Por Marcel Doubront Guerrero
En estos días recibí una invitación para dictar un foro sobre economía política a una de nuestras instituciones los cuales tomaron la determinación de hacer una escuela de formación de cuadros, producto de los momentos históricos de definición que hoy vive la patria de Bolívar y de Chávez, quien me conoce sabe que no soy economista más bien lo más cercano al referente oficio es una frase del Che “no soy economista, Soy Comunista” ahora bien aunque no negué mi participación sino que más bien le pedí a un gran camarada economista ( Prof. Armando Alvares) que me acompañara a la actividad en aras de garantizar la calidad y el respeto que amerita el evento y sus asistente, soy de los que cree que la causa de la actual coyuntura no es económica sino política.
Si nos remitimos al término de economía podemos deducir que esta refiere a “ciencia cuyo objeto son las relaciones productivas, comerciales, de distribución y de consumo de bienes y servicios, para establecer si los recursos están equitativamente distribuidos en función de las necesidades, buscando una correcta administración.” En el presente concepto hay dos cosas que me llaman mucho la atención y me generan suspicacias a la hora de entender si el problema es económico o político: Primero cuando se refiere a “las relaciones productivas, comerciales, de distribución y de consumo de bienes y servicios” es importante recordar que durante 17 años del proceso de democracia participativa y protagónica encontramos dos polos netamente antagónicos, por un lado un gobierno el cual llego producto del gran rechazo del pueblo a los partidos tradicionales y su política de exclusión social en contra de los que menos tienen, el cual nunca fue reconocida su victoria ni la voz del pueblo por los sectores económicos nacionales y extranjeros con influencia en nuestro país, por otro lado ese sector representado por los grupos económicos que se negó en aceptar al gobierno de Revolucionario, los cuales producto del no reconocimiento o sus resistencia a la pérdida del poder político, agudizaron la existencia de esas “relaciones productivas, comerciales, de distribución y de consumo de bienes y servicios” recordado acontecimientos como: la oposición al proceso constituyente y posteriormente a la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Golpe de Estado de 2002, el Paro Petrolero de 2003, la Guaribas de 2004, las acciones terroristas denominadas la “ARRECHERA” de 2013 y “La SALIDA” de 2014, y los ataque desestabilizadores actuales como la Guerra Económica o la Economía en guerra que evidencia la inexistencia de esas relaciones que identifican el concepto de Economía
Segundo en el mencionado concepto también se postula que la economía se encarga de “establecer si los recursos están equitativamente distribuidos en función de las necesidades, buscando una correcta administración.” Lo que sin duda alguna obliga en comparar indicadores como el de la desnutrición cuando de acuerdo a cifras como la del Instituto Nacional de Estadística reflejan como en 1998 antes de la llegada de la Revolución superaba el 5,3 % a la presente fecha de acuerdo al reconocimiento con la FAO el indicador es menor al 2%, de igual manera se puede hablar de los casi 500% de aumento de la matrícula de estudiantes universitarios, las más de un millón de viviendas construidas, tres millones de pensionados, en fin una distribución de los recursos de manera equitativa en función de las necesidades del pueblo y conocidas en la IV república como UTOPIA ya que el concepto de la distribución equitativa de la riqueza para los gobiernos de Acción Democrática era hacer a los ricos más ricos y a los pobres más pobres.
En relación a la Economía política esta según los expertos en la materia la definen como “el estudio de los comportamientos humanos, examinados dentro de un contexto jurídico característico” en pocas palabras esta centra prioritariamente su interés en el ser humano y no en el capital, aunque como lo manifesté inicialmente no soy un experto en el asunto, como un gran ejemplo puede tomarse la PDVSA de 1998 y la PDVSA de hoy, ante la llegada del Presidente Chávez nuestra principal empresa enfocaba su interés en la producción y comercialización de los hidrocarburos sin mayor relevancia a su carácter estratégico, recordemos que en la etapa cuarto republicana el barril de petróleo estaba en 7 dólares muy por debajo al costo de producción, así como su referente social más significativo fue la donación en 1998 al hoy Diputado Julio Borges de 60.060 millones de Bolívares que para la fecha equivalían a 600.6 salarios mínimos, en lo que respecta a la PDVSA de hoy si bien hay mucho por hacer evidencia que como principal protector de las misiones sociales este tipo de economía si centra su primordial interés en la gente y no en el capital de los sectores pudientes.
