Una nueva alerta feminista tuvo lugar en el Centro de Montevideo. Por la avenida 18 de Julio circularon cientos de mujeres exigiendo el fin de la violencia contra las mujeres.
En esta oportunidad se recordó a tres mujeres asesinadas en distintas circunstancias.
El femicidio de Oriana Oviedo ocurrió en Barcelona, España. Tenía 20 años y fue asesinada por su pareja, Germán González, de 35 años, también uruguayo, en el apartamento que compartían. La atacó con un arma blanca frente a su hijo de tres años. Su familia en Uruguay reclamó la repatriación de sus restos y el traslado del niño a nuestro país.
Mayra Acosta tenía 36 años y fue desaparecida los primeros días de diciembre de 2019. Su familia presentó la denuncia en enero y fue considerada por el Ministerio del Interior como una “persona ausente”. Algunos de sus restos óseos aparecieron en junio próximos a un contenedor en el barrio La Unión, en Montevideo. El resto de sus huesos aparecieron en una fosa séptica del barrio.
En la alerta también se reclamó por una mujer que fue encontrada calcinada en la intersección de Camino Tomkinson y Las Pitas, en un descampado a metros del arroyo Pantanoso, en Montevideo. En el lugar también se encontró ropa de la víctima y una bolsa de supermercado con pertenencias. El caso está siendo investigado por la Fiscalía.
La llegada de la escuela mixta a los centros educativos en los años ‘70 con la nueva legislación en materia educativa de la España democrática, supuso el comienzo de un gran cambio en la Educación de nuestro país. Los niños y niñas empezaron a convivir en las aulas y compartir los espacios comunes de las escuelas como los patios en los recreos, las instalaciones deportivas en educación física, laboratorios de ciencias, etc. y aunque todo esto supuso un gran avance, no fue suficiente porque aunque formalmente la Educación pasó a ser igualitaria, de manera implícita se seguía educando a niños y niñas de manera diferente, pues se partía de una Educación basada en la segregación de sexos, enfocada a educar a las niñas para el ámbito doméstico, y de los cuidados, mientras que a los niños se les educaba para el ámbito público, la ciencia, la tecnología y la investigación, con lo que todo esto seguía generando desigualdades.
Con la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombresy dos años más tarde con la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, se da por fin un paso más hacia un modelo de enseñanza basado en la Coeducación. Aunque para ser realistas, tras casi 15 años, y varias reformas educativas después, aunque la Coeducación está formalmente presente en nuestro Sistema Educativo, lo cierto es que no se lleva a la práctica de una manera eficaz, efectiva y real en la gran mayoría de centros.
La principal finalidad que persigue la Coeducación es asentar las bases de la Igualdad real de Oportunidades y de trato en la esfera educativa, que repercuta en la convivencia de ambos sexos transcendiendo a otros ámbitos sociales, laborales, familiares, y de relaciones personales. Es, en resumen, el primer paso para erradicar la violencia de género, así como otras formas de violencia machista, bullying, homofobia, racismo y cualquier otra forma de expresión violenta en nuestra sociedad. No quiere decir que la Coeducación haga desaparecer toda la violencia de la sociedad, eso es utópico, pero desde luego sí que las cifras de violencia machista (entre otras) en edades cada vez más tempranas se vería reducida muy notablemente.
Para poder llevar a cabo todo el Proceso Coeducativo, las y los profesionales implicados debemos ser capaces de hacer una profunda autocrítica y revisión de los métodos/recursos utilizados en el aula; es necesario desprendernos de nuestras propias creencias y actitudes que a través de la socialización hemos recibido y en la que hemos crecido desde la más tierna infancia; pues para alcanzar una verdadera Educación en Igualdad debemos terminar con las barreras que roles y estereotipos de género levantan primero en nosotras y nosotros, y en consecuencia en nuestro alumnado.
Es necesario aprender y enseñar utilizando un lenguaje no sexista, e inclusivo; visibilizar a las mujeres en cada una las asignaturas y materias que se imparten, creando así referentes para nuestras niñas, adaptar contenidos y recursos, reformular juegos, modernizar los cuentos tradicionales, buscar modelos alternativos de hombres y mujeres que nuestros menores puedan admirar, incentivar la cooperación en vez de la competitividad, y así una larga lista de prácticas, métodos, recursos, y acciones que debemos utilizar para que las nuevas generaciones construyan una sociedad mejor.
MODELOS DE ENSEÑANZA COEDUCATIVA
A lo largo de su historia el Sistema Educativo español ha tenido tres modelos de escuela que difieren entre sí en cuanto a su manera de entender las relaciones entre sexos.
Modelo de Escuela de RolesSeparados (Segregada),en el que se imparte una educación diferenciada por sexos tanto mediante la separación física como en la separación curricular dentro del Proceso Educativo. Este modelo diferenciado parte de la idea de que cada sexo tiene asignados unos roles en la sociedad, (Varones -> esfera pública -> trabajos fuera del hogar como función principal. Mujeres -> esfera privada -> dentro del hogar, cuidados y tareas domésticas), por lo que la Igualdad de Oportunidades entre sexos no es relevante, puesto que, al tener funciones distintas en la sociedad, hombres y mujeres no tendrán que competir por ocupar puestos dentro del sistema económico, político y social.
Modelo de Escuela Mixta(Sistema Educativo actual), este modelo está basado en el Principio Democrático de Igualdad entre todas las personas defendiendo la educación conjunta e igualitaria, en la que no tiene especial relevancia las políticas de género puesto que parte de la idea de que “ya existe” una “igualdad plena” entre mujeres y hombres.
Modelo de Escuela Coeducativa, el Modelo Coeducativo, parte de la idea de que la escuela actual es un espacio no neutral en el que se siguen transmitiendo los valores patriarcales asumidos como tradicionales que contribuyen a aumentar las diferencias entre hombres y mujeres en la edad adulta. Por esto, este modelopone el foco en la relevancia de las diferencias sociales y sexuales entre niños y niñas por razón de sexo, y los sesgos que ello produce durante todas las etapas evolutivas, y utiliza la escuela como espacio-origen para el primer paso hacia la Igualdad. La Escuela Coeducativa tiene como objetivo la eliminación de estereotipos/roles de género diferenciados asignados al sexo desde prácticamente antes de nacer, para así eliminar las desigualdades sociales y las jerarquías culturales entre niñas y niños; potenciando capacidades, y aptitudes de cada persona sin tener en cuenta si algo es “de chicos”, o “de chicas”. A través de esta metodología transversal que impregna todas las asignaturas y facetas de la Educación tanto en el ámbito escolar como familiar, conseguimos acabar con ese Sistema de Socialización diferenciada en base al sexo con el que se nace y que es origen de la desigualdad.
