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Colombia. Matrícula Cero exigen los estudiantes en la Universidad Nacional

Continúa la lucha estudiantil por la «Matrícula Cero»; estudiantes de la Universidad Nacional, realizan la protesta desde el 27 julio de 2020. Se encadenaron en las sedes de Bogotá, Medellín Palmira y Manizales, exigen el no pago de matrícula al Gobierno Nacional.

«No es lógico que en medio de esta emergencia sanitaria se cobre la matrícula en la universidad pública; razón por la que dicen el Estado debe responder».

Las protestas se desarrollan con los protocolos de bioseguridad establecidos; además se instaló un campamento humanitario en la portería de la carrera 26. Carlos, estudiante de Derecho, informó que “Los días previos a la toma de la sede Bogotá, fueron de preparación; se conformaron los comités de salud, pues, obviamente estamos en una pandemia y no podíamos irnos descalzos a realizar esto como si nada, y podíamos dar una excusa para que nos sacaran fácilmente, fue un tiempo de planeación”.

Al inicio de la manifestación los estudiantes tuvieron dificultades con la División de Vigilancia y Seguridad – DVS, de la Universidad Nacional; y aunque explicaron las razones de la protesta se generó un proceso de persecución en contra de los estudiantes que están en esta toma pacífica.

Carlos afirmó: “Estamos en un Estado que le gusta perseguir al pensamiento disidente, y que le gusta perseguir a la población colombiana que piensa diferente, y que tiene una actitud revolucionaria, y que tiene una actitud no conformista frente a la vida, frente a los problemas sociales en general”.

Aunque hubo una gran cobertura y divulgación a través de los distintos medios de comunicación. Según los estudiantes, los medios nacionales tergiversaron la información; afirmando que todos los semestres se le paga a los estratos uno y dos la matricula, lo cual es mentira.

Otra de las tergiversaciones seria que los estudiantes tendrían un 42% de descuento en la matrícula; afirmación que rechazo Carlos y agregó:

“Lo que se ve es que va a haber un alto porcentaje de deserción estudiantil, por la cantidad de estudiantes que están por fuera del rango de los estratos uno y dos, es de un porcentaje muy alto, es increíble”.

El Gobierno Nacional debe responder

Los estudiantes que participan en el plantón, afirman que exigencia  es para el Gobierno Duque; “el gobierno debe cubrir los déficits fiscales históricos que tiene la Universidad Nacional, que hoy es superior a los 70 mil millones y no demora en llegar a los 80 mil millones de peso. Esta es una cifra mucho menor a la que el Gobierno le regaló en plena pandemia a los bancos, suma que se acerca a los 500 mil millones”. Invitan a la comunidad universitaria a unirse a las peticiones y pretensión por Matrícula Cero y pago del déficit fiscal.

Para los estudiantes es un descaro que el Gobierno cobren un derecho fundamental en plena crisis;  La familias están sorteando la crisis en medio de la necesidad, desempleo y problemas económicos. Estas condiciones evidencia la necesidad que plantearse a la gratuidad no solo para este semestre, sino definitiva; además indican que la «Matrícula Cero» también debería aplicar para las universidades privadas.

Violaciones a los Derechos Humanos y estigmatización

“Han sido días de mucha tensión, la División de Vigilancia y seguridad nos ha tenido cercados, no hemos podido ir a buscar leña para hacer una buena fogata, no nos dejan pasar de la portería de la 26 y desde aquí hemos gestionado las necesidades que tenemos, la comunidad ha sido muy amena con nosotros, no solo la comunidad estudiantil, sino también los profesores y administrativos, nos han ayudado con mercado, con agua, sobre todo la comunidad barrial, las organizaciones sociales y movimientos también han venido a apoyarnos”.

Nicolás Garzón Becerra, estudiante de Derecho que desde el primer día les cortaron el servicio de agua que ni siquiera es potable dijo que “darse cuenta de que fuimos a la lavar algo en una llave que hay fuera de un edificio, inmediatamente quitaron el cerrojo de la llave para no dejarnos usarla”. Agregó que reciben apoyo de las familias,  el Padre Campo Elías – Capellán de la Universidad Nacional y la Primera Línea de Bogotá.

Con respecto a la negociación con la universidad; los estudiantes aseguran que: “lo único que ha hecho la universidad es mandar el comunicado número 18 de la rectoría, donde aseguran que los estudiantes son unos irresponsables por no tener en cuenta que estamos en medio de una pandemia”.

Nicolás y Carlos invitaron a los estudiantes de las diferentes universidades en todo el país para que se sumen a este ejercicio de reclamar el no cobro de la matrícula o «Matrícula Cero«.

Carlos manifiesta “que es una discusión que comunidades, sociedades, incluso países en el mundo han resuelto y es que los derechos no pueden estar sujetos al mercado, en esta pandemia nos damos cuenta de que el modelo económico que tenemos en Colombia tiene pies de barro, no es un sistema que pueda sostener una sociedad en general, que además en Colombia se comprueba que es sustancialmente desigual, es decir no puede ser que la buena educación sea un privilegio”.

El acceso a educación universitaria no debe ser un privilegio

En las universidades del país, los estudiantes han luchado porque el acceso no sea un privilegio; es deber de los gobiernos garantizarlo, las luchas iniciadas en la pandemia por «Matrícula Cero«, son semilla para las luchas por la gratuita, una educación científica y al servicio de los colombianos, no del mercado.

El gobierno debe cubrir el déficit histórico,   que solo en la Universidad Nacional asciende a 72 mil millones de pesos semestrales; y que a 2018 se calculaba en 15 billones de pesos. En medio de la pandemia el Gobierno Duque mediante decreto 662, ordenó la entrega recursos de tan solo 5 mil millones de pesos, recursos insignificantes ante déficit y desfinanciación de la educación superior.

Senadores y representantes apoyan las movilizaciones por «Matrícula Cero»

En una carta enviada por los senadores de la Bancada Alternativa a la Ministra de Educación María Victoria Ángulo  voluntad política exigieron asegurar matricula cero para los y las estudiantes de las Universidades públicas. En la comunicación expresan:

“La pandemia ha afectado notablemente los bolsillos de las familias colombianas debido a la pérdida del empleo y las restricciones a la movilidad por las cuarentenas en las distintas ciudades, afectando entre otras, las posibilidades de continuar los estudios de educación superior, calculados en alrededor del 50% de deserción a lo largo y ancho del país, según un comunicado emitido por varios rectores de las principales universidades en días pasados.

La cifra, señalan los congresistas en la misiva, es mucho más preocupante para las y los estudiantes de las universidades públicas, pues las familias de los estratos 1 y 2 que han accedido a la educación superior son quienes más han sido afectados por no contar con garantías laborales, empleo formal o posibilidad de ahorro”.

