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Nicaragua es reconocida en el Foro Mundial de Educación en Londres

Centroamérica/Nicaragua/23 enero 2020/el19digital.com

Una delegación del Gobierno de Nicaragua, conformada por la Ministra de Educación, compañera Miriam Ráudez y la Embajada nicaragüense en Reino Unido, dio inicio a su participación en la más importante cita anual de Educación en el Mundo, el Foro Mundial de Educación, que en su Séptima Edición en Londres, bajo el tema “Una Generación : ¿Qué se necesita para transformar la Educación?, reúne desde este pasado Domingo a Ministros de Educación y 1,263 representantes de más de 95 países, que representan dos tercios de la población mundial, procedentes de Gobiernos, sectores público y privado y No Gubernamental, para debatir y enriquecer políticas educativas, así como los logros, desafíos y oportunidades en el futuro de la educación.

En los productivos intercambios sostenidos por la Ministra nicaragüense con el Ministro de Educación Británico, Gavin Wiliamson, y de otros países de Europa, Asia y África, así como otras autoridades y representantes, se ha conversado sobre los significativos avances logrados en los últimos 13 años por el Buen Gobierno Sandinista, a través de un modelo educativo basado en la familia, con políticas educativas centradas en asegurar acceso y cobertura universal de educación gratuita y de calidad, enfocada desde la Justicia Social, como restitución de un derecho humano, como un factor fundamental para erradicar la pobreza y la desigualdad.

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Ministra de Educación, Compañera Miriam Raudez; Embajadora de Nicaragua, Compañera Guisell Morales; Ministro de Educación del Reino Unido, Señor Gavin Williamson; Director del Foro Mundial de Educación, Señor Dominic Savage.

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Ministras de Educación de Cuba y Nicaragua.

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Ministra de Educación de Nicaragua junto a la Baronesa Gloria Hopper, miembro de la Casa de los Lores del Parlamento Británico.

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Ministra de Educación, Compañera Miriam Raudez, junto la Señora Georgina Dhillon, Agregada Cultural Honoraria de Nicaragua en Reino Unido, y el Compañero Ricardo Carioni, Primer secretario de la Embajada Nicaragüense.

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Ministra de Educación de Nicaragua junto a Ministro de Educación de Mauritania.

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Ministras de Educación de Seychelles y Nicaragua.

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Ministra de Educación y Embajadora de Nicaragua en Reino Unido en plenaria del Foro.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:99103-nicaragua-es-reconocida-en-el-foro-mundial-de-educacion-en-londres

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Entrevista a Eva Millet: «La ansiedad en niños y adolescentes: Los niños del siglo XXI no juegan, sus agendas de ministro no lo permiten»

Entrevista/23 Enero 2020/Autora: Èlia Pons/eldiariolaeducacion.com

La periodista Eva Millet acaba de publicar el libro ‘Niños, adolescentes y ansiedad: ¿Un asunto de los hijos o de los padres?’, En el que hace una radiografía de cómo la ansiedad se manifiesta en los niños y jóvenes y destaca su relación con una crianza sobreprotectora.

Eva Millet es periodista y comenzó a escribir sobre educación en el momento en que se convirtió en madre. En 2016 publicó Hiperpaternidad, que es el término utilizado en Estados Unidos para definir una crianza intensiva y obsesiva basada en la sobreprotección de los hijos y la saturación de sus vidas con múltiples actividades. Más adelante, publicó Hiperniños: ¿hijos perfectos o hipohijos? (2018), donde analizaba el impacto de este tipo de crianza sobreprotectora en el desarrollo de los hijos. Ahora acaba de sacar Niños, adolescentes y ansiedad: ¿Un asunto de los hijos o de los padres? (Plataforma), libro en el que hace una radiografía de cómo la ansiedad se manifiesta en los niños y adolescentes y las causas que la pueden propiciar.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de doscientos setenta millones de personas en el mundo sufren trastornos de ansiedad. La misma organización calcula que entre un 10% y un 20% de niños y adolescentes en todo el mundo experimentan trastornos mentales, el más común es la ansiedad. Según Millet, se trata de un trastorno especialmente alimentado por las vidas frenéticas que llevan. Considera que la hiperpaternidad y la ansiedad van de la mano y, por ello, este último libro que publica supone, en cierto modo, el cierre de una trilogía.

Vivimos en un entorno ansioso. ¿Esto ha hecho aumentar la ansiedad?

La ansiedad es una emoción muy humana, primaria. Siempre ha estado allí. Hay dos corrientes, una que dice que ahora hay más ansiedad que nunca y otra que dice que siempre ha habido, pero que lo que pasa es que ahora se habla más, se diagnostica más y, en definitiva, hay más noción de la ansiedad. Yo creo que es una suma de las dos visiones, pero sí es cierto que hay un ingrediente fundamental que hace que haya más ansiedad, que es el ritmo frenético en el que vivimos. Este no parar, esta híper estimulación, genera mucha ansiedad.

En el libro explicas que la ansiedad, en cierto modo, puede ser positiva. ¿Cuándo esta «ansiedad aliada» se convierte en negativa y se debe tratar?

Bien llevada y en las dosis adecuadas, la ansiedad es importantísima. La necesitamos para alcanzar nuestros objetivos. Pero cuando se desborda te hace la vida imposible. El problema llega cuando no te deja vivir bien. Cuando se convierte en un obstáculo en tu vida y tú ya no funcionas. Puedes tener ansiedad una semana antes de los exámenes, pero cuando ya han pasado los exámenes y sigues sin dormir, con taquicardias, con sudores o dolor de estómago, entonces, esta ansiedad se debe empezar a tratar. La máxima expresión de la ansiedad ocurre cuando se produce un ataque de pánico, esto es un aviso de que algo no va bien.

