Bolivia / www.lostiempos.com / 5 de Julio de 2017
NINGUNA UNIVERSIDAD BOLIVIANA SE UBICA ENTRE LAS MIL MEJOR CLASIFICADAS DEL MUNDO POR LAS CONSULTORAS ACADÉMICAS | SOLAMENTE DOS ROZAN EL PUESTO 3.000. APENAS OCHO INSTITUCIONES DE ESTUDIOS SUPERIORES DE BOLIVIA SE UBICAN ENTRE LAS MEJORES 300 DE LATINOAMÉRICA.
El mundo del siglo XXI es el de las insufribles comparaciones. Estadísticas, procesadores e internet conmueven, por ejemplo, cada nada al fútbol. Y en Bolivia se sufre pues es el deporte más practicado y, según varios expertos, cuenta con gran potencial, pero, sabe regularmente a frustración. Tras 93 años de competencias, en torneos de clubes y selecciones, ostenta escasos cinco títulos internacionales y tres subcampeonatos.
Suman más de 250 las ocasiones en las que nuestros representantes fueron eliminados en las primeras rondas de clasificación. En las tablas de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) la mejor ubicación en el área de selecciones fue 18, en julio de 1994. El peor lugar del seleccionado boliviano ha sido el 115, entre 211, en octubre de 2015. En el ranking de equipos el mejor lugar resultó el 32, sobre 990 clubes, y lo ocupó el club Bolívar el año 2005.
Actualmente la selección ocupa la posición 73; y The Strongest, Wilsterman y Bolívar los puestos 362, 465 y 738, respectivamente. Por ello, futbolistas y técnicos, quienes son exportados con poca frecuencia y rara vez a instituciones importantes, suelen ser criticados por aficionados y periodistas. Basta un par de nuevos tropezones internacionales para que se desate un festival de la discriminación en tribunas, redes sociales y medios de comunicación. Se les cuestiona desde la edad y el origen hasta la falta de disciplina o valor, entre otras cosas aún menos amables.
¿Qué pasaría si en este siglo de las tormentosas comparaciones computarizadas, en un ejercicio similar se evaluase a otras instituciones bolivianas? Hoy existen rankings casi para todas las actividades humanas. Como buena parte de éstas se modelan en las aulas universitarias, pues bien valdría hasta hacer un ejercicio de imaginación con barras incluidas y preguntarnos: ¿y cómo marchan nuestras universidades en las tablas comparativas mundiales y regionales?
CELEBRACIONES POR EL RANKING
La figura no resulta tan ficticia. En diversas partes del mundo, cada vez que las consultoras académicas actualizan sus publicaciones se desata una especie de euforia deportiva.
“La UNAM ‘la rompe’ en este ranking mundial de universidades”, celebraba, por ejemplo, el diario digital Nación 321 en México hace 10 días. Destacaba así que aquella casa de estudios alcanzó el tercer lugar en Latinoamérica, según el ranking de la consultora inglesa Quacquarelli Symonds (QS). El texto cita las 10 universidades mexicanas clasificadas por QS y recuerda que la UNAM estuvo entre las 95 mejores del mundo en 2005.
En Chile, El Dinamo publicaba: “La UC sube 10 puntos en ranking mundial de universidades”. Luego, como quien describe un estilo de juego, el texto detalla las virtudes que le fueron consideradas a esa universidad católica. Finalmente, habla de las 12 instituciones educativas chilenas que forman parte de las 800 mejores del planeta. Es posible hallar publicaciones similares de Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Cuba, Uruguay, Venezuela y Costa Rica, cada vez que se pronuncia el QS.
En este ranking de las 959 mejores universidades del mundo incluso figuran países sufridos como Uganda o Palestina, todos con su respectiva banderita nacional. La única roja, amarilla y verde corresponde a la Universidad de… Ghana, en el puesto 801, por si sirva de algún consuelo. Es decir, ninguna universidad boliviana clasifica en la tabla inglesa de las mejores del planeta. Habrá que esperar que QS amplíe sus mediciones hacia las regiones y a nivel global, como suele hacerlo.
MÁS ALLÁ DEL PUESTO 17 MIL
En 2016, por ejemplo, cuando publicó su tabla latinoamericana, seleccionó a las 394 mejores universidades. No permitió un mayor entusiasmo nacional porque entre los 100 primeros puestos no figuró ninguna institución boliviana. La primera de las nuestras en aparecer en el ranking resultó la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), se ubicó en el puesto 108. Fue además la única entre las primeras 170 de la región. El lugar 171 correspondió a la Universidad Católica Boliviana (UCB) y el 181 a la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
Sólo ocho universidades bolivianas, de las 55 reconocidas oficialmente, fueron clasificadas por QS, ninguna se ubicó más abajo del puesto 301. A las citadas se suman la Universidad Privada del Valle (Univalle), Universidad Privada Boliviana (UPB), Tomás Frías de Potosí, Juan Misael Saracho de Tarija, Técnica Oruro y la beniana José Ballivián. QS no señala las ubicaciones de estas universidades en el contexto mundial. Sin embargo, otra de las consultoras académicas, la webometrics del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), publicó dichas posiciones en días recientes.
