Libro (PDF): Luchas «muy otras». Zapatismo y autonomía en las comunidades indígenas de Chiapas

Por: Pressenza

Compartimos el libro Luchas «muy otras». Zapatismo y autonomía en las comunidades indígenas de Chiapas, coordinado por Bruno Baronnet, Mariana Mora Bayo y Richard Stahler-Sholk, que recopila «textos con base en trabajos de campo realizados entre 2003-2007, que analizan las prácticas indígenas de autonomía política en las diferentes zonas de influencia zapatista en Chiapas».

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Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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Black Lives Matter y Zapatismo: romper cercos

Por: Pietro Ameglio

En estas últimas semanas, dos de los mayores movimientos sociales de América, emblemáticos por su radicalidad de raíz, por su coherencia, por su determinación moral y material y por su resistencia civil, han construido dos hechos sociales tremendamente originales y esperanzadores.

A su vez, al momento que este artículo está por salir acaba también de iniciar un proceso de levantamiento social de “resistencia civil pacífica y digna”, como nos señalan desde la universidad de la Amazonía colombiana, que se ha ido extendiendo geométricamente a todos los territorios del país, a todas las clases, identidades y organizaciones social. La acción de no-cooperación y desobediencia civil que lo está articulando nacionalmente es un muy amplio “paro nacional”, acción de mucha radicalidad cuyo nombre puede confudir a veces: no se trata de “parar” sino de “avanzar” al doble de velocidad hacia la justicia, la dignidad y la paz. Claramente existe mucho dolor y temor por la represión brutal gubernamental de todo sentido -empezando por las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones- y por el hambre nacional, pero más aún hay mucha esperanza por la determinación moral y material de casi toda esa población hermana que masivamente ha tomado el espacio público. Acompañamos y aprendemos con humildad desde lo más cerca posible.

BLM: atacar la raíz del racismo y el clasismo

El veredicto por unanimidad (11 miembros del jurado) de culpabilidad del agente Derek Chauvin, asesino de George Floyd, es un “hecho histórico excepcional” en los Estados Unidos, derivado de un “hecho social normal” -que todos los días se multiplica en las redes sociales- en el mismo país, que muchísimas comunidades viven cotidianamente: el abuso, violencia brutal militarizada e impunidad policial; el racismo sistémico hacia los afroamericanos y demás minorías. Existen innumerables testimonios y materiales claves para corroborarlo que cada vez salen más a la luz pública; particularmente recomendamos el documental “Enmienda XIII” de Ava Du Vernay, quien también filmó la muy buena película “Selma”, sobre la lucha de Martin Luther King y los derechos civiles.

Está claro que este veredicto es excepcional, no normal, pero que no modifica al sistema y a la impartición de justicia, aunque sí es un importante paso hacia adelante hacia ese cambio indispensable y urgente. Se trata de un “punto de partida” y no “de llegada”, pero en el sentido de la esperanza y no de la ilusión. Claramente no hay que disminuir el apoyo ni la intensidad creciente de las acciones de denuncia y resistencia, ni de las negociaciones de poder, pensando que ya se logró el objetivo.

Es central comprender cómo se llegó a este veredicto, a partir -entre otros procesos- de un gran y creciente movimiento social como el Black Lives Matter (BLM), que articula infinidad de grupos, organizaciones, colectivos y personas a todo lo largo y ancho del país, en un liderazgo horizontal, descentralizado, intercambiable, no personalista, noviolento, propositivo…La lucha, aglutinada en estas últimas etapas por este movimiento, ha permitido desnudar públicamente nacional e internacionalmente con una enorme claridad y legitimidad el brutal racismo y clasismo estructural de la sociedad y estado norteamericanos, con muchas raíces del “supremacismo blanco”; ha quedado transparente que no es sólo un problema de raza sino también de clase, pobreza y exclusión social.

Las movilizaciones sociales han tenido una gran riqueza y variedad estratégica y táctica, con acciones de difusión pública tipo foros, medios de amplio espectro, negociaciones…; pasando a grandes movilizaciones de masas en espacios abiertos (sobre todo de marchas y mítines…), acciones de no-cooperación (boicots…) y de desobediencia civil (estar en la calle durante toques de queda…). Siempre buscando sumar a la mayor cantidad de gente posible interclasista, interétnica e intercultural, con un importante carácter simbólico y festivo; y evitando caer en provocaciones de grupos violentos y de la policía militarizada. El objetivo ha sido evitar el aterrorizamiento ciudadano, aumentar la toma de conciencia pública acerca de la gran deshumanización de las fuerzas de seguridad hacia los más vulnerables. Por ello, el movimiento en paralelo desarrolló un gran trabajo de propuestas públicas, jurídicas, educativas y políticas para trabajar en las raíces institucionales, estructurales y sistémicas del racismo, clasismo y violencia policial; en la desmilitarización de la policía (armamento militar, actitud muy invasora y violenta en las calles, comunidades y barrios aterrorizando a la gente como ”enemigos y blancos de guerra”); en el entrenamiento deshumanizante policial donde se separa totalmente el fin de los medios.

En este último aspecto que es fundamental, referente al proceso de des-humanización que sufre un policía en su entrenamiento, al grado de no ser capaz de escuchar -por desconfianza y racismo- mínimamente siquiera a otro ser humano que le dice “no respiro”, resultan muy ejemplarizantes los argumentos que usó la defensa del agente Chauvin para justificarlo: su cliente ejerció un “uso autorizado de la fuerza”, usó un “estándar de agente policial razonable”, no utilizó “ninguna fuerza ilegal”, es un “agente sensato”. En síntesis, en el mejor de los casos, un prospecto de psicópata es un agente policial sensato y razonable, que sigue cabalmente las reglas de su corporación y del sistema.

