El pasado 3 de abril de 2020 el recién constituido Grupo de Contacto Industrial (GCI) realizó un webinar sobre educación en tiempos de COVID-19. El panel coordinado por el Dr. Luis Bonilla-Molina, Director del Observatorio Internacional de Reformas educativas y Políticas Docentes (OIREPOD), estuvo conformado por Mauro Jarquín (México). José Cambra (Panamá), Mercedes Martínez (Puerto Rico), Julia McRae (Canadá) y Silvana Saez (chile). A continuación el video de este webinar
El cierre de los centros escolares en un número creciente de países para limitar la propagación del COVID-19 afecta la educación de millones de alumnos en el mundo. La UNESCO comparte diez recomendaciones cuyo objetivo es garantizar la continuidad del aprendizaje durante este periodo.
Examinar el estado de preparación y escoger los instrumentos más pertinentes
Optar por la utilización de soluciones de alta o débil tecnología en función de la fiabilidad del abastecimiento en energía a nivel local, del acceso a Internet y a las competencias digitales de los docentes y alumnos. Puede tratarse de plataformas de aprendizaje digital, lecciones por vídeos, MOOC, e incluso de la difusión de los cursos mediante cadenas de radio y canales de televisión.
Garantizar el carácter inclusivo de los programas de aprendizaje a distancia
Aplicar medidas para garantizar el acceso de los alumnos, fundamentalmente los discapacitados o los que provienen de familias de ingresos bajos, a los programas de aprendizaje a distancia, en caso de que todos no dispongan de dispositivos digitales. Considerar la posibilidad de transferir temporalmente este tipo de dispositivos de las salas de informática a las familias, proporcionándoles un acceso a Internet.
Proteger la privacidad y la seguridad de los datos
Evaluar el nivel de seguridad durante las descargas de datos o de recursos pedagógicos en los espacios de la web y al transferirlos a otras organizaciones o personas. Velar por que la utilización de las aplicaciones y plataformas no afecte la privacidad de los datos de los alumnos.
Aplicar soluciones a los problemas psicosociales antes de impartir la enseñanza
Movilizar los instrumentos disponibles para crear vínculos entre las escuelas, los padres, los docentes y los alumnos. Crear comunidades para garantizar las interacciones sociales regulares, favorizar las medidas de protección social y responder a los problemas psicosociales a la que los alumnos pueden verse confrontados en situaciones de aislamiento.
Planificar el desarrollo de los programas de aprendizaje a distancia
Organizar mesas redondas con las partes interesadas para examinar la duración del cierre de los centros escolares y determinar si el programa de aprendizaje a distancia debe centrarse en la enseñanza de nuevos conocimientos, o más bien reforzar los conocimientos ya adquiridos durante las lecciones precedentes. Organizar los calendarios teniendo en cuanta la situación de la zona afectada, el nivel de enseñanza, las necesidades de los alumnos y la disponibilidad de los padres. Escoger los métodos pedagógicos adecuados, en función del contexto con respecto al cierre de las escuelas y la cuarentena. Evitar los métodos pedagógicos que requieren una comunicación presencial.
Proporcionar a los docentes y alumnos asistencia en cuanto a la utilización de las herramientas digitales
Organizar sesiones cortas de formación u orientación para los docentes y los padres en caso de que requieran un seguimiento y acompañamiento. Ayudar a los docentes a garantizar las condiciones materiales necesarias para garantizar la continuidad del aprendizaje, por ejemplo, soluciones en la utilización de los datos móviles con miras a difundir los cursos en directo.
Combinar los enfoques adecuados y limitar la cantidad de aplicaciones y de plataformas
Combinar los instrumentos o los medios de comunicación a los que los alumnos tienen acceso, tanto a nivel de las comunicaciones y los cursos sincronizados como en favor del aprendizaje asincrónico. Evitar abrumar a los alumnos y a los padres pidiéndoles que descarguen o prueben una gran cantidad de aplicaciones y plataformas.
Establecer las reglas para el aprendizaje a distancia y dar seguimiento al proceso de aprendizaje de los alumnos
Definir con los padres y los alumnos las reglas del aprendizaje a distancia. Elaborar las preguntas, las evaluaciones y los ejercicios de formación cuyo objetivo es dar seguimiento al proceso de aprendizaje de los alumnos. En la medida de lo posible, utilizar los instrumentos mediante los cuales los alumnos podrán transmitir sus comentarios para no abrumar a los padres pidiéndoles que los reproduzcan y los envíen.
Definir el tiempo de duración de las unidades de aprendizaje a distancia en función de las aptitudes de autorregulación de los alumnos
Mantener un ritmo de enseñanza coherente con el nivel de autorregulación y de las aptitudes metacognitivas de los alumnos, fundamentalmente para las clases que se difunden en directo. La unidad de aprendizaje de los alumnos de primaria no debe sobrepasar, de preferencia, los 20 minutos, y la de los de secundaria, los 40 minutos.
Crear comunidades y favorizar los vínculos sociales
Crear comunidades de docentes, padres y directores de escuelas para combatir el sentimiento de soledad o de sufrimiento del alumno, y facilitar los intercambios de experiencias, así como el debate de las estrategias de gestión de las dificultades de aprendizaje.
A muchos colegas pareció sorprenderles el triunfo de Trump, como si el sistema político norteamericano permitiese “sorpresas”. Otros, más despistados o ingenuos llegaron a inclinar su opinión a favor de la “alternativa Clinton” frente al temperamental presidente norteamericano. Los análisis basados en “estilos personales” y “carismas individuales” mostraron la hegemonía del “enfoque tipo farándula” para interpretar las elecciones presidenciales norteamericanas del año 2016. Cualquier reflexión política de fondo parecía, incluso, amenazar la tranquilidad para quienes, ubicados en antípodas ideológicas, querían una continuidad del modo de vida americano. Lo que sí es cierto, es que Trump desafió las rutinarias y adormecidas categorías de análisis de la sociología política americanista.
