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Inteligencia artificial: importancia e impacto en trabajo y educación

Por: Juan Guahán

Ya se ha instalado, en una agenda cuyos adictos crecen diariamente, la cuestión de la Inteligencia artificial (IA). No abordaremos el tema desde complejas consideraciones y un lenguaje tecnológico, sino con palabras de uso cotidiano y el sentido común del pensamiento popular la guía para analizar este fenómeno que nos introduce en un futuro que ya está entre nosotros.

Se puede entender a la inteligencia artificial como la manifestación más alta y compleja de las ciencias de computación. Su objetivo es la creación de máquinas que sean capaces de imitar o superar -según la perspectiva de unos u otros- a la inteligencia humana.

Tales aparatos utilizan la experiencia de los sistemas informáticos que aprovechan la capacidad de almacenar y procesar informaciones para dar respuesta a problemas que le son planeados, por medio de algoritmos, es decir una serie de pasos sucesivos sujetos a un conjunto de instrucciones lógicas destinadas a llevar a cabo una tarea específica.

Las ventajas y desventajas de la aparición de esos instrumentos también es motivo de polémicos debates. Las ventajas aparecen como obvias y serían la continuación de los rápidos avances tecnológicos que transita la humanidad desde hace un par de siglos.

Las desventajas aluden a la mítica idea que estas máquinas, en algún momento y siguiendo la propia lógica de su desarrollo, podrían “independizarse”, adoptando resoluciones en campos no pensados, de un modo independiente de las decisiones de los humanos que las crearon. Dicho esto, más allá del impacto inmediato que su uso puede producir en otras cuestiones centrales de la vida cotidiana como la educación y el trabajo.

Sin quedar atados a estas consideraciones, que -para muchos- pueden ser consideradas como parte de películas de ciencia ficción, hay dudas sobre el alcance de esta nueva tecnología. Según criterios muy generales se puede considerar la existencia de dos tipos de inteligencia artificial (IA).

La “IA débil o moderada” supone una gigantesca mejora, respecto a lo conocido, pero de características cuantitativas. Se trata de un crecimiento, casi infinito, de las capacidades actuales de almacenamiento del sistema. La intervención en materia de cuestiones financieras, atención médica, educación, transporte, constituyen el uso más corriente y generalizado de la IA que hoy se conoce. Sería la expresión de lo que podría denominarse la “Cuarta Revolución Industrial”.

En cambio, las tareas de lo que hoy se conoce como “IA fuerte” apuntan a perspectivas mucho más extremas. No es casual que ellas estén rozando lo apocalíptico, para los conocimientos actuales. Suponen un sistema de distinta calidad, creando modos de comunicación diferentes a los conocidos y encierra la posibilidad que el propio sistema encuentre su viabilidad de despegarse de lo conocido y de la planificación prevista por sus creadores.

En este sentido todavía media un abismo entre la informática actual y una “Inteligencia Artificial fuerte”. Haciendo comparaciones, es más comprensible si lo equiparamos a la distancia que media entre los vuelos espaciales actuales y la perspectiva de un vuelo espacial a la velocidad de la luz.

Entre los años 1940 y 1950 se pueden ubicar las primeras investigaciones en torno a este tema. Ellas giraron sobre la idea de generar algo semejante a las funciones del cerebro humano y sus redes neuronales. Ese camino tuvo fuertes avances en la década de los 90 por el salto en materia de velocidad de circulación y capacidad de almacenamiento de las computadoras. Avalando esa tendencia, desde el año 2004 robots de la NASA transitan en forma autónoma por el territorio de Marte.

Otro aspecto que limita este desarrollo son los recursos necesarios para llevarlo adelante. Una evaluación del año 2016 indica que el total de recursos afectados a este tema era de aproximadamente 8 mil millones de dólares. No son de menor importancia las opiniones de quienes advierten sobre los riesgos que un desarrollo ilimitado de esta tecnología puede encerrar.

En el año 2015 unos 3 mil investigadores firmaron (junto al famoso físico Stephen Hawking y Elon Musk, una delas personas más ricas del mundo) una carta abierta solicitando la prohibición del uso de armas autónomas, a partir de la IA.

Más recientemente, el mismo Musk pidió que durante 6 meses se detengan las investigaciones sobre la IA, por los riesgos que entrañaban para toda la humanidad. Para algunos no era más que una triquiñuela para seguir avanzando y reducir las distancias con investigaciones mucho más avanzadas.

