Por Lenin Romero 1
El proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, que tiene un determinado fin político, no es representado a través de pedantescas disquisiciones y clarificaciones de principios y criterios de un método de acción, sino como las cualidades, los rasgos característicos, deberes, necesidades, de una persona concreta, despertando así la fantasía artística de aquellos a quienes se procura convencer y dando una forma más concreta a las pasiones políticas.
Antonio Gramsci sobre el Príncipe Moderno
Resumen
El ensayo aborda una aproximación a explicaciones y metódicas sobre la brecha entre las capacidades de gobierno y la complejidad de los sistemas sociales, quienes exigen teorías, técnicas, sistemas y métodos, para desarrollar proyectos de socio-gestión, vinculados al metabolismo del “Buen Vivir” en ciudad Caribia. En este contexto teórico metodológico nos preguntamos: ¿Qué actos han dificultado el avance socio-político del autogobierno de la ciudad, en relación a éxitos de mayor alcance socio-cultural sobre el metabolismo del “Buen Vivir”?, a su vez informa sobre la actuación de la Misión Sucre y Nigel-UBV, en su deseo de asumir el deber ético-político para actuar, acercando las Ciencias Sociales, en lo tocante a las ciencias y técnicas de gobierno, los métodos de planificación y la teoría de la organización para la gobernabilidad y la gobernanza. Plantea ¿Cómo se socializa un conocimiento pertinente?, y postula, valora y abriga una postura ética para lo cultural, en cuanto ontología de la acción, y por lo tanto, nutre la axiología de la voluntad y necesidad interna de lo propio, más que como mecánica e imitación de lo que viene de fuera. El objeto de la indagación es enunciar algunas explicaciones, sobre el sentido de lo político, cuando cobran fuerza los nexos y distinciones epistémicas en las capacidades para actuar y las orientaciones de los agentes, luego de decisiones ante expectativas y demanda entremezclando los actores y sujetos en la ciudad, para finalmente aportar criterios epistémicos, ontológicos y prácticos en el inicio del trabajo en campo.
Palabras Clave: Socio gestión, lo cultural, lo político situado.
A modo de presentación
El ensayo que hemos organizado presenta la problemática teórica-metodológica sobre “Las capacidades, expectativas y articulaciones de la mirada del sujeto Político situado”, y constituye en lo concreto, un esfuerzo de indagación realizado en Ciudad Caribia, experiencia urbana ubicada en el Distrito Capital y según sus diseñadores y constructores, funda una ciudad socialista ecológica autosustentable.
Esto es, ella reseña en cuanto experiencia territorial “la importancia que asume la territorialidad en tanto “construcción” de la acción colectiva de los actores, los enfoques predominantes sobre políticas en el ámbito urbano-local y las nuevas iniciativas de gestión que buscan cambiar en este nivel el patrón tradicional de intervención gubernamental”2.
En principio, el ensayo resume en el aparte I, II, III, la brecha política y el consentimiento público, el contexto las imaginativas de la voluntad de actores sociopolíticos, así como la dinámica de las organizaciones, movimientos, instituciones, e instancias corresponsables de la conformación de agentes de la complejidad comunal. En los apartes IV, V, se explican gnoseológicamente el papel que tiene la dominación y el convencimiento en la ciudad para potenciar la emergencia de una cultura del “Buen Vivir” como axiología viva. En los temas VI, VII, VIII, se abordan los interrogantes fundantes de una epistemología caribiana, a partir de las observaciones sobre él “es” de cada momento o experiencia, y de cómo ello incide en la ontología del sistema observado en la complejidad de la ciudad y su dinámica, permitiéndonos acercarnos sobre un método y los interrogantes que nos orientan la sistematización argumental.
Situados en esta perspectiva, creemos conveniente precisar el discurso explicativo sobre lo que consideramos imprescindible para comprender la experiencia en ciernes. Esta desarrolla en su seno por consiguiente, formas culturales y políticas diversas del ejercicio de la autoridad democrática directa3, tanto para la construcción del sistema político comunal, como para el mantenimiento armónico de la vida societal y sus subjetividades, según el proceso metabólico de la ciudad y conforme a los comportamientos de sus pobladores, autoridades, y agentes locales, sujetos y actores, quienes despliegan sus prácticas y conocimientos en relación a la realidad material específica de relaciones de consenso entrelazadas por los actores en el territorio.
Aquí se da cuenta de una paradoja, hay el encuentro de personas que se juntan a partir de una interculturalidad como identidades, pues provienen de distintas expresiones y manifestaciones de existencia, nacionales y extranjeras, de latitudes distantes y cercanas a los entornos vividos, que se entremezclan, para unirse en un ser con un no-ser o con un ser que no-lo-es todavía, dado que aún su llegada e integración en el hábitat todavía no revela su pertenencia del todo. Hace poco tiempo que comienzan a vertebrar sus intercambios en movimientos organizados, frentes que los disponen al trabajo endógeno y comienza por identificarse en sus vínculos con instancias populares de resistencia e inclusión, es si se quiere una población en transición inestable en la Ciudad.
En el territorio a nuestro juicio, se fragua una concepción construida sí mismo, ello si lo pensamos tal como se observa, es una comunidad en construcción social y societal, está actualmente construyendo su identidad, desde su traslado por efectos de la naturaleza, en estos últimos cinco años, en cuanto lugar donde arraigan sus relaciones e interacciones en el “proyecto de existencia social común” que está en edificación diariamente en una convivencia sana.
Bueno es entonces establecer con claridad que el nicho habitado aún no constituye, por tanto, un resultado del desenvolvimiento humano sobre el territorio como sujeto de la acción, sino que permite más bien reflexionar sus acciones, en sus procesos y prácticas que se atreven progresivamente a ofrecer opciones de tematización de conocimientos, a partir de sus actos como seres en relación material, y que advierten el mantenimiento de memorias con predominio ajenos a las de la ciudad como fuentes en su arraigo y desenvolvimiento.
Por su parte, está en conformación, y así lo expresamos en el ensayo, la estructuración de un sujeto político, de hecho, no es todavía una identidad definida, atada a un lugar específico del espacio social, intelectual, y afectivo, en consonancia “vivencial” discretamente a los sistemas de relacionamientos propios del metabolismo del “Buen Vivir”, pende más bien, sobre las instituciones políticas de derecho, con quienes intercambian sus acciones públicas, sin ganar la confianza necesaria de las instancias populares para autorregular su agencia de cambios en una ruta metódica definida, para sí y en sí misma en la organización del orden socio-cultural propio.
En estos términos, el imaginario sobre el sistema político comunal, es apenas un lugar donde operan las mediaciones entre las instancias organizadas y no-organizadas de la comunidad, con las instituciones posicionadas de Poder instituido del Estado, reconocido en la Autoridad Única, en cuanto árbitro de una centralidad comunal, en el territorio protegido ambientalmente, y quien por legitimidad de origen, propicia actualmente las formas ejecutivas de gestión y los medio de comunicatividad para la discusión sobre políticas públicas que están en construcción. Por ahora, el “sistema” solo encarna las tensiones y conflictos sociales y alberga las diversas constelaciones de intereses y expectativas que son canalizadas en un orden cultural emergente.
Encontramos en el acercamiento a hechos y fenómenos situados una legitimidad que aparece entonces vinculada a los principios y procesos que se sustentan en la validez de una forma liberal y social de dominación. Esta validez se manifiesta en la interacción obediente, permisiva, consentida, entre los dominados frente al mandato de los dominadores, es decir, hay una relación Estado-hombre o mujer. Al menos, es una institucionalidad insurgente que inicialmente existe y se apoya en la “creencia” sobre la legitimidad institucional (no constituyente) del Poder.