Darnella Frazier: una audacia moral y material ejemplar

Como parte de esta lucha social colectiva y masiva del BLM, está también presente en forma fundamental una acción individual que inmediatamente tuvo reflejos colectivos: Darnella Frazier, una joven afroamericana preparatoriana de 17 años que grabó en su celular por más de 9 minutos el homicidio del policía Chauvin contra el ciudadano inocente George Floyd, que suplicaba por humanidad y aire. Los componentes humanos y morales de esta larga e interminable escena han provocado, como pocas veces en la historia reciente mundial, una “ruptura moral” gigantesca en la sociedad norteamericana -y en parte mundial- con consecuencias materiales y concretas que esperamos profundas y duraderas. Pero existen también aspectos importantes a reflexionar, desentrañar e imitar acerca de la construcción de la identidad moral de Darnella: una identidad moral es quedarse ahí en la escena y no pasar corriendo, otra diferente es quedarse ahí y filmar, y otra mayor aún es filmar y difundir enseguida en redes sociales. Eso es lo que hizo Darnella.

Evidentemente que el celular se ha convertido -entre muchos aspectos- también, cada vez más, en un “arma noviolenta” que permite “desnudar públicamente la verdad”, denunciar y exponer a los victimarios a la justicia, así como defender a las víctimas. La disminución de su costo lo ha hecho más democrático y accesible a grandes mayorías. Pero poseerlo no es sinónimo de tener el valor de filmar, y tener el valor de filmar no garantiza subirlo a las redes, esas son las vueltas de tuerca a construir en nuestras identidades morales.

Sin embargo, continuando con la reflexión de la escena del asesinato del ciudadano George Floyd, desde el ángulo de la acción noviolenta o de la resistencia civil, nos quedan desafíos y preguntas: ¿qué se pudo hacer allí para “detener la mano asesina” de Chauvin? Filmar y difundir en redes fue fundamental para la difusión de la violencia policial y la justicia en este veredicto, pero no fue suficiente para evitar ese asesinato de 9 minutos. Es una pregunta fuerte, y sin ningún sentido de culpa o acusación, pero creemos que debe enfrentarse para que como sociedad civil estemos cada vez menos indefensos ante la violencia de las autoridades. Lógicamente que el miedo es fundamental para no intervenir, pero es clave que no se transforme en terror porque entonces nos paralizará. El miedo manejado y controlado ayuda a reflexionar, y colectivamente a actuar mejor, y tal vez en otra ocasión pudiéramos pensar en alguna forma humilde pero audaz -dos características de la noviolencia- de “meter el cuerpo” -sin arriesgar otra muerte- en una situación así, con un poco de legitimidad y fuerza moral: por ejemplo, tirándonos enseguida los más posibles al piso al lado de la víctima y gritando al lado y fuerte a la autoridad de “parar”; rodeando a los policías de muy cerca gritándoles y con ademanes fuertes y claros de parar y que estamos filmando… O sea, construir situaciones noviolentas pero radicales que nos permitan acercarnos a los cuerpos de los victimarios y desafiarlos moral y materialmente, para intentar que reaccionen y tomen conciencia de lo que realmente está sucediendo en esa “burbuja” que han construido, como dizque cinturón de seguridad. Claro que la reacción de la policía puede ser violenta y peligrosa, pero es un riesgo que tal vez lo colectivo podría disminuirlo y podría salvar una vida.

Nadie pretende decirle a nadie qué hacer, ni hay recetas probadas, se trata sólo de pensar humildemente en voz alta, sin olvidar el “principio de realidad”, cómo disminuir nuestra indefensión social ciudadana, y donde también una identidad moral de resistencia noviolenta exige construir algún tipo de acción directa hacia el victimario, si es que existiera un margen humano posible. La situación con George Floyd no era igual a que si fuera una ejecución paramilitar o extrajudicial instantánea, porque, aunque mínimo, existe un marco legal, institucional y público desde donde buscar enfrentar en algo mínimo a la autoridad violenta, con legitimidad y colectivamente.

Resistir: la Montaña zapatista que va a Europa

Una vez más el zapatismo rompe el cerco -de muy diferente tipo que lo rodea- y construye un hecho de lucha social original, en medio de una pandemia y casi in-movilidad mundial. ¡Vaya paradoja! Habitantes de la selva van en un barco llamado “La Montaña”, por aproximadamente ocho semanas -cruzando “en reversa a la Conquista”- de isla Mujeres en México a Vigo en Galicia. Esta primera delegación será complementada en junio con otra más amplia por vía aérea, y se encontrarán “entre iguales” y “como iguales” con luchadores y organizaciones sociales antisistémicas y antiautoritarias de unos 30 países europeos. Son alianzas, fraternidades, coaliciones, solidaridades construidas en casi treinta años de zapatismo internacional “desde abajo”, “desde los excluidos”, “desde la lucha social”.

No sabemos qué va a resultar de este encuentro, reflexión colectiva y aprendizaje mutuo, alianza de luchas internacionales afines y de cambio de raíz del sistema-mundo capitalista globalizado, pero sin duda hay un componente importante de esperanza y estrategia considerable, que a todxs nos alienta a luchar más y mejor. Casi todos estos movimientos y luchadores sociales parten del compromiso local de la comunidad, la aldea, el vecindario, pero al actuar en esa escala su lucha y mensaje se vuelven universales y más allá del tiempo coyuntural. Ahí está la raíz e inspiración de esta “otra globalización”, paradójicamente de los “globalifóbicos”.