Hay otros analistas que consideran que estos “peligros” no son tales y que están advirtiendo el riesgo que las más grandes empresas puedan perder el control económico producida por tales avances. Se fundan en la democratización de esos conocimientos y la posibilidad de que sean muchos quienes los puedan explotar. Según esta perspectiva la preocupación de las grandes empresas es retomar el control de este recurso, limitando –mediante reglamentaciones- el número de competidores.

Impacto de la IA sobre educación y trabajo

La Inteligencia Artificial, en debate, afecta a la vida cotidiana en su conjunto. En ese sentido, los especialistas estiman que su influencia futura será superior a la que hoy tiene internet. Aquí se desarrollarán algunas ideas sobre su incidencia en dos temas vitales: Trabajo y educación.

En materia laboral no quedan duda sobre su influencia. La pandemia de la Covid fue una gigantesca prueba en este sentido. En el caso argentino, el ejemplo de la zona de la city porteña, con el deslazamiento de las oficinas de financieras, bancos, empresas aseguradoras y otras actividades conexas, son la prueba más evidente.

En muy poco tiempo un barrio entero está alojando funciones distintas, que va cambiando su imagen. Grandes espacios de oficinas se están transformando en múltiples departamentos, en muchos casos, mono-ambientes, para contener a otro tipo de población. Los anteriores empleados se están mudando a oficinas del Gran Buenos Aires o a trabajar desde sus casas.

Cuando más se avance en mecanismos informáticos, la IA es uno de ellos, más rápido y profundo será ese cambio.

Esos cambios incluirán tareas domésticas, la mayor parte de los servicios y múltiples actividades profesionales y administrativas, donde el contacto presencial dejará su lugar a las relaciones informáticas. A diferencia de lo que venía pasando hasta ahora, donde las tareas de menor responsabilidad eran las primeras en ser desplazadas, ahora se profundizará la posibilidad que sean los cargos intermedios y superiores los principales afectados.

Mucho más serio, profundo y de consecuencias polémicas es la perspectiva de la cuestión educativa. Es allí donde un programa iniciado el año pasado y que recién está superando el período de experimentación, el ChatGPT desarrollado por OpenIA, está adquiriendo una rápida presencia.

Es un programa fundado en el uso de una Inteligencia Artificial moderada cuya especialidad es la capacidad de mantener diálogos respondiendo a las cuestiones más complejas en pocos segundos.

Por estas características su impacto en materia educativa es inmediato tal como lo prueba el hecho que docentes y estudiantes de los niveles secundario y universitario, particularmente de materias o carreras humanísticas, lo están adoptando rápidamente.

Obviamente hay opiniones que no acuerdan con el uso de esta herramienta, pero el debate más importante se da sobre las condiciones para su uso. La mayoría opina que una prohibición no haría otra cosa que alimentar su búsqueda. En estas condiciones la mayor duda gira en torno a que esta Inteligencia Artificial no ocupe el lugar de la responsabilidad personal.

Eso incluye evitar el fraude de utilizarlo –sin aviso- reemplazando a la investigación o respuesta propia. Esto puede ocurrir con el agregado que las nuevas generaciones, nacidos en estos tiempos digitales, tienen el hábito más desarrollado de lidiar con estos instrumentos. Cuestiones semejantes ya fueron consideradas cuando internet hizo su aparición.

Para otras posiciones, de un tono más apocalíptico, esta tecnología es un nuevo desafío a la escuela -tal como hoy la conocemos- con sus docentes y edificios escolares. No faltan algunos fanáticos que vislumbran un futuro -no cercano- de un modelo educativo donde la trasmisión de conocimientos quedaría en manos de estas tecnologías y el lugar del actual docente podría ser ocupado por “técnicos” informáticos.

Por eso la IA es un largo camino que recién se inicia. El Programa mencionado no es aceptado por China y otros países asiáticos (por expresarse con un lenguaje que se corresponde con la lógica del mundo occidental) y el parlamento europeo está discutiendo sobre las reglamentaciones al uso e investigaciones vinculadas a la Inteligencia Artificial.

Samuel Altman, de 38 años y cabeza visible de la empresa que lanzó al mercado el Programa Chat GPT, compareció el martes pasado ante el Senado de los EEUU y planteó que el Congreso de ese país debería regular el uso de la Inteligencia Artificial.

