Rusia: La lucha social, experiencia de vida y crítica proletaria

Por: Vientos Sur/ Carine Clément/ 22-05-2019

En un contexto global de ascenso general de los populismos, de las desigualdades, de los autoritarismos y de las políticas económicas neoliberales, Rusia puede considerarse un caso extremo. La rapidez y amplitud de los cambios políticos, geoestratégicos, económicos y sociales que han sacudido el país desde la caída de la Unión Soviética han convertido este país excomunista en uno de los más desiguales del mundo y uno de los que llevan a cabo con mayor brutalidad el desmantelamiento de su sistema de protección social. Esta brutalidad y este ritmo acelerado de las reformas neoliberales han obstaculizado en gran parte las resistencias sociales frente a lo que cabe denominar, de acuerdo con Michael Burawoy en su interpretación de Karl Polanyi, la mercantilización forzada y socialmente devastadora. 1/

Al son de los coros que cantaban las loas a la democracia de mercado, marcando el tono de la década de 1990, las solidaridades se disolvieron en la lucha por la supervivencia y la desconfianza generalizada. El desencanto se instaló rápidamente, permitiendo la instauración del régimen putiniano, 2/ que perdura hasta hoy. Esto no quiere decir que la población se haya mantenido completamente pasiva. Ha habido y sigue habiendo numerosas luchas sociales, pero están fragmentadas, son de dimensiones reducidas y se centran en problemas sociales concretos y limitados. 3/

Por todas estas razones, la aparición de una crítica social en el seno de los sectores populares empobrecidos, descalificados e invisibilizados llama particularmente la atención. Aquí los llamaremos proletarios desclasados; desclasados debido tanto a la retrogradación social brutal como al descrédito en que ha caído el discurso de clase. Si en un país que ha dado tan radicalmente la espalda del socialismo renace la crítica social, urge interesarse por las manifestaciones de esta crítica y por las vías que ha emprendido para abrirse paso. En efecto, si la desigualdad y la dominación experimentadas por los proletarios de Rusia tienen sus especificidades asociadas a una historia, una cultura y un contexto político concretos, la experiencia que vive la gente de abajo de esta desigualdad en su vida cotidiana no está tan alejada de la que viven otras capas populares en otras sociedades, Francia incluida. Rusia no es una excepción y algunos investigadores han tomado incluso la pluma para demostrar su normalidad; 4/ muestra con una gran visibilidad lo que ocurre con el conjunto social en un país en que se mezcla la democracia autoritaria con el neoliberalismo postsocialista.

En la Rusia contemporánea, el conjunto social está constituido en gran medida por sectores depauperados y precarios que no son minoría, sino que abarcan a la mayoría de la población. Las estadísticas oficiales de pobreza subestiman el fenómeno, ya que rebajan artificialmente el umbral de pobreza. Según una encuesta reciente, de hecho, más de la mitad de la población vive en la pobreza o en riesgo de caer en la pobreza, con una gran proporción de personas asalariadas pobres. Tras la mejora del nivel de vida que se produjo en la década de 2000, la tendencia fue agravándose con la crisis financiera mundial de 2008 y posteriormente con la crisis derivada de la anexión de Crimea en 2014. La caída del rublo, las sanciones económicas de Occidente y las contrasanciones rusas, así como el descenso del precio del petróleo, hicieron que los salarios y los ingresos reales disminuyeran regularmente; los atrasos salariales empiezan a acumularse de nuevo; las formas atípicas e informales de trabajo vuelven a florecer, como ya ocurrió durante la catástrofe social y económica que marcó la década de 1990 a raíz del colapso brutal del sistema soviético.

Asimismo, el conjunto social está en gran medida por recomponer o unir de nuevo, ya que el traumatismo social, nacional y cultural 5/ de la década de 1990 desintegró las coordenadas sociales de la mayoría de la población rusa, disolviendo las identidades y cortando los lazos sociales. La terapia de choque neoliberal dejó abatida a la sociedad, eliminando las referencias sociales existentes y obligando a la gente a replegarse sobre sí misma o sobre sus microespacios de supervivencia. Numerosos sociólogos dudaban incluso de hablar de sociedad con respecto a Rusia, prefiriendo términos como camarillas 6/ o pequeña sociedad. 7/

¿Cómo llega la gente, incluidos sobre todo los y las más desfavorecidas, a desarrollar una crítica social, componer un espacio común y a veces incluso movilizarse en condiciones de depauperación generalizada y en un régimen autoritario y oligárquico? Una observación atenta permite ver que se está construyendo un espacio social en medio de ese “magma de significados imaginarios” del que habla Cornelius Castoriadis, 8/ en un proceso de articulación improbable entre tendencias que podrían parecer contradictorias: el descubrimiento del espacio nacional, la apertura del imaginario social a un vasto nosotrosenraizado en experiencias de dominación y de explotación vividas como comunes y la crítica social centrada en la contestación de las desigualdades sociales. Las reacciones a la política de austeridad presupuestaria y de reformas liberales de la protección social y de las pensiones aplicada por el gobierno son incomparablemente más críticas y socialmente más comprometidas que en la década de 1990. Hoy en día, la mayoría de las personas han recuperado sus referencias y restablecido lazos sociales; se abren unas a otras y tienen capacidad de crítica social y de imaginario social. 9/

La reconciliación con la experiencia cotidiana

La propaganda patriótica orquestada por el Kremlin, que exalta una Rusia que ha recuperado su grandeza, una Rusia magnificada, rica en recursos y dotada de la fuerza de un pueblo unido, es el primer proceso que alimenta la crítica social. Este discurso funciona, pero no genera un apoyo consensual a la visión de una nación una y unida, propagada por el Kremlin. Por un lado, la mayoría de rusos y rusas redescubren que forman parte de una nación y que pueden sentirse orgullosas de ella. Por otro, si Rusia es rica y si el pueblo ruso es valioso, “¿cómo es posible que la gente viva tan pobre?”: esta es la pregunta que se escucha a menudo en boca de personas de ambientes populares.

