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Florida limita la enseñanza sobre género y orientación sexual en todos los grados

La Junta Estatal de Educación votó el miércoles a favor de prohibir a los maestros de secundaria y preparatoria de la Florida enseñar “intencionadamente” a los alumnos temas de orientación sexual e identidad de género, a menos que las lecciones formen parte de un curso de salud reproductiva o sean “expresamente exigidas” por las normas académicas del estado. Los maestros que hagan lo contrario podrían ser suspendidos les podrían revocar la licencia.

El comisionado de Educación Manny Díaz, responsable del Departamento de Educación de la Florida, dijo que la norma tiene por fin “aportar claridad” a los maestros sobre lo que pueden y no pueden enseñar sobre esos temas. La nueva norma va más allá de las leyes estatales de Derechos de los Padres en la Educación —apodadas por los críticos “no digas gay”— que prohíben la enseñanza sobre orientación sexual e identidad de género desde el jardín infantil hasta el tercer grado y en grados superiores en los casos en los que las lecciones no se consideren “apropiadas para la edad”.

También iría más allá de lo que los líderes legislativos republicanos han propuesto durante la el período de sesiones legislativas de 2023, que ampliaría las restricciones en el aula sobre esos temas hasta el octavo grado. La ley de Derechos de los Padres en la Educación, que el gobernador Ron DeSantis firmó el año pasado, ya llevó a algunos maestros a cuestionar si ciertas conversaciones son apropiadas como lecciones en el aula, ya que los temas LGBTQ+ están bajo intenso escrutinio de algunos legisladores republicanos, padres y grupos conservadores.

Poco después que la ley entró en vigor, la Junta la invocó para tomar medidas enérgicas contra las políticas escolares que afectan a las cuestiones LGBTQ+, incluyendo el uso de los baños y las protecciones para estudiantes que confían información personal a los empleados de la escuela sobre su orientación sexual e identidad de género. En otros casos, los distritos escolares han revocado otras políticas debido a la ley. Las escuelas del Condado Pasco, por ejemplo, citaron la ley cuando prohibieron las calcomanías de “espacio seguro” que muestran el apoyo a los estudiantes LGBTQ+.

La ley también fue el impulso para una disputa en curso entre DeSantis y Disney, que emitió una declaración el año pasado en oposición a las restricciones. Aunque la ley ha tenido un impacto en algunas políticas LGBTQ+ en algunos distritos, los partidarios de las restricciones dijeron que la ley está dirigida a la enseñanza en el aula, no a las conversaciones en torno a esos temas cuando surgen de forma natural.

A los críticos, sin embargo, les preocupa que la norma confunda aún más a los maestros y que su amplio lenguaje deje mucho a la interpretación.

Joe Saunders, director político senior de Equality Florida, preguntó durante el comentario público si se permitiría a los alumnos de 11no grado aprender sobre la histórica decisión de la Corte Suprema sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo en los cursos de gobierno y educación cívica.

Díaz dijo que a los maestros se les permitiría cubrir ese fallo de la Corte Suprema, pero dijo que habría una diferencia entre “hablar de casos de la Corte Suprema y tomar eso y luego entrar en algo más que es subjetivo y tratar de ampliarlo”.

El Departamento de Educación de la Florida está revisando las normas académicas y los libros de texto de Educación Cívica del estado, que tendrían que ser seguidos por los maestros para cumplir los requisitos de instrucción sobre orientación sexual e identidad de género.

Varias mujeres del grupo conservador Moms for Liberty hablaron en apoyo del proyecto de ley, diciendo que fomentará que las discusiones sobre esos temas se produzcan en casa, no en la escuela. Como resultado, dijeron, la norma fortalecerá las relaciones entre los estudiantes y sus padres.

Cuando la norma se propuso inicialmente hace un mes, la oficina de DeSantis mostró su apoyo a las medidas enérgicas. “No hay ninguna razón para que la instrucción sobre orientación sexual o identidad de género forme parte de la educación básica pública.

Punto”, dijo el secretario de prensa de DeSantis Bryan Griffin.

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MeToo en las universidades españolas

Por; Núria Marrón, Núria Navarro, Gemma Tramullas |

Más de 25 profesoras e investigadoras de las universidades públicas españolas rompen por primera vez su silencio para denunciar el acoso y la violencia machista que han sufrido en una institución que presume de buscar la excelencia pero aún conserva parte del ADN «feudal»

«Si sigues miedosa, prometo darte un buen azote». «El sexo es una forma excelsa de comunicación». «Mi vida es un orgasmo, ¡chica!». «Besos mojados». «Besitos ahí». Cada uno de estos mensajes, y un buen puñado más, fueron enviados con absoluta impunidad por un reputado catedrático de la Universitat de Barcelona a 12 alumnas y dos alumnos. Todos ellos constan en unas diligencias que la fiscalía archivó en 2013 porque la denuncia por acoso sexual, tras abrasarse convenientemente en los despachos de la universidad, ya había prescrito cuando llegó a sus manos. El caso, por tanto, no tuvo recorrido judicial, pero sí ha contribuido a descorrer la tapa de una fosa séptica oscura y largamente silenciada: el acoso sexual y machista que sufren profesoras e investigadoras universitarias y que provoca tanto sufrimiento como asfixia y expulsión de talento.

Una de las denunciantes fue la socióloga Ana Vidu, cuyo caso aún es extraordinario en la medida en que rompió el muro universitario. Sin embargo, el desenlace es demasiado conocido por demasiadas mujeres. Vidu pasó a ser «la conflictiva», la apestada, la loca, adjetivos que aún hoy repercuten en su vida profesional. «Es peor cuando denuncias que cuando sufres el acoso», dice hoy, desde la Universidad de Berkeley. De hecho, con su carrera reventada en Barcelona, probó en la Universidad de Deusto, donde la decana de Derecho, tras una larga entrevista, admitió que estaba «impresionada» por la «cantidad de calumnias sobre ella que le habían llegado». ¿Y el catedrático? Pues fue apartado de la docencia, pero no de la institución.

El 90% de las docentes e investigadoras no denuncian los casos de acoso

Vidu hoy forma parte de este primer gran MeToo de la universidad española. Como ella, las más de 25 académicas que aparecen en este reportaje ponen rostros e historias a lo que vienen diciendo las pocas investigaciones realizadas sobre este asunto: que la misma vida académica que habla de excelencia y pensamiento crítico también está asentada en una trama de violencias machistas que se alimentan en la jerarquía de la institución, en su gran competitividad y en la llamada violencia aisladora o de segundo orden: la que sufren las personas que apoyan a las afectadas.

No es tanto que la universidad esté cuajada de acosadores, como que tradicionalmente su ecosistema ha brindado impunidad a los que hay. ‘Omertá’, la ley del silencio, sigue siendo una de las palabras más escuchadas en este gran mosaico del acoso universitario.

Prácticamente todas las universidades cuentan con denuncias internas. Que sus nombres no aparezcan en este reportaje no significa que hayan erradicado este tipo de violencias. La confusión, sin embargo, se abre paso al intentar cartografiar el fenómeno.

