Page 1 of 55
1 2 3 55

Violencia machista: el impacto en la salud mental

Las consecuencias psicológicas del maltrato incluyen depresión, ansiedad, estrés postraumático y mayor riesgo de suicidio entre las mujeres. Los hijos e hijas pueden tener consecuencias similares y, además, interiorizar un modelo de aprendizaje de la violencia.

El telediario se hace eco, también los periódicos y diarios digitales, de noticias –o apenas sucesos–complementadas con algunos actos públicos o declaraciones variadas. Los feminicidios se han convertido en parte de la parrilla informativa, pero eso no evita que las cifras sigan aumentando. Desde 2003, año en que comenzaron los registros oficiales, cerca de 1.300 mujeres han sido asesinadas por violencia de género (esto es, la ejercida por sus parejas y exparejas). Se trata de un problema social que conlleva graves consecuencias de salud a distintos niveles, porque a ese elevado número se le añaden otras miles de mujeres que, incluidas en registros o no, con denuncias hacia los maltratadores o sin ellas, conviven en sus casas con la violencia machista y con menores.

Los feminicidios constituyen, generalmente, el último escalón de una ristra de violencias sostenidas en el tiempo –física, psicológica, sexual, económica–. Violencias que, aunque no lleguen a al extremo del asesinato, y sin necesidad de que incluyan una agresión física, conllevan numerosos daños tanto para las mujeres como para las hijas e hijos.

«La violencia de género tiene consecuencias catastróficas para la salud en el presente, en el futuro y en el bienestar de las mujeres y menores a su cargo. Deteriora la salud física, psicológica, sexual, reproductiva y social de las víctimas, a veces de modo irreparable, y empobrece sus vidas. Sus efectos pueden persistir después de salir de la relación de maltrato». Esta afirmación, extraída del artículo científico «Consecuencias para la salud de la violencia contra la mujer por la pareja», publicado recientemente en la revista Elsevier, pone de manifiesto que el «después» del maltrato implica cuestiones de importancia a las que es preciso atender. En el artículo, las doctoras Marina Tourné García, Sonia Herrero Velázquez y Ascensión Garriga Puerto hacen especial hincapié en la violencia psicológica porque, aun siendo la más invisibilizada, la más difícil de detectar y la más cuestionada a nivel social, se convierte en «la más destructiva». El abuso emocional destruye la integridad a través de múltiples conductas en las que se entrelazan la degradación, el miedo, la sobrecarga de responsabilidades o la distorsión de lo que está sucediendo alrededor.

Las mujeres se ven obligadas a desarrollar contantemente estrategias de supervivencia, como la alerta continua, la disociación, la huida o la evitación de las relaciones sociales

Las particularidades de la violencia en el ámbito de la pareja la introducen en una dimensión compleja: los comportamientos abusivos se producen en el hogar, un espacio que tendría que servir de refugio y seguridad, y las mujeres se ven obligadas a desarrollar contantemente estrategias de supervivencia, como la alerta continua, la disociación –un mecanismo para desconectarnos de la realidad cuando esta nos desborda–, la huida o la evitación de las relaciones sociales, entre muchas otras. «Cuando hablamos de violencias machistas, estamos hablando, en la mayoría de los casos, de delitos violentos que son vivenciados por las mujeres con un miedo intenso a sufrir un grave daño o, incluso, la muerte, al que se añaden sensaciones de impotencia, desesperanza e incluso indefensión, en cuanto a su incapacidad para escapar de ellos», explica Bárbara Zorrilla Pantoja, psicóloga especializada en la atención a mujeres víctimas de violencia de género.

Ese temor profundo al que hace referencia la psicoterapeuta lo refleja también Camelia Cavadia en su libro Las máscaras del miedo (Omen, 2024), novela en la que explora cómo los traumas de la infancia causados por la violencia de un padre perturban la vida adulta de las hijas e hijos: «El miedo es lo primero que veo. Me espera cada mañana junto a la cama, listo para recibirme en cuanto abro los ojos. Después lo veo sentado sobre mí, a solo unos pocos centímetros de mi cara (…). Delante o detrás de mí, el miedo me acompañará siempre y, aunque haya momentos en los que me olvide de él, habrá otros en los que aparezca en silencio y me indique mediante señales que está allí. A veces serán cortas y afiladas como la punta de un cuchillo y otras largas y pesadas como el carraspeo de una tos contagiosa». Las criaturas que conviven con la violencia machista sufren importantes consecuencias a nivel psicológico –similares o, incluso, más graves que las de sus madres–, además de desarrollar un modelo de aprendizaje de comportamientos violentos en sus relaciones de pareja.

El daño permanece, pues el cuerpo y la mente acumulan las sensaciones y las vivencias. La tensión permanente experimentada durante años en una relación de maltrato que se produce en el hogar puede desembocar en múltiples malestares físicos, como alteraciones cardiovasculares, hipertensión y dolor crónico, pero también en importantes secuelas en la salud mental. «Estudios funcionales han observado diferencias en la activación de áreas cerebrales directamente implicadas en la memoria y en el procesamiento de las emociones», indica el estudio publicado en Elsevier. La depresión, el trastorno de ansiedad generalizado, el estrés postraumático y las ideaciones o actos suicidas son los trastornos más frecuentes entre las mujeres que han vivido violencia en el ámbito de pareja.

El maltrato puede desembocar en malestares físicos como alteraciones cardiovasculares, hipertensión y dolor crónico, pero también en secuelas en la salud mental

El cuerpo tiene memoria y acumula el malestar. En el libro de Cavadia, muchos años después de que su padre estuviera muerto, el personaje principal sigue arrastrando un importante daño: «No se trataba solo del mal estado general, de los ataques de pánico y del infinito cansancio, sino también de la pena de mi alma, del aullido de animal ensangrentado que solo yo escuchaba». Toda esa sangre derramada, esa tristeza acumulada, están pidiendo a voces una necesaria reparación.


El 016 es el teléfono de atención a las víctimas de violencia de género.

Fuente de la información e imagen:    https://ethic.es

Comparte este contenido:

Niñas y mujeres desaparecidas mientras buscaban una oportunidad en el corazón de la India

Fátima Khan

En solo dos años se les ha perdido la pista a más de 200.000 ciudadanas indias. El Estado de Madhya Pradesh, donde los efectos del cambio climático hacen estragos, registra el mayor número de casos. Aquí, menores y jóvenes quedan expuestas a peligros, como la trata, cuando emigran en pos de trabajos precarios.

