Es incuestionable el aporte de Antonio Gramsci, no solo al campo del marxismo del siglo XX, sino al pensamiento político en el amplio campo de las ciencias sociales y humanidades. El Trabajo Social latinoamericano ha incorporado, tanto para el análisis de sus propios fundamentos y trayectoria histórica, así como en sus procesos de formación e intervención profesional, diferentes conceptos del pensamiento gramsciano que han servido para interpretar las complejas dinámicas de las relaciones sociales y de producción en el contexto del capitalismo contemporáneo. Este libro aborda tales aportes y espera que logren materializarse en un proceso de reorientación del Trabajo Social, que permita generar un nuevo proyecto ético y político de la disciplina y recupere su ethos de compromiso con los sectores populares.
Autoría: Luis Alberto Vivero Arriagada. [Compilador]
Luis Alberto Vivero Arriagada. Ivete Simionatto. Igor Alzueta Galar. [Autores/as de Capítulo]
Editorial/Edición: CLACSO. Universidad Católica de Temuco.
El violinista, director artístico de El Sistema Suecia y fundador de la Dream Orchestra, recibió el Premio de Pedagogía Göran Lagervalls que otorga la Real Academia Sueca de Música. Su labor como profesor en el país escandinavo la realiza con niños de Medio Oriente y África que huyen del horror de la guerra. Considera que la docencia es una labor hermosa y cree en el poder transformador de la música.
Desde que era niño Ron Davis Álvarez soñaba con recorrer el mundo. La vida y su esfuerzo de hormiguita, como él lo llama, le han permitido visitar más de 20 países, siempre con una misión: el director de orquesta y violinista quiere enseñar y empoderar a niños y jóvenes refugiados a través de la música. Desde 2015 trabaja en Suecia para brindarle esperanza a los pequeños que huyen de la crisis y del terror que vivían en sus países. A finales del año pasado su trabajo como docente en el país escandinavo fue reconocido. El 30 de noviembre la Real Academia Sueca de Música le concedió el Premio de Pedagogía Göran Lagervalls.
“Ese premio que me gané tiene sello sueco, pero también venezolano. Que digan que el venezolano Ron Davis Álvarez hace soñar a otros niños que están en Mamporal o en Tucupita diciendo ‘yo también puedo hacer eso’. Se trata de ese niño que está tocando con tres cuerdas porque no hay recursos para comprar la cuarta cuerda del violín y está interpretando a Tchaikovsky porque su nivel musical es increíble gracias a la labor de El Sistema. Y mira lo que está haciendo este venezolano que es de Guarenas y Guatire, eso puedo alcanzarlo yo también. Estoy comprometido a ayudar a los niños en Suecia, pero también a todos aquellos que necesiten de mi vocación y de lo que amo”, afirma.
Álvarez recuerda que el maestro José Antonio Abreu hablaba sobre cómo los miembros de El Sistema, en especial los profesores, son apóstoles en su labor como maestros. El director de 34 años de edad cumple con esa premisa al pie de la letra, pues actualmente es director artístico de El Sistema en Suecia, fundador de la Dream Orchestra en Gothenburg y la orquesta del Uummannaq Children’s Home en Groenlandia. También es embajador de la Varkey Foundation, trabaja de manera remota con profesores en formación a través de la Pendo Amani Youth Organization en Kenia y da clases virtuales en el proyecto Side by Side.
Cómo funcionan las postulaciones para el premio Göran Lagervalls es un misterio para el galardonado, pero sí sabe que debe venir, en parte, de varias instituciones culturales. Cuando recibió la noticia, dice haberse sentido como Harry Potter cuando finalmente recibió la carta para ir Hogwarts. “Fue una sorpresa, pensé que este premio se lo daban solo a suecos. La carta era muy formal, con sello y firma, como de una película de Harry Potter. Por supuesto, estaba en sueco y yo lo entiendo, pero no a la perfección. Una colega lo tradujo y decía que había recibido el reconocimiento. Estaba muy emocionando y nervioso porque, entonces, uno se convierte en vocero de todo lo que está haciendo”, comenta.