Primero, porque la línea entre acoso laboral ‘a secas’ y de género a veces es fina –aunque hay datos clarificadores: de diciembre de 2019 a a marzo 2021, 31 mujeres por 11 hombres interpusieron quejas ante la Oficina de Acoso de la Universidad de Granada-. Y luego está el hecho de que la ausencia de una normativa única en cuanto a criterios de recopilación de los datos impide discernir en muchos centros cuántas denuncias o quejas proceden del profesorado, del alumnado o del personal de administración y servicios (PAS). Por supuesto, el grueso pertenece al colectivo de estudiantes, el más numeroso. Pero es en el sector del personal docente e investigador donde las personas se juegan más y el miedo a represalias es más inmovilizador.

«El 90% de las docentes e investigadoras no denuncian los casos de acoso», mantiene Patricia Melgar, miembro del Community of Research on Excellence for All (CREA), espacio de investigación que ha trabajado este asunto. Su subdirectora, la catedrática Rosa Valls, ya apuntó en un estudio pionero de 2008 que hasta un 65% de universitarios habían padecido o conocían alguna situación de violencia de género en los ámbitos de alumnado, docencia / investigación o el PAS.

CREACIÓN DE LAS UNIDADES DE IGUALDAD

En su día, este informe logró que a) la ley considerase las universidades como espacios de violencia de género y b) contribuyó a la creación de lasunidades de igualdad. «Las universidades nunca habían tenido ganas de abrir este tema, pero se les obligó desde más arriba», afirma. A partir de ahí, los datos del estudio no se han actualizado, a pesar de que lo han solicitado hasta tres veces a la Agencia Estatal de Investigación.

Los abusos van desde tocamientos a mayordomeo, negación de recursos, ‘apaños’ en los tribunales, difamación, luz de gas y agresiones físicas

Mientras las cifras siguen en el limbo, los relatos de las académicas entrevistadas, algunas de ellas con procesos judiciales abiertos contra la propia universidad, componen en cambio una silenciada sintonía común. Unas, como Ana Viduhan sufrido acoso sexual (las investigaciones apuntan a que alrededor de 1% de catedráticos son acosadores que reiteran). Y otras, como la doctora en Historia Carme Ruestes, afirman haber vivido, en su caso en la UAB, como «siervas en régimen de vasallaje»: «El catedrático no me quiso apoyar en el concurso de profesora titular, pero me propuso que me quedara investigando para él; durante muchos años trabajé mucho y bajo presión».

En este recuento de trapos sucios -en el que los atropellos van desde tocamientos hasta negación de recursos e información, mayordomeo, maniobras de expulsión, ‘apaños’ en los tribunales, campañas de difamación, robo de material, luz de gas y hasta amenazas y agresiones físicas-, también hay profesoras que denuncian hostigamientos vinculados al origen («determinadas conductas no se habrían producido si yo no fuera mujer y latinoamericana –explica una profesora de la Universidad de Granada-, la combinación de ser mujer e inmigrante es explosiva, soy la intrusa en esta institución feudal») y a la orientación sexual.

Una profesora de la UB que denunció a su catedrático por acoso y luz de gas afirma que -tras haber aceptado una mediación- no solo no se ha reparado el daño infligido sino que se ha reforzado una «especie de permiso colectivo» para menospreciarla que, según ella, no es ajeno a su orientación sexual. «A pesar de que la sociedad se crea muy avanzada, cuando no tienes una orientación sexual heteronormativa se te margina, te conviertes en la nota discordante», afirma.

Uno de los principales factores paralizantes a la hora de denunciar e incluso de apoyar a víctimas es precisamente esa alianza que sellan el miedo y la jerarquía. «Sobre todo no pongas mi nombre», «esto no lo escribas por favor», «tengo mucho miedo de las represalias», «asegúrate que no se me identifique», son comentarios que jalonan las conversaciones con algunas afectadas (la mayoría de las que aparecen en este reportaje ya no trabajan en los centros donde sufrieron el acoso).

No hay un perfil claro del acosador, más allá de que poseen «poder, protección y conexiones», y que se mueven «por redes de favores y contrafavores»

En cuanto a los acosadores, no hay un perfil claro, más allá de que poseen «poder, protección y conexiones en, por ejemplo, tribunales de plazas», afirma la socióloga Ana Vidu. «Se mueven muy bien por las tinieblas, por las redes de favores y contrafavores», añade la bióloga Eva Bussalleu. Embarazada y con depresión tras haber sufrido negación de recursos e información -extremos reconocidos por la propia Universitat de Girona-, perdió ante el compañero al que internamente acusó de hostigamiento la plaza que debía estabilizar en un concurso, y que deberá repetirse porque la justicia sentenció que el tribunal no era paritario.

Las referencias medievales que salpican este reportaje no son metafóricas. Las universidades fueron una creación del siglo XII. Eran instituciones estrictamente masculinas, donde el nivel de misoginia era incluso superior al del clero. En el siglo XXI, la dependencia de la protección de un catedrático para avanzar en la carrera equivale al vasallaje respecto al señor feudal de la Edad Media.

Desde la puesta en marcha de los protocolos en las universidades, el acoso se ha atenuado

UNIVERSIDAD: ADN FEUDAL

Este ADN feudal determina las relaciones entre las personas y favorece la desigualdad de género, raza y clase, hasta el punto de que Rosa Valls afirma que «en general, es más humana una empresa que la misma universidad». Según un informe de las Academias Nacionales de EEUU de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NAS) publicado en 2018, más del 50% de profesoras han sufrido acoso por razón de género. El libro ‘Acoso. #MeToo en la ciencia española’, de Ángela Bernardo, recoge datos y estudios a nivel estatal e internacional que chocan con la imagen idealizada de la academia. Según recoge Bernardo, la revista ‘Personnel Psychology’ afirmaba en 2003 que, en EEUU, el Ejército y la academia, por su naturaleza extremadamente jerárquica, son los sectores donde habría más acoso machista.

A pesar de que en los últimos años se han introducido mecanismos meritocráticos, los profesores titulares y sobre todo los catedráticos aún son clave en cuanto ocurre en sus feudos, desde la composición de los tribunales que dirimen las plazas hasta la asignación de recursos, la adjudicación de las asignaturas y los horarios, o las publicaciones que se realizan. Según un informe de 2019 de la Xarxa Vives (que agrupa 22 universidades de territorios de habla catalana), de cada 10 catedráticos solo dos son mujeres. Hasta hace poco, este abismo se atribuía más a circunstancias como la maternidad que a la naturaleza misógina de la institución académica.

«Es un marco muy jerarquizado y competitivo y parece que tengas que hacer un mar de favores para mantener tu plaza. ¿Quién va a denunciar a su director de tesis? Estamos en una fábrica de conocimiento y no deberíamos rendir pleitesía a un catedrático, pero se hace y mucho. Es derecho feudal», afirma la directora de la Unitat d’Igualtat de la Universitat Pompeu Fabra, Rosa Cerarols.

«Es un marco muy jerarquizado y parece que tengas que hacer muchos favores para mantener tu plaza ¿Quién va a denunciar a su director de tesis?», dicen en la Unitat d’Igualtat de la UPF

Precisamente las unidades de Igualdad, puestas en marcha en los últimos años, tienen un balance ambivalente. Por un lado, afirma la catedrática Rosa Valls, han supuesto «un impacto político superimportante» y un cortafuegos con el que empezar a trabajar. De hecho, se considera que desde la puesta en marcha de los protocolos, el acoso se ha atenuado. Sobre todo el sexual: antes de 2004, lo habían sufrido el 22% de asociadas, interinas, becarias, por el 4% actual. Aun así, advierte la catedrática, comisiones y unidades de Igualdad también corren el riesgo de convertirse en «floreros».

¿Sus principales hándicaps? Están dirigidas por el equipo rectoral, por lo que si la institución opta por autoprotegerse se vuelven contra las afectadas; los procesos de mediación que impulsan revictimizan a las denunciantes; los protocolos a menudo son disuasorios, y algunas malas experiencias ahuyentan a víctimas que sopesan dar el paso. «Cuando fui a la unidad, me dijeron que era muy valiente y que en adelante ya no estaría sola, pero me arrepiento totalmente de haber puesto la denuncia y confiado en sus palabras», asegura una profesora de la UB que, tras denunciar a su catedrático en 2019 por acoso y calumnias sostenidas a lo largo de 10 años (dentro y fuera de la universidad) no solo pasó por una traumática e inútil mediación, sino que el proceso acentuó su aislamiento en un área en la que es la única mujer.

«Mis compañeros me giraban la cara, me marginaban, no se me tenía en cuenta para nada -prosigue-. Yo creo que muchos tienen privilegios que temen perder. La universidad es una institución medieval y no quieren dejar de ser caballeros de la mesa redonda. Cualquier persona que creen que los desafía se convierte en alguien a quien se le puede ridiculizar, cuestionar su valía y matar en vida, y es lo que a mí me están haciendo desde el primer día. En el mejor de los casos, han mirado hacia otro lado y me han dejado sola, como a una paria».

El cerco que relata esta profesora no es ninguna excepción. De hecho, en el modus operandi del acoso universitario es significativo el cordón sanitario alrededor de la víctima, en el que el claustro ‘compra’ la versión del acosador, por supervivencia, desidia o interés.Explica Vidu que profesores que habían elogiado su talento empezaron a cuestionarla en público. A J.R., la dirección de la escuela universitaria en la que trabajaba no quiso oír su vivencia y al final abrió una investigación interna a puerta cerrada llevada a cabo por una empresa externa que hacía informes en el marco de la prevención de riesgos laborales. En ninguno de los casos hubo voluntad de esclarecimiento ni acompañamiento alguno.

«Recibí amenazas de muerte e intentaron echarme de la universidad», explica Ramón Flecha, catedrático de la UB que apoyó a una alumna acosada

«Uno de los primeros casos que saltó a la prensa fue el de M.A.F., profesora interina de la facultad de Económicas de la UB, que tras los informes de Fiscalía y magistratura, perdió el juicio contra el catedrático M.A., a quien denunció en 2004 por presiones para que accediera a favores sexuales, porque los miembros de su departamento testificaron a favor del catedrático», explica Ramón Flecha, el primer catedrático español que se puso del lado de las víctimas, ‘honor’ que lo convirtió en «traidor» y le reportó una sustancial bajada de ingresos.

En 1995, Flecha presentó la primera denuncia en la UB, proponiendo al equipo rector que actuara contra las continuas situaciones de acoso sexual y adoptara procedimientos como el de Harvard, «donde si un profesor sabe de un acoso y no lo denuncia, es expulsado». Las represalias fueron «bestiales», describe. «Recibí amenazas de muerte a las tres de la mañana, intentaron echarme de la universidad, como a otras colegas que investigaron el asunto, y cuando vieron que no podían con nosotros, fueron a por nuestros hijos en las escuelas», explica. ¿Quién? «Hubo una implicación total de la estructura universitaria», no duda el investigador, ejemplo de víctima deviolencia de segundo orden-solo el 0,4% de los docentes apoyan a las víctimas y de este 0,4%, el 80% ha sufrido violencia de género aisladora-, clave sin la que no se podría entender el acoso en el entorno universitario y que, de forma pionera, fue incluida en el ordenamiento jurídico catalán en diciembre de 2020.

«Las víctimas solo se pueden transformar en ‘supervivientes’ si encuentran apoyo, y este apoyo solo se da, salvo heroicas excepciones, con legislaciones y actuaciones institucionales decididas. Sin ellas, se impone la ley del silencio, aliada de los acosadores», explica. En este sentido, Valls afirma que un concepto clave es el llamado ‘bystander intervention’ o intervención de los testigos. «En el momento en que la sociedad interviene, cuando ves algo en el metro y consideras que debes interceder, es cuando los programas funcionan porque ya no se produce la violencia aisladora».

Las víctimas solo se pueden transformar en ‘supervivientes’ si encuentran apoyo. De lo contrario gana la ley del silencio

Mientras, las secuelas psicológicas del acoso son feroces. Algunas de las mujeres entrevistadas presentan cuadros de estrés postraumático que les afecta en su día a día y que les obliga a pagarse de su bolsillo psicólogos especializados en conflictos en entornos laborales para intentar mitigar los efectos del acoso. Sus relatos hablan de problemas de concentración, temblores, insomnio, mareos, ataques de ansiedad, depresión y hasta intentos de suicidio. «Caí en una depresión muy fuerte y una vez incluso intenté tirarme por una ventana –explica una investigadora–. Ahora me parece una barbaridad, pero estaba muy ofuscada y solo quería acabar con aquel sufrimiento que se me comía».

De hecho, muchas veces, el conflicto estalla tras sufrir hostigamiento durante mucho tiempo. Al principio, muchas afectadas no entienden qué está pasando. Y luego no ven salida aparente a la telaraña . «Yo tardé 10 años en denunciar. Aguantas hasta que ya no puedes más. Nadie toma una decisión así cuando hace siete meses que te hacen la vida imposible», afirma una docente. «Yo solo di el paso de denunciar cuando vi que ya no podía perder nada más», explica Eva Bussalleu, que ha sido contratada otra vez y se presentará a un nuevo concurso después de que la justicia anulara el anterior.

La gran prueba de cargo que componen todas estas mujeres está ahí. ¿Qué hacer con ella? Los procesos judiciales solo sirven para los casos más graves, son costosos y requieren de unas pruebas que las víctimas no siempre han podido recopilar. Así que el cambio, coinciden las afectadas y los estudios, debe ser sobre todo institucional y cultural. En este sentido, desde la Unitat d’Igualtat de la UB proclaman «tolerancia cero». «Iremos a por todas –afirman- y si hay casos del pasado que se deben reabrir, lo haremos». Las afectadas, por su parte, recelan del cambio real, exigen una intervención política si las universidades no atajan el problema y reclaman justicia restaurativa para restablecer su honor.

Algunas sufren estrés postraumático y deben pagar de su bolsillo la atención psicológica

«El acoso aún es sistémico y la falta de respuesta también, yo solo espero que se tomen medidas eficaces y que toda esta injusticia y sufrimiento sirvan de algo, que las nuevas generaciones no tengan que pasar por lo mismo –afirma Eva Bussalleu–. Defenderme me ha costado demasiado tiempo, salud y dinero, cuando debería haber dedicado toda la energía a la investigación y la docencia».

Visibilizar la magnitud del problema, medirlo y entenderlo es un primer paso, legislar es imprescindible y se necesitan más campañas de información y sensibilización. Pero también capital para minimizar el acoso por razón de género en la Academia es que la sociedad deje de tolerarlo. El MeToo y las redes de apoyo mutuo son claves en la construcción de una cultura de respaldo a las víctimas.

Incluso ha nacido un nuevo género literario, derivado de la necesidad de dar a conocer situaciones de acoso sin exponerse a denuncias. La sección ‘Omertá’ de ‘Diario Feminista’ lleva más de 90 capítulos publicados: «Siempre nos la jugamos -explica una de la autoras, Mar Joanpere-. Hemos recibido demandas por el derecho al honor por denunciar el acoso, aunque nunca aparecen los nombres, excepto aquellos que la justicia ha identificado como tales». Escribir para que se entienda todo pero sin identificar a los protagonistas ha dado como resultado textos muy similares que emergen como patrones del acoso.

«El acoso es sistémico y la falta de respuesta, también», lamenta la investigadora Eva Bussalleu, con un juicio pendiente

Mar Joanpere fue víctima de acoso sexual cuando estudiaba el máster en la UB y forma parte de la Red Solidaria de Víctimas de Violencia de Género en la Universidad. Hoy es profesora de Sociología en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona: «Muchas personas acosadas como alumnos han dejado la UB. Fuimos víctimas, supervivientes y ahora activistas. Pero tenemos que seguir en la academia porque solo la cambiaremos desde dentro».

Fuente: https://www.epe.es/es/igualdad/20220123/metoo-igualdad-universidad-13139161

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Para enero currículo de perspectiva de género en escuelas de Puerto Rico

La Mesa de Trabajo por una Perspectiva de Género entregó una carta al Gobernador

El mismo día que el secretario interino del Departamento de Educación, Eliezer Ramos, la fecha para cuando espera el currículo con perspectiva de género en las escuelas del país,  la Mesa de Trabajo por una Perspectiva de Género creada por organizaciones feministas, académicas, sindicales, defensoras de derechos humanos y profesionales anunciaron este miércoles, la entrega de una carta al gobernador en apoyo a un currículo para la equidad con perspectiva de género para la educación pública en Puerto Rico endosada por sobre 100 organizaciones y 80 personas expertas y representantes de distintos sectores en Puerto Rico, Estados Unidos, Centro y Sur América.

“Un grupo de personas y organizaciones que llevamos años abogando sobre la importancia de que nuestro currículo escolar promueva la equidad de género y el respeto a los derechos humanos creamos la Mesa de Trabajo por una Perspectiva de Género preocupadas por la campaña de desinformación que se ha iniciado sobre este tema”, expresó Sara Benítez, socióloga y portavoz del Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico en comunicación escrita.

«Nuestra meta es que para el mes de enero, tengamos en las escuelas, el currículo con perspectiva de género. Presentaremos al País antes los materiales para discusión. Nos hemos reunido con grupos en contra para aclararles los temas», comentó el funcionario en entrevista con WIAC 740.

“La primera actividad de la Mesa fue visibilizar el apoyo que tiene esta propuesta de revisión al currículo entre organizaciones sindicales, profesionales, comunitarias y de derechos humanos en Puerto Rico, Estados Unidos e internacionalmente. Hicimos una convocatoria de carta abierta al gobernador en apoyo a este currículo para el endoso de organizaciones y personas expertas en el tema. En menos de una semana, logramos el endoso de sobre 100 organizaciones, incluidas todas las entidades magisteriales y sindicales que representan o agrupan al magisterio, así como a todo el personal y otros sectores que laboran en el Departamento de Educación.”, expresó Natalia Santos, Profesora en temas de género de la Universidad de Puerto Rico.

La carta también cuenta con el endoso de sobre 80 personas expertas en violencia de género, educación, psicología, trabajo social y derecho.  Además, es respaldada por docentes de las principales universidades del País, así como por distintas organizaciones no gubernamentales que trabajan con sobrevivientes de violencia de género, con políticas públicas sobre perspectiva de género y con investigaciones sobre el tema en Estados Unidos, Centro y Sur América. De igual forma, la carta cuenta con el apoyo de sectores religiosos y de partidos políticos.

En consonancia con políticas de la comunidad internacional basadas en los derechos humanos y en la equidad de género, la carta indica que  “Fue un paso en la dirección correcta la aprobación de la Orden Ejecutiva 2021-13 declarando un Estado de Emergencia ante el aumento de casos de violencia de género en Puerto Rico, y que, para su prevención, se iniciara un proceso para desarrollar un currículo para la equidad con perspectiva de género que ayude a combatir por una las causas que contribuyen a la desigualdad, el discrimen y la violencia”, expresó la doctora Loida Martínez Ramos, profesora de la Facultad de Educación de la UPR- RP

Añadió la doctora Martínez Ramos que “La perspectiva de género es una estrategia de prevención de la violencia y el discrimen porque nos permite identificar las desigualdades entre las personas por razón de su sexo y género para evitarlas. Dada la diversidad que existe entre las mujeres y los hombres desde la perspectiva de género también se han podido identificar otras formas de discriminar que sufren las personas: por razón de raza/etnia, por clase social; por identidad de género, por orientación sexual; por diversidad funcional”.

“La Mesa de Trabajo Perspectiva de Género, las organizaciones y personas expertas en el tema estamos exigiendo al Gobernador que cumpla con su compromiso de implantar la perspectiva de género en la educación.  Además. Le exhortamos a llevar una campaña educativa a la ciudadanía sobre los beneficios de esta iniciativa para la niñez y la juventud de manera que se puedan clarificar las preocupaciones que puedan tener las familias a raíz de las estrategias de desinformación y motivaciones ideológicas y políticas de los grupos fundamentalistas en el País”, expresó Inoa Monegro.

Fuente: https://www.metro.pr/pr/noticias/2021/09/22/para-enero-curriculo-de-perspectiva-de-genero-en-escuelas-de-puerto-rico.html

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La muerte hermenéutica

Por: Leonardo Díaz

Una persona puede disponer de los recursos hermenéuticos proporcionados por su época, pero su interpretación quedar silenciada o marginada ante las interpretaciones sustentadas por colectivos más poderosos desde el punto de vista político.

En la definición clásica de la filósofa Miranda Fricker (Injusticia epistémica, Herder, 2007), la incapacidad para interpretar los significados de las propias experiencias sociales se debe a un déficit en los recursos hermenéuticos de una época (injusticia hermenéutica).

No obstante, desde la publicación de la obra de Fricker, un intenso debate se ha ido desarrollando mostrando otras modalidades de la injusticia hermenéutica.

Por ejemplo, una persona puede disponer de los recursos hermenéuticos proporcionados por su época, pero su interpretación quedar silenciada o marginada ante las interpretaciones sustentadas por colectivos más poderosos desde el punto de vista político.

Uno de los principales filósofos en desarrollar la línea de investigación de Fricker, José Medina, afirma que hay formas de injusticia hermenéutica que pueden desembocar en una “muerte hermenéutica”, esto es, “en fenómenos que restringen radicalmente las capacidades hermenéuticas y la agencia” (“Varieties of hermeneutical injustice”, en The Routledge Handbook of Epistemic Injustice,2017).

Medina coloca como ejemplo, la reducción radical de la propia voz, de la condición de participante en las actividades de construcción e intercambio de significado.  Se trata de una experiencia conocida por los grupos tradicionalmente subyugados por razones de etnia o de orientación sexual.

Se trata de una situación estructural y, por tanto, impersonal. ¿Significa entonces, que no hay agentes responsables de perpetrar la injusticia hermenéutica? Este es el problema central de mi próximo artículo.

Fuente de la información: https://acento.com.do/opinion/la-muerte-hermeneutica-8976660.html

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Florida aprueba una ley que prohíbe la participación de niñas y mujeres transgénero en deportes femeninos escolares

Florida se convirtió en el último estado en EE.UU. en prohibir a las niñas y mujeres transgénero participar en deportes femeninos en escuelas públicas y universidades.

El gobernador republicano del estado, Ron DeSantis, promulgó la polémica ley el martes.

La legislación dice que las mujeres y niñas deben jugar en los equipos que corresponden al sexo biológico registrado en sus certificados de nacimiento.

Activistas LGBT calificaron la medida como «discriminatoria», y un grupo dijo que entablaría una demanda.

«Nos vamos a guiar por la base biológica, no la base ideológica cuando practiquemos deportes».

La medida se da en el marco de una reacción de estados republicanos contra las políticas favorables a la comunidad LGBT apoyadas por el gobierno demócrata del presidente Joe Biden.

Joven transgénero participa en un ejercicio de espíritu de grupo en Connecticut

La medida va a contracorriente de las políticas del gobierno de Joe Biden, que fomenta medidas de apoyo a la comunidad LGBT.

¿Qué dice la ley?

La nueva ley de Florida define el sexo de un atleta según cómo quedó registrado en los documentos oficiales al nacer.

La ley, conocida como el Acta de Justicia en los Deportes de Mujeres, establece que los equipos deportivos femeninos «no podrán estar abiertos a estudiantes del sexo masculino».

No está claro si ahora todas las atletas mujeres deberán mostrar sus certificados de nacimiento para participar en los equipos deportivos.

La ley no prohibiría a las atletas femeninas participar en equipos de niños u hombres.

Además, la ley también permite a cualquier estudiante entablar una demanda contra la institución educativa si siente que se está violando el acta y se le ha «privado» de «una oportunidad atlética».

Una niña en un equipo de béisbol masculino

Adeptos de la ley sostienen que las atletas femeninas transgénero tienen una ventaja injusta, al haber sido designadas como varones al nacer pero que luego hicieron la transición.

Sin embargo, los críticos señalan que es innecesario y discriminatorio vetar a las niñas y mujeres transgénero de los deportes.

La ley sólo aplicará a las escuelas secundarias, colegios y universidades cuando entre en efecto el 1 de julio.

¿Cuál ha sido la reacción?

El diputado estatal de Florida Carlos Smith, demócrata que se identifica como latino y gay, rechazó la legislación llamándola «espantosa».

«Esto alimenta la fobia a los transexuales y pone en riesgo a jóvenes vulnerables sin razón alguna», escribió en Twitter.

Fin del contenido de Twitter, 1

Otro legislador demócrata, el senador estatal Shevrin Jones, criticó lo que llamó la coincidencia «insultante» de la promulgación de la ley el 1 de junio, el primer día del Mes del Orgullo, una celebración anual de la comunidad LGBT.

No obstante, Kelli Stargel, senadora estatal republicana, negó que la ley fuera discriminatoria.

«Esta ley es apenas para asegurar que las mujeres puedan competir de forma segura, tener oportunidades y ser físicamente capaces de sobresalir en un deporte para el que se han entrenado, preparado y exigido», declaró Stargel.

La Campaña de Derechos Humanos (HRC, por sus siglas en inglés), un grupo defensor de los derechos LGBT, comunicó que entablaría una demanda contra la medida.

«El gobernador DeSantis y los legisladores de Florida están legislando en base a una premisa falsa y discriminatoria que pone en riesgo la seguridad y bienestar de menores transgénero», declaró el presidente del grupo, Alphonso David.

«Los niños transgénero son niños; las niñas transgénero son niñas. Como todos los menores, merecen tener la oportunidad de jugar deportes con sus amigos y ser parte de un equipo».

Una pareja lesbiana celebra el desfile del Orgullo Gay en Nueva York, 2013

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,
La promulgación de la ley coincidió con el inicio del Mes del Orgullo.

Alabama, Arkansas, Mississippi, Montana, Tennessee y Virginia Occidental aprobaron legislaciones similares.

La acción de Florida sucede en el marco de las medidas de mayor equidad que han estado tomando mayor impulso a nivel nacional.

En su primer día en el poder, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva con miras a impedir la discriminación basada en la orientación sexual o identidad de género.

Con la intención de lograr que la orden ejecutiva de Biden tuviera un carácter más permanente, la Cámara de Representantes de EE.UU. impulsó el Acta de Igualdad -considerado el proyecto de ley pro LGBT en la historia del país.

Este martes, Biden instó a los legisladores en el Congreso a aprobar el Acta de Igualdad al tiempo en que emitió una proclamación para marcar el inicio del Mes del Orgullo.

Pero sin el apoyo de los republicanos, el proyecto de ley no tiene probabilidades de ser aprobado en el Senado, la Cámara Alta del Congreso.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-57329579

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La violencia transfeminicida, la violencia más letal

Por: María Fernanda Ruiz

 

En 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Pero fue hasta 2018 que la OMS dejó de considerar a las personas transgénero como personas “enfermas”. Esto para evitar violencias como las terapias correctivas, a pesar de que las identidades trans sean reconocidas por la OMS, las violencias hacia estas comunidades siguen normalizadas.

En 2004 se eligió el 17 de mayo como el Día Internacional contra la homofobia, transfobia y bifobia para visibilizar las violencias a las que las comunidades LGBT+ se enfrentan día a día.  Desde entonces cada año se realizan actividades en distintas partes del mundo.

Pero para muchas personas el uso de la palabra fobia para hablar de las violencias es cuestionable. Una de estas voces críticas es la de la activista Violeta Alegre. En una entrevista realizada por Agencia Presentes en 2017 la activista explicó por qué le parece importante dejar de usar esta palabra:

“La fobia parece carecer de responsables. Cuando se habla de fobia, se habla principalmente de la falta de control racional en la tolerancia subjetiva de ese individuo. Ante la falta de tolerancia, el sujeto acciona. ¿Cómo acciona? Gritando, huyendo, odiando, aplastando, matando. La palabra “fobia” –que hace referencia a salud emocional o psicológica- se caracteriza por miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. Creo en la necesidad de politizar la palabra fobia, ya que solo hace referencia a un diagnóstico propuesto por las ciencias médicas, invisibilizando la violencia de un sistema que opera para crear este tipo de odios. Un odio social y cultural del cual el patriarcado es agente constructor, perpetrador y perpetuador. Cuando se habla de fobia se convierte al victimario en víctima”

La periodista trans Georgina González, de la Agencia Presentes, explica que se puede hablar de prejuicio en lugar de odio, aunque por ahora considera adecuado usar el término transodio:

“Esta cuestión del odio y la fobia es un tema que se habla y se cuestiona en los talleres de Presentes. Una buena práctica que apuntan es dejar de hablar de fobias, sumar transodio e incluso ampliarlo a violencia por prejuicio. Las fobias son una patología y violentar a alguien por su identidad de género, su orientación sexual o expresión de género, esa acción no es una enfermedad, por lo tanto no es una fobia. Y se tiene que dejar de hablar de eso. Al hablar de odio también hay ciertos matices que hay que tener en cuenta porque el odio alude más a un sentimiento personal, mientras que hablar de prejuicio alude a algo más social y cultural. En el caso específico entre transodio y transfobia, el término transodio funciona en la lengua del español pero en términos más clavados de conceptos el prejuicio entra en un contexto social y cultural: atacar a alguien por percibirle como parte de un grupo, en este caso te percibo trans, te percibo lesbiana, entonces te ataco y te discrimino” explica.

Según datos de Transgender Europe, México es el segundo país con más crímenes de odio hacia las personas de las comunidades LGBT+. Para hablar de estas violencias este 17 de mayo, Pie de Página reunió las voces de personas trans que nos explican qué es el transodio, cómo impacta en sus vidas y cómo se están organizando para erradicarlo.

«Mi identidad es invalidada o se toma de broma»

Xóchitl Rodríguez es comunicólogue, trabaja en la organización feminista Balance A.C. y forma parte del colectivx Hola, Amigue, de personas trans y no binaries.

¿Qué es el transodio? 

Son acciones directas, viscerales o violentas en contra de las personas trans. Hacer campaña en contra de los derechos desde argumentos falsos, un paso más allá de discriminar.

¿De qué manera te impacta?

Como persona trans binaria, normalmente mi identidad es invalidada o se toma como una broma. Pero la verdad es que son violencias muchísimo más suaves que, por ejemplo, las que viven las personas trans binarias. Como soy leída como mujer, no me llegan comentarios de odio. Así que sí hay un impacto, pero es mucho menor comparado a otres compañerxs trans.

¿Cómo se vive el transodio en México?

Somos un país con una alta tasa de transfeminicidios, las leyes de Identidad no existen en todo el país y, las que hay, no siempre aplican para las infancias y adolescencias trans. Hay partidos políticos que se aprovechan las cuotas de inclusión para fingir ser mujeres trans, acción que es contraria a ellas.

¿Cuáles consideras que son las raíces del transodio?

La primera es el binarismo biologicista, es decir pensar que sólo hay dos géneros, y solo hay dos sexos, entonces cuando naces solo te aplica uno u otro. Si naces con un sexo determinado y te asignan un género entonces las cosas que deberías hacer con tu vida, los estereotipos que deberías seguir, son la primera base de la transfobia.

También la teoría de conspiración del borrado de las mujeres, que te indica que los hombres cis se van a disfrazar de mujeres, porque así es como ven a las mujeres trans, como una onda performativa: “los hombres cis se van a disfrazar de mujeres y van a entrar a los baños a violar” o una impresión de que si existen las mujeres trans y tienen más derechos, entonces las mujeres cis, pensadas como mujeres “reales” por tener vulva, van a quedar en desventaja jurídica, lo cual es mentira.

Del lado de hombres hetero que se enamoran o ligan con mujeres trans, y se dan cuenta de que son mujeres trans, hay una onda súper violenta de que les dicen que los engañaron, que son mujeres falsas, normalmente puede pasar de palabras a golpearlas, violarlas correctivamente hasta matarlas. Y eso es otra base del transodio, que las personas trans te están mintiendo porque su identidad es un “disfraz”.

El transodio es una combinación de biologicismo binario, “borrado de mujeres” e identidades como “disfraz”.

¿Cómo erradicar el transodio?

Creo que a partir de dos niveles. Uno es seguir luchando por las leyes de Identidad para personas trans. El segundo es que dentro de los planes educativos se empiece a introducir la Educación Integral en Sexualidad, para poder hablar de diversidad y de las personas trans.

«No me siento seguro cuando no hay personas trans»

Hombre trans del desierto. Julián tiene 26 años, tiene una licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas y actualmente estudia la Maestría en Lenguas Modernas. Su principal tema de interés es la manera en que la comunidad trans utiliza el lenguaje para negociar su identidad, cuerpo y sentido de comunidad.

¿Qué es el transodio?

El conjunto de ideas, pensamientos, prejuicios negativos hacia la población trans, a que el género es una cuestión diferente al sexo, que la expresión de género puede dictar nuestra identidad y la idea de que la autopercepción de género es erróneo, equivocado o atenta contra los fundamentos morales de la sociedad. Creo que todo esto es la columna vertebral del transodio.

¿De qué manera impacta en tu vida?

He perdido amistades a causa del transodio. Que a partir de la ignorancia han virado al escepticismo de las identidades trans y después a la crítica total y absoluta. Eso pues me ha dolido bastante. Estoy constantemente vigilando las actitudes de las demás personas, su lenguaje, sino también hay microviolencias, pequeñas cosas que son como silbatos de perros que me hacen pensar: eso puede ser o viene de un discurso transfóbico aunque no esté diciendo algo transfóbico en ese instante. Sobre todo hay que decirlo, en muchos espacios no me siento seguro, incluso en espacios de izquierda, incluso en espacios progresistas, cuando no hay personas trans.

¿De qué manera se da el transodio en México?

Con la invisibilización, la violencia y, en muchos estados de la república, vivir sin garantía de los derechos. Los trámites legales son larguísimos, somos un grupo muy limitado y en las instituciones eso tiene un impacto. No voy a decir que la burocracia es transfóbica pero veo al menos en ciertos casos creo que sí podrían tener un poco más de consideración. Muchas personas viven fuera de la CDMX y tienen que llevar ese trámite y continuarlo en sus estados. En seis años no han hecho ningún protocolo en los Registros Civiles de los estados. En Sinaloa encima de pagar el viaje a CDMX tienen que pagar un notario, si registro civil ya lo autorizó, ¿por qué lo tiene que autorizar un notario en el estado? No tiene ningún sentido. Esa es una de las maneras en las que impacta, desde el derecho a la vida hasta la garantía de los derechos civiles que después se traslada al trabajo y a la garantía de salud.

¿Cuáles consideras que son las raíces del transodio?

En la primera capa que nos afecta de manera individual a cada persona creo que mucha es la ignorancia de las vivencias trans, ¿cuántas personas pueden decir que tienen un grupo de amistades o han hablado con personas trans?, y luego, aunque conozcas a personas en tu trabajo o escuela no implica que vas a entender sus vivencias, creo que empezar por ahí, por el hecho de decir que trabajo con una persona trans y que es una persona como cualquier otra, que no tiene planes malvados para destruir a la sociedad o es violenta o tiene sesgos contra mujeres u hombres. Falta, que estén las personas trans en los espacios laborales, académicos, para que dejemos de ser ese grupo que nada más existe en la malignidad social.

¿Cómo erradicarlo?

Creando espacios más abiertos para las personas trans. Conscientes de su presencia. Que los espacios laborales sean espacios donde uno pueda manifestar su identidad de género o una expresión de género no conforme. También dar a conocer cuáles son los discursos transfóbicos para volver los espacios más democráticos, abiertos y seguros para las personas trans.

¿Cómo le haces frente al transodio?

Cada quince días estoy llevando una sesión virtual abierta para personas trans en la que hablamos, discutimos sobre nuestras vivencias. Las sesiones son temáticas para facilitar el diálogo y que podamos compartir algo sobre nosotros y lo que pensamos.

«No sabía que existían personas como yo«

Dante Ureta. Psicólogue en formación. Redactor. Le interesa la educación sexual, la psicología social, el arte, la divulgación científica y cualquier mezcla entre esas 4 cosas.

¿Qué es el transodio?