Existen dos principales Teorías o Enfoques Educativos dentro de la Enseñanza Coeducativa: El Enfoque Liberal, y el Enfoque Radical. El principal elemento diferenciadorentre ambos es laconcepción de la Igualdad y la diferencia en lo que respectaa la Educación que tienen de ella. En el siguiente cuadro se ven claramente estas diferencias.
LA PRÁCTICA COEDUCATIVA
Contenidos curriculares y currículo oculto
Los contenidos curriculares establecidos de manera normativa, son el conjunto de todos aquellos contenidos académicos, recursos didácticos y materiales extracurriculares, que se imparten durante el curso escolar en los centros educativos. A través de ellos el alumnado no solo aprende los contenidos del currículo estipulado, sino que también a través de ellos se transmiten valores y creencias, que de forma directa e indirecta por los contenidos en sí y por su forma de impartirlos, pueden generan desigualdades entre alumnas y alumnos, y que perpetúan los roles/estereotipos de género.
Por ello es importante elegir de forma adecuada los materiales y recursos alternativos de apoyo(currículo oculto) a utilizar en el transcurso de las clases para así poder suplir las carencias que los libros de texto y otros recursos pueden contener y que sesgan así parte de la información. Así pues, no se trata de eliminar contenidos sino ampliarlos.
Para ello hay que hacer un esfuerzo como profesionales de la docencia e invertir tiempo en buscar contenidos extra que tengan la perspectiva de género incorporada, libres de estereotipos y sexismo, por ejemplo: libros de apoyo, biografías, películas, videos, dinámicas, actividades, etc. que incluyan lenguaje inclusivo, imágenes no sexistas ni estereotipadas de mujeres y hombres, así como referentes femeninos para lograr la visualización de las mujeres en la Historia y su participación en ella; de este modo estaremos transmitiendo no solo conocimientos y ampliando información, sino que el alumnado aprenderá otros roles más igualitarios.
Se requiere pues unas dosis de creatividad y de verdadero interés por parte del profesorado para encontrar todos estos recursos y materiales con los cuales poder trabajar los valores coeducativos y empoderar a los alumnos y alumnas, motivándolos y estimulándolos de manera didáctica, amena, participativa e interesante que les permita despertar su curiosidad por aprender.
A través de todas estas actividades tanto los chicos como las chicas crecen en igualdad viendo que no es cierto que existan competencias ni capacidades exclusivamente femeninas, ni masculinas; porque esta idea que nos han querido hacer ver de que existen estudios/carreras/profesiones “de chicos” y “de chicas”; que los chicos son buenos en Ciencias, y las chicas en Humanidades, y demás prejuicios, no son más que una falacia machista y patriarcal. Que en los libros de texto no aparezcan mujeres inventoras, científicas, artistas, etc. no es porque no las haya habido, es porque sistemáticamente se las invisibilizado. Esto da lugar a que las chicas carezcan de referentes femeninos, porque si rara vez veo a una mujer en un libro de texto de matemáticas, ciencia, historia, arte… Creceré creyendo que las mujeres no hacen eso, y por muy buena que una chica sea en ciencias, el carecer de otras mujeres a las que admirar por ello, la llevará muy posiblemente a elegir una carrera de Humanidades, o es posible que elija una de Ciencias para acabar siendo profesora, una profesión más “de mujeres”; o estudiar Medicina pero no plantearse el ser cirujana; o estudiar Derecho pero no pensar en ser jueza. Que las carreras de Ciencias estén masculinizadas, o que las carreras de Humanidades/de Letras estén feminizadas, no es casualidad. Es por una razón, y es porque desde la escuela y desde las familias no se está educando de manera igualitaria ni equitativa; aunque nos resistamos a creer que sí.
El desconocimiento del papel de las mujeres en la Historia genera en nuestras niñas una concepción equivocada e incluso un desconocimiento sobre el papel jugado por las mujeres en todos los ámbitos de la Historia Universal, haciendo que se vea afectado su desarrollo, tanto personal como profesional. Los niños no quedan exentos de los efectos nocivos de este espoleo de figuras femeninas dentro de sus libros de texto, pues funciona a la inversa también; chicos que serían buenos en carreras de Humanidades las excluyen porque se supone que esas carreras son “de chicas”. Todo ello, hace que perdamos como sociedad un gran capital humano por ambas partes, que de otro modo haría a nuestra sociedad más igualitaria, equitativa y mejor.
Recomendaciones
Como profesionales de la Educación sabemos de la importancia que el currículo oculto, tiene en el crecimiento tanto académico como personal del alumnado, (puede ser tanto positivo como negativo); concienciarnos en darle una perspectiva apropiada puede ser la clave para potenciar valores de respeto, empatía, asertividad, solidaridad, entre muchos otros.
Aquí algunas ideas, recomendaciones y pautas que pueden servir de guía en la elección del material didáctico antes de comenzar el curso:
Revisar libros de texto y tratar de elegir aquellos que trabajen la perspectiva de género, que incluyan lenguaje inclusivo, que no contengan imágenes sexistas, y muy importante, que incluyan referentes femeninos para visibilizar la presencia de la mujer. Incorporar referentes femeninos para visibilizar la presencia de la mujer en todas las esferas educativas, es el inicio de la igualdad de oportunidades entre hombre y mujeres dentro del aula.
Revisar libros de texto extracurriculares como libros de lectura, material de apoyo y complementario, cerciorándonos que cumplen con los valores coeducativos.
Hacer uso de materiales audiovisuales (cortos, películas, Youtube, documentales, cine fórum) que trabajen la igualdad, e incorporarlos de forma cotidiana como un recurso educativo más que sirva de estímulo para el alumnado.