La pregunta va más allá de la simple comparación entre los hechos y los discursos. Para suscitar la crítica social, los hechos deben vivirse, sentirse en la experiencia de personas que no viven su cotidianeidad con vergüenza o desespero; también deben vivirse como algo compartido. Este es el segundo proceso que alimenta la crítica social: la reconciliación de los proletarios desclasados con su experiencia cotidiana, a diferencia del sentimiento de extrañeza o desconcierto provocado por el desclasamiento y la depauperación que acompañaron a las reformas brutales de la década de 1990. 10/Favorecida, sin duda, por el repunte económico de la década de 2000, de la estabilización de una situación social, aunque fuera precaria, y favorecida también por un discurso nacionalista qua adula al pueblo. La socialidad popular, durante mucho tiempo quebrada por las lógicas de supervivencia, del sálvese quien pueda, la desconfianza y la competencia, aflora de nuevo. Estudios recientes sobre las ciudades obreras rusas 11/ reflejan de este modo cómo se restablecen prácticas de socialidad gratuitas(que no sirven exclusivamente para la supervivencia).

Mis propias investigaciones indican que la gente aspira a reencontrarse, en abierta connivencia, para hablar y experimentar la libertad de hablar, incluso abundando en la crítica, la incorrección y la irreverencia. En los garajes de pequeñas ciudades de provincia, los hombres se dedican al bricolaje o a sus pequeños tráficos, y también hablan, se confiesan a veces, a menudo ironizan, en un espíritu de compañerismo y de desprecio por las figuras de la jerarquía. En los patios de los bloques de pisos, las mujeres se juntan, discuten, comparten impresiones, a veces participan en trabajos de acondicionamiento del lugar o se indignan por la mala gestión de los servicios municipales.

En Astraján, contemplando a las habitantes de su inmueble ocupadas en plantar árboles en el patio, una anciana exclama que es “como si me despertara de 20 años de hibernación”. Esta socialidad puede remitirnos a las imágenes de discusiones interminables en las cocinas de los apartamentos comunitarios durante el periodo soviético, pero tiene lugar menos de una manera oculta o informal que en modo de formación de espacios, inclusive durante las manifestaciones públicas, abiertas a la experiencia de una fraternidad liberada de juicios morales o descalificaciones políticas. Se trata de espacios en los que el hablante se siente seguro de ser comprendido entre líneas por interlocutores de los que sabe que comparten la misma experiencia de vida y en los que la connivencia se expresa menos con palabras que con gestos de la cabeza, exclamaciones o golpecitos en la espalda.

En estos espacios de lo cotidiano emerge la crítica social en modo a menudo irónico. Así, en Perm, con motivo de la conmemoración tradicional del final de la segunda guerra mundial, el 9 de mayo de 2017, las autoridades municipales organizaron un encuentro en un barrio obrero de la ciudad. Los asistentes, en su mayoría obreros o antiguos obreros, formaban pequeños corros, se saludaban unos a otros, bebían a escondidas (el consumo público de alcohol está prohibido) y, sobre todo, rivalizaban en la crítica irónica de las desigualdades y de las falsas apariencias.

Durante la fiesta se produce una conversación entre dos compañeros obreros. Uno exclama: “Puede que Putin sea bueno en política exterior, pero ¡se ha olvidado de Rusia! […] ¿Cómo puede decir que el salario medio en Rusia es de 39.000 rublos? [cifra oficial] Aquí ganamos entre 15.000 y 20.000 rublos nada más […] ¿Cómo se puede alimentar a una familia con 15.000 rublos?” Su compañero insiste: “Es cierto, si nuestro gobernador gana, por ejemplo, medio millón, y la niñera 7.000, la media da justamente esto. Pienso que habría que igualar el salario medio al de los obreros. O bien, igualar el salario de los gobernadores, los alcaldes, los altos cargos, de Putin, igualar todos estos con el salario de la niñera. O que vayan a trabajar de niñeras. Limpiar el culo de los niños por 7.000 rublos, ¿lo harían? No. ¿Por qué, con medio millón, iban a limpiar culos?”

Esta conversación pone de manifiesto la contestación de las cifras oficiales desconectadas de la vida real, de las carencias de la vida a que se enfrentan el nosotros de los obreros y trabajadores mal pagados. Muestra asimismo la manera en que estos obreros retrotraen a los hombres que viven más allá de las contingencias de la vida cotidiana al ámbito prosaico y vulgar. Las conversaciones se caracterizan por su lenguaje simple, irreverente y directo, a menudo exageradamente grosero o políticamente incorrecto, utilizado sobre todo para oponer la realidad a ras de suelo al discurso abstracto, que resulta ficticio, santurrón o aleccionador.

Las conversaciones cotidianas se politizan a menudo por medio de una ironía irreverente y grosera que podría recordar las resistencias subterráneas de la época soviética, pero que también entra en resonancia con los modos de resistencia de los dominados y de las clases populares en muchas partes del mundo. 12/ Entre personas que se comprenden no solo se discute sobre las dificultades de la vida cotidiana, sino que también se hace burla de los dirigentes, se destaca el hecho de que la gente no se llama a engaño, de que no hay que dar crédito, sobre todo, a los bonitos discursos (“nos dan la tabarra con su patriotismo, pero todo su dinero y sus hijos están en Occidente”). La crítica social, por tanto, no es un movimiento de elevación hacia una mayor abstracción, sino una inserción de la abstracción en lo concreto, lo corporal y lo emocional de las experiencias de vida.

Uno de los aspectos sorprendentes de esta incursión en lo cercano 13/ o de este proceso de rehabitar el espacio de vida 14/es la reconciliación con el trabajo de cada uno, sobre todo el trabajo obrero, el trabajo con las manos, que vuelve a ser fuente de orgullo y de dignidad. Por ejemplo, esto es lo que dice de su experiencia un joven obrero altamente cualificado de San Petersburgo: “Me gusta mi trabajo. Me gusta lo que hago. Quiero poder vivir de ello. Pero ocurre que eso no vale nada. Con mis colegas tratamos de defendernos, pero la dirección nos ningunea. […] El trabajo humano no se valora […]. Y ese gran gilipollas, con perdón, que está sentado en su sillón y cobra medio millón, ¿es más útil que yo? […] ¿Y nuestros pensionistas? ¡Han trabajado toda la vida por el bien del país! Y siguen teniendo que trabajar para sobrevivir, en vez de viajar y gozar de la vida, como los pensionistas en Occidente.” Aparece aquí un imaginario social que va más allá de lo cercano: el nosotros está enraizado en la experiencia del trabajo, incluye a los colegas, pero también se amplía a los demás trabajadores e incluso a los pensionistas del país en su conjunto.

