Del Bic al Clip y del Bit al Clic
Por: Mariano Fernández Enguita
No es un juego de palabras, es una explicación que debo. El pasado año, durante algunas semanas anuncié la salida de un libro cuyo titulo previsto era La larga y compleja marcha Del Bic al Bit: escuela y profesorado ante el nuevo entorno digital. Finalmente el libro no se tituló así sino …Del Clip al Clic… Me gustaba más el primer título, más pegado a la escritura y a un icono histórico como el bolígrafo Bic que tanta satisfacciones trajo a mi generación. Yo nunca olvidaré, por ejemplo, que no daba sorpresas sobre la tinta que podía quedarle. Un colega y gran amigo que ya se fue, Jesús Sánchez Martín, me contaba cómo una de sus profesoras en la Facultad de Educación de la U. Complutense, en la que yo estoy ahora, les explicaba detalladamente en clase que debían, por eso mismo, tomar apuntes utilizando bolígrafos Bic, pero del modelo transparente (no recuerdo si me dijo o no si era la de Tecnología Educativa, y probablemente se me pasaría preguntárselo). «Big naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal» es un sencillo pero eficaz cuarteto de rima consonante cuya letra y música me acompañará siempre, capaz seguro de resistir hasta un posible Alzheimer. El Bic naranja fue realmente una novedad con la que la empresa compitió consigo misma, y los Reynolds «automáticos» (con botoncito en vez de capucha) fueron pronto una alternativa (los Parker y demás eran solo para los mayores), pero nada pudo sustituir al Bic (transparente, «cristal»). En fin, qué decir de su potencia y precisión a la hora de lanzar bolitas de papel o granos de arroz a los compañeros y, los más osados, incluso al profe.
Me parecía, pues, una buena metáfora, pero no pudo ser. Y no pudo ser porque al departamento de Proyectos Editoriales de la Fundación Telefónica no se le ocurrió nada mejor que, a última hora, enviar un correo a la empresa Bic pidiéndoles permiso para utilizar su nombre de marca en el título del libro. Yo dije desde el principio que me parecía una pérdida de tiempo innecesaria, pero, una vez puesta en marcha la rueda de la burocracia no hubo ya quien la parase. Como se pidió a última hora, no había mucho tiempo para obtener respuesta. Como se envió a un correo obtenido de la web, con un dominio mexicano de filiación jerárquica incierta, la única respuesta fue que se cursaba la solicitud al departamento pertinente… y nunca más se supo. Como por esas fechas Bic estaba cambiando de consejero ejecutivo, es probable que nadie quisiera molestar a los nuevos jefes ni decidir por sí mismo. Como, ante mi insistencia, se hizo una consulta a los servicios jurídicos de la Fundación, estos dieron la única respuesta que cabía esperar: que, sin permiso, y más después de pedirlo, no se podía utilizar el nombre (¿quién va a arriesgarse a que su empresa se encuentre con una demanda judicial por utilización indebida de marca registrada, aunque la probabilidad sea una entre un millón, si no le va nada en ello y puede reducirla a cero con solo decir que no?).
Librerías y bibliotecas están llenas de libros dedicados a las empresas y que incluyen la marca de estas en el título de aquellos. Los hay, por ejemplo, sobre SEAT, General Motors, ITT, Microsoft,Google, WalMart, The Beatles, etc. Es más, los libros sobre los Beatles es probable que los celebren, pero los escritos sobre ITT, GM, SEAT, Zara, etc. se dedican más bien a ponerlas a caer de un burro, por lo menos en el ámbito de la sociología (lo sé porque he leído unos cuantos). Por lo demás, un libro sobre las relaciones laborales en las factorías Bic podría ser más o menos favorable a la empresa, pero un libro que identifica toda una época con el Bic no hace sino reconocer su importancia y su dimensión de icono. De hecho, mi libro no habla ni una sola vez sobre el conocido bolígrafo sino que tan solo lo utiliza para caracterizar una época –un halago, yo creo, o al menos un reconocimiento. Y, aunque no fuera así, no tengo noticia de un solo proceso judicial por la utilización de una marca en el título de un libro de ensayo, pues probablemente, incluso en el peor de los casos, la empresa preferirá que el libro se consuma en el mundo académico sin más ruido, antes que generar siquiera un pequeño titular de prensa que lleve a alguien a preguntarse que podrían querer ocultar. De hecho, en el proceso de búsqueda de títulos que incluyeran marcas encontré que incluso el mío ya había sido utilizado: «Del Bic al Bit. Actitud de los profesionales de enfermería ante los ordenadores», había sido el título de un artículo de M.ª Dolores Burguete, José Ramón Martínez y Javier Cebrián, publicado en la revista Investigación y Educación en Enfermería (Universidad de Antioquia, Facultad de Enfermería, Medellín, Colombia), Vol. XXII N.º 2, septiembre de 2004. Pero ya se sabe que los académicos somos bastante frívolos en cuestiones de propiedad intelectual.
Pero no supe convencerles y, llegado el caso, elegí ceder antes que entrar en un debate interminable y con pocas perspectivas. El título final fue el elegido, entre varias opciones, por un centenar de tuiteros en respuesta a una miniencuesta. Una pena, porque a mí me gustaba (y me sigue gustando) más el primero, pero el libro era más importante que el título. Mis disculpas, pues, a quienes esperaban un título y se encontraron con otro; el libro, en todo caso, es el mismo.
Para demostrarlo, y aprovechando, anexo el enlace a una presentación del mismo. Ha tenido lugar hoy (ayer, ya) ante un grupo de interesados del Club de Bibliocoaching del Grupo blc. Tiene la peculiaridad de ser una presentación en línea, fórmula elegida por mí porque andaba falto de tiempo y porque quería experimentar con el uso, fuera de la Universidad, de BigBlueButton, una aplicación para webinars (webinarios, supongo que es la traducción). Suena algo metálico, por lo que prometo usar un micrófono de diadema la próxima vez, pero de alguna manera hay que empezar. Después de alguna experiencia con Skype y con Google Hangout he de decir que me me parece incomparablemente mejor BBB, que da mucho más control al ponente/moderador y es más fácil para los demás participantes, pero aun así habrá que practicar.