Chile / 20 de enero de 2019 / Autor: Eton / Fuente: La Izquierda Diario
El historial de frases de Piñera que demuestran su concepción mercantilista de la educación, son expresión no de un «error» discursivo, sino del convencimiento de su proyecto neoliberal.
El gobierno de Sebatián Piñera no es ingenuo. Su iniciativa consagrada como Ley de “admisión justa” en la cual se reposiciona la desigualdad de clases en la educación, bajo el camuflaje de meritocracia, en fraseología del oficialismo, no es un hecho aislado. Es parte de un entramado de jugadas por parte del gobierno que pretenden socavar los grandes cuestionamiento a la educación de mercado, e instalados por el movimiento estudiantil durante los años 2006 y 2011. Las encuestas de las que intenta jactarse que tienen un «gran Apoyo» de la ciudadanía, van precisamente en esta línea.
Es cuestión de recordar el proyecto Aula Segura tramitado en el parlamento, y que en concreto significa un golpe directo a la organización del movimiento estudiantil, de profesores, y el conjunto de las comunidades educativas que cuestionan las precarias condiciones en las que se encuentra el actual sistema educativo, económico y social. No por nada ese discurso se reforzó con un súbito accionar sistemático por parte de Fuerzas Especiales de Carabineros en una serie de establecimientos a nivel nacional, y al mismo tiempo se instaló un clima criminalizador, principalmente en contra del movimiento estudiantil.
A su vez, la recordada frase del presidente, el año 2011 “la educación es un bien de consumo”, no hizo sino reverberar en la memoria de miles, que hoy se encuentra ante un Piñera que sostiene a su vez, que la educación es “una industria”. Es decir, volver la concepción máxima de individualismo frente a un saber colectivo y social, una gran fábrica que reproduce conocimiento, como quien es dueño de una automotora de la Wolksvagen.
Por su parte, la oposición, que hoy se tambalea en el Congreso, estéril de dar respuesta siquiera en su terreno predilecto, el parlamento, intenta alentar un discurso anti agenda legislativa del gobierno, pero que en los hechos le terminan cediendo y conciliando a su línea política. Sólo basta ver el acuerdo llevado el día de ayer con el oficialismo, donde sectores desde la Democracia Cristiana (DC), hasta el Partido Comunista (PC), siguen el rayado de cancha de la derecha frente a ciertos asuntos, aparentemente claves en la cámara baja. Ante esto, el Frente Amplio (FA), que hoy amenaza con terminar con el acuerdo oposicionista con la ex Nueva Mayoría, bastantes guiños les ha hecho a aquel sector que caracterizaba en su momento como parte del “duopolio”, donde incluso ha buscado presentar una acusación constitucional conjunta en contra del Ministro del Interior, Andrés Chadwick, haciéndole un gran lavado de imagen a aquellos partidos, cómplices del asesinato de comuneros y activistas mapuche durante sus gobiernos.
Sin embargo, la batalla no está perdida, y los estudiantes tienen bastante que decir, no sólo sobre la educación neoliberal y la agenda represiva que quiere imponer el gobierno a como de lugar, sino también la necesidad de organizarse junto a los trabajadores, como lo demostraron las importantes movilizaciones de portuarios en Valparaíso, donde de la mano se organizaron en contra de la intransigencia del empresario Nazi Von Appen, y las precarias condiciones en las que se encuentran los trabajadores eventuales, al mismo tiempo que se enfrentaron a la violencia del gobierno local, que buscó a como diera lugar asfixiar la heroica lucha de los trabajadores y trabajadoras por sus demandas.
Una juventud anticapitalista comienza a emerger, y sale a cuestionarlo todo, y la experiencia viva junto a trabajadores, mapuche, movimiento de mujeres y otros sectores que salen a la lucha, se vuelve un motor indispensable, para combatir este sistema de miserias impuesto por los empresarios, y el gobierno cómplice y promotor de sus leyes.
Fuente de la Noticia:
https://www.laizquierdadiario.cl/Pinera-y-la-educacion-con-signo-peso
ove/mahv