La Educación Relacional Fontán: un sistema que cambia la dirección de la educación

Por: Julio Fontán

Imagínense un colegio donde las y los alumnos pueden iniciar y terminar cada curso en cualquier época del año sin clases ni exámenes, donde no están agrupados por grados sino por niveles de desarrollo de su autonomía, y los de mayor autonomía pueden escoger a sus educadores. Un colegio donde cada estudiante tiene un plan personal dinámico que le permite aprender de acuerdo a su realidad, que tiene en cuenta su bienestar y el desarrollo de su autonomía cumpliendo con los requisitos del Ministerio de Educación. Donde tiene más de treinta opciones de recreación, y sus familias pueden escoger la época y la duración de sus vacaciones.

Este colegio es una realidad, su sistema pedagógico se ha escalado ya a seis países y está beneficiando a más de 40.000 estudiantes, con resultados sobresalientes en las pruebas de Estado y en la disminución significativa de los indicadores de deserción y repetición. Esta propuesta debe su solidez a más de 25 años de investigación y desarrollo en diferentes entornos y culturas. El 96% del alumnado está en la educación pública.

Esta innovación introduce el principio del respeto profundo como centro del sistema educativo. Respeto al estudiante y a las y los educadores como autores de su vida, como actores sociales, siendo únicos y diferentes a los demás. Para ser coherentes con este principio, todas las prácticas educativas se transforman y dan respuesta a las necesidades y particularidades de cada persona.

Respuesta

La educación debe dar respuesta a la altísima transformación de la sociedad. Sabemos que el 65% de los niños y las niñas que hoy están en primaria estudiarán carreras y tendrán profesiones que hoy no existen, y que el 90% de la información actual, con la que se construye el conocimiento, se ha producido en los últimos diez años. ¡Esto es un reto para la educación! Por la tanto, de nada sirve el concepto actual de currículo donde proyectamos a catorce años las habilidades y contenidos académicos que deben aprender las y los estudiantes, pues a los pocos años no serán pertinentes para la realidad. Por ejemplo, la habilidad de adaptarse a un mundo cambiante, cada vez a una velocidad mayor, no es tenida en cuenta en los currículos nacionales, pero de esta depende la calidad de vida de nuestros niños y de nuestras niñas.

El sistema educativo sigue con el ideal de producción por lotes, tratando a los estudiantes como si aún estuviésemos en la época de la revolución industrial, donde la meta era formar mano de obra barata y manipulable. Aún hoy, los estudiantes no pueden tomar decisiones importantes sobre su proceso educativo aprendiendo solo a obedecer durante catorce años de sus vidas. Estudiantes y educadores están al servicio del sistema educativo.

Nuevo rumbo

No tenemos más opción que cambiar la dirección. Es el sistema educativo el que debe estar al servicio de los estudiantes. Niñas y niños necesitan desarrollar su potencial y su autonomía, aprender a tomar decisiones basadas en una evaluación objetiva y honesta de sí mismos y de su entorno, deben tener la excelencia como medio de relación con su mundo, encontrarle sentido a su trabajo, a su escuela, a su familia y a su comunidad; desarrollar su capacidad de ponerse metas, hacer los planes que las hagan factibles y educar su voluntad para poderlas lograr. Esta es la única manera para que estén preparados para el mundo que les espera y de esto dependerá su calidad de vida.

Como consecuencia de lo anterior, debemos estar más preocupados por el orden y la armonía del proceso educativo de cada estudiante, que por el orden institucional donde lo importante es que inicien en la misma fecha, vayan al mismo ritmo, tengan los mismos temas y sean evaluados de la misma manera. La fidelidad de padres, madres y docentes debe ser con el estudiante, no con el sistema. Estamos demasiado preocupados porque todos aprendan lo mismo dependiendo de su edad, ignorando las diferencias naturales individuales y creando presiones perjudiciales para su desarrollo.

Los seres humanos somos una combinación muy compleja de cientos de habilidades, donde cada persona está en una etapa diferente de desarrollo, con entornos y formas de aprendizaje también diferentes. Esa combinación única de habilidades es el potencial de una persona y su calidad de vida depende de poder desarrollarlo. Esta es la meta real del sistema educativo.

La capacidad de evaluación

La evaluación es la base para la toma de decisiones y una mala evaluación lleva a una mala decisión. Entonces es claro que quien debe aprender a evaluar de forma objetiva, amplia y honesta es el propio alumnado. Todas las personas siempre estamos evaluando para tomar decisiones, en contextos simples –como cuando vamos a cruzar la calle– o en los complejos –como cuando debemos invertir el dinero–. Por lo tanto, cuando un estudiante presenta un trabajo, previamente lo ha evaluado, pero el sistema educativo no visibiliza esa evaluación ni la valora y, por consiguiente, este no tiene la posibilidad para mejorar en esta habilidad.

Adicionalmente, el sistema educativo evalúa los resultados al final de cada tema en vez de que el alumnado evalúe su proceso en compañía del educador, quien hace un proceso de guía y asesoramiento cada vez que sea necesario.

La calidad de vida de una persona depende de la calidad de relación con su mundo. Si tenemos a un estudiante durante más de 15.000 horas (tiempo escolar) aprendiendo que la calificación mínima es suficiente, la mediocridad se convertirá en su sistema de relación con su entorno y consigo mismo, y sus posibilidades de calidad de vida disminuirán sustancialmente. En el sistema educativo la excelencia debe ser el medio de relación.

Innovar es pensar diferente introduciendo nuevos principios que mejoren la calidad de vida, es tener la valentía para ponerlos en práctica, a través de un proceso riguroso de investigación y desarrollo, donde se tenga en cuenta su escalabilidad y sustentabilidad. Innovar no es introducir tecnología ni copiar un proyecto educativo diferente.

Fuente: http://revistainnovamos.com/2017/07/20/la-educacion-relacional-fontan-un-sistema-que-cambia-la-direccion-de-la-educacion/

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FRE: La Educación del Futuro en el Presente

10 de mayo de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Julio Fontán

Crisis de la educación, ¿Por qué es nuestro deber innovar?  

Es un asunto común señalar la crisis de la educación enfatizando en que esta no ha cambiado esencialmente desde el siglo XIX o que no ha logrado superar problemas estructurales como la calidad, la inclusión y educar para que las próximas generaciones resuelvan problemas de la vida y sean exitosos en una sociedad en constante cambio.

Pero también es común suponer erróneamente que la innovación en educación depende de la introducción de tecnología en el aula. Es cierto que las TIC potencian el acceso a información y diversifican los recursos educativos, pero esto no es innovación, porque en esencia consiste en agregar un elemento novedoso a un modelo arcaico.

El modelo educativo es arcaico porque no coincide con las necesidades de la sociedad actual y de las nuevas generaciones. El mundo de hoy es flexible, rompe paradigmas, es dinámico. El modelo educativo tradicional privilegia las estructuras rigurosas de un mundo estático o predecible.

Las personas que en el futuro tendrán calidad de vida, serán aquellas que cuenten con habilidades para aprender a desaprender y para aprender a aprender, personas hábiles para adaptarse a los cambios y para auto-asignarse metas y saber cómo cumplirlas.

La educación tradicional tiene como elemento esencial el concepto enseñanza-aprendizaje, esta es la razón por la cual los jóvenes siempre dependen de un vigilante, incluso cuando son adultos, para aprender. El currículo es otro elemento determinante del sistema educativo tradicional; este funciona como un monolito al que deben adaptarse los estudiantes; cuando un niño se adapta al currículo deja de ser quién es. Esta es la causa del empobrecimiento de la creatividad y de los talentos múltiples, porque la escuela no potencia a cada persona sino que estandariza la vida de muchos. Aún más grave es el hecho de que aquellos niños que no se adaptan al currículo son categorizados negativamente: niños incapaces o niños problemas. Se desconoce que son personas distintas, con capacidades diferentes y potencial para ser felices.

Esto nos muestra que la educación tradicional no solo fue diseñada para un mundo extinto, sino que es irrespetuosa con la individualidad personal y no asegura que cada niño desarrolle habilidades para la vida.

¿Qué es Educación Relacional Fontán (FRE)?

FRE es una innovación cuyo propósito es generar oportunidades de calidad de vida para millones de personas, mediante una educación que asegura el desarrollo del potencial de cada individuo, adaptándose a sus particulares, en ambientes disruptivos sin clases ni exámenes y en comunidades multi-edad organizadas por niveles de autonomía.

FRE tiene un principio esencial según el cual el sistema educativo debe respetar a la comunidad educativa, por lo tanto, las decisiones pedagógicas y normativas deben ser coherentes con los siguientes fundamentos:

Cada persona es autor de su vida: los estudiantes, como personas, son autores de su vida. Los estudiantes se educan para ser protagonistas de su presente y de su futuro, esto implica que con FRE los estudiantes más que cambiar de grados cambian de niveles de autonomía, y tienen como meta convertirse en personas autónomas. Una meta que muchos adultos no logran. Un estudiante FRE desarrolla la capacidad de gestionar de forma responsable su vida académica y personal, aprendiendo a evaluarse, a tomar decisiones, a educar su voluntad, a plantearse metas, planear y actuar para alcanzarlas.

Cada persona es un actor social: cada persona construye su vida en relación con otros. Las estrategias de FRE permiten a los estudiantes desarrollar habilidades de gestión social en ambientes innovadores organizados por niveles de autonomía, donde se plantean metas grupales, toman decisiones con otros y desarrollan la responsabilidad hacia la comunidad.

Unicidad y diversidad: FRE es una educación personalizada donde cada estudiante tiene un plan personal dinámico de estudio que da respuesta a sus particularidades y a las de su entorno, respetando su ritmo y formas de aprendizaje. La atención que brindan los educadores y su frecuencia depende del nivel de autonomía del estudiante.

¿Qué trasformaciones implementa FRE en las instituciones educativas?

FRE comprende y respeta el valor único de cada persona y su proceso natural de aprendizaje.  Esto significa que cada estudiante:

a.  Tiene metas y un plan de estudios personalizados, acordes a sus necesidades y a sus particularidades. El plan es dinámico porque se transforma mientras el estudiante va desarrollando su potencial, redefiniéndose las metas y estrategias.

b.  Construye una planeación (mensual, semanal y diaria) para alcanzar sus metas. Organiza su día de trabajo definiendo cuándo y con quiénes van a ejecutar cada una de sus actividades. Asimismo, proyecta la fecha de terminación de su grado.

c.  Sigue las etapas del proceso natural de aprendizaje, evaluando su proceso, acompañado por sus educadores y herramientas tecnológicas, dejando de lado las clases y los exámenes.

d. Llega a la excelencia mediante estrategias de evaluación propias y de los educadores.

e. Se encuentra en ambientes socialmente enriquecidos por niveles de autonomía, llamados talleres; aquí interactúa con personas de edades y cursos distintos, y es apoyado por un equipo de educadores mientras desarrolla su plan personal de estudios.

f.  Desarrolla su autonomía tomando decisiones sobre su proceso académico, personal y social. Entre mayor sea la autonomía, mayor es el número de decisiones que toma un estudiante dentro del colegio. Por ejemplo, los estudiantes del Taller  Autonomía Superior eligen a sus educadores, sus descansos y se responsabilizan de la construcción de sus planes de estudio.

FRE es una propuesta valiente en un mundo cuyo modelo educativo tradicional está acostumbrado a la transferencia de información en lugar de apoyar a los estudiantes para aprender a aprender, aprender para la vida.

Mientras que muchas propuestas educativas actuales desarrollan un área específica – como el currículo, los idiomas extranjeros, STEM, etc. – FRE fomenta habilidades intelectuales, socio-emocionales y personales de los alumnos, todo integrado en un proceso de aprendizaje personal. Con esto los estudiantes son más felices porque entienden el significado de aprender. Los Estudiantes de FRE son autónomos, saben planear, aprenden a trabajar con otros, piensan críticamente, son creativos y líderes.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/fre-la-educacion-del-futuro-en-el-presente

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