Al parecer la indagación muestra algunos rastros que informan del papel de la voluntad común entre autoridades centrales (en la comunidad) y sujetos políticos interdependientes (las mesas establecidas) en las formas organizadas (el Consejo Ejecutivo de la ciudad) de ejercer la direccionalidad pública en la ciudad, seguramente ello puede verse en los aspectos institucionales, sociopolíticos o relacionales y territoriales implicados, en las distintas funciones y potestades para comprender la dinámica metabólica de los ecosistemas comunitarios en sus rasgos distintivos.
Esto es, se observa en la ciudad, como rasgos prevalentes el uso de medios y mecanismos para el protagonismo público, y ellos son, la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones se consideran, en lo social, político, cultural, y económico, las instancias de atención ciudadana, la cogestión, las cooperativas en formación, la empresa socio-comunitaria, y otras formas asociativas (corporaciones) guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad. Hay si se quiere una aplicación constitucional de formas de soberanía comunal.
Las relaciones articuladas entre la autoridad formal, su ejecutivo, las mesas de ejecución de políticas y los movimientos sociales y políticos, están en nexos entre agentes diversos para gobernar y entablar relaciones de cooperación y colaboración con otros actores en relación a la creencia común de que se trabaja a favor del proyecto ecológico y sociocultural en cuanto causa u objetivo que beneficia a todos.
Estas reglas de intercambio, en nuestra opinión progresivamente construidas, están derivando en formas federales desconcentradas en la experiencia en construcción, tiene de hecho una influencia Canadiense4 normativamente, en sus modos de estructuración societal y social, pues el federalismo como forma de organización política intercultural integra distintos sujetos políticos territorialmente identificables, con base en un esquema de unión voluntaria proceso este que está teniendo lugar en el objeto de la conformación del Poder Comunal Común, y la subsistencia de esferas de competencias centro-desconcentradas de la gestión y administración del poder en la ciudad.
Vemos como interesante la gobernanza que aplica la Autoridad Única cuando entreteje nexos e interacciones comunales que resaltan la necesidad de comprender la importancia que tiene la articulación de los diferentes sujetos, actores y agentes, según distintos modos de regulación en un territorio, tanto en lo que se refiere a la integración política y social en sus relaciones para decidir y en cuanto a sus capacidades para actuar entorno a bienes comunes y diferentes.
En el caso que estudiamos, y hoy ofrecemos una mirada, es interesante observar, “el modo, el objeto y las condiciones de la unión de sujetos diversos quienes configuran el llamado principio federalista y lo distinguen del principio unitario porque establece que los sujetos unificados:
- Sean reconocidos como un ámbito de poder originario, en contraste con un ámbito de poder central derivado como lo es la institución jurídico-política de la Autoridad Única, sobre todo cuando ella impulsa la constitución de movimientos sociales y la conformación de la comuna;
- Cuando procede a mejorar el trato común, sin que predominen reglas impuestas, por el contrario exhortando a un trato igual o, en su caso, diferente con respecto al sujeto central comunal; y
- Al postular el reconocimiento de otras maneras de gobernar, en cuyas fuentes de origen sean constituyentes o derivadas, plantándose por su reconocimiento en el ámbito territorial propio, en donde puedan ejercitar sus competencias y mandatos.
En el texto, encontraremos argumentos y explicaciones sobre hechos y procesos que están adelantándose, que lo denominaré en esta presentación, el federalismo asimétrico de la ciudad Caribia, pues esta ciudad compacta, ecológica, en proceso de sustentabilidad, socialista por aspiración transicional, es el resultado de relaciones entre el gobierno central de la República, y su interpretación de las normativas especiales propias, y la jurisdicción ambiental, que enmarcan el discurso que hizo posible la emergencia voluntaria de una integración/centrada en cuanto forma federal asimétrica, es decir, en cuanto al ámbito plural e intercultural de su desarrollo metabólico y ético según el “Buen Vivir”.
El federalismo representa —entre varias alternativas— una de las más viables para dar unidad estatal a la diversidad cultural y nacional, independientemente del tamaño de la población o del territorio. Pocos autores han destacado el hecho de que no todos los defensores del federalismo han pensado así, como Alexis de Tocqueville y John Stuart Mill, quienes consideraron a los Estados pequeños como los más aptos para integrar la diversidad cultural, en el supuesto de que, en efecto, ésta no estuviera desarrollada5.
Lo que quiero expresar y considerar está referido al énfasis que tenemos que reconocer e identificar en Ciudad Caribia, por un lado, por el mandato constitucional, y según, por otra parte, por los efectos de la legislación del poder popular, donde se establecen y sientan fundamentos para en lo adelante, identificar la Ciudad-Estado, que se está impulsando, en su conexión al Federalismo desconcentrado, que ordena y propicia la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Es bueno señalar, que en la indagación se encuentran procesos y acciones dirigidas a reconocer una pluralidad de formas y medio de gobernabilidad y gobiernos de distinto origen fundacional.
El problema no es cómo formular una concepción de unidad del Estado y la sociedad que supere la unilateralidad de la intervención gubernamental o de la acción individual o de grupos, sino «cómo conseguir el control de los diversos centros de poder arbitrarios, cómo coordinarlos y fundirlos en un sistema más coherente, y cómo disciplinarlos gradualmente para que funcionen en provecho de la comunidad». Para lograr esos objetivos, Karl Mannheim6 sugirió edificar el sistema social con base en la «planificación para la libertad», es decir, en una planificación «sujeta a control democrático» que evitara favorecer intereses de grupos y promoviera la «justicia social» (no la igualdad social) y un «equilibrio entre la centralización y la dispersión del poder»7.
Finalmente, en relación con el método, su enfoque, y aplicación, hay que señalar, que asumimos como inflexión inicial en la investigación, y así lo expresamos en el texto, el “Mito de las Cavernas” de Platón8, dada la paradoja vivida por los pobladores que habitan la Ciudad, quienes proceden de zonas signadas por “la tragedia y la desigualdad social”.
Luego, transitan la experiencia en la sombra de los “refugios”, es decir en el fondo de la caverna, y un día “amanecen” en los predios de la luz, tal como me lo afirmó una de las lideresas9, al referirse al significado de la ciudad para ella y su familia, fue enfática en afirmar, esta ciudad es “el sueño de una esperanza”.
De allí que sobre la metáfora de Platón, nos propusiéramos entonces, indagar en la memoria colectiva y las perspectiva comunes en la ciudad, tanto para hurgar en el laberinto intelectual de su gente, como para intercambiar argumentos y explicaciones sobre los momentos vivenciados, deteniéndonos desde luego, en el metabolismo del “Buen Vivir”, y en la complejidad que “Las capacidades, expectativas y articulaciones de la mirada del sujeto Político situado” logre hacer suyas, a partir de la instancia participativa del Poder Popular, denominada ciudades comunal.
Posteriormente, se abordarán de ser posible algunas interpretaciones, que en ningún caso son generalizaciones, sino solo acuerdan exponer puntos de vistas, subjetividades sobre el recuerdo, y narrativas, para el diseño explicativo del entretejido de los diálogos y acciones constructivas de la experiencia. De manera pues, que para nosotros, es decir para el núcleo de investigación en general, y para mí en particular, todas estas inflexiones son necesarias para sistematizar los aportes sustantivos y sustanciales que implican la aproximación a la “filosofía de estas prácticas en la ciudad hoy día”, intentando argumentos e interpretaciones en cuanto sean posibles encontrar en los motivos de actores, sujetos y agentes, incluidos en la generación de bienes intangibles y tangibles del diálogo hermenéutico en sus incidencias ontológicas, epistémicas, metódicas, y axiológicos, insurgentes del entramado sistémico que tiene la urdimbre que investigamos en la ciudad.
