03 de agosto de 2016 / Por: Manuel Guzmán Hennessey / Fuente: http://www.eltiempo.com/
La carta de navegación con que ahora cuenta la humanidad para detener la crisis del clima es el Acuerdo de París. Y como este se limita a pedirles a los gobiernos “hacer esfuerzos” para que la temperatura no suba de 2 ºC, lo que todos esperan es que la ciencia confirme si esta petición resultará suficiente para detener la catástrofe. La ciencia ha dicho que no tenemos mucho tiempo. Actuar antes del 2030 puede no ser suficiente, y posponer la actuación para después del 2050 está claro que sería demasiado tarde. Ambos horizontes incluyen el tiempo de nuestros hijos y nietos. Son demasiados cercanos como para no enterarnos de los riesgos, pero el acuerdo omite la urgencia y opta por el giro “lo antes posible”.
Nadie quiere ir al fondo, los modelos mentales que dominan nuestros estilos de vida. En Colombia estamos ad portas de un racionamiento de energía eléctrica debido a factores relacionados con el Niño y la desestabilización del clima global, pero nadie dice que estos son los escenarios que enfrentaremos en adelante. Sí o sí. Cuando la crisis acelere y se acentúen los efectos del cambio climático.
Nadie plantea la posibilidad de controlar el crecimiento o modificar los patrones de consumo. Por el contrario, nos empecinamos en propalar la equivocada idea de que el crecimiento es el resorte único del progreso. La ciencia hace, esa sí, sus mejores esfuerzos, para mostrarnos realidades comprobadas, pero nosotros preferimos avanzar en medio de la noche hacia el abismo, pasajeros de un tren suicida con un conductor con los ojos vendados. Navegar entre eufemismos nos resulta más cómodo. La realidad podrá ser inaudita, pero es sagrada: haya o no riesgos climáticos comprobados por la ciencia los gobiernos del mundo le seguirán apostando al crecimiento per se.
El Acuerdo reconoce que los compromisos de países “no serán suficientes”. No importa. Aplaudiremos los “esfuerzos” de la diplomacia internacional como si fueran suficientes. Un reciente estudio reveló que en el mejor escenario de cumplimiento de París (léase reducción de las emisiones propuestas “lo antes posible”) el nivel del mar aumentará de 20 a 60 centímetros en el 2100 (PNAS, 2015). No importa. Actuaremos como si nuestras costas, Cartagena, Buenaventura, Tumaco, estuvieran protegidas por una barrera mágica e indestructible. Y si falla nos convertiremos en seres anfibios.
Fuente artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/anfibios-manuel-guzman-henenssey-columna-el-tiempo/16527237