Por: Mariana Otero
¿Cuál es la mejor manera de aprender a leer y a escribir? ¿Qué metodología da mejores resultados? ¿Es posible optimizar el rendimiento enseñando de una manera distinta y evitar así la repitencia y el abandono escolar?
El tema está en discusión desde hace décadas y ahora, después de 25 años de alfabetización con el actual método constructivista (la psicogénesis) –que sostiene que el origen del aprendizaje está en la psiquis–, vuelve a ponerse en el debate público.
Hasta fines del año pasado, el Ministerio de Educación de la Nación dejó trascender que habría modificaciones, que apuntaban a revalorizar lo que es conocido como “conciencia fonológica”, que se enfoca en la oralidad y en los sonidos de las palabras.
Sin embargo, con los cambios en los equipos técnicos nacionales se daría marcha atrás con la idea. Funcionarios del área se excusaron de confirmarlo o negarlo, aunque fuentes de la cartera confirmaron que ya se notificó a las provincias que no habrá transformaciones.
Ana María Borzone, investigadora del Conicet y una de las referentes de la perspectiva de la “conciencia fonológica”, fue invitada en noviembre para explicar en el Palacio Sarmiento las ventajas de dicha metodología.
“Los chicos para poder leer y escribir textos tienen que aprender a leer y a escribir palabras. Para aprender hay que enseñarles de manera sistemática. Una manera activa es a través del desarrollo de la conciencia fonológica y la enseñanza de las correspondencias (entre letras y sonidos). La conciencia fonológica no es un método; es una metodología más abarcativa y compleja, que no sólo enseña a leer y a escribir palabras, sino que enseña a comprender y a producir textos”, dice Borzone.
La experta asegura que la psicogénesis explica, en parte, el fracaso de los estudiantes en el secundario y es la causante de los problemas de comprensión de textos hasta en el ámbito universitario.
“Las investigaciones sobre este método revelan que los chicos se retrasan mucho en el aprendizaje y que no pueden comprender un texto porque no tienen fluidez para el conocimiento de palabras”, remarca Borzone.
Bibiana Amado, doctora en Ciencias del Lenguaje y docente de la Facultad de Lenguas de la UNC, explica que la alfabetización es un proceso de integración de prácticas sociales, cognitivas, lingüísticas y discursivas. La escritura es un modo de comunicación y es un sistema que demanda el dominio de un código.
“Cuando hablamos de conciencia fonológica no decimos que es igual a alfabetización. La conciencia fonológica se refiere a un conjunto de habilidades que nos permiten saber qué sonidos forman las palabras que escuchamos. Estas habilidades son parte del proceso de alfabetización”, dice.
Y explica: “Cuando se enfoca el proceso de alfabetización sólo desde la conciencia fonológica se corre el riesgo de limitar la comprensión de lo que significa el acceso a la lectura y a la escritura. Lo mismo sucede cuando se entiende que la lectura y la escritura no están vinculadas con la cognición sino que son prácticas sociales. Ese enfoque presenta un contrasentido porque la cognición humana es social. Así, podemos sostener que ambas prácticas del lenguaje tienen una dimensión social y cognitiva, lo que permite reconocer su complejidad”.
Fuentes del Ministerio de Educación de Córdoba dijeron que en las escuelas provinciales se aprende a leer y a escribir con una combinación de ambos enfoques.
Diferencias
Desde la perspectiva de la “conciencia fonológica” se trata de que los chicos sean capaces de encontrar la correspondencia entre grafemas (letras escritas) y fonemas (sonidos de esas letras). El punto de partida es la oralidad. Sus promotores aseguran que evita retrasos y que permite aprender a leer antes.
“La conciencia fonológica es la capacidad que desarrolla el niño de darse cuenta de que las palabras habladas, que escucha desde que nació, están compuestas de segmentos de sonidos, los cuales forman las palabras, y a su vez que esos segmentos (las palabras) están compuestos de sonidos individuales, que son las letras”, explica Alberto Fernández, doctor en Neuropsicología e investigador de la Universidad Católica de Córdoba (UCC).
El maestro interviene de manera precisa, para enseñar la correspondencia entre el fonema y su representación visual.
“Se juega con los chicos a prolongar los sonidos. Por ejemplo, ‘sssooolll’. Los chicos empiezan a prestar atención al sonido, no al significado. Hay un aprendizaje implícito porque ya identifican los sonidos, miran las palabras que empiezan con el mismo sonido y relacionan el sonido con la letra y van infiriendo las correspondencias”, explica Borzone.
Asegura, además, que un niño puede aprender a leer y a escribir en tres meses.
Desde la perspectiva psicogenética, el proceso de alfabetización ocurre con relación a la interacción con el medio y las experiencias culturales. Se alienta a escribir “como salga”.
“Los chicos de alguna manera tenían que ‘adivinar’ qué palabras estaban escritas, tenían que escribir como les pareciera y no se corregía el error”, refiere.
“Estos estudios basan su propuesta en la teoría de que el niño, al interactuar con palabras y textos va generando hipótesis mentales sobre el lenguaje y va construyendo su lengua escrita pasando por distintas etapas”, explica María Fernanda Freytes, magíster en Lingüística y docente en la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba.
Los detractores de este método sostienen que, de esta manera, no se llega a la comprensión de los textos y que no es efectiva en la alfabetización de niños de sectores empobrecidos.
“Aprender a escribir no es un proceso espontáneo, sino que supone mucha reflexión sobre el lenguaje”, sostiene Freytes. Y agrega: “No debe verse como una mera técnica mecanicista. El objetivo principal es automatizar las asociaciones de sonidos y letras para no ocupar espacio mental en ello y dedicarlo a la producción de textos en su contexto social”.
Metodologías
Dos posturas. Especialistas afirman que es necesario un cambio. En la actualidad se implementa en las escuelas el método constructivista (la psicogénesis), en el que el proceso de alfabetización ocurre en relación a la interacción con el medio y las experiencias culturales. Se alienta a escribir “como salga”… Los especialistas sugieren aplicar el de la “conciencia fonológica”, es decir el de las correspondencias entre letras y sonidos.