Fuente: https://kaosenlared.net/colombia-matricula-cero-exigen-los-estudiantes-en-la-universidad-nacional/

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Paraguay: Estudiantes marchan por entrega de alimentos y arancel cero

América del sur/Paraguay/23 Julio 2020/prensa-latina.cu

La entrega de módulos de alimentos y la aplicación del arancel cero para universitarios exigirá al Gobierno la movilización estudiantil de hoy, informó la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes) de Paraguay.
La medida de fuerza de esa organización y de la Coordinadora Estudiantil de la Universidad Nacional de Asunción (Ceuna), se realizará pese al control de la circulación en la capital Asunción debido a la pandemia de la Covid-19, dijo una fuente de la entidad univeritaria.

Ambas entidades reclamarán que la entrega de paquetes de alimentos les llegue a todos los educandos secundarios y la aprobación del proyecto arancel cero en todas las unidades académicas de la alta casa de estudios de Asunción.

‘Exigiremos la aprobación por parte del Senado de ese proyecto porque implicaría que las universidades públicas pasen a ser realmente gratuitas’, refirió el representante de los estudiantes universitarios, Mauricio Kiese.

En ese sentido argumentó que de aprobarse, entonces los estudiantes no pagarían sus inscripciones ni matrículas ni el derecho a examen en las ocho universidades nacionales del país.

Agregó que la idea del proyecto es clave en esta crisis económica causada por el Covid-19.

‘La situación actual afecta a todos y especialmente a muchos estudiantes universitarios que quedaron sin trabajo o que sus padres quedaron sin su fuente de ingreso a causa de los despidos masivos que empujó el confinamiento prolongado’, refirió.

Kiese manifestó que los estudiantes exigirán además que se reponga el recorte presupuestario a las universidades públicas, así como a otros niveles educativos ‘porque necesitamos una mayor inversión para educación en este momento tan delicado’, expresó.

Atendiendo al incidente ocurrido días pasados entre la Policía Nacional y estudiantes, que fueron acusados por violar la cuarentena y desacatar a la autoridad, Kiese manifestó que se informó de la movilización al cuerpo armado y esperan que sea una jornada cívica.

Además, tomarán medidas de bioseguridad para evitar la propagación del virus, a través del distanciamiento físico y el uso de tapabocas.

Por su parte, la Fenaes demandará el aumento presupuestario destinado a los kits de alimentos para que lleguen a todos los estudiantes.

También la entrega de fondos para las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) y la liberación de datos para acceder de forma gratuita a las plataformas virtuales.

Además pedirá la integración de una mesa de trabajo que ventilará un plan nacional de inversión en infraestructuras para instituciones educativas.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=383892&SEO=paraguay-estudiantes-marchan-por-entrega-de-alimentos-y-arancel-cero
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Entrevista a: El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo»Gratuidad en universidades públicas costaría $677 mil millones»

Entrevista/09 Julio 2020/Autor y fuente: Semana.com

Según el Sistema Universitario Estatal, la matrícula de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 instituciones está garantizada para el segundo semestre.

El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo, destacó el esfuerzo que han hecho el Gobierno y los entes territoriales para garantizar la educación de los más de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 universidades públicas del país. No obstante, hizo un llamado a mantener esta política en el tiempo y no aplicarla solo por la pandemia.

SEMANA: ¿Cómo ha avanzado el semestre académico para las universidades públicas en medio de la pandemia?
Jairo Torres Oviedo (J.T.O.): Desde 2018, las universidades públicas hemos tenido anormalidad académica, el paro nacional, que tuvo como resultado unos acuerdos históricos por 4,5 billones de pesos para las universidades. Eso retrasó a algunas instituciones. En 2019, las marchas y movilizaciones también afectaron el calendario académico. Por esta razón, cuando empieza la pandemia, 12 de las 32 universidades públicas no habían terminado ni siquiera el segundo semestre académico de 2019. Todo el tema del coronavirus, como es bien conocido, cambia el panorama de la educación superior y nos enfrenta a unas realidades que en este país nos han significado un verdadero reto para dar continuidad a la educación; por ejemplo, el tema de la brecha tecnológica.
SEMANA: ¿Pudieron terminar el semestre las universidades públicas?
J.T.O.: Hubo plataformas estudiantiles pidiéndonos que suspendiéramos el semestre debido a todas las dificultades. Mantuvimos el pulso, cada una de las universidades hizo esfuerzos importantes y las 12 universidades que venían culminando el pasado semestre académico lo hicieron y se disponen a iniciar el primer semestre académico de 2020. En las otras universidades culminamos semestre a tiempo.
SEMANA: ¿Qué balance tienen las universidades públicas tras cuatro meses de pandemia?
J.T.O.: Es positivo haber acabado el semestre y también lo es el hecho de que pudimos recibir apoyos por $97.500 milones por parte del Gobierno, para garantizar la educación de estratos 1 y 2, que están en condición de vulnerabilidad en las universidades públicas. Hemos solicitado apoyo para superar las brechas en materia de conectividad y hemos conseguido recursos. Esa parte es positiva.
SEMANA: Muchas universidades prevén un desplome en las matrículas. ¿Cuál es la proyección en las públicas?

J.T.O.: Como SUE hicimos un sondeo y evidenciamos que la deserción para el próximo semestre sería muy compleja debido a la crisis económica que ha generado el coronavirus. Hay que tener en cuenta que el 70,9 % de los 621 mil estudiantes matriculados en las 32 universidades públicas son de estratos 1 y 2. Sin duda, la deserción nos preocupa porque, por la pandemia, las familias de esos estudiantes se han visto afectadas, han perdido sus empleos. Por esa razón, para evitar esa deserción que creemos podía ser del 50 %, propusimos el modelo de gratuidad en la educación para las universidades públicas.

SEMANA: ¿Qué le propusieron al Gobierno respecto a la gratuidad?

J.T.O.: Pusimos como ejemplo lo que hicimos en la Universidad de Córdoba y que se ha replicado en otras universidades públicas. Hay que tener en cuenta varios factores. El 48 % de los recursos de las 32 universidades del SUE son propios. Eso equivale a 3,5 billones de pesos al año. De esos 3,5 billones, 1,1 billones equivalen a las matrículas, que 677 mil millones son de matrículas de pregrados y el resto son de posgrados. En ese orden de ideas, si el Gobierno quisiera montar una política pública de gratuidad para los estratos 1 y 2, eso costaría 677 mil millones de pesos al año. Eso les planteamos.