La emergencia de un nosotros popular

Este nosotros se inscribe en los espacios de lo cercano rehabitados, en las interacciones y conversaciones de la vida cotidiana, donde las críticas de las desigualdades sociales, de la política y del gobierno son legión. Son estas conversaciones entre nosotros las que construyen un espacio común, un espacio que está abierto a los demás que, aunque ausentes, aparecen como colegas que comparten la misma experiencia de vida y la misma opinión.

Una empleada de correos, jefa de equipo en una ciudad de Altai: “Tengo la sensación de que nuestra dirección solo piensa en ella misma y en llenarse los bolsillos […]. Y la población no es más que una fuente de enriquecimiento para ellos […]. Somos como esclavos. Precisamente hemos hablado con mis colegas. Stráshnov (el director general de Correos) ha desaparecido […]. ¿Cómo es posible que, con nuestros salarios de miseria, él haya recibido una prima de 95 millones […]? ¡Ahorran a costa de nosotros! La gente que trabaja, trabajamos por dos, por tres. Los pobres carteros no reciben más que unos céntimos.” La mujer habla con una pareja de amigos, que aprueban lo que dice con aclamaciones, del espacio de libre discusión crítica que existe en su centro de trabajo y muestra la manera en que el nosotros de los proletarios desclasados se amplía de los compañeros de trabajo a todos y todas quienes trabajan, incluidas las que tienen peor suerte que ella. Este nosotros se afirma igualmente contra los dirigentes político-económicos que se enriquecen sobre la espalda de los trabajadores.

Las manifestaciones sociológicas de este nosotros, captadas en forma de autoidentificación social, son diversas: el nosotros obreros, el nosotros pequeños empresarios (que trabajan duramente para sobrevivir) y el nosotros pobres habitantes de provincias. Este nosotros plural en proceso de formación lo traduzco por clases populares, gente común o proletarios, y permite hablar de la gestación de un imaginario popular.

La crítica que alimenta este imaginario popular se expresa a veces públicamente en acciones de protesta. Así, en una manifestación contra el retraso de la edad de jubilación, en septiembre de 2018, una pareja moscovita dice que participa para que “el poder no crea que la población está de acuerdo”. En este caso también, el hombre, aunque resida en la capital, se transporta con la imaginación a la provincia al declararse convencido de que las reformas están destinadas a hacer pagar a la “gente sencilla”, “sobre todo de provincias”. Jóvenes estudiantes venidos de la provincia para asistir a una manifestación contra la corrupción, organizada en San Petersburgo en 2017 por el activista de oposición Alexei Navalny, dicen que sobre todo les motiva la lucha contra las desigualdades sociales y territoriales, indignados como están por la diferencia manifiesta que constatan entre el estado de su ciudad de procedencia y el de las grandes ciudades del centro.

El nosotros vehiculizado por el imaginario nacional

El ímpetu del imaginario nacional que se está gestando, o la capacidad de la gente de construir en la imaginación una entidad colectiva de pertenencia, ya documentada ampliamente por Benedict Anderson, 15/ participa igualmente en esta crítica social. En la Rusia popular, se traduce en el sentimiento de una comunidad de experiencia compartida entre personas que habitan en los cuatro extremos del país. Una pensionista que vive en un piso renovado del centro de Moscú puede declarar así que empatiza con la babushka de una pequeña aldea perdida en los Urales que vende setas en el mercado para poder sobrevivir y con la que ha conversado largamente durante un viaje en coche por el interior de Rusia. Obreros de Rubtsovsk, en Altai, que luchan contra el cierre de su fábrica, pueden sentirse solidarios (los trabajadores son “nuestros hermanos”) con toda la “gente del trabajo”, sobre todo en respuesta a la falta de reconocimiento material del trabajo y al desprecio por parte de los hijos de los nuevos ricos, sentido como algo colectivamente humillante (“no somos nada para ellos”).

Este nosotros adquiere las dimensiones de la nación imaginada, una nación dividida, contrariamente a la visión de una nación una y unida que difunde la propaganda patriótica. Este nosotros alimenta y al mismo tiempo se alimenta de la configuración de un ellos, que abarca sobre todo a los oligarcas que confiscan las riquezas del país y controlan el Estado, son los explotadores contra los explotados, los aprovechados contra los trabajadores, el centro contra las regiones.

La crítica se convierte entonces en reivindicación o por lo menos en aspiración, en todo caso no se queda en mero sentimiento o simple lamentación. La mayoría de las reivindicaciones se refieren a la redistribución social y económica entre las regiones, los ricos y los pobres, los que tienen el poder y los ciudadanos comunes. Si se dirigen al Estado, exigen sobre todo un Estado liberado de los oligarcas, ya que el Estado, tal como existe actualmente, se percibe como un Estado oligárquico. Finalmente, gran parte de las reivindicaciones se centran en la participación política: “¡Tienen que escucharnos, la gente corriente ha de participar! Porque allí ni siquiera saben cómo vivimos, ellos viven en otro mundo” (joven niñera de una aldea de Altai).

Imaginario popular y crítica social

Para pensar los procesos entrelazados del imaginario popular y la crítica social, los marcos teóricos han de ser flexibles y adaptables. Si nos inspiramos en las concepciones de Cornelius Castoriadis, el imaginario social puede pensarse como la participación en significados vividos como compartidos colectivamente y que figuran un mundo común que, para acoplarse a significados ya existentes (la nación, el pueblo, los rusos, los obreros, etc.), se diferencia de ellos encerrando un potencial de transformación social. Este imaginario social no solo forma parte de las representaciones, sino también de los sentidos, los afectos y los deseos.