“Este premio es para los maestros, pero uno inmediatamente piensa en sus alumnos. Ver los cambios positivos, verlos felices es el mejor reconocimiento que puedes tener. Todo lo que se hace en este ámbito tiene una repercusión en la sociedad y esto inspira mucho a mis muchachos y a mí. Es ver el trabajo del docente como uno tan importante como el de un profesional que toca o el director de orquesta. Yo pienso que los maestros tienen la labor más hermosa del mundo a pesar de lo difícil que es su reconocimiento. Los profesores deben tener voz”, sugiere Álvarez, quien en 2017 fue reconocido como uno de los mejores 50 maestros del mundo en el Global Teacher Prize de la Fundación Varkey.
Además del premio y la gala virtual del Göran Lagervall, Álvarez recibió buenas noticias la primera semana de diciembre. Firmó un contrato con la Gothenburg Symphony Orchestra para dirigirla a partir del primer trimestre de 2021, y también se encargará del proyecto Side by Side, con el que trabaja desde hace cinco años. “Yo creo que los sueños que tienes desde niño sí se hacen realidad. Quizá tardan en llegar, pero son posibles. Claro, debes trabajar muy duro por ellos, no caen de repente, pero creo en esas cosas. El trabajo de hormiguita es el que te permite cumplir las metas”, asegura.
El docente ha trabajado en los 40 núcleos de El Sistema en Suecia y para ello se inspira en el modelo que el maestro José Antonio Abreu concibió hace 45 años. También lo motiva la experiencia que acumula de sus tres años en Groenlandia, así como su paso por Dinamarca y Suecia, donde ha tenido la oportunidad de entender que no posee la verdad absoluta y que se puede aprender a diario. También sabe que cada cultura tiene algo que enseñarle y que él, como venezolano, puede enseñar de la suya.
“Un maestro necesita muchos elementos. Los 16 hábitos de la mente, ser apasionado, tener vocación, tomar riesgos con seguridad, tener disciplina y ser planificado.Tiene mucho que ver la metodología con la que adaptas el programa para enseñar y, sobre todo, creo que el mejor docente es aquel que sabe escuchar. Cuando aprendes a escuchar, aprendes a enseñar. Siento que una de las cosas que he aprendido dando clases es a ser un poco más paciente; soy una persona muy eléctrica y eso me faltaba. También he aprendido sobre mí, porque si uno no está bien, o no se quiere a uno mismo, es difícil ayudar a los otros. Ahora no veo mi vida haciendo otra cosa que no sea dar clases”, destaca.
En Suecia, así como en otros países europeos, la música clásica es elitista. Algo que Davis pretende cambiar. Quiere que a las konserthus (sala de conciertos) no vaya solo la gente que aprendió a ir, sino todos aquellos que se sientan motivados a escuchar una orquesta tocar alguna sinfonía. En el país escandinavo ya son más de diez mil niños los que forman parte de El Sistema, y los núcleos son extensiones del esfuerzo y cariño que promueven sus docentes. Él se considera una persona enérgica y cree que por ello ha logrado inspirar a otros educadores y alumnos en un país al que, cree el músico, le faltan sol y sonrisas.
A pesar de que no sabía que era su vocación, desde los 14 años de edad el violinista daba clases a sus compañeros de El Sistema. “Yo me quitaba el uniforme para que los muchachos no supieran que su profesor estaba en el liceo”, confiesa. Las lecciones comenzaron en los núcleos de Guarenas y Guatire, pero luego pasó a otras ciudades y, años más tarde, impartió clases magistrales fuera de Venezuela. Compartió con niños y jóvenes en Alemania, Bélgica, Chile, Chipre, Colombia, Corea del Sur, Dinamarca, Ecuador, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Groenlandia, Italia, Jordania, Kenia, México, el Reino Unido, Suecia y Turquía.
Ron Davis Álvarez se concentra en el trabajo con niños vulnerables. Ellos vienen de lugares donde la vida consiste en sobrevivir para escapar del horror. En sus maletas cargan el peso de traumas y experiencias difíciles. “Muchos de ellos no hablan, no sonríen”, dice. Los refugiados llegan de países del Medio Oriente y África, y con el tiempo consigue que se adapten a la sociedad donde esperan rehacer sus vidas. El tema migratorio en Suecia no es fácil, el venezolano ha visto a varios de sus alumnos deportados y eso, comenta, es de las cosas más difíciles de su oficio. “Es muy doloroso. Tú trabajas por el mejor futuro de los estudiantes, no quieres que los devuelvan al lugar donde están privados de hacer su vida”.