Después de afirmar que este invento tendrá efectos semejantes a los que tuvo -siglos atrás- la “imprenta”, concluyó con una llamativa reflexión: “Mi peor temor es que causemos un daño significativo al mundo”. Algunos senadores concluyeron que esto no es lo que queremos para nuestro futuro.

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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El peso de la crisis sobre la “juventud del confinamiento”

Por: Sergio Ferrari

A pesar que desde hace meses el foco protector planetario está puesto en los sectores de alto riesgo, en particular los mayores de 65 o 70 años, las consecuencias de la pandemia, sin embargo, golpean significativamente a la juventud.

Tres de cuatro jóvenes que estudiaban antes de la crisis sanitaria mundial se confrontaron al cierre de las escuelas. No todos pudieron continuar con el aprendizaje en línea y a la distancia. Y los que lo hicieron manifiestan una pérdida en su calidad de aprendizaje.

Uno de cada seis jóvenes que contaba con un empleo antes del inicio de la crisis lo perdió. Muchos de los que lograron mantener sus puestos vieron reducidos su tiempo laboral casi en una cuarta parte. Y dos de cada cinco, es decir el 42 %, sufrieron una reducción de sus ingresos.

Conclusiones todas de un Estudio que acaba de ser presentado el 11 de agosto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra. (https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_emp/documents/publication/wcms_753054.pdf)

El mismo, sintetiza los resultados de la Encuesta mundial sobre los jóvenes y COVID-19, realizada en los meses de abril y mayo por ese organismo internacional en colaboración con sus cinco socios de la Iniciativa Mundial sobre Empleo Decente. Hacen parte el Grupo Principal de la Infancia y la Juventud de las Naciones Unidas; la Asociación Internacional de Estudiantes de Economía y Ciencias Comerciales (AIESEC); el Foro Europeo de la Juventud; el Fondo Fiduciario de Emergencia para África de la Unión Europea; y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

Voz juvenil de 112 países

El sondeo, en 23 idiomas, fue respondido por más de 12 mil jóvenes de 112 países. Se propuso reflejar los efectos inmediatos de la crisis sanitaria en una población generacional ubicada entre 18 y 29 años, en el mismo momento en que adquiría ya la dimensión de crisis económica. Se centró en cuatro ámbitos: el empleo, la educación y la formación, el bienestar mental, y los derechos y las opiniones. Examinó, también, las acciones de los jóvenes en relación con el activismo social y el comportamiento de respuesta a la crisis.

La población juvenil en esos 112 países representa 1.470 millones, y corresponde al 92 % de la población juvenil mundial. Sin embargo, como lo aclara la misma OIT, por el hecho de tratarse de una encuesta en línea – que exige medios técnicos y nivel educativo para responderla- representa la opinión solamente de una parte de la juventud que cuenta con niveles de educación media o superior.

Casi tres cuartas partes (el 73,8 %) de los jóvenes encuestados viven en países de ingresos medios, y 25% en países de ingresos altos. Solo el 1,3 % de los encuestados proviene de países de ingresos bajos. El 59,2 % de los consultados proceden de zonas urbanas, el 31,8 % de zonas suburbanas y el 19,1 % de regiones rurales. A nivel geográfico, la mayor cantidad de respuestas provinieron de Asia. Únicamente el 18,4% provino de las Américas.

Trabajo y educación: bienestar psicológica

El documento de la OIT, de más de 50 páginas, concluye que el impacto de la pandemia en la juventud “es sistemático, profundo, desproporcionado”. Y ha sido particularmente duro para las mujeres jóvenes, los de menor edad (18 a 24 años) y aquellos que viven en países de ingresos más bajos.

“En un momento de crisis e incertidumbre como el actual, las opiniones y acciones de los jóvenes pueden dejarse de lado con demasiada facilidad” subraya el estudio, que pretende de esta forma, darle la voz a un sector de la población planetaria.

“El estrés familiar, el aislamiento social, el riesgo de violencia doméstica, la interrupción de la educación y la incertidumbre en torno al futuro son algunos de los canales a través de los cuales la pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto en el desarrollo emocional de los niños y los jóvenes”, subraya la OIT en su capítulo dedicado al “Bienestar Mental”.