¿Crees que la precariedad laboral también influye en la ansiedad?

Sí, la idea de que el mundo se acaba y que todo es muy difícil nos crea mucha ansiedad. Estamos en tiempos particularmente ansiógenos, y por este motivo es importante aprender a lidiar con esta ansiedad y tenerla a raya, así como poner en marcha herramientas para no caer en ella. Porque la ansiedad siempre está. Y, además, es muy subjetiva. Lo que a ti te puede crear ansiedad a mí me puede parecer algo sin importancia, y viceversa. Por tanto, no sólo influye el entorno, sino también las características de la persona y la educación que ha recibido. Es una emoción muy misteriosa, muy difícil de definir, es aquello de «no sé qué me pasa, pero no estoy bien». El miedo es causado por una cosa concreta, tangible. Pero, en cambio, la ansiedad es el miedo al miedo. Es mucho más abstracto.

Foto: Èlia Pons

En tus anteriores libros hablas de la hiperpaternidad, los padres que protegen demasiado a sus hijos. ¿Qué relación hay entre hiperpaternidad y ansiedad? ¿Un niño sobreprotegido tiene más posibilidades de tener un comportamiento ansioso?

Uno de los combustibles de la hiperpaternidad es la ansiedad. Esta idea de estar muy encima del niño para que no le pase nada y que triunfe y llegue donde yo quiero es un gran generador de ansiedad. Y esta ansiedad de las familias para que su hijo sea el mejor es transmitida a los hijos. Por un lado, se traduce en unas grandes expectativas. Si tus padres están súper pendientes de ti, lo dan todo y esperan mucho de ti, tienes un peso y una presión importante. Y todo ello genera inseguridad a los hijos. Por otro lado, tenemos el estilo de vida frenético que estos niños llevan, y que es una consecuencia de esta hiperpaternidad. Este no parar, haciendo muchas actividades extraescolares, genera estrés al niño. Porque no paran, igual que no paran los adultos. Los hay que están haciendo vidas de miniadultos y tienen una agenda de ministro. Si gestionar mi estrés ya me cuesta, imagínate un niño de seis años que está todo el día arriba y abajo. La tarea de los padres es criar personas bien educadas, pero si como padre quieres tener un Einstein, esto es imposible.

También es muy interesante ver cómo la ansiedad se está convirtiendo también en un signo de cierto status. En el mundo académico anglosajón, por ejemplo, un niño o adolescente con ansiedad tiene más tiempo para hacer un examen. Hay padres locos porque diagnostiquen a sus hijos con trastornos de ansiedad, porque así tienen ciertas ventajas. Es surrealista. La ansiedad se está convirtiendo en un «bien». Se está convirtiendo casi en un producto capitalista.

¿Cómo debería cambiar la educación que reciben los niños?

Como dice el pedagogo Gregorio Luri, todos los niños tienen derecho a tener unos padres relajados. Estamos en un momento muy ansioso, y lo que yo reivindico es que paremos un poquito, que esto no es una carrera de obstáculos, que la infancia es un momento casi sagrado de la vida de cada uno y que los niños tienen derecho a vivir como niños. Tienen derecho a tener tiempo para hacer las cosas que hacen los niños, como jugar. Jugar es importantísimo y los niños del siglo XXI, del primer mundo, no juegan. No tienen tiempo, sus agendas de ministros no lo permiten.

¿Cómo gestionar y prevenir la ansiedad en los niños y adolescentes? ¿Cuál debería ser el ambiente adecuado para que crezcan?

Hay varias formas. Dormir, por ejemplo, es una manera natural de pulsar el botón reset. También ayuda llevar una buena alimentación, ya que hay una vinculación entre lo que comemos y cómo funcionan nuestro cerebro y nuestras emociones. Y, sobre todo, llevar una vida más relajada, más en contacto con la naturaleza, con unos ‘tempos’ menos enloquecidos. También se puede hacer un trabajo desde las escuelas. Hay algunas que están incorporando la educación emocional, y es una buena manera de prevenir la ansiedad. Está muy bien que se eduque en las emociones, que se explique qué es la ansiedad, pero yo pienso que esto es un trabajo básicamente de las familias. Como familias debemos arriesgarnos a que nuestros hijos se equivoquen, que sufran un poquito de vez en cuando, y educarlos en la responsabilidad, que sepan que son responsables de sus actos. Nosotros hemos de soltar esta ansiedad que llevamos encima y que transmitimos a nuestros hijos. Como no nos repensamos el modelo actual, no vamos bien.

Foto: Èli Pons

A los niños habitualmente les cuesta más expresar lo que sienten y, por tanto, puede ser más difícil detectar la ansiedad. ¿Cuáles pueden ser las señales de alerta más habituales?

Si a los adultos ya nos cuesta explicar que tenemos ansiedad, para los niños es aún más difícil. No la saben expresar; entonces debemos estar alerta a una serie de síntomas como, por ejemplo, pequeñas enfermedades o molestias continuadas, como padecer dolor de estómago o dolor de cabeza constantemente. Cosas que no tienen una explicación médica clara, pero de la que los niños siempre se quejan. La reticencia de ir a lugares a los que les gustaba ir, por ejemplo, a la escuela o a una fiesta de cumpleaños, son pequeños signos de alerta que como padres debemos tener en cuenta. También el mutismo, dejar de hablar. Esto está relacionado con la fobia social, uno de los trastornos de ansiedad más comunes en los adolescentes. No dormir bien o tener muchos pesadillas también puede ser un síntoma. También puede ser la falta de apetito o, al revés, tener mucha hambre, las exageraciones. En los adolescentes los síntomas ya son más claros, son fobias específicas: tener mucho miedo a equivocarse, a hacer el ridículo… ya se manifiestan de una manera más madura. En definitiva, las señales de alerta pueden ser cualquier cosa que como padres detectamos que no se corresponden con cómo son nuestros hijos. Todo lo que nos haga formular la frase: «No reconozco mi hijo».