I.- La brecha política y el consentimiento público
La brecha entre las capacidades de gobierno y la complejidad de los sistemas sociales, quienes exigen teorías, técnicas, sistemas y métodos, para desarrollar proyectos de socio-gestión, vinculados al metabolismo del “Buen Vivir” de la ciudad, de manera concertada y consensuada con los sujetos o actores que se procuran la gobernabilidad del sistema eco-socialista comunal como un todo, tanto en su compatibilidad con respecto a la presencia y atención de los problemas, como en el arbitraje de los nexos entre agentes que estructuren medios y mecanismos participativos del común.
Para ello, es interesante subrayar, las formas cómo, desde nuestro punto de vista, venimos observando lo que se produce en la ciudad, por un lado, la emergencia de un sujeto10 activo con vocación autogestionaria, que en sus acciones establece nudos con la organización del gobierno, por el otro ángulo del asunto, vemos con alegría la actuación de los actores11 que ejercen el auto-gobierno actualmente, quienes no escatiman lugar o evento para revelar voluntad solidaria para intercambiar e integrar efectivamente propósitos y proyectos, y evidencian comprensión sobre el sentido y alcance que tienen en las decisiones, y cómo ellas fundan consenso y credibilidad, acciones sustantivas estas que facilitan armar la arquitectura de un ejecutivo comunal legítimo y actuante.
Este fenómeno se constata en diversos momentos, sobre todo en el diseño de la voluntad común, es decir en el proceso interactivo que propicia en y desde los distintos agentes, una manera de cohabitación en la ciudad, estableciendo los nexos y acciones, que terminan sentando los fundamentos ético-políticos del Sistema Político Comunal, tinglado necesario para producir los intercambios económicos, socio-productivos, culturales, y éticos, diálogos, entre quienes de hecho, permean el modo de entender, asumir y compartir, las experiencias cognitivas y fácticas, que brindan oportunidad a las interacciones político-epistémicas, axiológicas y productivas, en los intercambios entre agentes y actores que integran el equipos de gobierno comunitario.
Por lo dicho, el equipo de gobierno comunal dispone en su desenvolvimiento, más esfuerzos y estímulos en la organización territorial del sujeto político comunitario, que en la formulación de proyectos y programas de acción en la ciudad. Este accionar no desdeña que podamos aún concluir del todo, que no se realizan de forma absoluta los mismos.
De allí que, me he preguntado ¿Por qué no han actuado -el autogobierno- colocando el énfasis en las acciones tendentes a la formulación y ejecución de proyectos?, y esta interrogante me la he respondido de esta forma, tal vez eso ocurre, porque el equipo de autogobierno está consciente de las consecuencias negativas que se producen, si no se disponen efectivamente del común interés de los agentes, esto es, si no existe buena articulación en un sujeto socio-político, que aborde con fuerza consciente las expectativas existentes, y que al asumir compromisos ponga el énfasis en el discurso ético-prácticos de la gente, para ofrecer soluciones efectivas corresponsables, con las acciones y capacidades comunes, es decir, mediante la comprensión de la situación que pudieran terminar incidiendo positivamente en los nexos ético-políticos, y sus actividades prácticas incidieran sustantivamente en el metabolismo ecológico de la ciudad y su gente.
Hay que subrayar sin embargo que tenemos conciencia de la importancia y significados que poseen los proyectos socio-productivos específicos, aun cuando, percibimos también en la acción del auto-gobierno y sus insistencias, labores comprometidas con la conformación del sujeto político y la organización de la ciudad, valoración epistémica y axiológica esta sustancialmente necesaria sobre los resultados de sus proyectos socio productivos12, quienes sin embargo no mellan la conciencia pública del común.
Sobre este comportamiento percibimos, que la autoridades locales y las instancias de participación están actualmente, potenciando la comprensión de los problemas y las capacidades propias para conjugar distintos niveles de conciencia y actuación pública en concurrencia con los diversos agentes13 locales14 propiciando en lo concreto manifestaciones concretas sobre su incorporación a la legitimidad política como entidades que participan bajo el reconocimiento social y estatal.
También hemos detectado que la voz del pueblo está adquiriendo un alcance axiológico y político, sobre el papel que ella tiene en la gobernabilidad comunal, que refleja en todo cuanto ocurre en las actuaciones de la ciudad unas posturas éticas que enmarcan los imaginarios de los cuales siempre se apropian los actores.
Estas manifestaciones -a nuestro juicio- son simbólicas y axiológicas que terminan siendo dimensiones éticas o morales que van fraguando sobre la identidad comunal un tipo de conciencia del lugar y sus prospectivas. Por ello, pensamos que en este momento ciertamente las acciones de orientación y sentidos diversos, cobran mayor relevancia y están siendo comprendidas y compartidas, particularmente, por las nuevas comunidades o terrazas que se disponen a organizar y registrarse en sus instancias comunitarias de corresponsabilidad, sean de caracteres multifamiliares, consejos comunales, brigadas, frentes de trabajo, movimientos sociales, etc.
Este hecho lo hemos observado en relación a los nexos entre el auto-gobierno comunal y los sujetos territoriales, dado el acercamiento progresivo de estos vectores societales. Hay a nuestro entender en la ciudad, un proceso de integración societal en las acciones de gobernanza que promueve y efectúa el Ejecutivo Comunal, tanto en lo referido a la común asociatividad, como en la disposición colectiva de su acciones respecto a las demandas sociales y de infraestructura, que están influyendo en la composición armónica de la percepción (en el discurso real) en la identidad los mismos.
Al menos eso se observa en las mesas de discusión15, en las asambleas comunales, y en los momentos de consulta, por una parte y por la otra, en las acciones simbólicas16 y afectivas que desarrollan distintos actores al referirse a la ciudad y sus familias.
Ambas actuaciones comprometen frecuentemente los resultados del gobierno, y ello va fraguando voluntad y opciones políticas activas, como nexo e intercambio para contribuir, a la configuración ciertamente de sujetos territoriales, capaces de incidir en su despliegue en la superación de la brecha entre capacidades de gestión y dominio cognoscitivo del terreno, cuestiones éstas imprescindibles al emprender respuestas a soluciones y demandas según las problemática comunales o locales entre todos y todas.
Muchas veces, según lo señalan algunos teóricos de la planificación situacional estratégica, informan que los gobernantes omiten a veces al actuar los vínculos entre los actores que han brindado su respaldo a su acceso al ejercicio de la función pública legal, sin valorar y tener cuidado, los motivos y las razones que consideraron inicialmente, como agentes de legitimidad política y los medios que ejercen el sentido de lo público, sobre todo cuando coyunturalmente el compromiso electivo por el cual le facilitaron alcanzar el acceso al poder se coloca para ser validado.
Este descuido político a veces, es un hecho lamentable e incorrecto, máxime cuando se trata de favorecer la configuración de nexos entre ellos, y los sujetos territoriales, quienes finalmente desafían o cuestionan compromisos y posturas respecto a la legitimidad del orden cultural y político que dispone la realidad el proyecto democrático de gobernabilidad17. Recordemos que transitar de una democracia liberal fundada en la obligación y el deber no contribuye necesariamente al protagonismo social, por el contrario, subordina la voluntad, y construye por consiguiente relaciones dependientes pasivas, vale decir electorales.