****Una buena idea para el equipo docente que esté interesado en impartir la enseñanza coeducativa y que puede facilitar mucho todo este trabajo es el trabajar conjuntamente todo el profesorado y crear entre el equipo educativo una base de datos con los materiales y recursos, de este modo fomentamos también el compañerismo, la cooperación, y el trabajo en equipo dentro del centro y entre la plantilla****
Coeducación, ¿cómo?
Dejar de utilizar una actitud paternalista/maternalista hacia el alumnado cuando se imparte clase.
Potenciar un clima de cooperación y no de competencia entre el alumnado es también clave y necesario trabajarlos diario, tanto entre el alumnado como entre el personal docente, para que la convivencia sea realmente igualitaria dentro de la escuela, y que así esta convivencia sea extrapolada a la vida cotidiana en su casa y en sus relaciones sociales en la medida de lo posible.
Dejar de utilizar expresiones manidas, sexistas y discriminatorias que tradicionalmente hacen referencia a actitudes/aptitudes “de hombres”, o “de mujeres”, que crean clima de discriminación dentro del centro educativo, tanto en las aulas con el alumnado como en situaciones extraescolares.
Dirigirnos al alumnado de forma igualitaria, y con actitud respetuosa pero también dar ejemplo con la forma en la que nos relacionamos con el resto del profesorado, (compañerismo). Somos el referente del alumnado.
Potenciar al alumnado en base a sus aptitudes. Debemos ayudarles a ser capaces de tomar decisiones de una forma libre y guiados por sus capacidades, cualidades y preferencias, sin sentirse coaccionados por la construcción social impuesta. Se debe educar a un alumnado capaz de pensar por sí mismo y de forma autónoma, y para ello es importante orientarles y apoyarles en todas y cada una de sus decisiones, teniendo en cuenta sus intereses propios y personales y no aquello que “socialmente” se espera de ellos y ellas por el hecho de ser hombre o mujer.
Se debe tratar al alumnado como a la persona única y genuina que es y cuando nos pidan consejo, se le proporcionará una orientación basada en el potencial que presente y en las aptitudes individuales que muestren. Por ejemplo, en la elección de futuros estudios y de carreras profesionales; en motivar la participación en actividades extracurriculares que ayuden a la persona en el desarrollo de sus potenciales.
Respetar el tiempo necesario de aprendizaje de cada alumno/a, entendiendo que cada persona lleva un ritmo diferente, y despertar la curiosidad del alumnado en base a las preferencias y gustos que tengan, para ampliar sus conocimientos, ofreciéndoles un abanico más amplio de opciones donde elegir.
Uso del lenguaje. Cuando hablamos de educación, el lenguaje es una parte importante y fundamental a la hora de trasmitir los cocimientos en el aula, y el uso que hacemos de él no siempre es el adecuado. La creencia de que el genérico masculino incluye a todas y cada una de las personas, es errónea. Generalizando sistemáticamente en masculino lo único que se consigue es invisibilizar a la mitad de la población conformada por las mujeres, discriminándolas y ejerciendo hacia ellas un tipo de violencia llamada simbólica.
Debemos empezar a incorporar un lenguaje inclusivo para que cada una de las personas se sientan representadas, tanto con el alumnado como con el equipo docente (Buscar guías de lenguaje sexista y ampliar el vocabulario igualitario).
Transmisión de valores. Parte fundamental de una buena Práctica Coeducativa es la trasmisión de valores de forma transversal en el día a día en las aulas. Educar no es solo proporcionar conocimientos, es también educar en valores; la empatía, el asertividad, la inteligencia emocional, la resolución de conflictos sin violencia, la tolerancia, el respeto a la diversidad, son base de una convivencia en igualdad.
Crear un clima de respeto donde el alumnado se sienta libre y seguro para participar y expresarse tanto a nivel educativo como personal, con el equipo docente y/o con sus iguales.
Potenciar el autoconocimiento de cada una de las personas que se atienden en el aula con el fin de educar alumnos y alumnas con una buena autoestima y conocedores/as de sus cualidades para que puedan desarrollarlas al máximo.
Objetivos de la Coeducación
La Coeducación exige un currículo educativo renovado que incluya la Educación en valores de igualdad, respeto, dialogo, resolución pacífica de conflictos de forma no violenta, el fomento de la cooperación en vez de la competición, etc. dentro de las aulas pero teniendo en cuenta también otros espacios y agentes de socialización en los que se ha de actuar más allá de la escuela. Así, el objetivo último y principal de la Coeducación es orientar hacia una transformación de las relaciones entre hombres y mujeres, en un marco equitativo superando la jerarquización de género (el masculino por encima del femenino). La Coeducación propicia e insta a la transgresión de roles tradicionales y estereotipados de las mujeres, pero también de los hombres, haciendo que los roles se crucen y no se cosifique o someta a un sexo sobre el otro; todo ello partiendo del reconocimiento de la diferencia entre sexos, pero la igualdad de valía entre las personas, permitiendo el desarrollo de la afectividad y la oposición a la violencia.
Desarrollar iniciativas en materia coeducativa
Actividades, talleres, dinámicas, ejercicios, prácticas, trabajos en grupo en los que se reflexione, y se trabaje acerca de la igualdad de oportunidades, la prevención de la violencia de género y otras violencias machistas, el bullying, el racismo, la homofobia en la escuela, el ciberacoso, y el buen/responsable uso de las RRSS e Internet para prevenir ser víctima/victimario del grooming, sexting, ciberbullying, y de otras formas nuevas de violencia a través de la red; a la hora de realizar todas estas prácticas/actividades, hacerlo de modo que involucren a todo el alumnado para participar de forma igualitaria y activa para que nadie se quede atrás y que tanto chicos como chicas se sientan integrados.
Crear campañas, carteles, documentos, videos, mediante el uso de las nuevas tecnologías y herramientas TIC que faciliten el aprendizaje de nuevos conocimientos de forma creativa y en sintonía con las nuevas generaciones; siendo el profesorado solo la persona que guía a través del trabajo, pero sin dirigirlo.
Incentivar y promover el uso igualitario de los espacios como el patio, zonas deportivas, laboratorios, etc. evitando que se creen zonas “de chicos”, y zonas “de chicas” a través de proponer actividades en grupos mixtos. Algo en lo que se está trabajando muy activamente es los patios coeducativos: recreos donde niños y niñas juegan juntos y comparten el espacio en convivencia y no de manera segregada.
