma de mostaza irritante”.

La biblioterapia se extendió tras la I Guerra Mundial, cuando se recomendaban libros a los soldados con estrés postraumático
El uso de la biblioterapia empezó a extenderse después de la I Guerra Mundial, sobre todo en los Estados Unidos. Allí, varias iniciativas empezaron a recomendar libros a los soldados que retornaban, muchos de ellos con estrés postraumático, en un intento por mejorar su convalecencia.

Hoy día, guías clínicas como las desarrolladas en el Reino Unido por el National Institute and Care Excellence (NICE) recomiendan la biblioterapia en casos de depresión o trastornos de ansiedad. Lo definen como un tipo de terapia cognitiva de baja intensidad que puede ayudar en casos leves, pero no es exactamente lo mismo a lo que se refería Bangster.

Estas recomendaciones se basan en libros de autoayuda convenientemente seleccionados a través de iniciativas para prescribir solo aquellos considerados de “alta calidad”. Lo que Bangster proponía, y lo que en The School of Life hacen, es extender y enriquecer la prescripción: sus recomendaciones se basan en libros de ficción.

Novelas que levantan el ánimo:

La sección de biblioterapia de The School of Life depende de Susan Elderkin y Ella Berthoud, dos licenciadas en Literatura inglesa por la Universidad de Cambridge. Según comenta Elderkin a Sinc, así surgió la idea: “Ella y yo empezamos a pasarnos libros con un propósito terapéutico cuando éramos estudiantes en la universidad y vivíamos en habitaciones contiguas. A veces llegábamos a casa y nos encontrábamos una novela en la puerta: una novela pensada para subirnos el ánimo cuando lo teníamos bajo o, muchas veces, para espabilarnos y echarnos un rapapolvo”.

“En 2008 empezamos la misma idea como servicio en The School of Life y más tarde publicamos el libro The Novel Cure. Surgió de ver la literatura como un recurso, algo que puede abrir puertas cuando nos sentimos atascados y ayudar a cambiar de perspectiva. Creo que mucha gente ha experimentado este poder, pero normalmente es algo que sucede por casualidad, tropezando con el libro adecuado en el momento adecuado casi por accidente. Nosotros quisimos organizar la literatura para que no dependiera del azar, para que cualquiera que necesitara un recordatorio de que no estaba solo pudiera encontrarlo cuando lo necesitara”.

Susan Elderkin y Ella Berthoud comenzaron en 2008 a prestar servicios de biblioterapia en The Schoolof Life. Más tarde publicaron el libro ‘The Novel Cure’, en el que hablan de la literatura como estímulo para afrontar los problemas.
Susan Elderkin y Ella Berthoud comenzaron en 2008 a prestar servicios de biblioterapia en The Schoolof Life. Más tarde publicaron el libro ‘The Novel Cure’, en el que hablan de la literatura como estímulo para afrontar los problemas.

El funcionamiento es sencillo. Consiste en rellenar un cuestionario con preguntas sobre hábitos y preferencias de lectura junto con otras más personales, como el tipo de vida, las principales preocupaciones e ilusiones o lo que uno espera estar haciendo dentro de diez años. Después se fija una entrevista que puede ser incluso por teléfono o Skype y al final uno recibe una lista con seis o siete libros recomendados. La biblioterapia funciona como una suerte de librero emocional, que alguno podría ver como un escalafón superior, o simplemente diferente al del librero tradicional.

La web The School of Life funciona como un librero emocial: rellenas un cuestionario, haces una entrevista y te prescribe libros de ficción
También se recomiendan libros de no ficción, pero según Elderkin “preferimos prescribir novelas”. Algunas que suelen recomendar, según la persona y la situación, son El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago; Henderson, el Rey de la Lluvia, de Saul Bellow; Siddharta, de Herman Hesse o Un hombre afortunado, de John Berger.

Para Elderkin, “después de todo, hay pocas cosas que puedas experimentar por las que no haya pasado ya un personaje de ficción. En mi opinión, Matar a un Ruiseñor es un maravilloso estímulo para hacer lo que uno de los mejores libros de autoayuda nos habría dicho: sentir el miedo y hacerlo de todas maneras”.

Por el momento no existen buenos estudios que prueben el valor de este tipo de biblioterapia en la salud, pero cada vez hay más evidencias de lo que sí puede provocar la lectura en nuestro interior.