Así que en el caso concreto de Ciudad Caribia, una omisión de esta naturaleza pudiera incidir, si nos descuidamos al accionar, en la formulación de subjetividades políticas, que exacerben posiciones críticas, actitudes resilientes negativas, actitudes que muchas veces, terminan favoreciendo nexos opuestos al consentimiento societal de los sujetos territoriales sobre el reconocimiento positivo de los gobernantes y la gobernabilidad.
En resumen si actuamos por ejemplo, colocando el énfasis en la acción política sobre el ejercicio de metodologías para la actuación, sin ponderar el valor, el significado, y alcance, que los agentes territoriales tienen en cuanto a la cosmovisión, que han de orientar sus acciones, así como impulsar las capacidades que mejoran las destrezas y habilidades afectivas, de tal modo que ello actúe en beneficio de su identidad y compromiso, así como en la optimización de las potencialidades creadoras, tendremos sujetos entonces sujetos pasivos ante su rol de consentimiento público.
Esto es, son vectores sin compromisos, tal como de hecho ocurrió muchas veces en los proyectos socio-productivos que fracasaron por el descuido y la omisión, en acciones inconscientes sobre las obligaciones éticas de la organización de la acción común, no por falta de capacidades para actuar, sino por consiguiente, por acción pasiva. Es decir, por omisiones onto-epistémicas concretas.
Vimos con preocupación estos resultados, y nos sorprendió mucho que los agentes estatales (INTI), quienes circunstancialmente, tenía que operar sus compromisos sustantivos, puesto que fueron planeados sectorialmente, y también nos preocupó éticamente, porque los sujetos o actores18 que debían actuar para producir socialmente, explicaron sus omisiones sin considerar los efectos negativos que estos pudieran tener en el metabolismo y su dinámica.
Sin embargo la actuación de sujetos, actores y agentes comunitarios tienen en la actualidad ánimo en el respaldo ético del proyecto de la Ciudad y su construcción, disminuyendo progresivamente la brecha entre capacidad de actuación, su complejidad, y la gestión cognitiva gnoseológica del proyecto que se desarrolla actualmente en el mundo ecológico de la ciudad.
II.- Contexto e imaginativas de la voluntad de un actor socio-político
En este contexto, terminamos preguntándonos ¿Qué actos han dificultado el avance socio-político del autogobierno de la ciudad, en relación a éxitos de mayor alcance socio-cultural sobre el metabolismo del “Buen Vivir”? Una respuesta inmediata a un aspecto pudiera tener asiento en la experiencia que nos la ofrece Carlos Matus, al referirse a las dificultades que tienen los gobernantes en sus vínculos o nexos con los gobernados, y viceversa. Dice pues, nuestro autor:
Hasta ahora hemos puesto más atención en el diseño de los programas de acción que en los equipos y métodos de gobierno, sin pensar que la capacidad de concebir y ejecutar imaginativas, eficazmente de un proyecto de gobierno que exige equipos humanos contestes en una visión, y prestos al manejo de métodos adecuados y potentes19.
Esta advertencia en el caso que revisamos, nos ha permitido observar que en la ciudad caminamos como auto-gobierno por actos “coyunturales”, más que por el énfasis en la acción pública de la ciudad como una totalidad en construcción.
La Autoridad Única de la ciudad, pensamos que ha valorado las capacidades para abordar los problemas o expectativas de la población, y por ello, viene accionando adecuadamente, respecto a los equipos, métodos, metodologías y sobre la visión mediante la cual actúan, ya que ha incorporado al ejecutivo comunal, a las mesas de gestión-diálogo, a los y las personas, e instancias, movimientos, frentes, que hacen vida actuante en la ciudad, entorno a las diversas actividades de la vida en la ciudad, actuaciones estas que nos parecen acertadas en cuanto al objetivo de empujar acciones contingentes y continuas.
Es indispensable sostener que esta ha sido la forma de fraguar la estructuración de un actor socio-político, cuestión además de interesante es particular. Este esfuerzo todavía no incide lo suficiente en las imaginativas de los actores, y tampoco cómo éstos ven afectadas efectivamente sus capacidades y potencialidades, en favor de los procesos de cognición para actuar, igual parece que los brebajes positivos cognoscentes que estimulan y fijan la dinámica societal, tienen en general posturas y compromisos discretos en cuanto sujetos activos comunales, sin que todavía ello se refleje en la reciprocidad dialéctica necesaria para el autogobierno de todos(as). Se avanza sustantivamente aún con lentitud.
Falta mucha formación política, teórica, metódica, metodológica y diálogo intercultural suficiente en la conformación de los equipos, y signar a su vez, los actores sobre el sentido del metabolismo del “Buen Vivir” de la ciudad.
La democracia protagónica en la ciudad exige que sus actores relevantes accionen congruentemente soluciones a los problemas comunes de la gente y mejoren la gobernabilidad comunal. Los órganos de derecho y justicia, los educativos, los culturales, sociales y la gobernabilidad en general, requieren por consiguiente de la Autoridad Única, y su ejecutivo de gestión, más y diversos soportes epistemológicos y metódicos, que permitan incidir en los actores sobre el desenvolvimiento en el metabolismo del “Buen Vivir” en el territorio, ya que es alrededor de estas acciones como se legitima y termina tributando la actuación del co-gobierno en el reconocimiento de origen, situación necesaria en torno a la creación de los nexos de credibilidad y confianza, quienes cohesionan poco a poco los imaginarios locales.
Enfáticamente pensamos que hay que profundizar y democratizar el sistema de autogobierno que se está construyendo a partir del fortalecimiento de los sujetos y actores, y sobre el diseño de las políticas y sus modos, modalidades de estructuración en los métodos, y programas de actuación, por parte de los diferentes sujetos de manera desconcentrada en el territorio, y en la organización y actuación en los diversos sectores planeados, actuaciones que en definitiva han de ayudar a mejorar la gobernabilidad pública y ampliar la legitimidad inducida en la credibilidad y legitimidad del gobierno comunal.
III.- Las Organizaciones, movimientos, instituciones e instancias corresponsables han de constituirse en agentes de la complejidad comunal
Las organizaciones societales de la ciudad, sean ellas de producción social, de origen mixto o de sentido comunitaria, deben actuar favoreciendo sus intereses particulares, en forma específica de quienes integran estas instancias de participación, sin dejar de lado, el fortalecimiento ontológico, epistémico y metodológico, en la actuación conforme al sistema integrado de gestión endógena comunal de cogestión, asociado al gobierno del Distrital Capital de modo interdependiente.
Así mismo, las entidades de atención estatales que hacen vida en la ciudad, en cuanto a la mujer, los niños y adolescentes, los infractores, y los pobladores de la tercera edad, han de arribar a la conformación de movimientos societales –de sustancialidad comunal- que puedan mantenerse y sostenerse en el desarrollo de las políticas y planes de protección y seguridad comunitarios.
Los estudiantes, en sus distintos niveles, han de conformar el consejo estudiantil de un movimiento local que pueda actuar en relación a los grupos estable de conocimiento, investigación e innovación, no solo para responder a las exigencias académicas, sino también para aportar a la creación y producción de bienes cognitivos, afectivos y de regulación, entre otros, para unir la reciprocidad dialéctica entre muchos y diferentes. Hay que acoplar los nexos a los distintos movimientos y actores junto al autogobierno de la ciudad y en su articulación (comunas o corredores, o ejes) sentar asociaciones estratégicas con los niveles territoriales de gestión, y administración, de manera pertinente y cónsona con el desarrollo socio-político de la nación20.
Aquí es donde -parafraseando a Matus- la Misión Sucre y NIGEL-UBV, tienen el deber de actuar como agentes socio académicos, que trabajen en reducir la distancia entre los problemas y las capacidades, pues se trata de acercar la realidad social y societal a las Ciencias Sociales, específicamente en lo tocante a “las ciencias y técnicas de gobierno, los métodos de planificación y la teoría de la organización”21.