MUY IMPORTANTE. La necesidad de introducir una asignatura de educación afectivo sexual que eduque en una sexualidad sana, que prevenga del uso de la pornografía y que promueva relaciones afectivas libres de violencia, alejadas de los Mitos del Amor Romántico, y respetuosas con todas las relaciones amorosas normalizándolas (prevención de la LGTBI-fobia)
La familia, como agente socializador
La familia es el primer agente socializador de la persona, es el transmisor natural de patrones de conducta y valores. La familia desempeña un papel fundamental dentro de la educación de niños y niñas, por ello, la implicación y participación de las familias en la educación dentro/fuera de la escuela juega un papel esencial en el Modelo de Escuela Coeducativa pues permite ampliar el espacio de acción, debate y análisis crítico para derribar los estereotipos sexistas que imperan en la sociedad; es decir, dar el salto de la escuela a otros ámbitos de la vida.
Además de implicarse en el proceso educativo para que éste sea igualitario, las familias dentro del hogar deben trabajar en los distintos planos de la Igualdad entre sexos. Por ejemplo, en el reparto de las tareas domésticas, reforzando el mensaje de tolerancia cero con la violencia de género, alejarnos de los roles clásicos de princesa/príncipe, superar las barreras de género en los juguetes, en las actitudes/aptitudes propias “de niños” /”de niñas”, y apoyando siempre las opciones elegidas por el hijo/a en cuanto a las materias optativas/extraescolares, y de los estudios superiores sin sesgo por sexo.
Fomentar el respeto y el diálogo como vía para resolver conflictos de forma pacífica desarrollando habilidades y capacidades para la convivencia dentro/fuera de casa y de la escuela.
Formación del profesorado en la Educación en Igualdad de Oportunidades
La formación del personal docente es capital para poder llevar a la práctica en aula una correcta Coeducación. Existe la creencia entre el profesorado que esta formación no es necesaria porque dan por hecho que su relación con alumnas y alumnos ya es igualitaria, y que sus clases son impartidas bajo los postulados coeducativos, lo que no es del todo cierto. Por ende, es necesario una formación específica y especializada para adquirir conocimientos, habilidades y capacidades para desarrollar correctamente, y de manera real y eficaz las Tesis de la Coeducación que permitan al profesorado detectar los aspectos del proceso educativo en los que se produce discriminación, saber plantear las soluciones y poder desarrollarlas de forma efectiva incorporando siempre la Igualdad de Oportunidades de forma transversal en todo el currículo académico y en los distintos espacios del centro escolar.
La formación en Coeducación de docentes es desarrollada e impartida por y desde distintas entidades como el Instituto de la Mujer Estatal/Autonómico, Universidades, Colegios Profesionales, Centros de Profesorado, etc.
Por: Daniela Rea, Diana Cariboni y Lydiette Carrión
Las mujeres enfrentan una crisis de «violencia obstétrica» agravada por la emergencia sanitaria de covid-19, a pesar de las leyes que buscan combatir el maltrato y la «medicalización excesiva»
Mujeres que dieron a luz en medio de la pandemia de covid-19 en América Latina enfrentaron una presión creciente en favor de las cesáreas, además de maltrato, prohibiciones de acompañante y negativas de asistencia en casos de emergencia – pese a la existencia de leyes contra la “violencia obstétrica” y la “medicalización abusiva”.
La región ya tenía la mayor tasa de cesáreas del mundo, estimada en 40% de todos los nacimientos, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que no sobrepasen el 15% e insiste en que solo deben practicarse cuando las justifican razones médicas.
La OMS reiteró esta recomendación en sus pautas sobre el parto durante la pandemia publicadas en marzo, que dicen además que las mujeres deben contar con una compañía de su elección al parir, recibir un trato digno y respetuoso, información clara, analgesia adecuada y apoyo para amamantar si lo desean.
La práctica de cesáreas, inducciones, episiotomías y otros procedimientos que no sean médicamente necesarios, o que no cuenten con consentimiento informado, está prohibida por leyes nacionales o estadales contra la violencia obstétrica en por lo menos ocho países latinoamericanos, entre ellos Argentina, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela.
Fotografía durante una videollamada con Lidia y su bebé en su casa en el Estado de México. / Foto: María Ruiz.
La mayoría de estas leyes garantiza una compañía en el parto, cohabitación con el recién nacido y apoyo para amamantar. Pero activistas por la salud materna aseguran que ni esas normas ni las pautas de la OMS eran suficientes para proteger estos derechos incluso antes del covid-19. Y la pandemia no hizo más que empeorar las cosas.
En Argentina, Margarita Goñi, del grupo activista El Parto es Nuestro (EPEN), dijo que “en marzo y las primeras semanas de abril”, cuando el gobierno decretó el aislamiento obligatorio, en algunos hospitales “se comenzó a citar a inducción o directamente a cesárea por estar de 38 semanas de embarazo”, incluso contrariando las pautas del propio ministerio de salud.
Violeta Osorio, del grupo de derechos humanos Las Casildas, agregó: “Se le dice a las embarazadas que es mejor programar una cesárea a entrar en trabajo de parto en el medio de un pico de covid-19. Pero esto es contradictorio con la necesidad de no saturar el sistema de salud, dado que una cesárea implica más tiempo de internación e insumos”.
En Ecuador, Sofía Benavides (también de EPEN) dijo que su grupo reunió testimonios de 26 mujeres que dieron a luz durante el brote de covid-19. Trece de ellas dijeron que no se les permitió parir con un acompañante, como parte de las restricciones de los hospitales, y 15 dijeron que no pudieron tener contacto temprano piel con piel con los recién nacidos.
Benavides relató que, en el peor momento del brote en la ciudad de Guayaquil (abril y mayo), una clínica privada ofrecía: “vienes sola, se te practica una cesárea, no te damos habitación, te mantenemos en zona de observación y te cobramos 1,200 dólares. Lo único bueno es que le permiten permanecer con el bebé”.
En México, el ginecólogo y obstetra Christian Mera, del Grupo Médico Proparto Natural, estima que, cuando se acceda a las estadísticas, “en abril y mayo veremos un aumento en las cesáreas”, impulsado por “el miedo a que se saturen los hospitales”, que sin embargo “es contradictorio porque la cesárea tiene mayores riesgos y, en el caso del covid-19, se suma el riesgo de la hospitalización e infección”, observó.