Ciertamente, en las recientes elecciones presidenciales norteamericanas a nivel público se confrontaron dos modelos de capitalismo del siglo XXI, el neoliberal producto de la globalización versus el capitalismo proteccionista que acuerda entre pares empresariales, regiones de influencia y mercados; los capitales golondrinas versus el capital con fronteras delimitadas; el modo de producción de mercancías clásicas versus su combinación con el trabajo inmaterial y la producción de mercancías virtuales: el capital especulativo versus la inversión en procesos productivos concretos. En ambas propuestas, es visible el afán desmedido por obtener mayores márgenes de ganancia, sobre la base de la explotación del mundo del trabajo. Sin embargo, lo que realmente estaba en juego en los Estados Unidos eran las tensiones entre un sector de la burguesía trasnacional que quiere resolver sus contradicciones por la vía militar y económica y otra que empuja una integración y asociación del capital mundial abriendo paso al primer imperio extraterritorial y por lo menos tricéfalo en la historia de la humanidad. Estas tensiones han continuado y hoy emergen con fuerza a raíz de la recesión económica en marcha y el Coronavirus.
Muy pocos comentarios y análisis vincularon el triunfo de Trump con el curso de instauración de la cuarta revolución industrial y los requerimientos de definición de las contradicciones interburguesas planetarias. Contrariamente a lo que muchos piensan, considero que Trump representa a la fracción burguesa que quiere llegar a un acuerdo económico global entre las distintas facciones del capital trasnacional. La incomprensión de las tensiones y definiciones que impulsa la dinámica de puesta en marcha de la cuarta revolución industrial, tuvieron –y tienen- un capítulo especial en los gremios y sindicatos docentes, en la intelectualidad educativa, en las escuelas de educación e incluso en la burocracia de ministerios de educación.
Este “despiste” no es una cuestión menor, pues tiene y tendrá tremendas repercusiones en el análisis de las contrarreformas educativas de nueva generación que se están implementando y que parecieran ir tomando “corpus” más definido con la crisis del Coronavirus como ensayo del Apagón Pedagógico Global[1][2]. Solo ignorancia supina de intelectualidad y gremios educativos permitiría hoy hablar de cambios educativos sin tocar ni analizar su relación con las mutaciones del modo de producción capitalista en el siglo XXI. En ese contexto debemos entender y valorar, no sólo el triunfo del señor Trump, sino la gestión de su secretaria de educación la Sra. Betsy DeVos.
Pero ¿Quién es Betsy DeVos? La actual Secretaria de Educación Norteamericana nacida el 8 de enero de 1958, no es solo una empresaria sino una destacada líder del Partido Republicano. Hija del fundador de la Corporación Prince, Edgar Prince, su nombre de nacimiento es Elisabeth Prince. Actualmente está casada con el Director Ejecutivo de la multinacional Amway Dick DeVos, heredero del emporio Amway perteneciente –en buena parte- a su padre Richard DeVos. La señora DeVos estudio en la conservadora Holland Christian High School, para graduarse posteriormente de Licenciada en Artes en el Calvin College in Grand Rapids, ambos de Michigan. Pertenece a una de las familias más ricas de ese Estado. Su suegro Richard DeVos fue elegido por la Revista Forbes en 2016 como una de las personas más ricas de los Estados Unidos. El aporte de la Familia DeVos, al partido y los candidatos republicanos desde 1989, se estima en aproximadamente 17 millones de dólares. DeVos pertenece a la Iglesia Reformada Cristiana de América del Norte y, al parecer sus ideas religiosas están muy influenciadas por el teólogo neo-calvinista Abraham Kuyper. La familia de DeVos ha desarrollado el Consorcio Nuerocore, dedicado a la “estimulación” cerebral basada en la industria cultural; una especie de programación neurolingüística centrada en películas. La señora DeVos se ha desempeñado como presidenta, tesorera e integrante del Consejo del Instituto Acton, institución dedicada al estudio de la relación entre libertad y religión. Entre los años 2004 y 2010 integró la junta directiva del Kennedy Center, experiencia que le permitió crear el DeVos Institute of Arts Management y, el ArtPrize, un importante concurso internacional de arte.
Pero, ¿Cuál es su trayectoria Política? Con treinta y ocho años de militancia en el Partido Republicano, la señora DeVos ha desarrollado la mayor parte de su trabajo político en Michigan. En una meteórica carrera que la llevó de delegado local, a integrante de la Comisión Nacional Republicana hasta ocupar el cargo de presidenta del Partido en Michigan entre 1996 y el año 2000 –y posteriormente en otro periodo- la señora DeVos ha desarrollado un perfil, que la identifica con los valores más conservadores de su organización. La señora DeVos es el resultado de los valores de la homofobia, la industria de las armas a través de la libertad de uso de armas de fuego, el antiaborto, la discriminación racial, entre otros sustentos del republicanismo. Los rasgos que distinguen su accionar político son: excelente recaudadora de fondos y relacionista pública.
¿Cuáles son sus ideas en Educación? La señora DeVos no es educadora de profesión ni de ejercicio en el aula. En sus propias palabras considera que el énfasis de las reformas educativas, no es otro que el “avanzar en el Reino de Dios”, sumándose a la larga lista de políticos republicanos que se auto conciben como delegados del ·Seño” para llevar a buen puerto la administración pública y especialmente la educativa. Desde hace más de una década es una abierta opositora de la educación pública presencial, de la escuela y del sistema escolar. Defiende la libertad de elección de centro escolar, la educación en casa en oposición a la escolarización presencial, el programa de “vauches” escolares, el desarrollo de escuelas a “la carta”. Como defensora de las llamadas escuelas de Excelencia ha sido presidenta de la Fundación para la Excelencia en la Educación.
