Las universidades ante el reto digital

Por: Alejandro Tiana

El reto que actualmente deberían plantearse las universidades consiste en adaptarse a las exigencias de la sociedad digital, más que en utilizar las TIC manteniendo inalterables sus rasgos tradicionales.

Universidad de Navarra / CC BY-ND (Flickr)
Universidad de Navarra / CC BY-ND (Flickr)

En los últimos tiempos he recibido varias invitaciones (o quizás debería decir incitaciones) para hablar o escribir acerca de los cambios que previsiblemente afectarán a las universidades como consecuencia de la incorporación masiva y acelerada de los recursos tecnológicos digitales, que por otra parte no cesan de renovarse. Como consecuencia de esas propuestas, he tenido recientemente la fortuna de coordinar, junto con otros colegas también interesados en el tema, dos monográficos sobre la respuesta que deberían dar las universidades al reto digital: uno en 2015 en la revista Telos y otro que aparecerá en la revista Comunicar a mediados de 2017. Basándome en esa experiencia, me gustaría trasladar a nuestros lectores las principales conclusiones a que dicha reflexión me ha llevado.

Lo primero que conviene subrayar es que las universidades son una realidad institucional con una larga historia, cuyo origen se remonta a la Edad Media europea. No cabe duda de que han cambiado mucho desde entonces. Las circunstancias que han impulsado su evolución son muy diversas y tienen que ver tanto con los cambios sociales y culturales como con el avance experimentado en el ámbito educativo y científico. Aunque parezca un efecto colateral, también las transformaciones producidas en los modos y los medios de comunicación han afectado a la educación en general y a la universidad en particular. Así, por ejemplo, la invención del ferrocarril, el despegue de la industria periodística y la expansión de los servicios postales a mediados del siglo XIX permitieron el desarrollo, aún incipiente, de diversas experiencias de enseñanza por correspondencia. Con el paso de los años, la incorporación del teléfono, la radio, el audiocasete, la televisión y el video permitieron articular y desarrollar nuevos modelos de comunicación didáctica, de manera cada vez más formalizada, que acabaron llegando a la universidad bajo la fórmula de las universidades a distancia, entre cuyas primeras iniciativas pueden mencionarse la Open University inglesa, la UNED española o la FerUniversität alemana.

Pero ha sido realmente en las últimas décadas cuando el avance registrado por las tecnologías de la información y la comunicación ha producido un impacto notable sobre el mundo universitario, sin duda mucho más acusado que en el caso de las tecnologías anteriores. La explicación de este fenómeno es sencilla: las TIC han afectado profundamente a los sistemas de producción, a la organización económica y social, a nuestras pautas culturales, a las relaciones internacionales, entre muchos otros ámbitos. La incorporación de las TIC es un proceso inacabado y seguramente inacabable, una realidad ya asentada, pero también abierta a lo inesperado y que afecta al conjunto de nuestras vidas.

Lógicamente, las universidades no podían quedar al margen de esta tendencia general. En consecuencia, han informatizado sus sistemas de gestión, presentado su oferta formativa e investigadora a través de Internet, creado campus virtuales, establecido sistemas de apoyo no presencial a los estudiantes y comenzado a producir materiales didácticos interactivos.

Esa incorporación de sucesivos recursos tecnológicos ha abierto caminos antes inexplorados, propiciando la aparición de nuevos modelos universitarios, como es el caso de la hoy denominada educación virtual, en línea o digital, por no citar sino una manifestación llamativa. Su contribución se puede concretar en varias aportaciones fácilmente identificables:

  • Se ha elaborado y difundido una metodología didáctica rigurosa y de carácter sistemático, que hoy sirve de base para la elaboración de cursos capaces de apoyar el estudio independiente y el aprendizaje autónomo y cooperativo. Dicha metodología puede ser aplicada, tanto en las universidades convencionales, como en las universidades a distancia o en línea, bajo la forma de clases invertidas (flipped classrooms), videoclases o seminarios enlazados mediante videoconferencia.
  • Se han producido y difundido un buen número de materiales didácticos digitales e hipertextuales, basados en la combinación de medios y de carácter interactivo, que están permitiendo compartir contenidos y no solo distribuirlos. En muchos casos, dichos materiales están disponibles en repositorios de recursos educativos abiertos. Los materiales que sirven de base a los MOOC son una buena demostración de las posibilidades abiertas por este nuevo modelo.
  • Se han habilitado nuevos canales diversificados de apoyo al estudiante, basados en el uso de herramientas tales como los foros virtuales, a su vez conectados en muchas ocasiones con diversas redes sociales (generales o específicas), que están permitiendo el establecimiento de una comunicación fluida y rápida entre los estudiantes y de estos con sus docentes.
  • Se ha configurado una gama diversificada de apoyos al estudio, tanto presenciales como virtuales, que permiten personalizar el aprendizaje. La coexistencia de bibliotecas físicas y en línea, tutorías presenciales o virtuales, videoconferencias y chats permite a cada estudiante encontrar la combinación de medios y recursos que mejor se adecúe a sus características, estilo de aprendizaje y necesidades prácticas.

Este tipo de aportaciones ha venido a confluir con otros cambios relativos a la concepción de los procesos de enseñanza y aprendizaje, la aparición y el desarrollo de un nuevo concepto de aprendizaje a lo largo de la vida, la demanda de nuevos modelos formativos no formales, o la necesidad de acceso a un conocimiento distribuido globalmente. Todo ello ha abierto muy notablemente el panorama de actuación de las universidades y planteado nuevas posibilidades de atención a los estudiantes.

No obstante, a la vista de esos cambios, no faltan quienes se preguntan si la universidad ha comprendido realmente las implicaciones y exigencias de la sociedad digital, planteando dudas al respecto. hay incluso quien considera que iniciativas como la construcción de campus virtuales han desincentivado la verdadera digitalización de la universidad, que debería afectar a aspectos tales como el tipo de enseñanzas que se ofrecen, el modo de abordar la conectividad y el aprendizaje en clave social o la manera de aprovechar la globalización del saber.

Desde esta perspectiva, considero que los avances antes mencionados son importantes, pero todavía queda espacio para continuar avanzando. En efecto, estoy convencido, al igual que otros colegas, de que el reto que actualmente deberían plantearse las universidades consiste en adaptarse a las exigencias de la sociedad digital, más que en utilizar las TIC manteniendo inalterables sus rasgos tradicionales. Dicho de otro modo, el reto realmente consiste en incorporar las universidades a la sociedad digital, lo que permitiría dar una respuesta adecuada a los desafíos que hoy se les plantean. Sobre este asunto merecerá la pena volver en alguna otra ocasión.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/26/las-universidades-ante-el-reto-digital/

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6 Aplicaciones para estudiantes exitosos

Por: Edith Gómez Benítez

Una de las características más resaltantes de internet y de la tecnología en general, es su versatilidad ya que es tan amplia que podría rayar incluso en lo risible por la gran diversidad de temas que puedes encontrar entre sus páginas. Por esta razón, es muy común que se pueda perder el enfoque al estudiar mientras navegamos por sus turbulentas aguas. Si sufres de esto, mira estos ejercicios de concentración para ser más productivo en Gananci.