Devi (nombre ficticio), de 65 años, ha dedicado gran parte de su vida a alimentar a sus ocho hijos —cuatro varones y cuatro mujeres— con limitados recursos. Enviudó muy joven y su marido le dejó una pequeña parcela de tierra para que la cultivara en su aldea de Chhaktala, en el Estado de Madhya Pradesh, en el centro de la India. Aunque al principio la familia se las apañaba bien, en la última década el terreno se volvió prácticamente inservible para el cultivo durante la mayor parte del año.

La hija pequeña de Devi, Rashmi (no es su nombre real), de 12 años y cansada de la situación, le dijo en abril de 2022 que había encontrado un trabajo en la construcción en la ciudad de Alirajpur, cerca de su pueblo. Rashmi no era la primera niña de su zona que buscaba y aceptaba este tipo de empleos. La tierra que antes bastaba y sobraba para alimentar y mantener a familias como la de Devi hace tiempo que les ha fallado, y a los jóvenes no les queda más remedio que buscar trabajos a menudo precarios. “En nuestro pueblo, todos los miembros de la familia tienen que trabajar; la edad no importa”, señala Devi. La adolescente fue al mercado cercano a comprar ropa nueva para su trabajo, y esa tarde no regresó.

«En nuestro pueblo, todos los miembros de la familia tienen que trabajar; la edad no importa

Devi, madre de Reshmi (víctima de trata)

Madhya Pradesh registra el mayor número de casos de menores desaparecidos, así como de niñas y mujeres desaparecidas del país. En solo dos años (entre 2019 y 2021), se les perdió la pista a casi 200.000 mujeres y niñas en la India, según datos presentados por el Ministerio del Interior ante el Parlamento —no hay información acerca de cuántas fueron localizadas—. Solo en 2022, una media de 32 menores desaparecían cada día en Madhya Pradesh, de los cuales 24 eran niñas, según un informe elaborado por la ONG Derechos de los Niños y Tú. La policía y el Gobierno suelen descartar estos casos por considerar que se trata de chicas que huyen con sus novios, pero existe un factor crucial que parece estar causando un gran número de desapariciones y que a menudo se pasa por alto: el cambio climático.

Más de tres meses después de la desaparición de Rashmi, y tras los persistentes esfuerzos de Devi por conseguir ayuda de la policía y de las ONG, un buen día la familia recibió la llamada de un número desconocido. Al otro lado de la línea, Rashmi pedía que fueran a buscarla a un pueblo del vecino Estado de Gujarat, a más de 600 kilómetros de distancia. Se negó a revelar cómo había llegado hasta allí y con quién. Al no obtener ayuda de la policía local, Devi se puso en contacto con la ONG ChildLine, cuyos miembros intentaron reconstruir la historia y llegaron a la conclusión de que, con toda probabilidad, Rashmi había sido víctima de trata.

A la izquierda, Manisha Bagole junto a otra trabajadora de ChildLine, el 10 de octubre de 2023 en Alirajpur.

Fátima Khan

 

Al llegar a Gujarat, los trabajadores de la ONG y Devi se enteraron de que Rashmi estaba casada. Un hombre, su autoproclamado suegro, insistía en que había pagado cerca de 4.000 dólares para “comprar” a la adolescente. Rashmi no pudo marcharse hasta que la policía intervino y amenazó con denunciarlo por un delito de matrimonio infantil, ya que no es legal que las menores de 18 años se casen.

«Mi madre lloraba todas las tardes al volver del campo. Tenía que alimentarnos a todos los niños, sin obtener apenas ingresos de nuestras tierras.

Rashmi, víctima de trata

Tras ser rescatada, Rashmi reveló que se había enterado de una oportunidad para trabajar en Gujarat como albañil, pero sabía que su madre nunca le permitiría irse allí durante un periodo prolongado de tiempo, así que huyó. También confesó sus motivos para buscar oportunidades tan lejos: “Mi madre lloraba todas las tardes al volver del campo. Tenía que alimentarnos a todos los niños, sin obtener apenas ingresos de nuestras tierras. Yo quería aprender corte y confección, pero ni siquiera teníamos dinero para comprar una máquina de coser. Así que un día, impotente, decidí coger un autobús a Gujarat”, relató. Al llegar, el contratista que le había prometido un trabajo la vendió a un hombre que la casó con su hijo.

Migración forzosa

Madhya Pradesh tiene la mayor población tribal (como la India califica a los indígenas) del país, con más de 16 millones de habitantes tribales (más del 21% de la población del Estado). Los distritos occidentales, en gran parte de los cuales predomina la población indígena, comparten frontera con tres Estados: Gujarat, Rajastán y Maharashtra. Cada pocos meses, se produce una emigración masiva de trabajadores de distritos tribales de Madhya Pradesh a estos Estados, como hizo Rashmi.

Los expertos afirman que es imposible abordar el problema de las desaparecidas sin tener en cuenta el cambio climático. “Las preguntas que debemos hacernos es por qué estas personas tienen que desplazarse masivamente para buscar trabajo y por qué tienen que emprender viajes tan largos y posiblemente arriesgados”, señala Nitesh Alawa, activista de la organización por los derechos indígenas Jai Adivasi Yuva Shakti.

«Aunque el Gobierno dé nuevas tierras a esta gente, es posible que no sean igual de fértiles o que no basten para mantener a familias enteras

Nitesh Alawa, activista de Jai Adivasi Yuva Shakti

En las últimas décadas, Madhya Pradesh ha sido testigo de frecuentes inundaciones y de largas temporadas sin lluvia. Aunque el cambio climático es un fenómeno mundial, los más vulnerables son aquellos que dependen directamente de la tierra para su subsistencia.

“Los pueblos cerca del río Narmada [el mayor del Estado de Madhya Pradesh] se inundan con frecuencia”, afirma Alawa. “Aunque el Gobierno dé nuevas tierras a esta gente, es posible que no sean igual de fértiles o que no basten para mantener a familias enteras. La verdadera tragedia es que las tribus nativas hoy tienen que luchar por mantenerse. La tierra se ha corrompido, ya no es suficiente para mantenerlos”. En septiembre de 2019, más de 175 pueblos situados junto al río Narmada quedaron sumergidos después de que la presa de Sardar Sarovar alcanzara su capacidad máxima.