El zapatismo siempre ha usado el humor y la paradoja como un arma de lucha social: nos cubrimos el rostro para que nos vean, usamos fusiles aspirando a que sean inútiles, viajamos en una montaña por mar, nos movemos cuando todxs nos piden estar in-móviles en casa, resistimos cuando el sistema nos pide resignarnos a sus fatalidades…

Fuente: desinformemonos.org

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La carabela zapatista La Montaña navega hacia la “fortaleza” europea

Por: Sergio Ferrari 

Por un mundo donde quepan todos los mundos

Izaron las velas y se lanzaron al mar el “segundo día del quinto mes. Apuestan a desembarcar en el puerto de Vigo, Galicia, España, a mediados de junio. Quinientos veintinueve años después de Colón y su “descubrimiento”, La Travesía por la vida navega a partir del 2 de mayo la ruta inversa, para “des-conquistar” América y globalizar la utopía.

Los zapatistas, que sacudieron la opinión pública internacional el 1 de enero de 1994 al ocupar San José de las Casas, en el sureste mexicano, desde donde lanzaron su insurrección indígena, nunca dejaron de sorprender. Por su cosmovisión, su interpretación del planeta y sus luchas, su reinvención de conceptos como utopía y autonomía. Y ahora, con esta travesía alter mundialista, munida de una declarada convicción internacionalista en busca de soluciones globales a una crisis civilizatoria única, exacerbada por la pandemia.

Según la leyenda maya, Ixchel, diosa del amor y la fertilidad, dijo: “Del oriente vino la muerte y la esclavitud. Que mañana al oriente naveguen la vida y la libertad en la palabra de mis huesos y sangres”. El Subcomandante Galeano recordaba estas mismas palabras en uno de sus textos recientes para contextualizar el sentido de esta travesía. “Que mañana al oriente naveguen la vida y la libertad en la palabra de mis huesos y sangres, mis crías. Que no mande un color. Que no mande ninguno para que ninguno obedezca y que cada quien sea lo que es con alegría. Porque la pena y el dolor vienen de quien quiere espejos y no cristales para asomarse a todos los mundos que soy. Con rabia habrá que romper 7 mil espejos hasta que el dolor se alivie. Mucha muerte habrá de doler para que, al fin, sea la vida el camino. Que el arcoíris corone entonces la casa de mis crías, la montaña que es la tierra de mis sucesores”.

A bordo del velero La Montaña viaja el Subcomandante Moisés. Quien acompaña a cuatro mujeres, dos hombres y una persona transgénero (“otroa”, según el relato zapatista), designada-os por sus comunidades chiapanecas.

Se trata del Escuadrón 421, en referencia a la diversidad de géneros de sus componentes: 4, 2, 1.  Son: Lupita, Ximena, Carolina y Yuli. Junto con Bernal y Darío. Y Marijose, de 39 años, de origen ojolabal. “Ha sido milicianoapromotoroa de salud y de educación… Se le ha designado como loa primeroa zapatista que desembarque y, con elloa, inicie la invasión…”, describe La delegación marítima zapatista, texto publicado para presentar el viaje transoceánico.

Durante toda la travesía elaborarán relatos sobre esta aventura político-internacionalista, única de su tipo en la historia moderna. (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2021/04/12/camino-a-europa/). Otra-os representantes chiapaneca-os se sumarán a la delegación, cuando ésta llegue a Europa. Lo harán por avión. La misión en el Viejo Mundo es tan osada como exigente: recorrer unos 30 países “para platicar sobre nuestras historias mutuas, dolores, rabias, logros y fracasos”, explica el comunicado de abril que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) le dirigió a Los Pueblos del Mundo. Desde el Estado Español a Ucrania y Rusia, pasando, entre otros, por Portugal, Alemania, Italia, Francia, Holanda, Suiza, Bélgica, Turquía…Allí donde “hasta ahora hemos recibido y aceptado invitaciones”. Siempre con la idea de compartir con experiencias organizativas, comunitarias, locales: estrechando la mano de la autonomía zapatista a la resistencia social.

Tres semanas antes de zarpar, las-os integrantes de la delegación se concentraron en el “Semillero Comandante Ramona” para cumplir con un autoaislamiento preventivo anti pandémico. Y para vivir 15 días en una réplica de la embarcación que se construyó en la comunidad, y habituarse, así, a lo que sería la travesía oceánica. Para personas originarias de la Selva Lacandona, el mar y su oleaje son elementos desconocidos.

Con una pequeña ceremonia, «según nuestros usos y costumbres, la delegación recibió el mandato de los pueblos zapatistas para llevar lejos nuestro pensamiento, es decir, nuestro corazón. Nuestr@s delegad@s llevan un corazón grande», subrayan. No sólo para abrazar a quienes en el continente europeo se rebelan y resisten, también para escuchar y aprender de sus historias, geografías, calendarios y modos, explica el EZLN.

Levantar anclas

Pensando en sus pasajeros, como debe ser, el capitán Ludwig al mando de La Montaña, recomendó salir el día 2 en la tarde, tal como relata el primer texto elaborado desde el mar.  Recuerda que “el oleaje previsto para el día 3 (de mayo) iba a hacer sufrir a l@s noveles mariner@s más de la cuenta”.  Por eso el capitán propuso adelantar la salida un día.

El Subcomandante Insurgente Moisés le escuchó con atención y estuvo de acuerdo, continúa el relato. “Así que ahora, que se acostumbra usar la palabra histórico para cualquier cosa, es la primera vez que el zapatismo realiza algo programado antes de lo anunciado (por lo regular nos colgamos y empezamos tarde).  Ergo: es algo histórico en el zapatismo”.

Además del capitán Ludwig, de Alemania, integran la tripulación marinos profesionales: sus compatriotas Gabriela, Ete y Carl, así como Edwin, de Colombia

En la segunda parte de este primer texto Sobre el Mar, firmado por Don Durito de Lacandona, personaje asociado al entonces Subcomandante Marcos, –uno de los fundadores del EZLN y personalidad de referencia del movimiento– aparece el “relato enviado por un ser extraordinariamente parecido a un escarabajo –que viaja de polizón en La Montaña”. Alguien que acompaña imaginariamente la Travesía.