Sin embargo, esa misma característica que a veces podría ser la que nos lleve a desconcentrarnos puede volverse una aliada, ya que si sabes buscar efectivamente en la tienda de tu sistema operativo no solo encontrarás aplicaciones geniales para procrastinar, sino también herramientas que te ayudarán a apalancar tu éxito estudiantil.

No esperes más, sácale provecho a tu teléfono, tablet o dispositivo favorito descargando las siguientes aplicaciones que sin duda, marcarán una pauta en tus asuntos académicos.

1.- Khan Academy: esta es una plataforma genial sin fines de lucro, creada para impartir educación gratuita de diferentes asignaturas como matemáticas, economía/ finanzas, ciencias y computación. Como estudiante, tienes la opción de repasar cada una de estas materias en una aplicación bastante amigable e intuitiva.

Lo mejor de todo esto es que está disponible en más de 35 idiomas diferentes, lo cual la hace muy completa. En Khan Academy encuentras videos explicativos acerca de infinidad de temas y puedes usarla para reforzar tus clases formales, o para aprender aún más.

2.- Audible: si eres de esos estudiantes que no disfrutan leer, sino que esto más bien se convierte en una tortura por obligación, esta aplicación se volverá tu amiga fiel, ya que al descargarla tendrás a disposición miles de audiolibros (en distintos idiomas) para escuchar.

Hay audiolibros gratuitos y otros que deberás descargar (de pago) gracias al convenio que tiene esta maravillosa aplicación con Amazon. Eso sí, debes usar tu poder de concentración  para enfocarte en lo que escuchas, ya que tiene muchas opciones de podcasts y otros contenidos interesantes que quizás te saquen del camino que habías trazado. Está disponible para iOs y Android.

3.- Unplugged: esta herramienta es algo que definitivamente te ayudará en tu productividad, ya que bloquea las notificaciones de tu teléfono por un tiempo determinado para que puedas concentrarte en tus  tareas sin que el celular se convierta en una distracción incómoda. Básicamente te ayuda a que no sucumbas a la tentación de revisar tu teléfono.

4.- Coursera: esta aplicación disponible para iOs y Android te ofrece una gran cantidad de cursos online gratuitos provenientes de algunas de las mejores universidades del mundo, tales como Standford, Yale y más.

La diversidad de temas que podrás encontrar en esta app va desde música hasta programación computacional, pasando por temas referentes a la psicología, mercadotecnia, nutrición y muchísimos más.

5.- EasyBib: esta herramienta está en esta lista porque a decir verdad me hubiese encantado que existiera durante mi paso por la universidad. Con ella, puedes generar citas bibliográficas de una manera extremadamente sencilla.

Lo único que hay que hacer es ingresar los datos del  libro que necesitas citar manualmente o escaneando el código de barras y ¡Voilá! la aplicación generará la cita automáticamente utilizando el formato que elijas de entre APA, MLA, ente otros.

6.- Wunderlist: algo que no podía faltar en un listado de aplicaciones para mejorar la productividad de estudiantes, es una que contenga la opción de administración de horarios. Con Wunderlist (disponible para Android y iOs) podrás asegurarte de que no se te escapen las actividades que tengas pendientes.

Es decir, no solo dependerás de ti y tu memoria, sino que podrás apoyarte en esta aplicación para planificar tu agenda, registrar diligencias, y que nada te quede por fuera ni por accidente.

Fuente: http://www.redem.org/6-aplicaciones-para-estudiantes-exitosos/

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Satisfecho rey Hamad por nivel de cooperación de Bahrein con Unesco

África/Bahrein/20 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina 
El rey Hamad bin Isa Al-Khalifa de Bahrein se mostró hoy satisfecho con el nivel de cooperación entre este país árabe y la Unesco, pero abogó por ampliar las aristas de ese intercambio.
Hamad recibió en el palacio Al-Sakhir de esta capital a la directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova, quien realiza una visita a este reino del golfo Pérsico.

Fuentes gubernamentales indicaron que el monarca elogió el rol de la entidad internacional en la construcción de puentes entre culturas y pueblos, así como en diseminar valores de paz y tolerancia.

Bokova, quien viajó a Manama invitada por el Centro Regional Árabe para el Patrimonio Mundial, estimó provechoso mantener y elevar el grado de colaboración y coordinación en ambos sentidos para beneficio del país, la región y el mundo, apuntó.

El rey bahreiní alabó los ‘dedicados esfuerzos’ de la directora saliente de la Unesco y su incesante empeño por preservar el patrimonio y la historia de la humanidad a nivel global.

Asimismo, insistió en la cooperación del organismo mundial con Manama en los ámbitos de cultura, educación, ciencia y patrimonio, y la relevante asociación con la mencionada entidad regional árabe y el Centro Regional para la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC).

Mencionó como ejemplo de esos nexos el Premio Unesco Rey Hamad bin Isa Al-Khalifa para el Uso de las TIC en la Educación, instituido desde 2005.

‘Bahrein es un actor dinámico en los esfuerzos internacionales liderados por la ONU para promover la paz y estabilidad regional y global, reforzar los valores de tolerancia y moderación, construir una sociedad basada en el conocimiento y proteger el legado mundial’, aseveró el monarca.

Al respecto, Bokova expresó complacencia con el interés de las autoridades locales por fortalecer la cooperación con la Unesco y respaldar sus programas e iniciativas humanitarias.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=86868&SEO=satisfecho-rey-hamad-por-nivel-de-cooperacion-de-bahrein-con-unesco
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Costa Rica: Plataforma Mind Do entrena a jóvenes para presentar exámenes de admisión de universidades públicas

Centro América/Costa Rica/08 Abril 2017/Fuente: La Nación

Juegos, animaciones, videos y audio son algunas de las herramientas que utiliza la plataforma Mind Do para entrenar a quienes desean ingresar a la Universidad de Costa Rica (UCR), el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) y la Universidad Nacional (UNA).

Entre las funcionalidades que ofrece la página se encuentra la educación interactiva y la posibilidad de realizar simulacros de la prueba oficial de admisión de estas universidades, así como la de comparar sus resultados con los de otros estudiantes del país.

Los fundadores de la plataforma son Laura Fonseca y Enrique Saurez. Ella es una ingeniera eléctrica graduada de la UCR a quien le apasiona la educación y él cursa un doctorado en Georgia Tech en Ciencias de la Computación.

Fonseca asegura que Mind Do es un espacio donde logra unir sus pasiones: la tecnología y la educación.

Además, la joven aspira a «tratar de democratizar el acceso a la educación superior. Es algo que desde joven me ha interesado. He pasado por el sistema público tanto en la escuela como en el colegio y he visto cómo muchas personas no entran a la U por diferentes motivos».

Accesible

La ingeniera quiere hacer más accesible esta posibilidad para los colegiales, por ello, esta plataforma está alojada en Internet, así el interesado no tendrá que desplazarse hasta un centro de estudios.