Estas interacciones interdisciplinarias y transdisciplinares, hay que integrarlas a la gestión del auto-gobiernos, y a las otras formas de conducción directa, en forma corresponsables, así como en la agregación de instancias territoriales no estatales, y para las entidades de actuación, en el mejoramiento de los procesos de integración curricular, y de socio-gestión, para ofrecer y estimular la actuación planificada de la docencia, la investigación y las acciones de integración socio-comunitarias. Teniendo en cuenta para ello, el daño que produce la actuación fragmentada en territorios cuando los sujetos son los actores de la cognición segregada en la interacción dispersa, sin acercamiento integral a la epistemología, los métodos y programas de actuación críticos y creativos.
Una compleja arquitectura de mediación hay que convenir en la ciudad, que a nuestro juicio, sustantivamente consta de dos partes en este momento:
- Existe una economía mixta conformada por empresas sociales y particulares de diversos tipos, expendios de alimentos, prestación de servicios básicos y de mantenimiento, gracias a los subsidios estatales, unos, ya que hay otros de ingresos propios, que activan en la ciudad, como una forma alternativas de solidaridad, para terminar sosteniendo relaciones capitalistas de comercio y monetarias (Banca) de origen Nacional.
- Un conjunto de instituciones, instancias no estatales, movimientos sociales, y órganos estatales de carácter Público Nacional y el autogobierno comunal, en tanto soporte Distrital quienes en conjunto ejercen el Poder Político Público en la ciudad.
Esta reciprocidad comunal constituye una dialéctica que nos ofrece en el inicio fundacional de “otro” sistema político comunitario, uno que juega al metabolismo del “Buen Vivir” según nuestras apreciaciones, en cuyo lugar pudiera darse asiento de una experiencia societal que en forma de Red Agregada de Nexos, impacten el sistema político nacional, conforme a los efectos creados por las instancias, órganos e instituciones, comunales en su integración dialéctica al Poder Público Comunal.
Para ello el contexto ha de ser organizado en redes imaginativas de voluntad, pues si ellas se realizan pudieran permitir direccionar la cosmovisión del metabolismo comunal, así como el “Buen vivir” como modo de convivencialidad, y por lo tanto darían espacios y mecanismos para posibilitar enmarcar un agente activo en unas interacciones de interdependencia positivas sobre la finalidad de la ciudad como hábitat del “vivir bien”. Dice, al respecto Roger Bartra con sentido crítico, que:
Yo le doy mucha importancia a estos conceptos –refiriéndose al de mediación- porque me parece que permiten ubicar con precisión un ámbito social revelador de las condiciones en que se reproducen y legitiman los aparatos políticos. Las peculiaridades de estos procesos mediadores —y el grado de eficiencia con que funcionan— son como un barómetro que revela las presiones a las que está sometido el sistema político.22
Para lograr estas asociaciones vinculadas íntegramente, hay que combinar una mediación entre el Poder Popular y el Poder Instituido, quienes han de contribuir, aun cuando hayan tensiones y contradicciones en algunos momentos, toda vez, que se trata de incidir sobre las formas culturales diversas que existen en la ciudad, en sus imaginarios simbólicos y éticos, así como en su visión y metas por realizar en la construcción de legitimidad inducida en torno a las demandas, y a las fuentes del poder político de la ciudadanía comunitaria.
En este sentido la experiencia de gobernabilidad comunal en Ciudad Caribia, de continuar como marcha su desarrollo actual al parecer, tiende a sentar fundamentos y soportes de legitimidad y legalidad propias, si en efectos el agente comunitario se articula a los sujetos y actores diversos, sin entrar en conflictos, más allá de la sociedad que la rodea o del Distrito Capital quien la sostiene, y de la cual forma parte formalmente. Esto ha de ocurrir sin estorbar a las instituciones que tienen la competencia para ofrecer legalidad a sus decisiones consultivas, afianzando así en cada momento la legitimidad de origen mediante sus leyes orgánicas en la jurisdicción especial23 que corresponde aplicar.
Desde nuestra perspectiva, pensamos y así lo comunicamos, que si con nuestra contribución y la de otras instancias del conocimiento y la investigación, actuamos para fortalecer las redes imaginativas de la voluntad, y logramos que ellas expresen un interés común para construir una “experiencia política de gobernanza propia”, estaremos colaborando al ejercicio de una forma de gobernar democráticamente en forma directa tal como la aspiran las distintas formas de gobierno24 en la ciudad.
Tal como lo enunciara Bartra, al referirse a Niklas Luhmann, se trataría de orientar una actuación para diseñar y construir:
Un sistema auto legitimado, autónomo, fundado en una racionalidad normativa especial, tanto en su capacidad administrativa, como en la voluntad de operar las capacidades locales en la construcción del Buen vivir como modo de vida integral. Por ello: para continuar en el ámbito de la termodinámica de los sistemas abiertos, tendríamos una actividad gubernamental estructurada de tal forma que lograría no sólo dominar sino además reducir la complejidad del medio ambiente social circundante en la medida en que aumentase la complejidad de la acción política. Es decir: uniformidad caótica —entropía— en la sociedad y orden sistémico en el gobierno25.
Este desafío teleológico está en nuestras manos y las de todas las instancias que abrigamos afectos por el desarrollo sustentable, ecológico, socialista y democrático de una Ciudad Compacta.
IV.- Más que dominar hay que convencer en la Ciudad
Es necesario entonces construir credibilidad y confianza en la Ciudad. Es indispensable en cuanto propósito orientar y generar un periodo de reconocimiento e identificación comunitaria por parte de las poblaciones asentadas en el territorio, tanto en sus vínculos institucionales, como en sus relaciones protagónicas en instancias de organización del tejido de la ciudad, igualmente, de estos con la diversidad de órganos y medios comunales de gestión y desarrollo, de modo solidario y de formas de sustentabilidad propias26 social y política en la ciudad. Hay que convencer más que dominar o imponer.
En este contexto hay que plantearse hurgar en desafíos y propuestas que doten la expansión y el crecimiento del territorio, ahora cuando apenas comienza la Ciudad a evolucionar, emplazar y producir experiencias socio-productivas y de gestión política en la ciudad27, conforme a las articulaciones entre actores y agentes territoriales de importancia para la integración y la cohesión societal.
La gente quiere además tener un sentido de propósito en la vida, un sentido de potenciación. En tanto miembros de familias y comunidades, las personas valoran la cohesión social y el derecho a afirmar sus tradiciones y cultura propia28.
¿Cómo se socializa un conocimiento pertinente? Mi sugerencia basada en mi experiencia apunta a la utilización del constructivismo lingüístico, es decir, el uso sistemático de la palabra y del discurso para simultáneamente crear sujetos y realidades hasta generar una sinergia cognitiva29, que dé paso al consenso y, mediante él, al poder político, insumo indispensable para sacar la propuesta del “gabinete de las utopías”. Esto debe organizarse mediante el establecimiento de conversaciones sociales (conversaciones profesionalmente estructuradas entre actores/sujetos)30.
Es indispensable entonces, pasar de la conversación a el diseño y elaboración de un Proyecto político para el territorio en su articulación al proyecto país.
Las identidades son un asunto tanto del “ser” como del “llegar a ser”. Están sujetas al continuo juego de la historia, de la cultura y del poder, de las prácticas y de las relaciones cotidianas, de los símbolos e ideas existentes. Subraya Larraín que este enfoque de la identidad no sólo mira al pasado sino también al futuro y asocia la identidad con el «proyecto». La pregunta por la identidad no es sólo “qué somos”, sino también “qué queremos ser”31.
Arocena propone definir “sociedad local” como “un territorio con determinados límites, portador de una identidad colectiva expresada en valores y normas interiorizados por sus miembros, y que conforma un sistema de relaciones de poder constituido en torno a procesos locales de generación de riqueza. Dicho de otra forma, una sociedad local es un sistema de acción sobre un territorio limita do, capaz de producir valores comunes y bienes localmente gestionados”32.
V.- Tenemos que potenciar la emergencia de una cultura del “Buen Vivir”
Potenciar el metabolismo de la ciudad y en ella instalar relaciones sistémicas que nos ofrezcan prácticas e intercambios cónsonos a nuestra comunidad y según las expectativas de los agentes, actores y sujetos comunales, es decir, como en palabras de la profesora Iraida Vargas, al referirse al rol de la cultura en la formación de la identidad, es necesario para ello, según nuestra autora comprender la significación de los hechos en el comportamiento humano, de suerte que ello nos permita asumir, el valor como una construcción societal, esto es:
Valor se refiere, entonces, a una relación; es un significado; unifica y no puede ser separado de los hechos. Podemos decir que el proceso para generar significación posee dos aspectos: el subjetivo, en el plano de la conciencia, reflejo cognitivo de la realidad, y el objetivo, en la instancia del ser social. Ambos se dan en simultaneidad…33
De allí que para dotarnos de una cultura de lugar en la ciudad, hay que trabajar en su construcción, ello es posible pues la interculturalidad llegada a este territorio tiene muchos bienes tangibles e intangibles que los generan, si los trabajamos adecuadamente, la estética necesaria y la ética de una voluntad del común en cuanto proceso y resultado del tránsito de su gente en la vida en comunalidad.
Por su parte, Bernardo Kliksberg34, apoyando el planteamiento de Stiglitz (1998), argumenta que la cultura es un factor decisivo de cohesión social en el que las personas pueden reconocerse mutuamente, cultivarse, crecer en conjunto y desarrollar la autoestima colectiva. Esto representa un gran aliado del desarrollo local ya que, preservando los valores culturales, se constituye una gran fuerza cohesiva en determinada época que, en otras oportunidades puede estar ausente. Esta fuerza es una que articula distintos agentes y promueve de hecho miradas diversas para coexistir bajo la armonía del metabolismo societal y social.
Para lograr este agregado se hace necesario potenciar el sistema organizado de la educación en la ciudad, en sus niveles y modalidades, para generar procesos formativos experienciales o bajo la orientación epistémica de la denominada pedagogía de contexto35, que estamos empeñados en conjugar en las prácticas de investigación y de integración socioeducativas en la ciudad.
El desempeño que se exige para actuar sobre valores y argumentos de este enfoque, tienen en el maestro Mariano Picón Salas, en nuestra visión comunal en cuanto fuente de conocimiento y comportamiento, posee una postura ética que asume lo cultural como ontología de la acción, y por lo tanto, la Cultura tiene valor en tanto surge como voluntad y necesidad interna más que como mecánica imitación de lo que viene de fuera. Su carácter foráneo, inadaptado, es el mayor obstáculo que pesa sobre nuestro sistema educativo. (Destino y Educación Venezolana, RNC, Nº 6, 1939). Y agrega, refiriéndose a la cultura, el efecto que a nivel continental esta posee, pues sobre el contraste muy hispanoamericano de tremendas desigualdades de riqueza y de miseria, de cultura e ignorancia corre nuestro desnivel social36”. Esto es, la misión de nuestro sistema educativo comunal y de las diversas formas de gobernabilidad y gobernanzas descansan, entre otros procesos y manifestaciones en el educativo que ha de tener fuentes de recreación y resignificación de las prácticas educativas en la ciudad, el origen de una formación que crece y evoluciona a partir de sus reflexiones situadas, y de las orientaciones que estas experiencias orienten sobre sus distintas modalidades al afirmar el sentimiento y la identidad caribiana. Tenemos entonces que reconocer en la ciudad el enfoque Geo-histórico que recupere los territorios de origen de la misma, y para ello, es indispensable elaborar la memoria que permita analizar la diversidad del actores, agentes y sujetos en torno a su arraigo popular, e integrar sin discriminación a quienes hoy tienen manifestaciones múltiples y expresiones diversas en su multiculturalidad, y desde luego, una vez asentados en estas reflexiones y acciones, exigen por supuesto pensar nuevas formas de conversar y dialogar en un movimiento de ciudad ecológica socialista.
Es por esto que se necesita un esfuerzo creativo de naturaleza promocional que entronque con una nueva cultura científica, innovadora, y, tecnológica en la ciudad, para lo cual el Plan de la Ciudad ha de considerar los siguientes conceptos y mecanismos:
- Métodos de planificación, orientados a garantizar la incorporación activa de todos los actores, tanto en el mundo académico, como los que representan otras modalidades de conocimiento;
- formación de redes de conocimiento, articulados con los problemas de la sociedad, a fin de incentivar la eficiencia de las políticas y realmente incidir en la solución de los problemas regionales y locales;
- el impulso de la transdiciplinaridad y la colaboración activa;
- la identificación de las capacidades existentes en el país para garantizar su socialización y promover el equilibrio regional, y
- el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el proceso de democratización y articulación de redes de conocimiento, como mecanismo estratégico para difundir de manera masiva y sistemática el conocimiento de la ciencia, la tecnología y la innovación, estimular el pensamiento científico y el interés de la sociedad hacia temas científicos y tecnológicos, así como el respeto y reconocimiento social de los pensadores, intelectuales, científicos e innovadores populares que contribuyan con la creación de una sociedad del conocimiento sólida y equitativa para el país (Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, 2005-2030)37.
En resumen hay que procurar la construcción de una cultura del “Buen Vivir” que dinamice los factores y dimensiones que estructuran las relaciones y los intercambios en la ciudad consigo misma y con el exterior. Hay en nuestra opinión que construir desde abajo comunalidad e incidir desde ellos y con nosotros, los planes de desarrollo comunal, lo que significa construir una propuesta de Buen Gobierno; es decir de “Gobierno múltiple” uno que haga concurrente distintas formas y modos de gobernar para situar un proyecto común desde el territorio, que facilite visibilizar la ciudad viva en sus expresiones interculturales, mostrando sus trazos culturales, sus subjetividades simbólicas, afectivas, estéticas, capaces de incidir en lo común del esfuerzo entre agentes, actores y sujetos como un todo.
Ofreciendo además de hecho la oportunidad de crear legitimidad sobre el poder constituyente y empujar oportunidad con-vivencial con el poder constituido, de manera que esta doble vialidad, influya en la fundación y recreación del Poder Comunal, quien ha de dignificar las acciones técnicas, organizativas, administrativas, políticas y gnoseológicas en general, desde los anteojos que valoren los enfoques de la diversidad, la sostenibilidad, las tecnología populares, y la feminidad en tanto criterios transversales de la cultura naciente del “Buen Vivir” en la Ciudad.
VI.- Hemos aprendido que se necesita tener un método para actuar y enredar los agregados culturales
En la ciudad hay que vertebrar e interconectar los distintos sujetos, actores y agentes territoriales que hacen vida activa en la ciudad, son ellos si se quiere el sujeto emergente, de naturaleza popular y con vinculación ético-políticos entre los movimientos sociales, políticos y tecno administrativos, que se manifiestan de las diferentes formas y modos de gobernarse y gobernar la Ciudad, como una fuerza en condensación, un todo metabólico que se inunda en los proceso transicionales ente el vivir mejor de hoy hacia el “Buen Vivir”, como urdimbre de satisfactores éticos y políticos en la equidad y el bien-estar en la ciudad.