“Más que navegar, La Montaña parece bailar al mar. Como en un largo y apasionado beso, se despegó del puerto y se dirigió a un destino incierto, pleno de retos, desafíos, amenazas y no pocos contratiempos”.

Fue necesaria una parada en Cienfuegos, Cuba, para reparar parte de sus velas.   “Pudorosa, La Montaña, buscó recaudo y discreción para remendar sus ropas.  Y así reflexionaba: “El viento ha de aprender que el apetito y las ansias, mutuos han de ser, o atraco serán y no amor, que así le llaman”.

Aliñada ya, la embarcación retomó rumbo y misión…  “Y así navega La Montaña, le sigue el viento prometiendo madrugadas. Al oriente, la espera crece y, con ella, la esperanza”.

Descubrir la Europa resistente

Será el grito de alguno de los tripulantes o del Escuadrón 421 zapatista que explotará una madrugada hacia mediados de junio, cuando La Montaña se acerque a la costa gallega del Estado Español. Será el fin de la travesía, aunque no de la aventura solidaria. Y nada queda abierto al azar para los promotores de esta original empresa de des-conquista altermundialista.

Según explicaron los zapatistas, “la primera planta que se posará sobre suelo europeo (claro, si es que nos dejan desembarcar) no será de un hombre, tampoco de una mujer. Será de unoa otroa: Marijose”.

En cuanto ponga sus dos pies sobre el territorio europeo y se recupere del mareo, Marijose gritará: “¡Ríndanse cara pálidas heteros patriarcales que persiguen lo diferente!” … No, es una broma, explica un texto del Subcomandante Galeano.  Y enfatiza: Al pisar tierra, “loa compa zapatista, Marijose, dirá, con voz solemne: A nombre de las mujeres, niños, hombres, ancianos y, claro, otroas zapatistas, declaro que el nombre de esta tierra, a la que sus naturales llaman ahora Europa, de aquí en adelante se llamará: SLUMIL K´AJXEMK´OP, que quiere decir Tierra Insumisa, o Tierra que no se resigna, que no desmaya. Así será conocida por propios y extraños mientras haya aquí alguien que no se rinda, que no se venda y que no claudique”.

Si no se puede desembarcar, “sea por el COVID, migración, franca discriminación, chovinismo, o que se equivocaron de puerto o la hostia, vamos preparados”, escribía el Subcomandante Galeano a fines de abril en su texto La Ruta de Ixchel… En ese caso, “estamos dispuestos a esperar ahí y desplegaremos, frente a las costas europeas, una gran manta que diga “¡Despertad!”. Esperaremos a ver si alguien lee el mensaje y luego otro tanto a ver si, en efecto, despierta y, otro tanto más, a ver si hace algo”, agrega el dirigente zapatista.

Si la Europa de abajo no quiere o no puede, entonces, previsora, la delegación trae consigo cuatro cayucos –pequeños botes tradicionales– con sus remos respectivos y emprenderá el regreso. “Claro, demoraremos un poco hasta atisbar de nuevo las orilladas de la casa de Ixchel”, explica.

Para los chiapanecos, el número de cayucos no es una simple elección casual. Representan cuatro etapas “de nuestro ser como zapatistas que somos”. Y enumera: «Nuestra cultura como pueblo originario de raíz maya. Es el cayuco más grande y dentro del cual se pueden guardar los 3 restantes. Es un homenaje a nuestros antepasados.

La etapa de la clandestinidad y el alzamiento. Es el cayuco que la sigue en tamaño al primero, y es un homenaje a quienes han caído desde el primero de enero de 1994.

La etapa de la autonomía. Es el tercero en tamaño, de mayor a menor, y es un homenaje a nuestros pueblos, regiones y zonas que, en resistencia y rebeldía, han levantado y levantan la autonomía zapatista.

La etapa de la infancia zapatista. Es el cayuco más pequeño que han pintado y decorado niños y niñas zapatistas con las figuras y colores que se les dio la gana».

Si todo va bien y los viajeros de La Montaña logran desembarcar y “abrazar con la palabra a quienes allá luchan, resisten y se rebelan, entonces habrá fiesta, baile, canciones, y cumbias y caderas estremecerán suelos y cielos distantes entre sí”.

Y en ambos lados del océano, un mensaje breve “inundará todo el espectro electromagnético, el ciberespacio y eco será en los corazones: La invasión ha iniciado. Y tal vez, sólo tal vez, Ixchel, diosa luna, será entonces luminaria en nuestro camino y, como en esta madrugada, luz y destino”, concluye el relato zapatista.

El capítulo Europa de la Travesía por la vida está en marcha. En la mente de sus promotores el objetivo es de compartir, sucesivamente, con todos los continentes. En un mundo único, donde la pandemia devela las profundas interdependencias de la globalización, este grito zapatista de reinventar la solidaridad desde las resistencias locales significa identidad. Es un volver a las propias raíces del levantamiento del 1 de enero de 1994. Con la fuerza de lo vernáculo, con la experiencia de la autonomía construida en 27 años y con la apuesta de otro planeta posible: un mundo donde quepan todos los mundos.

La carabela zapatista La Montaña navega hacia la “fortaleza” europea

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El zapatismo pone rumbo a Europa

Por: Eleuterio Gabón

Las Zapatistas ponen rumbo a Europa para dar comienzo a su ‘Gira por la Vida’, que les llevará a recorrer diversos territorios del continente para encontrarse con colectivos y luchas afines. Desde el País Valencià se presenta la Xarxa de Solidaritat Gira per la Vida para hacer posible este viaje y acoger a las zapatistas en los territorios.

