por: Gastor Spur
Domingo 26 de junio
A principios de junio salió POW! 20 años de historieta social y política, un libro de historietas e ilustraciones a color que narran los últimos veinte años de la historia argentina de manera crítica.
Marcelo «Chelo» Candia, nacido en Allen, actualmente reside en Fiske Menuco (General Roca) en el valle manzanero de Río Negro, es un autor de historietas que presentó a principios de junio su nuevo libro POW! 20 años de historieta social y política, editado por Maten al Mensajero, actualmente en venta en el sitio de la editorial.
Dialogamos con Candia para que nos cuente de este libro y de otras obras suyas.
Me gustaría que te presentes vos como artista, sos conocido como historietista, muralista, poeta, locutor y escritor.
Desde chico, a partir de los 18 años me empezaron a decir Chelo, que coincide con mis estudios universitarios y de ahí quedé Chelo Candia, y en esos años comencé incluso a firmar como Chelo. Soy historietista, básicamente dibujante. Empecé a dibujar desde muy chico, desde la edad en la que todos empezamos a dibujar y nunca dejé de hacerlo, lo que me hace dibujante. Cuando aprendí a leer me gustó la historieta también, como medio de comunicación sobre todo. Eso me define a mí, yo creo que el dibujo y la historieta son medios de comunicación y una forma de establecer una comunicación, una forma de dar un mensaje a alguien.
Puede decirse que también que soy muralista. También tiene que ver mucho el hecho de buscar distintas formas de comunicarme y de encontrar nuevos medios de comunicación y el muralismo es uno de ellos. Así que se podría decir que soy dibujante, historietista y muralista. Capaz definiría mejor decir que soy comunicador y que utilizo esos medios para hacer llegar un mensaje a la gente.
Ya tenés dos libros publicados, dos historietas. La primera es Rigor Mortis, una historieta de humor negro protagonizada por la misma muerte.
Sí , ese fue mi primer libro con la editorial La Duendes que publiqué primero en un blog, el blog de Historieta Patagónica(HP) y luego lo reunimos en un libro que salió en el 2009. Un libro que empecé a hacer pensando en mi propia muerte. Digamos que uno cuando llega a los cuarenta años, normalmente, se empieza a preguntar sobre la muerte, se empieza a morir gente conocida, amigos. Uno empieza a tener algunos pensamientos extraños con respecto a la muerte. Uno va al médico, se hace un chequeo para ver cómo anda su corazón, cómo anda de colesterol. Bueno, yo a esa edad me puse a hacer historieta, a sacarme la historia de la muerte de mi cabeza y reírme de ella o con ella. Y entonces empecé a hacer chistes o incluso reflexiones acerca de la muerte, todo lo que se me ocurrió alrededor de ella y lo metí en esa serie. Todo lo que se me ocurrió tiene que ver con chistes estúpidos y humor negro, reflexiones, todo acerca de la muerte, lo reuní en ese libro que se puede considerar de humor gráfico más que de historieta y se llamó Rigor Mortis y ese fue mi primer libro.
Rigor Mortis
Después sacaste El Bondi, un policial negro que transcurre arriba de un colectivo.
A mí me gusta mucho el policial negro, me encanta verlo en cine y leerlo, pero sobre todo verlo en cine. Cuando salió el libro de Rigor Mortis, sentí que ya no tenía más nada que decir sobre el tema de la muerte y me dije me voy a meter con algo que a mí me gusta mucho, que es un policial negro. Entonces lo fui construyendo lunes a lunes, una página por lunes, durante el 2010 en el blog de HP. Construyendo una historia que no sabía cómo iba a terminar y casi, a veces, no sabía cómo seguía la próxima página, entonces me hacía unos desafíos a mí mismo, de terminar la página y la última viñeta de esa página, terminarla de una forma que me pedía a mí mismo: cómo voy a resolver, cómo voy a seguir esto. Entonces el sábado o el domingo, que yo utilizaba para hacer esa página para ser publicada el lunes, me metía en la historia y me decía :¿ A ver cómo lo resuelvo, cómo lo resuelvo? y ¡Tun! lo resolvía. Y cada página de esa historieta tiene un gancho para la siguiente porque yo tenía que mantener a un lector enganchado durante una semana. Al publicarse todo eso en el libro, el gancho es sólo de página a página, entonces es una historia que la leés bastante rápido, porque está pensada para enganchar de página a página. Bueno en algunos casos funciona, la mayoría que lo ha leído dice que sí, que funciona y que es de lectura rápida. La fui siguiendo dándole mucha pelota a los comentarios de los lectores del blog, y algunos arriesgaban cómo iba a seguir la próxima semana la historia y yo obviamente, cambiaba eso. Si me decía «seguramente va a haber un choque», yo no hacía un choque y me tomaba el desafío de tratar de cambiar y que nadie de los comentaristas adivine cómo iba a continuar esa historia. Imaginate, se armó un bolonqui de líneas argumentales que yo al principio no sabía cómo iba a terminar y así terminó en un libro con varios giros en el argumento en donde vos creés que va a pasar una cosa y pasa otra. Por lo menos es lo que intenté hacer, y contada desde varios puntos de vistas de los personajes que están dentro de ese colectivo( es un robo en un colectivo que sale mal). Y se arma lío, tiros, sangre, muerte … mueren todos, o casi todos. Desde la primer página sabés que mueren todos, lo que no sabés es cómo mueren y por qué. Entonces eso es lo que fui construyendo lunes a lunes, y que luego quedó en un libro que se llama El Bondi también editado por la editorial La Duendes.