Para ello proponemos impulsar articulaciones entre capacidades para actuar, desde la óptica de visiones compartidas, y modos de relacionamiento e interacción de las capacidades, entrelazados de agentes pensados como un todo, buscando en la mirada de sujetos populares, las distintas conexiones que entretejen actores para generar sinergias y autodesarrollo comunal, así como, exhibir a partir de esta visión, las influencias en/de los movimientos, organizaciones, redes, que abren espacios de autodiagnóstico con sentido político pedagógico para reflexionar el autoaprendizaje social en las diferentes manera se actuar, facilitar, catalizar, entre lo importante interiormente al gobierno comunal y sus estructuras, como en sus nexos extraterritoriales del mundo exterior a la ciudad. Por ello es que sugerimos:
- Impulsar los frentes de trabajo, consejos populares, los movimientos sociales, las organizaciones territoriales, las redes, la apertura de espacios de autodiagnóstico con un sentido político-pedagógico, es decir, articular los procesos de reflexión y autoaprendizaje en torno a las formas de hacer, de organizarse en lo interno y lo externo, y de incidir en políticas públicas.
- Dinamizar la red comunal, hay que situar colectivos (formal o informal, de determinada organización o conformado por personas de distintas organizaciones) capaces de cumplir un papel de facilitador y catalizador en estos espacios de autodiagnóstico, auto-aprendizajes y co-aprendizajes, situados en la reflexión-acción de la investigación y la integración socioeducativa.
- Apoyar la dinámica del metabolismo de la ciudad, las estructuras y medios para la acción que han de conformarse en los espacios de autodiagnóstico, de modo que agentes catalizadores puedan asumir el papel de visibilización y de enlace o puenteo entre distintas luchas, distintas instituciones, instancias, procesos y tipos de actores, sujetos, contribuyendo a acrecentar la fuerza política de la ciudadanía organizada.
- Potenciar estas formas y medios de auto referenciar y auto-conocimiento que tienen los intercambios en red, y sus acciones transformadoras entre medios idóneos para avanzar en la reconceptualización de las propias organizaciones, movimientos, y las redes de red, quienes han de construir el mapeo de las articulaciones entre capacidades, expectativas, y soluciones posibles, en tanto urdimbre social y societal de la ciudad.
A medidas que se cumplan estas formas de organizarse los distintos agentes, sujetos y actores, en el territorio y en la dinámica natural de los metabolismos societarios en particular, el momento, de actuar en relación a su metabolismo socio natural, adquiere valor al implicar la transformación de la naturaleza. El ser humano en este contexto, modifica el medio natural para su propio usufructo y fines. A su vez también actúa sobre su medio externo y se transforma a sí mismo.
En estas interacciones inventa y crea nuevas realidades, relaciones, interconexiones, entre el agente como totalidad y la interiorización de las correspondientes habilidades creativas como sujeto o actor técnico, quien modifica a la vez sus capacidades receptivas. Lo mismo ocurre cuando cualquiera crea belleza, ordena el sistema productivo societal, asimilando mucha sensibilidad para interactuar con los grupos que investigan y definitivamente en buena medida, se vuelve artistas, artesanos, del vivir viviendo en cuanto realizadores y arquitectos a la vez.
No puede estos agentes gozar de la salud y su sana vivencia, si no se es capaz de abrigar –al actuar- en la prevención el derecho-deber a enfermarse poco, sin haber creado en cuanto sujetos activos las políticas de prevención y actuación en tiempo real, explicaciones estas adecuada al plan de la nación (léase Plan de la Patria). Por esto la evolución humana no puede entenderse sólo como una historia del uso de la técnica, en nuestro caso, es indispensable reconstruir la emergencia de la Ciudad en su contexto, el rol de los agentes distintos, la enunciación debida, así como contextualizar en el ahora y en futuro, los hallazgos monetarios38 en cuanto referentes posibles al inicio de este trabajo de investigación, atendiendo de hecho al refinamiento de las personas o pobladores en cuantos seres humanos en desarrollo progresivo.
Por lo tanto el o la caribiana, a medida que afirma su poderío sobre las cosas inventando nuevas realidades, va en lo sustancial como sujeto activo y ser humano a desarrolla un sinfín de capacidades, habilidades y destrezas receptivas, unas veces como espectador, y otras, como protagonista efectivo, de sus innovaciones o creaciones. Así la evolución humana comporta, una expansión más allá de lo biológico, un crecimiento tanto como actor dispuesto a, o en la receptividad de sus creaciones a fin de que los seres humanos puedan ejercer sus derechos a vivir bien.
VII.- ¿Cómo se establece en el caso de estudio la relación epistemológica entre la observación y la realidad?, ¿Cómo delimitar el sistema? Y ¿Cómo establecer las distinciones?
El objeto de la indagación que hemos realizado tiene puesto los ojos al momento de elaborar este ensayo en una forma de establecer (enunciar) algunas explicaciones, sobre el sentido que cobran los nexos y sus distinciones que se advierten según las capacidades para actuar y las orientaciones tomadas por los agentes, luego de decisiones ante expectativas y demanda entre los actores en la realidad. Se trata a nuestro juicio, de acogernos a un enfoque epistemológico que tiene referencia en la dualidad teórica y paradigmática existente entre la capacidad subjetiva de tomar posturas frente a la construcción de los sujetos producto de un sistema organizado de relaciones político-estructurales, a partir de activar medios y procedimientos para ejercer el autogobierno en la ciudad.
Esto es la situación que deseamos explicar, la Ciudad la tomamos como un sistema vivo que procura su identidad, de modo tal, que para lograrlo, impulsa una dinámica que acerca progresivamente a los actores o agentes locales, buscando para ello, sentar posturas, mecanismos y procesos comunicativos y participativos, quienes apuntan a procesos vividos y no-vividos, quienes permean los sujetos anclados en la socio gestión comunal39.
Por ello asumimos como punto de vista el constructivista-fenomenológico, apreciando en las interacciones entre la Autoridad Única, su ejecutivo y las mesas sectoriales, observaciones participantes, y no participantes, desde esta visión consideramos también el observador, siguiendo a Luhmann en la idea de observación del propio observador.
El observador necesita según el trabajo realizado, previamente definirse respecto de lo observado, constituyendo este acto una continuidad o sinergia de procesos comunicativos. Estos se manifiestan en la delimitación del objeto de investigación y en los métodos y técnicas utilizados para aplicarlos en nuestro acercamiento cognitivo.
Para Luhmann por ejemplo, no se trata que el observador explique lo “debe ser” del fenómeno observado, sino como “es” él momento observado40, por lo que el papel del observador es esencial para evitar que afecte al sistema observado. El análisis de la complejidad social, léase el metabolismo del “Buen Vivir”, y en particular, cómo se está conformando el sujeto activo en Ciudad Caribia, solo puede realizarse bajo la abstracción en el nivel de la complejidad teórica, cuyo centro es el sistema en su dinámica, interpretado como un conjunto organizado de interacciones políticas-estructurales, terminan dotadas de propiedades, capaces de ofrecer explicaciones y análisis sobre el autogobierno y su organización actual.
Las distinciones se explican a partir de observar cómo aparecen los hechos en los intercambios instituyentes, y constituyentes, es decir, en la fundación previa de la forma, y el encuentro, intercambio entre agentes sustantivos para la comprensión. No puede en el caso de estudio, distinguirse claramente la forma sin la intervención de un agente, que es quien realiza la acción de construir y modificar una o varias relaciones complejas.
