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Ecuador: Niños del sector rural no acceden a educación en línea

América del Sur/Ecuador/26-04-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Rodeada de montañas, pastizales verdes y una infinidad de animales, ahí se encuentra la vivienda de Abigail, una niña de 7 años, a quien la pandemia mundial del Coronavirus también le ha quitado algo, la oportunidad de estudiar normalmente.

Pareciera que la vida se ensaña con ella y su hermana Anahí de 9 años, puesto que hace un par de años cerraron la escuela que se ubicaba en su comunidad a tres kilómetros de su casa, y ahora que ya se iban acostumbrando a viajar todos los días a una escuela ubicada en el centro del cantón sucede lo inesperado, tienen que estudiar por internet.

Su casa es de bloque cruzado, sus padres se dedican a la agricultura y viven del día a día, en su vivienda a duras penas tienen televisor, pero tienen prohibido usarlo mientras no esté papá o mamá.

Ellas se quedan solas, al cuidado de su hermano mayor de 12 años, quien también tiene que ayudar con los animales que hay en casa.

Todos los días tratan de leer los libros de la escuela, pero no saben a ciencia cierta qué deben hacer de tareas, aunque comprenden que por la pandemia se dice que deben seguir trabajando en internet.

“Nosotros no tenemos internet”, asegura con tristeza Abigail, mientras la encontramos caminando cerca de su casa, luego de un largo recorrido de seis kilómetros al centro de Tisaleo, donde acuden para que les ayuden con algún deber que tenga que entregar.

Realidad 

Esta es la situación que viven centenas de niños de los sectores rurales que ahora se enfrentan a la educación en línea.

“Es muy complicado para nosotros, no es como en la ciudad que tienen todo, aquí tenemos que seguir trabajando para producir alimentos”, relata Blanca Panimboza, madre de un niño de 9 años, al tiempo de indicar su teléfono celular que no tiene cobertura y peor internet.

A decir de esta madre de familia ella tiene que acudir a una librería en el centro poblado para que le ayuden descargando los documentos que le envían de tareas a sus hijos.

“Solamente los fines de semana es cuando podemos ir al centro y trabajar en las tareas para que me den enviando”, comentó.

Jonathan de 9 años en cambio busca apoyo por lo menos tres veces por semana en casa de sus primos, pues él tampoco cuenta con internet y asegura que los docentes exigen que envíen los deberes.

La preocupación de su madre es que aunque tratan de entregar las tareas las dudas y la incertidumbre en varios temas es lo que prevalece. “No creo que puedan aprender de esta forma y nosotros no podemos ayudarle porque hay cosas que en mi tiempo no nos enseñaron o no recuerdo haber aprendido”, comenta.

Propuestas

Desde la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en un comunicado en el que denuncia la “fractura digital preocupante en la enseñanza a distancia”, recordó que la mitad de los estudiantes en el mundo carecen de acceso a una computadora en su domicilio y que el 43% no tienen internet en casa.

Mientras tanto desde el Ministerio de Educación se advierte que durante la suspensión de las actividades escolares se ha implementado varias alternativas, no solo la educación virtual sino que se aplica el Plan Educativo Covid donde además se entregan varias herramientas. (FCT)

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/tungurahua/noticia/1102316823/ninos-del-sector-rural-no-acceden-a-educacion-en-linea

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La vergüenza de no tener escuela

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

«El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.»

Edgar Pérez Ríos

Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV

Miembro de la Red Temática de Investigación de Educación Rural (RIER)

A partir de los años veinte del siglo pasado, con la escuela rural mexicana se comenzaron a construir escuelas en las localidades rurales del país. Los recintos escolares empezaron a ser parte de la vida diaria de estas localidades y poco a poco se convirtieron en edificios tan importantes como el de la iglesia o el municipio, lo que se reflejaba en la dedicación que los campesinos ponían en la construcción de sus escuelas, en muchas ocasiones. siendo la mejor construcción de todo el poblado (Pérez, 2014, p. 107).