La variante popular de este imaginario puede leerse como un elemento que opera líneas de partición del mundo social entre nosotros, los desfavorecidos, los que trabajan para ganar poco, los de provincias, y ellos, los ricos, los aprovechados, los privilegiados. Esta partición gana cuando se piensa en los términos de Jacques Rancière 16/ como “partición de lo sensible”, ya que el mundo compartido es un mundo sensible, basado en la experiencia de la vida cotidiana. La partición se lleva a cabo por los sentidos y por el pensamiento, y la llevan a cabo quienes –según los dominantes– son incapaces de producir un mundo común y de tener un discurso común. Apoyándose en su experiencia sensible, en su mundo cercano, que se han puesto a habitar plenamente tras el caos postsoviético, los proletarios desclasados participan en la creación de un mundo común que no se deja encerrar en categorías prefijadas porque está en proceso de creación y abre un horizonte de lo pensable, lo decible y lo factible.

En resumen, el impulso crítico que se inscribe en esta apertura del imaginario popular se basa en una experiencia, vivida como común, de dominación e injusticia. Se inserta en la experiencia íntima, física y emocional que cada uno hace personalmente de su cotidianeidad y del entorno próximo que le rodea. La construcción de lo común se lleva a cabo, por tanto, a partir de la intervención en el entorno próximo, mediante la partición de lo sensible, en un ímpetu imaginario hecho de emociones, de imágenes y de juicios. Puede que este imaginario no sea creador en el sentido de que podría no dar a luz a un movimiento popular, pero reúne a lo que podríamos llamar, a falta de algo mejor, las clases populares (o el pueblo llano) en una experiencia común imaginada.

El marco es nacional porque se contemplan las divisiones sociales internas a la nación y asociadas a una determinada configuración del Estado. Sin embargo, el contenido es social y da pie a una crítica social normal que descansa sobre experiencia vividas, sobre lo que Luc Boltanski denomina las “pruebas existenciales” que “extraen del mundo o, si se prefiere, del flujo de la vida, elementos susceptibles de poner en cuestión (el orden establecido)”. 17/ En estas críticas y estos reordenamientos sociales se inventa una política distinta, una política de pies en la tierra, 18/ una política que mana de convicciones arraigadas, que mana de los libros, que se mancha con la vida cotidiana, con lo prosaico y la rudeza.

Imaginario popular, crítica social, reivindicaciones de un Estado liberado de la oligarquía, de una política que tenga de nuevo los pies en la tierra: estos rasgos hacen entrar en resonancia el mundo de los proletarios desclasados de Rusia y el de los chalecos amarillos de Francia, que también redescubren la fraternidad al reconciliarse con su experiencia del día a día, compartiéndola y haciendo de ella la base de su crítica social. Los análisis fundamentados en una labor etnográfica sobre el terreno ponen de relieve, en el caso de los chalecos amarillos, el refuerzo de un nosotros popular solidario y cívico 19/ y mencionan el surgimiento de una política experiencial. 20/Sin duda la experiencia de la subordinación y de la invisibilización es similar en muchas partes del mundo.

Lo que he tratado de demostrar, al centrar este artículo en los proletarios desclasados de Rusia, es que incluso en un país que ha sufrido cambios traumáticos que han sumido a la mayoría de la clase trabajadora en un proceso de depauperación, desclasamiento y desubjetivización, los invisibles vuelven a levantar cabeza. Lo hacen, como en Francia, a partir de una reconstrucción de los espacios de convivencia y de fraternidad, de una reconciliación con su experiencia de vida cotidiana, así como a partir de un imaginario popular que los une en un mismo sentimiento de ser objeto de explotación y desprecio.

Una gran diferencia es la fuerte propensión a la protesta pública de los chalecos amarillos. Lo que contrarresta la capacidad de movilización de los proletarios rusos es la sensación profundamente arraigada de impotencia para cambiar el orden de cosas. Esta sensación radica en la certeza de vivir en un régimen oligárquico. En cambio, los sectores populares de los chalecos amarillos, socializados en la idea de vivir en una gran democracia, patria de los derechos humanos, descubren sorprendidos el carácter oligárquico del Estado (algunos incluso han explicado que han tenido que buscar el significado de la palabra oligarquía en un diccionario). Esta habituación a la oligarquía es una razón, para las clases populares rusas, de bajar los brazos; la sorpresa compartida es un motivo, para los chalecos amarillos, de rebelarse.

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article14816

Comparte este contenido:

Así funciona Corea del Norte: El sistema educativo

Corea del Norte / 11 de noviembre de 2018 / Autor: José de Juan / Fuente: Corea del Norte Libre

Si bien es de una calidad notablemente alta para un país tan pobre, los planes de estudio siguen estando restringidos por una ideología estatal rígida

Por Fyodor Tertitskiy
Traducido por Josue de Juan
Fuente https://www.nknews.org/pro/how-the-north-is-run-the-education-system/

El sistema educativo de Corea del Norte se basa en gran medida en el de la Unión Soviética, con algunos indicios ocasionales de las antiguas instituciones coloniales japonesas. Como en el resto de la sociedad, el componente ideológico en el sistema educativo es muy fuerte, con temas separados dedicados a las biografías oficiales de la familia Kim y al culto a la personalidad que está presente en otros.

La mayor ventaja de la educación de la RPDC es que proporciona un nivel de educación notablemente alto para una nación tan pobre. El analfabetismo es casi inexistente y el porcentaje de ciudadanos que reciben educación superior es muy alto según los estándares de los países con un PIB per cápita similar.

Por otro lado, la educación y la academia en el país han sufrido mucho debido al control ideológico y su aislamiento del resto del mundo. Esto es especialmente evidente en las humanidades, donde la mayoría de los temas están prohibidos para investigación y el resto debe cumplir con la ideología del estado: una mezcla de la antigua cosmovisión marxista-leninista y el culto a la personalidad de la familia Kim.