Notamos que la brecha entre capacidades para actuar y las expectativas para decidir, se reduce cada vez más en la ciudad, pues la organización del sistema y sus medios y procesos de comunicatividad y organización territorial se acercan.
Comienzan a estructurarse vínculos o nexos entre las mesas sectoriales y el autogobierno como un todo sistémico sistemáticamente. La operacionalización de esta idea se apoya en la actualidad en tres procesos interactivos a) El diálogo, para superar tensiones y contradicciones. b) La recurrencia al discurso que engrana prácticas con efectos circulares en forma de espiral que afectan a todo fenómeno humano. c) Razonamiento de la totalidad hologramática en cada acción41, del mismo modo que esta se encuentra regularmente en el todo omnilateral de la ciudad. Enfoque que estrecha interconexión entre el método que procura del conocimiento y la cosmovisión filosófica y teórica que lo acompaña42.
Materiales y métodos
Hemos partido de la idea-fuerza según la cual la naturaleza de este trabajo de investigación es cualitativa y para actuar el o los investigadores recurren a metódicas de la hermenéutica y el cuidado en la observación de la fenomenología fundamentalmente. El contexto lo constituyen las distintas terrazas que organizan la localización de los pobladores en el lugar, entre los años de fundación de la Ciudad, y el lapso que va de 2016-2018, constituyendo de interés las unidades de análisis: los agentes, actores y sujetos, quienes se han entrelazados progresivamente en cuerpo ejecutivo y las mesas de diálogo en la ciudad.
VIII.- Resultados y discusión del trabajo en marcha
Se observa el interés e importancia que supone el acercamiento a la explicación e interpretación de la brecha entre capacidades y decisiones, como se inicio el trabajo exploratorio por nosotros y otras compañeras.
Este acercamiento epistémico lo hemos realizado tomando como referentes el mito de las cavernas de Platón, que nos permite valorar a los pobladores desplazados por efectos naturales, ubicados en albergues cerrados, durante un tiempo, para luego de esta experiencia (oscurana), les tocó ser trasladados por el Estado a la Ciudad Caribia (léase encuentro con la luz aparente) un día, sin las amarras del albergue, y de hecho, con las reflexiones inconclusas sobre su tragedia en los sitios de origen, enunciación que ocurre en un momento dado, donde se encuentran de pronto en el tejido societal, signados por la dignidad, el nuevo amanecer, las prescripciones, leyes, reglas, y normas, que han decidido otros, sin la experiencia en ellos o ellas del mito y sus consecuencias, es decir, en un amaneciendo de golpe en la ciudad, entre los lazos de un orden cultural y político nuevo, uno que enmarca al sujeto, los actores y a los agentes, en otro estilo de vida, cuyos rasgos evidentes son los del vivir viviendo, fenómeno este, desconocido que los recibe sin las explicaciones sustanciales, y obviando los argumentos propios del cambio, entre el aluvión y la luz, que un día les amaneció. A nuestro juicio, siguen encadenados a unas inexplicación que carece de memoria y sentidos con respecto al alumbramiento y los sueños.
No han tenido tiempo para la inflexión que evidencie todavía la visión del mundo que los habita y les permite re-conocerse y re-significarse en cuanto actores o sujetos que tienen derechos y deberes en la nueva realidad. Por el contrario están dominados por una experiencia tras la cual no volvemos a pensar ni sentir del mismo modo vivido, esta es una epistemología del caribiano, que emite su alcance en un metabolismo del “Buen Vivir”, proviene de la dinámica que apenas comienzan a internalizarse y asumirse en el nuevo contexto y el discurso práctico. Pensamos que todavía no están establecidas las dimensiones y los subsistemas necesarios para ofrecer las interacciones entre realidad y cosmovisión del orden socio-cultural y político que les toca construir para vivir bien y mejor.
Al respecto existe pues, un sujeto persona-Estado en funciones de corresponsabilidad entre el gobierno comunal y sus diversas formas socio-políticas de organización en el territorio de otras maneras propias para decidir y hacer. Comienza a fraguarse un sujeto popular en condiciones desiguales de reciprocidad cognitiva, productivas, creadoras y emocionalmente sorprendidos por el efecto cavernas sobre la claridad o la luz.
En efecto, la dignidad emergente y el respeto entre diferentes e iguales aún no brota con el sentimiento íntimo de la identidad y la alteridad del ser, quien desenvuelve a buena parte de la población en una vida sin emoción aparente, y en la carencia de sentidos del vivir, sin valorar el talento y el talante de sus personas, carentes de regulaciones propias y del acceso a los bienes comunes y los servicios públicos como el resultado de una reivindicación de sus derechos conculcados por muchos años por la democracia representativa de naturaleza liberal autoritaria.
Existe mucha indecisiones en ellos y poca valoración de sus capacidades tanto para decidir, como para significar el sujeto legitimador que son en lo factico. Menos comprender que su lugar en la ciudad se corresponde con un estado en la situación económica social, en el orden cultural, y en los intercambios éticos-políticos, en una formación social y societal para la igualdad y las diferencias en el mantenimiento efectivo de los derechos y deberes al “Buen Vivir” como seres humanos, sin discriminación.
Así, el buen vivir como dice Acosta43 en definitiva, plantea una cosmovisión diferente a la occidental al surgir de raíces comunitarias no capitalistas. Rompe por igual con las lógicas antropocéntricas del capitalismo en tanto civilización dominante y también de los diversos socialismos realmente existentes hasta ahora, que deberán repensarse desde posturas socio biocéntricas.
Para otros como Delgado44, el buen vivir no se sustenta en una ética del progreso ilimitado, entendido como la acumulación permanente de bienes, y que nos convoca permanentemente a una competencia entre los seres humanos, con la consiguientes devastación social y ambiental.
El buen vivir se fundamenta en una ética de lo suficiente para toda la comunidad, y no solamente para el individuo. Su preocupación central no es acumular para luego vivir mejor. De lo que se trata es vivir bien aquí y ahora, sin poner en riesgo la vida de las próximas generaciones, lo que también implica distribuir y redistribuir la riqueza y los ingresos para empezar a sentar las bases de una sociedad más justa y equitativa, es decir, más libre e igualitaria.
Es impensable imaginar el futuro a costa de los sacrificios en el presente, como tampoco es admisible imaginar el presente sacrificando el futuro. Lo lógico en nuestra cultura es: “tenemos que estar bien ahora para estar bien por siempre”. Bajo este pensamiento, no se trata de vivir como sea (con plomo o arsénico en la sangre para arañar migajas de bienestar), sino vivir con dignidad, como seres humanos45.
Una ontología para el “buen vivir” está emergiendo en ciudad Caribia
Hay también una ontología en emergencia en la ciudad, pues está en construcción una mirada común para interpretar el mundo y reconocerse en él, es el producto de sus interacciones actuales con su memoria común, y diferenciada, quien da lugar al surgimiento de un ser social popular que decide y puede atreverse a resistir y transformar. La racionalidad en construcción es civilizatoria entorno a sus memoria ancestral y la reconstrucción en los suyos de otra visión y otra experiencia sana en un ecosistema sustentable y socialista.
Boaventura de Sousa46, es categórico en señalar que la injusticia social se basa en la injusticia cognitiva. Por ahora, no cabe la posibilidad de confrontación y diálogo entre conocimientos y sabidurías distintas. La versión oficial se limita a considerarnos en el territorio como sujeto activo en otra manera de conducir el desarrollo social y vivenciar sus aportes culturales y éticos a la dignidad y el respeto re-conocido de cada quien según su necesidad y cada cual según sus aportes a la creación de la vida toda47.
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