La Fundación de la familia Dick&Betsy DeVos (1989) concentra su acción en cinco agendas que expresan su interés: educación, comunidad, artes, justicia y liderazgo. Su influencia en materia educativa ha crecido en la medida que se incrementan las donaciones de su fundación al sistema escolar norteamericano. En el periodo 1999-2014, esta fundación familiar entregó 8.6 millones de dólares para el desarrollo de escuelas cristianas de administración privada, 5.2 millones de dólares a las llamadas “escuelas charter” a lo cual le sumó 59.750 dólares a escuelas públicas para el impulso de los valores que ella promueve. A partir de esta dinámica la “voz educativa” de Betsy DeVos se hizo cada vez más conocida en los Estados Unidos.
Es evidente su interés en el sector privado de la educación y por ende en la privatización de la educación; para ello ha construido una discursiva que impulsa la libertad de elección de centros educativos, cuyas características estén determinadas por el mercado. Como defensora de los “vales” o “vauchers” escolares y de los créditos fiscales a los estudiantes y sus familias, los concibe como el finiquito de la obligación del Estado con los ciudadanos, respecto a la educación, mediante el otorgamiento de un monto a cada uno de los estudiantes para co-financiar su educación privada. Considera que los dineros del Estado deben ir dirigidos al fortalecimiento de la educación privada y no al sector público. Es una defensora a ultranza de las escuelas charter, al punto que diseñó un sistema de supervisión para ellas, que las exime de responsabilidad cuando salen mal en sus evaluaciones. Es promotora de un sistema de evaluación de los centros escolares que les clasifica en A, B, C, D o E para atraer o distanciar a los padres de ellas. En los últimos años ha impulsado el discurso de la educación en casa, apoyada en los elementos virtuales.
¿Cómo fue la votación en el Senado Norteamericano para su designación y las resistencias que ello generó? El 23 de noviembre de 2016, Donald Trump anuncia que la señora DeVos será la Secretaria de Educación de su administración. Su nominación generó inmediato rechazo en los sectores más progresistas y los gremios docentes de ese país. Una veintena de gobernadores de la Unión expresaron inmediatamente su apoyo a DeVos. La presidenta de la Asociación Nacional de Educadores (NEA) la profesora Lily Eskelsen García declaró que “considera a DeVos una mala opción para el cargo y, hasta ahora, no ha demostrado un compromiso con el fortalecimiento de la educación pública” (31-01-2017). Por su parte, el dirigente de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo que DeVos es “una de las peores nominadas en ser jamás considerada para el puesto”(07-02-2017). Su designación continuó generando polémicas en el Congreso norteamericano ya que diputados demócratas se opusieron abiertamente a su designación; siendo hasta el 31 de enero que se lograron los votos suficientes para elevar al Senado la consulta sobre su nombramiento. Cuando todo parecía indicar que la señora DeVos no lograría la mayoría necesaria para su designación, el 7 de febrero de 2017, con el voto del vicepresidente Mike Pence, logró romperse el empate generado, siendo aprobada su moción por el estrecho margen de 50-51 votos.
¿Qué explica este impase con la señora DeVos? Primero, esta resistencia hay que entenderla, como parte de la conmoción de la clase política norteamericana, ante el triunfo de alguien, que hasta hace poco, era visto más como un financista del mundo político, que cómo un presidente de la capital del imperio del siglo XXI. Segundo, el temor de esa clase política a ser desplazada abiertamente por empresarios, amigos del nuevo presidente, de cuyo clan la señora DeVos es una clara representante. Tercero, las evidentes contradicciones de un sector empresarial que quiere controlar el “mercado” educativo norteamericano y, que ante la resuelta posición de la Sra. DeVos, ve el riesgo, que la balanza privatizadora se incline para el lado de los allegados, amigos y colegas de los Dick&Betsy DeVos. Cuarto, la inestabilidad que genera la señora DeVos al ser tan mal vista por sectores progresistas, los sindicatos docentes, los defensores de la educación pública y sectores organizados de los estudiantes y los padres y representantes.
Entonces, ¿Por qué finalmente resulta aprobada su designación? Porque ella, muy a pesar del escarceo parlamentario, representa puntos claros de coincidencia en materia de lo que hay que hacer en educación a favor de los intereses del capital, desde el punto de vista de las dos facciones imperiales en disputa en la arena política norteamericana: la proteccionista y la neoliberal. Esta coincidencia no es otra que la convicción respecto a la urgencia de la privatización de la educación, la destrucción del sistema escolar unificado, la desaparición de la profesión docente, la reconfiguración de la casa de familia como el espacio de aprendizaje en sustitución de la escuela pública.
Si bien cerca del 90% de los estudiantes estadounidenses estudian en “escuelas públicas” y sólo un 6% están en las escuelas charter o privadas, la Señora DeVos ha intentado profundizar la tendencia privatizadora de la educación. Para ello, impulsa una matriz de opinión, desde la secretaria de educación, que señale que la “pública” no genera educación de calidad y es un gasto innecesario para el Estado. Para ello, enfatiza en las pruebas estandarizadas, en la interpretación descontextualizada y sesgada de sus resultados y la destrucción de la imagen de los maestros. En este último sentido, recordemos las declaraciones de la Sra. DeVos al culminar la visita a la escuela Jefferson, cuando señaló que “los maestros no tenían iniciativa y sólo esperaban que les dijeran que hacer”, lo cual es parte de una elaborada campaña contra el magisterio estadounidense.