Además, el costo del curso es de ¢19.800. Este precio, según la joven, es más barato que otras alternativas que existen en el mercado y que implican movilizarse hasta un lugar físico.

Los ejercicios a los que se enfrentarán quienes ingresen al sitio serán principalmente de razonamiento verbal y matemático.

Mind Do dio sus primeros pasos en el 2014 y, aunque el modelo es virtual desde el año pasado, los creadores de la plataforma realizaron pruebas presenciales en colegios para ir corrigiendo los defectos que encontraban en ella.

«Lo aplicamos a 200 estudiantes, hubo chicos que obtuvieron notas superiores a 700 y cerca del 90% logró entrar a la carrera que quería», comentó Fonseca.

En la actualidad, unos 150 estudiantes utilizan la plataforma. Sin embargo, los creadores también se enfrentan el reto de la deserción y por ello les dan seguimiento a los muchachos a través de WhatsApp.

¿Cómo funciona?

Los estudiantes hacen la prematrícula en el sitio y los administradores les brindan la aprobación para que ingresen.

La idea es que se familiaricen con la plataforma y si les gusta, que posteriormente realicen la compra.

Si llegaron solo a la primera parte del curso y no realizaron el simulacro de prueba, «nosotros les mandamos un mensaje y les recordamos que está habilitada la plataforma. Entonces los chicos han respondido muy bien. Como ven que hay una persona al otro lado (en WhatsApp), hasta se disculpan y dicen:’Sí hoy lo hago'».

En el 2016, Mind Do ganó el concurso Reto País, organizado por la Vicepresidencia de la República, como primer lugar en la categoría de Solución en marcha.

El proyecto ha sido premiado por el Instituto Nacional de las Mujeres en el concurso de Fomujeres y también alcanzó el tercer lugar en el concurso El Inventólogo de TIGO, en 2014.

Otra opción

A parte de Mind Do, en el país se han desarrollado otras herramientas similares. Tal es el caso de la aplicación móvil Quiziz Universidades Costa Rica.

Disponible en la url: http://www.nacion.com/tecnologia/informatica/Plataforma-Mind-Do-examenes-universidades_0_1625637452.html

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¿Qué debemos aprender de las pasadas investigaciones en Tecnología Educativa?

Julio Cabero Almenara

Universidad de Sevilla cabero@us.es

RESUMEN
La Tecnología Educativa (TE) ha sido una de las disciplinas de la Ciencias de la Educación que más ha evolucionado en el terreno de las Ciencias de la Educación, aunque también debemos reconocer que en los últimos tiempos se ha dado un cierto retroceso de sus principios, que afortunadamente se está superando, por su equiparación desde ciertos sectores con la aplicación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). En su evolución han intervenido diferentes acontecimientos que van desde las transformaciones ocurridas en las corrientes psicológicas que tradicionalmente la han fundamentado, la significación adquiridas por las TIC en la sociedad del conocimiento con la aparición constantes de tecnologías emergentes, el reclamo de ampliación de su fundamentación teórica, y el asumir que no es algo monolítico y por tanto transferible y aplicable en cualquier contexto. Lógicamente estas transformaciones también han repercutido en las visiones existentes sobre su investigación, encontrándonos con un aumento no solo en su producción y temáticas, sino también, en un cambio de paradigmas, metodologías, perspectivas, preguntas de investigación y agenda de investigación. Para analizar su investigación en el artículo se pretenden responder a dos preguntas: ¿qué debemos aprender de los pasados estudios de investigación en TE? y ¿cómo abordar las futuras investigaciones en TE?

PALABRAS CLAVES
Tecnología Educativa; Investigación en Tecnología Educativa; Investigación en TIC; errores pasadas investigaciones en TE;
ABSTRACT
Educational Technology (ET) has been one of the disciplines of Education Science that has progress in the educational area, however we must also recognise that in las times, there has produced some retraces in their principles with fortunately and getting past by their comparison from determinate sectors with the application of Information and Communication Technology (ITC). In its evolution have participate different success ranging from transformations happened in psychological currents that traditionally have been based the significance acquired by ICT in knowledge society with the constant development of emerging technologies, the strategy of extension of its theoretical foundation, and assume it is not monolithic and so transferable and applicable in anyone context. Logically these changes have also
affected their views about these researches, finding not only an augmented in production and themes, but also a change of paradigms, methodologies, perspectives, research questions and research agenda- To analyse their research in this article aims to answer two questions: what must we learn from past research studies in ET? And how will be to address future research in ET?
KEYWORDS
Educational Technology; Research in Educational Technology; Research ICT research TE past mistakes.

1. UNAS REFERENCIAS INICIALES
La Tecnología Educativa (TE) ha sido una de las disciplinas de la Ciencias de la Educación que más ha evolucionado en el terreno de las Ciencias de la Educación, aunque también debemos reconocer que en los últimos tiempos se ha dado un cierto retroceso de sus principios, que afortunadamente se está superando, por su equiparación desde ciertos sectores
con la aplicación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

Debemos reconocer desde el principio que la visión sobre la TE se ha ido moviendo desde el principio en dos grandes visiones: la aplicación de los medios y el diseño de la instrucción (Cabero, 2001 y Cabero, Barroso y Llorente, 2015) y digámoslo ya ello ha repercutido para que estas dos visiones existan también en su campo de investigación (Kirschner y Kester, 2016).

Nosotros (Cabero, 2001) buscando una aproximación adaptada, por una parte a nuestro contexto científico de las ciencias de la educación, y por otra con la incorporación de las nuevas visiones que sobre ella estaban apareciendo llegamos a señalar que el diseño de situaciones de aprendizaje, y más concretamente de situaciones mediadas, es el campo de acción de la TE. Pero asumimos que tal diseño debe referirse no a productos finalistas, sino fundamentalmente a los procesos seguidos. Desde este sentido, la tecnología no es transferible como producto lineal, sino lo que podría transferirse son los procesos tecnológicos de diseño, procesos que en todo momento deberán revisarse y adaptarse a los contextos concretos en los que quiera aplicarse, de forma que sirva para «resolver», o por lo menos replantear, los problemas allí surgidos.

En su evolución han intervenido diferentes acontecimientos que van desde las transformaciones ocurridas en las corrientes psicológicas que tradicionalmente la han fundamentado (Cabero, 2001, Cabero y Llorente, 2015), la significación adquiridas por las TIC en la sociedad del conocimiento con la aparición constantes de tecnologías emergentes (Cabero, 2016), el reclamo de ampliación de su fundamentación teórica, y el asumir que no es algo monolítico y por tanto transferible y aplicable en cualquier contexto (Cabero, Barroso y Llorente, 2015).

Lógicamente estas transformaciones también han repercutido en las visiones existentes sobre su investigación, encontrándonos con un aumento no solo en su producción y temáticas, sino también, en un cambio de paradigmas, metodologías, perspectivas, preguntas de investigación y agenda de investigación (Barroso y Cabero, 2010; Cabero, 2014).