Emigrar a otros Estados para siempre, y no solo durante unos meses, tampoco es una opción viable. “Pedir a los indígenas que renuncien a sus campos no es justo. Aunque sea una parcela pequeña y no sea fértil durante todo el año, sigue siendo su tierra. Por eso tienen que ir de un Estado a otro, consiguen pequeños trabajos, y vuelven”, explica Radiya Padiyar, activista por los derechos de los niños

Mercados de trabajo precario

El impacto del cambio climático en la vida de las mujeres también se manifiesta en un lugar que se ha vuelto muy normal en el cinturón tribal de Madhya Pradesh: los mercados de trabajo. Poco después del amanecer, mujeres y niñas, a veces de solo 13 años, hacen cola esperando a que lleguen hombres montados en bicicletas o motos y les ofrezcan algún empleo temporal. Estos negocian brevemente la tarifa, que suele rondar los dos dólares (1,80 euros) al día.

Mujeres y adolescentes esperaban a ser contratadas en un mercado de trabajo, el 9 de octubre de 2023 en Alirajpur.

Fátima Khan

Una de las chicas en la cola es Dhani, de 16 años, que cuenta que es la tercera vez que acude al mercado. “Conseguí dos encargos antes que este. Ambos eran para trabajos con cemento. Me pagaban poco más de dos dólares al día, que no es mucho, pero es algo”, detalla. Todas las mujeres señalan la incapacidad de sus familias para mantenerlas con lo que producen sus tierras.

En la breve y concisa conversación entre los empleadores y las temporeras no se habla de las condiciones laborales, ni se comprueba de dónde proceden los hombres. Acto seguido, ellas se montan en las motoscon los hombres y son transportadas al lugar de trabajo.

Harsing, activista indígena, califica los mercados de trabajo como algo parecido a una subasta. “¿Qué otra cosa si no? Nuestras hijas se ven obligadas a subastarse en las calles. Así de grave es la situación. Al acceder a trabajar para cualquiera que les ofrezca algo de dinero, es probable que corran peligro”, afirma Harsing. “Incluso si consiguen volver, es un proceso traumatizante y humillante que afecta a su sentido del ser y a su confianza en sí mismas”, añade.

 

Hera mostraba en su móvil una foto de su sobrina Sakari, desaparecida hace cuatro años, el 10 de octubre de 2023 en Alirajpur.

Fátima Khan

El peso familiar del estigma

Aunque a Rashmi la encontraron y pudo volver a casa, muchas jóvenes nunca lo hacen. Sakari lleva desaparecida cuatro años, desde que tenía 25. Su familia dice que se fue de su pueblo, Haraswat, a Ahmedabad, a más de 200 kilómetros, en busca de empleo, como era habitual en el pueblo. La familia no volvió a saber de ella. “Seguíamos esperando que volviera algún día, pero nunca lo hizo. Y ahora no creemos que lo haga”, admite Hera, su tío. Los casos de desaparecidas están muy estigmatizados, por lo que la mayoría de las familias no hablan de ellos públicamente ni presentan denuncias ante la policía. “Al principio, no queríamos que la gente del pueblo se enterara de que había desaparecido”, añade Hera, que, años después, sigue llevando una foto de su sobrina en el teléfono, por si alguna vez se cruza con alguien que pudiera conocer su paradero. “Las familias cuyas hijas desaparecen son vistas con recelo. Ahora, todo el mundo se ha dado cuenta de que ha desaparecido, y nos tratan de forma diferente”.

En otros casos, las familias de las desaparecidas son acusadas de tener hijas de “carácter disoluto” que se han fugado con un chico.

“A las familias les inquieta hablar de las desaparecidas”, señala Rem Singh Dodwa, presidente del Comité de Bienestar Infantil (CWC, por sus siglas en inglés) de Alirajpur, en Madhya Pradesh. “La mayoría de la gente de su entorno lo convierte en una cuestión de personalidad y no aborda la raíz del asunto: que a menudo se trata de chicas que huyen para escapar de determinadas situaciones, como que las tierras no dan lo suficiente para alimentarlas”.

 

Rem Singh Dodwa, en su despacho del centro donde se investigan los casos de niñas desaparecidas, el 10 de octubre de 2023 en Alirajpur.

Fátima Khan

 

El impacto mental

Ruma Bhattacharya, psiquiatra y miembro del consejo de la Sociedad India de Psiquiatría, apunta: “El cambio climático afecta a todos los ámbitos de la vida. Pero para las tribus y los agricultores, cuyo sustento depende de un pequeño trozo de tierra, el impacto es gravísimo”.

La joven Rashmi contó que, tras tener que casarse a la fuerza, la obligaban a levantar material de construcción pesado, como cemento y piedras, y la regañaban si no podía hacerlo. Pero su madre, Devi, está convencida de que ocurrían más cosas. Hace dos años que la chica regresó a casa, pero sigue sin hablar de lo que pasó. “He intentado preguntarle. Pero cambia de tema o sale de la habitación cada vez que intento indagar. Así que ya no la molesto. Estoy preocupada por ella y por lo que este incidente le ha hecho”, confiesa.

«He intentado preguntarle qué le hicieron. Pero cambia de tema o sale de la habitación cada vez que intento indagar.

Devi, madre de Reshmi (víctima de trata)

“Está claro que la mayoría de las niñas rescatadas han sufrido traumas graves”, se lamenta Manisha Bagole, de la ONG ChildLine, que participó en la misión que rescató a Rashmi. “Necesitamos expertos que las traten y asesoren. Esos mecanismos no existen en los pueblos y ciudades pequeñas, donde este problema es más frecuente”. La falta de estos mecanismos hace que las rescatadas nunca reciban un asesoramiento adecuado. “Tenemos revisiones físicas obligatorias para estas niñas. Desgraciadamente, el asesoramiento y la terapia de salud mental no forman parte de esas revisiones médicas. Esto tiene que cambiar”, añade Bagole.