A pesar de las “diferencias” locales, existe plena convergencia entre las orientaciones de la administración Trump y el Ministerio de Educación Mundial en el que se ha convertido la OCDE, por lo cual es previsible un fortalecimiento a las políticas estandarizadoras, la cultura de la evaluación punitiva escolar y la estratificación de centros educativos; al final lo que se procura es abrir paso al modelo de educación en casa.
Recordando que ahora convivimos intensamente con chicos y chicas adolescentes que necesitan besos, pero pobres de nosotros que intentemos darles uno, chicos y chicas que necesitan saber que estamos a su lado, pero pobres de nosotros si nos acercamos demasiado, escribí este decálogo
Justo cuando empezaba la cuarentena universal en la que estamos, mi editora del libro Quiéreme cuando menos me lo merezca…porque es cuando más lo necesito, madre animada de adolescentes, Recordando que ahora convivimos intensamente con chicos y chicas adolescentes que necesitan besos, pero pobres de nosotros que intentemos darles uno, chicos y chicas que necesitan saber que estamos a su lado, pero pobres de nosotros si nos acercamos demasiado, escribí este decálogo:me pedía algún decálogo para vivir (sobrevivir) con ellos entre cuatro paredes. Accedí y escribí los 10 mandamientos que transcribo al final. Pero, también, recibí y recibo demandas de periodistas que tratan de construir algún manual de autoayuda y, además, leo (¡tengo tiempo para leer!!) las múltiples recomendaciones que algunos colegas difunden… y me entra un cierto desasosiego.
Estamos en medio de una situación en la que muchos padres descubrirán que tienen hijos y que estos no se educan solos. Además, no podrán poner la escusa de no tener tiempo. Convivir a la fuerza con los hijos hará que descubramos (si nos paramos a pensar) nuevas dimensiones de nuestra vida. Y, por supuesto, necesitamos imaginaciones múltiples para que el resultado sea razonablemente feliz …para todos.
Pero, cuidado con dos manías de algunos profesionales de la educación: sugerir a madres y padres lo que está bien y ha de hacerse; pensar que la buena educación pasa por el orden. Se trata de ayudar a que cada grupo familiar, de la manera que pueda y sepa (aprenda), haga sentir a sus hijos que son queridos, se sitúan adecuadamente entre los riesgos y descubren que, sin escuela, también es divertido aprender. Igualmente, una crisis sirve, de manera especial, para vivir en el caos tolerable, sin horarios ni planificaciones impuestas (atención a los argumentos para convencer, ahora, a un adolescente de que toca o no toca hacer según qué). Es interesante descubrir que el día tiene 24 horas y no está previsto cómo llenarlas. Además, para un adolescente todos los días deberían ser “carpe diem” y ahora tiene 14 por delante.
Recordando que ahora convivimos intensamente con chicos y chicas adolescentes que necesitan besos, pero pobres de nosotros que intentemos darles uno, chicos y chicas que necesitan saber que estamos a su lado, pero pobres de nosotros si nos acercamos demasiado, escribí este decálogo:
Decálogo para vivir confinado entre adolescentes y descubrir la felicidad
Empecemos por tener claro que, alterada la vida, nosotros, los adultos, nos tenemos que reinventar. De entrada, somos nosotros los que ahora estamos en crisis y, encima, encerrados con personajes que nos sacan de quicio.
Tenemos que hacer subdivisiones del confinamiento. Descubrir que su habitación siempre será suya y reclamar más sofá por nosotros.
Forzosamente hay que dedicar más tiempo a quien no quiere estar más tiempo con nosotros. Al menos ahora los tendremos que mirar más, escuchar más … y descubrir que buena parte de sus vidas nos era desconocida.
La pedagogía del pacto ahora significa dedicar más tiempo todavía a negociar las actividades a hacer, las ocupaciones, los nuevos “deberes” para evitar que estas semanas se conviertan en tiempo muerto.
Aprovechar para hablar (dejar caer palabras) sobre riesgos y protecciones. Volver a ver juntos, por ejemplo, el capítulo de “Sex Education” en el que los alumnos se ponen mascarillas para combatir una epidemia de clamidias y han de debatir qué significa la promiscuidad.
Como que serán días de conexiones y pantallas, si aparece el momento, podremos tomar conciencia de lo que somos y no somos sin conexión.
Quizás descubriremos vidas de los amigos y amigas poniendo el oido y la vista (sin demasiado cotilleo) en sus “conversaciones” de red. Podremos conjugar verbos como mirar, ver, observar, escuchar.
Una parte de la vida inevitable a compartir será descubrir a qué jugamos juntos (tiempos para aprender Fornite y compartir Play).
Encontraremos el momento para explicarlos cómo nos preocupa el futuro y discutir de qué va el problema en el que estamos metidos, descubrir con otros motivos la diversidad y desigualdad del mundo (comenzando por el tamaño del piso en el que viven ahora unos y otros), el derecho a la salud, etc.
Como las farmacias no cierran…podemos proveernos de diazepan…comprar toneladas de paciencia…… ellos y ellas viven y son felices a pesar de nosotros y de los virus.
También influye en nuestra fortaleza mental, lo que se conoce como resiliencia: ayuda a afrontar los traumas vividos y aprender de ellos y utilizarlos como parte de nuestro crecimiento personal
Cuenta Luis Moya Albiol, catedrático de Psicobiología de la Universitat de València, que de niño disfrutaba haciendo teatro y le gustaba ponerse en el lugar de los personajes para acercarse a su forma de sentir, de pensar y de actuar. Sin conocer siquiera todavía el término, el hoy doctor en Psicología estaba trabajando la empatía, una capacidad a la que ya en la adultez ha dedicado años de estudio y tres libros, el último de ellos Educar en la empatía, el antídoto contra el bullying (Plataforma Editorial).