Pero estas experiencias no le impiden reconocer lo satisfactorio que resulta su trabajo. “Ver cuando mis niños y mi orquesta comienzan a soñar y sus metas se hacen realidad, te dice que debes seguir trabajando duro. La sonrisa es ese momento clave para el muchacho que viene escapando de un mundo trágico. Ser tú el que lo ayude a sonreír te hace preguntarte por qué no construir más sonrisas en el mundo”, añade Álvarez.
“Mi sueño siempre ha sido viajar por todo el mundo. También, darle acceso a la música a personas de diferentes lugares. En especial donde no hay teatros ni salas de conciertos. A mí me emociona mucho viajar y dar clases en sitios donde la gente no está pensando en eso. Ahorita mi sueño es el entrenamiento de docentes que estoy haciendo a través de la Dream Orchestra en todo el mundo. No hay nada mejor que multiplicar lo que uno hace y, además, aprender de otros”, afirma.
La creación de la Dream Orchestra era una necesidad cuyo origen se remonta al año 2015, cuando el músico venezolano recién llegaba a Suecia. En una estación de tren vio que desembarcaban muchos asilados de Siria y Afganistán, de diferentes edades, y pensó que, si trabajaría con inmigrantes y niños en El Sistema, también era oportuno darle espacio a jóvenes.
“Más allá del resultado técnico, la música es capaz de sanar y empoderar a los chicos: ayuda al desarrollo de habilidades socioemocionales, aprenden a escuchar y comunicar lo que sienten a través de sus instrumentos y dejan de sentirse solos porque la música, así como el fútbol, es una práctica colectiva que emociona. Es una oportunidad para mostrar sus debilidades y transformarlas, la vulnerabilidad nos hace más fuertes”, recalca Álvarez.
La crisis migratoria no solo ocurre en países en guerra, Venezuela es actualmente el segundo país en el mundo con mayor número de refugiados. Y este tema sensibiliza a Ron Davis Álvarez: “Hablar de esto me quiebra la voz porque mi familia padece lo mismo que miles de venezolanos. Pienso que todos estamos haciendo país desde la trinchera en que estemos y tratamos de darle aliento a los que están allá, a nosotros y a nuestros amigos que viven situaciones difíciles”, explica y además recalca la importancia de aplaudir el valioso esfuerzo que hacen los migrantes venezolanos que, pese a las circunstancias, están cambiando y aportando conocimiento al mundo.
Su formación comenzó cuando entró a El Sistema con 10 años de edad. Estaba determinado a tocar el violín. “Era eso o nada”, señala. Luego de estudiar cuatro años en los núcleos de Guarenas y Guatire comenzó a dar clases, y a los 16 ya dirigía orquestas. Al terminar bachillerato estudió en el Instituto Universitario de Estudios Musicales, actual Unearte, y participó en un programa de formación docente creado por la maestra Franka Verhagen, actual directora ejecutiva de la Dream Orchestra. Fuera de Venezuela realizó una serie de diplomados, entre ellos uno sobre cultura de Medio Oriente y otro de Didáctica y Comunicación.
“Vengo de un hogar que ha trabajado muy duro. Mi familia es de la parroquia San Juan, El Guásimo, Guarataro, pero nos mudamos a Guatire y Guarenas para alejarnos de la delincuencia. Mi abuela montó una bodeguita y yo la ayudaba en las tardes vendiendo chupi. Esa fue la primera vez que escuché sobre Beethoven y Mozart porque justamente vendiendo chupi vi a los muchachos salir de la orquesta, con su camisa blanca y el estuche. Se veían cool. Entonces, siempre quería estar involucrado con eso. Creo que de las adversidades nace la empatía y la curiosidad de ayudar a las personas a quienes les cuesta un poco más salir adelante”, cuenta Álvarez.
Entre sus referentes musicales destacan el maestro José Antonio Abreu, con quien aprendió los fundamentos de El Sistema y toda su metodología. También el violinista y conductor Simón Gollo, las maestras Franka Venhagen y Tupac Amaru Rivas, la compositora y profesora Violeta Lárez, y los maestros Gustavo Dudamel, Igor Lanz y Simon Rattle. Sin embargo, Álvarez reconoce y admira a todos los artistas venezolanos que triunfan en el exterior. De todos ellos, Álvarez quiere seguir sus pasos.
