Condenados al odio: la criminalización del magisterio mexicano

Por: Roberto Alonso Ramos Erosa

 

“La tarea de los maestros, esos soldados oscuros de la civilización, es dar al pueblo los medios intelectuales para rebelarse.”

– Louise Michel.

La disidencia magisterial lleva ya tres años luchando contra una reforma que, más allá de ser educativa, esboza tinturas neoliberales. Una reforma que, intelectuales como Paco Ignacio Taibo II llaman «burocontroladora» y «represiva»; una reforma anticonstitucional y que, según la profesora normalista Martha de Jesús López Aguilar, fue diseñada por organismos financieros transnacionales como: FMI, BM, BID y la OCDE. En ningún momento se consultó a los profesores, alumnos o padres de familia.

Pero los maestros se enfrentan a un problema aún más grave, un problema que pone en riesgo su rebeldía, su lucha, su causa. Ese problema es fabricado y construido por la hegemonía mediática: su criminalización.

Es menester decir, que este escrito no pretende glorificar luchas donde la violencia sea el arma principal, sin embargo, como ya lo hemos dicho antes, cuando hablamos de sistemas mediáticos, ninguna verdad es absoluta y sólo los actores de esa lucha saben la verdad de sus causas. Empero, es entendible – más no aceptable – el uso de la violencia por parte de éstos pues, cuando el Estado mexicano limita el dialogo y los reprime a base porrazos y balas de goma, la salida no parece otra que defenderse de la misma manera.

Pero esas «acciones no propias» de las que hablamos, son dubitables pues la lucha magisterial ha gozado de la atención de los mass media y esta atención no ha sido para bien. Y hay que enfatizar en la acción de los medios masivos de comunicación, ya que éstos son los que deciden si una realidad es o no dudosa; en pocas palabras y como ya se sabe, ellos construyen la realidad alrededor de un hecho. Y no sería la primera vez que se dedican a construir una realidad violenta para deslegitimar alguna lucha, en México es común hacer uso de los medios masivos de comunicación como herramienta de desinformación.

El hecho que aquí se intenta tratar, no es tanto la misma reforma, que ya dejamos en claro no es educativa, sino la imagen que se está creando de los maestros. Una imagen criminal y subversiva y delictiva pero que es construida.

Este tipo de construcción se rige por los principios de la comunicación: un emisor, un mensaje y un receptor. En este caso en el emisor construye el mensaje a su conveniencia, para que el receptor lo acepte sin mayor problema. Pero como ya se ha escrito antes, los mass media cuentan con una herramienta invaluable: la imagen, pero ahora ya no es solo eso, sino también tiene el video. El video es un sistema que permite la grabación de imágenes y sonido en una cinta. Puede ser un peligro o un beneficio mayor, todo depende si el contexto de éste, se puede apreciar bien, es decir, depende la duración y las partes que en el actúan. También aquí existe la manipulación.

En el caso de los maestros, la hegemonía mediática se ha mostrado a favor de los poderes facticos y se han dedicado a deslegitimar la causa. La llamada televisión abierta muestra fragmentos en los que «maestros» golpean o provocan actos vandálicos.

Pero hay otro factor que aquí entra en juego: los llamados porros. Los porros son grupos de choque infiltrados por el gobierno para deslegitimar cualquier tipo de manifestación. Ellos son los verdaderos delincuentes. Generalmente estos grupos siempre llevan a cabo actos vandálicos y violentos; estas acciones por algún extraño motivo, son las únicas que las cámaras de los mass media logran captar y son estas grabaciones las que se reproducen a nivel nacional y llegan a millones de televidentes, lo que genera, en este caso, la indignación y el odio del público. Los capitalinos de la ahora Ciudad de México también se muestran enfurecidos, ya que, ante la negativa de dialogo por parte del gobierno, los maestros han optado por medios de manifestación menos convencionales (los maestros son, pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores por la Educación, un sindicato que se encuentra presente en todo el país y que desde hace ya varios días establecieron un plantón en calles céntricas de la CDMX)

Ya de por si hay cierto disgusto por las medidas tomadas por el gobierno capitalino para reducir los índices de contaminación que se presentan en la ciudad, como el hecho de duplicar el «hoy no circula», lo que dificulta el transporte (últimamente la Ciudad de México ha mostrado índices alarmantes en su nivel de contaminación) y que los maestros vengan a interrumpir o bloquear calles de gran vialidad, enardece y opone más a la gente; el gobierno está poniendo a los ciudadanos en contra de los maestros.  Están creando una guerra artificial contra ellos. Inoculan el odio hacia los maestros y éstos se vuelven doblemente víctimas.

Pero esta guerra, aunque creada por el estado, no es difundida directamente por él, como ya dijimos la comunicación requiere de tres entes, en este caso el Estado juega como un cuarto ente o sujeto, él contrata un emisor y le comunica la idea de lo que quiere vender; los medios hacen lo suyo. El aparato mediático (periódico, radio, televisión e internet) es una maquiladora, exportadora y vendedora, de tal forma que construye la idea en contenido, la exporta y es vendida.

El caso de los maestros es sencillo, pongamos el siguiente ejemplo: sujeto uno, los maestros disidentes. Sujeto dos: el Estado. El Estado contrata a los medios de comunicación para vender una mala imagen de los maestros y de su lucha, al mismo tiempo infiltra grupos de choque. Esta idea de «maestros revoltosos» la ofrece a medios masivos de comunicación, éstos la pulen y la perfeccionan a través de técnicas de edición, producción, etcétera, el resultado: videos o imágenes de maestros que se muestran revoltosos y violentos, destruyendo negocios, quemando cosas en vía pública u obstruyendo vialidades. Merecen ser aplacados según la inconformidad del público. En resumen, el aparato mediático construye unos criminales, los exporta a través de sus redes y el público los compra por el disgusto que causan. Así el Estado legitima la represión y desplaza su poder punitivo hacia los maestros.