Este aumento de su investigación ha sido puesto de manifiesto por diferentes autores, así por ejemplo Hsu, Hung y Ching (2013), al realizar un análisis de los artículos de investigación publicados en seis de las revistas más significativas relacionadas con la TE incluidas en el Science Citation Index Social entre 2000 y 2010, llegan a la conclusión que su volumen ha ido aumentando progresivamente, identificándose temáticas estables, en aumento y en disminución, que se presentarán en el último apartado del artículo. A conclusiones similares llegan López, Vázquez y Sarasola (2015), cuando realizan un estudio bibliométrico de la revista especializada en TE y en la aplicación de las TIC a la práctica educativa como “Pixel-Bit, Revista de Medios y Educación”, dato que es extrapolable a otras revistas españolas: “Comunicar”, “Edutece”, o “RUSC”.

Tal aumento puede ser también observado en los diferentes metaanálisis que sobre la investigación en TE en general, o de alguna tecnología en particular, se vienen realizando en los últimos tiempos (Cabero y otros, 2009; Hsu, y otros, 2012; Edward y Borup, 2014; Bulfin, Henderson, Johson, y Selwyn, 2014).

De todas maneras, no estaría mal reconocer desde el principio que, junto con este avance volumétrico de investigaciones, los resultados no han sido siempre muy significativos para aumentar el conocimiento científico respecto a la integración de las TIC en la práctica educativa. Como señala Gros (2012, p.2): “Los estudios sobre el uso de las TICs para el aprendizaje forma parte de un ámbito de estudio amplio y multidisciplinar en el que se combinan miradas e intereses muy diversos. No obstante, muchas de las investigaciones comparten un mismo problema: no proporcionan respuestas suficientes que permitan analizar y diseñar las prestaciones tecno-pedagógicas adecuadas para favorecer el aprendizaje. Además, tampoco se aprecia una investigación acumulativa y, a menudo, se tiene la sensación de estar siempre formulando las mismas preguntas.» Por su parte Surry y Baker (2016), nos llaman la atención respecto a que los investigadores deben evitar métodos simplistas o superficiales utilizados tradicionalmente para estudiar las complejas relaciones de interdependencia entre la tecnología y las personas. Abogando por estudios etnográficos longitudinales que examinen las interacciones complejas que se producen entre las personas y las tecnologías dentro de las organizaciones educativas, al mismo tiempo recomiendan los estudios de caso en la aplicación de nuevas tecnologías, analizar el impacto de las nuevas tecnologías en los usuarios finales, plantear la inclusión o exclusión de diversos grupos interesados en la toma de decisiones tecnológicas, y no olvidar el estudio de las consecuencias no deseadas que pueden aparecer en la utilización de las tecnologías.

En su evolución no podemos olvidarnos que se han pasado por diferentes estadios, que han ido desde los estudios comparativos, el análisis de los atributos estructurales de los medios, el estudio de los atributos simbólicos y las interacciones que se establecen con los estudiantes, la significación adquirida por las actitudes hacia los medios, la importancia de los contextos para la concreción de las tecnologías, el estudio de las estrategias de aplicación de los medios, los criterios que los profesores aplican para la incorporación de las TIC, y la incorporación de las TIC desde la perspectiva sociocrítica. (Barroso y Cabero, 2010; Cabero,2014).

Evolución que nos ha llevado que frente a las preguntas iniciales dirigidas todas en la línea “de si el medio x produce más aprendizaje que el medio y”, se han formulados otras más interesantes de cara a la comprensión del funcionamiento psicológico, didáctico, organizativo y social de las tecnologías, como las siguientes:

• ¿Cómo diseñar los recursos didácticos para que se adecuen a las características de los estudiantes?
• ¿Cómo facilitar un enriquecimiento cognitivo de los estudiantes mediante el diseño de tecnologías de formas específicas?
• ¿Cómo crear escenarios enriquecidos de aprendizaje?
• ¿Cómo comprender la significación que los contextos, virtuales o analógicos, tienen en el comportamiento psicoeducativo de los medios?
• ¿Qué actitudes presentan los docentes y discentes respecto a las TIC y cómo las mismas repercuten en la interacción que establecen con ellas?
• ¿En qué criterios los docentes se apoyan para tomar decisiones respecto a la incorporación de las TIC a la práctica educativa y hacia formas concretas de movilización en la enseñanza?
• O, ¿cómo los medios construyen y crean un imaginario social, y potencian diferentes visiones de la realidad creando una “realidad medida”?

Realizados estos comentarios indicar que en el presente artículo, trataremos dos aspectos específicos: ¿qué debemos aprender de los pasados estudios de investigación en TE? y ¿cómo abordar las futuras investigaciones en TE? Y para ello retomaremos algunas de las ideas expuestas en otros trabajos (Barroso y Cabero, 2010; Cabero 2014 y 2016). Pero antes nos gustaría señalar las palabras de Salinas (2012, p.3), cuando indica que “La agenda de investigación en nuestro campo, relacionada con el uso y las posibilidades de las TIC en educación, se caracteriza por experimentar un ritmo acelerado en las novedades y temas emergentes, por ofrecer un gran abanico de elementos de interés, también por estar fuertemente influenciado por las modas, y al mismo tiempo puede ocurrir que no se esté prestando la debida atención a valor y rigor de las investigaciones”.

2. ¿QUÉ DEBEMOS APRENDER DE LOS PASADOS ESTUDIOS DE INVESTIGACIÓN EN TE?

El análisis de la evolución de la investigación en TE (Barroso y Cabero, 2010), de diferentes metaanálisis de investigación (Castaño, 2004; Area, 2005), de revisión de las investigaciones producidas en diferentes revistas (Hsu, y otros, 2012; Edward y Borup, 2014), de la revisión de investigadores del campo (Bulfin, Henderson, Johson, y Selwyn, 2014), y los estudios sobre sus tendencias y agendas futuras de investigación (Mihalca y Miclea, 2007; Ross, Morrison, y Lowther, 2010; Hung, 2012; Hung y Zhang, 2012; Hsu, Hung, y Ching, 2013; Kirschner y Kester, 2016), han resaltado diferentes aspectos sobre los que se debe reflexionar a la hora de llevar a cabo investigaciones en este campo.
Y que podemos concretar en las siguientes:
• Superar el modelo comparativo de medios.
• Falta de fundamentación teórico.
• Combinación de diferentes metodologías y técnicas y estrategias de investigación.
• Tendencia hacia los estudios sistémicos.
• Ampliación de los informantes.

2.1. Superar el modelo comparativo de medios
Un modelo de investigación que ha imperado bastante tiempo en la investigación en TE, y que sigue aun imperando, ha sido el comparativo, que viene marcado por la formulación de un tipo de pregunta: ¿si el medio “x” es mejor que el medio “y”? o dicho en otros términos ¿si con el medio “x” los alumnos alcanzan más aprendizajes y mejoran resultados con el medio “y”? Preguntas realizadas en dos direcciones: a) para comprobar si el nuevo medio incorporado en el contexto educativo era más potente para que los alumnos adquirieran el recuerdo de la información que el tradicional al uso, y b) si la nueva tecnología, era más eficaz que el docente para transmitir información.