Este cariño hacia las escuelas sigue vigente en diversas comunidades del país, como se muestra en las fotografías y textos compilados por Reyes y Solares (2016) en la Montaña de Guerrero, y como he observado en mi experiencia como exfigura educativa del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) en localidades de Oaxaca, Puebla, Querétaro y Guanajuato donde, precisamente, la escuela, junto con la iglesia, son las construcciones mejor conservadas. Incluso existe un orgullo por tener una “buena escuela”, situación que los propios niños matizan cuando comparan la suya con la del poblado vecino. Tener una telesecundaria o una secundaria comunitaria de Conafe es motivo de mucho mayor prestigio; en cambio, no tener escuela es vergonzoso, como argumentaré a continuación, mediante el caso del núcleo rural Las Palmas, localidad zapoteca perteneciente al municipio de San Jerónimo Coatlán, en la Sierra Sur de Oaxaca.

Hasta la década de los noventa, la población de Las Palmas vivía en, por lo menos, una decena de rancherías dedicadas al cultivo del café. Estas rancherías, conformadas por dos o tres familias, distaban entre una y una hora y media de la comunidad de Las Palmas, lugar en donde se encontraba la escuela primaria rural más próxima. Por esta razón, según comenta la gente del lugar, muchas personas nacidas antes de 1990 no asistieron a la escuela debido a la lejanía. Sin embargo, a partir de dicha década, los padres de familia comenzaron a gestionar los servicios educativos del Conafe para que sus hijos pudieran tener acceso a la escolarización en sus lugares de origen.

Así, durante los años noventa, y aun del 2000, prácticamente todas las rancherías tenían una escuela comunitaria. Aunque no existen datos específicos de estas rancherías, en trabajo de campo he constatado que casi todas las personas nacidas a partir de la década de los noventa saben leer y escribir; además, la mayoría concluyó la primaria. No obstante, también existen casos de niños cuyas rancherías no alcanzaron el mínimo de alumnos y, por tanto, tuvieron que asistir a otra ranchería o a Las Palmas. En estos casos, los niños regularmente asistían uno o máximo dos años y desertaban. Una de las principales razones del abandono no era precisamente la distancia, sino la burla a la que eran sometidos por sus pares por tener que ir a estudiar a otra localidad. Estas burlas dificultaban la socialización, la adaptación y el aprovechamiento escolar, por lo que al final decidían dejar la escuela. Rebolledo (2014) documenta un caso similar sobre las dificultades de una niña chinanteca a la hora de enfrentarse a otro contexto, no sólo escolar, sino también lingüístico.

De hecho, en Las Palmas se habla castellano, pero los niños de ahí suelen burlarse de sus compañeros de las rancherías, quienes también hablan castellano, aunque con cierta variación lingüística. Esta variación hace que se suponga que existe una forma correcta de hablar; por tanto, los niños de las rancherías son agraviados por su forma de expresarse. Evidentemente, esta situación los pone en desventaja porque no se atreven a participar en el salón de clases, situación que muchas veces es interpretada por los profesores como incapacidad del alumno ante las actividades escolares, tal como lo reporta Rebolledo (2014) en otro contexto oaxaqueño.

El problema de no tener una escuela en la localidad de origen va más allá de la sola experiencia escolar de los niños. Se trata, muchas veces, de una experiencia comunitaria, donde el solo hecho de contar con una construcción que ostente el título “Escuela” es, en sí, un logro enorme para dicha comunidad: se vuelve un icono, un punto de encuentro, un lugar de cohesión social, como lo ha señalado Rockwell (2016). A ese lugar se le llama cariñosamente “nuestra escuela” y, aunque muchos ni siquiera han puesto un pie dentro, esperan que sus hijos sí lo hagan.

