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Casi 200 menores encarcelados en Turquía por cargos de terrorismo

Asia/Turquía/11 Noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina
Un total de dos mil 767 menores se encuentran encarcelados en Turquía, 197 de ellos bajo cargos de terrorismo, según los datos de la Dirección General de Prisiones y Detenciones, publicados hoy por el diario Hürriyet.
La información oficial fue facilitada al diputado opositor Onursal Adígüzel, del Partido Republicano del Pueblo (CHP), quien había realizado una pregunta parlamentaria sobre el número y las condiciones de los niños privados de libertad.

Los datos, con fecha 1 de agosto de 2017, develaron que en la franja de edad de 12 a 18 años existían mil 403 internos en centros educativos y cárceles para menores, y mil 364 en prisiones para adultos.

De los encarcelados por delitos relacionados con el terrorismo, únicamente 15 se encontraban en centros de menores pero solo cuatro de ellos estaban inscritos en el sistema educativo.

Con respecto a los internados en prisiones de adultos la nota oficial señaló que del total de niños 111 recibían cursos básicos de alfabetización, 62 cursos de alfabetización secundaria, 187 asistían a escuelas secundarias a distancia, 495 realizaban el bachillerato a distancia y 219 de ellos recibían una educación normal.

El informe también señaló que solo uno de ellos estaba asistiendo a la universidad.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=130066&SEO=casi-200-menores-encarcelados-en-turquia-por-cargos-de-terrorismo
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Terrorismo de Boko Haram mantiene cerradas escuelas en Nigeria, ONU

Por: Prensa-Latina/29-09-2017
El accionar terrorista de Boko Haram mantiene cerradas el 57 por ciento de las escuelas en el nororiental estado nigeriano de Borno, advirtió hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En una declaración, la agencia precisó que en el territorio más afectado por la violencia de los fundamentalistas islámicos han sido asesinados desde 2009 cerca de dos mil 300 maestros, mientras 19 mil resultaron desplazados.

Alrededor de mil 400 escuelas fueron destruidas en este período, la mayoría sin posibilidades de reabrirlas por el daño sufrido o la inseguridad que representan, lamentó.

Según Unicef, en el comienzo del nuevo curso escolar, un estimado de tres millones de niños nigerianos necesitan una educación de emergencia.

‘Los alumnos en el noreste del país están viviendo demasiado horror, ya que a la malnutrición, la violencia y la epidemia de cólera se suman los ataques a las escuelas’, señaló el subdirector del Fondo, Justin Forsyth, quien realizó una reciente visita de tres días a Maiduguri, epicentro de la crisis causada por Boko Haram.

De acuerdo con la agencia especializada de la ONU, algunos niños refugiados en campamentos reciben educación por primera vez en sus vidas.

A propósito de la situación en Borno, Unicef alertó que sus programas de emergencia en el noreste de Nigeria enfrentan un gran déficit de financiación, pues solo recibieron un 40 por ciento del dinero solicitado para 2017.

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No pongáis vuestras sucias manos sobre la muerte

Por: Juan Carlos Monedero

No, no es lo mismo publicar la foto de Aylan que la de la niña asesinada por los fanáticos islamistas o los vídeos de los cadáveres atropellados en Las Ramblas. Una busca generar conciencia. Las otras alimentan el odio. Y precisamente porque el odio ciega, le hacen el caldo gordo a los asesinos. Asesinos que merecen, sin una brizna de duda, las más contundente de las repuestas. Y como la ira que desatan es comprensiblemente enorme, hay que combatirles con inteligencia. Nada le complace más a los bárbaros del ISIS que lograr en los telediarios la retransmisión de un degüello. Los que odian en diferentes sitios terminan necesitándose.

No se publican las fotos por las mismas razones. Una nace del dolor y la intuición de que se podía haber evitado esa muerte y la de miles de refugiados que sólo porque ya se sienten muertos van a morir encima de una embarcación de juguete para llegar a Europa. La otra nace de la estupidez, del odio racista -que es un derivado de la estupidez- y de la justificación de las propias ideas xenófobas y supremacistas que pretenden hacer suyas las víctimas aunque eso multiplique el dolor de las verdaderas víctimas.

Resulta curioso que quienes dicen que publicar ambas fotos responde a un idéntico criterio son los mismos que tienen en la cabeza una sociedad donde la corrupción no es un problema determinante para estar o no estar en el gobierno; son los mismos que antes de tener información ya acusaban a las CUP y decían que el atropello era un asunto de turismofobia (algún dipsómano incluso ha llegado a decir que las invasiones occidentales en Oriente Medio, África, Asia o América Latina eran una forma de turismo occidental que generó “turismofobia” en locos como, por ejemplo, Gandhi. Opiniones de borracho); son los mismos que consideran que los fascistas de Charlotesville son iguales que los antifascistas y suelen coincidir con los descerebrado que creen que es lo mismo la bandera de una dictadura -la franquista- que la bandera de un gobierno legítimo y legal -la de la República-. Equidistantes mientras no puedan imponer su distancia.

Las fotos en un medio de comunicación son en sí mismas el editorial del medio. Por eso los medios pantuflos publican todos los días ataques con información falsa a Podemos, truculencias, accidentes y, por supuesto, desnudos múltiples de señoras o líos redundantes entre famosos. Su ideario es la basura y sus fotos son una apología de la basura porque editorializan la basura. Por eso publican fotos o vídeos de las víctimas. Porque viven de ofrecer basura. Una foto de una víctima, especialmente del terrorismo islamista, por lo general está desprovista de contexto. A Aylan le mató el mar, que era el único camino que le dejó Europa para huir de las guerras que precisamente Europa ha creado. Pero le asesinó nuestra indiferencia. Su cuerpo sin vida en la orilla es la metáfora cruel de un proceso que nace con Occidente impidiendo que prosperen gobiernos progresistas en Oriente Medio, que organiza invasiones que rompen con arrogancia demente cualquier convivencia -los criminales Aznar, Bush y Blair en Las Azores- y que vende armas a los locos porque el negocio está por encima de cualquier dolor. Ese niño en la orilla nos habla de nuestro modelo de vida y de nuestras políticas públicas. Los padres de Aylan no querían que su niño terminara en el orilla. Los asesinos de las Ramblas querían que esa niña terminara en la acera. Compararlos es no entender que publicar esa foto es complacer a los asesinos. Es evidente que los medios -y twiteros- que han publicado las fotos y vídeos no lo hacen por connivencia con los asesinos. Pero su odio y su manera de estar en el mundo está tan quebrada que ni siquiera se dan cuenta de a quién terminan sirviendo.