Cuando una niña huye para escapar de una sequía u otros problemas económicos causados por el cambio climático, y al final la encuentran, tarda años en recuperarse realmente de ese trauma”, subraya la psiquiatra Bhattacharya, que reside en Bhopal, capital de Madhya Pradesh. “El síntoma más destacado es la dificultad para adaptarse, junto con depresión a largo plazo, insomnio, pesadillas, así como un Trastorno de Estrés Postraumático. Huyen pensando que se dirigen a un lugar más prometedor, pero a menudo deben afrontar grandes adversidades. Cuando regresan, tienen que adaptarse a una vida con la que no estaban contentas desde un principio”, remacha.

Dodwa, del Comité de Bienestar Infantil, añade que la salud mental de las familias también se ve enormemente afectada. “Conozco a madres que quieren suicidarse cuando su hija lleva desaparecida muchos meses. Lo peor es que se trata en su mayoría de familias pobres, que tienen que seguir trabajando y viviendo al día mientras las buscan. En las zonas rurales no hay terapeutas. A menudo, además de hacer mi trabajo, tengo que hacer las veces de psicólogo y de hermano mayor que las guía”, explica.

La hija de Baholi y Gina, Ila, de 16 años, desapareció en junio de 2023 del pueblo de Ghata. La pareja pasó meses escuchando rumores de que se había escapado con un joven de un pueblo vecino. Ahora son conscientes de otro hecho muy cruel: no pueden permitirse dedicar demasiado tiempo a buscar a Ila. “Pronto tendré que ir a Gujarat [una gran ciudad a más de 1.100 kilómetros] a buscar trabajo, no puedo retrasarlo más. Tengo otros cuatro hijos que alimentar”, concluye Baholi. “Cuando hayamos cosechado todo después del monzón, no quedará nada que hacer aquí. Los campos no van a producir lo suficiente para alimentar a mi familia. Y una vez que me vaya, nadie más está preparado para seguir con este caso. Así que no sé qué pasará después”.

 

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2024-08-30/ninas-y-mujeres-desaparecidas-mientras-buscaban-una-oportunidad-en-el-corazon-de-la-india.html?outputType=amp#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=17252054372724&csi=1&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com

Comparte este contenido:

México: en la UNAM, fabrican denuncias de Violencia de Género para despedir a profesores que exigen derechos laborales

La reinstalación de dos profesores en la Facultad de Ciencias de la UNAM por mandato de un juez federal, luego de dos años de litigio laboral, revela que durante la rectoría de Enrique Graue de manera sistemática autoridades universitarias y directores de facultades armaron casos de supuesta violencia de género para despedir a docentes que exigieron derechos laborales como pagos a tiempo, aumento salarial, asignación de grupos y estabilidad laboral, y a los que exhiben actos de corrupción como el desvío millonario de recursos, altos salarios de funcionarios y nepotismo en la máxima casa de estudios.

La reinstalación de los profesores Efraín Vega Landa y Juan Manuel Buchanan Espíndola en el Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la UNAM el pasado martes, después de enfrentar un proceso jurídico durante dos años, destapó la manera en que el director de dicha facultad, Víctor Manuel Velázquez, y el director jurídico, Abraham Rubio, despiden injustamente a los docentes de asignatura que les son incómodos, utilizando supuestas denuncias de violencia de género, en este caso, en redes sociales, y su negativa a acatar la resolución puntual de un juzgador federal, valiéndose de la autonomía universitaria.

Al no haber pruebas contundentes que acreditaran la culpabilidad de los docentes en actos de violencia de género contra mujeres de la comunidad universitaria, a mediados del pasado mes de junio de 2024, un juez federal ordenó al director de la Facultad de Ciencias la reinstalación de los profesores, sin embargo, no la acató; dando una muestra más de su abuso de poder contra los profesores.

Tendrían que haberles dado un grupo semestral, pero solo les dieron un grupo intersemestral y una actividad de doce horas de trabajo. Impartirían seis horas seguidas de clases a 50 alumnos, lo cual es antipedagógico para cualquier profesor.

Y si querían seguir dando clases, debían entrar al concurso de oposición, donde los rechazarían por no “estar aptos para ello” y, de ahí, ya despedirlos definitivamente. Además de que le otorgaron un cheque sin fondos al profesor Juan Manuel Buchanan Espíndola que no pudo cobrar después de 21 meses de salarios caídos.

Este martes, en la segunda diligencia, el director de la Facultad de Ciencias acató puntualmente la resolución del juez federal y los profesores darán clases frente a grupo, no obstante, no se les ha asignado salón ni se les permite entrar a la plataforma digital para dar los materiales a los alumnos.

El sueldo que percibían los profesores de matemáticas Efraín Vega, con 19 años de antigüedad, era de 5 mil 480 pesos al mes, y el de Juan Manuel Buchanan, de mil 896.20 pesos y por “antigüedad”, de seis años, 227.54 pesos mensuales, mientras que el de Víctor Manuel Velázquez, el director de la Facultad de Ciencias, es de 168 mil pesos al mes, puntual y sin falta.

En la primera diligencia, el 14 de junio de 2024, se armó una campaña de desprestigio contra Vega y Buchanan en redes sociales y se enviaron correos electrónicos a las cuentas de los universitarios, tapizaron la Facultad de Ciencias con pancartas donde los acusaban de agredir a alumnas y profesoras en redes sociales y, que por la ineptitud del director jurídico, los profesores serían reinstalados.

Aunque corría el rumor de que este martes colectivos feministas y de la diversidad sexual cerrarían la Facultad de Ciencias en rechazo a la reinstalación de los profesores, no ocurrió así, sin embargo, se percibía un clima tenso, incómodo, entre los maestros de otras facultades y representantes de sindicatos universitarios que los fueron a respaldar, como atestiguó Cenzontle400.Mx.

Esa percepción de los docentes no es infundada, pues en una ocasión, el mismo director de la Facultad de Ciencias amenazó a los profesores que exigían su pago a tiempo, mejoras salariales y estabilidad laboral que les “iba a echar a las feministas” si seguían protestando.

Movimiento “#UNAM No Paga” desató la persecución y despido de profesores

El acoso y despido injustificado hacia dichos profesores comenzó en febrero de 2021 por haber participado en el Movimiento #UNAM No Paga durante la pandemia del COVID-19. Si la situación de los más de 30 mil profesores de asignatura es precaria, se agravó más con el cierre de planteles y la impartición de clases a distancia.