SEMANA: ¿Es factible tener esos recursos?
J.T.O.: Lastimosamente, no es la realidad. Por esa razón, las universidades buscan otras fuentes de financiación. Primera fuente: las matrículas de pregrado. Por eso, las matrículas en universidades públicas tienen un valor que oscila entre 380 mil y un millón de pesos en las universidades regionales. Por ejemplo, en Córdoba una matrícula de pregrado cuesta 500 mil pesos. Además, están las matrículas de posgrado, venta de servicios, laboratorios, diplomados, seminarios y cursos, que nos ayudan a constituir los recursos de ese 48 %. El Gobierno nos dio la línea de crédito para solventar nómina y los 97.500 millones para repartir entre las 32 instituciones públicas. Algunas recibieron 3.000 millones pesos; otras más y otras menos.
SEMANA: ¿Alcanzaron los 97.500 millones para el modelo que proponen? 

J.T.O.: En Córdoba, las matrículas de los 17 mil estudiantes nos cuestan 13 mil millones de pesos al año, es decir, por semestre son 6.500 millones. Una fuente fueron los $2.500 millones que nos tocaron del total que dio el Gobierno, la Gobernación nos dio 1.000 millones de pesos, la Alcaldía de Montería nos dio 600 millones, a lo que sumamos otros recursos que teníamos del monto que se consiguió durante el paro de 2018. Los teníamos destinados para otras cosas pero se usaron para la gratuidad. Ese mismo modelo lo hicieron Magdalena, Cartagena, Cundinamarca y la gran mayoría de instituciones. Pero es un modelo transitorio. El reto es volver este modelo permanente en el tiempo, porque después del segundo semestre la crisis no desaparecerá como si nada.
SEMANA: ¿Cómo establecer ese modelo de gratuidad de manera permanente?

J.T.O.: Proponemos al presidente Duque que se incrementen esos 97.500 millones a 200 mil millones en forma permanente para la gratuidad. En Córdoba, a través de ordenanza de la asamblea, se creó el Fondo de Educación Superior, que lo componen 15 % del impuesto de registro y 5 % de licores; es decir, que va a manejar 3.200 millones fijos que se actualiza año tras año. Nosotros con ese fondo, que va a perdurar, tendremos la fuente de recursos. Propusimos al alcalde de Montería que haga un fondo similar. Creemos que ese modelo se puede replicar en todo el país.

SEMANA: ¿Entonces está asegurada la educación de los 620 mil estudiantes de universidades públicas de cara al segundo semestre?
J.T.O.: La educación de nuestros estudiantes en las 32 universidades públicas está garantizada. Como digo, por la procedencia de nuestros estudiantes, esos estratos 1 y 2 tienen su gratuidad. Eso está garantizado. Hay que reconocer el esfuerzo del Gobierno nacional y los entes territoriales.
SEMANA: ¿Qué pasa con el 30 % de otros estratos? La crisis ha tocado prácticamente a todos los sectores…
J.T.O.: La clase media está sin empleo. Sé que las prioridades de un padre de familia en esa situación no es el estudio para sus hijos. En las universidades públicas, al haber hecho el esfuerzo tan grande para la gratuidad en los estratos 1 y 2, también incluimos al resto de comunidad estudiantil. En Córdoba eran 350 muchachos. Los vinculamos en estos modelos de gratuidad y lo mismo se está aplicando en otras regiones. En un futuro se debe mirar el tema de esos sectores, teniendo en cuenta las posibilidades de cada estudiante y su familia. De eso se trata un modelo de gratuidad justo y equitativo: que cada quien aporte de acuerdo con sus posibilidades para garantizar la educación de los más vulnerables.
SEMANA: ¿En el segundo semestre del año volverán a la presencialidad?
J.T.O.: En el caso de las ocho universidades del Caribe, decidimos que no retomaremos la presencialidad, ya que esta región ha sido muy impactada por la pandemia. No queremos correr ningún riesgo con la alternancia. En las otras regiones cada universidad será autónoma, aunque otras se han sumado, como es el caso de la Universidad Nacional. Hay que tener en cuenta que adoptar los lineamientos del ministerio costaría a las universidades grandes inversiones, y en el momento no están los recursos.
Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/es-posible-la-educacion-superior-gratuita-entrevista-al-presidente-del-sue/683724
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Brasil: Universidades públicas, aulas remotas e os desafios da ameaça neofascista no Brasil

América del sur/Brasil/04 Junio 2020/https://www.cartamaior.com.br/

Notas para ações táticas emergenciais

As universidades públicas estão diante de pesados dilemas que podem definir, de modo duradouro, o seu futuro. O governo, aproveitando a pandemia, está efetivando ações destrutivas para, no dizer do antiministro do Meio Ambiente, ‘passar a boiada’[1]. Na mesma linha, o antiministro da Economia, após ter caracterizado os servidores como parasitas, em meio a risos –  ao modo de Saló de Pasolini, uma das obras que expressam, de modo mais profundo, a perversidade inerente ao fascismo –  jactou-se por ‘colocar uma granada no bolso do inimigo”[2], ou seja, dos servidores. O MEC, orientado pelo negacionismo, retoma o Future-se[3], e o CNPq e a CAPES estão sendo desconstituídos. Nenhuma ação construtiva está em curso para melhorar a infraestrutura das instituições, medida indispensável para retomar as atividades no futuro.

Existe a possibilidade concreta de que não seja possível retomar as aulas regulares no prazo de até um ano, possivelmente mais. A saída que vem sendo aventada pelo ministro da Educação, pelo Conselho Nacional de Educação, aparelhos privados de hegemonia empresariais e, difusamente, ecoa anseios das comunidades universitárias.

O presente artigo foi elaborado no contexto de elaboração do novo caderno do Coletivo de Estudos em Marxismo e Educação – COLEMARX/ Faculdade de Educação da UFRJ[4] dedicado ao tema da universidade. Sistematiza indicações que não corroboram essa alternativa, argumenta, distintamente, que a tentativa de instituir uma falsa normalidade irá legitimar a perda de centralidade dos problemas de infraestrutura que precisam ser enfrentados para possibilitar que a universidade pública brasileira possa assegurar as condições para o retorno futuro. O falso normal comprometerá de modo severo e, para muitos, irremediável, a incipiente democratização do acesso e da permanência de estudantes provenientes das frações mais exploradas e expropriadas da classe trabalhadora.

Sem nova infraestrutura, retorno incerto

Em grande parte das instituições, a expansão das duas últimas décadas foi realizada a partir de adequações de espaços preexistentes, via-de-regra, precários e exauridos. Não são poucas as salas de aula e espaços de trabalho acadêmico e administrativo pequenos, sem ventilação adequada, com escassos lavatórios para as mãos. A despeito da heterogeneidade das edificações, dificilmente a totalidade das instalações universitárias seria aprovada pelos protocolos das autoridades de saúde.

