05 de abril de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/
Por: Josep Maria Puig
No se puede enseñar química sin pasar muchas horas en el laboratorio experimentando. Una química de libro es una mala química, aunque una química sin ningún libro quizás no llega ni a química. A la educación en valores le ocurre lo mismo: no se adquiere sin práctica, pero tampoco se aprende si falta la consideración de ideas. Para alcanzar este doble objetivo vamos a proponer siete sugerencias:
1. Reforzar la consideración distribuida de la educación en valores.
Los contenidos actitudinales y de valor de todas las áreas del currículum, así como los contenidos que tratan temas de valor a propósito de cualquier materia, son oportunidades formativas irrenunciables.
2. Dar espacio a la educación para la ciudadanía.
Entender esta “asignatura” como un espacio de diálogo para aprender a vivir en una sociedad democrática. Un proceso que consiste en llegar a formar parte de una colectividad y convertirse en un ciudadano activo: una persona que sabe exigir sus derechos, cumplir sus deberes y contribuir al bien común.
3. Una tutoría con tiempo suficiente para educar en valores.
Considerar la tutoría como otro momento fundamental de educación en valores. Una tarea orientada a trabajar la regulación y dinamización de la vida del grupo-clase y el desarrollo personal de cada uno de los alumnos.
4. Educación laica, cultura religiosa y reconocimiento de las diferencias.
Separar la educación religiosa confesional del currículo escolar y conseguir que todos los alumnos adquieran un conocimiento suficiente del hecho religioso, entendido como fenómeno antropológico, sociológico, histórico y cultural.
5. Construir una cultura moral de centro que impregne valores en el alumnado.
Crear un clima de centro que logre que el alumnado se sienta acogido en una comunidad democrática de aprendizaje, convivencia y animación.
6. La participación como mejor escuela de ciudadanía.
La cultura de las instituciones educativas debería abrirse de manera clara a la participación del alumnado. Los alumnos deben ser los protagonistas en las diferentes instancias de la vida escolar.
7. La formación cívico-moral a través del aprendizaje servicio.
Implicarse en un servicio a la comunidad y además prolongar este trabajo con actividades de aprendizaje escolar es uno de los mejores dinamismos de formación personal y de educación cívica.
Siete ideas para mejorar la educación en valores, aunque a buen seguro no son todas las buenas ideas que entre todos podríamos proponer 😉
Fuente artículo: http://blog.tiching.com/la-semana-de-la-educacion-en-valores-7-ideas-para-educar-en-valores/