A la empatía, sin embargo, no llegó de forma directa, sino a través del estudio de la conducta violenta. Fue entonces, cuenta, estudiando el cerebro violento, cuando se dio cuenta de la estrecha relación entre violencia y empatía. “Las áreas cerebrales que regulan la empatía se solapan en parte con las de la violencia, de manera que la activación de esos circuitos cerebrales hacia un sentido, por ejemplo, hacia la empatía, podría actuar biológicamente como inhibidor del otro, es decir, de la violencia”, afirma.
Violencia y empatía, por tanto, serían conceptos relacionados pero incompatibles, de forma que cuanto más empático es alguien, muchas menos posibilidades existirán de que utilice la violencia como forma de resolver los conflictos: “Se trata, pues, de la otra cara de una misma moneda, pues la mejor estrategia para reducir la violencia es fomentar la empatía”.
La ecuación, entonces, estaría clara: educar a niñas y niños en empatía (en casa y en el aula) contribuiría a hacer del mundo un lugar mejor y menos violento. Empezando por la misma escuela. No en vano, el experto en psicología y neurociencia, señala la empatía como herramienta clave para luchar contra el acoso escolar y lamenta que los programas desarrollados hasta la fecha para prevenir y erradicar el bullying se hayan centrado más en la identificación de este tipo de acoso desde los primeros indicios, el diagnóstico y las vías de resolución.
“El trabajo más importante pasa por la prevención del acoso escolar y en ese aspecto la educación en empatía es una pieza clave. Dar herramientas a los niños y a los adolescentes para afrontarlo es fundamental, pero proveerlos de habilidades empáticas es básico, porque así podrán ponerse siempre en el lugar del que sufre y actuarán para frenarlo”, reflexiona.
Educar en empatía desde el minuto cero
Todos nacemos con una predisposición genética y variable a ser empáticos. Sin embargo, como recuerda Luis Moya Albiol, las experiencias vividas, el aprendizaje, el ambiente familiar y la educación “van a influir considerablemente en el desarrollo de la empatía”. En ese sentido, las primeras experiencias de vida son ya “cruciales” para el desarrollo de la empatía, por lo que para el experto es “fundamental” propiciar un ambiente empático a los menores desde el primer momento: “por mucha predisposición biológica que se tenga hacia la empatía, la falta de esta por parte de los cuidadores en los primeros momentos de la vida puede mermar mucho su desarrollo”.
En el ámbito educativo, por su parte, esa educación en empatía “ha de producirse desde la escuela infantil”, momento en el que pueden aparecer las primeras burlas o agresiones verbales hacia otros niños, pero señala que hay que estar “especialmente atentos” en la pubertad y durante el periodo que la antecede, ya que es cuando el riesgo aumenta de forma exponencial.
En ese sentido, el autor de Educar en la empatía, considera “necesario” incluir la empatía como materia en el currículo de los más pequeños, como ya sucede en países como Dinamarca, “pero también formar a los docentes e incluso a madres y padres”, de modo que la educación en empatía se produzca “transversalmente en todas las materias que cursen y en todos los ámbitos de su vida”.
Lamentablemente y hasta hora, explica Moya Albiol, la empatía no se ha tenido en cuenta en las políticas educativas. La prueba fehaciente para el experto es el proceso de selección del profesorado. “¿Qué se tiene en cuenta para seleccionarlos? Pues básicamente sus calificaciones para acceder a los estudios en magisterio, y luego su desempeño en un concurso-oposición para acceder al sistema educativo público. Pero en ningún momento se evalúa su inteligencia emocional o empatía, algo fundamental desde mi punto de vista, pues considero que es la profesión más importante y la que contribuye notablemente a crear la base de la sociedad”, argumenta.
El experto, sin embargo, no se olvida de los padres, madres y/o tutores de los menores, que en su opinión “tienen la misma responsabilidad en la educación en empatía” que en cualquier otro aspecto de la educación de sus hijos. Al respecto, destaca la necesidad de que madres y padres estén atentos a la sobreprotección, permitan el desarrollo de la propia autonomía, y potencien la autoestima, la espiritualidad y la creatividad de sus hijos e hijas.
También, en ese sentido, invita a los padres y madres a hacer una reflexión sobre la mucha preocupación que mostramos por los conocimientos tangibles (que los niños aprendan inglés, chino mandarín y robótica); y, por el contrario, la poca que tenemos por la educación emocional y en valores, por esa empatía de la que habla el psicólogo.
“No quiero decir que saber robótica o chino no sea importante, pero, en mi opinión, no es lo fundamental, pues saber gestionar nuestras emociones y relacionarnos de forma sana con los demás nos ayudará a formar vínculos afectivos estables con nuestra familia, amistades y colegas del trabajo. Nos llevará también a que tomemos decisiones basadas en aquello que queremos realmente de acuerdo con cómo nos sentimos, y no en aquello que se nos demanda o se espera de nosotros. E, incluso, te diría que una educación en empatía facilitará el aprendizaje de nuestras hijas y nuestros hijos, pues se centrarán en la cooperación frente a la competición, de forma que todos ganan y se ayudan”, explica.
“Las personas más empáticas tienen mayor interés por el bienestar de los demás, lo que se plasma en pequeños detalles en el día a día que van desde la escucha activa hasta la compresión de los estados emocionales. Son por ello personas más queridas y respetadas, a las que se busca inconscientemente y muchas de ellas, acompañadas con otras características, tienen gran capacidad de liderazgo. Hablamos, gracias a la empatía, de personas respetuosas, mentalmente flexibles y solidarias, por lo que los demás se sienten aceptados mostrándose tal y como son. Ellos, a su vez, confían en lo demás y tienen gran capacidad para cooperar, por lo que concilian mejor su vida personal y laboral. Por todo ello son personas más felices, ya que suelen encontrar muestras de afecto y receptividad en todos los ámbitos de su vida”, subraya el experto.