Volviendo a nuestro caso, cuando en la década de los noventa estudiaba la primaria rural en Las Palmas, cada grado escolar albergaba entre 8 y 10 alumnos, al igual que en Piedra Larga, un pueblo vecino. Si juntamos ambas localidades, estaríamos hablando de cerca de 20 niños que, año tras año, egresaban de la primaria, lo cual invita a pensar que quizá la mejor opción era reunir a todos los niños en una telesecundaria que atendiera a ambas comunidades. Esta perspectiva es la que se ha impulsado en las escuelas primarias mediante la famosa política de concentración de escuelas en los Centros Integrales de Aprendizaje Comunitario (CIAC) promovidos en la presente administración.

Sin embargo, en el caso de Las Palmas y Piedra Larga, esta política de concentración no es pertinente a la luz de las dinámicas locales, pues existe un conflicto intercomunitario entre ambas partes desde la década de los setenta, situación que afecta las distintas aristas de la vida social, entre ellas la educativa. De esta forma, Piedra Larga gestionó la fundación de su escuela telesecundaria en 1996, y la concreta ese mismo año. Pese a la cercanía de esta tele, los niños de Las Palmas continuaron asistiendo a la secundaria de San Gabriel Mixtepec, un municipio cercano y algunas veces incluso dejaron de estudiar, pero de ninguna manera se pasaron a Piedra Larga, pues los conflictos impedían esa situación. Así, la vergüenza de no tener telesecundaria espoleó a los comuneros de Las Palmas a organizarse y a gestionar también su escuela. Dos años después, en 1998, Las Palmas ya tenía su propia telesecundaria.

A simple vista esto parece ser un problema de adultos, pero en realidad existen afectaciones directas a los jóvenes. Por ejemplo, los niños de otras comunidades más pequeñas que estudian en la telesecundaria de Las Palmas o Piedra Larga suelen sufrir burlas por parte de sus compañeros, que aluden al hecho de que en su localidad no hay escuela. En otras ocasiones, a estos jóvenes se les dificulta la socialización entre pares, incluso el cambio de residencia, pese a que la mayoría de las veces se instalan en casa de algún familiar. Así, algunos desertan después de algunos meses.

Aunque en este breve texto expuse la situación particular de una comunidad, en realidad se trata de una invitación a reflexionar en torno a la pertinencia de concentrar alumnos de distintas comunidades en una sola escuela. Desde luego que, en términos económicos, se trata de una estrategia viable, sobre todo por los recursos que se puedan ahorrar en tiempos de austeridad. Sin embargo, ¿cuáles serían los resultados en términos de aprovechamiento escolar y de permanencia? ¿Bajo qué costos en la calidad de vida de los niños? Si nos detenemos a ver la cotidianidad de los alumnos que asisten a la escuela fuera de sus contextos de origen, nos encontraremos con distintos panoramas: lejanía, mala alimentación, problemas de adaptación e incluso depresión ¿Vale la pena realmente ahorrar dinero en detrimento de las infancias? ¿Acaso existe otra forma de garantizar la permanencia de los niños en sus localidades de origen?

Bibliografía

Pérez Ríos, E. (2014). A un siglo de distancia (1911-2011): semejanzas y diferencias de la educación micro-rural en México. México: UPN.

Rebolledo, V. (2014). “Los silencios de niños hablantes de chinanteco en diversas situaciones escolares”, Anthropologica, XXXIII(35), 93-115, Lima: PUCP.

Reyes M. y Solares, D. (2016). Mira mi escuela. Reflexiones sobre espacios escolares. México: Ediciones Axolotl

Rockwell, E. y Rebolledo, V. (coords.) (2016). Yoltocah: Estrategias didácticas multigrado. México: Autores.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-verguenza-de-no-tener-escuela/

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China lanza campaña de lectura en áreas rurales

Asia/China/24-09-2019/Xinhua/spanish.xinhuanet.com

Una temporada especial de lectura comenzó el lunes en China para promover la lectura digital y tradicional en áreas rurales del país.

Siete importantes actividades, incluyendo la lectura de diferentes temas, lectura compartida y ventas de libros, se llevarán a cabo en bibliotecas de aldeas en todo el país.