Para luchar contra el terrorismo, contra cualquier terrorismo, Occidente necesita unidad. Y la unidad sólo puede lograrse sobre dos principios: que la democracia sea la base que nos una, y que sepamos que habrá que ceder parte para que nos encontremos en lo relevante, que es luchar contra los enemigos de la democracia. No es tan sencillo.

Primero hay que ponerse de acuerdo en cuáles son las bases de la democracia tanto en Europa como en otros lugares del mundo. Las propuestas de la derecha para frenar la violencia islamista son evidentes: más insistencia en el supremacismo cristiano y occidental, más represión interna y externa, más sospechas sobre la sociedad, más ley mordaza, más desconfianza y descalificación ante los que piensen diferente y, por supuesto, más castigo militar en las sociedades rotas de Irak, Siria, Libia, Yemen o Afganistán (al tiempo que no se dirá nada sobre, por ejemplo, el gobierno de Marruecos o el de Arabia Saudí). En cambio, la derecha no estará de acuerdo en acabar con los paraísos fiscales, en dejar de vender armas a gobiernos dictatoriales, en invertir para revertir la influencia cultural del islamismo radical, en recuperar económicamente a los países donde el islamismo radical aprovecha la pobreza para extenderse y en aumentar el gasto en inteligencia y prevención como forma de prevenir atentados. Ni en reconocer que desde que se decidió invadir Irak, el mundo está mucho más roto.

La izquierda por su parte tendrá que entender que el miedo social es legítimo, que no se ha avanzado gran cosa en el diálogo entre civilizaciones y religiones y que la solución no viene de ninguna afirmación simple sobre la bondad humana. En resumen, la derecha y la izquierda tendrán que apelar a la inteligencia, y viendo el mundo que se ha construido desde que unos bandidos decidieron invadir Irak no es nada sencillo. Ahí está Trump al que le cuesta incluso condenar el racismo. Malos tiempos.

Publicar la foto de Aylan nos hace mejores personas porque apela al compromiso, a la responsabilidad, a no mirar para otro lado. Publicar las fotos de las víctimas de un atentado islamista -sea en Barcelona, Niza, Londres o París- es apelar el odio y al ojo por ojo que terminará dejándonos a todos tuertos. Una foto va al corazón y a la cabeza. La otra al vientre. Por eso, los que quieren acabar con el drama de la muerte, de cualquier muerte, hablan con la muerte con dolor y respeto. En otro lado están los que sólo tienen un espacio pequeño para la empatía y sienten muy selectivamente. Son los que han defendido a los nazis de Charlottesville, los que piden “echar a los moros” de España como en 1492, los que presentan el apoyo a las Primaveras Árabes en 2011 (que hubieran frenado tanta locura) con un apoyo a los asesinos del ISIS, los que son incapaces de trenzar un artículo sin armar una milicia para entrar en guerra, los que utilizan la conmoción para barrer para una casa, la suya, que está cada vez más sucia.

Fuente: http://blogs.publico.es/juan-carlos-monedero/2017/08/18/no-pongais-vuestras-sucias-manos-sobre-la-muerte/

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“Contra el terrorismo, educación”

Por: La Vanguardia

El Proyecto Integra ofrece formación universitaria a diez jóvenes refugiados que han huído de diferentes países en guerra y pueden retomar sus estudios en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

Se llama Khan Alkozee, tiene 23 años y llegó solo en avión a España desde Afganistán en el año 2015. Cuando cumplió los 18 años, Almotaz Almala se inscribió en la Universidad de Siria para evitar el servicio militar. Mientras estudiaba filología hispánica en Kabul (Afganistán), Lutfullah Salimi trabajaba como intérprete para los militares españoles. Ahora, todos huyen de sus países debido a la guerra y a las constantes amenazas que reciben. En septiembre, gracias a una beca de la Universidad Camilo José Cela, volverán a retomar sus estudios junto con otros siete compañeros más.

Desde Damasco, Alepo, Siria, Ucrania, Irak y Afganistán han llegado diez refugiados para realizar, este año, el curso cero en la universidad madrileña gracias al Proyecto Integra. Un programa de educaciónemocional dirigido a víctimas del terrorismo que ofrece herramientas educativas que ayuden a superar los procesos traumáticos que han vivido.

El pasado mes de octubre, estos tres chicos (junto con otros siete compañeros) empezaron el curso inicial con asignaturas como ‘Español para extranjeros’, ‘Refuerzo psicosocial’, ‘Conocimientos sobre valores constitucionales’, ‘Prevención a la radicalización violenta’ o ‘Cultura española’ para poder incorporarse en los respectivos títulos de grado que han seleccionado.

El director de la beca, Ignacio Sell, considera “muy necesario reforzar conocimientos respecto al idioma, nuestra identidad como sociedad, nuestra cultura y el funcionamiento legislativo” para asegurar “una adecuada integración” en sus respectivas carreras universitarias. Khan quiere estudiar Derecho, Criminología y Seguridad el curso que viene para “poder volver a su país y contribuir a la mejora de la vida de sus ciudadanos”.

Gracias al Proyecto Integra, diez refugiados de diferentes países pueden volver a la Universidad.

Gracias al Proyecto Integra, diez refugiados de diferentes países pueden volver a la Universidad. (Jorge Zorrilla Pascual)

Por su parte, Almotaz va a cumplir su sueño y comenzará el doble grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Fisioterapia. “Cuando acabé mi bachiller en Siria tuve que inscribirme en Ingeniería Mecánica pero no me gustaba nada, lo hice porque no quería ir a la guerra”, reconoce. “Mis padres siempre me han dicho que la mejor manera de luchar contra el terrorismo es la educación y la ética”, explica Khan, el joven afgano.

A sus 28 años, Lutfullah estudiará el grado en Ciencias de Transporte y Logística. En Kabul acabó su primer grado pero todavía no ha podido conseguir el título para que se lo convaliden aquí. “No tengo ninguna intención de volver porque mi vida corre mucho peligro si vuelvo”.

Todos comparten espacio en la residencia de estudiantes que tiene la universidad en Madrid. “Nos llevamos muy bien entre nosotros, cada uno ha escogido lo que quiere hacer y ahora nos seguiremos viendo entre clase y clase”, señala Almotaz.

Sus padres, al igual que los de Khan y Lutfullah, están “muy contentos de que puedan seguir estudiando”. Entre 19 y 28 años, los diez estudiantes pueden presumir de tener buenas notas académicas y son expertos, después de varios meses aprendiendo el idioma, manejando el español.