¿De qué manera las pantallas y las redes sociales influyen en la ansiedad de los jóvenes?

Las pantallas son grandes generadores de ansiedad. Por un lado, debido a su componente adictivo. Las redes sociales, los juegos de ordenador… están diseñados para enganchar, y cuando no puedes consultar el móvil o no puedes jugar a un juego porque no tienes batería, esto hace que se genere estrés y ansiedad. Hay esta parte puramente biológica, física, y luego está la parte que sobre todo afecta más a los adolescentes, que es la ansiedad por la necesidad de agradar, que te acepten, de no hacer el ridículo, de conseguir más likes. También existe la ansiedad que te provoca ver que los otros se están divirtiendo y tú no, que se lo están pasando mejor que tú. Y es todo mentira, pero claro, para llegar a esta conclusión debes tener una cierta madurez.

¿Qué papel juega la clase social?

Para escribir el libro hablé, por un lado, con adolescentes de una escuela de Barcelona para familias más bien acomodadas, y estaban todos poseídos por la ansiedad. Tenían mucha angustia a la hora de tomar decisiones, por miedo a equivocarse. A una chica con la que hablé, por ejemplo, elegir el tema del trabajo de investigación le provocaba una ansiedad brutal. Estos niños eran un reflejo muy claro de esta crianza fruto de la hiperpaternitat. Por otra parte, también hablé con unos adolescentes tutelados, y estos tenían una concepción muy diferente de la ansiedad. Muchos no sabían qué era exactamente. Pero esto no quiere decir que no tuvieran. De hecho, un entorno socioeconómico complicado genera más ansiedad. Lo que pasa es que esos chicos tenían tantas otras cosas por las que preocuparse, por ejemplo, qué harán cuando cumplan 18 años, que no se podían permitir tener ansiedad. Para ellos, la ansiedad era un lujo. En cambio, los niños de clases más acomodadas podían expresarse sin ningún problema. De hecho, era su principal problema, porque las otras necesidades ya las tienen cubiertas.

¿Es adecuado tratar la ansiedad infantil y juvenil con fármacos? ¿Cuál es el tratamiento más efectivo?

La terapia es mucho mejor que los fármacos, lo que pasa es que es más cara y más larga y, además, supone exponer a tu hijo. La manera más efectiva de superar la ansiedad es enfrentarte lo que te genera ansiedad y ver que eres capaz de superar este miedo al miedo. Las pastillas no se recomiendan para menores, pero se utilizan cada vez más. De hecho, según un estudio del Plan Nacional sobre Drogas de 2018, el ansiolítico es la primera droga de uso de los jóvenes españoles de 12 a 16 años, por encima del tabaco y el alcohol. Es decir, los jóvenes se han tomado antes un diazepam que una cerveza. Los ansiolíticos funcionan bien, actúan directamente sobre el sistema nervioso y te calman, pero son una ayuda puntual. Como tratamiento no es adecuado, es más recomendable hacer terapia, del tipo que sea. También hay ansiolíticos naturales. Por ejemplo, una chica con la que hablé me ​​dijo que cuando tuvo su primer ataque de pánico la ayudó más el abrazo de su madre que cualquier medicamento.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/22/la-ansiedad-en-ninos-y-adolescentes-los-ninos-del-siglo-xxi-no-juegan-sus-agendas-de-ministro-no-lo-permiten/

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Nuevo, nuevo…

Por: Juana M. Sancho

Lo nuevo, nuevo sería plantear los retos globales a los que hoy se enfrentan los sistemas educativos y, a partir del conocimiento disponible, impulsar, imaginar. poner en práctica y documentar, las mejores propuestas para afrontarlos. Pero no como una moda, sino cómo un proceso de transformación basado en la acción reflexiva y permanente.

Resulta difícil no estar de acuerdo con la necesidad de transformar los sistemas educativos actuales para poder entender y afrontar los múltiples desafíos de las sociedades contemporáneas. Unos retos que no solo están vinculados, como algunos repiten, a “preparar niños, niñas y jóvenes para adaptarse a las necesidades del mundo digital”, es decir, a la agenda marcada por las grandes multinacionales. Porque, desde un análisis más complejo y global, el tema clave de nuestras sociedades y, por tanto, de los sistemas educativos es plantearse qué tipo de sociedades queremos contribuir a construir. ¿Sociedades en las que el plástico, la basura y la contaminación terminen haciendo al planeta invivible para los seres humanos y otras muchas especies? ¿Sociedades en las que un pequeño porcentaje de individuos acumulen una grandísima parte de la riqueza creada por el resto, mientras la mayoría no tiene acceso a un mínimo bienestar? ¿Sociedades en las que el uso abusivo de nuestros datos alimente un conductismo social de “alta tecnología” en el que unos cuantos, casi siempre invisibles, decidan cómo se tiene que comportar todo el resto? ¿Sociedades en las que una buena parte de la población no tenga acceso a agua potable en sus casas, ni infraestructuras sanitarias -mucho menos educativas, mientras otros despilfarramos recursos propios y ajenos? Sí, sé que son muchas preguntas, pero si no queremos seguir con propuestas superficiales para transformar la educación, quizás valga la pena comenzar o seguir planteándonosla. Sobre todo, en un momento en el que muchos países están planteándose un buen número de “innovaciones”. Y aquí conecto con el título de la columna.

