La falta de recursos para escuelas desfavorecidas dificulta cohesión social
Barcelona, 12 nov (EFE).- El 16 % de los institutos y el 17 % de los colegios de primaria e infantil catalanes están considerados de máxima complejidad, casi todos son públicos y no reciben recursos suficientes ni cuentan con una política global de atención, lo que dificulta la cohesión social.
Así lo denuncia la Fundación educativa Jaume Bofill en un estudio presentado este martes en el que analiza qué política sería la adecuada para hacer de los centros socialmente desfavorecidos, llamados Centros de Máxima Complejidad (CMC), espacios de éxito y de oportunidades educativas auténticas.
El estudio ha sido elaborado por el catedrático de Sociología de la UAB Xavier Bonal y el sociólogo Marcel Pagès y revela que en el curso 2016-2017 los centros de mayor complejidad en Cataluña representaban el 16 % de los de secundaria y el 17 % de primaria.
La alta complejidad «se concentra de manera clara en la red pública, donde se encuentran el 85 % de los centros de secundaria de alta complejidad y el 91 % de este tipo de centros de infantil y primaria», según el estudio.
Los autores también concluyen que el nivel de complejidad condiciona de forma significativa los resultados académicos de los CMC, como evidencia que en matemáticas de ESO sean un 1,2 puntos más bajos respecto a los que obtiene el alumnado de los centros de baja complejidad.
«Es necesaria una política decidida y global, que aprenda de las experiencias internacionales y que cuente con recursos y liderazgo para hacer de los centros vulnerables espacios de éxito y auténticas oportunidades educativas», según la Fundación Bofill.
Entre las experiencias a tener en cuenta para mejorar los resultados de los CMC, el informe cita aspectos positivos y negativos de políticas aplicadas en Estados Unidos, Portugal, Francia y el Reino Unido.
En Cataluña, se constata que el modelo de políticas de atención en centros desfavorecidos ha evolucionado desde un modelo de atención a las necesidades básicas, que a veces ha sido asistencialista, a un modelo más garantista del derecho a la educación, según el estudio.
Sobre este punto, los autores añaden que la regulación de la política compensatoria de las desigualdades «es pobre y focalizada casi exclusivamente en la consecución de recursos humanos y materiales».
Una de las carencias que denuncia el estudio es la ausencia de más medidas de acompañamiento tanto a la gestión cotidiana como a la tarea pedagógica, que ponen en evidencia tanto las direcciones como el profesorado de los CMC.
Entre algunas de las medidas que proponen los expertos están financiar los centros educativos según su nivel de complejidad, crear zonas de atención educativa preferente en territorios desfavorecidos y evitar al estigmatización.
Introducir sistemas de acceso del profesorado y de la dirección de centros en entornos de elevada complejidad social que «incentiven proyectos de intervención a largo plazo y adaptados al contexto», y el acompañamiento por parte de la administración a estos profesionales son otras de las propuestas.
Asimismo, propone otras medidas como sistematizar la evaluación del impacto de las políticas compensatorias en terrenos como el curricular, pedagógico, organizativo o financiero.
La Fundación ha advertido de que si no se actúa para combatir las causas y las consecuencias asociadas a los centros de alta complejidad, se compromete la función de equidad e igualación de oportunidades propia de la educación, tanto en el seno de estas escuelas como a nivel del conjunto del sistema.
La existencia de CMC se relaciona con el fenómeno de la segregación escolar y Cataluña es, después de Madrid, la comunidad con un nivel más elevado de segregación económica entre escuelas, recuerdan los autores del informe. EFE.
Fuente de la Información: https://www.lavanguardia.com/vida/20191112/471548765907/la-falta-de-recursos-para-escuelas-desfavorecidas-dificulta-cohesion-social.html