Todos los alumnos nos aportan muchos conocimientos sobre la radicalización porque conocen bien el submundo que rodea la captación, la asimilación y el adoctrinamiento de los jóvenes”

IGNACIO SELL

Director del Proyecto Integra de la Universidad Camilo José Cela

Una de las áreas a las que más tiempo han dedicado en estos primeros meses ha sido, precisamente, la “Prevención de la radicalización violenta”. “Estamos investigando el perfil emocional de los jóvenes que sonsusceptibles de ser radicalizados y ellos [los alumnos] nos aportan muchos conocimientos sobre el tema porque conocen bien el submundo que rodea la captación, la asimilación y el adoctrinamiento de los jóvenes”, continúa Sell. “Todos muestran un rechazo al fanatismo religioso y se han implicado en la búsqueda de soluciones” para conocer cuáles pueden ser las claves que motivan a otros jóvenes a buscar refugio en la radicalización”, añade.

Sus primeros pasos en España

Durante su primer año en España, Khan estuvo viviendo en un piso por su cuenta en la capital. Más tarde, se trasladó a un centro de acogida donde recibía 100 euros al mes para su manutención. “Cuando me enteré de esta iniciativa, pensé que era mi oportunidad”, confiesa.

En sus primeros tres años, Almotaz fue pasando de trabajo en trabajo en Valencia, Alicante y Alcoy. “Conocí el proyecto gracias a un trabajador social de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), no me entusiasmaba demasiado mi trabajo en aquel momento y esta iniciativa me daba la posibilidad de estudiar lo que yo quería”, admite.

Tras pasar los primeros seis meses en un centro de refugiados, Lutfullah encontró rápidamente trabajo como auxiliar administrativo en otro situado en Alonso Martínez (Madrid). Fue ahí donde conoció la iniciativa y, sin dudarlo ni un instante, envió su currículo. “Todavía compagino este trabajo haciendo funciones de conserje y recepcionista, los fines de semana, con la Universidad”, responde el joven afgano.

Una iniciativa que te permite tener la posibilidad de estudiar lo que realmente quieres

Almotaz Almala es uno de los estudiantes que, gracias al Proyecto Integra, va a comenzar sus estudios en el doble grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad.
Almotaz Almala es uno de los estudiantes que, gracias al Proyecto Integra, va a comenzar sus estudios en el doble grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad. (Jorge Zorrilla Pascual)

Antes de llegar a la Península, Khan pudo estudiar un año en China pero el país asiático le denegó el visado por razones que desconoce. Volvió a Afganistán pese a la insistencia de sus padres de que fuera a estudiar al extranjero. “Yo no quería irme de mi país. Quería luchar contra los terroristas porque he perdido a mucha gente y, de alguna manera, quería vengarme”, reconoce ahora Khan. Pero, “mis padres me ayudaron a despojarme de la violencia y a contestar con la educación y los valores”. Razón que sirvió para convencer a Khan de emprender su viaje a España.

“Si puedo, intentaré quedarme por aquí cuando termine mis estudios. Volver es imposible ahora porque soy un criminal en Siria al haber escapado del ejército”, confirma a La Vanguardia, Almotaz. Como Khan, ambos “sufrían amenazas constantes” en sus respectivos países.

“Mi padre tuvo la oportunidad de estudiar medicina en Turkestán y, al volver, nos acusaban de comunistas y nos querían matar a todos por ello. Ha habido muchos intentos de matarnos a mí y a mi hermano mayor. Los radicales querían acabar con todo aquel que supiera lenguas extranjeras o hubiera tenido algún contacto con el exterior”, explica Khan.

Lutfullah Salimi es otro de los alumnos que cursará, este año, el grado en Ciencias del Transporte y la Logística en la Universidad Camilo José Cela.
Lutfullah Salimi es otro de los alumnos que cursará, este año, el grado en Ciencias del Transporte y la Logística en la Universidad Camilo José Cela. (Jorge Zorrilla Pascual)

“Mi familia todavía está en Afganistán y estoy muy preocupado porque los terroristas les están amenazando. Esroy esperando a que la Oficina de Asilo me diga algo porque estoy intentando que vengan conmigo aquí, a España” responde contundente Lutfullah.

Aunque hablan por teléfono todos los días, Lutfullah quiere que la espera pase rápido porque “ha sufrido toda la vida la amenaza del terrorismo. Cuando era pequeño, en la época de los talibanes, detuvieron a mi padre por trabajar en un hospital como médico y ayudar a todo el mundo”. Tras dos años en prisión, Lutfullah reconoce que ha vivido con miedo intentando luchar contra los terroristas.

En la educación está “la verdadera clave” de la integración

Khan Alkozee estudiará Derecho, Criminología y Seguridad, gracias al Proyecto Integra, en la Universidad.
Khan Alkozee estudiará Derecho, Criminología y Seguridad, gracias al Proyecto Integra, en la Universidad. (Jorge Zorrilla Pascual)

Para él, “la educación y la ética son muy necesarias para servirse a uno mismo y a la sociedad”. Sell, el director, también está de acuerdo que “en la educación está la verdadera clave de la integración”. “Nosotros pensamos que se puede tener éxito si estudiamos, siempre intentamos aprender que hay luz y esperanza”, argumenta Almotaz. “Nosotros siempre queremos aclarar que nuestra religión no permite hacer daño a los demás, se aprovechan de la palabra “yihad”, pero esta palabra no significa eso”, apostilla Lutfullah.

“Ojalá se pudieran construir escuelas para los niños que están ahí. Acogerles. Enseñarles algo bello, algo más que la guerra. Cuando yo estaba ahí, solo veía destrucción. Cada día se mueren como 10 o 20 personas en cada pueblo, no conoces otra cosa”, confiesa Kahn quien se ha dado cuenta, desde que vive en España, “del valor que tiene la vi da”.

Cerca de medio millón de los refugiados sirios que han abandonado su país por la guerra están en edad de ir a la universidad. Por ese motivo, la Universidad Camilo José Cela no es el único centro universitario que ofrece este tipo de becas a los jóvenes refugiados que huyen de sus países. Desde el pasado septiembre, Barcelona tiene una sede del organismo Alianza por la Educación Superior para los Refugiados (HEAR en sus siglas en inglés) con el objetivo de conseguir un método híbrido en el que los jóvenes refugiados puedan combinar formación virtual impartida por profesores de universidades de referencia con la asistencia a facultades de allí donde se encuentren los refugiados.