Afirma, como contexto general, que la mitad de todos los trastornos de salud mental comienzan, en general, a los 14 años, lo que significa que infantes y jóvenes corren un riesgo particular en la crisis actual. Y recuerda que, según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la segunda causa de mortalidad entre la población de 15 a 29 años de edad.

A fin de comprender mejor la situación psicológica, la encuesta presentó un módulo con la Escala de Bienestar Mental de Warwick–Edimburgo (SWEMWBS). La misma reveló que, a nivel mundial, uno de cada dos jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 29 años sufren ansiedad o depresión, mientras que otro 17 %, probablemente, se verá afectado por ella.

La-os trabajadora-es jóvenes que habían perdido su empleo tienen casi dos veces más probabilidades de verse afectada-os por una probable ansiedad o depresión que los que seguían trabajando. Entre el sector estudiantil que creía que su educación se retrasaría o podría fracasar, el 22 % sufría ansiedad o depresión, síndrome que afectaba solo al 12 % de los que habían podido continuar con su formación.

En síntesis, los resultados subrayan el vínculo entre el bienestar mental, por una parte, y el éxito educativo y la integración del mercado de trabajo, por otra.

Lo que se perdió

La mayoría de países tomaron medidas enérgicas en respuesta a la pandemia, incluida la recomendación-orden de “quedarse en casa” para ralentizar su propagación. Consecuencia inevitable ha sido la limitación de la libertad de movimiento de la juventud, lo que impactó muy fuerte en el derecho al ocio, a participar en los asuntos públicos y a practicar una religión o creencias.

El 68% de los encuestados indicaron limitaciones considerables de las actividades recreativas, en particular salir, reunirse con los amigos, hacer deporte, cultivar sus intereses culturales y viajar.

Una-o de cada tres jóvenes manifestó el impacto considerable en su derecho a participar en los asuntos públicos. Este es mayor para aquellos que viven en países de ingresos bajos (el 40 %) que para los que viven en países de ingresos medios-bajos (el 36 %) y en naciones de ingresos altos (el 28%).

La-os jóvenes perciben que tienen dificultades para tomar parte en los procesos políticos, las instituciones y la formulación de políticas. El problema no es nuevo, aunque se ve agravado por la coyuntura. Un estudio realizado ya en 2016 por la Unión Interparlamentaria Mundial, indicaba que menos del 2% de los parlamentarios de todo el mundo eran menores de 30 años.

Más de una-o de cada cuatro jóvenes (el 27%) declaró que la pandemia ha menoscabado considerablemente su derecho a la libertad de movimiento y a la libertad de religión o de culto.

Casi una-o de cada cuatro jóvenes (el 24%) indicó, por otra parte, un efecto negativo considerable en su derecho a la información. La difusión de información errónea sobre la pandemia a través de las redes sociales ha sido notoria. Además, las y los jóvenes que se identifican como parte de una minoría étnica, religiosa o de otro tipo indicaron un impacto más pronunciado que otros grupos de jóvenes en lo que respecta al derecho a la libertad de religión o de culto, a la vivienda, a estar libres de violencia, y a asistencia jurídica.

Entre la-os jóvenes que se autoidentificaron como una minoría, el 44 % señaló que se había menoscabado considerablemente su derecho a la libertad de religión, en comparación con el 37 % de los demás jóvenes.

En cuanto a la actividad social solidaria, último tema central del estudio presentado por la OIT la segunda semana de agosto, las conclusiones son significativas y expresan un aumento progresivo con el paso de las semanas. El 31 % de la-os jóvenes señaló un alto grado de voluntariado, mientras que el 27 % realizó donaciones.

Juventud del confinamiento”

En la Encuesta mundial, cuatro de cada cinco jóvenes de 18 a 29 años reconocieron que se habían quedado, en gran medida, en casa, mientras que dos de cada tres se habían puesto en contacto con sus amigos, familiares y seres queridos

Más de una cuarta parte indicó un alto grado de participación en actividades de voluntariado y en la realización de donaciones para luchar contra el COVID-19. La participación de la-os jóvenes en actividades de voluntariado fue aumentando considerablemente durante el período de la encuesta, es decir del 21 de abril al 21 de mayo.