El autor de Educar en la empatía señala que, además, todos estos beneficios enumerados podrían tener otros que, de forma indirecta, tendrían un impacto sobre la salud, ya que recuerda que el apoyo social “es un protector para la depresión y ansiedad, así como para la prevención del desarrollo de alteraciones relacionadas con los procesos de estrés, como inmunológicas, gastrointestinales, musculares, dermatológicas, etcétera”. La mayor capacidad de conciliar, la flexibilidad mental y el respeto hacia los demás, por su parte, contribuirían además, según Moya Albiol, “a una predisposición positiva que puede fortalecer el estado general de salud”. La empatía, por último, influiría también en nuestra fortaleza mental, lo que se conoce como resiliencia, “pues ayudaría tanto a afrontar en mejor medida los traumas vividos a lo largo de nuestra vida, como a aprender de ellos y utilizarlos como parte de nuestro crecimiento personal”.
Entrevista/05 Marzo 2020/Autor: Victor Saura/eldiariolaeducacion.com
Respeto a los niños, por pequeños que sean. Es decir, respeto a sus opiniones, a sus emociones y sus ritmos de desarrollo. Esta es la línea que inspira ‘Ser maestr @ en el 0-3’, el libro que ha escrito Laura Lladós con la intención de abrir pequeños grandes debates en el ámbito de los más pequeños.
Laura Lladós es maestra de la escuela infantil Balàfia de Lleida y miembro del consejo asesor de la revista Aula Infantil. Acaba de publicar Ser maestr@ en el 0-3, un libro con el que la Editorial Graó inaugura una colección sobre educación y pequeña infancia, y que además, según nos cuenta ella misma, está siendo utilizado por las maestras de las 18 escuelas infantiles municipales de Lleida y las alumnas de la Universidad de Lleida como guía para encontrarse y debatir sobre su tarea educativa. Laura Lladós es, además, una de las cuatro coordinadoras del Congreso de Educación Pública en Lleida, y también sobre eso le queremos preguntar.
¿Qué nos aporta este libro?
El libro surge como una herramienta que pueda servir para establecer debates, tanto para los futuros maestros como para quienes hace muchos años que trabajan, una herramienta para poder parar y reflexionar sobre estos pequeños temas que nos vamos encontrando cada día en la escuela.
¿Como cuáles?
Por ejemplo, la educación emocional. Ahora parece que en todas partes se hace educación emocional, que está de moda, pero a veces nos olvidamos que la educación emocional forma parte del día a día. Está muy bien trabajar un cuento para saber si estoy feliz o estoy triste, pero no se necesitan unos horarios en concreto para hablar de emociones, sino que es el día a día. O, por ejemplo, el tema de los conflictos.
Escribes que si dos niños se pelean no debemos obligarles a hacer las paces y darse un beso. Pues es lo que haríamos la gran mayoría…
Y si vas a cualquier escuela es lo que primero te encuentras. «Va, ¡daos un beso!». En la vida diaria las cosas no funcionan así, ¿por qué con los niños sí? ¿Por qué, si no quieren, los tenemos que obligar a darse un beso? Imagínate que llegas al trabajo y alguien, por lo que sea, te da un empujón; tu jefe no vendrá y dirá, va dale un beso y ya está.
Esto es cierto. Pero entonces ¿cuál es la manera de gestionar el conflicto?
Se debe buscar la manera de dialogar. Poder saber el por qué ha pasado aquello, cómo te sientes realmente, y si en ese momento quieres o no un beso, porque si no es la solución hay que buscar alternativas. Todo el libro se basa en el respeto a los niños en todas las vertientes. Podemos cambiar el nombre que le damos a las metodologías que utilizamos, podemos cambiar los materiales del aula, a los maestros, lo podemos cambiar todo, pero lo que no podemos cambiar es el respeto a los niños. Es nuestro objetivo, el poder realmente respetar sus intereses, sus decisiones, sus pensamientos, y no estar todo el tiempo condicionando y actuando como un adulto convertido en una especie de satélite que lo puede controlar todo. Porque este niño irá creciendo, y si lo que ha aprendido es que la manera de solucionar los conflictos es que me lo tiene que solucionar alguien que tengo fuera después todo será más complicado.
Lo veo mucho más fácil de decir que de hacer. ¿Quién no tiene la tendencia a pensar y decidir por ellos? Porque si los dejas hacer… ¡a veces tienen ideas de bombero!
Hay que ir estableciendo prioridades. Debemos respetar, pero también poner unos límites. Si un niño de 3 años quiere ir solo por la carretera, esto no le respetaré porque hay un peligro. Este es un límite. Pero si yo le quiero poner el jersey rojo y él se quiere poner el verde, ¿lo podemos respetar? Pues no debería haber ningún problema. Nosotros somos adultos que tenemos una superioridad y la podemos ejercer. Si un niño se tira al suelo en una pataleta lo podremos estirar de la mano y llevárnoslo, porque somos adultos, pero a medida que se hace mayor eso ya no lo podrás hacer. Entonces es mejor crear estrategias desde que son pequeños para llegar a acuerdos, a través del diálogo, hay que escuchar y empatizar, que no significa compartir la misma opinión, sino poderle argumentar tu.
¿Las maestras de la infantil están ya suficientemente reconocidas desde que la neurociencia dice que lo más determinante que nos pasa como personas ocurre en los primeros años de vida?