Existe una herramienta que podría fungir como contra peso a todo es constructo violento: las redes sociales. Pero la experiencia con éstas no ha sido del todo gratificante. Lejos de ayudar nos hemos percatado que pueden ser más contraproducentes; en las redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram, cada quien puede ser arquitecto y construir la realidad que se le antoje, así en lugar de informar hechos más o menos verídicos, la sociedad se topa con un umbral aún mayor de desconocimiento. Pongamos un ejemplo real: hace unos meses se viralizó una foto donde se aprecia más de una docena de jóvenes tirados pecho abajo y desnudos, éstos se encuentran rodeados de policías, el encabezado de la foto decía: «los 43 estudiantes de Ayotzinapa antes de ser ejecutados ¡compartir!». Yo mismo consulte con amigo y colega experto en temas policiacos, me dijo que la foto se asemejaba más a un centro de reclusión juvenil, ya que es común que, en motines o percances, los custodios realicen esas técnicas de sometimiento, días después él mismo encontró la foto en un diario local y efectivamente, era de un centro de internamiento juvenil. Esto nos permite ver que cada persona puede tomar una foto de Google, por ejemplo y poner un encabezado cualquiera, creando más confusión. Los usuarios de las redes digitales, que poco o nada investigan la procedencia de lo que ven, se dedican a compartir la foto sin prudencia alguna y así es como tenemos un hecho irreal y totalmente distorsionado.

El resultado que tenemos es una población desinformada, que no conoce los puntos más importantes de la reforma, que se nutre solamente de la información reproducida por los sistemas mediáticos y difunde información en redes sociales sin asegurarse si el contenido es o no verdadero. Producto de esto, tenemos maestros que están luchando por la educación pública y son etiquetados de delincuentes violentos, legitimando el odio de la población; recientemente fueron detenidos los principales líderes del CNTE, esta medida solo embraveció más a los docentes y advirtieron que esa acción fue una declaración de guerra. El Estado desplazará su aparato canalizador de venganza: policías, granaderos, militares, etcétera y la represión no se hará esperar. Se avecinan tiempos difíciles para los docentes, no los abandonemos.

La lucha de los maestros no se debe deslegitimar, la reforma contiene puntos graves, que atentan contra la educación pública y los derechos laborales de los maestros, tal es el punto de la inversión privada para la manutención de éstas; Friedman aprovecho la oportunidad del huracán Katrina para privatizar la educación; en este momento no hay ningún desastre que pueda ser aprovechado para la privatización (como se acostumbra en la doctrina de choque norteamericana) pero en México no se necesita ningún desastre, pues la indiferencia del populum, ante situaciones como la educación o los recursos naturales, es suficiente para privatizar todo lo que al Estado le venga en gana. La reflexión sobre los acontecimientos sociales no interesa, porque el individuo está muy preocupado por el mismo. Lipovetsky presagio este individualismo exacerbado.

Este nuevo orden se inclina hacia la individualización del sujeto y bien lo dijo Chomsky, acabar con la seguridad social es una de las formas de separarnos; ahora vemos por nosotros mismos, no importa el otro. La educación es parte de la seguridad social y como tal no podemos permitir que este derecho nos sea arrebatado.  Yo pago mis impuestos y así aseguro la educación de un niño, eso me hace solidario. Zizek, filósofo esloveno, comenta al respecto, que, ante un capitalismo bélico, que busca aislar, que favorece el apartheid la única salida que tenemos es la solidaridad. La humanidad es una cualidad que la globalización se ha encargado de destruir, la humanidad nos hace humanos y ser humanos implica responsabilidad y compromiso con las causas nobles, con la lucha del otro.

¿Qué podemos hacer? Leer la reforma pseudo educativa es un buen comienzo para informarse, saber discernir el contenido verdadero y del contenido construido es el siguiente paso, en resumen: duda de todo los que ves en la televisión o redes sociales, de todo lo que escuchas o lees, la tarea de los medios de comunicación es pensar por ti, en los casos más viles, engañarte y seducirte con realidades morbosas, no dejes que lo hagan. Investiga.

No dejemos que el Estado nos acabe y nos separe. Esto nos carcome lentamente, luchemos por las causas comunes, pues, como dijo Rodolfo Walsh “Solo el pueblo salvará al pueblo”.

 

En memoria de todos los maestros, que han sido el templo, la academia y la herramienta de nuestra libertad.

Publicación original: http://cj-worldnews.com/spain/index.php/es/criminologia-30/criminalidad-y-medios-de-comunicacion/item/2950-condenados-al-odio-la-criminalizacion-del-magisterio-mexicano

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Roberto Alonso Ramos Erosa

(México D.F 1992) 22 años. Estudiante de Criminología y Criminalística en el Colegio libre de Estudios Universitarios (CLEU-Veracruz). Miembro de la Sociedad Mexicana de Criminología capítulo Nuevo León. Autor de más de diez artículos publicados en revistas nacionales como: Archivos de Criminología, Criminalística y Seguridad Privada y Visión Criminológica; e internacionales como: Revista Temas (Argentina). Ganador de la Medalla Internacional al Mérito Criminológico “Raúl Zaffaroni” con su trabajo: ‘El aparato mediático mexicano desde una perspectiva criminológica: retos y conflictos’. Coordinador de la Enciclopedia de Criminología y Criminalística (WikiCrim). Ha realizado numerosas campañas de prevención del delito focalizadas a estudiantes de nivel básico y medio superior.