En Barcelona está la sede del organismo ‘Alianza por la Educación Superior para los Refugiados’ con el objetivo de que los jóvenes refugiados puedan seguir estudiando

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170826/43610475080/contra-el-terrorismo-educacion.html

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Educados para el terror: los adolescentes adoctrinados y entrenados por Estado Islámico para cometer atentados

Por: BBC Mundo

En las calles de Europa encontramos adolescentes formados por Estado Islámico. Eran los cachorros del califato. Su testimonio revela los ambiciosos planes de ese grupo extremista para transformar a niños en yihadistas.

Mutassim está nervioso. A sus 16 años, nunca antes ha viajado en avión. Mira alrededor a los otros pasajeros mientras espera en una puerta de abordaje en el aeropuerto de Atenas.

No está muy seguro de lo que hace, así que imita a los demás colocando su tarjeta de embarque dentro de su pasaporte y colocándose en la fila para entrar a la aeronave.

Cuando llaman a abordar, este muchacho sirio echa mano de las pocas palabras de español que ha aprendido. Las autoridades le pueden interrogar y él está viajando con un pasaporte español falso.

Tuvo que pagar por el documento más de US$3.500 a una mafia de traficantes de personas que le ayudaron a irse de Siria a Turquía y, luego, a Europa.

Apenas hace un mes, estaba en Raqa, donde era miembro del autodenominado Estado Islámico (EI). El joven había sido asignado al hospital de la ciudad, donde cuidaba de los yihadistas y ayudaba a los enfermos.

Antes de eso, formó parte de una de las unidades de propaganda.

Pero esa era en otra vida, una que quiere olvidar.

Los bombardeos, los gritos, las decapitaciones, todo eso queda atrás. Deben quedar como un secreto, ahora cuando un nuevo comienzo le espera en Alemania para lo que necesita que las autoridades no descubran que fue entrenado y que sirvió como cachorro de león del califato.

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En junio de 2014, Estado Islámico ya controlaba Raqa y anunció la creación de su califato. Imagen: Reuters.

El grupo extremista está colapsando. En Siria, Irak y Libia está perdiendo territorio. Sus ambiciones de crear un califato global no se han concretado, aunque quizá esto ya había sido predicho e incluso anticipado.

Por eso había un plan b, una póliza de seguro creada para extender su sobrevivencia mucho después de que perdiera el control de Raqa, Sirte o Mosul.

Primero fue la preparación, luego vino el reclutamiento y el entrenamiento para crear un nuevo ejército de niños que, al hacerse adultos, podrían convertirse en yihadistas. La próxima generación de odio de EI.

Mutassim no parece precisamente un guerrero. Es bajo de estatura y nervioso. Lo encuentro en la pequeña localidad alemana donde vive ahora. Le gusta fumar, algo que empezó a hacer desde que salió de Siria y que está prohibido por EI; y, aunque aún es temprano en el día, me ofrece una lata de cerveza.

Él dice que ha dejado de rezar que ha abandonado sus creencias. Antes, había absorbido las enseñanzas religiosas de EI y había seguido su camino radical.

Me cuenta que ha grabado en video las consecuencias de los bombardeos de la coalición internacional que combate a EI, que ayudó a los heridos en los hospitales y que presenció decapitaciones públicas.

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Mutassim le contó a la BBC cómo logró llegar hasta Alemania.

También recibió el entrenamiento militar que el grupo exige como prerrequisito para sus miembros.

Mutassim solo necesitó 15 días, pero otros requieren de más tiempo. El programa es exigente. Las actividades comienzan con las oraciones a las 4 de la mañana. Luego venían los ejercicios físicos, el entrenamiento de combate y las clases sobre la ley islámica, la sharía.

Como parte de su formación, los adolescentes tenían que saltar entre llantas de vehículos en llamas y aprender a colarse entre barreras de alambre de púas, mientras se efectuaban rondas de disparos sobre sus cabezas.

Una de sus amigos, un chico de 13 años procedente de una localidad cercana a Damasco, fue herido en la cabeza por una bala perdida y murió.

Todo esto ocurrió antes de que Mutassim hubiera cumplido los 16 años.

Muchos grupos armados en África, Medio Oriente y América del Sur han entrenado niños como combatientes, pero pocos han refinado ese proceso de una forma tan eficiente como EI.

Las unidades de propaganda móvil que el grupo ha creado muestran imágenes de castigos y de combates ante audiencias que incluyen a niños de apenas cinco años de edad.

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Se estima que Estado Islámico dio entrenamiento militar a unos 2.000 niños. Imagen: video de propaganda de EI.

En grabaciones hechas de forma clandestina en Raqa que han llegado a la BBC, se ve un grupo de niños reunirse emocionados en torno a una jaula, dentro de la cual está uno de sus vecinos: un tendero de nombre Samir.

Los niños miran al prisionero, que se sienta agachado, con su cabeza inclinada en el centro de la jaula. Uno de los pequeños lo rocía con un líquido. Se le acusa de haber acosado sexualmente a una mujer musulmana y su castigo es servir de entretenimiento a los niños, como si fuera un animal en un zoológico.

Pero ellos, y otros pequeños como ellos, probablemente han visto cosas muchos peores: decapitaciones y ejecuciones.

Los yihadistas han sido cuidadosos en la forma de ganarse a los adolescentes para su causa. No solo los han tentado con las promesas de lograr la salvación y de llegar al paraíso, sino también con la posibilidad de satisfacer algunos deseos más terrenales.

La vida dentro de EI puede ser dura y peligrosa, pero no carece de recompensas.

Para Mutassim era la promesa de una esposa. A los 14 años y medio, él estaba deseoso de casarse. Cuando su familia se negó, EI dio un paso al frente. Le permitieron vivir con sus hombres, le dieron responsabilidades, le enseñaron a conducir y le prometieron una esposa.

El joven fue un recluta entusiasta. Dice que alrededor de 70% de los jóvenes que se unieron a la organización tenían problemas con su familia.

“Los chicos chantajeaban a sus familias: o cumplían con sus exigencias o ellos se unirían a EI”.

Sin embargo, a medida que avanzó la guerra, la vida en Raqa se hizo más dura.

“Cuando se produjeron los ataques en París, no se pudo dormir en Raqa. Los franceses bombardearon toda la ciudad. Yo me molesté porque personas inocentes murieron”, dice.

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Tras los atentados de París, Francia bombardeó duramente Raqa. Imagen: Getty Images.

Después de otro bombardeo oyó a niños llorando y a mujeres pidiendo auxilio. “Es un momento que nunca olvidaré. Fue como una escena de una película de acción”.