En toda la región, “en nombre de la pandemia, los niveles de cesáreas han llegado a ser extremadamente altos, incluso en las mujeres sin covid-19”, dijo a openDemocracy Bremen de Mucio, asesor regional en salud materna de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En Uruguay, que registra alrededor de 1,000 casos de covid-19 y una treintena de muertes, las autoridades fueron acusadas de hacer la vista gorda cuando varios centros de salud suspendieron temporalmente los acompañantes en partos, cesáreas y ecografías, contraviniendo la ley.
En Venezuela, dos mujeres jóvenes que dieron a luz en mayo en maternidades públicas de Caracas, reportaron haber permanecido solas y “asustadas” hasta que les dieron el alta, luego de pasar por procedimientos sobre los que no las consultaron, como ruptura artificial de membranas (lo que se conoce como romper bolsa), inducción y episiotomía (corte en la abertura vaginal).
Solas y mal informadas
A partir de marzo, openDemocracy entrevistó a diecisiete mujeres y a gran cantidad de organizaciones no gubernamentales, parteras y obstetras de Argentina, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela, que detallaron experiencias de parto en la pandemia que parecen infringir tanto las pautas internacionales como las leyes locales.
La mayoría de las mujeres debieron parir solas porque se prohibieron los acompañantes por el covid-19. Esto “multiplica el riesgo de maltrato” en países donde la violencia obstétrica “siempre está presente”, advirtió la partera mexicana Nuria Landa, del grupo Nueve Lunas.
Muchas de estas mujeres denunciaron asimismo abuso verbal y físico de un personal hospitalario sobreexigido, que tampoco les dio suficiente información para entender lo que estaba pasando. Además, varias parturientas dijeron que fueron separadas de sus bebés y no pudieron amamantarlos.
“Me sentí abandonada. Fue una mezcla de angustia y dolor”
Las infracciones a la guía de la OMS y a las leyes se presentan tanto en hospitales públicos como privados. “No nos trataron con dignidad”; así es como Lidia Cordero describe lo que sintió al quedarse sola en trabajo de parto en una sala de emergencias de un hospital público de Huixquilucan, México, donde asegura que no le dieron información necesaria.
“Literal, fuimos las apestadas del hospital”, dijo Montse Reyes, que tuvo una cesárea programada en mayo en una clínica privada de México. Reyes asegura que tras el nacimiento ella y su bebé dieron positivo en el test de covid-19, pero el personal no le informó los resultados hasta que le dieron el alta, tras pasar dos días en aislamiento.
No la separaron de la recién nacida, pero ambas fueron colocadas “en una zona aislada detrás de una puerta de cristal” y “nadie quería tener contacto con nosotras. Eran las 11 de la noche y yo no había tomado ni un vaso de agua desde las 10 de la noche del día anterior”, relató.
Montse Reyes y su bebé durante una videollamada, mayo de 2020. Foto: Fernanda Ruiz.
“Me sentí abandonada. Fue una mezcla de angustia y dolor”, explicó Daniela Echeverría, en Ecuador. Le habían prometido un parto con música, libertad de movimiento y masajes en el centro de salud pública de Conocoto, Quito. Pero, si bien le permitieron estar con su esposo, los dejaron solos en la sala de partos.
Echeverría cree que el personal fue reducido por la pandemia, y explica que el único equipo de guardia (una médica y dos enfermeras) estaba atendiendo otro parto y solo apareció tres horas después; para entonces ella sufrió un desgarro vaginal y su beba había tragado líquido amniótico y meconio, señal de sufrimiento fetal.
En Uruguay, la coordinadora del Grupo por la Humanización del Parto y Nacimiento, Laura Vega, dijo que su organización recibió “70 denuncias en todo el país”.
La ausencia de información clara es un asunto que se reitera en los testimonios recopilados por openDemocracy. Dos mujeres que fueron a cesárea en dos ciudades uruguayas en abril (antes de que el gobierno revirtiera la prohibición de acompañantes en mayo) dijeron haberse enterado a último momento que darían a luz solas.
“Ni siquiera me preguntaron. La ginecóloga le dijo a mi compañero que no era conveniente que entrara al quirófano”, dijo Anahí Oudri. Andrea Fernández sostuvo: “En ese momento no me daba para discutir. Tenía terror a la cesárea, y sabés que si no ganás la discusión, no está bueno ver caras malas”.
Problemas globales, partos riesgosos
En todo el mundo, la investigación de openDemocracy identificó más de 100 infracciones a las pautas de la OMS en al menos 45 países desde que comenzó la pandemia. Esta evidencia procede de testimonios directos, de ONG y de otros medios periodísticos.
En América Latina, los toques de queda y las restricciones al transporte por el coronavirus llevaron a que muchas mujeres perdieran controles de embarazo, tuvieran que caminar largas distancias para llegar a un hospital o incluso se vieran obligadas a partos en casa, no planificados y riesgosos.
Dos mujeres embarazadas esperan que las controlen en un hospital de Caracas, Venezuela, mayo 2020 Foto: Yadira Pérez.
En mayo, nuestra reportera en Venezuela vio a una mujer con una gestación de 31 semanas a la que le negaron inicialmente asistencia en una maternidad pública de Caracas. Fue trasladada horas más tarde a otro hospital, pero su bebé estaba muerto y debieron practicarle una histerectomía.
A otras parturientas que llegaban a pie a la maternidad (algunas tras caminatas de una hora desde sus casas) se les decía que volvieran más tarde, cuando tuvieran mayor dilatación del útero.
En Ecuador, la abogada feminista Ana Vera, del grupo de derechos sexuales y reproductivos Surkuna, dijo que en abril a dos mujeres con emergencias obstétricas se les negó asistencia varias veces en salas de urgencia de hospitales públicos de Guayaquil, entonces sumergida en un descontrolado brote de covid-19.
“Tuve que intervenir directamente llamando a autoridades del ministerio de salud pública” para que le “dieran antibióticos a una” y una “transfusión de sangre” a la otra, dijo Vera.