Qué le pasa al cerebro cuando lee:

Si al leer nos transportamos y entramos en lo que el libro nos cuenta, si nos imaginamos y de alguna manera vivimos la historia de sus personajes aun encerrados en nuestra habitación, algo debe suceder en nuestros cerebros que lo permita. La mejor manera de saber qué es lo que tiene lugar es mediante pruebas de neuroimagen, técnicas que discriminan las áreas cerebrales que se activan cuando leemos lo que leemos. Desde hace unos años se han sucedido los experimentos desde lo aparentemente más simple a procesos más complejos. Esto es algo de lo que han observado.

En el año 2006, investigadores españoles en la universidad Jaume I de Castellón dieron a leer diversas palabras a una serie de voluntarios mientras les practicaban una resonancia cerebral. Algunas de esas palabras evocaban olores intensos, eran palabras como ajo, canela o jazmín. Otras eran palabras neutras, sin ningún tipo de olor asociado. Lo que vieron fue que, al leer, todas ellas activaban las áreas cerebrales responsables del lenguaje, pero las primeras hacían trabajar además a las áreas olfativas, las responsables de oler en la realidad.

Si al leer nos transportamos a la historia que el libro nos cuenta, algo debe suceder en nuestro cerebro que lo permita
Investigaciones similares parecían certificar algo que por otra parte parece concluirse de forma intuitiva: al leer, de alguna (cerebral) manera, reproducimos lo que las palabras evocan del mundo real. Por ejemplo, cuando leemos palabras como chupar, agarrar o pegar una patada, se activan respectivamente las áreas de la corteza premotora relacionadas con la cara, los brazos y las piernas.

En cierta forma es lo que hacen los saltadores de altura, que cierran los ojos e incluso ladean la cabeza antes de cada salto visualizando cada uno de sus movimientos. Esa visualización activa algunas de las áreas que luego les permitirán elevarse y las entrena, aumenta su eficacia.

De ahí la siguiente suposición: si al leer reproducimos lo que sería la historia en la realidad, y si son tantas las variantes a las que podemos acceder, ¿podría de alguna manera la lectura entrenarnos para la vida real?

Historias y personajes que entrenan la empatía :

La empatía puede definirse como la capacidad para captar las emociones y ponerse en el lugar de otro. Es un concepto amplio que engloba lo que se conoce como teoría de la mente, y es una de las bases que permiten la vida en sociedad. Algunos experimentos ya habían mostrado que, al menos de forma temporal, leer pasajes de un libro de Chejov alteraban los rasgos de personalidad de los lectores respecto a si se leía la misma historia pero de forma neutra, en estilo documental.

David Comer Kidd y Emanuele Castano, investigadores en la New School for Social Research en Nueva York, fueron un paso más allá. En un artículo en Science mostraron que leer la considerada como alta literatura (sus ejemplos eran Don DeLillo o Alice Munro, entre otros) mejoraba de forma ligera pero evidente las puntuaciones de los participantes cuando se sometían a tests de empatía, algo que no sucedía con la considerada baja literatura, como las novelas románticas de Danielle Steel, o con los libros de no ficción.

Un estudio de investigadores de Inglaterra e Italia afirmaba que leer novelas de Harry Potter ayuda a superar prejuicios hacia grupos discriminados. Imagen: Alonis, Flickr
Un estudio de investigadores de Inglaterra e Italia afirmaba que leer novelas de Harry Potter ayuda a superar prejuicios hacia grupos discriminados. Imagen: Alonis, Flickr

Aunque el estudio recibió algunas críticas, son ya varios los trabajos que apuntan en la misma dirección. “Nosotros creemos –explica Castano– que la complejidad de los personajes, que se rebelan a ser estereotipados, obligan al lector a hacer un esfuerzo para entenderlos como individuos únicos, y eso es probablemente la causa de los resultados que encontramos”.

Recientes estudios aseguran que la buena literatura mejora la capacidad de sentir empatía porque es un simulador de la realidad
De alguna manera la literatura (la buena literatura) funcionaría como un simulador de la realidad: un campo de pruebas sin riesgo donde pueden darse y practicarse condiciones particulares y extremas a las que normalmente no accedemos con asiduidad.

