La mujer que educa al hombre

Por: CLAUDIA URIBE

23 de Abril de 2016

Pensando en la Colombia de hoy y la del futuro, me acordé de un amigo que habiendo sido gobernador encontró un territorio azotado por el caos de los negocios de la droga, que llegaron como un analgésico contra la pobreza, pero lo que hicieron fue incrementar la violencia y el deterioro social. Remover en esta región la inseguridad y falta de esperanzas, decía mi amigo, no es solo gobernanza, políticas públicas y presupuestos robustos. Este viejo zorro decía que nuestra sociedad está enferma no solo por la pobreza, sino por la codicia.

Colombia no requiere más diagnósticos, pasemos a la acción. He madurado una idea, para llegar a las justas proporciones de una Colombia que contradiga a Pablo Milanés al decir: “Nuestra Sociedad es un buen proyecto para el mal…”

Mi plan son las mujeres, madres actuales y potenciales, para que junto con los padres, transmitan el valor del respeto y el trabajo. “La Mujer que educa al hombre” es mi propuesta.

Me dirán, de qué habla, si a las mujeres y a la igualdad de género las ampara la Constitución y están incluidas en las políticas públicas. Sí, pero las políticas no han llegado a apoyar a la mujer como madre en su rol de reconstruir el tejido social.

El ciclo de la pobreza y la violencia se vive en “la familia”, las madres la transmiten otra vez. Las madres y el núcleo familiar son el detonante social que hay que articular.

Muchas madres están solas, casi 40% de los hogares en Colombia tienen madres cabeza de familia obligadas a dar el sustento económico y el moral. Es una realidad cruda porque lo ideal es que padre y madre sean la raíz que empuja el árbol de la vida y los valores. Pero cuando la madre está sola, es la raíz.

La madre transmite lo aprendido: si vivió violencia, la repetirá con sus hijos y sus hijos con los suyos. Si la madre sola educa sus hijos, aprenderán que a los hogares los comanda la mujer, y por ello, los hombres pueden abandonar sus hijos. El ciclo se repetirá ¡y hay que revertirlo!

Conozco madres que viven muy mal, y no ven problema en que sus hijos hombres se emborrachen, roben o violen y se resignan a que sus hijas sean las “hembras” de hombres que las embarazan y abandonan. No califico a los hombres de machistas irresponsables y reconozco que en Colombia hay un fenómeno social mucho más profundo.

Los objetivos para el Desarrollo Sostenible lanzados en 2015 son una oportunidad para que los programas de género, reducción de la inequidad y la búsqueda de la paz incluyan a las madres, que necesitan proyectos y campañas que promuevan los valores, comenzando por el respeto y el trabajo digno. Colombia lo necesita pero seguramente otros países también.

Fuente: http://www.eluniversal.com.co/opinion/columna/la-mujer-que-educa-al-hombre-10460

Imagen tomada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/24/Nicolas_de_Largilli%C3%A8re_-_Madre_e_Hija,_c._1712.jpg

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¿Cómo hacer que los jóvenes “ninis” transicionen a la fuerza laboral?

Claudia Uribe

En América Latina y el Caribe, aproximadamente 1 de cada 5 jóvenes entre 15 y 24 años ni estudia ni trabaja. Es decir, son los que conocemos como “ninis” y equivalen a unos 25 millones de jóvenes cuya situación afecta no solo sus ingresos (presentes y futuros), su motivación y  autoestima individual, sino también las perspectivas económicas y el bienestar de su sociedad.

Entonces, ¿Serán estos jóvenes, como algunos dicen, una “generación perdida”? Nos negamos a pensar que esto sea cierto. Creemos firmemente en que la responsabilidad de enseñarles las habilidades y oportunidades necesarias para una vida productiva está en nuestras manos y en las de nuestros gobiernos. Aunque la evidencia admite que existen muchos desafíos para ayudar a los jóvenes de manera eficaz, también dice que los programas que desarrollan habilidades para el trabajo y para la vida con pasantías y capacitación, que le dan importancia al desarrollo individual y a la autoestima y que tienen un componente de tutoría están mejor posicionados para hacerlo.

El programa de desarrollo para los “ninis” (jóvenes que ni estudian ni trabajan) de Jamaica es un caso de estudio interesante, porque ofrece diferentes modalidades de atención y porque ha sido evaluado rigurosamente. Durante la última década más o menos, el Servicio Nacional de la Juventud (NYS, por sus siglas en inglés) en Jamaica, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo le ha dado a los “ninis” una segunda oportunidad para triunfar a través de diferentes iniciativas: el programa residencial CORPs, el programa no residencial CORPs y el Programa de Desarrollo Profesional (CAPS, por sus siglas en inglés). Los programas CORPs proporcionan a los jóvenes una formación en habilidades específicas del sector, así como habilidades interpersonales y generales para el trabajo, tales como la comunicación, la gestión de conflictos y la empleabilidad, complementados por las opciones de pasantías bajo  la guía de un supervisor. El programa CAP ofrece a los jóvenes dos años adicionales de educación en los que, aparte de lo académico, reciben entrenamiento en habilidades para el mercado laboral.

La evaluación de los programas se llevó a cabo por un equipo de las universidades de North Texas y de West Indies que, con el apoyo del BID, produjo algunos resultados y lecciones interesantes:

  •  Existen programas que pueden ser eficaces en el desarrollo de habilidades necesarias para el trabajo: Los participantes en todas las modalidades mejoraron su rendimiento académico, la autoeficacia y las habilidades para el trabajo con relación a los que no participaron. También se observaron aumentos en las capacidades para resolver problemas, auto-evaluarse y para reunir información ocupacional.
  • Los efectos de los programas disminuyen si no se proporcionan más oportunidades o seguimiento: De acuerdo con casi todas las maneras de medir los resultados, los efectos de los programas disminuyen después de la participación. Esto sugiere que, a fin de mantener las habilidades básicas necesarias para el éxito en el trabajo y una formación continua, los jóvenes necesitan oportunidades de formación, así como motivación y asistencia para encontrarlas (es decir, un mentor).
  • Aumentar las tasas de empleo para la juventud no es un resultado automático de la formación: El hecho de que existan niveles similares de empleo a tiempo completo tanto en el grupo experimental como en el control luego de la participación en el programa, revela la necesidad de aumentar el apoyo y seguimiento de la transición al empleo.
  •  El desarrollo socio-emocional requiere de estrategias diferentes a la formación: No hubo impacto en las escalas de riesgo y resistencia, y efectos muy bajos en el desarrollo socio-emocional. Claramente, esta es un área que necesita más atención.

Si sabes de programas destinados a ayudar a los “ninis” o tiene buenas ideas, compártelas con nosotros y únete a nuestra discusión sobre cómo construir programas más efectivos.

Fuente del artículo: http://blogs.iadb.org/educacion/2015/02/12/como-podemos-ayudar-sin-ataduras-la-transicion-de-los-jovenes-la-fuerza-laboral/

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5 mitos recurrentes en el discurso educativo

Nuestras creencias y convicciones sobre la educación y el aprendizaje influyen notablemente enlas opciones que impulsamos para su mejora. Examinemos si son ciertas o falsas cinco de las premisas más frecuentes.

① Loro viejo no aprende a hablar: los primeros tres años de vida determinan el potencial de desarrollo y éxito en la vida

Los primeros años de vida son, sin lugar a duda, críticos para el aprendizaje, la formación de conexiones cerebrales y un importante precedente para el desarrollo socio-emocional de un individuo. Sin embargo,  investigaciones recientes muestran que el cerebro humano es más plástico de lo que anteriormente se pensaba. Hoy sabemos que tenemos la capacidad de desarrollar conexiones (o sinapsis) a lo largo de la vida y, por lo tanto, de aprender cosas nuevas. Existen evidencias de que los adolescentes están en capacidad de aprender habilidades socioemocionales que son esenciales para identificar y regular nuestras emociones, entender las de los demás, mostrar empatía, desarrollar y mantener relaciones positivas, establecer metas y tomar decisiones responsables (ver post ¿Y por qué las habilidades socio-emocionales?). Asimismo, estas habilidades son fundamentales para el desempeño en un empleo y para insertarse exitosamente en la sociedad, como lo detallaDesconectados, una publicación del BID que muestra la importancia de la enseñanza de las habilidades socioemocionales y cómo estas son demandadas por el mercado laboral.

② Para poder aprender, los estudiantes deben repetir y memorizar los conceptos adecuadamente

La memorización es una herramienta crítica del cerebro humano que le permite guardar y recabar información para utilizarla en el momento que se requiere. Por otra parte, la repetición es una estrategia poderosa para lograr el dominio de cualquier habilidad intelectual, deportiva, musical, entre otras. Sin embargo, los sistemas educativos han abusado de la memorización y de la repetición como estrategias de enseñanza y, en muchos casos, estas han tomado el lugar del pensamiento crítico y de la profundización en los temas.

Esta publicación El camino hacia el éxito en matemáticas y ciencias: Desafíos y triunfos en Paraguay muestra hallazgos de un programa del BID que busca fortalecer el pensamiento crítico desde preescolar y primaria.

③ Los malos resultados educativos se deben exclusivamente a los malos maestros

¿Sabía usted que en el mejor de los casos sólo un promedio del 30% de la diferencia entre los alumnos que aprenden más y los que aprenden menos  es atribuible a la escuela y al maestro? La investigación en la materia indica que los factores individuales, familiares y socioeconómicos son responsables de al menos un  70% de estas diferencias. La salud física y mental del estudiante, su coeficiente intelectual, su entorno familiar y cercano, el capital cultural al que está expuesto, las expectativas de su familia y muchos otros factores pesan de manera importante en los logros académicos. Aunque los maestros, ni lo pueden todo, ni son los culpables de todo, su efectividad es uno de los pocos factores que se pueden influenciar desde el sistema educativo. Por esa razón, las políticas educativas se enfocan en gran medida en mejorar la calidad de los docentes.

Si quieres más información sobre cómo afecta el nivel socioeconómico a los aprendizajes estudiantiles, puedes revisar la siguiente publicación: Inequidad en el logro estudiantil en América Latina: Análisis Multinivel de los resultados de SERCE de acuerdo con el estatus socioeconómico de los estudiantes (solo en Inglés).

④ Las niñas son mejores en lenguaje y los niños en matemáticas

Aunque los resultados de las pruebas nacionales e internacionales en la región muestran, en general, ventajas para las niñas en las pruebas de  lenguaje y para los niños en matemáticas, los resultados en otros lugares del mundo no confirman que esto sea una tendencia universal. De hecho, los puntajes de la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) no reflejan brechas de género en 23 de los países participantes e,  inclusive, en Islandia, Jordania, Malasia, Catar y Tailandia, las niñas superan a los niños en matemáticas. Para más información sobre este tema, puedes acceder a este reporte de la OECD.

Los resultados diferenciados por sexo no derivan de una predisposición genética o fisiológica, sino de patrones de socialización o sesgos culturales que fomentan y valoran habilidades diferenciadas para cada sexo. Por ejemplo, la nota del BID titulada Desigualdad de género, el currículo oculto en textos escolares chilenospresenta evidencia de Chile sobre cómo los textos escolares, sobre todo los de asignaturas tales como matemáticas y ciencias, dan un tratamiento diferente a los personajes femeninos y masculinos.

⑤ La tecnología educativa va a mejorar la educación

A pesar del enorme potencial de la tecnología en la mejora de los resultados educativos, por sí misma no es suficiente. Las investigaciones que hemos realizado desde el BID muestran que para que la tecnología cumpla su promesa, muchos otros factores deben estar alineados. Algunos de estos son: maestros capacitados, currículos apropiados, software adecuado y frecuencia de uso definida. La tecnología es una herramienta y la manera en cómo se utiliza es lo que va a determinar su efectividad.

La publicación del BID titulada: El BID y la tecnología para mejorar el aprendizaje: ¿Cómo promover programas efectivos?, muestra que los programas más exitosos son aquellos en los que participan maestros o facilitadores capacitados como guías para orientar a los estudiantes en cómo utilizar la tecnología para el aprendizaje.

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