Historia

Los orígenes del sistema educativo de Corea del Norte son bastante peculiares, ya que se pueden remontar a Prusia por dos rutas. El sistema prusiano influyó enormemente en el Imperio ruso, que a su vez influyó en el de la Unión Soviética, que a su vez se convirtió en el modelo para la RPDC.

Por otro lado, fue Prusia, que era el estado central del Imperio alemán, del cual el Japón imperial tomó prestado su propio sistema, que, naturalmente, se implementó en todas sus colonias, incluida Corea.

La educación masiva en Corea fue creada por la administración colonial japonesa: el primer Gobernador General, Terauchi Masatake, invirtió muchos esfuerzos en crear una red de escuelas en la colonia. Durante el período colonial, la alfabetización aumentó más de diez veces: del 4% al 60% entre los hombres y del 0,5% al 20% entre las mujeres. El gobierno colonial también abrió la primera universidad en la historia del país para entrenar a la élite intelectual de Corea.

Sin embargo, a pesar del progreso significativo, a partir de 1945, el sistema educativo no era, de ninguna manera, perfecto. Más de la mitad de los coreanos seguían siendo analfabetos, y no había educación elemental obligatoria en la península (el gobierno general colonial había previsto introducirla en 1946). Las mejores escuelas secundarias y la única universidad, también, estaban ubicadas en la capital administrativa de la colonia, lo que significa que fuera de Seúl, todavía había mucho que desear en términos de educación.

002                                 El sistema educativo de Corea del Norte se basa en gran medida en el de la Unión Soviética | Foto por nknews_hq 

Las autoridades soviéticas comenzaron a trabajar en los problemas de la educación a partir de finales de 1945. Una de las investigaciones más detalladas sobre esta era es “La educación en Corea del Norte bajo la administración militar soviética” de Shin Hyo-suk. Basado en fuentes soviéticas y norcoreanas, describe en detalle la creación del sistema educativo en la RPDC.

Los primeros años de Corea del Norte vieron la rápida expansión de la educación primaria masiva, con las autoridades lanzando un movimiento para erradicar el analfabetismo (문맹 퇴치 운동) y la prensa estatal ocasionalmente informaba sobre mujeres felices que aprendieron a escribir y leer.

En 1950, el estado anunció que la educación de cinco años ahora era obligatoria, pero luego canceló la política debido al comienzo de la Guerra de Corea. No fue hasta 1956 que la educación primaria volvió a ser obligatoria, esta vez por cuatro años. Sin embargo, en solo dos años, se extendió a siete, en 1967 se convirtió en nueve y en 1972 a once. Este sistema existió hasta la era de Kim Jong Un, cuando, en 2012, se extendió a 12 años, y el último año de guardería se convirtió en el primer año de la escuela primaria.

En cuanto a la educación superior, la primera universidad en la parte norte de Corea fue fundada en 1946. Llamada Universidad Kim Il Sung, fue, quizás, el primer gran objeto que lleva el nombre de Kim. Otros siguieron después.

Podría decirse que la más inusual de todas las universidades de Corea del Norte es la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pyongyang (PUST, 평양 과학 기술 대학), creada bajo Kim Jong Il. Toda la educación allí se realiza en inglés por personal extranjero.

Dado que a los maestros no se les paga ningún salario, no se les permite salir del campus y tienen que pagar su viaje al Norte, muy pocas personas se ofrecen como voluntarios para enseñar allí, y generalmente son personas vinculadas a varias iglesias cristianas, lo que crea una situación única donde, posiblemente, la universidad más prestigiosa en un país tan anticristiano está formada por cristianos extranjeros.

Educación gratis

Uno de los temas principales en el discurso oficial de la RPDC es que el país es excelente porque ofrece educación gratuita. Esto se remonta al 2 de marzo de 1959, cuando el Consejo de Ministros aprobó la Decisión 18, denominada “Sobre la abolición total del pago de la educación para todos los estudiantes” (의 지 할 데).

Esta fue una parte de la estrategia económica de Kim Il Sung, que comenzó a implementar apenas se liberó del control soviético en 1956-57: idealmente, Kim quería una economía completamente regulada, donde todo estaba regulado y proporcionado por el estado.

El sistema administrativo

Como es típico en Corea del Norte, la institución más alta en el sistema educativo es el departamento del Partido en el Aparato del Comité Central. Actualmente, se llama “Departamento para el mundo académico y educativo” (과학 교육부), su jefe es Choe Tong Myong (최동명) y su segundo al mando es el Primer Vicedirector (제 1 부부장) Ryu Jae Yong (류재영) .

Dado que el aparato del Partido normalmente tiene menos fuentes accesibles mucho menos que su subordinado, el Gabinete de Ministros, su evolución no es fácil de rastrear. Sin embargo, cuando se trata del nivel de Ministerio, hay mucha más información disponible.

003                                     Uno de los temas principales en el discurso oficial de la RPDC es que el país es excelente porque ofrece educación gratuita | Foto por nknews_hq 

La institución original para administrar la educación y la academia en el Norte bajo la Guía del Partido fue el Ministerio de Educación (교육 성), establecido en septiembre de 1948 junto con el primer Gabinete de la RPDC. En 1957, se convirtió en el Ministerio de Educación y Cultura. En 1962, la reforma dividió el Ministerio en dos: el Ministerio de Educación Común y el Ministerio de Educación Superior.

Este sistema existió durante 10 años, hasta la reforma constitucional de 1972, cuando se convirtió en el Departamento de Educación dentro del Consejo Administrativo, respondiendo a la Oficina de Educación Común (보통 교육국) y la Oficina de Educación Superior (고등 교육국).

Unos meses más tarde, en mayo de 1973, se reorganizó en el Comité de Educación (교육 위원회), el Comité tiene una Oficina General (총국), el Departamento de Educación Común (보통 교육국) y el Departamento de Educación Superior (고등 교육부) bajo ello.

Este sistema sobrevivió hasta 1998, cuando, con el renacimiento del Gabinete de Ministros, se recreó el Ministerio de Educación.