Diversos son los problemas que presentan este tipo de estudios, que tienden hacerlas ineficaces:

• El tipo de estudio. Normalmente realizado bajo la modalidad de un grupo control y otro experimental, que son estudios elementales desde el punto de vista de la metodología experimental, algunos autores (Arnal, del Rincón y Latorre, 1992; Ato y Vallejo, 2015) los encuadran como diseños cuasiexperimentales, y que requieren fuerte control de
determinadas variables extrañas (características sociales de los estudiantes, características psicológicas, niveles de conocimientos previos,…) que pueden repercutir en los resultados que se alcancen. Sin olvidarnos de todo el conocimiento conceptual que hemos ido adquiriendo para comprender que la forma en la cual se utiliza una tecnología repercute sobre los resultados que se alcancen o la influencia del papel desempeñado por el docente (Cabero, 2014).

• Falta de control del “efecto novedad”. La experiencia demuestra que cuando se introduce una “novedad” en la práctica educativa, la atención de los alumnos es capturada con más facilidad: curva de atención que conforme el medio es introducido en la práctica educativa disminuye y se asienta en su grado real de potencialidad del medio. Este aumento de interés por cualquier tecnología en los momentos iniciales en los cuales utilizaos una tecnología en la práctica educativa, podemos observarlo al analizar los diferentes hiperciclos elaborados anualmente por la empresa Gartner referidos a la aceptación de cualquier tecnología, y que pone claramente de manifiesto que la admisión de cualquier tecnología no es nada estable, y pasa por diversas fases y momentos, que denominan como: lanzamiento de la tecnología, pico de exceptivas sobredimensionados abismo de la disolución, rampa de consolidación y meseta de productividad. En la figura nº 1, el lector puede observar cómo ha ido desplazándose los MOOC por las diferentes fases en su evolución histórica.

Señalar que la única forma de controlar el “Efecto novedad”, es introducir la tecnología en clase un período anterior a comenzar la parte experimental de la realización del estudio.
• También nos hemos encontrado que muchas veces los estudios comparativos lo que hacen es transformar los contextos educativos y la práctica docente, y adaptarla a las características y potencialidades de la nueva tecnología que se desea introducir en la enseñanza. Cometiéndose un error en la interpretación de los resultados, ya que lo que no se están comparando son dos tecnologías, sino dos prácticas y acciones diferentes de enseñanza. Una, posiblemente centrada en una enseñanza tradicional y otra innovadora, adaptada a las potencialidades técnicas y sémicas que posee la nueva tecnología que se desea incorporar en la enseñanza.
• Por otra parte, muchos de los estudios comparativos entre la enseñanza presencial y la apoyada en nuevas tecnologías, han puesto claramente de manifiesto que no hay diferencias significativas, y ello se debe a que la utilización de las tecnologías lo que nos lleva a alcanzar aprendizajes nuevos y diferentes a los mostrados con las prácticas educativas presenciales. Como señala Gros (2012, p.2): «Después de treinta años de investigación, todavía hay una ingenua suposición de que la tecnología por sí misma mejora el aprendizaje. Por ello, es frecuente encontrar trabajos sobre las TIC en educación sustentados sobre un enfoque muy ingenuo que considera que la tecnología transforma las prácticas educativas. También hay investigadores que se sitúan en el otro extremo y creen que la tecnología es una simple “herramienta” que facilita ciertas prácticas pero que lo importante es la metodología». En este sentido debemos ir superando las visiones del solucionismo tecnológico que ha imperado e impera en la tecnología educativa (Morozov, 2015).
• La poca significación de los resultados alcanzados con estos estudios, viene algunas veces del hecho de olvidamos que los contextos donde las tecnologías se incorporan, así como las características psicológicas y cognitivas de los estudiantes son determinante de los resultados alcanzados. Ya tradicionalmente Hartley y Bendixen (2001), reclamaban que frente a los estudios comparativos de medios y métodos que se estaban realizando, se deberían adoptar decisiones para considerar en las nuevas investigaciones las diferencias individuales. Diferencias individuales que pueden ir desde los estilos de aprendizaje de los alumnos, sus estilos cognitivos, o su capacidad para la autorregulación del aprendizaje.
• Y, por último, el no olvidarnos que el docente es el elemento clave a la hora de concretar el medio en el contexto educativo. Él con sus actitudes, creencias, tomas de decisiones sobre el medio, pragmática de uso y formación; determinará la concreción que se haga de la tecnología en la enseñanza.

No nos gustaría finalizar estos comentarios a los estudios comparativos se refiere a que los que sí tienen sentido llevar a cabo son aquellos que tratan de analizar las posibilidades de puesta en acción de una estrategia concreta de utilización sobre dos tecnologías específicas; éstos para nosotros si tienen sentido pues pretenden indagar sobre su adaptación en función de las características técnicas y sémicas que posee cada tecnología, y como con ellas se pueden crear escenografías mediáticas de comunicación específicas.

2.2. Falta de fundamentación teórica
Uno de los errores que se suele cometer en la investigación en TE, ha sido el limitado interés que los investigadores han mostrado hacia la fundamentación teórica de las decisiones adoptadas en la investigación, tanto en lo referido a los aspectos metodológicos como a la justificación de las acciones realizadas respecto a la puesta en acción o el diseño utilizado con la TIC concreta investigada. Como señalan Phillips, Kennedy y McNaught (2013), una de las críticas constantes de la investigación en el e-learning, y que nosotros extendemos a la investigación en TIC en general, ha sido que a menudo se llevan a cabo sin una fuerte base teórica.

Bulfin, Henderson, Johson, y Selwyn (2014), tras señalar que una de las críticas que se les ha realizado a los estudios académicos de la TE es que se caracterizan por ser metodológicamente limitados. Con el fin de probar esta hipótesis, llevan a cabo un estudio de investigación de 462 «activos» los investigadores académicos que trabajan en las amplias áreas de la TE y los medios educativos, explorando su familiaridad y experiencia con diferentes métodos de recolección y análisis de datos. Las conclusiones a las que llegan en su estudio ponen de manifiesto una preferencia por formas relativamente básicas hacia los estudios descriptivos de investigación, junto con la falta de capacidad de recopilación de datos cuantitativos y técnicas avanzadas de análisis de análisis de datos. El documento concluye con algunas direcciones para «fomento de la capacidad metodológica» para ampliar el uso de métodos de investigación en tecnología educativa.