Al músico una anécdota le viene a la mente cuando piensa en su época de estudiante. “En Caracas fui alumno de Víctor Vivas. Llegué allí luego de que en la universidad no me fuera muy bien. Fui a audicionar con él porque un amigo me lo sugirió. Desde entonces ha sido un gran apoyo para mí. Vivas me dio un libro de Reiner María Rilke, Cartas a un poeta, que cambió mi forma de ver las cosas. Años más tarde, me escriben para decirme que la casa donde voy a vivir en Suecia es la misma donde vivió Rilke hace 100 años. Y no solo eso, tomé el libro y una de las cartas decía: ‘Mi estimado amigo, lamento que llevamos tanto tiempo sin hablar y que ahora nos volvamos a reencontrar’. Una locura”.
Particularmente, sobre el maestro José Antonio Abreu, quien para Álvarez es una fuente inagotable de inspiración, piensa que es una de las personas que siempre supo escuchar sin importar qué tan ocupado pudiera estar. “Para mí su visión es de las cosas más poderosas en el mundo. Su filosofía me la tomé muy en serio. Él es parte de la realidad de lo que somos como venezolanos, es una oportunidad de mostrarle a los otros que todo se puede lograr”.
El año pandémico no modificó demasiado la agenda de Álvarez: continuó con las clases presenciales (siguiendo todos los protocolos de bioseguridad) y las virtuales. Sin embargo, rechaza la decisión de cerrar los teatros y salas de conciertos cuando, por ejemplo, hay bares abiertos. “La pandemia ha afectado al sector musical. En muchos países se han cortado los recursos y cancelado grandes programas. Esto afecta a los artistas y músicos porque ellos viven también de lo que la gente ve y aplaude. Más que nunca se debe apoyar a todos aquellos que trabajan con herramientas blandas. Ellos son los que construyen las habilidades y valores que necesita el mundo”.
La última vez que el violinista estuvo en Venezuela fue en febrero de 2019. Dio clases por un mes junto con una profesora sueca en Mamporal, Los Teques y San Juan de los Morros. Cuando sea posible, desea volver porque sabe que la energía de los niños de El Sistema es positiva y quieren aprender a pesar de que no cuentan con todos los recursos para ello. Quiere apoyarlos y recordarles que en los momentos más difíciles siempre pueden enfocarse, trabajar duro y seguir adelante.
Cuando Ron Davis Álvarez tiene tiempo libre no para de aprender, pasa horas leyendo e investigando sobre temas que nada tienen que ver con la música. Además, se confiesa cinéfilo y disfruta ver películas de cualquier género: es una de sus actividades favoritas. Cada vez que puede escucha salsa y la baila también. Álvarez disfruta su tiempo en casa, y el hogar, dice, no es un lugar físico, sino donde sea que esté su esposa.
Desea que la instituciones musicales sean ejemplo de integración cultural y consigan sensibilizar a las personas con respecto a los inmigrantes. De esa manera podrían detener las injusticias que algunos gobiernos cometen. Su intención es multiplicar la idea de que estas personas que llegan a países buscando refugio pueden aportar mucho a la sociedad y no causar daño, como algunos piensas. Espera que los maestros sean apasionados porque son los promotores de que sí se pueden cumplir los sueños.
La educación comunitaria representa a las sociedades más vulnerables y resulta muy valiosa, no sólo en materia de transmisión de conocimientos, sino también como puente hacia otras posibilidades relacionadas, entre tantas, a la mejora económica de las pequeñas comunidades. Si estás pensando en realizar un curso relacionado a esta temática y te asaltan dudas, en este post te contamos todo sobre ella.
Qué es la educación comunitaria y cuáles son sus orígenes
Cuando hablamos de educación comunitaria en Latinoamérica, también, en cierto modo, hablamos de educación transformadora o educación popular. Ello se debe a los precursores de esta nueva manera de enseñar que, en más de una ocasión se aleja de la convencional o formal.
Simón Rodríguez, Ernesto Guevara, José Carlos Mariátegui, Paulo Freire, entre otros, fueron los hacedores de convertirla en modelo para aquellos sectores comunitarios más devastados por la pobreza, la discriminación y los problemas sociales.
