La tristeza y la depresión se extienden entre los jóvenes de «los países más felices» del mundo

Por: infobae/16-01-2019

Podría tratarse del primer ‘mal indicador’ para los países ricos. ¿Por qué sufren quienes lo tienen todo?

Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca e Islandia lideran generalmente todos los ránkings internacionales que miden desde calidad de vida, educación hasta atención médica. Detrás de ellos están las ‘estrellas’ del otro lado del globo: Nueva Zelanda y Australia. Estados Unidos, por su parte, cada vez queda más abajo en la listas que comparan sus índices con los de otros países del mundo.

El Informe Anual de la Felicidad, publicado el último año por la ONU, no fue la excepción y los nórdicos volvieron a quedarse con los premios. Sin embargo, explica un artículo delWashington Post, un reciente informe los ubicó como los ganadores de otro ránking pero más inesperado: el de los ciudadanos afectados por trastornos de salud mental. 

Otro informe, realizado en el año 2017 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), encendió las alarmas de Australia, al ubicarlo entre los países cuya población tiene más probabilidades de desarrollar de presión, detrás de EEUU, Estonia, y Ucrania. También midieron alto Nueva Zelanda, Finlandia y Dinamarca.

El dato llama la atención debido a que problemas de salud mental igualmente graves han sido detectados entre los niños y jóvenes de países pobres como India, mientras que en muchos países en desarrollo es posible que esas problemáticas no sean detectadas.

La crisis de salud mental, sin embargo, parece afectar cada vez más a los jóvenes de los países más ricos, y ha desconcertado a los científicos porque no pueden ser explicados por la desigualdad o la pobreza.

Esta semana, las autoridades australianas tomaron notas de esta problemática que se extiende entre su juventud y anunciaron que tomarán medidas; entre ellas la inversión de USD 34 millones en programa de salud mental orientados a la juventud. 

Los investigadores admiten que aún no comprenden completamente las razones por las que los jóvenes sufren ansiedad o depresión, pero estudios recientes han mencionado factores como el uso de las redes sociales, y la sensación de no poder cumplir con expectativas poco realistas de los empleadores, amigos o socios.

Las cifras recopiladas dos años atrás por la organización sin fines de lucro, Mission Australia, ya reflejaban un fuerte aumento en el número de jóvenes australianos que padecen enfermedades mentales: casi el 23% de quienes tienen entre 15 a 19 años padecían algún mal. Recientemente, un estudio gubernamental coincidió con esas cifras: alrededor del 25% de todos los australianos de entre 16 a 24 años de edad luchan contra las enfermedades mentales.

«Estamos hablando de un número alarmante de jóvenes que enfrentan una enfermedad mental grave, a menudo en silencio y sin acceder a la ayuda que necesitan», dijo Catherine Yeomans, la entonces directora ejecutiva de Mission Australia.

La misma tendencia se presentó en Suecia, donde la cantidad de ciudadanos jóvenes que fueron recetados con medicamentos contra la ansiedad aumentó un 20% desde el 2006 al 2013.

Mientras tanto, en Finlandia los investigadores observaron un salto aún más pronunciado en los últimos años. Solo en Helsinki, el número de niños que reciben tratamiento por problemas de salud mental se duplicó con creces en apenas una década.

También en Suecia y otros de los países nórdicos, el aumento de los problemas de salud mental entre las personas más jóvenes está generando una brecha entre generaciones en lo concerniente a la satisfacción con la vida.

«Las personas de los países nórdicos son generalmente más felices que las personas en otras regiones del mundo, pero a pesar de esto, también hay personas en Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia que están sufriendo  o luchando contra alguna enfermedad mental», escribieron los autores de un informe titulado «A la sombra de la felicidad», y que fue publicado el año pasado por el Consejo Nórdico de Ministros.

Mientras que el 12,3 % de todos los residentes de la región nórdica dijeron estar pasando por una situación de estrés, depresión u otra enfermedad mental, esa proporción fue un punto porcentual mayor entre las personas con edades que van de los 18 a los 23 años.

Sin embargo, otras investigaciones indican que los crecientes problemas de salud mental entre los jóvenes pueden no estar necesariamente limitados a los residentes de las naciones que tienen el mejor desempeño en las estadísticas globales, como Australia y Finlandia. Por el contrario, explican otras versiones, estas cifras podrían responder a lasfacilidades relativas al acceso a la salud que harían a los jóvenes más propensos a reportar signos de enfermedad mental, desvirtuando las posibilidades de comparación,  y quizás ocultando una tendencia de carácter más global.