Pero, al final, asegura que se desilusionó de EI. Los yihadistas a los que había admirado por ser valientes y poderosos, no eran fieles a sus creencias.

“Decidí irme cuando vi a uno de ellos golpear a una mujer. Me puse muy molesto. Él es un extranjero golpeando a una mujer siria. A partir de ese día empecé a odiar a Estado Islámico. Me tomó cuatro meses hasta poder desertar”, dice.

Mutassim se reconcilió con su familia, que siempre le había rogado que se marchara. Ellos le pagaron a un contrabandista que le ayudó a escapar.

De Siria viajó a Turquía y de allí a Grecia, donde tomó un avión usando el pasaporte falso. Ahora vive en un centro para refugiados en Alemania.

Las autoridades alemanas no saben nada de su pasado, ni del sorprendente hecho de que fue capaz de viajar desde territorio controlado por EI hasta Europa sin ser detectado, en apenas un mes.

Y eso no es todo. Mutassim no viajó solo. Otro adolescente, uno que sirvió al califato en Siria y en Irak, logró llegar hasta Bélgica.

Omar, de 17 años, ya ha sido expulsado de tres albergues para refugiados por su falta de disciplina. Es un bravucón, pero cuando hablas con él pronto te das cuenta de que su tiempo con Estados Islámico fue un fracaso.

Él también es de Raqa. Tras dos semanas de entrenamiento allí le enviaron a Mosul, donde debió quedarse encerrado en una casa durante una semana. Fue decepcionante.

Allí conoció a otros sirios que llevaban en la ciudad más de dos años. Habían estado en el frente de batalla y lo único que tenían para comer era yogurt, pan y dátiles.

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Omar vive ahora en Bélgica donde inició una nueva vida.

“Pasaban 24 horas sin ninguna comida. No cuidaban bien a los muyahidín”, dice.

Omar nunca logró convertirse en el guerrero que quiso ser. No superó el curso de instrucción para ingresar al ejército del califato. Luego intentó unirse al equipo que fabrica bombas, pero fue rechazado así que terminó trabajando como informante espiando a los kurdos, a los fumadores o a quienes portaban armas sin autorización.

Una noche fue violado por un miliciano procedente de Argelia, tras lo cual decidió escapar.

En la actualidad, mantiene su pasado oculto. Sobrevive gracias a la ayuda que le dan sus “novias”, señoras mayores que le dan dinero.

Dice no ser una amenaza para los europeos.

“Eran mis enemigos y ahora vivo entre ellos, comiendo y bebiendo con ellos. Me recibieron y han cuidado de mí. Comencé a odiar mi vida pasada y decidí comenzar una nueva”, afirma.

En los últimos meses, la BBC ha sabido de, al menos, otros tres jóvenes que fueron niños soldados de Estado Islámico que están viviendo en Europa. Ellos no aceptaron ser entrevistados. Consultamos a la fuerza policial de la Unión Europea (Europol) acerca de algunos de estos casos, pero ellos declinaron emitir comentarios.

Currículo de odio

Estado Islámico no solo centró su atención en conseguir nuevos reclutas para enviar al frente de batalla, se adentró en la sociedad, en las casas, en las aulas de clase y en las mentes de los niños más pequeños.

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A partir de los 5 años de edad los niños eran adoctrinados. Imagen: video de propaganda de EI.

Según revelan los libros usados en las escuelas, tan pronto cumplen cinco años, a los niños se les enseña un vocabulario de lucha y sangre. Se convierten en los cachorros del califato y se inicia el proceso de convertirlos en guerreros sagrados.

Los maestros tienen instrucciones de sembrar el “amor por la educación”, pero deben hacerlo mencionando las virtudes de los profetas y mensajeros tales como “perdón, paciencia, valentía, fortaleza, confianza en Alá y en la llamada a la yihad en su nombre”.

También les pedían que “inyectaran entusiasmo a través de rimas fervientes que aterroricen a los enemigos del islam”.

Los cachorros aprenderían rimas sencillas pero violentas que glorifican la yihad y la muerte en nombre de Alá.

Así como el movimiento juvenil hitleriano adoctrinó a los niños para servir al Reich de 1.000 años de los nazis, Estado Islámico desarrolló un aparato para inyectar regularmente nueva sangre en sus venas. Cuando tomaron pleno control de Raqa en 2014 y la hicieron su capital, el plan para subvertir el sistema educativo se puso en marcha.

El recién creado ministerio de Educación emitió su primer decreto prohibiendo las clases de música, de formación cívica, historia, deportes e, incluso, el programa estatal de educación islámica del gobierno sirio.

Su lugar fue ocupado por los libros con la propia “doctrina yihadista” y de la “sharía islámica” de EI.

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Los jóvenes eran expuestos a videos en los que se veían imágenes de ejecuciones realizadas por EI. Imagen: Video de propaganda de EI.

Como no disponían aún de libros impresos, usaron los existentes pero aplicándoles una dura censura, borrando los ejemplos que mencionaran cosas como los intereses bancarios, la democracia, las elecciones o el darwinismo.

Los maestros debían llenar los vacíos con ejemplos que “no contradigan la sharía o la política de EI”.

En la educación primaria, el material religioso incluía textos instigando en contra de los no musulmanes, así como hojas de propaganda diseñadas para presentar a EI ante los más jóvenes desde una perspectiva positiva.

Para el año 2015 – 2016, el nuevo currículo educativo de EI finalmente se aplicaría en su totalidad. Entre los 5 y los 15 años de edad, los niños serían formados en 12 disciplinas que se basarían en la doctrina de Estado Islámico y en su visión del mundo.

La yihad se institucionalizó y todos los que estaban fuera de las fronteras del califato se convertían en enemigos.

Durante los años de primaria, sobre todo en sus clases de árabe, a los niños se les recuerda la lista de enemigos inclinados a “contaminar” la dignidad de los musulmanes incluyendo a los chiítas, los iraníes, los países de occidente, la coalición internacional que lidera Estados Unidos, la ONU y los gobernantes árabes que no siguen la sharía.

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Libro de lectura para niños de 10 años.

Desde esa tierna edad, los niños son adoctrinados sobre lo imperativo de hacer la yihad en contra de los infieles y de los apóstatas. Ellos deben ser vencidos.

Los textos escolares revelan que los niños de 6 a 11 años estaban siendo expuestos repetidamente a conceptos como Al Wala y Al Bara que implican amar a quienes aman a Alá y odiar a los que no lo hacen, así como la necesidad de hacer la yihad.