Si bien a lo largo de los años su concepción y maneras de enseñanza ha ido cambiando y, en cierto modo, evolucionando, podemos acercarnos a una definición global de este modelo educativo.
La educación comunitaria, como lo indica su palabra, está abierta a la comunidad en su conjunto, abarcandola de forma total sin importar los diversos grupos étnicos ni las culturas diferenciadas que la componen ya que promueve la inclusión de todos los sectores sociales.
Su objetivo reside en una enseñanza liberadora (desde la concepción Freireana) de los sujetos, brindándoles herramientas conceptuales y teóricas para que actúen social y políticamente, mejorando sus condiciones de vida.
Es decir, su metodología de enseñanza, va más allá del conocimiento formal actual que conocemos en las casas de estudio porque apunta a una concientización del sujeto acerca de su situación actual e intentar revertirla.
Dentro de los espacios educativos que contemplan esta modalidad de transmisión de conocimientos, se enseña a planificar e intervenir desde diferentes programas formativos que gestionan los gobiernos mediante políticas públicas. También suelen colaborar monetariamente las ONG, Fundaciones o instituciones privadas.
Educación comunitaria en Argentina: Cómo se desarrolla y cuáles son los profesionales que pueden trabajar en ella
Existen diversas experiencias en educación comunitaria o popular en todo el mundo.
En Latinoamérica podemos contemplar las escuelas rurales del Movimiento Sin Tierra de Brasil, los caracoles de Chiapas en México o los cientos de jardines y escuelas populares ubicadas en los barrios del conurbano bonaerense y otras ciudades pobladas.
En el año 2016 el senado Argentino sancionó un proyecto muy importante promoviendo la inclusión de la educación comunitaria al sistema educativo formal. El objetivo ha sido el de proveer un salario digno a las docentes que trabajaban de forma voluntaria en jardines comunitarios dentro de los espacios de educación convencional.
Generalmente, los profesionales abocados al trabajo de la educación comunitaria suelen relacionarse al ámbito de la docencia desde una visión alternativa de la misma.
Sin embargo, la amplitud y vasto campo de acción que posee esta metodología de enseñanza, abre camino a muchos otros abocados a la antropología, sociología, asistencia social, trabajo social, entre otros.
Por otro lado, cada vez más sectores académicos y universitarios promueven máster o posgrados a profesionales que deseen especializarse en ésta área tan interesante.
Colombia / www.elespectador.com / 31 de Enero de 2018.
Los jóvenes que están bajo el cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familair (ICBF), tienen la oportunidad de acceder a estudios de educación superior en todo el país a través de este programa. Oportunidad para disminuir la pobreza.
Una de las situaciones más comunes, hace algunos años, en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) era ver que muchos jóvenes que cumplían la mayoría de edad no tenían la oportunidad ni los medios para acceder a educación y así poder consolidar su proyecto de vida. Un panorama que incentivó a la institución a crear Proyecto Sueños, Oportunidades para Volar, una estrategia para trabajar en equipo con las universidades y brindar oportunidades de formación a los jóvenes.
Después de varios acercamientos lograron un acuerdo para capacitarlos. Antes de ingresar a la academia acceden a talleres de preparación para la vida universitaria, adaptación y permanencia en la educación superior, fortalecimiento académico a través de las prácticas de voluntariado universitario hasta el ingreso a la vida laboral. Karen Abudinen Abuchaibe, directora general del ICBF, habló para El Espectador de la importancia, los logros y los retos del programa.
¿Qué buscan con el programa?
Con el Proyecto Sueños, Oportunidades para Volar queremos promover y generar condiciones a los adolescentes y jóvenes que han sido declarados en adaptabilidad o hacen parte del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA), para darle continuidad a su proceso de educación básica o educación superior.
¿Quiénes son los aliados?
Desde 2012 tenemos como aliado a la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), lo que nos permite contar con el apoyo de las instituciones de educación superior del país en 30 departamentos, para que los adolescentes y jóvenes que están bajo nuestra protección, luego de terminar su bachillerato puedan acceder a la universidad que deseen y estudien la carrera que seleccionen.
¿Cuántos jóvenes se han beneficiado de este programa?
