Educación de futuro desde lo socio-político

10 de mayo de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Germán Pilonieta

Desde esta perspectiva, la democratización de la oportunidad, que es la categoría más significativa hoy, sí que ha resultado ser un completo fiasco.

Volviendo a la democratización de la oportunidad

Las cosas han venido  resultado como se esperaba, altos niveles de violencia, economía desastrosa, descomposición a todo nivel, corrupción a granel, asesinatos con sello Bacrim todos los días, fuerzas bien polarizadas que no ceden, gobiernos débiles y dudosos, en fin, todo lo que sabemos y sufrimos. Las consecuencias, también son conocidas.

En medio de todo esto, las víctimas más inocentes y realmente destruidas son los niños, los jóvenes y las mujeres de los estratos sociales marginados. No es sino asomarse al panorama de los desplazamientos originados por  la violencia o por las catástrofes naturales, o simplemente mirar los cinturones de miseria en todas partes. La democratización de oportunidad, frente a esta realidad resulta ser un mal chiste, o a lo sumo, un chiste cruel.

Si lo que se esperaría en este nivel son altos grados de participación, organización y productividad, nada de esto se ha logrado con el modelo de desarrollo implementado, ni con los enfoques de protección y de  educación que también se han puesto en marcha, incluyendo el de la doble jornada, de lo cual se esperaban cambios pero nada, todo siguió igual y sus efectos se evidencian ahora en las pruebas internacionales y nacionales y en las estadísticas de criminalidad adolescente.

La democratización de la oportunidad en lo socio-político tiene como base real los dos niveles fundamentales: los hábitos de crianza y la calidad de los maestros formadores y nada puede esperarse, como nada se ha obtenido, si las personas no han logrado vivir, desarrollarse y formarse, en espacios dinámicos de calidad formativa.

“Si no tenemos un modelo político como contexto, la pedagogía como mediadora del proceso hacia la libertad no será posible”. El marco en que  nos movemos no es el adecuado para el logro de los niveles de compromiso político de los ciudadanos, ni de los docentes y por tal motivo la libertad solo es una palabra escrita en alguna parte.

Democratizar la oportunidad para la organización significa haber podido liderar el propio  y personal proceso de desarrollo y formación. Adquirir la habilidad para  interactuar de manera inteligente  y crear nuevos ámbitos de realidad.

Democratizar la oportunidad para la productividad no es sino la suma de todo lo anterior, convertido en una fuente de potencialidad, creatividad y  construcción. Significa poner en marcha la autonomía y el compromiso en nuevas y renovadas formas de producir en todo sentido, no solo bienes y servicios, sino también conocimiento, belleza, arte y bienestar.

Democratizar la oportunidad en este nivel no es un acto masivo de populismo rayado de demagogia, es un acto de generosidad inteligente, en el que se crean las condiciones para que las comunidades, una a una, puedan acceder real y no aparentemente a sus propios procesos de formación y crecimiento de manera independiente. La descentralización es un buen mecanismo, pero la debilidad en la formación de las personas ha hecho que este invento, se frustre en la mayoría de los casos.

Democratizar la oportunidad es, en síntesis, volver la mirada y la acción formativa inteligente y alternativa a las condiciones básicas del desarrollo y a las raíces mismas de las desventajas de las personas para superarlas. Es diseñar y poner en marcha los procesos de formación que generan grandes y verdaderas posibilidades en los niños, en los jóvenes y en los adultos.

Democratizar la oportunidad es convertirme en un excelente maestro formador mediador, generador de experiencias sinérgicas y positivas de desarrollo y aprendizaje en todos los espacios en donde me encuentre y en especial en el marco de los procesos auténticamente formativos en niños, jóvenes y adultos.

Democratizar la oportunidad significa en última instancia haber descubierto mi proyecto de vida y llevarlo a cabo sin dilaciones de  ninguna clase, en función de los demás, de los que he priorizado como personas con las que puedo comprometerme.

Democratizar la oportunidad es también equiparme con lo mejor, para responder con eficacia a las necesidades estructurales y también a las coyunturales  de las personas.

La democratización de la oportunidad no es un concepto simple, es de magnitud categorial y como tal debe ser repensado, no para satisfacerme en actitud contemplativa o académica, sino para efectivizarlo y el camino real y estructural, es la construcción de procesos formativos  alternativas y además disruptivos, que generen condiciones destinadas a la eliminación de los factores  generadoras de la depravación cultural y al desarrollo posterior de las condiciones, también estructurales, de la interlocución con el desarrollo que vienen desde el futuro.

Sin esta perspectiva o perspectivas similares, es imposible alcanzar los necesarios niveles de progreso humano en nuestra sociedad. No será posible quebrantar el injusto estado de desequilibrio existente. Y lo peor de todo, no podremos encontrar el camino auténtico de una vida plena y productiva.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-de-futuro-desde-lo-socio-politico

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Germán Pilonieta

Maestro formador. Filósofo. Magister en investigación educativa, evaluación y análisis curricular. Gestión educativa y tecnología de la educación. Formador certificado en Modificabilidad estructural cognitiva. Doctor en educación. Ph. en educación. Miembro de número de la Academia Colombiana de Pedagogía y Educación. Director Equipo Cisne de investigación. Miembro del comité científico de la revista internacional Magisterio. Línea de investigación: educación de futuro.