También en abril, Nuria Landa, la partera mexicana, recibió llamadas telefónicas de emergencia de dos mujeres que estaban haciendo trabajo de parto en sus casas, tras ser rechazadas por un hospital reconvertido para atender casos de covid-19 sin previo aviso.
Otra mujer en Guadalajara, México, relató a openDemocracy que había parido sin complicaciones en su casa en abril, pero al día siguiente se sintió mal y fue al hospital para que le hicieran un test de coronavirus. Al principio se lo negaron.
“La doctora me introdujo más fuerte los dedos, remolineó dentro”, dijo la mujer. La médica la regañó y le aseguró que tenía restos de placenta y necesitaba un legrado. Pero no era cierto, como demostró un segundo médico que ordenó una ecografía y un test de coronavirus, que resultó positivo.
La mujer denunció su caso a las autoridades como una violación a las normas contra la violencia obstétrica. Sin embargo, no está claro si las autoridades van a investigar estos casos en algún momento, pues ninguna de ellas respondió las preguntas de openDemocracy en México. Tampoco en Argentina, ni en Uruguay, ni en Venezuela.
La defensoría del pueblo de Ecuador dijo en mayo, en respuesta a nuestras preguntas, que no había recibido ninguna denuncia de violencia obstétrica durante la pandemia.
Mientras tanto, una portavoz de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo que su oficina “también ha recibido reportes preocupantes sobre los derechos humanos de las mujeres y niñas embarazadas en el contexto de la pandemia de covid-19”.
“Nos preocupa que en todo el mundo, con sistemas de salud sobreexigidos, se desvíen con frecuencia los recursos para servicios de rutina como los de salud materna… Documentar estos incidentes es un primer paso crucial para exponer el problema. Los estados deben adaptar sin demoras sus prácticas a las pautas de la OMS”.
La violencia obstétrica existe, pero no se nombra
A la violencia preexistente hacia las mujeres embarazadas, dice la OMS, se le suman los agravios por la emergencia sanitaria.
El asesor regional en salud materna de OMS/OPS, Bremen de Mucio, dijo que las situaciones encontradas en nuestra investigación no lo sorprenden, “porque ya existían antes de la pandemia y de hecho la necesidad de que OMS haya desarrollado una declaración específica sobre el maltrato durante el embarazo, el parto y el puerperio da cuenta de que esta es una realidad que se presenta en la casi totalidad de los países… Y lo único que ha ocurrido en la pandemia es que algunas de esas situaciones se han agravado o se han hecho más frecuentes”.
El experto añadió que “lo primero es abogar para que el tema tome la visibilidad necesaria, esto tiene un doble efecto, por un lado que las usuarias conozcan que el problema existe y que los derechos están de su lado. Y al mismo tiempo, dar a entender a los profesionales que prácticas que ellos consideran normales son violatorias de los derechos de las usuarias y que tarde o temprano deben ser punibles”.
De Mucio se explayó asimismo sobre la resistencia que genera en el personal médico la expresión “violencia obstétrica”.
En la declaración de la OMS, firmada por decenas de instituciones relevantes, “debimos hablar de trato irrespetuoso en lugar de violencia obstétrica. Y esto no ha sido por capricho, o por no reconocer que la violencia obstétrica existe”, sino “para evitar cortar puentes de diálogo con las sociedades profesionales, porque hablar de violencia obstétrica genera resistencias que impiden discutir el tema”, sostuvo.
Las leyes contra la violencia obstétrica se hicieron necesarias “ante la constante violación de los derechos de las usuarias. Desafortunadamente, en algunos casos no han sido reglamentadas, o no se han especificado las sanciones que comporta el no respetarlas, o directamente no se monitorea el respeto a estas leyes”, dijo. Más grave aún, según el experto, los profesionales y las mujeres incluso ignoran a veces la existencia de estas normas.
Una anécdota hace explícita esta situación. “Hace unos años, en un congreso de ginecología y obstetricia, el presidente de una gran federación de ginecología y obstetricia de un país de América Latina se jactaba de que, aunque existía una ley contra la violencia obstétrica en varios estados de su país, nunca se había sancionado a un ginecólogo por violencia obstétrica”, sostuvo De Mucio.
Contribuyeron a este artículo Magda Gibelli y Agostina Mileo.
Más de 200 millones de mujeres y niñas desean retrasar o evitar el embarazo, pero no tienen los medios. En el Día Mundial de la Población, altos funcionarios de la ONU destacan que la pandemia está teniendo un impacto mayor en las mujeres poniendo en riesgo sus derechos, como el de la posibilidad de tener autonomía sobre su propio cuerpo y poder elegir cuándo y con quién tener hijos.
Las mujeres tienen el derecho a tomar sus propias decisiones sobre si quedar embarazadas, cuándo hacerlo y con qué frecuencia. Este derecho se reafirmó en 1994 en el Cairo en la histórica Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, donde 179 gobiernos acordaron que la salud sexual y reproductiva es la base del desarrollo sostenible.
Sin embargo, «más de 200 millones de mujeres y niñas quieren retrasar o prevenir el embarazo pero no tienen los medios», aseguró la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas con motivo de la celebración este domingo del Día Mundial de Población.
No actuar implica un coste demasiado alto: muchas mujeres y niñas morirán, se producirán más embarazos no deseados y abortos inseguros, habrá más niñas embarazadas que abandonan la escuela…
Natalia Kanem indicó que, a pesar de los avances considerables en los últimos 25 años, hay un largo camino por delante para cumplir la promesa de El Cairo, pues demasiadas mujeres aún no pueden disfrutar de sus derechos.
«Además, son las mujeres y las niñas más pobres, miembros de comunidades indígenas, rurales y marginadas, y aquellas que viven con discapacidades, las que se enfrentan a las mayores carencias de servicios», explicó Kanem.
La doctora aseguro que es necesario actuar urgentemente para garantizar que todas las mujeres y las niñas pueden ejercer sus derechos: “No actuar implica un coste demasiado alto: muchas mujeres y niñas morirán, se producirán más embarazos no deseados y abortos inseguros, habrá más niñas embarazadas que abandonan la escuela, y el potencial de las personas y las sociedades quedará desaprovechado”.
Por el contrario, “si tienen más opciones de métodos anticonceptivos”, podrán prosperar como socios en igualdad en un desarrollo sostenible, sostiene la responsable del organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva.