Esta reflexión no estaría completa si no se hace mención al actual desafío económico y la dependencia petrolera o como mucho las denominan hoy economía rentista, no hay que ser muy experto para saber que cuando el barril de petróleo está en 100 dólares somos el país de la felicidad, todo es perfecto, está de moda decir que se es de izquierda, pero cuando baja sobre todo de la manera tan precipitada, no hay quien falte y diga: “esto no es lo que era antes, si Chávez estuviera vivo”, y los que se definían como ultra izquierda ahora se llaman críticos o moderados, primero que nada no es casual la baja de los precios petroleros y como hoy no son las mismas condiciones que las del año 2000 para lograr un consenso para definir un precio justo del barril de petróleo en la OPEP, recordemos que dos principales socios de esta organización como Iraq y Libia fueron invadidos por el país mayor consumidor de petróleo del mundo como lo es Estados Unidos, así mismo es importante hacer referencia que no son únicamente contra la OPEP ya que los EEUU importan el 60% del petróleo que consumen lo cual obliga en enfundar ataque contra otras naciones petroleras como la operación media luna en Oriente medio y Centro Asia que busca rodear a países ex soviéticos como Kazajstán, Tayikistán y Kirguistán los cuales cuentan con grandes reservas de recursos naturales como gas y petróleo, algo muy similar a lo que ocurre en américa del sur con la desestabilización política en países como Venezuela, Ecuador, Argentina, Brasil, los cuales están permitiendo el retorno de los grupos económicos al poder político (Venezuela = Asamblea Nacional, Argentina = Macri, Brasil = Golpe Parlamentario) algo que es muy necesario entender el porqué del mayor afán de los ataque contra América del Sur, es porque si bien ya sabemos que Estados Unidos es el mayor consumidor de petróleo y que importa el 60% del petróleo que consume también es importante destacar que la distancia de traslado de hidrocarburos desde nuestro continente a sus refinerías es de 5 días mientras que del medio oriente es de 45 días.
¿Porque dependencia petrolera o economía rentista?
Si bien está más que claro que la actual coyuntura no enseño que no podemos depender de un solo tipo de ingreso y que la única manera de vencer estos desafíos es produciendo lo que consumimos, también es muy cierto que nuestro país tiene más de 100 años de explotación petrolera y el cual motivo el abandono del campo de la mano de obra calificada seducido por los sueldos petroleros, en ese sentido Juan Pablo Pérez Alfonso dedujo en su libro Hundiéndonos en el Excremento del Diablo lo siguiente:
Pérez 1976
La consecuencia inevitable del galopante crecimiento está estimulada por el mito de que el dinero del petróleo va a resolver los problemas básicos inherentes. Semejante degradación obliga el abandono del campo en busca de la tabla de salvación en las ciudades alucinadoras. Pero la estructura de la población por sí sola es determinante de degradación.
Infiriendo con lo expuesto por el sí experto petrolero, explica que no era tarea fácil tomar medida radicales para la creación rápida de alternativas productivas, primero por la dependencia económica y cultural de la economía petrolera, segundo, de acuerdo a la gran deuda social que heredo el gobierno revolucionario se tenía que recuperar inicialmente la empresa petrolera, lo cual genero el golpe de estado de abril 2002, el sabotaje económico 2003 y una seguidilla de desestabilizaciones que sin duda alguna impedían cambian en menos de 15 años las viejas costumbres de 90 años.
Hoy las condiciones están dadas para la creación del país potencia con alternativas no petroleras, sin embargo todo esto pasa por el convencimiento que es imprescindible un cambio de modelo, ejemplo los planes no pueden ser improvisados cuando se hable de agricultura urbana no debe tomarse como algo de forma sino de fondo dicha acción debe estar acompañada de la visión política (que sembrar, como sembrar, para que sembrar) nuestras universidades deben formar para la producción no asalariados, es necesario cambiar la educación para la competencia por la educación con competencias, nuestros medios de comunicación deben incentivar la identidad nacional como principal escudo ante la doctrina imperial que se infiltra a través de la guerra de IV Generación, recordemos al comandante Chávez cuando en sus líneas decía “Y estamos en una guerra de todo orden, amigo mío: política, ideológica, económica, militar… Y es una guerra que apenas comienza y cuyo desarrollo nos exigirá en adelante muchos sacrificios. Y mucha unidad.”
Como pudieron observar no se mucho o casi nada de economía solo sé que este proceso Revolucionario hay que defenderlo porque en un gobierno burgués no seria factible un metro cable que hoy borra la desmoralizadora rutina de la madre soltera que tenia que subir una bombona de gas por largas escalinatas para llegar a su hogar, que la hija del obrero hoy pueda ser medica, que nuestros abuelos hoy pueden cobrar su pensión sin ser perseguidos por la policía de los gobiernos adecos, porque nunca seremos visibles como hoy.
Imagen tomada de: http://www.ididactic.com//edblog/wp-content/uploads/2015/05/economia-politica.jpg