Hemos beneficiado a 1.030 jóvenes que se encuentran bajo nuestra protección. Actualmente, 787 jóvenes realizan estudios de educación superior. Asimismo, se han vinculado, bajo la responsabilidad social universitaria, a más de 250 instituciones de educación superior en todo el territorio nacional. Este trabajo es una clara muestra del trabajo que realiza el ICBF por cuidarlos y protegerlos hasta que puedan materializar su proyecto de vida.
¿En qué universidades pueden estudiar y cuáles son las carreras predilectas?
Hoy digo con orgullo que nuestros jóvenes pueden acceder a cualquiera de las universidades tanto públicas como privadas que existen en el país. 183 cuentan actualmente con estudiantes beneficiarios del convenio.
Una característica que identifica a nuestros jóvenes es servirles a los demás. Muchos de ellos me han contado su deseo de vincularse en alguna actividad con la que puedan ayudar a otros niños que como ellos no han tenido la oportunidad de crecer en el seno de una familia. Por eso, la mayoría de jóvenes busca estudiar carreras como Derecho, Psicología, Trabajo Social y en las áreas de la salud.
¿Cómo ha sido el trabajo con los aliados?
Maravilloso, pero debemos apostar por trabajar con entidades públicas, sector privado, academia, familias e incluso los ciudadanos, para apoyar los proyectos de vida de los adolescentes y jóvenes. Cuando les damos una mano y reconocemos sus talentos, es cuando realmente vamos por el camino correcto.
¿Cuáles son los logros?
Con esta iniciativa les hemos brindado la oportunidad a los adolescentes y jóvenes bajo protección, para que estudien y con ello, se preparen para la vida, una vez egresen del ICBF. Es así como hemos graduado a cerca de 200 jóvenes en diferentes carreras universitarias.
¿Cuál es el balance del 2017?
Durante 2017 tuvimos el mayor número de jóvenes beneficiarios vinculados en algún programa de educación superior, 157 nuevos estudiantes y 630 estudiantes que continuaron su formación.
¿Los retos del 2018?
El reto como directora del ICBF es lograr nuevas alianzas para que más entidades públicas y privadas les brinden la oportunidad a nuestros jóvenes, una vez culminen sus estudios, de vincularse laboralmente en el mercado.
¿Qué esperan del programa?
Esperamos garantizar que todos los niños y adolescentes que se encuentran bajo nuestra protección tengan este beneficio que, sin duda, es fundamental para que puedan construir sus proyectos de vida.
El mensaje que usted les da a los jóvenes.
Siempre les he dicho a los jóvenes que se han beneficiado con el Proyecto Sueños, Oportunidades para Volar que su trabajo no queda ahí, sino que ahora tienen que seguir adelante, siempre ir por más y motivar a otros niños y jóvenes, que están bajo las mismas circunstancias a darlo todo por lo que quieren. Adolescentes y jóvenes de Colombia, que nada ni nadie los detuvo y hoy son profesionales o están a punto de lograrlo.
Como docentes de la materia de grado Investigación Social en la carrera de Trabajo Social y en carreras de posgrados, guía la organización de este libro el propósito de poner en diálogo los contenidos teóricos y metodológicos del proceso de investigación, a partir de socializar las experiencias concretas de investigación de los diferentes autores. En su totalidad, somos integrantes de la cátedra.
Este libro, entonces, es un producto colectivo y el resultado de continuas discusiones y reflexiones sobre temas, autores, investigaciones, fuentes y las modalidades pedagógicas de organización de las clases de la materia Investigación Social I, de la Licenciatura en Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata.
Sin lugar a dudas, la formación de posgrado de los autores, conjugada con los trayectos laborales en el campo social, con la docencia universitaria y con la investigación, le imprime a la obra una riqueza y diversidad importante y fundamental en los relatos de las investigaciones.
Nuestro punto de partida es concebir la investigación como un proceso de construcción de conocimiento dinámico que supone una posición de interdependencia en la relación entre el sujeto que conoce y el sujeto a conocer. Esta perspectiva se distingue de una visión instrumental y técnica que centra sus preocupaciones solo en aspectos metodológicos y despoja la investigación de marcos referenciales y de reflexión epistemológica.
En este sentido, la tarea de enseñar a investigar implica un proceso complejo que incluye la trasmisión de una lógica, un lenguaje y las destrezas y habilidades que pueda desarrollar el estudiante.