Un grupo de zapatistas pone rumbo a Europa para arrancar su ‘Gira por la Vida’, por la que recorrerán diversos territorios del continente con el objetivo de encontrarse con colectivos y luchas afines. La caravana con las siete tripulantes de la expedición, compuesta por cuatro mujeres, dos hombres y un otroa, ha marchado desde las montañas del sudeste mexicano donde resisten los zapatistas desde hace 27 años —y más de 500 años— para poner rumbo a la costa del Caribe. Desde el País Valencià se presenta la Xarxa de Solidaridad, Gira por la Vida para hacer posible este viaje y acoger a las zapatistas en los territorios.

Semanas antes de embarcar, todavía en sus territorios, el grupo realizó un simulacro de barco donde desplegaron una pancarta con el siguiente mensaje: Despertad. Finalmente el pasado día 2 de mayo, el zapatismo comenzó la Gira por la Vida, zarpando en el barco La Montaña desde Isla Mujeres rumbo a tierras europeas. Una vez más, las zapatistas rompen el cerco al que se ven sometidas en la cotidianidad de sus territorios y en esta ocasión se lanzan a cruzar el océano, cuando se cumplen 500 años de la caída de Tenochtitlán y la conquista de México. Un viaje a la inversa, no solo en la dirección sino también en la intención, ya que el propósito de las zapatistas es encontrase con las luchas que, abajo y a la izquierda, resisten en la Europa del capital.

Son cientos los colectivos que desde hace meses se están organizando en toda Europa para hacer posible esta gira, después de recoger y firmar la propuesta que el EZLN lanzó el pasado 1 de enero en la que declaraba su intención de “realizar encuentros, diálogos, intercambios de ideas, experiencias, análisis y valoraciones entre quienes nos encontramos empeñados, desde distintas concepciones y en diferentes terrenos, en la lucha por la vida”.

El País Valencià despierta

La propuesta zapatista también ha sido respondida desde el País Valencià. El pasado domingo día 2, tuvo lugar en la plaza poeta Miguel Hernández del parque Alcosa, en València, la presentación de la Xarxa Solidària Gira per la Vida. Ese mismo día también se realizó un acto de presentación de la gira en Castellón, dentro de las jornadas de Lluites i Resiténcies per la Vida. Tal como se explicó en la lectura del manifiesto de presentación en el parque Alcosa, esta red aglutina a más de 40 colectivos y organizaciones y está “formada por personas autóctonas y migrantes, jóvenes y no tan jóvenes, antirracistas, feministas, ecologistas, de solidaridad internacionalista y economía social así como de centros okupados y autogestionados pertenecientes a los diferentes territorios urbanos y rurales del País Valencià”.

La Xarxa Solidària Gira per la vida aglutina a más de 40 colectivos y organizaciones y está formada por “personas autóctonas y migrantes, jóvenes y no tan jóvenes, antirracistas, feministas, ecologistas, de solidaridad internacionalista y economía social”

En el acto también se expresó “la ilusión por recibir” a los compañeros y compañeras, viendo en el motivo de la gira no solo una oportunidad de conocer de cerca la lucha zapatista sino también de aprovechar esta circunstancia para saber qué está pasado en los propios territorios: “Vertebrarnos desde la diversidad de las luchas, re-conocernos y fortalecernos desde las diferencias y desde todo aquello que nos hace iguales”. El acto estuvo presidido por una enorme pancarta desplegada desde el edificio de los colectivos del Parque en la que podía leerse “Nuestra lucha es por la vida”.

“Es la vida lo que está en juego. Luchamos por algo tan elemental como es la vida, por tener una vida digna, en contra de todas las políticas y megaproyectos que están poniendo en jaque nuestros derechos y la integridad de nuestros territorios aquí, allí y en todas partes del mundo”. Así explicaba Rut Moyano, integrante de ASMEX (Asamblea de Solidaridad con México) el hecho de hacerse eco de este lema zapatista. ASMEX fue la encargada de recoger la primera propuesta del EZLN en el mes de octubre y abrirla a los demás colectivos que finalmente han conformado esta red solidaria. “Está previsto que esta primera delegación llegue en barco a Vigo a mediados del mes de junio. Después, a partir de esta fecha se espera la llegada a Europa de unas 160 personas vinculadas al zapatismo y a otras luchas en México, serán en su mayoría mujeres”, explicó Moyano.

“En medio de una pandemia global y de un recrudecimiento de las políticas neoliberales, los zapatistas se lanzan a un viaje desafiante y lleno de ilusión”

La agenda de la gira está todavía abierta, y se prevé que las personas participantes se dividan para recorrer diferentes geografías y luchas europeas. Todavía está en el aire si habrá una delegación que visite el País Valencià. “Lo que sí se ha consensuado, aunque también sin fecha fija, es la realización de un encuentro de luchas de los colectivos que integran esta red y de quienes quieran sumarse, independientemente de que las zapatistas lleguen o no a nuestro territorio”. Por el momento se siguen preparando diferentes propuestas de actos y campañas para recaudar dinero con el que hacer posible la gira. En este viaje de redescubrimento europeo, las zapatistas tienen previsto rebautizar el continente con un nombre maya: SLUMIL K´AJXEMK´OP (Tierra Insumisa). Rut Moyano no deja de calificar el viaje como algo excepcional e histórico, más aún en las circunstancias en las que nos encontramos, “en medio de una pandemia global y de un recrudecimiento de las políticas neoliberales, los zapatistas se lanzan a un viaje desafiante y lleno de ilusión”.

La Montaña navega ya en alta mar.