Pero, quizá la subversión educativa más maquiavélica de EI se plasma en su enseñanza del Corán, pues los maestros son instruidos para vincular versos de ese texto con conceptos extremistas.

“Prepárate para enseñar este verso para mostrar a tus estudiantes que el objetivo de un creyente de la yihad en el nombre de Alá es la vitoria sobre los infieles o la muerte en honor a Alá”, dice una instrucción.

Para el momento en el que concluyen la primaria, como resultado de estas enseñanzas, los niños verían como un apóstata a cualquier otro musulmán que no siguiera la misma doctrina.

El efecto de semejante currículo en los niños puede verse en “Entrenando a futuros leones”, un video de propaganda de EI.

“¿Quién es tu emir?, pregunta el narrador.

“Abu Bakr al Baghdadi”, responde Abdullah, un niño kazajo, quizá de menos de 10 años de edad.

“¿Qué quieres ser en el futuro?”, repregunta el narrador.

“Yo seré quien te mate, oh infiel. Seré un muyahidín, si Alá quiere”, replica el niño.

Tres meses más tarde, Abdullah apareció en un nuevo video, portando una pistola y ejecutando a dos supuestos espías.

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Portada de libro de lecciones coránicas.

Legado aterrador

Estado Islámico fue expulsado de Mosul, pero sus canciones siguen presentes en la mente de niños de 12 años como Usma y Yabcoub.

Los niños recuerdan cuando caminando hacia sus casas vieron cuerpos colgados de los postes del alumbrado público y videos con decapitaciones.

“Iremos a través de la muerte y regresaremos / marchando como uno solo / pero moriremos de pie como leones”.

Estado Islámico buscaba la atención de niños de su edad y más jóvenes. Era su póliza de seguro para el futuro y un proceso de filtrado para identificar a potenciales yihadistas que podrían ser reclutados y entrenados militarmente.

“EI no se acercó a los estudiantes de forma violenta. Ellos apelaron a las emociones diciendo: somos tu familia y te ayudaremos a conseguir tu libertad e independencia”, dice a la BBC Yousef, el tutor de los niños.

Él vio cómo la ideología de EI tomó cuerpo en las aulas de clase y cómo desaparecieron algunos de sus alumnos.

“Los niños son terreno fértil. Es fácil para Estado Islámico lavarles el cerebro y prepararlos para ser reclutados, a diferencia de los adultos”, afirma.

Asegura que en algunos casos, las familias entregaban un hijo a EI con el objetivo de proteger a otros miembros del grupo familiar.

Es lo que Mia Bloom, una experta en radicalización infantil de la Universidad Estatal de Georgia, denomina una “inversión perversa” del rol parental.

“Estado Islámico se ha asegurado que los que funcionó con otros niños soldados no pueda funcionar aquí. Los niños no pueden volver con sus familias si fueron estas las que les entregaron a EI”.

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Imagen de un libro para niños de EI.

Para Naciones Unidas no importa cómo los niños terminaron en las filas de un grupo armado, si fueron secuestrados, coaccionados o si se fueron voluntarios: todos los niños soldados son víctimas.

Los que fueron tomados muy pequeños no tienen recuerdos de una niñez apropiada y son los más difíciles de salvar.

Uno de los más destructivos legados de EI es el de los niños que vivieron bajo su régimen, que perdieron su pasado y presente ante el caos y la guerra y que ahora quedan sin futuro.

Es difícil precisar cifras exactas, pero al menos 2.000 niños se convirtieron en “cachorros de león del califato” -niños soldados para reforzar la maquinaria de guerra de EI– y muchos miles más fueron manipulados y adoctrinados sobre el yihadismo en las aulas de clase.

Son víctimas y algunos son una amenaza. Casi todos están abandonados en los márgenes de cualquiera que sea la sociedad en la que viven ahora.

Y pueden recaer. “No es una reincidencia como la que uno esperaría. Estos niños pueden terminar convertidos en criminales, tienen todas las habilidades para ello. Terminan en pandillas, no en grupos terroristas”, señala Bloom.

Cuando se mira la ciudad vieja de Mosul, es fácil quedar abrumado por el espectáculo de devastación total.

Se han hecho comparaciones con las ruinas de guerras anteriores como en Dresde o Stalingrado. Eso es exagerar los daños y perderse lo importante. El daño material es el más fácil de ver, pero también el más fácil de reparar. Las ciudades se reconstruyen.

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Al terminar su educación, los niños debían ver a todos los que no estaban con Estado Islámico como apóstatas.

En su corta vida, EI hizo un daño más duradero al preparar y corromper a estos jóvenes.

Identificar a los más afectados es muy difícil. Tratarlos, detener sus pesadillas y reparar sus traumas será costoso y tomará mucho tiempo.

Al no haber recibido la educación adecuada será muy difícil encontrarles empleoHacer que recuperen su credo, uno que no esté contaminado por la ideología yihadista requerirá perseverancia.

Eso podrá ser suficiente para salvarlos, reincorporarlos a sus sociedades, para ayudar a reconstruir Irak y Siria. Darle tratamiento a los que han sufrido y escapado a occidente podría evitar que se conviertan en criminales o en algo peor.

Pero todas esas cosas son difíciles e impopulares y quizás Estado Islámico, esos expertos en dividir y destruir, siempre lo supo.

Después de todo, ¿quién querría ayudar a un joven que quería ser un terrorista suicida?

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/educados-terror-los-adolescentes-adoctrinados-entrenados-estado-islamico-cometer-atentados/
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Barcelona: la piedra y la mano

Por: Guillermo Almeyra

Detrás de los fanáticos asesinos de la yihad o de los asesinos nazis y del Ku Klux Klan en Estados Unidos hay fuerzas que los reclutan, envenenan sus mentes, atizan sus miedos y odios, arman sus manos, financian sus atentados y sus organizaciones.

Antes de lanzar a una guerra a un país cuyos habitantes no la quieren o la temen, esas fuerzas intoxican la opinión pública, adormecen y desarman las oposiciones éticas o morales, siembran odio contra el “enemigo” que fabrican para combatirlo con el fin de lograr sus objetivos (eliminación de una competencia, conquista de territorios y riquezas, monopolio de materias primas escasas).