Lo comentado lleva a reclamar que es absolutamente necesario que toda investigación comience con una fuerte revisión de las investigaciones y los estudios realizados. En nuestro caso, bien sobre la tecnología objeto de nuestro estudio, o del problema de investigación, para ello puede ser de utilidad acceder a repositorios de artículos como son por ejemplo:
“Researchgate” (https://www.researchgate.net/home), “Academia.edu” (https://www.academia.edu/), “Mendeley” (https://www.mendeley.com/), o el “Depósito de Investigación de la Universidad de Sevilla” (https://idus.us.es/xmlui/); o a curadurías de contenidos como “Scoop.it” (http://www.scoop.it/); sin olvidarnos por supuestos de las revistas más singulares de nuestro campo (“British Journal of Educational Technology”, “Computers y Education”, “Journal of Educational Technology and Society”, “Pixel-Bit. Revista de Medios y Educación”, “RUSC”, “Comunicar”, “Educational Technology Research & Development”, “Revista de Educación a Distancia Iberoamericana”, “Edutec”, “Innovations in Education and Teaching International”, “Journal of Computer Assisted Learning”, “EDMETIC” …). O a bibliotecas virtuales de determinados grupos destinados a la TE como el “Grupo de Tecnología Educativa” de la Universidad de Sevilla (http://grupotecnologiaeducativa.es) o el “Grupo de Investigación en Tecnología Educativa” de la Universidad de Murcia (http://www.um.es/gite/proyectos.htm).

Posiblemente esta baja fundamentación teórica repercuta sobre la baja utilidad de muchas de las investigaciones en este campo a la que alude Tejedor (2008).

2.3. Combinación de diferentes metodologías y técnicas y estrategias de investigación
Otra de las críticas más significativas realizada a la investigación en TE (Castaño, 1994; Barroso y Cabero, 2010; Salinas, 2012; Cabero, 2014) ha sido la poca variabilidad de diseños y metodologías que en ella se han empleado. Soliendo tender este tipo de investigación hacia los estudios descriptivos y comparativos como ya hemos señalado anteriormente. Aspecto que ha llevado a diferentes autores (Reeves, 2000; Barroso y cabero, 2010; Cabero, 2014; Surry y Baker, 2016) a que se amplíen las técnicas y metodologías de investigación aplicadas en este campo, utilizando estudios longitudinales, combinando métodos cuantitativos y cualitativos,.., y a aumentar las técnicas e instrumentos de recogida de información juicio de expertos, técnica  Delphi, diferencial semántico de Osgood, grupos de discusión, entrevista, técnica del análisis de contenido, observación, diarios,…

Este cambio de orientación metodológica, puede también observarse en la transformación de los interrogantes y preguntas realizadas en la investigación, que comienza a superar el recuerdo de la información por los alumnos cuando están expuestos a las experiencias mediadas, y empiezan a alcanzar otras variables, como son: las actitudes mostradas hacia las TIC, la significación de los estilos de aprendizaje, los niveles de satisfacción mostrado cuando se interacciona con las TIC, la adquisición de competencias digitales, los niveles de alfabetización múltiples, el grado de satisfacción mostrado en la interacción con ellas. Con esto no se quiere señalar que nos olvidemos de analizar las influencias de formas concretas de utilizar o diseñar las tecnologías en el rendimiento o el recuerdo de la información alcanzado
por el estudiante.

También las variables independientes contempladas en los estudios se han visto transformadas en los últimos tiempos, y el usual recuerdo de la información, se ha visto ampliada con otras como son: los estilos de procesamiento de la información, las actitudes hacia las tecnologías concretas, el grado de aceptación de las tecnologías, …

2.4. Frente a los estudios unidireccionales tender a los estudios sistémicos
Otra de las transformaciones nos la encontramos, en el cambio de los estudios unidireccionales donde se contemplan una única variable a analizar, hacia los estudios sistémicos que buscan la interacción de diferentes tipos de variables. En este sentido Conole y Oliver (2007) propusieron un modelo de investigación donde se pudiera analizar de forma
interactiva cuatro grandes tipos de variables: pedagógicas, técnicas, organizativas y socioculturales.

2.5. Ampliación de los informantes
Desde nuestro punto de vista uno de los errores cometido ha sido centrarnos exclusivamente en los estudiantes y docentes como informantes para recoger información sobre el impacto de las tecnologías. Pero dichos informantes desde nuestro punto de vista deben ser ampliados a los técnicos existentes en las instituciones educativas sobre todo en las universitarias, responsables de centros de producción de TIC para la enseñanza, administradores de centros, investigadores centrados en el terreno de la TE y las TIC, … Como ha demostrado el modelo TAM de adopción de las tecnologías, el prestigio que ciertas personas tengan para los usuarios determina el grado de la adopción de una tecnología por la persona (Davis, 1989; Teo y Noyes, 2011; López Bonilla y López Bonilla, 2011; Arenas, PeralPeral,
y Ramón-Jerónimo, 2014).

Para finalizar este apartado bien podría servirnos como síntesis de lo expuesto, las aportaciones y propuestas realizadas por diferentes autores como Salomon (1991), Thompson y otros (1992) y Cabero (2007), respecto a las experiencias adquiridas de las pasadas investigaciones en tecnologías, y que deberemos contemplar a la hora de realizar nuevos estudios.
• No olvidarnos que el alumno es un procesador activo y consciente de información y que, por tanto, tan importante puede ser analizar lo que el medio hace con el alumno, como lo que el alumno hace con el medio.
• Asumir que el aprendizaje mediado no se produce en el vacío sino en un contexto complejo e incierto, aunque este sea el del ciberespacio.

• Los efectos de los medios no son unidireccionales y exclusivamente sobre el recuerdo y retención de la información, sino que alcanzan a diferentes dimensiones, tanto de la persona, como de la estructura organizativa y el clima donde la tecnología se inserta.
• No querer siempre partir de cero y por tanto, no olvidarnos de los descubrimientos obtenidos en las investigaciones con otras tecnologías que pueden sernos de extraordinaria valía para el diseño de las nuevas tecnologías que se están acercando al terreno de la formación.
• No sólo procurar conocer las posibilidades que los entornos tecnológicos tienen para el rendimiento y el recuerdo de la información, sino también para el desarrollo de procesos cognitivos de orden superior.
• Pensar que las TIC lo que potencian con su utilización son entornos diferenciados de interacción, por tanto, analizar las consecuencias divergentes que las mismas introducen, y como ellas pueden ser facilitar el aprendizaje, la interacción y la colaboración de los que allí participan.
• No olvidemos las posibilidades de fundamentación que podemos adquirir desde la “Mass Communication Research” y las reflexiones que nos aporta para comprender el papel sociológico que juegas las TIC, como configuradoras de una nueva realidad social.

3. ¿CÓMO ABORDAR LAS FUTURAS INVESTIGACIONES EN TE?

De lo presentado hasta el momento ya se pueden desprender algunos comentarios para abordar acciones de investigación en TE que sean fructíferas, de calidad y que se orienten en las nuevas visiones que están apareciendo sobre ella. Y como señala Salinas (2012) cuando llama la atención respecto a si en el ámbito de la investigación en TE, debemos realizar investigaciones básicas para construir teorías generalizables o aplicadas para resolver problemas específicos, concretos. “No se trata tanto de una investigación empírica, cuantitativa orientada a la generalización de resultados, como de una investigación con implicaciones sobre la práctica, cuyo énfasis es la solución de problemas y la construcción de conocimiento dirigido al diseño, desarrollo y evaluación del proceso educativo, así como a desarrollar principios y orientaciones para futuras investigaciones y que cada día acumula mayor respaldo.” (Salinas,2012, p.6).