Incluso un estudio de 2014 sostenía que leer las novelas de Harry Potter hacía que los estudiantes mejoraran su actitud respecto a grupos estigmatizados como inmigrantes o refugiados.

Algunas conclusiones periodísticas de estas investigaciones afirmaron, extrapolando estos efectos, que leer ficción puede hacernos mejores personas. Parece una extensión exagerada, pero Castano no la rechaza: “Yo creo que la empatía es un componente clave del comportamiento social y de la moralidad en general. Para mí sí, la empatía te hace una mejor persona”.

Los beneficios de la no ficción :

La mayoría de los estudios previos se basaban en novelas o cuentos, pero la literatura de no ficción también encierra la promesa de múltiples beneficios. El principal de ellos parece ser –aparte del propio bagaje cultural que aporten– el aumento de la reserva cognitiva, una especie de colchón neuronal que protege de desarrollar síntomas como los asociados a las demencias.

Por ejemplo, en enfermos de esclerosis múltiple cuanto mayor era el hábito de lectura a la edad de veinte años –tanto de ficción como de revistas, periódicos o ensayos–, mayor es el tamaño del hipocampo aun con el avance de la enfermedad, lo cual se relaciona también con una mejor memoria. Curiosamente, esta asociación no aparecía con otros hobbies como tocar un instrumento, ni siquiera con el nivel de educación.

La literatura de no ficción aumenta la reserva cognitiva, un colchón neuronal que protege de síntomas asociados a las demencias
En otro trabajo, el llamado estudio de las monjas, se tuvo acceso a los diarios de juventud de 678 religiosas que habían donado su cuerpo a la ciencia. Tras los estudios patológicos se observó que aquellas con un lenguaje más rico a los veinte años –muy probablemente obtenido a través de mayores y mejores lecturas de todo tipo– mostraban muchos menos signos de demencia.

Estos datos están lejos aún de ser definitivos y concluyentes, pero psicólogos como Castano se muestran convencidos: “Leer no ficción tiene montones de beneficios, tanto en términos del desarrollo cognitivo como de su mantenimiento, ¡así como por lo que aprendes al leer!”

La terapia y el placer :

Entonces, ¿tiene sentido la biblioterapia? ¿Puede desempeñar un papel en el cerebro? “Sí, creo que puede”, sostiene Castano. “Son beneficios diferentes a los que mis investigaciones estudian, pero al fin y al cabo leer ficción es una parte de lo que nos hace humanos”.

Y si no, e independientemente, siempre nos quedará la experiencia de la lectura. “¿Dónde salvo en la ficción podemos experimentar lo que es ser alguien de otro género, o vivir en otra época, o haber nacido en algún país lejano?”, se pregunta Elderkin. Luego añade lo siguiente: “Las novelas ofrecen una narrativa ampliada, con múltiples capas; requieren tiempo y atención sostenida para leer y entender y disfrutar. Entrar en una historia de esta forma es tremendamente relajante para nuestros cerebros fragmentados”. Eso ya parece bastante.

Fuente: http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro

Imagen: http://www.agenciasinc.es/var/ezwebin_site/storage/images/reportajes/biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro/5733700-20-esl-MX/Biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro_image_380.jpg

Comparte este contenido:

India: La revolución de las hijas del burdel

Bombay/28 de junio de 2016/ Fuente: el país

Adolescentes de Kamathipura, un slum que hacina a 7.000 prostitutas, han creado un proyecto para educar mediante arte, meditación o viajes.

Son mujeres y empoderadas. Son jóvenes y expertas. Fueron maltratadas y son valientes. Fueron esclavas y son independientes. Fueron abusadas y son fuertes. Son artistas, profesoras, periodistas, oradoras, trabajadoras sociales, estudiantes… Son hijas de las prostitutas de uno de los barrios rojos más grandes del mundo, pero no reniegan de su pasado. Fueron víctimas y son agentes del cambio. Un grupo de adolescentes decididas a revolucionar conceptos antagónicos en la sociedad india.