Los primeros en denunciar públicamente que llevaban un semestre sin cobrar fueron 600 profesores de la Facultad de Ciencias y cuando por fin recibieron un cheque, el sueldo era una tercera parte de lo que les correspondía. A las protestas se sumaron 20 facultades y se fue fortaleciendo la organización magisterial universitaria hasta llegar a exigir no sólo el pago completo y a tiempo de su salario, sino la basificación de toda la planta docente y la promoción de los adjuntos para obtener un trabajo estable en la UNAM.

Un profesor de la Facultad de Ciencias respecto a ello nos comentó que en la UNAM “se pueden tardar hasta 6 meses o un año sin pagarnos, se puede terminar el semestre y todavía no sale el cheque. En la UAM, en el Politécnico, no sucede eso”.

Por otra parte, “el que los profesores no tengan estabilidad laboral, afecta la calidad académica de la universidad, que es uno de los tres ejes importantes que debe de promover la UNAM, cuyo escudo de la autonomía lo utilizan para manejar los recursos como quieran y tratar al personal como quieran, hasta reprimir a los disidentes y a las voces críticas”.

Violencia de género, para erradicar a profesores críticos en la UNAM

Mientras transcurría la reunión que duró dos horas entre las autoridades de la Facultad de Ciencias y los profesores Efraín Vega y Juan Manuel Buchanan para su reinstalación en el Departamento de Matemáticas, una decena de profesoras y profesores de asignatura de diversas facultades en entrevista para Cenzontle400.Mx coincidieron que en la UNAM se vive un ambiente represivo.

Sienten miedo de vivir el desprestigio tanto en los salones de clase como en redes sociales “si les arman un caso”, refieren, de violencia de género contra cualquier integrante de la comunidad universitaria.

“La calumnia es como el carbón, si no mancha, tizna”, expresó un docente que lleva trece años en la Facultad de Ciencias. A partir de que Enrique Graue estuvo al frente de rectoría es que “se ha utilizado la violencia de género para acusar falsamente a personas que critican a la universidad en este sentido, esto nos parece grave porque supuestamente la UNAM es un lugar en donde se debe de aceptar la crítica y la disidencia y las diferentes formas de pensar”.

El profesor resalta que por supuesto que sí existe la violencia hacia las mujeres en la UNAM y se debe prevenir y sancionar, sin embargo, se utiliza para rescindir los contratos de docentes que les resultan “incómodos” a las autoridades por exigir sus derechos laborales o por no querer participar en actos de corrupción en el desvío de parte del presupuesto de 54 mil millones anuales que se le otorga a la máxima casa de estudios.

“Hay un caso muy específico de una exdirectora del Instituto de Matemáticas, Hortensia Galeana Sánchez, que no se prestó para firmar la construcción de una rampa para personas con capacidades diferentes, cuyo costo era de 800 mil pesos, y la compra de un cristal en 300 mil pesos. La acosaron, la amenazaron y la despidieron con la anuencia de Graue”, explica el docente. Lo que exhibe el desvío de recursos de la UNAM desde rectoría a través de otras dependencias de la misma institución.

Las 10 profesoras y profesores de las facultades de Medicina, de Derecho, de Filosofía y Letras, de la FES Cuautitlán, de Ciencias Política y Sociales, de Ciencias que entrevistamos para este artículo (que no dieron su nombre por temor a represalias) coincidieron en que la “supuesta violencia de género que las autoridades defienden es una mentira, es una falacia, y lo más grave es que existan alumnas, alumnos, profesoras, trabajadoras que se presten para esto con tal de que quedar bien con la autoridad” o que aspiran a algún puesto político cercano a la casta dorada que gobierna la UNAM o en algún partido político como el PAN, PRI o Morena.

A la UNAM no le interesa atender la Violencia de Género

Explicaron que hay muchos casos de alumnas profesoras y trabajadoras de casos de violencia de género que han sido indiferentes para las autoridades universitarias, donde se ha documentado que “no se les ha hecho nada a los acosadores, porque muchos de ellos pertenecen al mismo sector de las autoridades. Este elemento, la violencia de género, que utiliza la autoridad para defender supuestamente a las mujeres, lo utiliza para reprimir políticamente.

“Es peligroso criticar a la autoridad porque lo pueden rescindir a uno o lo pueden acusar de violencia de género por cualquier cosa porque en la universidad en cada una de las escuelas o facultades hay oficinas jurídicas que son anticonstitucionales, pero como se engrandecen por la autonomía universitaria, pueden hacer lo que quieren, pueden rescindir nuestro contrato como quieren”, aseguró un profesor.

A la autoridad “realmente no le interesa la violencia de género porque ha habido profesoras y trabajadoras que han sido violentadas por las mismas autoridades, entonces, es una manera para empezar a erradicar las voces disidentes”, expresó una profesora.

Refirieron un caso de una profesora de psicología que la congelaron de su puesto porque un secretario administrativo la acosaba.

“La violencia de género en la universidad está al por mayor y hay muchísimos casos que no se han resuelto y que no se van a resolver porque en algunos casos la autoridad es responsable de ella, es decir, estamos hablando de jefes departamentos, subdirectores, directores y directores generales que acosan a profesoras, que acosan alumnas, a trabajadoras, es decir, pero en el caso de nosotros, la violencia de género es un parapeto para poder callar las voces críticas”, subrayó.

En 2018, la doctora Perla Gómez Gallardo, expresidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX) y académica de la UAM-Cuajimalpa, en entrevista conmigo para El Sol de México señaló que el Protocolo de Atención de Casos de Violencia de Género de la UNAM, que en esos años tenía dos años de creación, era percibido por académicos y personal administrativo “como persecutorio y por las probables víctimas como una simulación”.

Y que para su plena implementación era necesaria una discusión previa en foros con toda la comunidad universitaria “para precisar lo que se entiende por cada conducta y los alcances y limitaciones del propio protocolo”.

Así, para octubre de 2020, en la UNAM habían crecido las denuncias por violencia de género mil 300% a raíz de la implementación del protocolo, pasando de 400 denuncias a mil 486.