No hay duda de que la neurociencia y los neurocientíficos como David Bueno nos han ayudado mucho. Si una editorial como Graó apuesta para sacar una colección 0-3 será porque se está empezando a dar reconocimiento a nuestra labor. Pero al 0-3 aún no se le da la misma importancia que al resto de etapas, a pesar de que sabemos que es la edad más importante, en la que se desarrolla toda la base de los futuros aprendizajes. Yo lo relaciono con el hecho de que no es una etapa obligatoria y que todavía existe la creencia de que los niños están todo el día jugando y cantando, y no hacen nada. Este tipo de menosprecio se debe a que aún no se tiene esta visión capacitadora del niño. Nosotros, en el 0-3, esta visión la tenemos, consideramos que el niño es capaz de ir aprendiendo. Las criaturas están acostumbradas a ver a un adulto que todo el rato está actuando sobre ellos, entonces estos adultos se sorprenden cuando ven que en la escuela infantil se lavan las manos y se ponen la chaqueta solos.
Sobre todo trabajais la autonomía.
Trabajamos toda la adquisición de hábitos de autonomía, las rutinas, la toma de decisiones… Para nosotras, lo más importante en esta etapa es que se pueda producir un aprendizaje a través del descubrimiento. O sea que sí se trabajan las rutinas y los hábitos, porque no debemos perder de vista que estamos en una etapa en la que todavía necesitan un adulto que pueda satisfacer las necesidades básicas, pero por otro lado también necesitan un adulto que les proporcione todas estas posibilidades de aprender a través del descubrimiento. Del juego libre, del movimiento, para poder explorar todas sus posibilidades y capacidades.
¿Cómo se gestiona la típica angustia de los padres cuando ven que el niño del lado ya camina o ya dice unas palabras, y el suyo todavía no?
Yo te diría que lo de las comparativas ya no pasa tanto, pero en todo caso, como desde el primer momento hay una relación muy estrecha con las familias, porque entran en el aula y participan en todas las actividades que quieren, entonces les dejamos muy claro que cada niño es único y que tiene sus ritmos de desarrollo, y por lo tanto, al igual que nosotros no comparamos, ellos tampoco deberían hacerlo. La clave es hablar mucho con las familias y explicar mucho lo que hacemos, que puedan entrar en el aula y ver que ni el suyo es el único que no camina ni la suya es la única que no dice cuatro palabras todavía. Cada caso es diferente y necesita este respeto que decíamos a su ritmo evolutivo.
Otra recomendación del libro es no preocuparse demasiado con el gran abanico de corrientes pedagógicas.
Montessrori, Waldorf, Reggio Emilia, neuroeducació, coeducación, educación emocional… Nos llegan muchas corrientes y además cada vez las familias están más informadas y te preguntan qué metodologías utilizas. Está muy bien conocerlas, y hacerlo con profundidad, al igual que debes conocer muy bien tu centro y sus niños, y así podrás sacar el máximo provecho de cada una de estas corrientes, porque podrás coger lo que más se adapte a tus necesidades. Pero todo esto no se debe vivir como algo angustioso porque, si no, entramos en la rueda del hacer por hacer y poner materiales por poner, y eso no tiene ningún sentido. Debemos parar, reflexionar y ver qué cogemos de cada una. No debemos perder de vista que nuestro objetivo es el bienestar, la seguridad y el desarrollo de los niños.
También hablas de coeducación, que precisamente no parece un tema especialmente preocupante en el 0-3.
Podemos caer en la trampa de creer que en infantil no hace falta, pero sí lo hace. El hecho de que tú ofrezcas las mismas posibilidades a todos los niños no te asegura que realmente haya coeducación. Los estereotipos están y los vemos. Por ejemplo, si un niño va al lugar donde tenemos los disfraces y se pone un de princesa, ¿cuál será la reacción de los demás? O puedes tener en un aula un espacio de una caseta y cochecitos para llevar las muñecas, pero seguramente las niñas tendrán cuidado del muñeco y los niños usarán los cochecitos para hacer carreras. Aquí sí que tienes que intervenir para que realmente se produzca coeducación, y porque el cochecito se utilice en el sentido de cuidado. O, por ejemplo, los cuentos. ¿Continuamos contando los mismos cuentos tradicionales cargados de estereotipos de género y de roles sexistas muy marcados, o realmente introducimos cuentos que tengan en cuenta todos los roles, que rompan estereotipos y ofrezcan visiones de niñas teniendo roles que tradicionalmente se han asociado a niños? También es muy importante la labor que haces con las familias. Es muy fácil encontrarse una que te diga, preocupada, que a su hijo le gusta jugar con muñecas; seguramente este padre o esa madre no se da cuenta que su niño quiere un cochecito para pasear muñecos porque quiere imitarles, porque ve que le pasean a él en un cochecito. ¿Por eso es menos niño? No, te quiere imitar, eres su modelo.
Debe de ser complicado encontrar cuentos que no caigan en estereotipos…
Lo es, aunque cada vez hay más. Muchas escuelas hacen la maleta viajera, donde hay cuentos que van de casa en casa. Entonces, ¿qué cuentos pones allí dentro para que las familias los compartan con sus hijos? Pon cuentos que muestren la diversidad de familias que hay actualmente, o cuentos donde haya niñas haciendo de piratas o de bomberas; es importante ir metiendo este granito de arena para cambiar la mirada. Nuestra profesión desgraciadamente todavía es mucho de chicas, es difícil encontrar una figura masculina como maestro de 0-3. Por eso nuestro trabajo debe ser el doble de insistente, porque es difícil que los niños puedan ver a un hombre en la escuela que está cuidando de ellos.
En la escuela y en la sociedad.
