Reflexiones y ejemplos sobre la formación de competencias socioemocionales

26 de octubre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

El pasado 16 de septiembre, la Fundación Corona realizó un Conversatorio de Competencias Socioemocionales con el experto Koji Miyamoto, quien en distintas ocasiones recordó las altas implicaciones que tienen estas habilidades en el desarrollo de las personas, pero también en el progreso social y económico del país.

En esta ocasión queremos compartir con ustedes algunas de las grandes preguntas que se discutieron en este espacio, y que serán de gran ayuda y guía a la hora de poner en práctica la formación de competencias socio emocionales en distintos contextos.

¿Qué implicación tienen las diferencias en los contextos de aprendizajes de las competencias socioemocionales, por ejemplo, entre un niño del campo y un niño de una ciudad capital?

K.M: Es cierto que el nivel de formación de las competencias socioemocionales depende del contexto en que se desarrollen. Su formación puede ser diferente entre países, incluso entre ciudades de un mismo país y entre el contexto urbano y rural.

Por ejemplo, en Japón sobre salir y buscar destacarse es una competencia socio emocional cuya formación difiere a la de varios países, pues no es bien percibido socialmente que las personas hagan referencia a su buen desempeño y a sus habilidades superiores frente a otros. En la cultura japonesa prevalece la cohesión grupal y el éxito colectivo sobre el éxito individual. No obstante, este caso es totalmente contrario en la cultura norteamericana, donde la competitividad es bastante alta.

Las diferencias en los contextos de aprendizaje pueden variar el enfoque y la fuerza hacia el cuál se forma cierto tipo de competencias socio emocionales. En el caso rural de una comunidad agricultora, parecería que la formación de competencias como la flexibilidad y la adaptación no podrían tener gran relevancia, ya que las costumbres de estas personas vienen de décadas atrás y son muy arraigadas. Sin embargo, a la hora de que esta comunidad quiera mejorar los procesos de cultivo para mejorar su calidad de vida por medio de habilidades de investigación o uso de nueva tecnología, estas competencias entrarían a tener un rol importante.

Es por eso que desde la evidencia se ha visto que hay un grupo de competencias socioemocionales que si son generales y necesarias para la formación del ser humano sin importar el contexto. Por ejemplo, la empatía y la comunicación son competencias que son claves desarrollar en todo el mundo.

De hecho, esta es la razón por la que la medición y evaluación internacional de estas competencias sólo busca recoger información sobre aquellas que son globalmente relevantes y que puedan ser comparables.

¿Según esas diferencias en los contextos de aprendizaje, debería enfocarse la formación de competencias socioemocionales más en unas que en otras?

K.M: Enfocarse en una o dos dimensiones puede generar distorsiones en la formación. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que el enfoque en incrementar solo competencias como la “complacencia” (agreeableness) genera consecuencias en problemas alimenticios como la obesidad.

El objetivo final debe ser formar seres humanos integrales con un equilibrio entre lo cognitivo y lo socioemocional. Por eso, es importante tener un balance en la formación.

Según estudios de neurociencia se ha comprado que la formación de competencias socioemocionales si tiene un impacto el desarrollo cerebral y en los procesos de plasticidad. Estas competencias estimulan la forma en que las personas piensan, sienten y se compartan.

¿Podemos encontrar una relación entre la formación de competencias socio emocionales y la generación de violencia?

K.M: La formación de competencias socioemocionales es esencial en un país que está comenzando un periodo de reconciliación. Formar el respeto por el otro en las personas, entre muchas más habilidades, permitirá que un país pueda establecer una convivencia pacífica.

Pero, además, las competencias socio emocionales te permiten prevenir ser víctima de la violencia. Estas competencias pueden empoderar a las personas para navegar mejor el entorno, para evadir escenarios de violencia.

Una forma de enseñar competencias socio emocionales puede ser a través de las clases de historia. Permitir que los niños analicen y discutan hechos pasados de violencia, más allá de que memoricen fechas y protagonistas, permite sembrar en ellos un sentido crítico y reflexivo de estos comportamientos, que los lleve a pensar incluso en soluciones antes no pensadas.

A la hora de formar competencias socioemocionales a través de este tipo de reflexión y la expresión, es importante traer a colación hechos concretos y personas, que permitan que los niños generen sus propios análisis mientras se ponen en la situación del otro. El objetivo no es discutir lo sucedido, como fechas, protagonistas, bandos, entre otros; sino que los niños y jóvenes se involucren en el tema mediante la reflexión. Incluso se puede transpolar los sucesos que se están discutiendo a las problemáticas de la propia comunidad de los niños, para que ellos mismos contribuyan a buscar soluciones a problemas de su propio entorno.

Finalmente, Miyamoto destacó durante toda la jornada que el enfoque de la formación en competencias socioemocionales no sólo debe comprender lo formal (la escuela), debe también comprender el aprendizaje en los espacios no-formales (la comunidad, la sociedad). Esto es lo que él llama coherencia y cohesión en los contextos de aprendizaje, donde debe haber una articulación entre ambas (formal y no formal) en la que se deje de fragmentar el aprendizaje.

La construcción de estas competencias es una labor en llave y de doble vía que involucra escuela, familia y comunidad.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/angela-escallon-reflexiones-y-ejemplos-sobre-la-formacion-de-competencias-socioemocionales/

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Ángela Escallón Emiliani

Directora Ejecutiva de la Fundación Corona, una de las más reconocidas instituciones del país, que trabaja desde hace 51 años por el desarrollo social en Colombia. Ángela es master en psicología clínica de la Universidad de los Andes y trabajó 22 años en el sector público ocupando importantes cargos directivos en la Presidencia de la República, la Alcaldía Mayor de Bogotá y el Ministerio de Educación, ha sido asesora de varios Organismos de Cooperación Internacional en temas relacionados con el desarrollo, poblaciones vulnerables e inclusión económica y social y es autora de más de once publicaciones de impacto nacional. Su experiencia en el sector privado, de más de 13 años, siempre ha estado relacionada con Organizaciones no Gubernamentales, nacionales e internacionales en la implementación de planes y programas de desarrollo territorial o sectorial en América Latina y Asia.