Captura de pantallas, objetadas por un juez federal

Para los profesores entrevistados, la reinstalación de Efraín Vega y Juan Manuel Buchanan en sus puestos de trabajo en la Facultad de Ciencias es un gran triunfo con dignidad y siembra un precedente para los docentes que están librando batallas parecidas en tribunales fuera de la UNAM, gastando su vida, su tiempo y su dinero para no ir a la cárcel por acusaciones fabricadas; “desenmascara la perversidad del director Víctor Manuel Velázquez”, subrayó una profesora.

De acuerdo con diversos testimonios de la comunidad universitaria, la violencia de género ejercida por los profesores Vega y Buchanan fue a través de un chat de una red social donde aparecía el perfil de la supuesta víctima. Tan solo eso bastó para que a los profesores se les reincidiera su contrato laboral en la Facultad de Ciencias la misma semana que interpusieron la denuncia en su contra en la Dirección Jurídica de la misma, cuyo titular, Abraham Federico Rubio Gómez, es exprocurador de Justicia del estado de Michoacán en el sexenio de Felipe Calderón.

Y como el juez del Tribunal Laboral donde los profesores presentaron su denuncia por despido injustificado fue desechando las “evidencias” de violencia de género, la supuesta víctima y otras “agredidas” acudieron al Reclusorio Sur para pedir medidas precautorias contra los imputados con el objetivo de que no volvieran a pisar de nuevo la Facultad de Ciencias.

Según los mismos testimonios, la persona agredida estaba en una trayectoria política, se le ubica en los grupos de ultraderecha de la UNAM, de la “burocracia dorada”, y estaba participando en la campaña del candidato al Gobierno de la Ciudad de México por la coalición del PRI-PAN-PRD, Santiago TaboadaLena Alejandra Brena Ríos, quien encabezaría los temas de derechos humanos y de género en la capital del país de ganar la alianza partidista.

A Brena Ríos, doctora en Ciencias Sociales por la Facultad de CPyS y articulista en diversos medios periodísticos, se le reconoce dentro de la comunidad universitaria por su cercanía con el secretario administrativo la UNAM, Luis Álvarez Icaza Longoria, y a su vez con la esposa de éste, María Isabel Belausteguigoitia Rius, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

Las otras mujeres que acusaron a los profesores de Ciencias son trabajadoras de rectoría e incluso presentaron a los aspirantes a la Rectoría General de la UNAM ante el Consejo General en noviembre de 2023.

Los grupos de activistas contra la violencia de género encabezados por estudiantes, para alumnos y profesores que entrevistamos en la Facultad de Ciencias, son “supuestos grupos feministas evidentemente apoyados por las autoridades, porque les dan cubículos, les dan recursos, les dan material para manifestarse, les dejan hacer pintas que nunca borran; yo no digo que no existan grupos que sean legítimos.

“Hay muchos grupos que son prefabricados por las autoridades y esto hay que decirlo y son prefabricados para controlar políticamente bajo la violencia de género, a mí me parece muy grave que están utilizando a las compañeras y porque están callando voces de profesores oprimidos”, de acuerdo con un estudiante.

Al término de la segunda diligencia para la reinstalación de los profesores Efraín Vega y Juan Carlos Buchanan solicitamos una entrevista con el director de la Facultad de Ciencias, Víctor Manuel Velázquez, para conocer su postura sobre este asunto, sin embargo, hasta el momento, su asistente no nos han devuelto la llamada.

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: Cortesía de Elizabeth Sauno

Fuente original:  https://www.cenzontle400.mx

Comparte este contenido:

Reflexiones en torno al 8M: Día Internacional de la Mujer

Por: Karina Fuerte

«Invertir en las mujeres es un imperativo desde la perspectiva de derechos humanos y la piedra angular para crear sociedades inclusivas. Los avances para las mujeres benefician a todo el mundo».

 

En el mensaje editorial del mes pasado les compartí unos datos que me dejaron helada: «La igualdad de género se está estancando: faltan 131 años para cerrar la brecha». Sigo pensando en ese número: 131. Como el ritmo del cambio se ha ralentizado, se calcula que no será sino hasta el 2154 que las mujeres alcancemos la paridad (si es que esta se alcanza).

Disculpen si sigo un poco pesimista, pero es que a pesar de años y años de lucha, las cifras actuales no son muy alentadoras:

  • Al menos 4.050 mujeres fueron víctimas de femicidio/feminicidio en América Latina y el Caribe (CEPAL, 2023).
  • Entre el 63 % y el 76 % de las mujeres ha experimentado algún episodio de violencia por razón de género en distintos ámbitos de su vida en los países de la región (CEPAL, 2022).
  • El 8 % de la población femenina mundial (+340 millones de niñas y mujeres), vivirán en pobreza extrema en 2030 (Panorama de género 2023).
  • La brecha en el ingreso laboral medio entre mujeres y hombres es de 82,6 % en América Latina (promedio simple) en 2022 (CEPAL, 2023).
  • La principal barrera para la inclusión laboral de las mujeres es la carga de trabajo de cuidados, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
  • Las mujeres dedican 3 veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (CEPAL, 2023).
  • Las mujeres rurales producen más del 45 % de los alimentos en los países en desarrollo, por lo que las sequías, inundaciones y otros fenómenos las afectan de manera considerable (ONU Mujeres, 2022).
  • Los eventos naturales y climáticos extremos cobran proporcionalmente más vidas de mujeres que de hombres.
  • De los 110 líderes mundiales que asistieron a la COP 27 solo 7 eran mujeres (United Nations Climate Change Conference COP 27, 2022).
    Fuente: ONU Mujeres

Estas son solo algunos de los datos y cifras publicados por ONU Mujeres en el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) que este año lleva el lema: «Invertir en las mujeres: Acelerar el progreso”. Y es que ninvertir en las mujeres, no solo en tema de equidad y brecha de género, sino también para erradicar los problemas e injusticias a los que nos enfrentamos, es para beneficio de toda la sociedad, no solo para nosotras las mujeres. «Invertir en las mujeres es un imperativo desde la perspectiva de derechos humanos y la piedra angular para crear sociedades inclusivas. Los avances para las mujeres benefician a todo el mundo», señala un comunicado oficial de ONU Mujeres.

Quienes nos siguen desde hace tiempo saben que en el Observatorio IFE nos preocupan (y nos ocupan) problemáticas mundiales como la desigualdad, la equidad de género, la discriminación y la brecha de género, el cambio climático, la pobreza, los estereotipos, sesgos, la violencia de género, y un largo etcétera. Estos son problemas que tenemos presentes día con día, y que por lo tanto, buscamos darles visibilidad los 365 días del año, en la búsqueda de respuestas, soluciones y con el objetivo de crear consciencia sobre estas grandes problemáticas.

