¿Qué es ser intersexual?

Por Diana Bujarrabal

Más allá de las orientaciones sexuales y de las identidades de género diferentes, la intersexualidad hace referencia a diferencias biológicas que son más frecuentes de lo que nos creemos. Su relevancia es tal que la ‘I’ de intersexual ha sido añadida a las tradicionales siglas LGTB, de forma que hoy hablamos de movimiento LGTBI. Pero, ¿sabes qué es la intersexualidad?

La intersexualidad es todavía una gran desconocida. Todo el mundo conoce hoy día personas gays, lesbianas. También transexuales. Quien más, quien menos conoce alguno, al menos por la tele. Y probablemente también todo el mundo conocemos algún intersexual. Pero la enorme diferencia es que no lo sabemos.

Cada vez más la ‘I’ acompaña a las siglas ‘LGTB’, precisamente con el ánimo de hacer visible esta realidad.

Técnicamente la intersexualidad hace referencia a las personas que nacen con rasgos biológicos tanto masculinos como femeninos. Más allá de la identidad de género que cada uno sienta como suya, de si se siente hombre o mujer, o incluso un tercer género, la intersexualidad tiene una base física en la que rasgos de uno y otro sexo aparecen mezclados. Nos explica Lola Martín, sexóloga y especialista en intersexualidad, que en la diferenciación sexual se distingue entre sexo cromosómico, las gónadas y los genitales: en los intersexuales no hay correspondencia entre estos rasgos, de forma que una persona cromosómicamente hombre puede tener el aspecto de una mujer, educarse como tal, sentirse incluso la más femenina de entre sus amigas.

Pero hay muchos otros casos, cada uno con manifestaciones diferentes, algunos perfectamente normalizados y sin especiales problemas de aceptación social; otros obligados a hormonarse de por vida; otros más con dramáticos traumas identitarios e incluso intervenciones quirúrgicas irreversibles al nacer que les provocan graves problemas.
«Hay muchísima variedad«, explica. «Por ejemplo, puede ser una mujer con cromosomas XX y ovarios, pero genitales ambiguos«, cuenta. Por ejemplo, un clítoris gigante que parece un pene.

Antiguamente para describir a estas personas se utilizaba el término ‘hermafroditas’. Sin embargo, el hermafroditismo es solo una de las múltiples formas de ser intersexual y «de hecho, una de las menos frecuentes«. Según precisa Martín, el hermafrodita es quien presenta dualidad en las gónadas, «tanto parte ovárica como testicular».

Tratamos de ordenar y resolver dudas con respecto a la intersexualidad.

SEXO Y GENITALES

Popularmente se tiende a asimilar el sexo con los genitales. Y, sin embargo, como apuntábamos antes la diferenciación sexual va mucho más allá y no es ni mucho menos solo binaria, tal y como demuestra la intersexualidad.

Dependiendo del síndrome que dé origen a la intersexualidad, la variabilidad en los genitales es también grande. Pueden ser ambiguos o bien tener un aspecto absolutamente convencional, aunque la persona presente otros rasgos que, sobre todo al larga, cuando llega el momento del desarrollo en la pubertad, no se corresponden con su sexo asignado.

Lola Martín nos explica algunos de los síndromes que suelen darse.

Hiperplasia suprarrenal congénita:

En las personas con hiperplasia la glándula suprarrenal produce ciertas sustancias de forma descontroalda . El cuerpo produce más andrógenos, más testosterona de lo normal, de manera que una mujer, con cromosomas XX y ovarios puede desarollar genitales ambiguos, como un clítoris más grande de los normal, similar a un pene, o incluso con los labios mayores sellados.

Síndrome de Morris:

Las personas con este síndrome son genéticamente hombres porque presentan el cariotipo XY; sin embargo, su cuerpo no asimila testosterona, de manera que nunca llegan a desarrollarse como hombres. «Fenotípicamente es una hembra. Crece como una niña. Es muy femenina. No tiene vello, tiene la piel muy suave, desarrollan mamas…«. Se dice que muchas modelos tienen este síndrome, porque si hay una diferencia exterior es que normalmente presentan una altura mayor de lo habitual. Eso sí, no tienen ovarios. «Casi todas se dan cuenta en la pubertad, cuando no les baja la regla«.

Tampoco pueden tener hijos porque, además de no ovular, aunque presentan vagina, suele ser una vagina ciega, es decir, no hay un útero detrás.

Síndrome de 5-alfa reductasa:

En este caso se trata de personas que cromosómicamente son niños, pero que al nacer presentan una ambigüedad genital. Cuando nacen se les asigna por error el sexo de ‘niña’ y son criadas como tales, pero cuando llegan a la pubertad comienzan a desarrollar vello, músuclo, mayor gravedad en la voz y otras características masculinas. «Lo que se ha interpretado como un clítoris es en realidad un micropene«. Son personas intersexuales y también trans porque su identidad de género no coincide con la asignada al nacer. «En estos casos normalmente se sienten niños».

MÁS FRECUENTE DE LO QUE PENSAMOS

Faltan estudios que certifiquen la extensión de la intersexualidad a nivel internacional. No obstante, los realizados hasta ahora apuntan a que es más frecuente de lo que creemos. Habitualmente se cita como uno de los trabajos más serios en este sentido el de la bióloga molecular Anne Fausto-Sterling, profesora de la Universidad de Brown, quien cifra en más del 1% las personas que presentan alguna variación respecto a lo considerado como totalmente masculino y totalmente femenino.

Con estas cifras no es de extrañar que los expertos en el tema reclamen mayor formación. Según Martín, éstas es una realidad muy desconocida incluso en el ámbito médico y sanitario.

El desconocimiento y la ignorancia pueden llevar además a prácticas absolutamente deleznables. Martín narra el caso de una mujer con hiperplasia a la que, con tres años, le cortaron el clítoris para feminizarla. Se le recomendó el médico a su madre. Y ahora no puede sentir placer.

«Por intentar que el intersexual sea macho o hembra, lo que hacen es castrarlo«, explica Martín.

Una de las luchas del movimiento intersex a nivel internacional es precisamente erradicar este tipo de intervenciones (mutilaciones, en realidad), que además de impedir a las personas gozar de relaciones sexuales completas pueden tener otro tipo de consecuencias desastrosas en su desarrollo. «Se recomienda que no haya intervenciones hasta que la persona no se mayor y pueda decidir«.

En la Comunidad de Madrid incluso está prohibido y perseguido por la ley tras la aprobación de la ‘Ley de identidad y expresión de género e igualdad social y no discriminación» el pasado mes de marzo.

LAS COSAS POR SU NOMBRE

Para quienes no están en contacto con el llamado movimiento LGTBI a veces la terminología que se utiliza puede resultar complicada y se confunden unos planos con otros. Nada tiene que ver por ejemplo la intersexualidad con la identidad de género o con la orientación sexual.

Este es un intento de esquema explicativo.

Sexo biológico: El que determinan los cromosomas, las gónadas y los genitales. Desde el punto de vista biológico las personas pueden ser machos, hembras e intersexuales.

Identidad de género: Es un concepto más social y cultura. Se pueden sentir mujeres, hombres ‘queer’ (sin género).

En la contradicción entre el sexo biológico y la identidad de género se mueven las personas ‘transexuales’, quienes habiendo nacido machos no se sienten como tales y por tanto se transforman en mujeres (o al contrario, por supuesto).

Expresión de género: Tiene que ver con el estilo que se adoptan, la forma de vestir y presentarse ante los demás. Las personas pueden ser masculinas, femeninas o andróginas.

Orientación sexual: La atracción y el goce con otros. En este caso de habla de homosexuales,heterosexuales y bisexuales.

Fuente: http://www.que.es/ultimas-noticias/sociedad/201606291052-intersexual.html

Imagen: ww.que.es/archivos/201606/cromosomastexto_nor-XxXx80.jpg

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Diana Garcia Bujarrabal

Estudiante en la universidad de Computense de Madrid