A medida que el mundo fue testigo de cambios radicales en las actividades sociales y económicas, la-os jóvenes compartieron sus perspectivas sobre las medidas adoptadas por los gobiernos para luchar contra la epidemia. La mayoría estuvo a favor de quedarse en casa con el objetivo de proteger el mundo del trabajo, los empleos y las empresas. Abogaban por medidas firmes para proteger la salud y los medios de sustento de los sectores más vulnerables de la población, incluidos la-os trabajadora-es migrantes y la-os trabajadora-es de la economía informal.

La-os jóvenes instaron a los gobiernos a que, cuando fuera posible, relajaran gradualmente las restricciones, poniendo énfasis en la salud y la seguridad de la-os trabajadora-es. Propusieron, además, adoptar medidas complementarias para impulsar los servicios de salud y lograr una gobernanza adecuada a través de mecanismos de información, rendición de cuentas y coordinación.

Imposible anticipar, en una crisis todavía abierta, las consecuencias a largo plazo de la misma en el conjunto de la sociedad humana. Sin embargo, se hace cada día más evidente que si bien a nivel médico-sanitario no es la más afectada, la juventud del 2020, a la que ya se la comienza a denominar “juventud del confinamiento”, cargará sobre sus espaldas una parte significativa del impacto estratégico (económico, social, psicológico) de una pandemia tan destructiva como indescifrable.

Fuente: https://rebelion.org/el-peso-de-la-crisis-sobre-la-juventud-del-confinamiento/

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Jóvenes, limpieza, salud, cultura y trabajo

Por: Carlos Ornelas

Cuando usted viaja por carreteras, ferrocarril, camina por el lado de un río o un lago, o hasta cuando circula por las ciudades, quizá se llene de tristeza y vergüenza. ¡A mí me pasa! Por dondequiera veo montones de basura, verdaderos muladares compuestos por bolsas, botellas, papeles y más suciedad compuesta por deshechos de plástico. Más allá del daño ecológico, que es severo, la porquería genera un problema grave para el país en la economía, la sociedad, la salud y la cultura nacional.

Si bien cada vez atraemos más turismo, también es cierto que esa posibilidad merma cuando los visitantes observan las toneladas de mugre en los caminos y calles. Es un daño económico, pero es mucho más el perjuicio que causa en la sociedad, se hace costumbre y cada vez hay más indolencia; muchos ya no se quejan, al contrario, contribuyen y descargan sus sobras en la vía pública. Además de afear el paisaje y provocar disgusto, la inmundicia representa riesgos para la salud, en especial para menores, ancianos y para quienes habitan en zonas vulnerables. Y, por encima de todo, las pocilgas en el suelo simbolizan una cultura pobre. Un pueblo que no cuida de su salud ni su higiene deshonra la cultura que sus antepasados le heredaron. Nosotros estamos orgullosos de la cultura nacional, pero —literalmente— corremos el riesgo de tirarla a la basura.

Sé que no fue una de sus promesas de campaña, que la limpieza física de la nación no entra en los planes prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero si al término de su gobierno logra —y hay un potencial enorme para alcanzarlo— dejar un país libre de basura le dará más créditos a la Cuarta Transformación que a otros programas. Además, es un asunto que es difícil que otros lo impugnen.

Desde que alguna vez lo anunció como candidato y mostró admiración por los programas sociales del presidente estadunidense Franklin D. Roosevelt, consideré que lo que hoy se denomina Programa Jóvenes Construyendo el Futuro era viable como motivo de legitimidad, sí, pero también que hacía frente a un problema real. Buena parte de nuestra juventud, en especial de los segmentos pobres, viven en la desesperanza o el ocio y sin perspectivas de futuro. Este programa les ofrece no nada más tres mil 600 pesos al mes, sino oportunidades de capacitación para el trabajo, crecer en su escolaridad o hacer alguna actividad productiva.

Me permito hacer una sugerencia al presidente López Obrador y a la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján. El programa para los jóvenes tiene propósitos loables, herramientas institucionales definidas y métodos de seguimiento. Está bien pensado. No obstante, su ejecución demanda de mucho talento y disciplina y que los establecimientos del sector privado cumplan, ya que a ellos se les encarga 70% de la responsabilidad de capacitación.