El mes de marzo, por supuesto, no es la excepción. Por eso, esta semana estaremos publicando contenidos relacionados al Día Internacional de la Mujer, con reflexiones muy interesantes de parte de nuestro equipo de redacción y de otras áreas dentro y fuera de la institución. A continuación te comparto algunas de estas publicaciones:

 

Hasta la próxima,

Karina Fuerte
Editora en jefe, Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0 

Comparte este contenido:

Libro (PDF): Epistemologías de las discapacidades. De la exclusión a la incidencia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital.

Todo movimiento social que logra o busca incidir en el espacio público, incluyendo los movimientos de Personas en Condición de Discapacidad (PCD), requiere desarrollar una perspectiva teórica que lo sustente y lo proyecte. Y toda teoría demanda un posicionamiento y una fundamentación respecto de cómo se conciben y cómo operan los procesos de construcción de conocimiento. Las formas dominantes de conceptualizar la discapacidad, que a su vez orientan las acciones en el ámbito público, no han logrado contribuir suficientemente a lograr su inclusión y accesibilidad. Ante estos desafíos, se requiere dialogar con las genealogías conceptuales de los feminismos, las corporalidades y las nociones de espacio y tiempo. Pero, sobre todo, se necesita cuestionar y desmon- tar las lógicas de subordinación que están presentes en la construcción de conocimiento respecto de las PCD, es decir, el lugar de infravaloración y silenciamiento en el que se les coloca cuando se desarrollan procesos que pretenden producir conocimiento sobre ellas y ellos. Resulta imprescindible, por tanto, producir conocimiento desde y en permanente diálogo y horizontalidad con los sujetos ubicados en el lugar de las diferencias.

Autoría: Alejandro Cerda García.

Editorial/Edición: CLACSO. UAM-Xochimilco.

Año de publicación: 2023

País (es): Argentina. México

ISBN: 978-987-813-614-1

Idioma: Español

Descarga: Epistemologías de las discapacidades. De la exclusión a la incidencia

Fuente e Imagen: https://libreria.clacso.org/publicacion.php?p=2997&c=1

Comparte este contenido:

España: Vuelta al cole sin mamá porque fue asesinada

Vuelta al cole sin mamá porque fue asesinada

Ana Bernal-Triviño

>>Quizás nos empeñamos en que toda la solución es un tema de presupuesto, obviando que matan por sus ideas, ideas reforzadas por parte de una sociedad aún negacionista, que envalentonan a estos tipos.
>> Igualdad pide que las víctimas de la violencia machista vayan acompañadas a recoger sus cosas a su casa aun sin denuncia.
>> Un agosto negro en violencia machista obliga a convocar un nuevo comité de crisis.


Francy no recogerá más a su hijo de siete años a la puerta del colegio. El hijo de Vanesa, de Móstoles, no podrá contar a su madre cómo será el primer día de cole. La hija pequeña de Zhen Jiang no podrá explicar a su madre qué aprenderá el lunes. Las dos hijas y el hijo de Salma no podrán contar a sus amigos sus vacaciones de verano, sino que su padre intentó matarlos en el río Ebro. El hijo mayor de Zhour no podrá preguntar a su mamá cómo cuidar de sus hermanos de ocho años y cinco meses. La hija pequeña de Juani, de tres años, irá al cole de la mano de sus dos hermanas menores, con el eco del horror que presenció en la casa. Las dos hijas de Encarnación, de 15 y 12 años, no podrán preguntar a su madre dudas de clases o personales porque su padre falseó un accidente de tráfico para ocultar que la asesinó.

Esta es la vuelta al colegio que espera a estos niños y niñas porque sus padres, o las parejas de su madres, las mataron. No han sido las únicas. Hay más mujeres, con hijos adultos o que no eran madres, cuyas familias han pasado este verano en su habitación vacía, oliendo la ropa que ellas nunca más usarán y cargados de preguntas. Rompe pensar en tanto dolor. Y da rabia pensar que habrá quien diga, incluso mirando a los ojos de esos menores, que la violencia de género no existe o que sus madres no merecen ni un minuto de silencio.

42 mujeres asesinadas este año. 45 huérfanos y huérfanas. Hay a quienes se les llena la boca solo con el presupuesto del Ministerio. Dinero que va en gran mayoría a las comunidades autónomas. Estaría bien fiscalizarlas. Que, donde se denunció, los errores no se repitan. Si el verano es peligroso, reforcemos las valoraciones de riesgo. Si hay casos que se detectan en los centros de salud estaría bien que, en lugar de dar cita a las dos semanas por la falta de personal, se refuercen esas plantillas. Eso es prevención.

Sí, hubo mujeres que no pudieron denunciar, como siempre. ¿Pero y su entorno? ¿Hubo falta de confianza en las instituciones? ¿Quizás la mala prensa que algunos hicieron de las asociaciones feministas las alejaron de acudir para pedir ayuda? ¿Nadie de los conocidos de esos asesinos escuchó nada? Como ciudadana, me lo pensaría dos veces antes de decir que se criminaliza a los hombres, cuando ellos las están matando. O decir que la violencia de género no existe por si les da argumentos. Dudaría por si, sin pretenderlo, ese mensaje refuerza su idea. Me pensaría dos veces hablar de denuncias falsas por si desanima a ellas a hacerlo. Ojalá esas niñas y niños en sus colegios no tengan que escuchar estos bulos que señalan a sus madres.

Quizás nos empeñamos en que toda la solución es un tema de presupuesto,obviando que matan por sus ideas, ideas reforzadas por parte de una sociedad aún negacionista, que envalentonan a estos tipos. Y hasta que no asumamos esto, y lleguemos a esa raíz, habrá niños y niñas que volverán al colegio sin sus madres. Porque ellos seguirán pensando que esa violencia es un invento y que las tienen que matar por encima de todo.