El impacto del coronavirus
La pandemia de COVID-19 afecta a todo el mundo en todo lugar, «pero no afecta a todos por igual«, dijo por su parte el Secretario General de la ONU en su mensaje por este Día, que se celebra cada 11 de julio.
Observó que, además, en medio del confinamiento establecido en muchos países y ante las dificultades por las que atraviesan los sistemas de salud para encarar la pandemia, los servicios de salud sexual y reproductiva se ven relegados y la violencia de género va en aumento.
Consecuencias devastadoras
El Fondo de Población de las Naciones Unidas prevé que si el confinamiento continúa durante seis meses y los servicios de salud sufren graves trastornos, 47 millones de mujeres de países de ingresos bajos y medianos pueden quedarse sin acceso a anticonceptivos, lo que daría lugar a siete millones de embarazos no planeados.
Además, también se estima que habrá unos 31 millones de casos adicionales de violencia de género.
“Todos los años, millones de niñas se ven sometidas a prácticas que les provocan daños físicos y emocionales y las privan de su derecho a alcanzar todo su potencial”, dijo el Secretario General.
Niñas en Côte d Ivoire atienden un seminario sobre concienciación de los daños que causa la mutilización genital femenina.
Salvaguardar los avances ganados con esfuerzo
Según han demostrado décadas de experiencia e investigación, los enfoques comunitarios, que parten de la base y van dirigidos a corregir las normas y actitudes con sesgo de género, pueden producir cambios.
A través de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la comunidad internacional se ha comprometido a asegurar el acceso universal a la atención de la salud sexual y reproductiva, atender las necesidades insatisfechas de anticonceptivos y poner fin a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, incluidas las prácticas nocivas, para 2030
«No podemos permitir que la pandemia haga retroceder los avances logrados en el cumplimiento de estos objetivos», destacó Guterres.
Y concluyó: “En este Día Mundial de la Población, pongamos manos a la obra de defender la atención de la salud sexual y reproductiva, proteger la salud y los derechos de las mujeres y las niñas y poner fin a la violencia de género. Aunque la pandemia ha hecho que nuestra labor sea mucho más difícil, debemos vencer en este empeño”.
Derribar la desigualdad
Como lo demuestra la alarmante cantidad de decisiones que se adoptan con prejuicio de género, «las mujeres enfrentan la discriminación incluso antes de nacer«, aseguró por su parte la representante de Fondo de Población en la India y Bután, Argentina Matavel.
Si tienen más opciones de métodos anticonceptivos”, podrán prosperar como socios en igualdad en un desarrollo sostenible.
A partir de ahí, las violaciones sistemáticas de los derechos de las mujeres continúan a lo largo de sus ciclos de vida.
«Si uno pudiera detenerse por solo un minuto para calcular la pérdida agregada de productividad solamente, tendríamos a economistas y políticos a la vanguardia de la lucha para derribar las raíces de la desigualdad de la sociedad», afirmó Matavel.
Diana Alexandra Leal
Protesta contra la desigualdad en Chile.
Restablecer prioridades
Para empoderar a las mujeres, “cada una de nosotras tiene la responsabilidad de desafiar nuestros propios estereotipos”, argumentó la enviada de la ONU.
También instó a los gobiernos a que recalibren los cambios programáticos y de políticas para beneficiar a las mujeres, junto con la implementación de mecanismos para abordar las brechas de desarrollo, especialmente para las mujeres y las niñas «que están invariablemente en el fondo de la ‘pirámide de los vulnerables’».
«La humanidad será tan fuerte como el más débil de nuestros miembros, lo mismo para las naciones que para las familias», afirmó la representante del Fondo.
Cinco años sin respuestas, cinco años sin justicia.
Este 19 de Julio se cumple un año más de la desaparición de Gisela Gutiérrez y desde la Campaña contra las Violencias queremos alzar nuestras voces para romper el aislamiento y volver a los cuerpos la pregunta urgente: ¿Dónde está Gisela?
Convocamos a las organizaciones feministas, sociales y políticas a difundir y acompañar a la familia de Gisela en esta lucha que vienen sosteniendo a pesar de la desidia estatal y las múltiples violencias patriarcales
¡El estado en todos sus poderes es responsable!
Fuente e Imagen: https://www.facebook.com/1087555371397134/photos/a.1133231133496224/1712764618876203/
América del Sur/Argentina/05-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar
La mayor tasa de femicidios en base a la cantidad de habitantes la tienen Tucumán, Catamarca, Misiones y Salta.
Al menos 135 mujeres fueron víctimas de intentos de femicidio en lo que va del año en todo el país, apenas ocho casos menos que la cantidad de hechos consumados en igual período, según un relevamiento realizado por el Observatorio MuMaLá «Mujeres, Disidencias y Derechos».
Las tentativas de asesinato cometidos en el marco de episodios de violencia de género en los primero seis meses de 2020 equivalen a un 94 por ciento de los consumados, que fueron en total 143 según señala el registro de la misma organización.
Entre los últimos casos se encuentran el que ocurrió el lunes 29 de junio en el barrio porteño de Balvanera, donde una mujer fue atacada a puntazos en el cuello por su pareja en un domicilio de Alsina al 2.500, a raíz de lo cual fue hospitalizada y el agresor detenido.
El mismo día, en la ciudad de La Plata, una joven de 17 años fue brutalmente golpeada por el padre de su hija -de quien se encuentra separada- y por su excuñado en la calle de 121 bis, entre 98 y 99.
Pocos días antes, el 24 de junio, una mujer de 38 años fue apuñalada en el cuello por su pareja en el barrio porteño de Villa Urquiza y quedó en grave estado, mientras que el 26 una chica de 20 años fue atacada a puntazos con un cuchillo por su exnovio de 19 que la interceptó cuando caminaba por una calle de la ciudad balnearia de Necochea.
Los intentos de asesinatos de mujeres en contexto de violencia de género se encuentran contemplados en el informe de MuMalá que indica además que cada 29 horas una mujer es víctima de un femicidio y que en lo que va del aislamiento por la pandemia del Covid-19 se registraron 80 de los 143 casos del 2020.
También ese relevamiento se detalla que el 45 por ciento de las mujeres asesinadas tenían entre 19 y 40 años y que el 20 por ciento de ellas ya había denunciado al atacante.