Propuesta: destinar más de 10% de las actividades vinculantes al sector social y organizar una campaña nacional por la limpieza, la salud y la cultura. Por un pueblo limpio, saludable y culto. Pueden organizarse brigadas de recolección de impureza en los espacios públicos, acompañados de una intensa campaña de educación en medios usando el tiempo del Estado. Al Presidente lo escucha mucha gente y puede marcar el comienzo del éxito. Cierto, implica gastos en logística y viáticos no contemplados en el presupuesto. Pues bien, puede hacer convenios con las empresas embotelladoras, de alimentos chatarra y otras productoras de la suciedad a que aporten en especie para esta cruzada nacional por una cultura de la pulcritud.

Paulo Freire conmina a los educadores a nunca perder la esperanza. Espero que alguien tome en cuenta esta idea y tengamos una vida limpia.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/jovenes-limpieza-salud-cultura-y-trabajo/

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Centro de Patrimonio Cultural proyectará documentales sobre migraciones afrocaribeñas

Por Natalia Villalobos 

Migraciones, Trabajo y educación, Cultura e identidad y Participación política y ciudadanía, son los nombres y los temas de los cuatro documentales de la serie “Construyendo nuestra nación: el aporte de las migraciones afrocaribeñas en Costa Rica”, producción de la Cátedra de Estudios de África y el Caribe (CEAC) de la Universidad de Costa Rica (UCR) para visibilizar la migración y los aportes de la población afrocaribeña.

Con motivo del Día de la Persona Negra y la Cultura Afrodescendiente, que se celebra el 31 de agosto de cada año, la serie audiovisual completa se proyectará de forma gratuita al público que se acerque el próximo jueves 6 de setiembre, a las 6 p.m., al Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural.

“Para el Centro de Patrimonio Cultural, como parte del Ministerio de Cultura y Juventud, es de gran valor divulgar estos documentales en tanto que, también trabajamos con el patrimonio cultural inmaterial. Entonces, para nuestros objetivos es fundamental y, además, es un deber, una deuda con la población afrocostarricense, conocer su invaluable aporte a nuestro país. Con esto nos sumamos al esfuerzo que viene haciendo la UCR en este sentido”, manifestó Javier Salazar, jefe de la Unidad de Educación y Divulgación del Centro de Patrimonio Cultural.

Cada documental tiene una duración de 24 minutos, en los cuales, mediante una robusta investigación histórica, testimonios, archivos fotográficos y otros recursos audiovisuales; permitirán reconocernos como una Costa Rica pluriétnica y multicultural, tal como define la Constitución Política.

Según la UCR, la información de la serie fue aportada mayoritariamente por adultos mayores descendientes de las familias que llegaron al país a partir de 1870 desde diversas regiones del Caribe.

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Rwanda: Evening classes should be handled with extra care

África/Rwanda/31 Julio 2016/Fuente:Newtimes /Autora: Cristine Osae

Resumen: Alta matrícula, horarios de trabajo del alumno en conflicto, y la pura comodidad de clases una vez a la semana han empujado a muchas universidades para programar cursos nocturnos.  Las clases nocturnas traen desafíos especiales de enseñanza. Estos estudiantes tienden a interactuar socialmente más de estudiantes de día, lo que exige intervenciones instructor frecuentes para mantener la calma y el orden, y muchos vienen a clase abrumado, hambrientos y cansados.

High enrollments, conflicting student work schedules, and the sheer convenience of once-a-week classes have pushed many universities to schedule evening courses.

Held from 6pm to 9pm or 7pm to 10pm, these classes at some institutions are typically packed, sometimes with more than 100 students in a large lecture theater. How can faculty effectively teach, control, or even simply keep awake the students in such classes, many of whom start their days very early in the morning with unimaginable responsibilities?

Those out in the working world would agree that it’s just not often practical to get time to up-skill and, as a result, full-time education isn’t an option. Part-time or evening courses represent a more practical alternative. Make no mistake; gaining work experience is absolutely vital in improving your employability status. An evening course provides a student with the time needed to gain valuable work experience that perhaps a full-time student may not have.

However, one can agree that it is tedious because classes are taken when one is too exhausted. In addition, balancing school work and employment is quite a crack-down. Plus, one may not get to consult with the lecturers or even get time for extensive reading because time is a luxury. Nevertheless, with the right attitude comes the determination to excel. If anything, what are the options?

Evening classes bring special teaching challenges. These students tend to interact socially more than day students, necessitating frequent instructor interventions to maintain calm and order, and many come to class overwhelmed, hungry and tired. In addition, there are the usual challenges: poor lighting conditions in many large lecture theaters; lack of, or poor-quality, audiovisual equipment; and distractions caused by student electronic devices such as cell phones, iPods, or laptops. Under such conditions, even the most ardent instructor can become frustrated.