“Muchos abusaron de mi cuando aun era una niña. Aunque recuerdo vívidamente cómo, a los nueve años, uno de los clientes del burdel me sentó en su regazo e introdujo su dedos en mi vagina…”, cuenta Shweta Katti, de 21 años. En perfecto inglés y sin titubeos, relata la pérdida de la inocencia, la humillación, el dolor y la culpa. Pero es un discurso articulado con seguridad serena. “No odio a los hombres. No todos son iguales”. Su firmeza se ampara en un alegato desprovisto de dudas que sólo el insondable ejercicio de la memoria ha transformado en constructivo. Palabras que han servido más como bálsamo ajeno que como martirio propio. Tras el tormento y la piedad, Shweta estudia psicología para ayudar a otras niñas que han sido violadas. “Las mujeres de Kamathipura [el barrio rojo de Mumbai] piensan que no pueden soñar a lo grande y eso les impide alcanzar sus metas”. Masticada y paladeada por ella misma, su historia es ejemplo de superación para muchas audiencias y le ha valido el reconocimiento internacional de 25 menores de 25, mujeres jóvenes ejemplares, junto a otras como la activista y Premo Nobel de la Paz paquistaní Malala Yousafzai.

Pero las listas siempre se quedan cortas. Porque Shweta no es la única. Otras 15 hijas de prostitutas forman Kranti —revolución en hindi—, un organización creada en 2010 por adolescentes del segundo burdel más grande del mundo. Nominado al Premio Profesor Global (2016) —conocido como el nobel de enseñanza—, las chicas, de 12 a 21, años no quieren ser beneficiarias de proyectos de desarrollo, sino agentes del desarrollo mismo. La integran Nilofar, de 22 años, que trabaja como profesora y quiere estudiar turismo para dedicarse a la hostelería. Farah, de 21, que será periodista una vez termine sus prácticas de verano en la BBC de Mumbai. O Kavita, Ashini y Shradda; de 21, 18 y 16, que organizan talleres semanales de pintura, escultura y teatro para niños con cáncer en el hospital del centro de la ciudad. Cada una con sus sueños personales, pero todas unidas por un pasado del que no escapan. Sólo huyen de la condescendencia. “Kamathipura es el barrio en que nací. Puede que la gente tenga pena de nosotras. Pero ese pasado no nos debilita, sino que nos hace más fuertes”, dice Shradda, apenas quinceañera, mientras termina de retocarse ante el espejo. Éste devuelve una sonrisa afable acompañada del aplomo de sus ojos; bisoños pero curtidos en certezas que explican más que las palabras.

Infancia en el slum de la prostitución

Shaddra y el resto de integrantes de Kantri vivieron su niñez y adolescencia atrapadas en el sistema de esclavitud que rige Kamathipura. Alrededor de 200 euros se paga por el tráfico y venta de una mujer en al barrio rojo de Mumbai, estima la ONG local Prerana Anti-Trafficking . Algo más de 15 euros vale pasar una hora con una menor. Y no más de 1.200 euros cuesta comprar una niña en el burdel más antiguo de India. Instaurado por los colonos británicos hace dos siglos, hoy en día las calles este slum se confunden con el glamour de los rascacielos de la megalópolis india. Abigarradas y promiscuas, sus calles esconden alrededor de 7.000 trabajadoras sexuales plegadas a sistema de karza—deudas de vida— inexistentes e infladas por las redes de tráfico humano. Aunque las autoridades locales sostienen que número de prostitutas se redujo de 50.000 en 1992 a 2.000 en 2009, ONGs como Prerana Ati-Trafficking Centre sostienen que el tráfico de mujeres aumenta en el burdel y que esas cifras se quedan cortas. Se estima que unos 10.000 menores viven en sus calles.

Explotación sexual e infantil; las peores formas de esclavitud moderna se concentran en las 14 calles de Kamathipura, colmadas de enjambres de criaturas entre el olor a falta de intimidad y pobreza suburbial. Según el extenso informe de 2016 sobre el Índice de Esclavitud Moderna, de finales de mayo, India concentra la mayor población de esclavos modernos: 18 millones de personas presas de trabajos forzados, explotación infantil y prostitución.

Con terapia y educación, las chicas han aprendido a no avergonzarse de su pasado.

“Mi abuela vivía en Karnataka [estado indio al sur de Mumbai] y era bailarina. La llevaron a trabajar a Kamathipura cuando era menor. Ella no sabía que era un burdel. Luego llegaron las adicciones y demás.”, explica Sheetal Jain, de 21 años. Tres generaciones de mujeres de su familia sobrevivieron en el slum de la prostitución. Bajo la promesa de trabajo y arrancadas a edades prematuras de otros estados indios o países vecinos como Nepal y Bangladesh, las esclavas sexuales son encarceladas y prostituidas por los dalals —proxenetas— hasta que alcanzan edades superiores a los 25 años. Entonces, el sistemaadhiya —ingresos compartidos— las fuerza a ceder parte de sus ganancias en conceptos de alquiler y seguridad; reduciendo sus ya pingües ganancias al 40%.