Por eso también tenemos que tener mucho cuidado con el lenguaje que utilizamos en el aula. Por ejemplo, es muy fácil decir: «Te pongo el babero en la mochila para que cuando llegues a casa te lave tu madre». En vez de eso puedes decir «para que te lave tu madre o tu padre». El cuidado del lenguaje tanto con los niños como con las familias es muy importante.
Hace poco publicamos un artículo de Josep Maria Cornadó en el que proponía retrasar hasta P4 la entrada al colegio. ¿Te parece también que estamos empujando los niños demasiado rápido a un ambiente que no es el suyo?
Para mí, lo ideal sería que el 0-6 estuviera junto. La escuela infantil es un entorno mucho más pequeño, mucho más cuidado, y al que las familias tienen acceso, hay un contacto diario, y muchas veces las mismas familias cuando pasan al colegio te comentan que no es lo mismo, porque «ahora lo dejamos en la fila y ya no entramos en el aula».
Me parece que cada vez que hay más colegios que permiten que las familias de P3 y P4 entren a primera hora…
Por suerte. Pero no es ni mucho menos lo mayoritario. Aparte de que los niños pasan de un espacio físico que es pequeño y se ha diseñado pensando en ellos a un edificio inmenso donde hay niños muy grandes. Claro que muchas veces tienen los patios separados, pero es un entorno en el que la seguridad y la calma que tenían antes cambia totalmente, y deben hacer esta adaptación a un entorno que no está tan pensado por sus características. Y lo mismo ocurre en cuanto a los hábitos. Nos encontramos muchas veces que para empezar P3 ya no tiene que llevar pañales.
Te lo iba a comentar. Seguramente es uno de los momentos más estresante para las familias.
Claro. Estamos diciendo a las familias que no han de comparar los niños, que dejemos que cada uno vaya a su ritmo, entonces ¿por qué les hago quitar los pañales a la misma edad? ¿Porque el sistema lo dice? ¿Por qué estamos forzando este niño que igual no está todavía preparado? Quitar los pañales a un niño que está maduro para este cambio es una semana. Pero si lo quitas antes, se puede alargar mucho. Y, claro, te encuentras familias que te comentan que se le ha escapado el pipí y les han llamado porque tienen que ir a cambiarlo… Un niño de 3 años que ha nacido el 31 de diciembre está en un aula diferente de uno que nazca el 1 de enero, pero en realidad sólo los separa un día de desarrollo. En los colegios también hay un salto entre los 3 y los 4 años. A los 3 les dejan hacer la siesta y los 4 ya no. ¿Por qué este límite? ¿En qué base pedagógica o científica se puede sustentar que un niño necesita dormir a los 3 años pero ya no a los 4?
Muy bien, acabamos de hacer el cuarto debate. Aquí nos hemos implicado mucho desde el 0-3 hasta la universidad, están siendo debates en los que hay mucha participación, en cada uno hemos tenido entre 70 y 80 personas, porque hemos podido no sólo movilizar a la comunidad educativa sino que también hemos movilizado familias y alumnado. Los maestros realmente agradecen el hecho de tener un espacio para debatir sobre temas que realmente nos interesan y que estén focalizados en la educación pública.
La sensación que tenemos es que el Congreso no está generando grandes titulares o grandes novedades, al menos de momento. ¿Lo ves así?
Los grandes titulares quizás dependen de quien los escriba. Para mí hay un gran titular, que es que se puedan encontrar maestros, familias y alumnos, hablando de manera horizontal, y cada uno aportando lo que realmente cree importante. No situando el maestro en una posición jerárquica elevada, en la que el alumno o la familia tienen que escuchar, porque al final todos conformamos la escuela pública. Estamos reflexionando, y sí que salen cosas muy interesantes, y también salen angustias y necesidades, pero de eso se trata, el Congreso está sirviendo para detectarlas y para pensar formas de superar estos retos.
Centroamérica/Nicaragua/27 Febrero 2020/https://www.tn8.tv/
46 asesores pedagógicos nacionales, directores de escuelas de educación especial y maestros de aulas, iniciaron este martes un curso para conocer nuevos métodos de enseñanza en las áreas de estilismo, cocina, música y computación a la niñez con discapacidad.
“Van a impartir estos nuevos procesos de estos cursos que se están realizando en el marco de articulación que existe entre el Instituto Nacional de Tecnología y el Ministerio de Educación. El objetivo principal de los cursos es desarrollar competencias laborales en los estudiantes con discapacidad intelectual, auditiva y visual para que ellos puedan insertarse en un futuro a un puesto laboral en igualdad de oportunidades y condiciones», apuntó Martha Alicia Gema Matus, asesora pedagógica de la dirección de educación superior.
«Esta nueva oferta educativa la vamos a tener en este momento en 10 escuelas del país que están ubicadas en los municipios de Diriamba, San Marcos, Estelí, Condega, Chichigalpa, Chinandega, Managua, Juigalpa, Matagalpa y León”, agregó la funcionaria.
Más empleo para las personas con discapacidad
“Vamos a desarrollar habilidades laborales en todo el sentido de la palabra, nosotros queremos que estos muchachos una vez que crecen en las escuelas de Educación Especial puedan aplicar a cualquier empleo como auxiliares de cocina, auxiliares de belleza, levantando texto trabajando en Excel, en Word, usando las redes sociales, los correos electrónicos y también puedan ser músicos», continuó.
Afirmó que la idea es que estas personas puedan desarrollar cualquier actividad que les permita desempeñarse laboralmente. «Nosotros estamos trabajando en la articulación de todos esos procesos y ver la parte de la inserción laboral”, sostuvo la funcionaria del Ministerio de Educación.
La inclusión y el trabajo integral para las personas con discapacidad en Nicaragua siempre ha sido uno de los objetivos que tiene el Gobierno central.
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