Por: Marcel Doubront
Hablar del alejamiento político de nuestras Universidades (entre ellas donde trabajo) del proyecto Bolivariano es un poco polémico, no tanto por las persecuciones de los funcionarios que al parecer patentaron el revolucionometro, aunque como diría el Comandante Chávez en el Golpe de timón “Triste es que nos quedemos callados, para que no me llamen piedrero.” Ahora bien al referirme que puede ser un tema polémico es porque no se pone en duda la buena fe de “Algunas” autoridades universitarias, sino que en sus actuaciones como diría el Maestro Simón Rodríguez “no se entrevé el fin de la acción” y por consiguiente “lo que no se hace sentir no interesa” guardando relación con el analfabetismo que impide leer los presentes tiempos, pretendiendo cambiar el enquistado modelo universitario con las caducas estrategias del siglo pasado o como se puede acotar del Doctor Miguel Martínez Miguelez “ya entrando en el siglo XXI muchos sectores de nuestra ciencia no han entrado siquiera al siglo XX”
A lo largo de más de 17 años de Revolución Bolivariana el estudiante Universitario viene siendo beneficiado con una serie de reivindicaciones los cuales en décadas anteriores a la llegada de Chávez se conocían como sueños utópicos que al igual que otras políticas de exclusión formaban parte de la realidad social de la época, o como hiciera referencia Ander (1977) “la educación responde o es reflejo del tipo de sociedad existente” aunque no es cualquier cosa decir que somos el país con la 5ta mayor matricula de estudiantes universitarios del mundo, el atrevimiento de la municipalización de la educación como bandera de lucha para hacer toda la patria una escuela, la democratización carreras universitarias anteriormente potestad de las universidades autónomas y privadas, la creación de nuevas universidades con el proyecto Alma Mater, la entrega de más de un millón de tablets, más que dar una respuesta deja una gran pregunta ¿ fue y es la universidad reciproca ante tales esfuerzos?
En correlación con lo que se plantea hace algunos meses el Ciudadano ministro de Educación Universitaria Ciencia y Tecnología Hugbel Roa se preguntaba en un artículo de su autoría “Pero bien vale preguntarnos: qué ha faltado para que esta visión se imponga y en consecuencia se traduzca en beneficios directos y concretos para el pueblo, en la medida que la Universidad se incorpore a la sociedad con la fuerza y potencialidad que debe tener para la solución de los problemas. Una política científica nacional que estimule la solución para nuestra realidad, desde las universidades.” Realmente lo que ha faltado es trasladar la universidad popular del discurso a la realidad, entender que cuando Ribas proclamo de que “no podemos optar entre vencer o morir y que necesario es vencer” fue con la necesidad de luchar por romper con lo que no deja nacer lo nuevo, es imposible cumplir con los sueños de Córdoba si la universidad insiste en enseñar a no pensar, si los pensum de estudios siguen adaptados a la formación capitalista, entiéndase cuando las mayas curriculares carecen de historia de nuestra historia, no entendiendo todavía en una revolución que el conductismo y el tecnicismo se fortalecen cuando el sujeto desconoce de dónde viene y por consecuencia no tendrá visión del presente ni del futuro, algo muy similar a lo que planteaba el comandante Chávez cuando le decía a sus ministros “compañeros y compañeras, la parte medular de este proyecto: no debemos seguir inaugurando fábricas que sean como una isla, rodeadas del mar del capitalismo, porque se lo traga el mar.”
Si queremos formar una universidad popular de cara o a la altura de las demandas de la sociedad, asumamos nuevos métodos, razonemos como diría Zemelman en “entender que el destino lo transforman los hombres” si la sociedad hoy amerita de una universidad socio productiva no nos ahoguemos en buscar desde los decretos o lineamientos estructurales, busquemos desde la formación del sujeto histórico que pueda entender de donde viene, en donde esta y para donde debe ir, en ese orden de ideas Zemelman “El pensar histórico equivale a interpretar la disconformidad como una alerta frente a lo excedente, transformar lo reconocible o la simple constatación empírica en necesidad de nuevas preguntas que sean un puente para transitar desde la disconformidad hacia el problema que está en el fondo.” El sujeto histórico es el que asume la vanguardia para como diría Alí hacer la historia para que se pueda escribir en un mundo mejor, el sujeto histórico no es un ser del pasado sino un sujeto del presente para garantizar un futuro de desarrollo sostenible.