Y en este debate, el profesor Salinas señala la matriz de investigaciones propuesta por Stokes (1997) que denominó “Cuadrante de Pasteur” (fig. nº 2).

En esta matriz la investigación se coloca en cada uno de los cuadrantes dependiendo de si el investigador está buscando
conocimiento fundamental o no y si está implicado o no con los usos prácticos de los resultados de investigación o no. Para ilustrar el esquema Stokes pone como ejemplos las investigaciones dirigidas por el físico danés Niels Bohr quién buscó conocimiento puro sobre la estructura del átomo sin implicarse en la aplicación práctica (cuadrante 1). La investigación dirigida por el inventor americano Thomas Edison, quién buscó resolver problemas prácticos mediante el desarrollo de tecnologías innovadoras mientras no expresó interés en publicar sus resultados de aprendizaje (cuadrante 4). Stokes sitúa la investigación del químico francés Louis Pasteur quién buscó conocimiento fundamental en el contexto de resolver problemas prácticos en el cuadrante 2. Como señala Salinas (2012, p.7): “A pesar de que Stokes dejó el cuadrante 3 para quienes no buscan ni conocimiento fundamental ni consideran su uso, vacío, gran parte de la investigación desarrollada en el ámbito de las tecnologías y la educación (lo mismo que otras investigaciones sobre educación) caen en el cuadrante estéril, al ser, en gran parte, desarrolladas y publicadas solamente para el avance de las carreras académicas ante la presión de publicar o perecer.”

Al adentrarnos en las problemáticas futuras de la investigación en TE y TIC, lo primero a señalar es que la misma puede abordarse desde cualquiera de las áreas pedagógica, organizativa y tecnológica (Salinas, 2004, 2008; Redecker y otros, 2009) que comprenden el terreno de las Ciencias de la Educación, por las apuntadas por Conole y Oliver (2007), desdeuna perspectiva psicológica, o desde el campo de la economía, analizando aspectos de costo, costo-efectividad y relación costos beneficios (Latchem, 2014), aunque estos estudios debemos reconocer que no son muy usuales.

Investigaciones que han venido marcadas por la tecnología imperante y por la moda metodológica utilizada en la investigación (Hsu y otros, 2012; Hsu, Hung y Ching, 2013; y Edward y Borup, 2014). En este último caso nosotros pensamos que de tanta utilidad son las metodologías cuantitativas como cualitativas, lo que es verdaderamente necesario es que la aplicación de la misma en una investigación esté bien justificada y aplicada.

Fig. nº 2. “Cuadrante de Pasteur” de Stokes (1997).
.
Nosotros a lo largo de diferentes trabajos (Cabero y Barroso, 2010; Cabero, 2014; Cabero, aBrroso y Llorente, 2015), hemos apuntado diferentes líneas y problemáticas de investigación que podrían abordarse en el futuro, algunas de las cuales exponemos a continuación:
• Estrategias de formación del profesorado para el uso técnico, sémico y didáctico de los medios.
• Utilización de las TIC para sujetos con necesidades educativas especiales.
• Interacción que el sujeto establece con los nuevos canales de comunicación y con la web 2.0.
• Utilización de los medios para la creación de contextos significativos de aprendizaje (p.e. aprendizaje cooperativo, aprendizaje situado, aprendizaje aumentativo…).
• Análisis de la dimensión organizativa para la introducción de las TIC.
• Transferencia de información vía medio.
• Realización de entornos de telemáticos de formación flexibles y bajo el concepto “justin-time”.

• Estudios sobre la significación social de las tecnologías. Brecha digital.
• Currículum oculto en las nuevas tecnologías – Valores que transmiten las TIC.
• Análisis de la dimensión organizativa para la introducción de las TIC.
• Estudios económicos preocupados en el análisis coste-beneficio de incorporación de las TIC.
• Género e interacción con TIC (Tecnofeminismo).
• La construcción social del conocimiento a través de las TIC (Redes sociales)
• Impactos sociales, culturales y psicológicos de los medios.
• Analizar las posibilidades educativas de nuevas tecnologías como por ejemplo la web semántica, los entornos personales de aprendizaje, la realidad aumentada, o la gamificación.

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Cabero, J. (2016). Tendencias para el siglo XXI. Madrid: Ediciones CEF.
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Fuente: http://revistas.um.es/riite/article/view/256741/195591

Imagen tomada de https://pixabay.com/p-368716/?no_redirect

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Las buenas prácticas educativas mediadas por las TIC como impulso de la participación real

Por: Isidro Moreno

Deberían hacer que elementos como la solidaridad, la justicia social o la capacidad de exigir y decidir fueran las principales herramientas de aprendizaje.

Entendemos por buenas prácticas educativas con TIC la respuesta que damos ante situaciones de aprendizaje poniendo a nuestra disposición herramientas tecnológicas para el desempeño de un trabajo cooperativo; creando, de este modo, entornos colaborativos de aprendizaje. Esta acción contribuye en buena medida al enriquecimiento del sujeto en un primer momento y, posteriormente, al desarrollo del aprendizaje colectivo, estableciendo redes de comunicación e interacciones capaces de generar conocimiento. En este sentido facilitar el aprendizaje en red debería ser una de las funciones principales de la escuela del siglo XXI.
A nuestras aulas llegan con más asiduidad estudiantes de los denominados “nativos digitales”, jóvenes que manejan los artefactos y dispositivos digitales con una destreza intuitiva y casi innata lo que, en ocasiones, les sitúa en un plano de especialización considerable. Sin embargo, adolecen de una falta de reflexión crítica sobre los medios, unas veces por la imposibilidad de acceder a los contenidos; otras, por desconocimiento de las posibilidades de la tecnología del medio. La mayoría de las veces carecen del conocimiento suficiente acerca de las implicaciones en materia educativa, social o profesional.

Es ahí donde las buenas prácticas educativas pueden cumplir su función, básicamente en cuatro ámbitos: social, actuando sobre valores culturales con el fin de eliminar las diferencias sociales y promover al mismo tiempo la aceptación de la diversidad como valor de la identidad personal y colectiva; educativo, favoreciendo la mejora de destrezas y capacidades cognitivas, facilitando el desarrollo de procesos de aprendizaje y sirviendo como recurso para la construcción del conocimiento; tecnológico, desarrollando competencias tecnológicas e implementando la capacidad de plantear y solucionar problemas, y, finalmente, el ámbito de la innovación y creatividad, activando la imaginación creadora con el fin de reelaborar y transformar procesos buscando la originalidad y nuevas posibilidades que sean de utilidad.

Plantear procesos de buenas prácticas educativas con TIC en el aula conlleva la articulación de un sistema metodológico participativo que capacite, por una lado, al estudiante para desarrollar un aprendizaje autónomo y de colaboración y, por otro, que sitúe al profesorado como facilitador de los procesos del manejo crítico de la información y de la creación de los propios significados.