El Bondi
POW!
Ahora quisiera que me cuentes sobre POW!, el libro que estás sacando con la editorial Maten al Mensajero.
POW! es una onomatopeya del sonido de un bombo, de cuando le pegamos a un bombo. Mientras yo hacía Rigor Mortis, hacía El Bondi y trabajaba para algunas pequeñas revistas de aquí, locales, regionales haciendo historietas. Mientras tanto, yo hacía otras historietas, que eran un poco con las que empecé. Eran historietas de corte social y político. Por eso el libro se llama POW! 20 años de historieta social y política, porque así un poco empecé yo en los 90 haciendo historietas que tenían que ver con denuncias, con cuestiones que tiene que ver con la injusticia, historietas de la dictadura, historietas que hablaban de las Madres de Plaza de Mayo, de los Nietos, historietas que hablan del SIDA, de la discriminación, de los chicos de la calle, muchas que tenían que ver con derechos humanos. Eran historietas cortas, de una página que se publicaban en muchos lugares o giraban por internet, cuando existió internet. Pero al principio yo las exponía en los pasillos de la universidad, yo estudié comunicación social, entonces cuando se hacían actividades universitarias, iba con mis historietas, en muchos casos iba con los originales, los pegaba en cartones y los colgaba en tendales con broches, todas pensadas para la persona que va caminando por un pasillo. A veces íbamos a las plazas o a algún recital de rock y yo atrás iba con mis historietas y las colgaba en hilos, en los árboles y en general eran historietas pensadas de una o dos páginas, pero sobre todo de una página con pocas viñetas, con un mensaje contundente o yo al menos intentaba que así lo sea, para que vos pases, la leas rápido, te vayas y te quede. Eran historietas pensadas para el ojo que pasa, y todo eso, como no había mucha posibilidad de publicar aquí en donde vivo Fiske Menuco (General Roca), entonces yo exponía, hacía historietas para exponer más que para publicar en una revista. Todo ese trabajo es lo que este libro reúne. Durante veinte años y de un poquito más, hay algunas de los 90, firmadas en los 90, dejé la firma para que se vea la diferencia de estilo, de dibujo, los mensajes, hasta el año pasado.
Hay una que es muy famosa que por ahí circuló mucho, una historieta que se llama «¡Griten!» por Julio López. Hay una de las Madres de Plaza de Mayo, donde una madre baila con alguien que vos todavía no sabés y que al final te das cuenta que es un desaparecido que está bailando con su mamá. Hay historietas sobre Carlos Fuentealba cuando fue asesinado, historietas por Daniel Solano, un trabajador golondrina, un trabajador que vino a Río Negro y que fué asesinado por la policía. Su papá está esperando que le den el cadáver de su hijo. Hugo Alberto está ahí acampando en Choele Choel, hoy mismo lo está haciendo, hace unos cuantos años, bueno hay una historieta de Hugo Alberto. Hay mucho que tiene que ver con este tipo de temática fuerte, de injusticias, de gatillo fácil. Todo eso está reunido en este libro pesadito, digamos de lectura pesada, pero necesaria, me parece, sobre todo este año.
El mural en homenaje a Carlos Fuentealba y la censura
El caso de Daniel Solano y el caso de Carlos Fuentealba, son casos que sucedieron allí en la zona del valle de Río Negro y Neuquén. Me gustaría que cuentes un poco la historia del mural de Carlos Fuentealba, ¿lo hiciste y te lo taparon?
Bueno la historia nace de una historieta, que justamente está publicada en este libro POW!, que la hice cuando los docentes estaban cortando el puente(Neuquén) cuando Carlos todavía no sabíamos si iba a morir o no, fue tan ahí, tan sobre el filo de la situación, que realmente apabulla. A mí me dio mucha bronca, es una historieta que si vos la lees, casi ni es una historieta. Es un vómito. Es una lámina así, está Carlos con la cabeza explotándole, una cosa muy fuerte, lo sentí así, lo hice y lo eché a rodar por las redes sociales, en realidad por mail, porque en ese momento las redes sociales no estaban, no las utilizábamos. Y fue ese día, fue un viernes, un viernes santo, los docentes cortando el puente y yo no pudiendo ir al puente, escuchando por radio me puse a hacer eso, que me salió así. Y es una historieta bastante fuerte, por la imagen, que no es un homenaje a Carlos sino que es el asesinato a Carlos hecho en historieta, y es lo que se me ocurrió en ese momento. Por ahí ahora haría otra cosa pero en ese momento salió ¡Púm! y lo eché a rodar, incluso no había fotos de Carlos, no sabía cómo era Carlos, no lo conocía, me puse a buscar para ver cómo era, para dibujarlo y no había fotos de Carlos Fuentealba y lo único que encuentro, mirá vos cómo es la paradoja, un video que estaba publicando TN, que creo yo que fueron los primeros que tuvieron acceso, no sé por qué, ni cómo, a un video en donde había una foto de él, que es la foto que todos conocemos hoy, pero que en ese momento era la única que había en la red y porque fue a los dos días hacía que había pasado. Entonces yo ahí dibujé eso, con la foto que encontré, la hice y finalmente fue la foto que todos conocemos, la de barbita. Está Carlos ahí, una foto bastante oscura, que es la fotos que todos conocemos, la que empezó a circular.
Hice esa historieta, bueno salió, se leyó y me llaman de la Comisión Carlos Presente (CoCaPre) de San Martín de los Andes y me dicen :»¿ Cómo podemos hacer esa historieta pero en un mural?» Eso es el mural, un mural pintado en frente a la municipalidad de San Marín de los Andes y es el mural en donde está Carlos, con su cabeza que explota pero en este caso salen flores y pinceles y mucha lucha a partir de este asesinato tan terrible y bueno, hice ese mural que nació de la historieta y luego manos anónimas lo pintaron, lo blanquearon todo, porque no se dijo nunca quienes fueron, pero yo supongo que eran sobichistas, a oscuras, en la clandestinidad, al otro día apareció totalmente blanqueado. La CoCaPre de ahí me avisa y yo les digo» vamos a hacerlo de nuevo» y lo hicimos de nuevo, lo pintamos y quedó mucho mejor. Porque el primero lo habíamos hecho con mucha bronca, era un mural muy oscuro y que estábamos alejados un poco del suceso en sí y ya con Poblete preso, el que disparó y en la búsqueda de que estén presos todos, incluso Sobich(ex gobernador de Neuquén ), el autor intelectual de todo esto, entonces el mural salió de otra forma, salió mejor, más lindo, más colorido y es ese el que aún hoy está ahí, solamente un poco descascarado por la acción del tiempo pero no por la acción de ningún maldito que quiera borrar la memoria, el mural todavía está, seguramente lo vamos a restaurar dentro de poco. Así fueron como todos estos sucesos, que nacen a partir de esa historieta que te cuento que hice aquella vez, con mucha bronca.
Julio Lopéz y el eternauta
La historieta de Julio López salió al poco tiempo de que desapareció. Con el tiempo se ha ido viralizando y se ha convertido en un panfleto, en un ícono de lo que fue esta desaparición en democracia, y lo he visto transformado en afiches, en grafitis, creo que vos mismo dijiste que lo hicieron en murales otros artistas.
Sí, hay un mural en La Plata, hay otro mural en Mar del Plata de los que sé. Hay alguno ahí donde nació Julio, en Ensenada, creo que es. Se ha transformado en muchas cosas esa historieta.
La historieta del eternauta que viene a buscar a Oesterheld. ¿Está incluido en el libro?
La historieta de Oesterheld en la cual Salvo (el eternauta) lo viene a buscar a Oesterheld, eludiendo la muerte de Oesterheld, y le dice que no va a morir nunca mientras él esté vivo, una obviedad me parece:, mientras recordemos al eternauta, Oesterheld va a estar vivo ahí en su obra. Esta historieta se coló un poco en este libro POW!, en realidad se coló en el libro Rigor Mortis, porque es una historieta que yo siento que está más cómoda en este libro, en el cual reúne todo lo que yo fui haciendo durante estos veinte años que tenían que ver con la historieta social y política, básicamente derechos humanos, momentos de dictadura y desaparecidos. Yo digo que se coló en Rigor Mortis pero que ahora está más cómoda aquí, junto a otras historietas que tienen que ver con la dictadura militar que vivimos en este país.
Ojalá que se venda bien el libro porque está bueno, está interesante.
Este es el libro que yo siempre quise sacar, el libro que yo quería, reunir todo en una cajita y que quede y luego seguir para adelante. Porque hay muchos proyectos con esta editorial, ellos me pidieron un libro, y yo le dije primero lo que quiero editar es esto, lo viejo mío para que quede junto en un lugar y después vamos para adelante. Yo estoy publicando una historieta en la revista Maten al Mensajero, que se llama El bar de la mesa 3, que seguramente saldrá el libro más adelante.
Chelo Candia es un autor de historieta que ha sabido transcender los límites de la región Patagónica y ha sabido tratar la tématica social y política Argentina y Latinoamerica como pocos, en su estilo reúne la crudeza de Roberto Arlt, la dureza y la urgencia periodística de Rodolfo Walsh , la potencia narrativa e imaginativa de Germán Oesterheld junto a un dibujo que bebe tinta china a litros y reconoce la influencia de Alberto Breccia y Solano López. También logra sacar la belleza del dolor y la muerte a través de la poesía, pequeños descanso dentro de un libro de historietas duras y ásperas, pero necesarias. Un combo que sacude con fuerza y muestra sin tapujos la historia de injusticias sociales y políticas de los últimos veinte años en la Argentina.