Desde esta aproximación, las contribuciones de los autores apuntan a propiciar la reflexión sobre el oficio de hacer y enseñar investigación social a partir del análisis de las propias experiencias de investigación, contribuyendo así al campo de la formación profesional y propiciando la investigación como una herramienta fundamental para el oficio del trabajador social.
Para leer, descargue aquí: https://openlibra.com/es/book/download/la-ensenanza-de-la-investigacion
El III Congreso Internacional sobre Problemáticas en Educación y Salud se realizará en Buenos Aires del 8 al 10 de junio. El mismo pretende aportar al cambio cultural contemporáneo en dos sentidos: por una parte, en las transformaciones que se requieren para que las personas con discapacidad sean ciudadanos con pleno ejercicio de sus derechos y abandonen el rol histórico de ‘pacientes’ de los diversos equipos de profesionales que incursionan en sus determinaciones.
Por otro, perseverando en alcanzar “un mundo sin etiquetas” en donde niñas, niños y adolescentes con problemas de diversa índole no sean estigmatizados, rotulados y, lo que es aún más grave, medicalizados por sufrimientos subjetivos, materiales, sociales, culturales que esperan ser tenidos en cuenta por los adultos responsables de su cuidado. Bebés, niñas, niños, jóvenes que, a través de diversos síntomas piden que los adultos los escuchemos, miremos, alojemos, acompañemos y ayudemos.
Esta edición del Congreso Internacional será un espacio que convoque a especialistas de la salud, la educación y el trabajo social, entre otras disciplinas, que abordarán temas que nos interpelan a todos desde el marco de la Convención Internacional de los Derechos de las personas con Discapacidad – Ley 26.378/08 (marco regulatorio de mayor relevancia para la toma de decisiones en cuanto a políticas públicas para esta población) y de la Convención sobre los Derechos del Niño (Naciones Unidas, 1989).
Desde el ámbito educativo, la complejidad se presenta en la construcción de escuelas inclusivas con aulas que puedan trabajar en la diversidad atendiendo la calidad y la participación de todo el alumnado. Norma Filidoro -expositora de este Congreso- lo expresa muy claramente: “Una escuela inclusiva es la que puede pensar como alumnos y alumnas a esos niños y esas niñas que no se ajustan a los modos de ser y estar que la escuela, históricamente, prescribe”.
Cúcuta / 23 de noviembre de 2016 / Por: Editor Santander / Fuente: http://www.colombiainforma.info/
Este viernes diecisiete de noviembre, estudiantes de Trabajo Social de las universidades Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander -UFPS- se movilizaron por las calles de Cúcuta para mostrar su rechazo a las modificaciones hechas por el ministerio de Educación Nacional a la ubicación de esta carrera.
“El propósito de la marcha fue informar, como estudiantes y profesionales, el rechazo con el traslado de la carrera, esto en el marco de todas las movilizaciones que se dieron en todo el país con el mismo propósito y esperando que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística no adopte la medida para que no sea movida”, manifiestó Oriana Abril Bastos, estudiante de primer semestre de Trabajo Social de la Universidad Simón Bolívar y asistente a la marcha.
Se trata de la resolución 16460 expedida el dos de octubre de 2015 por el ministerio de Educación Nacional -MEN-, con circular 090, que consiste en el traslado de Trabajo Social de la sala Ciencias Sociales a la de Salud y Bienestar, ubicando la carrera específicamente en Bienestar, dándole un enfoque más asistencialista y sin tener en cuenta el contexto investigativo del que ha hecho parte esa profesión en Colombia.
“El problema es que nos están moviendo la carrera de sala y con eso tendrían que cambiar muchas cosas del pénsum, porque en la UFPS estamos enfocados más a la investigación y al área de humanidades y ahora nos quieren volver más asistencialistas, eso engloba una problemática desde la acreditación hasta egresados y estudiantes en formación” plantea Laura Camacho Plata, estudiante de quinto semestre de la UFPS.
La resolución del MEN
La política del MEN consiste en la modificación de salas de evaluación de educación superior, las cuales son las herramientas para que la Comisión Internacional de Aseguramiento de la calidad de Educación Superior -Conaces- haga el respectivo estudio de las diferentes carreras en las instituciones colombianas y así, determinar su desempeño, desarrollo y progreso.