Finalmente, en 2010, el Ministerio de Educación fue nuevamente organizado en el Comité de Educación (교육 위원회), con el Ministerio de Educación Estándar (보통 교육 성) y el Ministerio de Educación Superior (고등 교육 성) informando al respecto. Este es el sistema que existe en este momento. Esta tabla muestra la lista de personas que encabezarían los ministerios y departamentos de educación a lo largo de la historia de la RPDC.

La estructura actual del Comité.

Como se mencionó anteriormente, el propio Comité está encabezado por el Presidente Kim Sung Du (김승두), que cuenta con la asistencia de siete Vicepresidentes. Kim es también el jefe del Ministerio de Educación Común (보통 교육 성). En ese sentido, cuenta con la asistencia del Primer Viceministro Ri Kwan Ho (관호) y el Viceministro Pak Sun Dok (박순덕).

El Ministerio de Educación Superior (고등 교육 성) está encabezado por el Ministro Thae Hyong Chol (철), quien también es Presidente de la Universidad Kim Il Sung. Le asisten el Primer Viceministro Ho Kwang Il (허광일) y el Viceministro O Min (오민).

Como podemos ver, los dos hombres principales del sistema ocupan dos posiciones importantes simultáneamente. En la práctica, hay una buena posibilidad de que esto signifique que no tengan suficiente tiempo para realizar ambos trabajos al mismo tiempo, y que en uno o ambos lugares, una cantidad significativa de sus ocupaciones quedaría relegada a sus oficiales.

También hay varias agencias adjuntas al Comité, como la Oficina de Orientación Universitaria (지도국) dirigida por Jo In Jun (조인준), Oficina de Métodos Educativos (교육 방법 국), Oficina de Suministros de Materiales para Instituciones Educativas ( 교육 자재 공급 관리국, encabezado por Mun Yong Guk 문영국, Oficina de Educación Docente (교육국, encabezado por Hong Ung So 홍 응서), Oficina de Educación Universitaria (전문 학교 교육국, encabezado por Ri Kwang Il 리광 일), Oficina de Política y Educación ideológica (정치 사상 교육국, dirigida por Kwak Kyol Chan 곽 결찬), Oficina de educación deportiva (체육 교육국), Oficina de publicaciones (출판국) y Oficina de orientación de programas (프로그람 지도국)

Finalmente, el Comité también tiene su propio invernadero de flores Kimilsungia y Kimjongilia (김일성화 김정일 화 온실). El funcionario responsable (책임자) de esto es Ri Sun Hui (리 순희).

004                                      Kim Jong Un se reúne con los maestros en septiembre de 2017 | Foto: KCNA 
El sistema

Aunque, de jure, solo la educación primaria es obligatoria en Corea del Norte, en realidad comienza en el jardín de infantes y continúa hasta la secundaria.

El sistema de las notas que los estudiantes reciben en la escuela fue heredado de la Unión Soviética. Hay cuatro de ellos, cada uno con un nombre formal y un número: excelente (5, 최우 등), bueno (4, 우등), satisfactorio (3, 보통) y fallido (2, 락제). Ocasionalmente, también se usa el uno, en caso de que el trabajo del alumno falle de forma completa y absoluta, pero en la práctica no es diferente del dos. El sistema es bastante inflexible, ya que cuatro grados es un número demasiado pequeño para evaluar adecuadamente el trabajo, pero no ha sido reformado.

La educación incluye lengua y literatura coreanas, matemáticas, caracteres chinos, lengua extranjera (inglés o ruso), historia, geografía, física, química, biología, arte, trigonometría, música y deportes. Los estudiantes de sexo femenino también reciben capacitación básica de ama de casa y los estudiantes de sexo masculino reciben entrenamiento de trabajo de fábrica. En particular, este plan de estudios es muy similar al de la Unión Soviética.

Las biografías oficiales de los miembros de la familia Kim también se estudian como temario separados, lo que nunca fue el caso de Lenin o Stalin en la URSS.

También se debe tener en cuenta que las escuelas de la RPDC están interrelacionadas con la Unión de los Niños y la Unión de la Juventud Kimilsungista-Kimjongilista, con todos los estudiantes uniéndose a sus filas en algún momento. En la escuela secundaria, también participan en las sesiones de capacitación del Cuerpo de la Guardia Roja Juvenil.

Uno de los rasgos más inusuales de las escuelas norcoreanas es el uniforme predominante, que incluso se extiende a las universidades. Se supone que todos los estudiantes deben usar la misma ropa, pero en la escuela existen algunas distinciones. Estas son la ausencia o presencia del pañuelo rojo (solo la usan los miembros de la Unión de los Niños) y la insignia de la categoría de la Unión, que se lleva en una manga.

Aproximadamente una sexta parte de la población recibe educación universitaria (un porcentaje extremadamente alto para un país tan pobre). La elección de los futuros estudiantes está determinada no solo por sus éxitos académicos, sino también por su songbun, kyechung y, desde la década de 1990, por sobornos.

Además de las universidades “pertinentes”, también hay universidades de fábricas, agricultores y pescadores. Al igual que en las universidades, brindan educación a las personas en estos campos, donde una parte significativa de la población está empleada. Las tres instituciones de educación superior más prestigiosas del país son las mencionadas PUST, la Universidad Kim Il Sung y la Universidad de Lenguas Extranjeras de Pyongyang.

Aquellos que no ingresan a la universidad y no tienen circunstancias atenuantes deben servir en el ejército. Sin embargo, después de cuatro o más años de servicio, los soldados que desean ir a las universidades tienen la oportunidad de ingresar a una universidad designada. Aquellos que logran hacerlo son dados de alta y enviados a estudiar.

Las escuelas de posgrado tienen programas de grado de MA, PhD Junior y Senior. El concepto de MA es nuevo en Corea del Norte: este grado solo se estableció en 2016.

El sistema de doctorados de dos vías se tomó de la Unión Soviética, donde existían los grados de Candidato (кандидат наук) y Doctor (доктор наук).