Fuente e imagen: elsaltodiario

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Moisés Gandhi: zapatismo y paz

Por: Pietro Ameglio

El 21 de septiembre es el Día Mundial de la Paz -como cultura, educación y construcción, tres caras distintas de un mismo trébol-, y pocos ejemplos vividos directamente podría dar más claros de lo que significa construir justicia y dignidad con paz, que la comunidad zapatista de Moisés Gandhi, muy cercana a Ocosingo y situada en el estratégico crucero de Cuxuljá, parte del municipio autónomo Che Guevara en su origen y hoy de Lucio Cabañas, y situado en medio de varios otros municipios autónomos.

La vida me dio como regalo, y a muchos jóvenes y no tanto de nuestro colectivo “Pensar en Voz Alta”, haber podido conocer, aprender y compartir varios años de nuestra vida con esa comunidad, sobre todo en su proceso de educación autónoma y construcción de paz. Bajamos en el crucero de Cuxuljá -hasta 2001 con un puesto militar en su entrada- y subimos la pendiente detrás decenas de veces, ese nombre comunitario se convirtió en una especie de talismán de la vida para todos nosotros. Todas esas familias que nos acogieron con una generosidad y compromiso ejemplares, han sido quienes marcaron a fuego una etapa fundamental de humanización en nuestras vidas. Nadie de nosotros sería el mismo o la misma sin ese afecto y solidaridad recibidos gratuitamente, desde los niños hasta los más ancianos.  Y algo de lo más importante: nos enseñaron cómo se lucha con “firmeza permanente”, arma central de la resistencia noviolenta y del zapatismo.

Una fotografía del estilo y grado de humanización de esta lucha y sus jóvenes, de “cómo lo más pequeño es lo más hermoso”, de cómo la sencillez y la audacia son la gran arma de la lucha noviolenta, me la dio un día un promotor de educación autónoma de catorce años. Este adolescente casi niño aún con una cachucha más grande que su cabeza, apodado con nombre de pescado, dedicaba gran parte de su vida y energía a su escuela autónoma en su comunidad. ¿Cuántos alumnos tenía? 2 ¿Quiénes eran? Sus hermanitos menores. Y ¿cómo les enseñaba a escribir? Tomaba la mano del más chiquito dentro de la suya y le enseñaba lentamente los trazos acompañándolo en los movimientos, según textualmente nos describía con una sencillez únicas. Quedé muy marcado por este testimonio toda mi vida: una de las mayores revoluciones sociales de toda la historia de nuestra especie, como es la zapatista, por tamaño territorial, cantidad de gente y confrontación al modelo capitalista, tenía como una de las bases de su lucha y compromiso total por la autonomía noviolenta -que Gandhi llamaría “Programa Constructivo” y “Swaraj” (autogobierno)-, la mayor sencillez y la ternura (los sandinistas hablaban que “la solidaridad es la ternura de los pueblos”). Pero no ternura en un sentido romantizado o sentimental, sino de cuerpos en plena determinación de lucha contra un adversario muy violento y poderoso, como son el gobierno, ejército, paramilitares y finqueros mexicanos, entre otros.

Otra fotografía fue el nombre de la comunidad, a la que llegamos como campamentistas de paz del centro de DDHH Fray Bartolomé de las Casas: Moisés Gandhi. En lo personal, me pareció una coincidencia muy poderosa, pues unía las tres culturas, para mí, más humanizantes que yo conocía: la cristiana liberadora (Moisés encabeza el Éxodo de la esclavitud en Egipto a la tierra prometida libre), la resistencia noviolenta y la indígena; aunque con el tiempo constatamos cómo el nombre de Gandhi hacía referencia a un luchador zapatista victimado en enero del 94, pero todo el espíritu gandhiano estaba en esas comunidades. Incluso, con el azar histórico de construir colectivamente la pintura de estas dos figuras en la fachada de la iglesia.

En el fondo, todo esto sería -en una foto ampliada- el zapatismo: una gran revolución social, desde lo y los más pequeños y pequeñas, por la humanización de toda nuestra especie. Y todas sus fragilidades, que muchas veces son más nuestras que de ellos y ellas, no hacen más que confirmarlo cada día.

Tierras recuperadas y dignificadas por sus dueños ancestrales y verdaderos

Esa comunidad recuperó legítimamente las tierras a un ganadero con el levantamiento de enero del 94, mismas tierras que anteriormente fueron de una hacienda azucarera donde por décadas algunos de estos mismos zapatistas habían trabajado en semi-esclavitud: azotes si no acababan la tarea, no poseían nada de tierra, uno o dos pesos al día de paga o a veces sólo un trago…Ahora, en cambio, según ellos mismos nos contaron: “Resistir es una forma de luchar que tiene razón y justicia…es el rechazo a lo injusto”. Los mismos indígenas tseltales que habían vivido casi en esclavitud empezaron a ver crecer a sus hijos e hijas como hombres y mujeres libres, con autonomía de pensamiento, salud, organización, propiedad de tierras y producción autosuficiente y para comercializar. En dos generaciones de enorme sacrificio, valor, lucha, organización, ese cambio de identidad social individual y colectivo tan radical, profundo y libertario ya se había construido. El centro regional de salud (Nueva Esperanza) primero, los auditorios y la educación después -ejemplares en todo sentido desde los promotores- fueron unos de los primeros grandes símbolos de esa lucha para todas y todos en esa región.

Pero ellos y ellas saben mejor que nadie en el mundo que cada día hay que luchar para mantener esos logros, renovarlos y hacerlos crecer, no se puede bajar la guardia ni confiarse un solo momento. Y la prueba son los ataques recientes de la ORCAO, así como las permanentes agresiones y amenazas en estos más de 26 años.

La deshumanización de los violentos

Por todo lo anterior, la indignación y digna rabia fueron totales al enterarnos el 22 de agosto del ataque tan violento y artero de campesinos de la Organización de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO), que saquearon e incendiaron dos bodegas de maíz y café en el crucero de Cuxuljá, situadas en el Centro de Comercio Nuevo Amanecer del Arco Iris, y pertenecientes a las bases de apoyo zapatistas de ese municipio autónomo. ¡El trabajo, la comida y la vida de todas esas comunidades robado en sus granos, y las instalaciones de madera y lámina quemadas! ¡Cuánta miserabilidad humana!