Como sigue siendo la norma en el campo de la educación, las propuestas se orientan en dos direcciones que resumiré como back to basic -volver a lo básico-, y “seguir la moda”. La dos tienen sus correspondientes gurús. Para los primeros, la mejor “innovación” es “seguir haciendo lo que se ha hecho siempre”, como si todas las instituciones del mundo fuesen una cadena de montaje que funcionase en todas partes de la misma manera. Suelen ser personas a las que les “ha ido muy bien” en este sistema (no piensan en las muchas a las que no les fue bien, ni en lo que podían haber aprendido desde otros marcos de pensamiento y acción) y parece que les cuesta comprender que el mundo actual tiene poco que ver con el que ellos vivieron. (Aunque haya problemáticas que permanezcan). Los segundos, la mayoría de las veces, sin tener en cuenta el conocimiento disponible sobre educación, elaboran o adaptan propuestas que “se venden” como “innovadoras”, como “nuevas”, por una parte, sin tener en cuenta la genealogía de las mismas y, por otra, sin profundizar en hasta qué punto “lo nuevo” transforma de manera significativa la experiencia de aprendizaje de alumnado y profesorado, así como la vida de la institución.

Hace muchos años fui profesora de un grupo de párvulos de 4 y 5 años. Cuarenta y nueve años después mantuvimos un encuentro organizado por ellos. En aquella clase puse en práctica todo lo que pude y supe de las ideas, sobre todo, de Freinet y Montessori, además de intentar organizar las experiencias de aprendizaje que a mí me faltaron en mi educación. Una de aquellas niñas es ahora maestra en la escuela multigrado del pueblo y en la conversación manifestaron lo siguiente: “El CRAE La Cepa intenta ser innovador y está poniendo en marcha muchas de las prácticas de enseñanza que tú nos proponías”. Esta reflexión me ha dado mucho que pensar. Porque cuando analizamos muchas “innovaciones” y propuestas, desde el punto de vista del pensamiento educativo tienen poco de nuevo. Así lo argumentaba recientemente frente a 150 docentes de infantil, primaria y secundaria en una conferencia sobre la necesidad de que “no todo cambie para que todo continúe igual”. Al acabar la conferencia uno de los asistentes me dijo que “la ignorancia” de las aportaciones de diferentes autores podía ayudarnos a atrevernos a crear. Le conteste que sí, que, para mí, el reconocimiento de la ignorancia era el primer paso para seguir aprendiendo. Sin embargo, me preguntaba si, por ejemplo, a un estudioso de la Química se le ocurriría ahora inventar el sistema periódico de los elementos o partir de él para propiciar nuevos conocimientos. Para mí, la ignorancia “luminosa” sería la reconocida, en palabras de Newton, desde “los hombros de los gigantes”. Es decir, de todos aquellos hombres y mujeres que han ido aportando a lo largo de la historia sus ideas y sus prácticas para la mejora de la educación.

En definitiva, para mí, lo nuevo, nuevo sería plantear los retos globales a los que hoy se enfrentan los sistemas educativos y, a partir del conocimiento disponible, impulsar, imaginar. poner en práctica y documentar, las mejores propuestas para afrontarlos. Pero no como una moda, sino cómo un proceso de transformación basado en la acción reflexiva y permanente.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/16/nuevo-nuevo/

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El programa educativo del MECI para niños refugiados en Jordania: un ejemplo de buena práctica

Asia/Jordania/16 Enero 2020/Fuente: Política exterior 

El Middle East Children’s Institute (MECI) es un organismo público exento de impuestos cuya misión consiste en resolver las necesidades educativas, psicológicas, de salud personal primaria y de higiene y otras necesidades básicas de niños y mujeres en las zonas pobres y asoladas por las guerras de Oriente Medio. El innovador modelo de desarrollo comunitario centrado en los niños del MECI refuerza a las comunidades en la región mediante un planteamiento basado en tres pilares: educación infantil, empoderamiento de las mujeres y desarrollo económico. Su principal preocupación es contribuir a la estabilidad en la región mediante la educación y el desarrollo de aptitudes de los niños y las mujeres de zonas vulnerables de Oriente Medio para que se conviertan en agentes de cambio, en modelos positivos a seguir y en líderes en una vibrante comunidad.

El MECI opera en Oriente Medio desde 2007, cuando lanzó su programa piloto extraescolar en Beit Rima, un antiguo pueblo de Ramala (Cisjordania), que mostraba prometedoras perspectivas por su condición socioeconómica dentro de la gobernación. Se llevó a la práctica en colaboración con Mercy Corps. El programa de desarrollo comunitario basado en la educación se esfuerza desde entonces en lograr un enriquecimiento académico mediante actividades extracurriculares en clubes, con atención sanitaria básica y alimentaria y ayuda psicológica.

A raíz del éxito de este programa piloto en Beit Rima y en Deir Ghassaneh en 2013, en plena crisis siria, se creó el MECI Jordania para resolver las necesidades educativas de los niños refugiados sirios y de los niños desfavorecidos de la comunidad de acogida. En colaboración con UNICEF, la Unesco, el Malala Fund, The Syria Fund, el Festival de Salzburgo y la Turki Foundation, los programas del MECI han llegado a miles de niños vulnerables y les han ayudado a progresar académicamente, a matricularse en colegios reglados, a mejorar sus mecanismos para enfrentarse a sus traumas y a convertirse en miembros activos de la sociedad. El trabajo del MECI en Jordania ha aportado conocimientos únicos. Jordania es un país relativamente pequeño, con una población cercana a los 11 millones de habitantes que acoge a 1,5 millones de refugiados sirios, una de las mayores proporciones per cápita con respecto a la población local como país de acogida de los vecinos desplazados afectados por la guerra. Según el último censo de ACNUR, actualmente hay 670.238 refugiados activos registrados en el país, de los que el 18,5% vive en campos de refugiados y el 81,5% restante en zonas urbanas, periurbanas y rurales entre comunidades de acogida y familias locales.

