El futuro ya llegó… pero no a la escuela argentina

Agustina Blanco

¿Qué nos atrasa y dónde está el futuro de nuestra educación?

Un sistema de educación equitativo y de calidad debe garantizar inclusión y aprendizaje significativo para todos los niños y jóvenes, ya que solo de ese modo lograremos la verdadera justicia educativa en Argentina.

La sociedad del conocimiento y el desarrollo de Internet nos obligan a repensar el modelo pedagógico tradicional que hoy se ha vuelto obsoleto. Los saberes disciplinares, desconectados unos de otros, que la escuela tradicional intentó que los chicos incorporaran en gran medida a través de la memorización, ya no son apropiados en un mundo en que la información está al alcance de un click donde, de modo inmediato, accedemos a los saberes que la humanidad ha producido. Pedir a nuestras generaciones jóvenes que se sienten pasivamente por horas a recibir una lección expositiva de un maestro es obligarlos a aceptar una situación para ellos incomprensible, sin estímulo, y que, sin lugar a duda, van a resistir. Ellos no aprenden, el comportamiento se ve afectado, y los maestros sienten una enorme frustración.

Compartimos algunas preguntas fundamentales que nos hacemos para intentar colaborar en la reflexión y el diseño de políticas adecuadas para transitar hacia un cambio educativo, apropiado para el siglo XXI: ¿Cómo transitar hacia un modelo donde los estudiantes sean protagonistas en la construcción del conocimiento? ¿Cómo desarrollar a los maestros para que pasen a ser facilitadores en el proceso que lleva a los alumnos a aprender a aprender, a resolver problemas, a clasificar información, a trabajar de manera colaborativa y por proyectos? ¿Cómo convertir las aulas en verdaderos laboratorios de innovación? ¿Cómo transitar del modelo pedagógico homogéneo, donde los saberes los imparte el docente a todos sus alumnos por igual, a uno heterogéneo, que respete la diversidad de intereses, ritmos de aprendizaje, talentos, y sueños de cada alumno?

Debemos acordar como sociedad cuál es el nuevo rumbo, y cómo comenzar a transitarlo. Esperamos que este aporte, basado en los avances académicos sobre el tema, contribuya al debate constructivo y a dar luz a las políticas necesarias que un nuevo paradigma educativo requiere, en miras al desarrollo genuino de nuestros pequeños y jóvenes, que son, sin ninguna duda, nuestro recurso más valioso.

Fuente del articulo: https://inclusioncalidadeducativa.wordpress.com/2017/01/25/el-futuro-ya-llego-pero-no-a-la-escuela-argentina/

Fuente de la imagen: http://www.slgdigital.es/img-noticias/foto125_1.jpg

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La educación en la nueva Socialdemocracia

Por: Luz Martínez Seijo y Victorino Mayoral

Nos encontramos en el momento actual ante una situación de retroceso tanto en el derecho a la educación como ante las oportunidades para desarrollar un itinerario educativo que sirva para asentar las bases de un futuro pleno

El sistema educativo es un ente vivo que no debe parar de mejorar, de ser objeto de reflexión para ser un instrumento cada vez más útil para nuestros jóvenes y para el futuro de nuestra sociedad. La educación en España ha mejorado sin ninguna duda en las últimas décadas; se han logrado altas tasas de escolarización y de titulación que han permitido que la educación haya servido como ascensor social, gracias a los esfuerzos realizados en políticas de igualdad, logrando que en nuestra sociedad los niveles socio económicos y culturales de partida no hayan sido un impedimento para que las distintas generaciones de jóvenes hayan podido mejorar el alcance educativo de sus familias.

Más allá de estos logros que durante décadas se habían conseguido en España, nos encontramos en el momento actual ante una situación de retroceso tanto en el derecho a la educación como ante las oportunidades para desarrollar un itinerario educativo que sirva para asentar las bases de un futuro pleno, basado en la formación integral y también con una perspectiva laboral. Es necesario un esfuerzo inversor para superar la agresión que las políticas conservadoras han perpetrado contra la financiación de la educación pública y para conseguir una educación de calidad integral para el alumnado en todos los centros públicos de todos los niveles y modalidades educativas.