Fuente: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20230909/vuelta-cole-mama-asesinada-violencia-de-genero-articulo-ana-bernal-trivino-91865106

Fuente de la Información: https://rebelion.org/vuelta-al-cole-sin-mama-porque-fue-asesinada/

Comparte este contenido:

ONU: Los médicos indonesios actúan ante los signos reveladores de violencia familiar

Los médicos indonesios actúan ante los signos reveladores de violencia familiar

Los médicos de la isla indonesia de Sulawesi Central están poniendo en práctica la capacitación que recibieron del Fondo de Población de las Naciones Unidas ( UNFPA ) para identificar y actuar en casos de violencia doméstica.

Cuando los padres de un niño de cinco años herido le dijeron a la Dra. Fai’zah A. Salim que se había caído de una escalera, ella no quedó convencida y sospechó lo contrario.

Capacitada por el UNFPA en Palu, capital de Sulawesi Central, para identificar signos tanto físicos como psicológicos de violencia doméstica, remitió al niño a un consejero social. Poco después explicó lo que realmente pasó y cómo su padre lo había golpeado por hacer travesuras.

Los médicos, capacitados para reconocer signos de violencia doméstica, pueden ayudar a las víctimas más allá del simple tratamiento de las heridas.

El reconocimiento es el primer paso.

«El reconocimiento es el primer paso para poder ayudar», afirmó el Dr. Salim. «Necesitamos hacer mucho más que tratar las heridas sintomáticas».

El Centro de Salud Pública, o Puskemas, donde trabaja el Dr. Salim, es parte de un programa piloto del UNFPA para combatir la violencia de género y otras formas de violencia doméstica.

El programa cubre 11 distritos de Indonesia, incluido Palu. En su marco, el UNFPA apoya al Gobierno en la formulación de políticas y capacita a los proveedores de atención médica. Se alienta a los socios locales a abogar por que las víctimas se presenten y busquen ayuda más allá del tratamiento de sus heridas físicas.

Los resultados son significativos. En los primeros tres meses de 2023, el personal de Puskemas Sangurara ya había identificado siete casos de violencia doméstica, en comparación con entre uno y dos durante todo un año hace un año. “¿Es por la promoción o porque estamos mejor capacitados para reconocer los síntomas de la violencia de género? Probablemente ambas cosas”, dijo el Dr. Salim.

Serias preocupaciones sobre la violencia de género

A pesar de los importantes avances en la igualdad de género, incluido un mayor acceso de las mujeres y las niñas a la educación, el empleo y los servicios de salud, la violencia de género sigue siendo un grave problema de salud pública y derechos humanos en Indonesia, afirmó Norcahyo Budi Waskito, oficial de programas del UNFPA Indonesia. . Se han puesto en marcha políticas, estrategias y documentos legales nacionales.

Sin embargo, estas no siempre se han implementado a nivel local. El Gobierno ha reconocido la necesidad de una solución sistemática para poner fin a la violencia de género y se ha asociado con agencias de la ONU como el UNFPA y ONU Mujeres .

El número de casos denunciados ha aumentado de unos 216.000 en 2012 a cerca de 458.000 en 2022, según la Comisión Nacional sobre Violencia contra la Mujer. Esto sugiere que los esfuerzos por alentar a más víctimas a denunciar están surtiendo efecto.

Pero las cifras probablemente no representan el panorama completo, ya que lo que sucede detrás de puertas cerradas en una casa familiar todavía es considerado tabú por muchos, y denunciarlo conlleva un estigma.

La vergüenza no es la única razón que impide que las víctimas denuncien; También existe un desincentivo financiero.

Annisa Rahmah, médica de urgencias del Hospital Anuta Pura de Palu, dijo que algunas víctimas optan por marcharse una vez que identifica los casos como violencia doméstica porque entonces el tratamiento no estaría cubierto por el seguro médico del gobierno.

«Es deprimente verlos alejarse», dijo. A los que se quedan se les ofrece un paquete de tratamiento que incluye asesoramiento psicológico.

Una víctima de violencia de género recibe asesoramiento en el Centro de Salud Sanguara de Palu.

Apoyo a las víctimas

Además de capacitar al personal médico, el UNFPA también apoya a grupos comunitarios y organizaciones no gubernamentales (ONG). En Palu, la organización de mujeres Libu Perempuan, por ejemplo, cuenta con 30 voluntarios –desde abogados hasta psicólogos– para ayudar a las víctimas. La asociación también gestiona una casa segura, donde actualmente viven dos familias, y organiza programas de formación, incluidos cursos para hombres sobre la prevención de la violencia familiar y de género.

Objetivo 5 de los ODS: Igualdad de género.

«Fue un importante cambio de mentalidad en la sociedad el hecho de que ayudar a las víctimas es tan importante como llevar a los perpetradores ante la justicia», dice Maya Safira, coordinadora del programa. Todos sus colegas participaron en cursos del UNFPA.

En un país de 280 millones de habitantes y más de 7.500 distritos, la capacitación del UNFPA en 11 distritos sólo puede llegar hasta cierto punto. Sin embargo, Budi Waskito, oficial de programas del UNFPA, dijo que el proyecto piloto ofrece un modelo que otros donantes o el gobierno pueden replicar.

«Ofrecemos una receta, pero no podemos cocinar todas las comidas», dijo.

El UNFPA trabaja en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud para que el Gobierno pueda ampliar la capacitación que ofrece. Ha ayudado al ministerio a desarrollar un manual de capacitación para el personal médico, pautas de respuesta para hospitales y orientación para programas de defensa locales.

El Ministerio de Salud está estudiando la posibilidad de replicar el éxito de este proyecto, afirmó Kartini Rustandi, directora de Salud Reproductiva, Edad y Ancianos.

«El Ministerio de Salud continúa haciendo esfuerzos para acelerar la distribución equitativa de instalaciones de salud capaces de gestionar la violencia contra las mujeres y los niños y el desarrollo de capacidades para los trabajadores de la salud, ya sea a través de fondos del presupuesto regular, asignaciones presupuestarias específicas o en colaboración con donantes», dijo.

Para el Dr. Faiza, el objetivo es claro.

«Hasta que hayamos prevenido todos los casos de violencia de género, tenemos más trabajo por hacer», afirmó. “Y lo estamos haciendo”.

Hombres en un centro comunitario religioso discuten sobre violencia doméstica y de género.

Fuente de la Información: https://news.un.org/en/story/2023/08/1140092

Comparte este contenido:
Page 1 of 55
1 2 3 55