Sobre los agresores, según MuMaLá, el 41 por ciento fueron sus parejas; el 22, sus exparejas y el 13, familiares.
En el 28 por ciento de los casos los agresores emplearon para matar armas blancas y en el 24 por ciento armas de fuego, mientras que en menor número los femicidios fueron consecuencia de golpes, asfixia, incineramiento, por torturas, envenenamiento o caída de alturas.
En tanto, el 68 por ciento de los ataques fueron cometidos en la vivienda compartida por la pareja o en la de la víctima y 12 por ciento en la vía pública.
Por su parte, el Observatorio de las Violencias de Género «Ahora que sí nos ven», en su propio relevamiento de femicidios cometidos en los primeros meses de 2020, indica que se consumaron 162 hechos, lo que se traduce en un promedio de un asesinato cada 27 horas.
De esos casos, 148 tuvieron como víctimas a mujeres y los restantes 14 fueron niños y niñas, que corresponden a la franja de las llamadas víctimas de «femicidios vinculados».
Según ese mismo relevamiento, 34 de los crímenes en contexto de violencia de género fueron cometidos en enero; 28 en febrero, e igual cifra en marzo; 30 en abril; 21 mayo y la misma cantidad en junio.
«Ahora que sí nos ven» indica en su informe semestral que a raíz de estos asesinatos un total de 160 niños, niñas y adolescentes quedaron sin madre, mientras que en el relevamiento de MuMaLá esa cifra trepa a 177.
En cuanto a los atacantes, ese último organismo indica que el 21 por ciento se suicidó tras el femicidio y que el 4 por ciento pertenecía a una fuerza de seguridad.
Sobre el relevamiento de casos por provincia, el informe de «Ahora que sí nos ven» enumera que hubo 63 femicidios en Buenos Aires; 19 en Santa Fe; 12 en Tucumán; 9 en Chubut; 8 en Misiones e igual cantidad en Jujuy, entre las provincias con mayor cantidad de casos.
No obstante, MuMaLá indica que la mayor tasa de femicidios en base a la cantidad de habitantes la tienen Tucumán, Catamarca, Misiones y Salta.
*Ante cualquier hecho de violencia por favor comunicarse a la línea 144: atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género.
Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/argentina/En-2020-ya-hubo-casi-la-misma-cantidad-de-tentativas-de-femicidios-que-casos-consumados-20200703-0064.html
Los talibanes continúan aplicando sus severas medidas en contra de las mujeres y cercenando las libertades sociales en Afganistán, según un indica Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado hoy y que contradice las recientes declaraciones del grupo radical sobre una flexibilización de algunos de su postulados rigoristas y la abolición de sus duras regulaciones.
El informe está basado en 138 entrevistas, hechas entre enero de 2019 y abril de 2020 a maestros, ancianos, estudiantes, miembros de la comunidad y talibanes en las provincias de Kunduz, Wardak y Helmand.
LA EDUCACION DE LAS NIÑAS
Aunque los talibanes aseguran que «ya no se oponen» a la educación de las niñas, en el terreno «muy pocos (de ellos) realmente permiten que asistan a la escuela después de la pubertad», mientras que «otros no permiten» que lo hagan «en absoluto», indicó el informe.
Aunque en los distritos de Kunduz los talibanes han permitido que funcionen las escuelas para niñas, en las áreas que controlan en el sur de Helmand no hay escuelas para niñas, y han implementado el pago de «impuestos» a quienes enseñen en las de regiones vecinas.
SIN JUSTICIA NI LIBERTAD
De acuerdo con HRW, en los tribunales dirigidos por los talibanes, las mujeres y niñas que son víctimas de violencia doméstica no reciben «ni siquiera la posibilidad limitada de justicia» que existe en los tribunales estatales.
Con respecto a la libertad de expresión, el informe denuncia que los medios de comunicación solo pueden ingresar en las áreas controladas por los talibanes siempre que consigan su permiso explícito.
Además, «los comandantes talibanes han amenazado y atacado a periodistas por informes críticos», sostuvo.
El informe aseguró además que los talibanes prohíben en algunos distritos el uso de la televisión y de teléfonos inteligentes y los residentes que pueden hacer uso de ellos lo hacen de manera clandestina.
VICIO Y VIRTUD
En los distritos bajo control talibán siguen actuando los controles de «moralidad» impuestos a partir de 1996, cuando el grupo radical tomó el poder en Afganistán y estableció una «policía contra el vicio y por la virtud».
Según HRW, los talibanes vigilan la adhesión de los residentes a sus normas sobre vestimenta, longitud de la barba, o asistencia de los hombres a las oraciones de los viernes.
En las comunidades bajo el control talibán está prohibido cualquier contacto con el Gobierno afgano, y quienes lo hacen son acusados de ser espías, según la investigación.
Las acusaciones de la organización internacional denuncian una brecha entre las declaraciones oficiales de los talibanes sobre los derechos y las posiciones restrictivas adoptadas por estos sobre el terreno.
Según HRW los talibanes están lejos de un consenso interno sobre sus propias políticas, de manera que «alcanzar un acuerdo sobre las disposiciones de derechos humanos en un acuerdo de paz (con el Gobierno afgano) no necesariamente dará como resultado su implementación a nivel local».
EL RECHAZO DE LOS TALIBANES
“Esto está completamente equivocado y rechazamos este informe. Human Rights Watch prepara dichos informes solo para propaganda y trata de difamar al Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes)», dijo a Efe el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.
Refiriéndose a las acusaciones sobre el derecho a la educación, el portavoz aseguró que aunque están en guerra, han hecho «todo lo posible» para mantener las escuelas abiertas.
«En absoluto, no prohibimos las escuelas de niñas», aseveró el portavoz, que negó además todas las acusaciones relacionadas con la libertad de expresión o comunicación y aseguró que que «nunca» se han prohibido.
Se espera que en las próximas semanas representantes del Gobierno afgano y los talibanes celebren en Doha su primera reunión directa con la intención de comenzar un proceso de paz.
Entre otros temas, las partes tratarán sobre los derechos de las mujeres, la libertad de expresión y otros valores sociales y democráticos que los afganos ganaron desde 2002 cuando los talibanes fueron expulsados del poder.
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