En este sentido, es preciso y urgente consolidar las becas como un derecho subjetivo y así evitar que se obstaculice el acceso a la Universidad de alumnos procedentes de familias en dificultad social, como también es una prioridad lograr la reducción de las tasas universitarias, para que sean asequibles al estudiantado.

Es inevitable reflexionar hoy en día sobre dos cuestiones dramáticas que deben ser resueltas de manera urgente y decidida. En primer lugar, la pobreza infantil que lastra las oportunidades educativas de miles de niños y niñas en nuestro país por las restricciones de recursos socioeducativos que debieran ser provistos en condiciones de gratuidad y compensación escolar por parte de los poderes públicos.

El desempleo juvenil es la siguiente prioridad, un problema multicausal originado en parte por la falta de formación, por el absentismo, el abandono escolar, en otros casos por una insuficiente orientación académica y profesional que no alcanza al conjunto de las individualidades de nuestros jóvenes y por la nefasta reforma laboral. Sin ninguna duda, en este contexto de desempleo general es fundamental también garantizar la formación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida; lograr el derecho a la cualificación como derecho de la ciudadanía.

En estos sentidos, la Educación es un instrumento fundamental de política social para redistribuir equitativamente la renta, el conocimiento y las oportunidades sociales y profesionales a todos los ciudadanos/as.

El sistema educativo debe hacer frente a la formación de todos nuestros jóvenes, en un entorno inclusivo, ofreciendo una respuesta a las necesidades y a la diversidad de todos los alumnos, aceptando las diferencias y promoviendo el trato equitativo de cada estudiante. Por ello es preciso propiciar la búsqueda de estrategias, metodologías, espacios incluyentes y eliminar todo tipo de segregación en los centros educativos.

Los centros educativos a su vez deben preparar a nuestros jóvenes para la mejor transición posible hacia el mundo laboral, en el que se demandan nuevas competencias no suficientemente trabajadas en el entorno educativo. En este sentido es fundamental desde los centros educativos potenciar entre el alumnado la creatividad, la inteligencia emocional, la resolución de problemas, el reconocimiento de pautas complejas, el desarrollo de habilidades sociales y desarrollar la capacidad de comunicación efectiva de forma transversal desde la educación primaria.

En la sociedad actual, la escuela debe asumir como uno de sus fines fundamentales la educación intercultural, incorporando la interculturalidad en el currículo y generalizando las prácticas educativas inclusivas en el proyecto educativo de centro y en la convivencia de la comunidad escolar; en definitiva, los proyectos educativos deben centrarse en el desarrollo de todo el alumnado como ciudadanos/as iguales, cultivando el respeto a la diversidad y valorando la riqueza que esta aporta y significa. Se trata también de educar en valores con un modelo ético cívico y de Educación para la Ciudadanía Democrática propugnado por el Consejo de Europa y de garantizar la laicidad constitucional de los centros educativos.

La educación debe ser entendida como factor imprescindible para el fortalecimiento de la Democracia en sus diversas expresiones, entre ellas la necesaria autonomía de los centros educativos como gobernanza democrática de los mismos, protagonizada por la comunidad escolar de profesores, familias y alumnos, por medio de los Consejos Escolares, en el ejercicio de su derecho constitucional de intervenir en el control y la gestión de los centros públicamente financiados, conforme establece el artículo 27 de la vigente Constitución.

Esta es la base más sólida de la autonomía escolar, que nada tiene que ver con la creación de un sistema artificial de competitividad entre los centros, ni con la recreación de la dirección escolar profesionalizada siguiendo el modelo de la empresa privada.