Estos procesos, a su vez, deben sustentarse en una triple vía de utilización de las TIC o de los medios tecnológicos a nuestro alcance. La primera será la de contemplar los medios como un recurso didáctico, sobre todo, como fuente de conocimiento y de información, como es el caso de Internet, dotándonos al mismo tiempo de elementos suficientes para un análisis crítico de los mensajes y de los contenidos.

La segunda, como un medio de expresión y comunicación, sería la respuesta a la necesidad de relacionarnos y dar a conocer nuestras producciones. De este modo se promueve el desarrollo de distintas formas propias de representación con la utilización de lenguajes apropiados, al tiempo que se facilita la difusión del conocimiento. Los medios tecnológicos han de ser herramientas que permitan la búsqueda de nuestras propias formas de representación y estas a su vez han de facilitar diversas formas de expresión. En este sentido, entendemos la expresión como la manifestación de procesos de reflexión motivados a su vez por la percepción multisensorial, la capacidad de conceptuación y la experiencia de cada persona. En la expresión se integra lo percibido y lo experimentado para proyectarlo transformado.

Es, pues, un proceso creativo que pone en marcha mecanismos de transformación y de búsqueda de nuevas posibilidades -originalidad- con la intención de comunicar.

La tercera, como soporte para el trabajo cooperativo, diseñando y desarrollando materiales y recursos para la creación de entornos colaborativos de aprendizaje.

En fin, las buenas prácticas educativas mediadas por las TIC deberían impulsar la participación real y activa en todos los ámbitos sociales, procurando hacer de la solidaridad, la comunicación, la justicia social, el respeto a otras culturas, la convivencia pacífica y la capacidad de decidir y exigir las principales herramientas de un aprendizaje que permita articular lo global desde lo local, reconstruir el conocimiento y reelaborar críticamente la realidad mediática.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/23/las-buenas-practicas-educativas-mediadas-por-las-tic-como-impulso-de-la-participacion-real/

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La pregunta: ¿cómo hacer relevante la escuela?

por: Blanca Heredia

Hoy, en México y en el mundo, muchos se preguntan cómo lograr que las escuelas puedan ofrecerles más y mejores conocimientos, habilidades y oportunidades de desarrollo a todos alumnos. Un grupo muy vocal e influyente argumenta que la clave está en elevar la calidad de sus maestros. Otros abogan por factores adicionales y muy diversos que van desde atajar la desintegración familiar hasta mejorar la infraestructura escolar, diseñar planes de estudio, estrategias, y materiales pedagógicos más pertinentes para la empleabilidad, pasando por reducir número de alumnos por maestros, mejorar las relaciones al interior del aula, y/o incorporar más tecnología y uso más apropiado de esta, entre otros.

A pesar de su gran diversidad, la mayoría de las propuestas disponibles para mejorar la calidad de la escuela comparten dos elementos centrales. Primero, la premisa según la cual ésta sigue teniendo un lugar central en nuestras sociedades y, sobre todo, una función y un significado social claro, inteligible y, más o menos compartido, para los diversos actores que participan en ella. Segundo y basado en lo anterior, un énfasis común en lo instrumental. Es decir, en las acciones requeridas para mejorar la capacidad de los centros escolares –entendidos como centrales y dotadas de una función social clara para todos– para producir mejores aprendizajes.

Se entiende que si uno ya sabe en qué radica la importancia de la escuela y para qué sirve esta, no tenga sentido preguntárselo y sea lógico concentrarse en los “cómos”. El problema es que estamos ante una situación en la que las respuestas heredadas y conocidas frente a las preguntas de ¿por qué y para qué la escuela? están haciendo agua por todas partes.

Basten, al respecto, unos cuantos indicios de hasta qué punto el lugar social de la escuela, durante muchísimo tiempo asumido colectivamente como claro, central y permanente, está en entredicho en la actualidad.

o Crisis de todas las figuras y referentes de autoridad en una gran cantidad de sociedades. Esta tendencia global ha venido erosionando las relaciones tradicionalmente jerárquicas al interior de las escuelas y las familias y, al mismo tiempo, está haciendo difícil la posibilidad de generar nuevas formas de autoridad entre generaciones y personas con diferentes roles. Como resultado de ello, se observan dificultades crecientes para construir relaciones entre alumnos y maestros, entre maestros y directivos, así como entre padres de familia, docentes y autoridades escolares mínimamente funcionales para hacer posible la convivencia ordenada y civilizada, así como procesos de enseñanza–aprendizaje efectivos al interior de los centros escolares.

o Niños y jóvenes que pasan hoy más tiempo conectados al internet que en el salón de clases. En México, según el Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México, 2016, 7 horas con 14 minutos diarios en promedio para el conjunto de los internautas mexicanos (59% de la población total), más de la mitad de quienes se ubicaban entre los 13 y 34 años en 2015. En muchos otros países situación similar: alumnos más horas en el internet que en la escuela… y creciendo.

o Estudiantes, en México y muchos otros países, para quienes acumular años de escolaridad no se traduce necesariamente en un empleo seguro o en un mejor salario. Ello, en parte por carencias de las escuelas, pero también y sobre todo, porque, debido a la internacionalización económica y la automatización de un número creciente de empleos, no se están produciendo –en buena parte del mundo– la cantidad y calidad de puestos de trabajo requeridos para incorporar productivamente al mercado laboral a los jóvenes que egresan de los distintos niveles de la educación formal.

¿Resultados de todo lo anterior? Más y más alumnos “desengachados” de lo que ocurre en sus aulas, creciente abandono escolar, más embarazos adolescentes, más violencia en los lugares históricamente diseñados para producir civilidad, y “aprendizajes” no sólo deficientes, sino carentes de un significado compartido y un valor reconocible.
Para atender los desafíos que enfrenta en la actualidad la enseñanza escolarizada resulta de la máxima prioridad hacernos cargo de que la pregunta central no es cómo mejorar la escuela (suponiendo que ya sabemos para qué sirve), sino cómo hacerla relevante, especialmente para los que la viven y la construyen cotidianamente, juntos.

Esa pregunta puede hacerla cada maestro y cada directivo. Como lleva haciéndolo, con enorme creatividad, pasión e inteligencia, Lila Pinto, directora de la escuela Maguen David en la Ciudad de México, como condición de posibilidad, de una transformación educativa integral y de fondo. En concreto, preguntándole a los alumnos y a los docentes de su escuela qué los mueve, qué los inquieta como seres humanos más allá de la escuela, pues sólo desde ahí es posible reimaginar una escuela que tenga sentido para aquellos que la habitan.

En México y en el mundo hay muchos directores y maestros como Lila, pero todavía son insuficientes. Necesitamos muchos más de ellos para que las escuelas, en lugar de seguirse desfondando, sean espacios privilegiados para humanizarnos, reconocernos y aprender a convivir unos con otros, y para darnos los saberes y las destrezas para construir vidas que valgan la pena y tengan sentido tanto en lo individual como en lo colectivo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-pregunta-como-hacer-relevante-la-escuela/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/03/nuño-visita-escuela3-e1462818202454.jpg

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