En la época en la que se iniciaron las operaciones del MECI Jordania, en los primeros años de la crisis, el porcentaje de refugiados que vivían fuera de los campos era más elevado, los servicios estaban desorganizados y dispersos y existía una evidente falta de servicios en algunas gobernaciones. Varios factores han contribuido al establecimiento del módulo del MECI Jordania, entre los que se incluye el hecho de que Siria es un país con un mayor crecimiento de la población juvenil que Jordania. La demografía de las familias sirias y el creciente número de niños en edad escolar suponen un enorme desafío y también una prometedora ventaja para el país de acogida si se abordan correctamente. La entrada de refugiados sirios en Jordania ha aumentado la proporción de niños y jóvenes frente a los mayores y, por esta razón, el MECI ha centrado sus programas en el bienestar, el crecimiento, la formación y la educación incondicional de los niños…

Fuente: https://www.politicaexterior.com/articulos/afkar-ideas/programa-educativo-del-meci-ninos-refugiados-jordania-ejemplo-buena-practica/

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Entrevista a Nieves Tapia: “Hay municipios que reciclan porque los alumnos concienciaron a sus padres”

Entrevista/09 enero 2020/Autora: Elisa Silió/El país

La argentina Nieves Tapia recorre el mundo para fomentar la enseñanza a través de una tarea comunitaria

Hace 25 años Nieves Tapia empezó a buscar por toda Argentina, desde el Ministerio de Educación, escuelas que hiciesen aprendizaje-servicio —formarse a través de una tarea comunitaria— sin saber que la pedagogía lo llamaba así. Halló muchas y a partir de sus experiencias de educación solidaria cuenta que hizo la política. Hoy es una gurú de esta práctica que se cruza medio mundo para asesorar. Con este diario se entrevistó en el aeropuerto de Madrid, cuando viajaba a Pamplona para la entrega de los premios que entrega la Red Española de Aprendizaje y Servicio, la Fundación Educo y Edebé. “Un colega americano dice que este aprendizaje es la reforma educativa que siempre queda porque va de abajo hacia arriba. Los primeros en saber cómo funciona son los docentes y sus estudiantes. Y tiene razón”, argumenta la fundadora y directora del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS).

Pregunta. ¿Es buena idea que la asignatura sea optativa como se plantea en España?

Respuesta. El debate no está saldado. A los niños no les preguntamos si quieren aprender a leer y escribir, hacemos que lo aprendan porque lo necesitan. Para formar buenos ciudadanos el aprendizaje-servicio es muy adecuado. No habría razón para que no fuese obligatoria, pero no podemos forzar a los docentes a ser solidarios. Se puede convertir en algo que haces porque te mandan, como la mili. Una asignatura garantiza que exista un docente con tiempo para organizar el proyecto, pero en realidad es una forma de aprender todo: Biología, Historia…

P. ¿Cómo se involucra a niños ricos sin problemas en su realidad?

R. Impacta especialmente en los extremos de la pirámide social. Un niño de un colegio exclusivo me dijo: «Nos sirvió para salir del táper». Hay cosas que parecen normales hasta que las confrontan con otras realidades. Como cuando uno tiene contacto con un enfermo y valora más su salud. Es muy importante que los futuros dirigentes salgan del táper pronto. Hay un creciente distanciamiento entre los que tienen más y menos. Uno puede haber estudiado todas las estadísticas, pero es muy distinto cuando genera empatía con una experiencia de extrema vulnerabilidad.

P. ¿Y para los alumnos más desfavorecidos?

R. Les da una oportunidad de no ser el beneficiario, sino alguien que está en condiciones de ofrecer algo. Una de las primeras investigaciones que se hicieron en Estados Unidos hace muchos años concluyó que aprendizaje y servicio mejoraba un 10% el rendimiento escolar de los alumnos y en los más vulnerables entre un 15% y un 20%.

P. De hecho usted asegura que los mejores proyectos los hacen los escolares pobres.

R. Sí, los indígenas, las escuelas en las cárceles, la periferia… Lo único que tienen y pueden dar son sus conocimientos. Por ejemplo, en una escuelita en Puna, cerca de Bolivia, empezaron hace 20 años a estudiar en primaria cómo hacían sus ancestros incas para cultivar con tanta aridez y temperaturas extremas. Recuperaron el invernadero andino y, en un pueblito en el que la verdulería más cercana estaba a 40 kilómetros, produjeron verdura. El maestro y los niños capacitaron a los padres, pastores, y crearon una red de invernaderos familiares. En 2005 ganaron el Premio Presidencial de Escuelas Solidarias y con esos recursos cultivaron árboles para hacer un oasis. Me parecía demasiado ambicioso, pero 15 años después el maestro me mandó una foto desde el cerro y se ve el manchón verde.

P. ¿Cómo se propaga en Argentina?

R. En 1997 se introdujo en la secundaria no obligatoria y desde 2006 la Ley Nacional de Educación incluye el aprendizaje-servicio entre las innovaciones que el Estado garantiza que todas las escuelas puedan desarrollar de acuerdo a su proyecto educativo. Desde el ministerio se generó un fondo de recursos para estimular a los docentes.

P. ¿Qué ocurre ahora que ha bajado un 35% su presupuesto educativo?

R. En los últimos cuatro años no solo se recortó el presupuesto, sino que se subejecutó. Los estímulos sí se mantuvieron, un milagro que siga 25 años después en la Argentina. Pero, con una inflación del 70%, la contribución federal a los proyectos ha perdido impacto.

P. ¿Qué separa el aprendizaje servicio del voluntariado?

R. Una educación solidaria puede darse en cualquier voluntariado, pero el plus es que se programa con la comunidad qué aprender y cómo. Se ha vuelto a poner de moda aprender por proyectos y el aprendizaje servicio es uno de estos formatos, pero involucra a la comunidad.