El mérito más alto en la RPDC es el estado de un académico (원사) y junto a él es el de un miembro alternativo de la academia (후보 원사). Estos se otorgan a muy pocas personas por logros sobresalientes. Hay dos academias en el Norte: la Academia de Ciencias Sociales (사회 과학원) y la Academia de Defensa Nacional (국방 과학원), que hasta 2017, tenían el nombre eufemístico de “Segunda Academia de Ciencias Naturales” (제 2 자연 과학원).

Los títulos académicos son otorgados por el Comité Estatal para la obtención de títulos y títulos académicos (학위 학직 수여 위원회). Este sistema fue tomado de la Unión Soviética, pero la diferencia es que el Comité también asigna títulos de académicos (en la URSS, fue realizado por la propia academia, que de hecho tenía cierta autonomía del estado)

A continuación se muestra la tabla que muestra la correspondencia típica entre la edad y la etapa educativa, asumiendo que la persona eligió una carrera académica:

Edad Etapa Educativa
+24 Escuela de Posgrado(Maestrías/Doctorados Estudiantes de doctorados/Cursos superiores)박사원 (석사/준박사/박사 과정)
23 Universidad대학 

 

 

 

 

 

22
21
20
19
18
17 Instituto고급중학교 

 

 

16
15
14 Secundaria중학교 

 

 

13
12
11 Primaria소학교 

 

 

 

 

 

10
9
8
7
6
5 Parvulario유치원 

 

4
3 Guardería탁아소 

 

 

2
1

Educación en lengua extranjera

Los dos idiomas que se enseñan en las escuelas de Corea del Norte son el inglés y el ruso, y el inglés, naturalmente, se vuelve dominante con el tiempo. La elección entre estos dos no se deja a los niños ni a sus padres, de hecho, los idiomas se asignan de forma arbitraria: una clase en el grado normalmente aprende ruso y el resto aprende inglés.

El mayor problema es que el estado no puede permitirse el uso de libros de texto extranjeros por razones ideológicas y, por lo tanto, las escuelas deben usar libros de texto de la RPDC. Estos libros de texto son, por supuesto, ideológicamente correctos, lo que lleva a que los niños norcoreanos aprendan palabras como “Mariscal” y “Generalisimo” antes que los niños en el Reino Unido y Estados Unidos.

Pero el problema aún mayor es que todos los métodos de enseñanza se desarrollaron en países de habla inglesa o rusa. La educación normalmente se enfoca en la lectura, en lugar de desarrollar habilidades naturales para hablar o escribir.

 

 

Una clase de inglés en la mejor escuela de la ciudad de Hoeryong. 

Como resultado, es bastante común que un norcoreano tenga habilidades en inglés o ruso de nivel intermedio inmediatamente después de graduarse, pero como la mayoría de ellos nunca vuelve a trabajar con idiomas extranjeros, sus habilidades se deterioran con el tiempo, y la mayoría de los adultos solo en el país ser capaz de recordar el alfabeto, saludos básicos y frases como “Gracias, Querido líder Kim Jong Il”.

Uno de los pocos lugares donde no se ve esta tendencia es la Universidad de Lenguas Extranjeras de Pyongyang. Sus programas de educación, especialmente para inglés y chino, son muy intensivos y permiten a las personas dominar un idioma. Además, un graduado se emplea generalmente en un campo relacionado con naciones extranjeras, lo que les permite practicar constantemente sus habilidades.

Ideología y educación

El sistema educativo de Corea del Norte en el país está profundamente penetrado por la ideología estatal, cuyo componente abrumador es el culto a la familia Kim. Esta educación comienza en jardines de infancia con temas como “Años de la infancia del Gran Líder Generalísimo Kim Il Sung” y “Años de la infancia del Gran Líder Generalísimo Kim Jong Il” (naturalmente, con la evolución de los títulos y rangos de los Kims, los nombres de los temarios también cambiaron con el tiempo). Una de esas lecciones se puede ver aquí, donde los niños aprenden una versión oficial de la biografía de Kim Jong Il.

Las lecciones sobre los tres Kims gobernantes, así como sobre la esposa de Kim Il Sung, Kim Jong Suk, continúan en la escuela, donde las historias sobre su infancia se complementan con historias sobre su historia revolucionaria (력사). Esto continúa en las universidades.

Sin embargo, la ideología no está de ninguna manera restringida a temas sobre los Kims. La historia se enseña de acuerdo con un crudo dogma marxista, común en la URSS bajo el fallecido Stalin, con historias sobre la infinita grandeza de la familia Kim. Incluso los temas generalmente no politizados como las matemáticas tienen ideología, como lo ilustran estos ejemplos típicos de tareas en los libros de texto de Corea del Norte:

QUOTE

Con motivo de las vacaciones más felices: el cumpleaños del Gran Líder, el Mariscal Kim Jong Il, los escolares vinieron aescuchar canciones. Hay 112 escolares en el salón. Hay 14 personas en cada fila. ¿En cuántas filas se sientan los escolares?

o

Los soldados del Ejército Revolucionario del Pueblo Coreanomataron a 1.428 bastardos del ejército de bastardosimperialistas japoneses en una batalla y tomaron prisioneros a 42 bastardos. ¿Cuántas veces han matado más bastardos que tomados prisioneros?

Escuelas especiales

Las escuelas para extranjeros también existen en la RPDC. Aparte de los de la embajada, hay algunos patrocinados por el estado. En el pasado, había una escuela en ruso para ciudadanos soviéticos, llamada Sexta escuela. Ubicado en Pyongyang, se cerró a finales de la década de 1950 cuando las relaciones soviético-norcoreanas empeoraron.

El segundo tipo son las escuelas para ciudadanos chinos (중국인 학교); Estos sobreviven hasta nuestros días. Dirigidos a la minúscula diáspora china en el Norte, existen por razones políticas en gran medida, los chinos norcoreanos también pueden asistir a escuelas regulares, algunas de estas escuelas pueden tener solo unos pocos estudiantes.