Cuando el Comandante Chávez hablo al país de la constituyente lo hablo entendiendo la necesidad de cambio, porque una revolución no puede ser factible bajo el pensamiento burgués, que se concentra más en el miedo de perder sus privilegios al escuchar la palabra socialismo, que concentrar los máximos esfuerzos por crear una nueva y mejor sociedad, hoy surge con más fuerza la necesidad de una transformación universitaria como muro de contención ante el ataque capitalista que día a día como un cáncer se come la revolución hasta en nuestras propias filas, el establecimiento de un plan pero desde los cimientos que marque la hoja de ruta para vencer o como estableció el Comandante Chávez en sus líneas de acción políticas del 2011 “es necesario establecer objetivos concretos, sobre el terreno, dentro del proceso real de transformación de la sociedad hacia el socialismo” esa carencia del plan es la que nos imposibilita en ser del tamaño de la tormenta en concordancia Ander describe “la educación no solo es el reflejo de la sociedad sino que influye en ella”
Por lo cual esta debe representarse en las demandas y requerimientos de las comunidades tal como está establecido en la Ley de Universidades en su Artículo 2 “Las Universidades son Instituciones al servicio de la Nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales” ahora bien es importante entender que ese abordaje, esas estrategias, para influir en el fortalecimiento de la de la sociedad venezolana desde las universidades, no pasa por el agotado modelo que instruye pero no educa, que enseña a obedecer pero no al que sujeto aprenda y desaprenda, que enseña a no pensar para que no aprenda a criticar.
Por ello la planificación universitaria no puede seguir haciéndose desde las cómodas y confortables oficinas en la Ciudad Capital cuando en las universidades de la región no hay ni salones ni baños dignos, (para no hablar de otras co$a$…) decía el comandante en el golpe de timón “A veces creemos que todo debe controlarse desde Caracas, no. Se trata de crear, como dice Mészáros, un conjunto de sistemas paralelos coordinados y de ahí la regionalización, los distritos motores.” la planificación para el diseño e implementación de estrategias para vencer los grandes desafíos que presentan las casas de estudios y a su vez el país deben repensarse desde el lugar de los acontecimientos, desde la realidad y características demográficas de cada institución, bajo que perfil profesional responde cada casa de estudio y no con lineamientos improvisados que solo sirven para la foto o para reafirmar que estamos MUY MAL, ejemplo: ¿parece lógico amigo mío y amiga mía que en una universidad que gradúa administradores la fuente de financiamiento sea realizar un Bingo bailable en vez de diseñar una empresa de producción social para garantizar un desarrollo sostenible?, lamentablemente eso pasa con el aplauso de las autoridades centrales.
Por ello cuando en artículos anteriores planteaba la interrogante de si era necesario un proceso Constituyente en la UNESR no era con un fin conspirativo como se entendió, más bien como dijera el Comandante Chávez en uno de sus primeros discursos como presidente “¿acaso le podemos tener miedo a la soberanía popular? ¿No hablamos de democracia pues? La soberanía no es nuestra” por supuesto desconozco si esto pudiera tocar algún negocio o intereses de poder y esa ignorancia asiste de que mi planteamiento no sea con mala intención, más bien el propósito fue inspirado en Chávez cuando en ese orden de ideas planteaba en 1999 que la constituyente “Tiene un objetivo fundamental como es la transformación de las bases del Estado y la creación de una nueva República, la refundación de la República, la relegitimación de la democracia. Ese es el objetivo fundamental de la Asamblea Constituyente”
Sigo pensando que la crítica no es traición, sino que las traición es aplaudir lo malo con intereses o no, por ello apelo más al llamado de participación que el de la anarquía que permite ver el problema en el otro y no la solución en nosotros mismos, por ello así como no discuto lo expresado por el Ministro Roa “el reto que ahora enfrentamos está marcado por la necesidad de que esa Universidad Popular se incorpore en el diseño, estudio, potenciación, difusión y sistematización del nuevo modelo productivo que estamos construyendo para dar al traste con el modelo rentista heredado.” También es cierto que las propuestas no pueden ser fragmentadas o tomar en cuenta las más cómodas, por lo contrario la victoria pasa por como dijera Silvio “por un Congreso del unido” entiéndase la suma de todas las partes NO desde los teatros sino desde las trincheras de lucha para encontrarnos como dijera Zemelman “ante la necesidad de abrirnos a lo no dado, comparable con la necesidad del caminante de encontrarle sentido al camino cuando lo vislumbra desde el paisaje por el que atraviesa”
Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a242571.html