A exigência de distanciamento entre os estudantes nas salas de aula – norma básica da OMS –  exigiria turmas de aproximadamente 15 estudantes, o que está longe de ser uma realidade. Em todos os protocolos em circulação na União Europeia, China e outros países que já estão operacionalizando o retorno das escolas e universidades, a questão da harmonização dos espaços das instituições com ‘protocolos sanitários’ assume importância axial para planejar o retorno.

Diferente da orientação ultraneoliberal, a adequação exigirá novos servidores para que seja possível reduzir o número de estudantes por turma. Tudo isso somente se realizará se houver planificação. Entretanto, como o MEC é negacionista, essa agenda não será proposta. Como o ministério responsável pelos assuntos educacionais não irá agir por sua própria vontade, as instituições, sindicatos, movimentos estudantis, sociedades científicas etc., terão de assumir a tarefa de elaborar, imediatamente, projetos gerais com objetivos, metas, estimativa de custos e, com assessoria parlamentar, apresentar proposições ao Congresso Nacional, objetivando a definição de recursos. As diretrizes para esses projetos de adaptação das instituições terão de incluir as áreas administrativas, laboratórios, bibliotecas, restaurantes, moradia estudantil, transporte etc.

No fulcro do planejamento, o cronograma de adequações terá de ser cuidadosamente estabelecido, devendo conjugar o calendário recomendado pela OMS/OPAS, secretarias de saúde, Fiocruz, sociedades científicas pertinentes e pelas próprias instituições e o plano de melhoria da infraestrutura com fontes de recursos, normas de repasses e de licitação que caracterizem a emergencialidade, o que poderia ser feito em diálogo com os órgãos de controle para que a celeridade necessária possa ser garantida.

A analogia grosseira de que a paralisação das aulas em virtude da pandemia guarda paralelo com greves longas (e, portanto, que o problema se resume ao ajuste de calendários), somente contribui para tornar ainda mais opaco o congelamento do protagonismo em prol da construção de condições para que as aulas possam ser retomadas quando as condições da pandemia permitirem.

Referenciado na defesa da vida dos estudantes, servidores e comunidades não é possível, a priori, definir o horizonte temporal para indicar o retorno às atividades acadêmicas nos espaços universitários. E é esse intervalo de tempo que está engendrando toda sorte de propostas que, desconsiderando as demandas estudantis e dos servidores, ocultam proposições que buscam redefinir a natureza dos processos de ensino e aprendizagem nas universidades. A pretexto da pandemia, as corporações ávidas para ocupar os nichos de negócios lastreados pelo fundo público difundem suas plataformas para introduzir, nas instituições públicas, a inexistente modalidade semipresencial.

A ideologia das aulas remotas

São muitas as motivações para as aulas remotas: a mais nobre delas é o desejo de reencontrar os estudantes, estudar juntos, saber como passam, compartilhar as intensas atividades de debates, eventos culturais e artísticos que circulam e, certamente, a responsabilidade de realizar reflexões sobre a perigosa conjuntura brasileira. No presente texto argumento que não é verdade que o dilema esteja resumido à disjuntiva: a) o retorno por meio de aulas remotas aos cursos regulares, restabelecendo o período acadêmico como se o país não vivesse a mais trágica e brutal crise sistêmica desde meados do século XX e b) o imobilismo diante da situação. O problema é mais complexo e, conforme discutido na última seção, outras alternativas são possíveis.

Para precisar a discussão, por aula remota denomino o processo de restabelecimento das disciplinas, por meio de tecnologias de informação, nos marcos da grade curricular que estava prevista para o ano acadêmico de 2020. Entretanto, nos dias de hoje, essa alternativa pressupõe, a priori, deixar para trás justamente os estudantes das frações mais exploradas e expropriadas que ingressaram via cota racial ou de escola pública, e que são merecedores das melhores esperanças de ampliar a democracia no país. Não menos relevante, milhares de servidores teriam dificuldade de atuar nas aulas remotas, em virtude da impossibilidade de transformar o espaço doméstico em oficinas de trabalho e de harmonizar a cotidianidade transtornada pela pandemia com as atividades letivas virtuais. Esses problemas são especialmente severos para as estudantes, as professoras e para os professores substitutos e demais contratados por tempo determinado. Por hora, deixemos em suspenso os aspectos pedagógicos – decisivos e cruciais – das aulas remotas.

É necessário realçar que não se trata apenas de problemas de acesso à internet por meio de banda larga, o que já é um imenso obstáculo para uma enorme parcela de estudantes, problema que é mais grave em estados do Norte e Nordeste, mas que é sumamente grave nas periferias dos grandes centros urbanos (PNAD, 2017), mas, principalmente, das condições de vida dos estudantes. As universidades, corretamente, defendem a quarentena e, por isso, não podem se furtar de examinar as condições de moradia, trabalho, renda e estado psicológico das e dos estudantes que se deterioraram, ainda mais, a partir da pandemia.

Se examinarmos as condições de vida de nossos estudantes, mesmo as anteriores à pandemia, considerando como aproximação razoável, os indicadores da pesquisa do FONAPRACE/ ANDIFES[5], concluiremos que, grosso modo, apenas os segmentos das classes médias de melhor poder econômico e, generalizadamente, das classes médias altas e dos ricos, poderão ter acesso a ambientes de estudos condizentes com as atividades denominadas de ensino remoto.

Embora as aulas remotas emergenciais não possam ser configuradas como EaD é inevitável associar os termos. Em primeiro lugar, caso não seja possível implementar em curto prazo o plano de reformas nos espaços das universidades, institutos etc., uma hipótese plausível, o problema das aulas remotas se estenderá por um bom tempo; ademais, não cabe ingenuidade aqui: essa será a saída induzida pelo governo Bolsonaro como o “novo normal”, mas como modalidade EaD. Este intento será insistentemente defendido pelas corporações que oferecem as tais plataformas de ensino, lideradas pelas maiores do setor, e por meio de prepostos vinculados ao capital que estarão solidários com o aprofundamento do ultraneoliberalismo, concebido como a única via de superação da crise pós-pandemia.