Entonces las provocaciones mortíferas están en el orden del día y se multiplican: el presidente Franklin Delano Roosevelt tenía información de que el alto mando japonés iba a atacar Pearl Harbour y dejó conscientemente que hundiesen la flota estadounidense con alto costo en vidas humanas; para invadir Afghanistán fue necesario el atentado del 11 de noviembre de 2001 contra las Torres Gemelas perpetrado por gente formada y fomentada por la CIA y George W. Bush inventó en 2003 y declaró tener pruebas de que Irak tenía armas de destrucción masiva para destruirlo, conquistarlo y apoderarse de su petróleo; por último, en la actual guerra en Siria e Irak, los terroristas del Estado islámico son armados y financiados por Estados Unidos, Arabia Saudita, Qatar y Turquía, que además vende el petróleo iraquí robado por ellos.

Ante la ola de atentados en Inglaterra, Alemania, Francia, España… hay que preguntarse pues a quién sirven, por qué su simultaneidad y la elección de ciudades con gran turismo y qué están preparando.

La respuesta es simple y apunta a Estados Unidos que declara abiertamente sus intenciones de provocar conflictos bélicos (con Corea del Norte, China o Venezuela) que sabe muy bien que serían nucleares, abarcarían Europa y llegarían al territorio de Estados Unidos y por eso mismo son mucho más impopulares que la guerra de Vietnam. No hay ninguna otra potencia mundial interesada en la preparación de una guerra general que pondría en peligro la existencia misma de la civilización e implicaría también terribles desastres sociales y ecológicos.

Trump es el aliado de las monarquías árabes que fomentan la yihad y sostiene a los supremacistas blancos y a los nazis estadounidenses. Sus amenazas bélicas responden al hecho de que intenta mantener mientras todavía puede una supremacía económica y militar que se está deshaciendo. No puede esperar que una sinergía ruso-china supere a Estados Unidos en esos campos. Por eso los atentados en países que rechazan su política, como los europeos y los ataques contra Venezuela y Cuba, que deben ser eliminados como focos de resistencia antes mismo de un conflicto generalizado.

La lucha contra el peligro de guerra es urgente y exige rechazar la islamofobia (el Islam como religión no tiene nada que ver con estos atentados), la xenofobia (los inmigrantes son un aporte, no un peligro) y al capital financiero que persigue sus objetivos aunque para alcanzarlos deba pasar por sobre millones de cadáveres.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=230522&titular=barcelona:-la-piedra-y-la-mano-

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«¡Yo creé el terrorismo yihadista y no me arrepiento!»

Por: Nazanin Armanian

Así se expresó el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter

“¿Qué es lo más importante para la historia del mundo? ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético?” Es la respuesta de quién fue el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, a la pregunta de la revista francesa Le Nouvel Observateur (del 21 de enero de 1998) sobre las atrocidades que cometen los yihadistas de Al Qaeda. Una escalofriante falta de ética de individuos como él que destruyen la vida de millones de personas para alcanzar sus objetivos.

En esta entrevista, Brzezinski confiesa otra realidad: que los yihadistas no entraron desde Pakistán para liberar su patria de los ocupantes infieles soviéticos, sino que seis meses antes de la entrada del Ejército Rojo a Afganistán, EEUU puso en marcha la Operación Ciclón el 3 de julio de 1979, enviando a 30.000 mercenarios armados incluso con misiles Tomahawk a Afganistán para arrasar el país, difundir el terror, derrocar el gobierno marxista del Doctor Nayibolá y tender una trampa a la URSS: convertirlo en su Vietnam. Y lo consiguieron. A su paso, violaron a miles de mujeres, decapitaron a miles de hombres y provocaron la huida de cerca de 18 millones de personas de sus hogares, casi nada. Caos que continúa hasta hoy.

Esta ha sido la piedra angular sobre la que se levanta el terrorismo “yihadista” y al que Samuel Huntington dio cobertura teórica con su Choque de Civilizaciones. Así, consiguieron dividir a los pobres y desheredados de Occidente y de Oriente, haciendo que se mataran en Afganistán, Irak, Yugoslavia, Yemen, Libia y Siria, confirmado la sentencia de Paul Valéry: “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para el provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran” .

Consiguieron neutralizar la oposición de millones de personas a las guerras y convertir en odio la empatía. Con el método nazi de «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad»:

  • El atentado del 11S no lo cometieron los talibanes afganos. La CIA en 2001 había implicado al gobierno de Arabia Saudí en la masacre. ¿Por qué, entonces, EEUU invadió y ocupó Afganistán?
  • Las armas de destrucción masiva no las tenía Irak. El único país en Oriente Próximo que las posee, y de forma ilegal, es Israel y gracias a EEUU y Francia.
  • Tampoco EEUU necesitaba invadir a Irak para hacerse con su petróleo. Demoler el estado iraquí tenía varios motivos, como eliminar un potencial enemigo de Israel y ocupar militarmente el corazón de Oriente Próximo, convirtiéndose en el vecino de Irán, Arabia Saudí y Turquía.
  • Las cartas con ántrax que en EEUU mataron a 5 personas en 2001, no las enviaba Saddam Husein como juraba Kolin Powell, sino Bruce Ivins, biólogo de los laboratorios militares de Fort Derrick, Maryland, quien “se suicidó” en 2008.
  • Ocultaron la (posible) muerte de Bin Laden agente de la CIA, hasta la pantomima organizada el 1 de mayo del 2011 por Obama, en el asalto hollywoodiense de los SEAL a un domicilio en Abottabad, a pesar de que la ex primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto, ya había afirmado el 2 de noviembre del 2007 que el saudí había sido asesinado, por un posible agente de MI6 (quizás en 2002). Benazir fue asesinada casi un mes después de esta revelación. Mantener “vivo” a Bin Laden durante 8-9 años le sirvió a EEUU aumentar el presupuesto del Pentágono (de 301.000 millones de dólares en 2001 a 720.000 en 2011), incrementar los contratos de armas de Boeing, Lockheed Martin, Raytheon, etc. y vender millones aparatos de seguridad y cámaras de vídeo-vigilancia, montar cárceles ilegales por el mundo, legitimar y legalizar el uso de la tortura, practicar asesinatos selectivos y colectivos (llamados “daños colaterales”) y concederse el derecho exclusivo de invadir y bombardear al país que desee.

Una vez testados en Afganistán, la OTAN envió a éstos “yihadistas” a Yugoslavia con el nombre del Ejercito de Liberación de Kosovo; luego a Libia y les puso el nombre de “Ansar al Sharia, y a Siria, donde primero les denominó “rebeldes” y luego les dio otros 5-6 nombres diferentes. En esta corporación terrorista internacional, la CIA se encarga del entrenamiento, Arabia Saudí y Qatar de “cajero automático” como dijo el ministro alemán de Desarrollo, Gerd Mueller, y Turquía, miembro de la OTAN, acoge, entrena y cura a los hombres del Estado Islámico. ¡Son los mismos países que forman la “coalición antiterrorista!