En definitiva, existen problemas importantes que afectan a nuestra educación y que desde una perspectiva socialdemócrata deben ser abordados con un  incremento de la financiación pública. Es preciso fortalecer el servicio público escolar constituido por escuelas públicas inclusivas, como existe en los países europeos con democracias más sólidas y avanzadas y garantizar la gratuidad en los centros públicamente financiados, implantando una política social de igualdad de todos ante la educación.

Se deben abrir expectativas reales de formación para el trabajo a los jóvenes parados, facilitar a las familias la escolarización temprana y gratuita de la primera infancia, acordar el modelo organizativo y de gestión eficaz de los centros garantizando el derecho constitucional a la participación de las comunidades escolares, modernizar el currículo y la evaluación, y fortalecer estatutariamente el desarrollo de la carrera docente y la formación de los  profesores  para protagonizar una educación integral de calidad.

La Educación es un reto para aquellos que nos sentimos socialdemócratas. Sólo abordando estos objetivos de manera consensuada lograremos homologar nuestro sistema educativo con los estados europeos más avanzados, todo un desafío educativo que merece la pena. Cada vez somos más los que ahora estamos comprometidos con este proyecto de futuro.

Fuente: http://www.eldiario.es/tribunaabierta/educacion-nueva-Socialdemocracia_6_644345589.html

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Educación de futuro desde lo socio-político

10 de mayo de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Germán Pilonieta

Desde esta perspectiva, la democratización de la oportunidad, que es la categoría más significativa hoy, sí que ha resultado ser un completo fiasco.

Volviendo a la democratización de la oportunidad

Las cosas han venido  resultado como se esperaba, altos niveles de violencia, economía desastrosa, descomposición a todo nivel, corrupción a granel, asesinatos con sello Bacrim todos los días, fuerzas bien polarizadas que no ceden, gobiernos débiles y dudosos, en fin, todo lo que sabemos y sufrimos. Las consecuencias, también son conocidas.

En medio de todo esto, las víctimas más inocentes y realmente destruidas son los niños, los jóvenes y las mujeres de los estratos sociales marginados. No es sino asomarse al panorama de los desplazamientos originados por  la violencia o por las catástrofes naturales, o simplemente mirar los cinturones de miseria en todas partes. La democratización de oportunidad, frente a esta realidad resulta ser un mal chiste, o a lo sumo, un chiste cruel.

Si lo que se esperaría en este nivel son altos grados de participación, organización y productividad, nada de esto se ha logrado con el modelo de desarrollo implementado, ni con los enfoques de protección y de  educación que también se han puesto en marcha, incluyendo el de la doble jornada, de lo cual se esperaban cambios pero nada, todo siguió igual y sus efectos se evidencian ahora en las pruebas internacionales y nacionales y en las estadísticas de criminalidad adolescente.

La democratización de la oportunidad en lo socio-político tiene como base real los dos niveles fundamentales: los hábitos de crianza y la calidad de los maestros formadores y nada puede esperarse, como nada se ha obtenido, si las personas no han logrado vivir, desarrollarse y formarse, en espacios dinámicos de calidad formativa.

“Si no tenemos un modelo político como contexto, la pedagogía como mediadora del proceso hacia la libertad no será posible”. El marco en que  nos movemos no es el adecuado para el logro de los niveles de compromiso político de los ciudadanos, ni de los docentes y por tal motivo la libertad solo es una palabra escrita en alguna parte.

Democratizar la oportunidad para la organización significa haber podido liderar el propio  y personal proceso de desarrollo y formación. Adquirir la habilidad para  interactuar de manera inteligente  y crear nuevos ámbitos de realidad.

Democratizar la oportunidad para la productividad no es sino la suma de todo lo anterior, convertido en una fuente de potencialidad, creatividad y  construcción. Significa poner en marcha la autonomía y el compromiso en nuevas y renovadas formas de producir en todo sentido, no solo bienes y servicios, sino también conocimiento, belleza, arte y bienestar.