Los intentos de acabar con el tráfico humano son frenados por la contradicción de leyes nacionales y estatales, como la sección 8 de la Immoral Trafficking Prevention Act, (Acta de prevención del tráfico inmoral) que criminaliza a la mujer por ofrecer sus servicios. Las lagunas legales y la impunidad se unen a la corrupción de la policía local, que filtra información a las mafias antes de que las unidades anti-tráfico ordenen las redadas. Numerosas organizaciones no gubernamentales intentan mitigar los estragos de la esclavitud sexual en Kamathipura. Bien colaborando con la policía en denuncias y arrestos. Bien ofreciendo alternativas de trabajo a las prostitutas, o refugio y educación a los menores que viven en el burdel.

“Las ONGs de Kamathipura imparten educación formal a los niños, pero los sobreprotegen”, critica la propia Sheetal, que pasó por cuatro organizaciones diferentes. “Mientras, a las mujeres sólo les enseñan empleos tradicionales como costura y punto… Así hasta que alcanzan la edad del matrimonio, en la adolescencia”.

Aceptar el pasado para revolucionar el presente

“En Kranti nos enseñan a explorar nuestras pasiones mediante las artes plásticas o la meditación. Eso nos motiva a soñar lo que queremos hacer con nuestras vidas, como el resto del mundo. Sin condicionarnos por nuestro por nuestro pasado”, concluye Sheetal. Ella nunca consiguió integrarse en escuelas y casas de acogida, su único interés era la música y pensaba que nunca acabaría la educación obligatoria. Pero el sistema de Kranti le ofreció otras alternativas; terminó sus estudios y ahora imparte talleres de percusión y cuentacuentos en las que explica su historia de lucha personal para ayudar a los alumnos.

Danza, música, teatro, meditación o talleres sobre justicia social son parte integral de las actividades de Kranti. Las adolescentes de Kamathipura también participan en voluntariados y han viajado a Nepal, Buthan o Estados Unidos como parte de su formación. “No sólo les ayuda a compartir sus historias alrededor del mundo, sino que encuentran formas de relacionarse con gentes de otros países y culturas que viven situaciones similares”, explica Robin Chaurasiya, precursora de la iniciativa y encargada de buscar los fondos para la formación de las revolucionarias; como se autodenominan. Estadounidense de 30 años con orígenes indios, Robin llegó a Mumbai después de ser expulsada de las fuerzas aéreas americanas por su condición sexual, y en Kamathipura entrenó a su agitador ejército de adolescentes: “Con terapia y educación, han aprendido a no avergonzarse de su pasado, que no debe limitar su futuro. Ahora se sienten orgullosas de sus orígenes en Kamathipura, porque eso les ha convertido en las mujeres que son”.

Amrin Shaikh, de 15 años, mueve las manos con vehemencia. “La gente me rechazaba por mi origen y condición. Ahora lucho por mis derechos y respondo a los que piensan que soy tonta”, traduce su hermana Nilofar, que también ha aprendido lenguaje de signos gracias a Kranti. Alumna con las mejores calificaciones de su promoción, Amrin es sordomuda pero elocuente; y lo demuestra preguntando una y otra vez si se ha hecho entender.

La misma confianza que desprenden el resto de hijas de Kamathipura. Sólo empañada por el recuerdo de sus madres, algunas de las cuales ya murieron en el slum de la prostitución. Una vacilación que dura apenas segundos. Sheetal insiste en una idea, repiqueteando como sus dedos sobre la piel de tambores ydjembés: “Estamos muy orgullosas de nuestras madres. Somos fuertes gracias a ellas y a lo que vivimos juntas”, ni un ápice de paternalismo: “Entendimos que lo hicieron por nosotras y aquí hemos aprendido a perdonar”.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/24/planeta_futuro/1466769362_575564.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/06/24/planeta_futuro/1466769362_575564_1466770654_noticia_normal_recorte1.jpg

Comparte este contenido: