Por Isabel Benítez
Medir la calidad de vida
¿Cómo medir la calidad de vida? Investigaciones psicológicas determinan items basados en la experiencia personal.
Si alguien te formulara en este momento la pregunta de ¿cómo diría usted que es su calidad de vida?, ¿Qué responderías? Y lo más importante ¿Qué información utilizarías para responder?
Si nos paramos a pensar en las personas que nos rodean, fácilmente identificaremos distintas posibilidades. Algunos se centrarán en la salud o el trabajo, otros en la familia y amigos, y otros simplemente en sentimientos y emociones. Justo ese ha sido el reto de la investigación en calidad de vida en los últimos años: conocer qué piensan las personas cuando evalúan su calidad de vida.
A pesar de la relevancia del constructo “calidad de vida” y los esfuerzos de los investigadores para definir el término desde distintas disciplinas, aún no se conocen los elementos determinantes en la calidad de vida.
Esta limitación se extrapola al contexto de la medición. ¿Cómo podemos medir algo si no sabemos lo que es? Y dando un paso más ¿cómo podemos comparar la calidad de vida de distintas personas si, tal vez, estas personas están pensando en aspectos distintos?
La solución a estos enigmas se ha abordado desde distintas perspectivas. Desde las ciencias sociales, en especial desde la psicología, se da especial importancia al entorno de las personas, y de esta manera se define como la “experiencia que las personas tienen de sus propias formas y condiciones de vida” (Casas, 2004, p. 309).
Esta definición ha guiado estudios cualitativos y mixtos centrados en capturar cuáles son esas experiencias y qué aspectos determinan cómo las personas las engloban en una única respuesta.
Los resultados han mostrado diferencias grupales y culturales en los procesos de respuesta que se han relacionado con cinco elementos básicos: el contenido de los ítems (aspectos evaluados como salud, trabajo, vida social, etc), el contexto (como por ejemplo la crisis en España), la interpretación lingüística y social, tanto del ítem como de las escalas de respuesta (influencia de los términos y de las convenciones sociales), y las estrategias de respuesta (influencia de variables como la deseabilidad social o el auto-concepto).
El siguiente paso consiste en reflejar estos aspectos en ítems y cuestionarios que permitan obtener datos válidos y comparables. Aún queda mucho por hacer, pero parece que resulta más fácil responder ¿En una escala de 1 a 10, cómo de importante es tu familia para tu calidad de vida?
Bibliografía
Casas, F. (2004). De afrontar problemas sociales a promover la calidad de vida. Revista de Historia de la Psicología, 25(4), 305-322.
Fuente. http://www.loyolaandnews.es/loyolaandpsico/calidad-de-vida/