Por isso, é preciso colocar à lume a realidade da EaD no Brasil. Ao contrário do que vem sendo apregoado (a área educacional é conservadora, resiste a ingressar no século XXI e nas tecnologias digitais), o país está entre os que mais possuem estudantes nessa modalidade, processo liderado, largamente, pelas corporações mais agressivas do mercado. Em 2008, esta modalidade correspondia a 12,5% das matrículas e 20% dos novos ingressantes; em 2018, alcançou 25% das matrículas e 40% dos novos ingressantes. Cabe o registro: grande parte em curso de formação de professoras/es. Essa expansão foi efetivada pelas grandes corporações que, efetivamente, possuem o monopólio da EaD no país. Como modalidade de ensino regulamentada pelo Decreto no 9.057, de 25 de maio de 2017, a EaD deveria requerer planejamento cuidadoso, específico, deliberado, associado a atividades presenciais sistemáticas. Não é o que se verifica nas corporações. No caso das instituições que têm compromisso de assegurar processos formativos integrais, a exigência de momentos presenciais acaba afastando aqueles estudantes que, por não terem meios de vivenciar as atividades presenciais desses cursos, avolumam a fileira dos evadidos.

Os ultraneoliberais, por atuarem nos negócios financeiros, sabem que a elevada lucratividade desse segmento decorre da superexploração dos professores e de estratégias de ensino que pressupõem as mais brutais formas de expropriação do conhecimento dos docentes: é a hipertrofia do capital fixo para sufocar o lugar do trabalho vivo, potencialmente inventivo. Pouco importa que os cursos assim ofertados possuem elevadíssima evasão dos estudantes, pois, para os negócios, são estudantes sem rostos. Como o objetivo é o lucro, enquanto houver circulação de ‘clientes’ os negócios se realizam. Não pode surpreender o fato de que algo como 47% dos cursos são considerados insatisfatórios pela rebaixadíssima avaliação do MEC, sempre muito generosa com as corporações.

As plataformas de ensino utilizadas pelas corporações educacionais, em geral, estão sob controle das cinco grandes corporações de Tecnologia da Informação (Amazon, Microsoft, Facebook, Apple, Alphabet/ Google) que detém o fundamental do mercado mundial. Todas elas estão estruturadas a partir de “certas” concepções pedagógicas. Todas, igualmente, possuem objetivos estratégicos em prol da criação do mercado mundial de ensino superior, um objetivo acalentado desde a criação do Acordo Geral de Comércio de Serviços da OMC, em 1995. Não é possível ignorar, também, o uso pelas corporações dos dados que circulam por suas plataformas, por meio da mineração dos dados (revolução dos algoritmos) posteriormente aplicado em campanhas publicitárias, políticas e eleitorais, a exemplo das efetivadas por Cambridge Analityca[6]. A indagação sobre qual o real negócio do Facebook, por exemplo, segue atual: não seria a captação e o tratamento de grande quantidade de dados para fins políticos e econômicos?

Finalmente, e não menos importante, é preciso colocar em relevo o fato de que os dispositivos tecnológicos possuem intencionalidade, são desenvolvidos com objetivos e, por isso, as corporações de TI são referências na flexibilização dos direitos trabalhistas. As novas modalidades de trabalho inseridas nas plataformas tecnológicas como Uber indicam o caminho a seguir. E na educação não é diferente. A adesão ao fetiche tecnológico, nesse sentido, não deixa de ser uma servidão voluntária; é a luta pela sobrevivência, principalmente dos jovens, que faz mover essas engrenagens fetichizadas.

O Brasil talvez seja o país em que melhor é possível avaliar a experiência concreta de EaD e o quadro é desolador. A lógica do processo conduz a hipercompetição das corporações pelo mercado educacional, rebaixando custos, operando dumping, precarizando o trabalho dos docentes, muitos relexicalizados como colaboradores, tutores, monitores e noções afins. Para dimensionar até onde a mercantilização pode ir, examinar o caso da Laureate é ilustrativo[7]. As grandes corporações do setor, parte delas com ações negociadas na bolsa de valores, atribuem a cada docente a correção de milhares de provas e, não satisfeitas com a hiperexploração do trabalho, vêm ampliando a demissão de docentes que atuam no núcleo de EaD para substitui-los por robôs que, doravante, programados por meio de inteligência artificial (IA), corrigiriam os trabalhos e provas dos estudantes.

O trabalho remoto é indissociável da contrarreforma trabalhista de 2017, e está associado às terceirizações, à pejotização, ao trabalho intermitente e outras modalidades de precarização selvagem do trabalho. O insulamento domiciliar quebra toda solidariedade de classe, e, mais amplamente, a sociabilidade dos espaços compartilhados de trabalho que engendra relações sociais com potencial humanizador.

O tema do trabalho remoto chegou às universidades em virtude da pandemia e está em confronto, ao menos parcial, com o negacionismo que pretende impor, contra as normas das autoridades da saúde, o fim da quarentena. Nesse sentido, deve ser reivindicado como direito dos servidores em prol da vida, desde que sua regulamentação observe o que deveria ser óbvio: trata-se de trabalho remoto em virtude da existência de uma pandemia e, nesse sentido, as especificações não deveriam ser centradas nos indivíduos, mas nos planos de trabalho das unidades, setores, laboratórios e da própria instituição.

No caso da docência e, mais amplamente, das atividades de ensino, pesquisa e extensão o trabalho remoto não pode ser confundido com a EaD: é distinto, ocorrendo em situações administrativas, orientações, defesas, estudos específicos fora do local de trabalho. A transmutação do trabalho remoto em ensino remoto, associado à EaD, é uma impropriedade. Inexiste a modalidade ensino remoto. O que é feito em termos de ensino remoto não deixa de se valer das ferramentas de EaD que, como assinalado, possui normas e diretrizes próprias e, sobretudo, estratégias pedagógicas especificamente desenvolvidas para a referida modalidade de ensino. Não há como transladar o planejamento de cursos presenciais em cursos baseados em trabalho remoto dos docentes.

Os colegiados das instituições, ouvido os movimentos estudantis e dos servidores, assim como as entidades sindicais e acadêmicas, terão de examinar com vagar o que pode e em que condições deveria ser realizado, como bancas, relatórios, projetos, monografias de conclusão de cursos, sempre considerando a perspectiva da universalidade. Será crucial, ainda, que os conselhos superiores interpelem os órgãos de fomento, sobretudo CAPES, CNPq, FINEP etc., objetivando a repactuação dos calendários e, sobretudo, a preservação do caráter republicano e comprometido com a liberdade de cátedra dessas agências.

No caso das aulas, como salientado, além dos problemas propriamente pedagógicos, não seria uma medida correta, pois seria esdrúxulo que a universidade, em sua institucionalidade balizada pela Constituição, deliberasse por uma alternativa que seguramente não será universal, enredando a universidade em novos e mais graves problemas.