Cuando nosotros compartíamos parte de la vida con esas comunidades zapatistas, desde mediados de los 90, la ORCAO estaba en alianza con ellas, pero a partir sobre todo del 2000 con el gobierno de Pablo Salazar -que buscaba dividir y cooptar más a las comunidades- esta organización comenzó a tejer alianzas con el gobierno estatal y a recibir fondos públicos , y consecuentemente a atacar violentamente (en forma paramilitar a veces) en numerosas ocasiones al zapatismo y sus tierras recuperadas.

El Congreso Nacional Indígena denunció enseguida que “la ORCAO ha mantenido desde hace años una presión y violencia constante sobre las comunidades zapatistas; como es el caso del municipio autónomo Moisés Gandhi, para detener la organización autónoma, privatizar las tierras que han costado la lucha y organización de los pueblos originarios, bases de apoyo zapatista…que soñamos la lucha por la vida, con sanar a nuestra madre tierra y no dejar que se privatice, que no regresen nunca más los patrones capitalistas y los malos gobiernos”.

La disputa tiene que ver con la posesión de esas tierras que la ORCAO reclama por haber entrado a los programas de regularización, parcelización y privatización de tierras del gobierno estatal, que concedía tierras recuperadas zapatistas a otros campesinos no zapatistas, mientras los zapatistas reclaman su derecho a la propiedad colectiva de esa tierra según la Ley Agraria zapatista del 2007-08. Pero, en el fondo, se trata de una estrategia más de contrainsurgencia contra las comunidades, para dividirlas y fracturarlas en su organización y redistribución de las tierras y riquezas naturales, usando para ello todo tipo de tácticas: desde reformas agrarias legalistas y espurias, hasta grupos paramilitares muy violentos e impunes, liderados por caciques empresariales y políticos regionales.

Vemos así una vez más, la enorme firmeza, dignidad y capacidad organizativa de la lucha zapatista, y la inteligencia extrema de una de sus estrategias centrales desde el inicio de su lucha: no aceptar ningún trabajo, recurso material o humano, de ninguna instancia gubernamental o partidista de los tres niveles. Justamente este boicot a los fondos y relaciones laborales públicos es algo que ha sido muy duro para la resistencia en el nivel del mantenimiento cotidiano de familias en alto grado de pobreza y sin casi recursos de dinero muchas veces, pero ha evitado muchas divisiones y penetraciones del poder. La ORCAO es un claro ejemplo de degradación institucional y social a partir de su identidad cercana a los rebeldes en 1994, y ya después muy penetrada, corrompida e íntima al peor poder desde 1997.

Desde otra experiencia, pero mostrando la fuerza de un boicot con alto consenso social de una identidad común, vimos en estos días cómo los basquetbolistas -y futbolistas de la MLS- de la NBA de Estados Unidos, encabezados por sus principales figuras de fuerza moral social, suspendieron los juegos finales en solidaridad con la lucha contra el racismo y la violencia policial en su país, como parte del gran movimiento Black Lives Matter, en reacción al ataque armado contra Jacob Blake en Wisconsin, por parte de unos policías blancos locales.

Todo esto nos reafirma en la idea que hemos venido compartiendo desde hace años, acerca de lo central que sería para muchas luchas sociales de resistencia noviolenta y civil en nuestro país, de buscar articular e impulsar lo más masivamente posible acciones puntuales de no-cooperación contra el poder injusto, como, por ejemplo, hacen los familiares de desaparecidos y desaparecidas.

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/moises-gandhi-zapatismo-y-paz/

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Libro: Zapatismo o barbarie

Apuntes sobre el movimiento zapatista chiapaneco

Autor: Fernandez Farias, Marcelo Gustavo
Zapatismo o barbarie. Apuntes sobre el movimiento zapatista chiapaneco.­
1a ed.­ Mendoza : Fundíbulo Ediciones, 2013.
218 p. ; 14×21 cm.
ISBN 978­987­26423­4­1

Reseña: Este libro está basado en un trabajo de investigación titulado “La situación actual del zapatismo. Un ejemplo latinoamericano de reivindicación étnica”. Cuando comenzamos a trabajar sobre esta temática ni se nos cruzaba por la cabeza que este intento explicativo podría ser un libro.

En un primer momento, nuestra inquietud giraba en torno al indio y el indigenismo. Habíamos trabajado muy brevemente el pensamiento del anarquista mexicano Ricardo Flores Magón y estuvimos pendientes del conflicto de Oaxaca (2006) y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Aquella situación nos acercó a México y luego al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

El abordaje no fue fácil. No fue fácil, sobre todo, porque no tuvimos teorías “limpias” desde las cuales “pinchar” las realidades que nos entregaban las comunidades indígenas chiapanecas y el zapatismo en general. Aquello que en un primer momento parecía una lectura lineal del proceso de formación, fortalecimiento y desarrollo del neozapatismo, se convirtió en una lectura de re-conocimiento de las mismas bases sobre las cuales estábamos parados.

Mucho hemos aprendido de los modos de las comunidades mayas y, sobre todo, mucho nos queda por aprender.