 P. ¿No hay el riesgo de que el Estado haga una dejación de funciones?

R. Sí y los educadores tienen que ver qué cosas corresponden a los alumnos. Tenemos proyectos desde jardín de infantes. Hay registrados casos en los que, por mucho que el municipio lo intentó, hasta que los escolares no se pusieron a concienciar a los adultos no se logró que separasen la basura. Hay un lugar de colaboración con el Estado, lo que no podemos es usar a los niños como mano de obra barata.

P. Estos chicos son más activos políticamente.

R. Hay varios estudios que dicen que en Estados Unidos votan más y participan más en política y en voluntariado. Recuerdo a una chica argentina que vivió en la calle y se apuntó a educación para adultos a los 15 años en un centro con aprendizaje y servicio. Terminó la secundaria, se convirtió en la directora del banco de alimentación del barrio y ahora asesora a la intendente de su ciudad.

P. ¿Por qué el aprendizaje y servicio ha calado más en Sudamérica que en Europa?

R. En Reino Unido surgió casi al mismo tiempo que en Estados Unidos y en la época de Tony Blair había una asignatura obligatoria. Cuando empecé en el ministerio en 1997 las experiencias británicas eran referencia. Las escuelas alemanas tienen aprendizaje-servicio desde los ochenta, pero ha cobrado un nuevo ímpetu en los últimos años. Hay más conciencia de la necesidad de formar una ciudadanía participativa y solidaria y no una ciudadanía que sea cliente del Estado de bienestar.

P. ¿Va cambiando la temática de los proyectos?

R. Hay muchos de medio ambiente, de problemáticas de género pero también sobre qué está pasando en mi pueblo, mi barrio… Una escuela empezó una campaña de donación de órganos porque una docente muy querida falleció de cáncer y donó sus órganos. ¿Por qué se elige un tema y no otro? Depende de situaciones particulares de cada centro. En la República Dominicana durante la dictadura de Joaquín Balaguer se dispuso que toda la secundaria durante 70 horas tenía que contribuir a reforestar. No es lo mismo que te impongan la obligación que cuando surge del interés de la comunidad.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/12/31/actualidad/1577809325_089825.html

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Entrevista a Ramon Breu: «Ahora ya llevamos la pantalla en el bolsillo y tenemos una mirada solitaria y privatizada»

Entrevista/09 Enero 2019/Autora: Ana Mestre/El diario la educación

Entrevista a Ramon Breu, profesor de secundaria y autor del libro «Desconstruint els mèdia a l’aula» (de momento en¡ditado catalán), una propuesta para trabajar desde la educación mediática como herramienta para enseñar a los niños y jóvenes (y los adultos que los acompañan) a hacer un uso crítico de los medios de comunicación y de las pantallas.

Ramon Breu es historiador y sociólogo, y aunque no viene del mundo del periodismo, ha conjugado desde muy joven la pasión por el cine y la comunicación y su vocación de docente. Gracias a ello ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional a la docencia en secundaria, especialmente interesado en la enseñanza y divulgación de la educación mediática.

Asume que ésta, sin embargo, no tiene suficiente espacio ni reconocimiento dentro del aula, una evidencia que no lo ha hecho desistir de sus ganas de aterrizar proyectos sobre comunicación y cine en los centros y de generar lecturas y recursos que acerquen la educación mediática a los niños y jóvenes y faciliten el trabajo de maestros, profesores e incluso, familias.

¿Qué es para ti la educación mediática?

Para definirla me he guiado por tres ejes: el primero es conocer el lenguaje audiovisual y comunicativo; el segundo es la producción escolar creativa, que los alumnos sean capaces de crear, y el tercer eje sería la educación en el sentido crítico, el análisis crítico de todo lo que sale de las pantallas. Los tres combinados darían pie a la educación mediática. Si hoy miramos el currículum, serían muy interdisciplinarios, competenciales, inclusivos y motivadores. Sin embargo, yo he hecho 30 años de educación mediática sin tener un espacio y un tiempo para hacerla, pero como en mi centro les parecía bien, se buscaban unos espacios para poder aplicar, así que también podríamos decir de ella que son unos aprendizajes hipotéticos o clandestinos.

¿Por qué pasa o por qué no es posible que se enseñe en las escuelas?

Sé que si es posible, es porque hay una acción de voluntarismo por parte del profesorado para llevar adelante los proyectos de esta clase. En los centros hay tres tipos o grados de educación mediática: el primero es dedicar una clase o dos a hablar de un tema como, por ejemplo, la publicidad. El segundo sería decir: «Me interesa el tema y quiero tratarlo con más profundidad y hacer alguna práctica». Y, por último, el tercer tipo, que es muy minoritario, consiste en hacer un proyecto con una cierta continuidad. Por ejemplo, la Escuela Sol es una especie de laboratorio de proyectos audiovisuales y comunicativos donde se trata la imagen desde P3. Hacer un proyecto durante un tiempo y dejarlo hasta después de 3 o 4 años sirve de poco. Si no se hace, es porque el Departamento de Educación no lo hace, por un tema burocrático o por miedo, es un panorama muy complicado de por sí. Una alumna me decía que tenía mucho interés en la educación mediática, porque decía que las cosas que hablaban en el patio después eran las que se hablaban en clase, y nos debería interesar lo que se habla en el patio.

Hacer una nueva asignatura suena a algo muy antiguo, ahora se habla de proyectos. Si no se le quieren decir asignaturas que no se haga, pero que se le dé un tiempo y un espacio a este aprendizaje (los móviles, la publicidad, los youtubers, etc.). También se debería poner sobre la mesa el tema de la privatización de las pantallas. Cuando los hermanos Lumière inventaron el cine, este era algo colectivo, la gente reía y aplaudía en grupo.