Os processos de ensino e aprendizagem na universidade pública pressupõem um ambiente de aprendizado e de ensino, nas salas de aula, laboratórios, grupos de pesquisa, na experiência cotidiana das interações entre os estudantes, docentes, técnicos. Os cursos foram assim pensados. A ampliação das atividades remotas para a esfera do ensino, referenciada no new management –  é seguro que esse é o intento do MEC que já ampliou a possibilidade de que 40% das disciplinas possam ser ofertadas a distância, como prática a ser seguida no futuro – corrói o ethos acadêmico e a formação complexa dos estudantes, rebaixando o lugar das públicas no ensino superior do país, e, pior, institucionaliza o apartheid educacional.

Os defensores do new management educacional reagem às críticas sem enfrentar o que é substantivo: a má pedagogia, a péssima formação e, principalmente, a postura “E daí?” sub-repticiamente assumida diante da segregação de enorme parcela dos estudantes. Ocultando o principal, retrucam que, uma vez que a volta às aulas não pode ser imediata (embora não priorizem a construção de condições para o regresso acima indicadas), as aulas remotas são a única alternativa possível, pois os servidores não podem deixar de cumprir metas de desempenho e os estudantes precisam concluir seus cursos. Como apontado anteriormente, é preciso examinar alternativas ao que o texto considera uma falsa disjuntiva: retomada do período acadêmico por meio de aulas remotas versus o imobilismo.

O que pode ser feito para retomar as atividades universitárias durante a pandemia?

O dilema acima referido precisa ser enfrentado: no caso de prolongamento por muitos meses das restrições para a reabertura das universidades é evidente que a instituição não pode deixar de criar condições para renuclear seus estudantes, inserindo-os na vida universitária, isso é imprescindível para a instituição e para a vida dos estudantes. Vale reiterar: a interação com os estudantes é um anseio dos docentes e técnicos e administrativos. É seguro que também os estudantes estão desejosos de retomar contato com a universidade. A formação intelectual dos estudantes é uma exigência magnificada pela combinação da crise política, econômica e da pandemia. Seria decepcionante que durante esse período a universidade renunciasse ao seu papel formador.

Aos aspectos formativos, é preciso agregar o fato de que o país vive dias perigosos em que cresce assustadoramente o risco de que a ideologia neofascista se converta, cada vez mais, em governo neofascista. O renucleamento dos estudantes se justifica, também, pelo fato de que a universidade é, nessas situações, uma das primeiras instituições afetadas pela violência que caracteriza as experiências fascistas. Não surpreende, como assinalado, que nesses dias perigosos, em 28 de maio de 2020, o governo Bolsonaro e seu peculiar ministro da Educação tenham apresentado nova versão do destrutivo Future-se.

Para que os setores democráticos não se vejam enredados em uma insustentável posição defensiva ou, pior, se percebam constrangidos a aceitar a segregação implícita no ensino remoto, é preciso trabalhar o tema da reaglutinação dos estudantes e da organização de atividades que expressem a vitalidade das instituições universitárias no momento mais difícil desde o início do pós-II Guerra, considerando os problemas objetivos das condições de vida já referidos acima e, ao mesmo tempo, os desafios acadêmicos e pedagógicos. Como enfrentar esse dilema?

As universidades, institucionalmente, terão de assumir protagonismo real na organização de condições para reaglutinar seus estudantes. Como assinalado, no contexto de avanço de projetos autocráticos e de cariz neofascista, é necessário que os estudantes estejam próximos às suas universidades, em defesa da democracia, da educação pública e envolvidos em processos formativos originais.

A pandemia abre caminho para o fundamentalismo e para disposições de pensamento referenciadas no ‘darwinismo social’. A crise econômica, embora anterior à pandemia, é por esta muito potencializada e os neofascistas disputam a imagem da crise, como se esta decorresse das medidas de isolamento social adotadas pelos países e pelos estados e municípios. As universidades, nesse cenário, estão no rol das primeiras instituições a serem atacadas para consolidar a autocracia neofascista que está em preparação. Ademais, os estudantes não deveriam estar longe de seus companheiros de curso, de seus centros acadêmicos e diretórios estudantis. Se a fórmula simplista e escapista do ensino remoto não responde às exigências da realidade, o que resta é a resignação e a esperança desencarnada de que, em breve, as coisas melhorarão?

A esquerda socialista, e os setores comprometidos com a democracia, precisam definir ações para atuar no tempo histórico e forjar alternativas. Uma agenda democrática não pode deixar de atuar:

no sentido de universalizar o acesso gratuito e universal a todos estudantes das instituições públicas acesso à rede web com banda larga ou equivalente e de garantir os meios tecnológicos para a interação criativa dos estudantes. Existem recursos previstos para tal fim, por meio do Fundo de Democratização dos Serviços de Telecomunicações instituído pela Lei n. 9.998/2000. As universidades e institutos, em conjunto com as prefeituras municipais, poderiam participar da ampliação do acesso de redes comunitárias, associadas à Rede Nacional de Pesquisa e iniciativas afins, fortalecendo o caráter público do acesso à banda larga no país;

emergencialmente, em prol da renda mínima, no âmbito da assistência social, para todos estudantes que provêm de famílias de baixa renda, pelo menos no valor atualmente praticado (R$ 600,00), objetivando assegurar melhoria nas condições de vida;

na defesa de que as instituições universitárias e de pesquisa públicas elaborarem ambientes virtuais próprios, livres do controle das corporações, de modo a assegurar a autonomia universitária e a soberania dos suportes pedagógicos indispensáveis para enfrentar as condições de isolamento social no contexto da pandemia.

Cumpridas as três condições, todas elas necessárias, é possível desenvolver políticas para a referida reaglutinação dos estudantes com suas instituições.

O exemplo da UFBa é relevante. Esta instituição realizou, nos dez últimos dias de maio de 2020, em plena pandemia, um Congresso para 38 mil membros de sua comunidade com mais de 600 debates, apresentação de trabalhos, grupos de estudos, cursos livres, exposições artísticas, tudo isso sem perder a interpelação da conjuntura: a abertura do Congresso se deu com três mesas: uma sobre o fascismo, outra sobre a pandemia, na ótica de uma instituição de pesquisa pública e, finalmente, uma terceira sobre a educação no contexto atual. Mais claro impossível!

Nacionalmente, é possível elaborar uma cartografia com muitas atividades científicas, culturais, tecnológicas, tanto organizadas pelas instituições, unidades, laboratórios, como os que investigam o coronavírus, sociedades científicas, conselhos profissionais, povos indígenas, sindicatos, movimentos sociais, compondo plataformas comuns com atividades auto organizadas diversas que possam interpelar a perigosa e complexa conjuntura, promovendo encontros, desencontros, convergências táticas, dilemas estratégicos. Na tradição do pensamento crítico, experiências das universidades populares, com Gramsci e Mariátegui, são inspirações a serem consideradas.