Conductas o actitudes negativas que se expresan en contra de las personas trans por el simple hecho de ser trans. Nos hace una de las poblaciones más vulnerables. Se puede traducir desde lo más grave como homicidio o violación hasta cosas muy sutiles que pasan desapercibidas como no tener acceso a trabajo, a la identidad, a salud pública, no tener derechos humanos básicos.

¿De qué manera impacta en tu vida?

La permea toda, directa e indirectamente. La desinformación por ejemplo es una de ellas. Que exista bloquea que haya información sobre nosotres. Yo no sabía cómo transicionar al principio, ni siquiera sabía que era posible hacerlo, ni siquiera sabía cómo nombrarme, no sabía que existían personas como yo o la posibilidad de que yo existiera como estoy yo ahorita existiendo. No solamente son (carencias de) salud, que no podamos acceder a derecho de identidad por parte del Estado, no se traduce solo a asesinatos, violaciones, creo que una de las cosas que menos se hablan son de las sutilezas. Muchas veces se pierde el acceso a tener una pareja, una familia. Que sólo te busquen para tener sexo pero no para una relación porque no te pueden presentar con la familia por ser trans. Esas pequeñas cosas que nos hacen humanos. O tener un trabajo digno, porque entonces podrías ser la persona con el currículum más completo pero eres trans y no cubres con la presentación para trabajar en la empresa; o que nuestra familia no nos hable.

¿De qué manera se da el transodio en México?

Así como el género nos atraviesa a todes, los hombres trans viven una invisibilización y las mujeres trans viven una hipervisibilización que las hace muy vulnerables, hay más exigencias debido a la misoginia por cómo debe ser una mujer a cómo debe ser un hombre, esa misma misoginia a las mujeres cisgénero que está basado en esta idea de mujer blanca, se traduce también en violencias a las mujeres trans. México tiene un gran problema de violencia hacia las personas trans, sobretodo a las mujeres trans. Poco a poco hemos logrado lugares de encuentro pero sigue siendo un clima de odio y violencia generalizada para las personas trans.

¿Cuáles son las raíces del transodio?

A las personas es muy difícil aceptarnos y comprendernos como realidad porque somos la sumatoria de muchos problemas en uno. El colonialismo creó esta idea de hombres y mujeres y reafirmó los estereotipos de género. El Estado nación marca esta idea de familia e identidad nacional, el heteropatriarcado va de la mano de estas dos cosas, de la idea de familia, de que la heterosexualidad es obligatoria, de que no puede existir otro tipo de familia, de ser un tipo de mujer, un tipo de hombre y no te puedes salir de ahí. Esto, traducido en un cuerpo que es disruptor de estas cosas, genera rechazo porque una persona trans rompe con todo este tipo de cosas, que no funcionan, que nunca han funcionado, que siempre han estado impuestas en nosotros, casi nadie en el mundo entra dentro de estas ideas de lo que es un hombre o una mujer, realmente casi todos los cuerpos son impropios, en ese sentido, cada quien en el mundo tiene esas formas en las que no entra dentro del canon pero las personas trans son la sumatoria de varias de esas cosas.

¿Cómo le haces frente?

Creo que siempre lo hemos hecho en comunidad, en parte porque no ha quedado de otra. Históricamente las personas trans han estado en los márgenes de la sociedad, sobretodo las personas trans racializadas. Creo que actualmente eso sigue vigente dentro de la comunidad, sabemos que entre más juntes estemos, más fuertes somos.

Queramos o no creo que es importante el reconocimiento de las instituciones, de organizaciones mundiales y del Estado aunque no nos guste y  no sea el objetivo en realidad, creo que una ola de cambios en la sociedad han permitido que más personas tengamos la posibilidad de reconocernos y vivirnos como personas trans en libertad.

Otra de las formas que hemos hecho frente es crear espacios, físicos o virtuales, crear arte, paneles de discusión, compartir saberes, nuestras experiencias para reconocernos en el otre pero también para compartir y llegar a otros espacios. Compartir información desde el “yo también soy una persona como tú”.  Justo porque no nos nombraban tenemos que hacer el ejercicio de nombrarnos para que sepan que existimos y en ese sentido estamos resistiendo constantemente.

Y por último, creo que un posicionamiento político que me gusta de la comunidad trans es la ternura radical, saber que puedes disentir de otras ideas pero hacerlo desde la ternura. Y no me voy a atrever a juzgar a quienes lo hacen porque tienen sus motivos pero desde el posicionamiento de la ternura radical es ok, ¿qué hago con esta rabia para que no me consuma ni a mi ni a otros? ¿cómo la puedo colectivizar y organizar para no compartir más rabia en el mundo y responder desde la ternura?

«Lo que está entre nuestras piernas no nos define»

Jessica Marjane es una mujer Trans Hñahñu (Otomí) y Feminista. Fundadora de Juventudes Trans, abogada, asesora jurídica, defensora de derechos humanos.

¿Qué es el transodio?

Una forma de llamar a la discriminación que se tiene a las personas trans. Se manifiesta de distintas formas, acciones directas o indirectas que tienen como fin colocar a las personas trans en situaciones de inferioridad como negar su existencia, no respetar sus pronombres, hacer chistes sobre sus vidas, someter a debate su existencia, legitimar los pánicos morales que ponen a las personas como peligrosas o no aunténticas.

El transodio existe también porque así como existe una expectativa social de que las personas sean heterosexuales existe una expectativa social de que las personas sean cisgénero.

¿Cómo se vive el transodio en México?

En 2018 se presentó la encuesta ENDOSIG (Encuesta sobre discriminación por orientación sexual y de identidad de género) donde a través de una investifación realizada por la CNDH y Conapred las personas trans manifiestan vivir más violencia en escuelas, trabajos, sistemas de salud, incluso las mujeres trans manifiestan haber tenido más detenciones arbitrarias.

Por otra parte está la violencia transfeminicida, que es la violencia más letal, es una violencia que es el cúmulo de las cadenas de violencia que viven las personas trans en contextos de trabajo sexual, migración, desplazamiento forzado de sus comunidades, muchas de ellas salen huyendo de sus lugares natales al no tener aceptación por parte de sus familias y derivan en entornos mas hostiles.

La violencia a las personas trans en México es un factor que oficialmente no ha sido documentado sobre el modo de operar de los agresores, cuántos asesinatos han sido, cuáles son los mecanismos para investigar, hacer una debida diligencia, las actuaciones ministeriales, el sistema de justicia a nivel procuraduría o nivel del poder judicial siguen teniendo una deuda histórica con cada uno de los asesinatos hacia personas trans.

Poco de lo que se habla sobre la responsabilidad y corresponsabilidad que tienen todos estos crímenes motivados por odio es la complicidad social. La complicidad social se vive cuando una persona enfrenta un crimen de odio y la sociedad se mantiene indiferente, cuando a través del silencio hacen saber que su vida no importa.

Esta forma de colaborar con el odio es desde que permitimos un chiste hasta que las personas trans sean sometidas a debates sobre su existencia. Cuando negamos su autenticidad o ocupamos sus vidas para ser solamente objetos de estudio y no las imaginamos en otros espacios donde puedan realizar su proyecto de vida.

También hay alerta de las violencias que viven los hombres trans y personas no binarias son las mal llamadas violaciones correctivas”, todos estos esfuerzos que hacen para que una personse “cure” con terapias de conversión, el hecho de que piensen que es algo que s

¿Cómo erradicarlo?

Este 17 de mayo no basta decir yo no discrimino. Es hora de actuar. No queremos más minutos de silencio, queremos más horas de acción. No podemos esperar a que otra mujer sea asesinada, no podemos solamente pensar que todo se acaba en una estadística. Es necesario mirar qué vuelve a una persona una estadística. Para saber que los factores están entre nosotras, nosotros, nosotres. Voltear a mirar y saber intervenir y no colaborar con toda esta violencia. Actualmente es también sumar esfuerzos para que los otros 17 estados que no han tenido una legislación a favor del reconocimiento de la identidad de género, la tengan.

Entender que no somos personas que borran la existencia de ninguna mujer, que somos personas que simplemente pertenecemos a la diversidad humana que coexiste con todo el mundo y la población.

No solamente respetando los pronombres, cuando veas a una mujer trans hablarle como ella, cuando veas a un hombre trans hablarle como él, cuando veas a una persona no binaria como elle. También se trata de permitir que pueda existir un vínculo de amistad, cooperación y solidaridad. Somos personas que no merecemos ser aisladas ni vistas con ojos de odio.

Sabemos que todas las personas hemos sido educadas con las formas de disciplinar nuestros cuerpos. Exigencias sociales nos atraviesan a todas las personas, el punto, antes que aprender es desaprender todas las formas de disciplinamiento que han hecho hacia nuestros cuerpos y saber que estamos en sintonía de hacer un mundo más habitable para todas las personas.

Sumarse a proyectos de personas trans, no usurpando sus espacios pero colaborando con ellas, ellos, elles de la mano en un plano horizontal. Es desaprender todo eso para pensar que no tienen que vernos con morbo, lo que está entre nuestras piernas no nos define, así como a cualquier persona no le define su color de piel o sus características. Nos define lo que hacemos todos los días con lo que tenemos y cómo colaboramos.

Fuente e Imagen: piedepagina

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Investigación: Insuficientes estudios sobre desigualdades por color de la piel en Cuba

La investigadora María del Carmen Zabala publica sistematización de investigaciones realizadas entre 2008 y 2018.

A pesar del aumento de la visibilidad de las desigualdades por color de la piel en Cuba desde la década de los años 90 del siglo pasado, el país se acerca el final del Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes (2015-2024) de las Naciones Unidas sin un estudio nacional abarcador sobre este tema.

Según una investigación de la profesora María del Carmen Zabala, en el país aún son escasas las investigaciones cuyo principal objetivo sea “el análisis de problemáticas raciales”. Más bien, añade, las desigualdades se constatan al incluir la variable color de la piel en el estudio de otros fenómenos sociales.

Con el título “Los estudios de las desigualdades por color de la piel en Cuba: 2008-2018”, los resultados de la sistematización de Zabala aparecen en el primer número de este año de la revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina, de la sección cubana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Con los límites temporales de un decenio en el que se “inicia y desarrolla un proceso de transformaciones económicas y sociales en el país”, el estudio analiza los resultados de 38 trabajos, que incluyen tesis de diploma, maestría y doctorado, informes, artículos, libros y ensayos, así como tres sistematizaciones anteriores.

El esfuerzo se realiza a poco más de un año de la creación del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial que, con el objetivo de enfrentar prejuicios y actitudes discriminatorias, constituye, según Zabala “una expresión fehaciente del valor que otorga el gobierno cubano al desarrollo humano, la justicia y equidad”.

“Se observan dos tendencias importantes en el período analizado: el estudio de las desigualdades por color de la piel en ámbitos como educación, salud, pobreza y vulnerabilidad, así como el análisis crítico del racismo y la discriminación como procesos articulados a esas desigualdades”, afirma la Doctora en Ciencias Sociales.

Se mantienen brechas de equidad asociadas al color de la piel en diferentes ámbitos de la vida.

Hallazgos de un decenio

Al comparar los resultados con una sistematización anterior, publicada en 2010 por un equipo del Centro de Investigaciones Sociológicas y Psicológicas (Cips), el estudio encontró que se mantienen brechas de equidad asociadas al color de la piel en diferentes ámbitos de la vida.

Las personas negras y mestizas siguen estando menos representadas entre quienes acceden a la educación superior, a puestos de dirección, a las ocupaciones de mayores ingresos, a las asociaciones mixtas y firmas extranjeras y al emergente sector privado de la economía. En tanto, están sobre-representadas en viviendas improvisadas y en habitaciones en cuarterías, así como entre la población en situación de pobreza.

“También persisten o se incrementan prejuicios y discriminación racial, en cuya reproducción influyen de manera recursiva las diferencias en ingresos y condiciones de vida”, asegura Zabala.

Al mismo tiempo, la nueva sistematización revela elementos no constatados en la anterior sobre desigualdades en el ámbito de la salud y que se expresa en mayores índices de mortalidad entre la población no blanca desde la tasa de mortalidad infantil y, con excepción de la muerte materna, en 40 causas de muerte.

Los estudios constatan como desventaja la combinación del sexo femenino y el color de la piel no blanca y la combinación mujer-rural-no blanca. En el caso de la fecundidad en edades tempranas, se estima que las adolescentes no blancas se encuentran en esta situación 13 por ciento más que las blancas.

Por otro lado, la población no blanca presenta mayores conductas de riesgo con relación a la población blanca, como pueden ser beber, fumar y encontrarse en situación de violencia, con diferenciales que oscilan entre tres y nueve por ciento. Las personas blancas superan a las negras y mestizas solo en el sedentarismo.

El estudio se divulga a poco más de un año de la creación del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial.

Análisis interseccional

Un número aún limitado de estudios asume la perspectiva interseccional, metodología que permite analizar los entrecruzamientos entre características o condiciones diferentes, sus interacciones y los tipos de discriminaciones y desventajas que resultan de tal interacción.

Según Zabala, los cruces más frecuentes de información se dan entre color de la piel y género y color de la piel, género y territorio. Entre otros resultados aparece:

Desventajas de las mujeres negras y mestizas en el acceso a la educación superior y la supervivencia, el trabajo informal y situaciones de pobreza y vulnerabilidad social.

Los hombres negros y mestizos acceden menos a la educación superior que las mujeres, tienen mayor probabilidad de morir por tuberculosis pulmonar y de ser “perceptores de marginación”.

Menor acceso a las universidades de residentes en municipios periféricos y barrios marginales, donde hay una sobrerrepresentación de población negra o mestiza.

Mayor mortalidad de las mujeres no blancas residentes en zonas rurales.

Mayor presencia en el trabajo informal de mujeres negras y mestizas oriundas de la región oriental.

Vulnerabilidad social de mujeres negras y mestizas residentes en territorios en desventaja social.

Para comprender el reforzamiento de las desventajas y desigualdades, algunos estudios incluyen edad, clase, origen socioeconómico, ingreso y capital cultural familiar, condiciones de vida, escolaridad, estado civil, discapacidad, orientación sexual, generación, filiación religiosa y ocupación.

Entre los principales obstáculos para la investigación, Zabala identifica la escasa integración del color de la piel en los registros sobre información socioeconómica, los datos estadísticos que en ocasiones invisibilizan problemáticas y fenómenos, así como el limitado acceso a las estadísticas existentes.

Fuente: https://www.ipscuba.net/sociedad/insuficientes-estudios-sobre-desigualdades-por-color-de-la-piel-en-cuba/

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