Un total de 587.000 de esas bibliotecas se habían establecido hasta finales de 2018, como parte del Proyecto de Bibliotecas Rurales, que inició en 2007.

Más de 1.160 millones de libros han sido entregados a esas bibliotecas.

De las bibliotecas rurales, 125.000 han sido actualizadas para proporcionar servicios de lectura digital.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2019-09/24/c_138416056.htm

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Una red de matronas se extiende por las áreas rurales de Afganistán

Redacción: Europa Press

A primera vista, se parece a cualquier clase de medicina ordinaria: una sala llena de mujeres, todas con uniformes azules, bolígrafos y libretas en la mano, mientras escuchan a su maestra. Pero una vez que las 37 mujeres hayan completado sus estudios, la mayoría se irá a casa para convertirse en la primera matrona de su aldea.

En el Instituto de Ciencias de la Salud de Herat, la ONG World Vision capacita a mujeres para ser matronas. Es el programa de salud más grande de la ciudad donde, desde 2004, más de 300 parteras han sido formadas.

Herat es una provincia en el oeste de Afganistán que tiene una población de aproximadamente dos millones de personas, y aunque la mayoría de la población se concentra en la capital, la provincia se extiende por amplias zonas rurales. Cuando los partos se vuelven complicados, estar a horas de distancia caminando del hospital más cercano puede ser muy peligroso, incluso mortal.

El programa de formación, que matricula a mujeres de entre 18 y 35 años, funciona bajo la condición de que las jóvenes regresen a sus pueblos y aldeas una vez que hayan finalizado sus estudios, con el objetivo de ayudar a expandir la red de matronas en la provincias rurales afganas y reducir así la mortalidad maternoinfantil.

Después de la graduación, reciben el instrumental necesario y se les paga un salario de hasta un año. «Inicialmente es World Vision quien paga el salario, pero estamos trabajando para que sea el Gobierno quien se haga cargo», explica Soraya Faiz, maestra de la clase y una de las primeras graduadas del programa.

Soraya, después de terminar sus estudios hace 13 años, trabajó como partera durante cuatro años en diversas clínicas antes de asumir el papel de docente en el programa de World Vision.

LAS PRIMERAS MATRONAS DE SU PUEBLOS

Atefeh Jeboria, de 17 años, es una de las estudiantes del programa. Originaria de un pueblo a unos 30 kilómetros de Herat, dice que ha visto morir a demasiadas madres y bebés en los últimos años. «No tenemos clínica y muchas veces, cuando hay complicaciones, es demasiado tarde para ir a la ciudad», explica la joven. «Comencé a pensar en ser matrona cuando vi a mis familiares morir en el parto. Sabía que esas muertes se podían evitar», añade.

La aldea de Atefeh es una comunidad rural con caminos sin pavimentar, casas de barro, dos escuelas, una para niños y otra para niñas, pero no hay ni rastro de instalaciones médicas ni farmacias.

«Cuando un anciano del pueblo se me acercó para preguntarme si estaba interesada en ser partera, vi una gran oportunidad para ayudar a mi comunidad», comenta Atefeh, sentada en una silla, fuera de su clase. Desde que se comprometió hace dos años con el proyecto financiado por World Vision, ha viajado diariamente a Herat para asistir a las clases.

«Nuestro tiempo de estudio está muy planificado. Primero nos enseñan teoría y seguidamente hacemos prácticas en el laboratorio. Después, para terminar nuestra formación, vamos al hospital donde observamos a las matronas y trabajamos directamente con madres y bebés», cuenta orgullosa Atefeh.

Razia Yusefi, de 19 años, se unió al programa desde la localidad natal de Armalergh, una comunidad agrícola a casi tres horas en coche de Herat. Vive en una residencia femenina de estudiantes, a las afueras de la ciudad, lo que le permite tener mucho tiempo para estudiar: «Si viviera en mi casa, estaría haciendo tareas domésticas, pero aquí solo puedo concentrarme en mi formación», explica.

Razia dice que fue su padre, un mulá religioso, quien la empujó a estudiar mucho y finalmente le permitió mudarse a Herat para continuar sus estudios. «Pienso en mi pueblo a menudo y sé que actualmente todavía no tenemos matrona», dice. «Vine a Herat con otra chica de mi pueblo y nuestra comunidad estaba emocionada por enviarnos lejos para ser parteras», asegura Razia.

«Circular por Armalergh es peligroso», dice la joven, «no hay carreteras de verdad y si tienes coche, conducir es muy peligroso». «Por eso, muchas mujeres no buscan atención médica cuando se ponen de parto. Creo que la situación va a cambiar cuando regresemos a nuestra aldea e inauguremos la clínica para atender los partos», confía. «Y esto mismo es lo que van a hacer todas nuestras compañeras de clase en sus pueblos y aldeas», añade.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-red-matronas-extiende-areas-rurales-afganistan-20190831082233.html

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Enseña por Colombia abre convocatoria para ser docente en zonas con altas necesidades

La organización busca personas que quieran ser profesores durante dos años. La convocatoria está abierta hasta el 19 de agosto de 2019.

El programa tiene una duración de dos años.  

Enseña por Colombia, una organización sin ánimo de lucro enfocada en mejorar la educación del país, abrió convocatoria para personas que estén interesadas en ser docentes de zonas rurales y con altas necesidades durante dos años. (Lea: Los obstáculos que enfrentan los docentes rurales en Colombia )

urante los dos años que dura el proceso, los docentes aprenden de la experiencia de las comunidades, aportan al fortalecimiento del liderazgo colectivo y conocen de primera mano los retos actuales de la educación desde los salones de clases. Al finalizar el programa, llegan a ser parte de la red Alumni que está comprometida con la educación y trabaja, desde diferentes sectores para cerrar la brecha educativa”, explica Enseña. (Le puede interesar: Las claves del nuevo decreto de calidad en educación superior )

La convocatoria está abierta hasta el 19 de agosto de 2019 y para aplicar es necesario cumplir estos requerimientos:

Ser profesional o contar con el diploma de grado antes de finalizar diciembre del 2019.

–          Tener un promedio acumulado de mínimo 3.5.

–          Nacionalidad colombiana

–          Estar dispuesto a ir a donde se necesite su perfil.

“Los interesados se registran y completan el formulario de postulación enviado a su correo personal; quienes pasen la primera etapa, serán notificados en septiembre para el proceso de entrevista presencial. Por último, a inicios del mes de octubre, Enseña por Colombia invitará a aquellos que pasaron la entrevista al proceso de matriculación”, agrega la organización.

Año a año Enseña por Colombia trabaja con más de 17.000 estudiantes, y en ocho años que lleva la organización más de 25.000 profesionales se han postulado. En este momento, 213 han terminado el programa y 99 están enseñando en colegios de Atlántico (Barranquilla y Soledad), Bolívar (Cartagena, Santa Ana y Barú), Magdalena (Santa Marta), Cundinamarca (Bogotá y Soacha), Antioquia (Medellín, Carepa, San Pedro, Apartadó, Necoclí, El Tres y Chigorodó) y Nariño (Tumaco, Ricaurte y Barbacoas).

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/ensena-por-colombia-abre-convocatoria-para-ser-docente-en-zonas-con-altas-necesidades-articulo-874051

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Empoderar a los jóvenes de regiones rurales gracias a la formación profesional en Madagascar

África/Madagascar/25 Julio 2019/Fuente: El país

El programa de Desarrollo de Capacidades para la Educación (CapED) se esfuerza por combatir el desempleo y trabaja en favor del reforzamiento del sector de la educación y formación técnica y profesional (EFTP) en Madagascar desde 2010. También tiene por efecto la reducción de las migraciones urbanas y de la cantidad de trabajadores insuficientemente cualificados, en la medida en que empodera a las personas y les proporciona las competencias correspondientes a las necesidades del mercado local, algo que les permite conseguir un empleo in situ en vez de tener que migrar hacia las grandes ciudades para buscar trabajo.

