Por: Luisa Rodriguez Moreno
Partiendo del hecho de que un lápiz es tecnología y que con la tecnología de Johannes Gutenberg las humanidades se diseminaron en masa y popularizaron el conocimiento por toda Europa, es fácil comprobar que, gracias a la tecnología, aquellas viven una época dorada.
Sin la filosofía no podría existir la lógica matemática; sin la historia no podría existir la memoria de los descubrimientos; sin la poesía no podría existir la comunicación; sin las humanidades no podrían existir las ciencias. Parecen afirmaciones excesivamente contundentes, pero el homo laborans, el homo faber, sólo han sido posibles a partir del homo sapiens.
¿Por qué parece que las humanidades van de baja? Esa percepción -mero espejismo- es la que la ciudadanía siente cuando se dicotomiza el saber en parcelas separadas por motivos pragmáticos, académicos o laborales. Es una estrategia fácil que ayuda a clasificar, ordenar, priorizar, seleccionar los saberes. Pero de hecho el saber es un sistema sólido, congruente e indivisible. No obstante, para orientar y guiar a las personas jóvenes se organizan las profesiones en variopintas clasificaciones que parecen excluyentes.
La tecnología no sólo no va a reducir el valor de las humanidades, sino que va a facilitar el progreso intelectual y la sabiduría en cualquier ámbito, sea el denominado «de ciencias», sea el denominado «de letras». Son numerosos los ejemplos de científicos experimentales que se han interesado por la literatura (arquitectos, poetas, matemáticos músicos, químicos, literatos, ingenieros historiadores, médicos psicólogos) que han cursado paralelamente carreras de ciencias y de humanidades porque necesitaban vivir la complementariedad.
Las Humanidades y la Tecnología son hermanas. Recorren la historia de bracete.
Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2017/04/27/humanidades-fueron-son-seran-13917/