005                                     Una sexta parte de los norcoreanos asisten a la educación superior | Foto pornknews_hq 

Las escuelas también existen en los centros de reasentamiento (ijumin kwalliso 이주민 관리소), un tipo de campo de concentración al que se envían familias completas. Estas escuelas son administradas por los propios campamentos y los niños son tratados como si ellos mismos cometieran un delito; la rudeza y las palizas son comunes

Problemas en la educación de la RPDC

Un problema importante es el aislamiento de la comunidad académica: el acceso a las bases de datos se ve obstaculizado incluso para los científicos norcoreanos y, las humanidades, está prohibido en su mayor parte.

El segundo es la ideología estatal dominante. El hecho de que la narrativa histórica establecida no se puede cambiar y ninguna de las citas de los Líderes deben ser cuestionadas lleva a que las humanidades de la RPDC permanezcan en un estado de estancamiento, en la mayoría de los casos que van desde investigaciones de calidad inferior hasta la promoción de narrativas falsas.

El atraso de las revistas académicas de la RPDC significa que muchos conceptos que se convirtieron en estándares en todo el mundo nunca se desarrollaron sobre el Norte, el primero de los cuales es el concepto de investigaciones previas sobre el tema de la investigación. Aparte de una cita obligatoria de un Kim, normalmente una pieza académica no incluye ninguna referencia a cómo se ha tratado este tema antes. No hay una cultura real de notas al pie en Corea del Norte y muchas declaraciones permanecen sin referencia.

La comunidad académica también está extremadamente aislada del resto del mundo. Un norcoreano, con las excepciones más raras, no puede enviar un artículo a una revista extranjera, y muy pocas personas pueden participar en conferencias internacionales. El acceso a bases de datos y libros extranjeros es muy restringido, y en humanidades es casi imposible. Los extranjeros tampoco pueden publicar en revistas de Corea del Norte.

Las humanidades, en general, apenas existen en Corea del Norte como una rama académica propia, con la mayoría de los temarios prohibidos y el resto operando dentro del marco restrictivo de la ideología estatal. No se permite escribir un libro histórico sobre cualquier tema no relacionado con Corea y no ser un libro general sobre historia mundial.

Por lo tanto, en última instancia, solo los estudios de Corea pre-Kim Il Sung retienen cierta objetividad, aunque todavía están afectados por las ideas marxistas tradicionales.

006                                      Las humanidades, en general, apenas existen en Corea del Norte como una rama apropiada de la academia | Foto por nknews_hq 

Conclusiones

Corea del Norte mantiene un nivel de educación notablemente alto para una nación tan pobre. Su tasa de alfabetización es alta por encima del promedio mundial, comparable a las naciones más ricas del mundo. El porcentaje de personas que reciben educación superior también es alto. Si llega la unificación coreana, estos factores lo harían significativamente más fácil de lo que podría ser de otra manera.

Sin embargo, hay algunos problemas fundamentales con el sistema educativo de la RPDC, todos los cuales están vinculados al sistema político de Corea del Norte. Estos son el aislamiento y la censura, y esto es especialmente evidente en las humanidades de la RPDC, donde algunos temas están prohibidos para la investigación y otros son reemplazados por falsedades que cumplen con la ideología.

Editado por Oliver Hotham

Fuente de la Reseña:

Así funciona Corea del Norte: El sistema educativo 

ove/mahv/293791

Comparte este contenido:

La Universidad rusa que enseña al mundo (Audio)

Rusia / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Karen Todoroff / Fuente: Sputnik News

Rusia es un destino atractivo para jóvenes de todo el planeta en búsqueda de una educación de alta calidad a un precio razonable.

La RUDN, fundada en 1960, tenía por objetivo extender la influencia de la Unión Soviética por Asia, África y América Latina. Hasta principios de los años 90, llevó el nombre de Patrice Lumumba, líder anticolonialista congoleño, el primero en ocupar el cargo de primer ministro en 1960 tras la independencia de Bélgica, derrocado y asesinado en 1961.Los diversos programas de becas también son un gran incentivo para los que sueñan con estudiar en Rusia. Según datos del Ministerio de Educación del país, más de 40.000 alumnos extranjeros reciben becas del Gobierno.

En lo que respecta a Latinoamérica, a comienzos del año pasado, más de 2.000 ciudadanos de países de esta región, enviaron solicitudes para ingresar en las universidades rusas, según informó a Sputnik el vicejefe de la agencia federal para la cooperación cultural internacional del Ministerio de Exteriores de Rusia, Dmitry Guzhelya.

Conversamos con Adrián Senarega Vázquez, un cubano que hace 4 años estudia Arte y Ciencias Humanitarias en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos de Moscú.

«En RUDN hay como un lema que es que vienes a estudiar al mundo, no a la universidad, porque hay tanta gente de tantas partes del mundo, que es como conocer el planeta ahí dentro. Hice amigos de varios lugares especialmente en el primer año, en el de preparatoria te haces amigo de mucha gente porque todos están en la misma situación que tú de llegar a un lugar completamente extraño, que buscan a alguien con quien hacer migas, y es muy fácil hacerse amigo de otras personas», dijo Senarega.

Además, recomendó al resto de los jóvenes animarse a estudiar en Rusia: «Que se animen a investigar no sólo sobre RUDN sino también sobre todas las universidades rusas; este país tiene muchísimas oportunidades para los estudiantes extranjeros.»

Por su parte, Milena Morante es de Bolivia y ya finalizó sus estudios universitarios en la RUDN. Morante realizó la carrera de periodismo y luego hizo una maestría en psicología; actualmente trabaja en Sputnik Moscú.

«Rusia se ha convertido en mi segundo hogar; he llegado acá muy joven, he hecho bastantes amigos, puedo decir que me he formado como un adulto responsable en este país; me gusta sí ir de vacaciones a Bolivia, amo a los dos países», expresó Milena.

«Es una experiencia muy linda, uno aprende, conoce bastantes culturas, se enriquece; al mismo tiempo que vas aprendiendo el idioma, enriqueces tu mente porque la gente se abre, y ya no estás en la burbuja en la que uno vivía cuando estaba en su país. En algo muy bonito e inolvidable», agregó.

Fuente: 

https://mundo.sputniknews.com/radio-destino-rusia/201810271083015781-la-universidad-rusa-que-recibe-miles-de-extranjeros/
Comparte este contenido: