Por : Oswaldo Antonio González
El modelo priista de gobierno, integrado por sectores que se subordinan a un poder centralizado, se agotó. Hay diversos indicadores que dan cuenta de ello, por ejemplo, los centros de poder se diluyen, se achican, se ramifican, se trasnacionalizan y cada vez son menos los que pueden participar de los beneficios que da esa nueva dinámica del poder.
Lo político, cede ante el embate de lo económico y con ello, un grupo, los políticos, se desmoronan e intentan tejer espacios que les permitan seguir teniendo peso en las macro-decisiones. Esta transición en proceso, se esta definiendo en la lucha cuerpo a cuerpo entre aquellos que tratan de entender las nuevas dinámicas y seguir participando de los beneficios del poder público y aquellos que los ven con desprecio, por su empirismo, cinismo y falta de apego a las reglas del mercado.
SNTE-PRI: se niegan a morir
El Sindicalismo ha muerto, lo mató el PRI y el SNTE. Pero no aceptan que están muertos. Se suicidaron y hoy deambulan en busca de un cuerpo que ya no existe.
Hoy ensayaron una estrategia para intentar resucitar, para decirse a sí mismos que están vivos: la movilización acrítica. Con la cual los líderes intentan mostrar su fuerza y con ello, aumentar su precio por mantener una futura gobernabilidad y con ello, exigir espacios de poder por la vía del chantaje.
Los resultados a bote pronto
La estrategia de chantaje, que hoy probó el SNTE-PRI, fracasó. A continuación tres indicadores que dan cuenta de ello, sin pretensiones de una explicación más amplia:
- El mecanismo de comunicación de arriba-abajo, vía estructuras rígidas, fue rebasado por la comunicación uno a uno, uno a otros, otros a otros.
- Las bases rechazan públicamente el uso de ciertas prácticas, antes sindicalmente aplaudidas, como nuestro líder ordena, ya negociamos con la autoridad, levanten el paro, la autoridad se disculpó, les comunicaremos los acuerdos…
- Las bases se encuentran con otras bases y desde abajo se tejen acuerdos locales y regionales. El líder ya no manda y las bases obedecen, ahora las bases empiezan a analizar y a decidir.
La realidad golpea de frente al SNTE-PRI, a los otros sindicatos y algunas estructuras autonombradas como únicos referentes de lucha, mostrando que las prácticas centralizadas, mesiánicas, ortodoxas y dogmáticas ya no tienen cabida. Mientras más tarden en comprenderlo e insistan en las mismas estrategias, más pronto verán su fin.
¿Es el fin del sindicalismo? No, es el fin de este sindicalismo. La tarea, imaginar, descolonizar y construir nuevos espacios. Nadie lo hará por nosotros.
Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/pri-sindicatos-prueban-estrategia-de-choque-ante-la-posibilidad-de-una-nueva-hegemonia/