Por ejemplo, a través del apoyo de los asociados locales tales como el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el PNUD, que contribuyen con el Programa con 1,75 millones de dólares estadounidenses, CapED ha reforzado 17 centros de formación profesional y proporcionado formaciones profesionales a los jóvenes no escolarizados del ámbito rural en cuatro regiones experimentales, en los ámbitos correspondientes a las necesidades del mercado laboral. De este modo, 2.918 jóvenes han sido formados desde 2014.

Asimismo, otros programas tienen por objeto mejorar la solvencia financiera de 750 locales, en particular de las mujeres que viven en la región de la reserva natural de Tsingy. El primero de estos, permite que las mujeres adquieran las competencias profesionales en agricultura, elaboración de productos artesanales, espíritu empresarial, contabilidad y alfabetización centrada en el empleo para vender los productos a los hoteles asociados de los alrededores. El segundo programa, forma y acredita lo mismo a mujeres que a hombres en los oficios vinculados con el turismo local sostenible, como por ejemplo, para convertirse en guías turísticos.

Además de contribuir al empoderamiento de las personas, CapED ayuda a que el país mejore de forma sistemática el suministro de EFTP en el plano nacional. Tras el éxito del programa CapED en Madagascar, el Presidente hizo un llamamiento para que se aplicara la primera Política Nacional para el empleo y la formación profesional con el objetivo de aumentar las oportunidades mediante el reforzamiento de la EFTP centrada en la demanda. En 2015, esta política, que fue elaborada gracias al apoyo del CapED, fue adoptada oficialmente, y se inició un Plan de Acción Operacional Quinquenal (2016-2021).

Basándose en estos logros, el CapED apoyó en 2018 la elaboración de un Marco Nacional de Cualificaciones (CNQ) en el país. El Programa ayudó también a establecer y dirigir un proceso de reconocimiento de las competencias anteriores en todo el país, algo que ayuda a que las personas documenten oficialmente sus capacidades y conocimientos adquiridos a lo largo de toda su vida con miras a facilitar el acceso a un empleo formal. En 2018, el proceso fue oficialmente legalizado en Madagascar y el CapED ha llevado a cabo una prueba experimental tras la cual 78% de los candidatos lograron obtener sus certificados.

En el futuro, el CNQ será perfeccionado y podrá facilitar la certificación de las capacidades adquiridas con anterioridad. El Programa también pretende seguir apoyando a los centros de formación profesional para llegar a una mayor cantidad de jóvenes no escolarizados de las regiones rurales y garantizar su formación.

Fuente: https://es.unesco.org/news/empoderar-jovenes-regiones-rurales-gracias-formacion-profesional-madagascar

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China motiva a universidades a promover vigorización de zonas rurales

Asia/ China/ 17.06.2019/ Fuente: spanish.xinhuanet.com.

 

Más de 30 universidades han publicado planes para ayudar a vigorizar las zonas rurales, y 13 universidades han establecido escuelas para estudiar la vigorización de las zonas rurales, dijo hoy miércoles el Ministerio de Educación.

El ministerio publicó un plan de acción quinquenal (2018-2022) en enero, el cual pide que las instituciones de educación superior tengan una mejor capacidad para apoyar a las zonas rurales mediante la innovación y capaciten a un número de profesionales que entiendan la agricultura, amen el campo y estén conectados profundamente con los campesinos.

Treinta y nueve universidades han establecido más de 300 estaciones experimentales, más de 500 estaciones de trabajo académicas y de expertos, y 1.400 zonas de demostración de promoción agrícola y bases industriales especiales, ofreciendo servicios a más de 1.700 empresas relacionadas con la agricultura, dijo Lei Chaozi, director del Departamento de Ciencia y Tecnología del ministerio, durante una conferencia de prensa.

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2019-06/12/c_138137832.htm

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