Fuente de la noticia: https://www.infobae.com/america/mundo/2019/01/13/la-tristeza-y-la-depresion-se-extienden-entre-los-jovenes-de-los-paises-mas-felices-del-mundo/

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Un estudio revela que las intervenciones psicológicas y educativas reducen un 43% los nuevos casos de ansiedad

Por: Europa Press

Expertos destacan la importancia de la prevención contra la segunda patología de trastornos de salud mental tras la depresión

Un estudio, liderado por investigadores del Distrito Sanitario Málaga-Valle del Guadalhorce, pertenecientes al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), Juan Bellón y Patricia Moreno, y en el que han participado también investigadores españoles de la Red de Investigación en Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (redIAPP), del Instituto de Salud Carlos III, muestra la eficacia de las intervenciones psicológicas y educativas en la prevención de la ansiedad, reduciendo un 43 por ciento los nuevos casos.

El trabajo, publicado por la revista JAMA Psychiatry, de la Asociación Médica Americana, ha supuesto la revisión sistemática y análisis de 29 ensayos clínicos con un total de 10.430 pacientes de once países y cuatro continentes.
Tras el análisis, Juan Bellón, médico del centro de salud de El Palo, y Patricia Moreno, profesional de la Unidad de Promoción y Participación Comunitaria del Distrito, han llegado a la conclusión de que las intervenciones psicológicas cognitivo-conductuales o de otro tipo y también las educativas, llevadas a cabo por especialistas en salud mental, médicos de familia, enfermeras e incluso por maestros en las escuelas, reducen la aparición de nuevos casos de ansiedad en un 43 por ciento.
Se trata, según los investigadores de un hallazgo «muy relevante», ya que una vez que las personas desarrollan un trastorno de ansiedad, existen tratamientos psicológicos y con psicofármacos que son eficaces «sin embargo, no son todo lo eficaces que nos gustaría».
La consecuencia es que cuando las personas enferman de ansiedad, los tratamientos sólo consiguen una reducción limitada del impacto negativo que esta enfermedad produce sobre la salud y la calidad de vida mental y física de las personas y sus familias y también sobre los costes para el sistema sanitario y la sociedad en general.
«Lo que hemos demostrado con nuestro estudio es que las intervenciones preventivas, es decir las que hacemos antes de que se llegue a enfermar de ansiedad, son efectivas y consiguen evitar que el trastorno de ansiedad se inicie; en este sentido funcionarían como lo hacen las vacunas y daría fundamento al conocido ‘más vale prevenir que curar'», han sostenido.
No obstante, han aclarado que con este estudio no se puede saber cuáles de las intervenciones preventivas de la ansiedad son más efectivas, «pero sí podemos afirmar que el conjunto de ellas son efectivas, en todas las edades y en países y culturas muy diferentes».
En este sentido, han considerado que para que los programas preventivos de la ansiedad «tengan el deseado impacto positivo sobre la salud y la sociedad es necesario que lleguen a un gran número de personas sanas pero con factores de riesgo». Esto, han agregado los especialistas, se podría conseguir llevándolos a cabo en las escuelas, en los lugares de trabajo, en la atención primaria e incluso mediante programas implementados desde Internet y los teléfonos móviles.
Por su parte, JAMA Psychiatry ha puesto de manifiesto la trascendencia del trabajo al dedicarle uno de sus editoriales, donde la revista destaca que los autores han hecho «una contribución única en este campo», mostrando cómo las intervenciones psicológicas y educativas pueden evitar nuevos casos de desorden por ansiedad a nivel poblacional.
Los editores ponen de manifiesto cómo este grupo investigador español de la RedIAPP ha dado relieve a la prevención e intervención temprana frente a los efectos de la ansiedad como problema de salud mental a lo largo de la vida.
UN TRASTORNO DE SALUD MENTAL
La ansiedad, distinta de la depresión, se caracteriza por un estado de excesiva preocupación sostenida durante semanas, con dificultades de concentración, irritabilidad, tensión muscular, problemas para conciliar el sueño, fatiga sobrevenida, y malestar que no puede atribuirse a una causa concreta.
La ansiedad, han recordado, «complica la vida cotidiana de las personas, las sume en un desasosiego permanente que no consiguen focalizar, acompañado por una sensación de estar en riesgo o amenazadas por factores que no pueden identificar ni controlar».
El trastorno de ansiedad también puede manifestarse en forma de crisis de ansiedad o ataques de pánico e incluso como obsesiones compulsivas. El desorden de ansiedad suele comenzar en la infancia, la adolescencia o en adultos jóvenes y en muchas personas no sólo no desaparece con los años, sino que incluso puede empeorar, contribuyendo además a que a lo largo de la vida se añadan nuevas enfermedades mentales como la depresión o las adicciones.
Las relaciones sociales y el rendimiento escolar o laboral se ven afectados con frecuencia. Entre 2005 y 2015 se estima que el sufrimiento, medido como años vividos con discapacidad, que produce la ansiedad ha experimentado un aumento global del 14,8 por ciento, siendo, después de la depresión, la segunda patología en importancia dentro del grupo de los trastornos de salud mental y dependencia a sustancias.
Fuente: http://www.cuatro.com/noticias/sociedad/estudio-intervenciones-psicologicas-educativas-ansiedad_0_2468550738.html
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