¿Y con qué nos encontramos ahora?

Ahora la televisión privatiza la mirada, ya llevamos la pantalla en el bolsillo y tenemos una mirada solitaria y privatizada. Esto hace que dependa de los contenidos, lo que sale de la pantalla sea tóxico para la gente que la mira. La educación mediática es todo lo contrario de lo que quieren los operadores, ellos quieren la soledad de la habitación del adolescente, allí a oscuras mirando un videojuego, un vídeo de YouTube, lo que sea. En cambio, cuando lo pones en el aula y tienes un grupo de alumnos hablando de eso, lo desmontas, se descodifica. Esta es la esencia de la educación mediática, a veces da miedo, pero es la esencia: desprivatizar los medios.

¿Cómo se puede esperar de los niños que tengan una mirada crítica cuando todo lo que les rodea induce a todo lo contrario?

El antiescuela es mucho más poderosa que la escuela y cuando sales te desmienten todo y se convierte en una lucha entre David y Goliat. Había una periodista ilustre, Margarita Rivière, que estaba muy interesada con los temas de educación mediática y participó de un manifiesto que se hizo a favor de la educación mediática. Se planteó que en cada centro educativo hubiera un «educomunicador» que coordinase el tema mediático, y pedía a los medios públicos que tuvieran programas de alfabetización y de crítica. El manifiesto tenía 10 puntos y ninguno se ha cumplido, aunque lo firmaron todos los sindicatos y diferentes entidades.

Margarita Rivière decía que había un malentendido, ya que los medios no informan porque necesitarían reflexión sobre la información que dan y no tienen tiempo para hacerlo, por lo tanto, nos dan otra escuela, nos dan ideologías, valores, hábitos culturales, una visión del mundo, y la gente que no sigue aquella realidad es una marginada. Por lo tanto, los medios de comunicación son un elemento de la educación. En cambio, en la educación de verdad, la oficial, no hacemos mucho.

Si la escuela hace este esfuerzo, después quedará en la memoria, será como montar en bicicleta, es el lugar ideal. Hace unos años se decía que no se puede dejar que los niños vean la televisión solos, pero deberían poder ser ellos los que lograran tener una visión crítica de lo que están viendo. Y, al mismo tiempo, no se puede basar la educación cultural únicamente en la pantalla de la televisión, debería pensarse en cómo no centralizarla en una pantalla.

El videojuego se puede vivir solo dentro de una habitación o en familia, con amigos, y hacer que dé pie a la discusión y al debate, y que sea un canal para llegar a otro lugar. Las salas de cine hacen que levantemos la vista, crean una ceremonia colectiva, en cambio, cuando miramos el móvil bajamos la cabeza. Cuando utilizas una pantalla grande en el aula todo el mundo está encantado. Con el cine se puede apreciar el lenguaje audiovisual, lo que no se puede hacer desde la pantalla de casa. Y no olvidemos que la educación mediática no es sólo denunciar la telebasura, sino ofrecer más formación y que la imagen y la historia se disfrute más.

¿Qué hay que hacer para que esto empiece a tener espacio en el aula?

Algo que se podría hacer es la formación del profesorado de base, ya que no hay ninguna asignatura que trate este tema y es siempre una formación voluntaria, y así no vamos a salir. Hay algo que hizo el Departament que se llama Juntos por la Educación, que son unos consejos para las familias. A mí me tocó hacer el apartado de medios de comunicación.

Hay mucha parte del libro dedicada a la representación que se hace del periodismo en el cine, ¿por qué le has dado esta importancia?

Lo que he hecho es utilizar películas sobre periodismo para hacer una panorámica de cómo el cine ha tratado la profesión.

¿Con ello buscabas dibujar la imagen del periodismo?

Primero quería transmitir cuál es la tarea de los periodistas, ya que a veces no queda claro para los alumnos, y luego determinar diferentes mensajes que se pueden ir sacando gracias a las películas. La película Spotlight, por ejemplo, demuestra que el periodismo de investigación es algo que se hace muy poco, que casi no existe.

¿Crees que corremos el peligro de que los niños y jóvenes que ahora empiezan a relacionarse con las pantallas y los medios se acostumbran a una relación poco analítica, superficial y excesiva en su sobreexposición?

Sí. Podríamos decir que se está fomentando la cultura del flash. No es casual, interesa esta dinámica del Twitter, de dos frases y nada más detrás. Esta brevedad y rapidez es algo muy contemporáneo que, a la vez, nos puede ayudar a entender muchos comportamientos electorales. Si esto se transporta a la política, vemos que votamos por una frase que dijo uno de los representantes, sin tener en cuenta el discurso que hay detrás.

Podemos decir que la educación mediática también incluye educación política.

Absolutamente. Creo que una democracia sin educación mediática es una democracia muy pobre, que es la que tenemos ahora, una democracia empobrecida. Ahora no paramos de oír y ver el uso de la palabra «constitucionalista», por ejemplo, pero muy poca gente ha leído la Constitución, y si realmente profundizamos, veremos que esa persona no es «constitucionalista» porque se contradice en muchas cosas. Es la cultura del titular, el fast food cultural y es una pena para la educación, para la comunicación y para la democracia.

Ahora que ya no trabajo con alumnos, no sé si podré hacer más libros porque son producto de ellos, pero me gustaría crear materiales que expliquen la democracia, a veces a través del cine y de los medios de comunicación. Encuentro que sería interesante hacer esto porque este aprendizaje de la democracia no ha funcionado o, tal vez incluso, no se ha hecho, pero democracia y medios es una relación que va de la mano.

¿Qué recursos encontrarán los maestros interesados ​​en el libro?