Tempos excepcionais exigem medidas excepcionais. Nos dias de sofrimento e dor da pandemia, a universidade não pode deixar de se perceber interpelada pelos problemas que afligem a humanidade. Essa é a tradição das universidades populares que poderia inspirar os planos acadêmicos nesses dias difíceis. Cada universidade poderia criar normas de validação de créditos pelas atividades que, a rigor, poderiam ter, muitas delas, alcance nacional. No gozo da autonomia universitária, é possível atribuir créditos de atividades complementares e extensão universitária, possibilitando, desse modo, que os estudantes avancem em seus processos formativos e na inserção universitária. Temas complexos terão se ser discutidos, como a conclusão dos cursos por parte dos estudantes que estão muito perto de concluí-los, discussão que deveria ser empreendida nacionalmente, por meio de fóruns com a Andifes, UNE, Andes-SN e demais entidades pertinentes.

Essas são, em linhas gerais, proposições para a nossa reflexão que terá de ser célere. Urge construir uma agenda comum com amplitude para forjar a necessária unidade de ação em defesa da democracia, dos direitos sociais, da educação pública e gratuita, referenciada nos princípios do Art. 207 da Constituição Federal.

***

[1] Ministro do Meio Ambiente defende passar ‘a boiada’ e ‘mudar’ regras enquanto atenção da mídia está voltada para a Covid-19, G1, 22/05/2020,

https://g1.globo.com/politica/noticia/2020/05/22/ministro-do-meio-ambiente-defende-passar-a-boiada-e-mudar-regramento-e-simplificar-normas.ghtml

[2] Suspensão de reajuste de servidores é ‘granada no bolso do inimigo’, diz Guedes em reunião, G1, 22/05/2020, https://g1.globo.com/politica/noticia/2020/05/22/suspensao-de-reajuste-de-servidores-e-granada-no-bolso-do-inimigo-diz-guedes-em-reuniao.ghtml

[3] GIOLO, J., LEHER, R. e SUISSARDI, V. Future-se: ataque à autonomia das instituições federais de ensino superior e sua sujeição ao mercado”, São Carlos, SP: Diagrama Editorial, 2020, Acesso livre em: www.diagramaeditorial.com.br/editora/future-se.

[4] COLEMARX. Universidades públicas e aulas remotas: nenhum estudante pode ser excluído, junho de 2020, no prelo. http://www.colemarx.com.br/

[5] V Pesquisa Nacional de Perfil Socioeconômico e Cultural dos (as) Graduandos (as) das IFES – 2018, Observatório do Fórum Nacional de Pró-Reitores de Assuntos Estudantis – FONAPRACE/ Associação Nacional dos Dirigentes das Instituições Federais de Ensino Superior -ANDIFES, http://www.andifes.org.br/wp-content/uploads/2019/05/V-Pesquisa-do-Perfil-Socioecon%C3%B4mico-dos-Estudantes-de-Gradua%C3%A7%C3%A3o-das-Universidades-Federais-1.pdf

[6] Facebook vendeu informações de dados pessoais de cerca 50 milhões de utilizadores a uma empresa britânica de recolha e análise de dados, a Cambridge Analytica que contava com a participação do ideólogo da guerra cultural empreendida pela extrema direita Steve Bannon, utilizando os dados adquiridos em campanhas políticas como a saída do Reino Unido da União Europeia, a eleição de Trump à Casa Branca, também na Nigéria e no Quênia. Karla Pequenino. A vida debaixo do microscópio das grandes empresas. Público, 25/03/18, https://www.publico.pt/2018/03/25/tecnologia/noticia/a-vida-debaixo-do-microscopio-das-grandes-empresas-1807936, acesso em 30 de abril de 20.

[7]Thiago Domenici. Após uso de robôs, Laureate agora demite professores de EAD. Agência Pública, 13/05/20, https://apublica.org/2020/05/apos-uso-de-robos-laureate-agora-demite-professores-de-ead/?mc_cid=f0188b56be&mc_eid=405aa0050d, acesso em 30/05/20.

Fuente: https://www.cartamaior.com.br/?Editoria/Educacao/Universidades-publicas-aulas-remotas-e-os-desafios-da-ameaca-neofascista-no-Brasil/54/47699

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Adelante critica que el Gobierno andaluz plantee recortar el presupuesto de las universidades públicas de Sevilla

Por: Tercera Información

El diputado de Adelante Andalucía por la provincia de Sevilla, Ismael Sánchez, afea el “tijeretazo” de Moreno Bonilla a las universidades Pablo de Olavide y de Sevilla tras conocerse que la Junta plantea reducir la financiación de las universidades andaluzas en un 10% (135 millones de euros).

Sánchez pide al consejero del ramo, Rogelio Velasco, que aclare cuánto supondrá y en qué cantidad exacta afectará la merma de 135 millones de euros prevista en Andalucía a las dos universidades sevillanas, porque “mucho nos tememos que podamos estar hablando de más de 40 millones de euros”.

“Hace pocos días el Gobierno central ha incrementado en 179 millones de euros las becas universitarias mientras el andaluz agrava la situación de infrafinanciación de los campus universitarios, algo que sin duda, va a tener consecuencias directas en la calidad de la educación superior en Andalucía”, ha afirmado el parlamentario.

El representante de Adelante ha señalado que “PP, Cs y Vox hieren de muerte a las universidades públicas de Andalucía en general y de Sevilla en particular” y abocan al profesorado a “más precariedad laboral” y a un aumento de la ratio en las aulas universitarias.

Según Sánchez, este recorte “pone en riesgo la planificación presente y futura de programas de I+D+I en las universidades sevillanas y dispara la desigualdad entre campus”. Para el diputado, con este “tijeretazo” el Gobierno andaluz sigue su rumbo, “en el que las universidades públicas son totalmente prescindibles porque el Gobierno de las derechas y la ultraderecha quiere que Andalucía sólo está preocupado por “la apertura de las playas y un desarrollo basado en el turismo y no en la ciencia”

Además, el parlamentario de Adelante Andalucía ha saludado que, por el contrario, “el Gobierno central marque la diferencia”, ya que ha aumentado en 179 millones de euros las becas para garantizar el acceso a la universidad, mientras que el Gobierno andaluz recorta el presupuesto de estas en 135 millones de euros.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2020/05/25/adelante-critica-que-el-gobierno-andaluz-plantee-recortar-el-presupuesto-de-las-universidades-publicas-de-sevilla

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Brasil: Se aplaza el examen de ingreso a las universidades públicas por Coronavirus

América del sur/Brasil/28 Mayo 2020/lanacion.com.ar

Con casi 20.000 casos de coronavirus Brasil se convirtió el epicentro de la pandemia en América Latina y en el tercer país afectado del mundo tras Estados Unidos y Rusia. Ante la grave situación, el Ministerio de Educación brasileño decidió ayer aplazar sin fecha el examen de ingreso a las universidades públicas . Al igual que en la mayoría de los países afectados por el Covid-19, las clases presenciales se encuentran suspendidas hasta nuevo aviso.