How educators can help

In most large evening classes, there is always a mix of students, ranging from the highly motivated to the couldn’t-care-less types. To enhance student engagement and maintain interest, one ought to incorporate strategies such as combining audiovisuals (PowerPoint presentations, short video clips, and transparencies) with class discussions and activities. Doing so is challenging in large classes set in «lecture-only» theaters. However, passionate educators are quite creative and can improvise.

Although PowerPoint isn’t exactly a brand-new technology, most traditional lecturers would rather use chalk or markers. This is not to ridicule chalk or markers but rather call for more creativity. The argument is that use of illustrations and pictures interspersed with text slides as much as possible may engage the student’s interest. Many students are usually relatively fresh at the beginning of class and are likely to remain attentive through the whole lecture should you make it stimulating and relatable. A point noteworthy is that PowerPoint presentations can make learners passive unless the lecturer involves them.

Intergroup questions are equally an amazing approach with evening students. Before the first class meeting of a semester, organise students in groups of five to ten and post group numbers and the names of group members on a notice board, where students can access them. During the first meeting, call students’ names and ask them to move into their groups for a «get-to-know-each- other» session and information exchange. To maintain regularity, ask group members to stay with their groups at the same location in the lecture theater in future meeting sessions. Each group can prepare intergroup questions for other groups to answer, or the lecturer can assign topics for discussion. With these groups, a lot can be achieved within the lecture room.

This system works well in a number of ways. It encourages students to read course material ahead of time; helps the instructor cover course content and explain concepts and material that are not clear during the question-and answer session; keeps students motivated and energized by requiring individual responsibility, attention, and group commitment (no one wants to be blamed for letting the group down); encourages active participation among students, allowing them to develop and polish their oral communication skills; gives students a sense of owning the questions and the learning; and creates excitement and a sense of achievement, especially if group members answer their questions correctly.

Short quizzes also come in handy if the evening students are to be kept on toes. During the last ten to fifteen minutes of each evening session, an optional extra-credit quiz worth ten to fifteen points can be given. The quiz, which can be multiple-choice, is given on a projection screen (eliminating unnecessary copying). Of course during the quizzes, the instructor has to remain vigilant, moving around the room to discourage students who whisper to each other, exchange answer sheets, or check their notes. All the points students accumulate over the weeks can be put into a «point savings account» that students can see on the board. The «fatter» the account gets, the more motivated students become to keep it high.

The quiz is very popular and has obvious benefits. It allows students to monitor their understanding of the lecture session’s material right away; it gives the instructor feedback about the quality of instruction and student understanding; it motivates (or forces) students to stay for the entire class, as the quiz is administered at the very end; it encourages students to pay attention to the material presented (because of the pressure of immediate assessment); it allows the instructor to monitor daily attendance; and it saves the instructor’s time, because some of the quiz questions can be rephrased and used on midterms and the final.

Today, with an increasing number of nontraditional students returning to school, we are challenged to develop creative and innovative ways to make our classes work for them and to make our course material relevant to their daily lives. Evening classes, which afford these students flexibility and convenience, are one way to meet their needs.

Fuente de la noticia: http://www.newtimes.co.rw/section/article/2016-07-20/201861/

Fuente de la imagen: http://footage.framepool.com/shotimg/qf/799929145-banco-de-escuela-curso-para-adultos-nairobi-asistencia-a-la-escuela.jpg

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OIT: Eliminar el trabajo infantil en las cadenas de producción ¡Es cosa de todos!

12 Junio/Fuente y Autor: OIT

GINEBRA – Este año, el Día mundial contra el trabajo infantil  – que se celebra el 12 de junio – está dedicado al trabajo infantil en las cadenas de producción. Con 168 millones de niños que todavía son víctimas del trabajo infantil, todas las cadenas de suministro, de la agricultura a la manufactura, de los servicios a la construcción, corren el riesgo de que el trabajo infantil esté presente.

“El trabajo infantil no tiene cabida en mercados que funcionen bien y esten bien regulados, ni en ninguna cadena de producción. El mensaje de que el trabajo infantil ya no puede ser tolerado y debe ser combatido con urgencia fue confirmado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Actuando juntos, podemos hacer del futuro del trabajo un futuro sin trabajo infantil”, declaró el Director General de la OIT, Guy Ryder.