Democratizar la oportunidad en este nivel no es un acto masivo de populismo rayado de demagogia, es un acto de generosidad inteligente, en el que se crean las condiciones para que las comunidades, una a una, puedan acceder real y no aparentemente a sus propios procesos de formación y crecimiento de manera independiente. La descentralización es un buen mecanismo, pero la debilidad en la formación de las personas ha hecho que este invento, se frustre en la mayoría de los casos.

Democratizar la oportunidad es, en síntesis, volver la mirada y la acción formativa inteligente y alternativa a las condiciones básicas del desarrollo y a las raíces mismas de las desventajas de las personas para superarlas. Es diseñar y poner en marcha los procesos de formación que generan grandes y verdaderas posibilidades en los niños, en los jóvenes y en los adultos.

Democratizar la oportunidad es convertirme en un excelente maestro formador mediador, generador de experiencias sinérgicas y positivas de desarrollo y aprendizaje en todos los espacios en donde me encuentre y en especial en el marco de los procesos auténticamente formativos en niños, jóvenes y adultos.

Democratizar la oportunidad significa en última instancia haber descubierto mi proyecto de vida y llevarlo a cabo sin dilaciones de  ninguna clase, en función de los demás, de los que he priorizado como personas con las que puedo comprometerme.

Democratizar la oportunidad es también equiparme con lo mejor, para responder con eficacia a las necesidades estructurales y también a las coyunturales  de las personas.

La democratización de la oportunidad no es un concepto simple, es de magnitud categorial y como tal debe ser repensado, no para satisfacerme en actitud contemplativa o académica, sino para efectivizarlo y el camino real y estructural, es la construcción de procesos formativos  alternativas y además disruptivos, que generen condiciones destinadas a la eliminación de los factores  generadoras de la depravación cultural y al desarrollo posterior de las condiciones, también estructurales, de la interlocución con el desarrollo que vienen desde el futuro.

Sin esta perspectiva o perspectivas similares, es imposible alcanzar los necesarios niveles de progreso humano en nuestra sociedad. No será posible quebrantar el injusto estado de desequilibrio existente. Y lo peor de todo, no podremos encontrar el camino auténtico de una vida plena y productiva.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-de-futuro-desde-lo-socio-politico

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Educación de futuro

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Germán Pilonieta

Los desarrollos lineales que caracterizaron los fenómenos de productividad y con ellos los desarrollos educativos de las viejas generaciones ya no existen; antes eran garantía de continuidad y permanencia.

Abro este espacio de participación ubicándome en el contexto de la educación de futuro. Analizaré, desde varias perspectivas y en varias entregas, lo que ello significa y sobre todo lo que eso implica, esperando que sea un aporte significativo en la transformación de lo que hasta ahora hemos construido.

1. Los trasfondos paradigmáticos

Empezaré mi reflexión desde un espacio de recuperación conceptual, con el fin de poner en contexto, es decir, darle sentido, a los planteamientos que quiero compartir.

Los necesarios reposicionamientos y adecuaciones de la educación tradicional en los contextos diversos en los cuales ha surgido, hasta llegar a la sociedad del conocimiento y la información, debería dar como resultado un giro bastante pronunciado que obligue, a los distintos sectores, a la elaboración de nuevos enfoques teóricos que puedan soportar nuevas visiones y reconfiguraciones de lo que antes se denominaba educación, escuela, conocimientos, ciencia, enseñanza, docencia, escolarización, investigación, etc., pues estamos definitivamente en otros contextos.

Son muchos los aportes que durante estos últimos años se han venido produciendo al respecto[1]. Unos referidos a la natural tendencia a la inercia y la  continuidad y su reforzamiento, ocasionando con ello un grave retraso en su desarrollo  y otros, los mas interesantes, que se han ubicado correctamente en las fronteras del futuro y abren caminos hacia nuevos horizontes. Ya veremos cuales son, pues ellos son los que deben convertirse en el  fundamento conceptual-formativo de quienes quieran encargarse de la formación de las nuevas generaciones.