¿Cómo decenas de servicios de inteligencia y los ejércitos de cerca de 50 países, medio millones de efectivos de la OTAN instalados en Irak y Afganistán, que han gastado miles de millones de dólares y euros en la “guerra mundial contra el terrorismo” durante 15 largos años, no han podido acabar con unos miles de hombres armados con espada y daga de Al Qaeda?

Así fabricaron al Estado Islámico

Siria, finales del 2013. Los neocon aumentan la presión sobre el presidente Obama para enviar tropas a Siria, y necesitan una casus belli. El veto de Rusia y China a una intervención militar en el Consejo de Seguridad, la ausencia de una alternativa capaz de gobernar el país una vez derrocado o asesinado el presidente Asad, el temor a una situación caótica en la frontera de Israel, eran parte de a los motivos de Obama a negarse. Sin embargo, el presidente y sus generales pierden la batalla y los sectores más belicistas del Pentágono y la CIA, Qatar, Arabia Saudí, Turquí y los medios de comunicación afines asaltan la opinión pública con las imágenes de las decapitaciones y violaciones cometidas por un tal Estado Islámico. Una vez que el mundo acepta que “hay que hacer algo”, y al no tener el permiso de la ONU para atacar Siria, el Pentágono, el bombero pirómano, diseña una especial ingeniería militar:

  1. Traslada en junio de 2014 a un sector del Estado Islámico de Siria a Irak, país bajo su control, dejando que ocupe tranquilamente el 40% del país, aterrorizando a cerca de ocho millones de personas, matando a miles de iraquíes, violando a las mujeres y niñas.
  2. Organizó una potente campaña de propaganda sobre la crueldad del Estado Islámico, semejante a la que hicieron con las lapidaciones de los talibanes a las mujeres afganas, y así poder “liberar” a aquel país. ¡Hasta la eurodiputada Emma Bonino cayó en la trampa, encabezando la lucha contra el burka, mirando al dedo en vez de la luna!
  3. Afirmó que al ubicarse el cuartel general de los terroristas en Siria, debían atacar Siria.
  4. Obama cesó de forma fulminante al primer ministro iraquí Nuri al Maliki, por oponerse al uso del territorio iraquí para atacar a Siria.
  5. Objetivo conseguido: EEUU por fin pudo bombardear, ilegalmente, Siria el 23 de septiembre del 2014, sin tocar a los “yihadistas” de Irak. Gracias al Estado Islámico, hoy EEUU (y Francia, Gran Bretaña y Alemania) cuentan con bases militares en Siria, por primera vez en su historia desde donde podrán controlar toda Eurasia. Siria deja de ser (tras la caída de Libia en 2001 por la OTAN) el único país del Mediterráneo libre de bases militares de EEUU.
  6. Y lo sorprendente: desde esta fecha hasta el julio del 2017, el Estado Islámico mantiene ocupado el norte de Irak sin que decenas de miles de soldados de EEUU hayan hecho absolutamente NADA. Al final, el ejército iraquí y las milicias extranjeras chiítas liberan Mosul, eso sí, cometiendo terribles crímenes de guerra contra los civiles.

El terrorismo en la estrategia del “Imperio del Caos”

El terrorismo “yihadista” cumple cuatro principales funciones para EEUU: militarizar la atmósfera en las relaciones internacionales, en perjuicio de la diplomacia; arrebatar las conquistas sociales, instalando estados policiales (los atentados de Boston, de París e incluso el de Orlando) y una vigilancia a nivel mundial; ocultar las decisiones vitales a los ciudadanos; hacer de bulldozer, allanando el camino de la invasión de sus tropas en determinados países, y provocar caos, y no como medio sino como un objetivo en sí.

Si durante la Guerra Fría Washington cambiaba los regímenes en Asia, África y América Latina mediante golpes de Estado, hoy para arrodillar a los pueblos indomables recurre a bombardeos, enviar escuadrones de muerte, y sanciones económicas, para matarles, debilitarles dejarles sin hospitales, agua potable y alimentos, con el fin de que no levanten cabeza durante generaciones. Así, convierte a poderosos estados en fallidos para moverse sin trabas por sus territorios sin gobierno.

EEUU que desde 1991 es la única superpotencia mundial, ha sido incapaz de hacerse con el control de los países invadidos, debido al surgimiento de otros actores y alianzas regionales que reivindican su lugar en el nuevo mundo. Y como el perro del hortelano, ha decidido sabotear la creación de un orden multipolar que intenta gestarse, provocando el caos: debilita BRICS conspirando contra Dilma Russef y Lula en Brasil; impide una integración Económica en Eurasia, propuesta por Rusia a Alemania archivada con la guerra en Ucrania, y mina el proyecto chino de la Nueva Ruta de la Seda y una integración geoeconómica de Asia-Pacífico que cubriría dos tercios de la población mundial, y en cambio crea alianzas militares como la “OTAN sunnita” y organizaciones terroristas con el fin de hundir Oriente Próximo en largas guerras religiosas.

Anunciar que ha diseñado un plan para el “cambio de régimen” en Irán –un inmenso y poblado país-, ante la dificultad de una agresión militar, significa que pondrá en marcha una política de desestabilización del país mediante atentados y tensiones étnico-religiosas. La misma política que puede aplicar Corea del Norte, Venezuela, o Bolivia, y otros de su lista del “Eje del Mal”, y todo el servicio de perpetuar su absolutista hegemonía global: que intentase derrocar a su aliado Tayyeb Erdogan es el colmo de la intolerancia.

Antes de los trágicos atentados en Catalunya, el Estado Islámico atacó a la aldea afgana de Mirza Olang. Llenó varias fosas comunes con al menos 54 cadáveres de mujeres y hombres y tres niños decapitados, y se llevó a unas 40 mujeres y niñas para violarlas.

Conclusión: que el “yihadismo” no es fruto de la exclusión de los musulmanes, ni siquiera se trata de la lógica de los vasos comunicantes y el regreso de los “terroristas que hemos criado en Oriente”. “Vuestra causa es noble y Dios está con vosotros”, dijo Zbigniew Brzezinski a sus criaturas, los yihadistas.

Fuente: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/4143/el-asesor-de-seguridad-del-presidente-jimmy-carter-yo-cree-el-terrorismo-yihadista-y-no-me-arrepiento/

 

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