Hay 16 propuestas y todas siguen el mismo esquema: hay un apartado de lenguaje y técnicas audiovisuales, que son el ABC del lenguaje audiovisual. Hay técnicas más elementales, porque intentaba alentar a los profesores porque esto no es difíci; además aparece un blog donde se pueden consultar más materiales y recursos.

Hay un capítulo, el cuarto, que me lo sugirió Xavier Besalú, y consiste en hacer un poco la demostración de cómo se podría hacer la alfabetización múltiple en medios, la comprensión lectora de imágenes artísticas, etc. Aparece una batería de propuestas que ofrecen mezclar la cultura escrita con el audiovisual porque no son antitéticas, y eso sería una pequeña demostración. En cada propuesta hay lecturas clásicas que amplían lo que dice en la película, para hacer esta mezcla entre la cultura escrita y el audiovisual.

A veces se piensa que pasar una película en clase es no tener ganas de trabajar, pero si hay una intención y un proyecto, y lo preparamos como es debido, veremos que es una herramienta útil, estimulante y muy didáctica.

Asimismo he procurado tratar los aspectos técnicos, porque hay maestros que por desconocimiento no se atreven a trabajarla. Añadí el enlace a un blog que incluye aspectos técnicos con ejemplos de películas: diferentes movimientos de cámara, sonido y luces… Con la voluntad de que los maestros se animen.

Para mirarlo con la importancia que damos a saber hacer la distinción entre el sujeto y el predicado de una oración.

Exactamente lo mismo. Las imágenes tienen un peso importante en sociedad y no podemos obviarlo por miedo o desconocimiento. Y además veremos que no es algo tan difícil, y más si lo hacemos con ayuda y recursos. Es un libro muy práctico, y también incluye lecturas relacionadas, para hacer la mezcla entre cultura literaria o escrita y audiovisual.

Propuestas de lectura sobre educación mediática / cinescola.info

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/rosasensat/2019/12/19/ramon-breu-ahora-ya-llevamos-la-pantalla-en-el-bolsillo-y-tenemos-una-mirada-solitaria-y-privatizada/

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Luz, sombra y oscuridad

Por: Manuel Gil Antón

Estas tres palabras permiten ensayar una síntesis, preliminar, de lo ocurrido en materia educativa durante el primer año del gobierno.

Luz: siempre será mejor rumbo, para transformar los procesos educativos, el que se finca en la formación de profesionales de la educación, que el orientado a evaluarlos sin cesar, mal y de prisa, que nos trajo a peor traer durante los seis años previos.

Enhorabuena que, merced a la participación de distintas corrientes políticas en el ámbito legislativo, y mas allá de sus linderos, se puedo mejorar – mucho – la descuidada iniciativa  que el grupo que coordina el Maestro Moctezuma le presentó al Presidente para que enviara al congreso.

Está muy bien que en el artículo 3º. se incluya, como responsabilidad irrenunciable del Estado, garantizar el derecho tanto a la educación inicial como la superior.

Se acierta al reconocer a las Escuelas Normales, y demás modalidades de formación docente, como instituciones prioritarias dada la importancia que implica que sus egresados serán generadores de ambientes de aprendizaje.

Reconocer en el magisterio al actor central en el proceso de transformación educativa y social, y no como objetos reformables pues son el obstáculo para lograr “la calidad”, es un avance.

No son, estos rasgos, todos los que pueden celebrarse. Como botón de muestra, apuntan a un horizonte distinto, a la dimensión de lo que, para bien, ha sucedido.

Sombra: los rieles que, creo, conducen a la zona opaca, son, por un lado, la improvisación del grupo que coordina la actual SEP. La palmaria falta de conocimiento (no reconocida), y su intensa iniciativa enraizada en esa dosis de ignorancia, han propiciado desorden en la conducción del sistema y un galimatías en la generación de la legislación secundaria. Las ventajas del nuevo orden constitucional se reducen al concretarse en la legislación derivada, y las acciones propuestas por ese grupo variopinto –  desde actores estelares de la reforma de Peña, que sin rubor mutaron a ser promotores de su derogación (Mario Delgado o Guevara Niebla, por ejemplo), a los que se añaden nuevos funcionarios que nunca expresaron crítica alguna a la estrategia derivada del Pacto, ni les interesó hacerlo.

El otro riel consiste en la incoherencia de reconocer aspectos cruciales y, al mismo tiempo, no otorgarles recursos para que se lleven a cabo. La administración federal ha expresado, en el presupuesto, lo contrario a su discurso.

Oscuridad: incluir, por ejemplo, en el texto constitucional una lista de materias, y dar prioridad a la música sin argumentos, es inexplicable; salvo que haya continuidad entre la función orquestal privada y la acción pública. Un despropósito.

La confusión entre dirigencias sindicales con el magisterio, lo volvió a dejar sin voz, como hace siete años: hartas consultas, sí, como antaño, ¿para hacer, con sus socios, lo ya decidido? Mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes. Polvo en el viento. ¿Es inevitable? No. Hay que impedirlo, y urge. El balón está, como siempre, como en todos los sexenios, en la cancha de los miles de  maestras y profesores responsables, que sí enfrentaron y demolieron, en los hechos y con argumentos, la reforma previa. Hay una de dos: esperar la salvación providente, o exigir, organizados, que lo estipulado se cumpla y la reforma llegue a las aulas. Esa es la encrucijada.

Posdata: para la generación a la que pertenezco, que peleó contra el fraude electoral en 1988, del cual fue protagonista central Manuel Bartlett, su presencia en el gobierno es un agravio. La “investigación” de su fortuna, más allá de lo legal, es una decisión que contribuye a la peor educación posible: el ejemplo palmario del cinismo altanero.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/luz-sombra-y-oscuridad/

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