La Conaces, está integrada por el Ministerio de Educación Nacional y el Departamento Administrativo de Ciencias, Tecnología e innovación -Colciencias-, estas dos instituciones reorganizaron su labor evaluativa con el fin de establecer estrategias que le permitan facilitar la oportuna y eficaz atención para el fortalecimiento del sistema de aseguramiento de la calidad de la educación superior. (Hoja No 2 resolución 16460), Consecuente a dicha reorganización, las salas valorativas también sufrieron modificaciones, y derivado de esto las carreras fueron redistribuidas en las mismas.
Las alteraciones hechas en las estructuras de evaluación de las diferentes carreras, se hicieron, como es evidente sin tener en cuenta el contexto histórico de las profesiones, ni su pénsum académico y menos su labor en el desarrollo social colombiano, desde las salas a las que pertenecían.
Aparentemente y como se manifiesta en la resolución la intención de dichos cambios se limita al mejoramiento de la calidad educativa, el problema radica en el inconformismo de los estudiantes y administrativos de la carrera como consecuencia a la toma de decisiones sin su participación y a la falta de indagación a los efectos posibles con las reformas efectuadas.
Dicho desacuerdo no sólo fue manifestado el pasado 18 de noviembre, sino en reuniones con participación de universidades a nivel nacional.
Rechazo estudiantil
El VI Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios, llevado a cabo el treinta de octubre de este año en la ciudad de Cartagena, emitió un comunicado público en donde se encuentra la contestación a la resolución de manera detallada y firman diferentes universidades del país: Universidad Francisco de Paula Santander y Universidad Simón Bolívar, Cúcuta; Universidad Libre de Pereira, Universidad de Cartagena y la Corporación universitaria Rafael Núñez.
Estudiantes de la UFPS también emitieron un comunicado el ocho de noviembre como resultado de la Asamblea Informativa desarrollada el 1ro de dicho mes, en donde expresan el inconformismo producido por la falta de participación tanto del cuerpo docente como del estudiantado de Trabajo Social en la toma de decisiones que modificaron el sistema y la ubicación de sala de evaluación a su carrera.
“Creemos que ni el MEN, el DANE ni ninguna entidad del estado debe desconocer los avances que ha tenido el Trabajo Social en Colombia para Latinoamérica apoyado en las Ciencias Sociales y sus teorías en la construcción de epistemología, metodologías y fortalecimiento en intervención; lo que lo diferencia del modelo de Trabajo Social en Europa y Norte América (que es en última instancia a donde se nos quiere llevar). A nuestros compañeros del área de salud, les comunicamos que no existe de parte de Trabajo Social ningún tipo de discriminación o desmerito a su labor, sino que vemos con preocupación que en Colombia existan diez áreas aprobadas para Trabajo Social (dentro de las que se encuentra el área de salud) y que ahora nos quieran trasladar a una sala desde donde se nos podría minimizar intervención en las otras nueve. Lo que reclamamos es que se nos garantice el ejercicio profesional en las diez áreas, manteniéndonos en la sala de Ciencias Sociales”, señala el texto.
“Como colectivo, nos pensamos la intervención social desde las herramientas que nos da el arte y no sería lo mismo intervenir sólo desde el área de la salud, nos veríamos limitados a la asistencialidad, por eso decimos que esta medida afecta el posible desarrollo de proyectos de raizarte (colectivo de Trabajo Social de la UFPS). Es por eso que el colectivo también rechaza esta medida que como dijo el CONETS (Consejoso Nacional de Estudiantes de Trabajo Social) no está adaptada a las realidades sociales de Colombia y Latinoamérica” manifiestó Miguel Andrés Pinto, representante de Raizarte y estudiante de Trabajo Social de la UFPS de noveno semestre.
Después de la movilización estudiantil se envió un oficio al DANE de Bogotá, por medio de su sede en Cúcuta. Se espera que haya lugar a una conciliación y que exista la posibilidad de reconsiderar la ejecución de los cambios que el MEN pretende efectuar con la resolución 16460, que, como debió ser desde el principio, no se tomen medidas sin contar con la participación de la comunidad estudiantil y administrativa a la que dichas medidas afecten.
Mientras tanto los estudiantes de Trabajo Social en Colombia se unen bajo la consiga “Trabajo Social resiste” y unen sus voces en tono de lucha contradiciendo la estandarización de la educación por parte del gobierno colombiano.
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