En este recorrido pusimos una pregunta por delante: ¿cuál es el lugar que ocupa la cuestión étnica dentro del conjunto de reivindicaciones sociales planteadas por el zapatismo? Para responder a esta pregunta participamos de encuentros y reuniones en donde se discutía sobre el movimiento zapatista y también sobre indigenismo y formas alternativas de construcción (alternativas al modo de relación-producción capitalista). Fue así que pudimos asistir a un ciclo de cine debate organizado por los integrantes de la CECA (Casa de la Expresión, la Cultura y el Arte) cuyo tema central era “Las luchas en Latinoamérica”. Este ciclo se proyectó durante el mes de diciembre de 2007 en la plaza Godoy Cruz (Mendoza-Argentina). Los audiovisuales que se proyectaron fueron: “Mujeres de Oaxaca” y “Crónica de una rebelión” (segunda parte). En este ámbito pudimos intercambiar ideas y puntos de vista con otras personas que asistieron al encuentro.

Un trabajo en una radio comunitaria en la Comunidad de San José, Lavalle, nos dio la posibilidad de conocer una parte de la realidad de los puesteros y la vida de campo lavallina. La relación con la CECA y el Centro de Documentación “Ideas del Sol” nos llevó a formar parte de una Red de Comercio Justo integrada –entre diversas organizaciones– por la UST (Unión de trabajadores rurales Sin Tierra de Lavalle). Conocer y participar en estos espacios nos ha dado la posibilidad de observar formas de vida y construcción del campo, modos y pautas diferentes a las que vivimos habitualmente en las ciudades.

Ese contacto con la UST nos llevó a participar, del 13 al 19 de julio de 2008, en la Escuela de la Memoria Histórica que se realizó en El Nihuil, San Rafael, Mendoza, que tuvo como organizador al MNCI (Movimiento Nacional Campesino Indígena). Este encuentro nacional reunió a 270 personas aproximadamente y tuvo como protagonistas al MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Este- ro), al MOCAMI (Movimiento Campesino de Misiones), la Red Puna de Jujuy, al MCC (Movimiento Campesino de Córdoba), la Mesa campesina del Norte neuquino, la UST, entre otros y otras. Aquí se planteaba, en primera instancia, la recuperación de la memoria indígena y los conflictos y experiencias que se viven en el campo: expropiacio nes, alambradas, explotación, soja transgénica, etc.

La propuesta que hoy llega a tus manos está dividida en cuatro capítulos. El primero (Identidad) trata de abordar la cuestión indígena teniendo presente diversas interpretaciones que giran alrededor de la noción de identidad y cultura. El segundo (Multiculturalismo) se adentra en una discusión centrada en una crítica a las ciencias sociales occidentales (aquella parte más fuertemente vinculada con una idea eurocéntrica y colonial) y muestra los modos culturales zapatistas que se enfrentan-generan una alter- nativa a esta mirada. El tercer capítulo (La Otra Política Zapatista) enumera y desarrolla aquellas características que nosotros consideramos “fuera” de la política tradicional de partidos –de todas las tendencias existentes–. Esta “otra política” integra elementos tales como la religión, la mirada de (y hacia) la muerte y modos particularmente indígenas, entre otros ingredientes que hacen del Ejército Zapatista un ejército de nuevo tipo. Por último, en el capítulo 4 (Sexta Declaración de la Selva Lacandona: La Otra Campaña), hacemos un recorrido general desde el 1 de enero de 1994 y el levantamiento armado, pasando por la Sexta Declaración (2005) y su propuesta de construcción política para México; para terminar con el “Primer Coloquio in memoriam Andrés Aubry” de diciembre de 2007 y el “Tercer encuentro de los pueblos zapatistas con los pueblos del mundo – La Comandanta Ramona y los zapatistas” (realizado del 28 al 31 de diciembre de 2007 y el 1 de enero de 2008).

Queremos expresar aquí que el trabajo original fue finalizado a mediados del año 2008. El texto ha sido revisado para generar breves actualizaciones, sobre todo en lo relacionado a la posición del autor en función del proceso político que vive la Argentina. Luego de una serie de acontecimientos y acciones de gobierno (hablamos del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner), la derecha argentina se reorganizó poniendo en jaque todas aquellas políticas que habían redundado en beneficios sociales. Este ataque franco a un gobierno democrático con un alto nivel de aprobación popular (a setiembre de 2010), por sectores “muy poco democráticos” y radicalmente peli- grosos, nos ha llevado a revalorizar ciertos espacios esta- tales como freno a políticas neoliberales puras que, desde otros sectores, abundan. En el mismo derrotero, encontramos en los “neopopulismos latinoamericanos” (caso de Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador o Evo en Bolivia) mecanismos de acción contrarios a la democracia liberal que, muchas veces, promueve un modelo económico neoliberal puro. (Follari, 2010)

Así y todo, entendemos que la validez de la propuesta zapatista es, como la vida de los pueblos originarios, muy anterior a lo que acabamos de redefinir. En el mismo sentido, creemos que existe una deuda pendiente: en primer lugar, de parte de los Estados invasores de España y Portugal que en 1492 perpetraron el primer genocidio de la historia moderna; y, en segundo lugar, de parte de los Estados latinoamericanos que aún no reconocen plena- mente los derechos y los “modos indios” de organización política y social. Lejos de comenzar a saldar esta deuda, no son pocos los proyectos capitalistas que buscan volver a expropiar a los pueblos originarios para hacer negocios con muchos y diversos bienes naturales. Por esto mismo, creemos que este trabajo puede contribuir a conocer un poco más sobre esta realidad.

Vale aclarar que sólo las seis declaraciones políticas que ha lanzado el neozapatismo para explicar sus planes para Chiapas, México y el mundo, suelen resultar ajenas a la “literatura” habitual de quienes se interesan por movimientos antisistémicos. En este punto, resaltamos que las seis declaraciones son la columna vertebral de este trabajo. Si acaso el lector pudiera sacar en limpio las ideas fundamentales de estas seis esquelas, el objetivo de esta pesquisa estaría cumplido.

Descargar: https://www.alainet.org/sites/default/files/zapatismo.o.barbarie-marcelo.fernandez.pdf

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