Los desarrollos lineales que caracterizaron los fenómenos de productividad y con ellos los desarrollos educativos de las viejas generaciones ya no existen; antes eran garantía de continuidad y permanencia. La educación tradicional con sus anclajes lineales, evidenciado en su explicita fragmentación en asignaturas y énfasis en lo escolarizante, ha hecho que poco a poco haya demostrando su ineficiencia y su ineficacia y ninguna ley  de educación, ni ningún acto administrativo que  le haga el juego a esta continuidad, podrá solucionar los problemas formativos que se plantean desde los nuevos contextos.[2]

La aparición de un nuevo modo en la producción de conocimientos,  ( ciencia modo dos), surgido de una dinámica de tipo holístico, como la cuántica, unido a un fenómeno económico denominado la “nueva economía”, entendida esta como el resultado de un conjunto de relaciones económicas glocales, de tipo contradictorio  y desigual a nivel internacional, así como en las diversas nuevas ciencias como la bioética, las neurociencias, las innovaciones disruptivas[3], etc., determinarán  un nuevo panorama en los procesos formativos del futuro.

Ahora bien, es preciso comprender y entender[4] que este tipo de procesos que llevan de un paradigma a otros mas poderosos, que generan nuevas estructuras y nuevos modelos de desarrollo, influyen y deben transformar las viejas instituciones reproductoras de conocimientos caducos como las escuelas, los colegios y demás instancias en donde se desarrollan procesos educativos, para que de verdad sean formativos.

Seguir considerando estos procesos tan importantes como simples servicios públicos, es desconocer su trascendencia y su significado en el mundo moderno. La formación de las nuevas generaciones debe constituirse como una empresa, como un proyecto vital de Estado y por lo tanto debe ser una empresa común y de todos. No de sectores privilegiados. En este sentido no puede haber ni privilegiados, ni excluidos, ni marginados.  El modelo anterior sí lo permitía y hasta lo fomentaba. Educación de cierto tipo para unos y de otro tipo para los demás y muchos se quedaron sin ninguna de las dos.

Los viejos  enfoques y los ya caducos modelos, fundamentados en viejas concepciones, deben ser muy rápidamente reemplazos por otros, pues se corre el peligroso riesgo de que al seguir insistiendo y fortaleciendo las viejas concepciones se le este haciendo un daño irreparable a los niños y jóvenes, pues se les estará educando para un mundo que ya no existe y se les dejara de formar para el que ellos deberán  comprometerse a seguir construyendo[5].

Un diseño radical de formación de  los nuevos maestros formadores es una necesidad urgente y este salto paradigmático bien podría darse bajo la figura de una innovación disruptiva, puesto que es muy difícil que las actuales universidades en donde se educan los licenciados, puedan romper sus rígidos esquemas. No es lo mismo señalar caminos[6] que recorrerlos.

De otra parte, es necesario que haya definitivamente una voluntad política que se convierta en actos administrativos inteligentes y de gran trascendencia para avalar, desde esas instancias, todos los intentos de transformación de lo que existe hoy.

[1] Generalmente llamadas innovaciones que no son más que cambios cosméticos o de fortalecimiento de algo que ya no funciona.

[2] Contexto, concepto fundamental referido mas bien a los contextos de diferente nivel que merece desde ahora un cuidadoso y muy “fino” tratamiento ya que todo lo que se diga, se haga, se planee,  se diseñe, se investigue etc, tiene sentido en el contexto, en estos nuevos contextos.

[3] Me referiré a cada una de ellas en las siguientes entregas.

[4] Comprender es contextualizar y Entender es establecer relaciones entre variables.

[5] Es conveniente reflexionar el paso de las diferentes generaciones, como la de los millennials a la nueva generación Z que rompe definitivamente con los paradigmas anteriores.

[6] Sobre todo caminos ya caducos que van a ninguna parte. Matrix.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-de-futuro

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