El Examen Nacional de Escuelas Secundarias (ENEM), que da acceso a las universidades públicas de Brasil estaba previsto para entre el 1 y el 8 de noviembre, pero se prevé que se tome entre uno y dos meses después.

La postergación del ENEM fue anunciada a través de un comunicado del Instituto Nacional de Estudios e Investigación Educativa Anísio Teixeira (INEP), vinculada el Ministerio de Educación y encargada de realizar la prueba. Según el organismo, el aplazamiento se produce debido a «las demandas de la sociedad» y a las «manifestaciones del Poder Legislativo debido al impacto de la pandemia».

El aplazamiento fue aprobado el martes por el Senado de Brasil con 75 votos a favor y solo uno en contra, el del senador por Río de Janeiro Flavio Bolsonaro, hijo del presidente, Jair Bolsonaro.

El ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, pidió escuchar a los más de cuatro millones de estudiantes inscriptos para elegir una nueva fecha para el examen. «La participación de los estudiantes inscritos puede realizarse a través de la ‘Página del Participante’ en la web oficial del INEP de forma directa, democrática, transparente y segura», tuiteó.

En su último balance, el Ministerio de Salud brasileño confirmó 19.951 nuevos casos, lo que supone un total de 291.579, así como 888 nuevas muertes registradas, lo que asciende a 18.859 el número de víctimas mortales por la enfermedad en el país limítrofe.

Mientras la comunidad científica mundial aún discute la efectividad de la hidroxicloroquina, el presidente Jair Bolsonaro ordenó ampliar la utilización de esa medicación experimental ya no sólo para pacientes graves sino también leves.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/coronavirus-brasil-se-aplaza-examen-ingreso-universidades-nid2368013

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Fallecen 14 profesores de la Universidad de la Amazonía Peruana por COVID-19

América del sur/Perú/https://www.actualidadambiental.pe/

Por Luis Chacón

A través de su cuenta de Facebook, la Universidad de la Amazonía Peruana, ubicada en Iquitos (Loreto), recibió las condolencias de otras casas de estudios por el fallecimiento de 14 de sus profesores y cinco miembros del área administrativa por COVID-19.

“La Asociación Nacional de Universidades Públicas del Perú (ANUPP) expresa su más profundo pesar por las irrecuperables pérdidas de personal docente de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, debido a la pandemia del COVID-19 que viene azotando al país y al mundo entero”, indica uno de los mensajes enviados al centro de estudios.

Hay que mencionar que desde finales de abril, la Universidad de la Amazonía Peruana informó desde su página web y redes sociales sobre las muertes de su personal que, hasta la fecha, suma la lamentable cifra de 19 personas.

En cuanto a la situación de Loreto, los informes oficiales la ubican como una de las regiones más golpeadas por el coronavirus con 2696 casos confirmados y 238 muertes, según cifras del Ministerio de Salud.

Esto hace que su tasa de letalidad sea de 9.20 %, una de las más altas en nuestro país y que podría aumentar debido a la situación crítica que se vive en la zona, tanto por el colapso de los hospitales, la falta de oxígeno y otros materiales, el contagio de personal médico y la presencia del virus en comunidades nativas, donde el acceso a atención es casi nulo.

Según datos del Hospital Regional de Loreto, la cifra real de fallecidos sería de más de 800 personas, reveló una reciente investigación de Ojo Público y en la que también se recogen las declaraciones de director de esta institución, Carlos Calampa, quien estima que seis de cada 10 personas, al menos en Iquitos, están contagiadas.

“La escasez de pruebas en Loreto hace imposible que se hagan pruebas a todos los que tienen síntomas, y no se están haciendo pruebas post-mortem”, señaló Calampa.

La investigación del portal también calcula que habría un total de 34 indígenas contagiados en las comunidades de Loreto y seis fallecidos con síntomas del COVID-19 a los que no se les realizaron las pruebas.

Un dato preocupante es que la propia viceministra de Interculturalidad, Angela Acevedo, indica que no existe data oficial sobre los casos de contagios y muertes en comunidades indígenas.

“No sabemos de manera oficial cuántos casos hay. Estamos en el limbo sobre todo en los casos de indígenas que están en las zonas urbanas, pero ya les hemos pedido a las Diresas que incluyan esta variable en sus reportes, y así lo estipula también el Decreto Legislativo publicado el último domingo”, declaró Acevedo al medio en mención.

A esta falta de información se suman acciones negligentes de parte de las autoridades, como la que denunció Actualidad Ambiental hace unos días, respecto a la llegada de una  comitiva de la Municipalidad de Trompeteros a 20 comunidades nativas del río Corrientes para el reparto de víveres y que generó contagios en la zona.

La UNAP está recibiendo las condolencias de diversas universidades del país:

Nuevas medidas

Pedro Ripalda, gerente de ofertas flexibles de EsSalud, informó que, sin duda, el punto de mayor contagio en la región Loreto es Iquitos, por lo que se implementarán nuevas medidas que permitan frenar la propagación de este tipo de Coronavirus.

“Es un reto y vamos a comenzar a trabajar con brigadas. Empezamos mañana en Nauta. Vamos a ir a provincias como Cabayacocha, Requena, Nauta, para fortalecer ese primer nivel que ha estado decaído. También porque los colegas de estos puntos han tenido que ser evacuados porque han sido contagiados con COVID”, precisó Ripalda.

Otra de las novedades sería habilitar un centro de aislamiento para pacientes según su situación (leve y moderada), como el caso de la Villa Panamericana a fin de atender los casos graves en los hospitales.

Cabe señalar que el Seguro Social de Salud anunció que desde hoy, lunes 18 de mayo, se pondrá en funcionamiento una planta de oxígeno en el hospital III de EsSalud de Iquitos que se suma a otros esfuerzos por frenar el COVID-19, como la implementación del hospital “Blanco”, el traslado de pacientes y personal médico a Lima, así como la llegada de doctores y miembros de salud a la región.

Fuente e imagen tomadas: https://www.actualidadambiental.pe/fallecen-14-profesores-de-la-universidad-de-la-amazonia-peruana-por-covid-19/

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