A fin de apoyar a las empresas en sus acciones para eliminar el trabajo infantil en sus cadenas de producción, la OIT y la Organización Internacional de Empleadores (OIE) crearon conjuntamente una herramienta de orientación sobre trabajo infantil , dirigida a las empresas que desean fortalecer sus conocimientos y capacidad de llevar a cabo sus negocios respetando las normas internacionales del trabajo relativas al trabajo infantil.

La herramienta se basa en la larga experiencia del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT (IPEC, por sus siglas en inglés) de colaboración con los empleadores para combatir el trabajo infantil en las cadenas de suministro e incluye contribuciones de una gran diversidad de empresas como Coca-Cola Company, AngloGold Ashanti, Vale, Japan Tobacco y Sterling Manufacturing. 

Además, la OIT propicia el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre homólogos a través de su Plataforma sobre el trabajo infantil , cuyo objetivo es identificar los obstáculos a la implementación de los Convenios de la OIT sobre trabajo infantil en las cadenas de suministro, desarrollar métodos prácticos para superar estos obstáculos y catalizar la acción colectiva.

Es posible consultar estudios de casos de buenas prácticas  para luchar contra el trabajo infantil en las cadenas de suministro en.

“Con la globalización, las cadenas de suministro son cada vez más complejas, involucrando a trabajadores, pequeños productores y empresas en todas partes del mundo. Poner fin al trabajo infantil en este contexto es un asunto de todos”, declaró Beate Andrees, Jefa del Servicio de principios y derechos fundamentales en el trabajo de la OIT.

Fuente de la noticia: http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_488425/lang–es/index.htm?ssSourceSiteId=ipec

Fuente de la imagen: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_norm/—ipec/documents/image/wcms_459627.jpg

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Desconectados: Habilidades, empleo y educación en América Latina

Fuente: BID / 29 de Abril de 2016

“El futuro del mundo está en los jóvenes” es una oración corta que en una fracción de segundo produce más de 55 millones de resultados a través de uno de los motores de búsqueda en internet. Es a la vez una frase conocida y una sentencia que conlleva una enorme carga. Sin embargo, en una región como América Latina y el Caribe, donde la gran mayoría de los estudiantes no llega a la universidad sino que sale de la secundaria —no siempre completa— a vincularse al mercado de trabajo, ¿cómo se está preparando hoy en día a estos jóvenes para que cumplan su función como integrantes plenos del “futuro del mundo”? Para aquellos jóvenes que no continúan hacia la educación superior, la escuela secundaria constituye una plataforma desde la cual los estudiantes buscan y consiguen sus primeros empleos. Una transición de la escuela al trabajo exitosa requiere que el aprendizaje obtenido en las aulas sea relevante y pertinente en el mercado laboral.

Esta es precisamente la preocupación que guía al libro Desconectados, en el cual se busca responder a esta pregunta abordando el tema de la transición de la escuela al ámbito laboral para los estudiantes y egresados de la educación secundaria. En un mercado de trabajo complejo, exigente y globalizado ¿qué oportunidades tienen? Considerando que el acceso a la educación está creciendo en forma masiva en la región, ¿cómo pueden competir?

El análisis se aborda a través de un enfoque innovador y mediante información original recolectada a través de dos grandes encuestas, una sobre trayectorias y habilidades conducida en Chile y Argentina en 2008 y 2010 respectivamente, y otra sobre demanda de habilidades realizada entre empresarios de Argentina, Brasil y Chile en 2010, cuyos resultados muestran que se requieren políticas educativas urgentes no solo para abordar el problema de la calidad de la educación, sino de la pertinencia de la misma cuando se trata de facilitar las transiciones de los jóvenes al mundo del trabajo.

La información nueva que se consigna en este libro constituye un aporte inicial para dar curso a un debate a todas luces impostergable, si se quiere que los jóvenes latinoamericanos logren un desempeño exitoso en el ámbito laboral, en la sociedad en general y en un mundo competitivo y globalizado.

 

Los enlaces de los capítulos:

Con el Mundo por delante

Panorama laboral de los jóvenes en América Latina

Sistema educativo: cantidad sin calidad

En busca de las claves: ¿Dónde y cuándo se forman las habilidades cognitivas y las socioemocionales?

¿Fábrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra

Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual

 

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