Enterevista: Mejor Educación, Estrés Infantil

Entrevista/08 de septiembre de 2016/Fuente: beta.noroeste

El exceso de estímulos hace que los pequeños vivan cada vez con más tensiones, generando con ello el mal que nos aqueja.

Los niños de hoy están sometidos todos los días a conflictos viales, ruido en exceso y tensiones por las prisas de sus padres, que tienen la presión del trabajo, la economía, la salud y la crianza de los hijos.

Los niños modernos, además, tienen sus propias obligaciones: académicas, sociales y las afectivas, de la mayoría se espera que sean exitosos, pero humildes; obedientes, pero autosuficientes; afectivos, pero independientes, y además de ser los primeros de su clase, los mejores deportistas, los mejores artistas y, sobre todo, felices.

Todo ello los pone en una muy alta probabilidad de desarrollar estrés y con ello enfermedades como gastritis, colitis, ansiedad, depresión y hasta diabetes.

Mucho se habla del estrés en los adultos, sin embargo, la vida ajetreada que ellos llevan, no permite detenerse a pensar que los niños también sufren de los efectos de este mal.

La velocidad, el vivir en el ahora y lo efímero de las cosas, hacen que nuestros niños también padezcan este trastorno contemporáneo.

Un exceso de estrés durante la infancia, propicia cambios negativos a nivel psicológico, así como un importante déficit en el aprendizaje.

En este sentido, vale la pena preguntarse: ¿se les está brindando un entorno saludable? Como padres, siempre deseas darle lo mejor a tus hijos y por ello, en el afán de lograrlo, muchas veces se termina dando en exceso.

No permitas que pierdan su capacidad de soñar por causa del estrés.

Para que no se estrese debe ser niño, ya tendrá tiempo suficiente para ser un adulto. Mientras tanto, tú como padre, disfruta esta etapa porque jamás volverá.

* Con información de Deseret News y Peques.com.mx

¿Qué puede estresar a un niño?

Un niño puede padecer estrés ante situaciones que no puede controlar. Por ejemplo, hay factores en el ámbito familiar como el divorcio de los padres, un nuevo matrimonio, la pérdida de uno o ambos padres, enfermedad grave, abuso sexual o emocional, maltrato físico, y hasta la llegada de un nuevo hermano.

El ámbito escolar es otro de los factores estresantes que más padecen, siendo el más notable su preocupación por su rendimiento. También puede ser el cambio de escuela o aunque sea solo de salón, hablar en público, y más recientemente se identifica al acoso escolar, también conocido como bullying.

SÍNTOMAS DEL ESTRÉS

Cando un niño padece estrés se comporta de manera distinta a la acostumbrada. La manera en que un niño maneja el estrés varía de acuerdo a su carácter y a su entorno particular. Los sintomas que es posible identificar son emocionales, de conducta y físicos.

– Factores emocionales y de conducta

Sensibilidad.

Están temerosos.

Tienen poca confianza en sí mismos.

Están preocupados innecesariamente.

Tristeza.

Ansiedad.

Indiferencia.

Tienden a postergar sus deberes.

Despistados.

Presentan bajo rendimiento escolar.

Son exigententes y desafiantes.

Su temperamento se exalta, molestan a otros niños.

Síntomas Físico-emocionales

Lloran sin causa alguna.

Sudor en las palmas de las manos.

Dolores de cabeza y de estómago.

Se tuercen o arrancan los cabellos, se muerden las uñas.

Perturbación del sueño, tienen pesadillas.

Mojar la cama, por primera vez o de manera recurrente.

Disminución del apetito.

Cambios en los hábitos alimentarios.

Síntomas emocionales en el niño con estrés excesivo

Ansiedad.

Se siente preocupado.

Irritabilidad.

Miedos que pueden ser nuevos o recurrentes.

No quiere estar solo, se aferra a sus padres.

Comportamiento agresivo.

Se muestra necio.

Puede presentar regresiones, es decir comportamientos típicos de etapas.

DETONADORES DEL ESTRÉS

Según el profesor y Máster en Educación Kim John Payne, existen 4 pilares del estrés infantil, que tienen que ver con el exceso, mismos que a continuación te comparto.

1. Demasiadas cosas

Los niños de hoy suelen tener todo en demasía. Incontable cantidad de juguetes, dispositivos electrónicos, libros y ropa por doquier. Esto termina siendo un círculo interminable: entre más tienen, más desean, más piden y más sus padres les dan. Cuando no es posible, ambos se frustran y angustian.

2. Demasiadas libertades

Está muy bien darle opciones a los niños para que escojan y puedan decidir por sí mismos, pero cuando esas opciones son abrumadoras, el niño pierde su capacidad de reflexión y análisis. Si piensas que eres buen padre porque tu hijo es libre de hacer lo que quiera, le estás haciendo un gran daño a futuro. Tu hijo necesita límites sanos para poder ser un adulto responsable. La principal función de los padres es guiar a sus hijos, no la olvides.

3. Demasiada información

En la era de la tecnología es difícil restringir la información. Sin embargo, es indispensable que, como padre, propicies que tus hijos tengan momentos de autoconocimiento y exploración. Propónles momentos donde el celular, la tableta y la televisión se apaguen y surja un espacio para el diálogo personal y libre. Si lo haces desde la más temprana edad, lo irán asumiendo como un hábito.

4. Demasiada velocidad

Todo sucede a pasos agigantados. Cuando los adultos nos vemos apresurados, aceleramos a nuestros hijos y sin darnos cuenta, generamos en ellos una gran ansiedad por el aquí y ahora. De esta forma, aun sin proponérnoslo estamos generando que tengan poca paciencia y tolerancia a la frustración. Tenemos que bajar los decibeles y disminuir el ritmo de vida. A veces, menos significa más.

APOYO Y PREVENCIÓN

Para que factores como las cosas, las libertades, la información y la velocidad en demasía no sean detonadores, es necesario simplificar la infancia: volver a jugar y a descubrir el mundo. Como padres y madres hay que ofrecer a los hijos tiempo libre para que desarrollen su ocio creativo, así como tiempo de calidad para pasar junto a ellos.

También es importante una habitación libre de dispositivos electrónicos, así que saca la televisión de su cuarto y coloca una mesa de luz con una lámpara para favorecer la lectura antes de dormir.

Otro punto fundamental para impedir el estrés, es garantizar a los niños un buen descanso y crear un espacio de tranquilidad antes de irse a la cama, evitando que se lleve el celular o la tableta “para arrullarse”.

Cada niño es diferente por lo tanto reacciona de distinta manera ante el estrés; así también los síntomas que el niño presente como respuesta ante éste, varían de acuerdo al entorno familiar y escolar, por lo que debes estar atento a su conducta en todo momento.

Los padres son quienes pueden ayudar a un niño a superar su estrés, con su amor, cuidados y atención. Y los padres pueden encontrar ayuda en profesionales para superar esta problemática que ellos mismos también están sufriendo.

Fuente: http://beta.noroeste.com.mx/publicaciones/view/mejor_educacion_estres_infantil-1045738

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