Este 25 de junio último, la página web de la CSIC invitó indirectamente a la humildad y los súper esfuerzos a la educación superior boliviana. Entre 21 mil universidades del planeta, sólo ocho de las nuestras se encuentran antes del puesto 10.500. Treinta casas superiores de estudio bolivianas se hallan más abajo del puesto 17.000. Y mejor no entrar en detalles sobre las últimas posiciones.
En ese escenario de goleada académica en contra, el honor lo salvan de alguna manera las ya citadas en el ranking QS más dos universidades cruceñas: la Gabriel René Moreno y la Privada de Santa Cruz. En el ranking CSIC sólo la UMSS (puesto 2.994) se ubica entre las 3.000 mejores universidades del planeta. Apenas la UMSA (puesto 3.308) y la UCB (4.184) están entre las 5.000 mejor clasificadas. En síntesis, si se tratara de fútbol, para nuestra educación superior el mayor logro nacional no serían ni campeonatos ni subcampeonatos siquiera muy ocasionales.
Casi nada se exporta pues las consultoras académicas (son cinco activas regularmente) valoran factores como la visibilidad y la actividad de las universidades. Se centran en la medición de aspectos como el impacto, la calidad de los contenidos, los premios alcanzados, el prestigio internacional y el rendimiento académico. Cuentan también el valor de la información, la utilidad de los servicios y la presencia total de páginas alojadas en el dominio web principal. Y claro, consideran especialmente la apertura a crear repositorios institucionales de investigación y la excelencia, con trabajos académicos publicados en prestigiosas revistas internacionales.
LAS LIGAS MAYORES
Si de algo de consuelo adicional sirve, en general, las universidades latinoamericanas no clasifican entre las mejores 100 del mundo. En estos años sólo han entrado en ese grupo la Universidad de Sao Paulo (USP), la Universidad de Buenos Aires (UBA), la UC de Chile y la UNAM. Los primeros 20 puestos constituyen un virtual monopolio de EEUU e Inglaterra más alguna institución suiza o canadiense. Entre los 50 ya se inscriben varias universidades del Asia, especialmente chinas.
Desde hace años permanecen en el podio de los rankings casi inamovibles cuatro celebridades casi míticas: Harvard, Standford y el Massachusetts Institute of Technology (MIT), por EEUU, y la británica Cambridge. Lo propio en Latinoamérica donde se sitúan recurrentemente a la cabeza las cuatro ya mencionadas (USP, UBA, UC y UNAM). Allí la disputa de calidad se centra entre Brasil, Chile, Argentina, México y Colombia.
Por ello, si fuera fútbol, probablemente nos quedaría como mérito mayor eso de “lo importante no es ganar, sino competir”, sin ir más lejos. Las universidades bolivianas todavía no compiten ni en grandes ni en medianas ligas. Algo que, para mayor pesar, incluso no existe un escalón más abajo, en la educación escolar, considerada una de las causales del bajón universitario. En ese nivel, las autoridades bolivianas desde hace más de una década se han negado a aceptar mediciones internacionales de suficiencia y calidad académica.
¿Cómo vamos en educación básica y secundaria? La respuesta constituye un misterio relativo y tardíamente descifrable en las pruebas de ingreso a las universidades. Por ello, así como en el fútbol a los dirigentes, quizás quede la mirada inquiridora en autoridades y empresarios. Seguramente también sea necesario reflexionar constantemente a esas virtuales divisiones infantiles con un: “¡Esfuércense muchachos, que algún día llegaremos a un (ranking) mundial!”.
Y, claro, probablemente habría que pensar y recordar más la próxima vez que surja la intención de lanzar alguna hiriente crítica a nuestros futbolistas. Corren tiempos de tormentosas y generalizadas comparaciones.
(Con datos de http://iffhs.de/club-world-ranking-2016/,
http://www.webometrics.info/es/world,
http://www.universia.es/ranking-universidades-mundo/sect/1121699,
https://www.topuniversities.com/university-rankings/world-university-ran… y http://www.shanghairanking.com/es/)
“En este ranking de las 959 mejores universidades del mundo incluso figuran países sufridos como Uganda o Palestina, todos con su respectiva banderita nacional. La única roja, amarilla y verde corresponde a la Universidad de… Ghana, en el puesto 801, por si sirva de algún consuelo”
“En Latinoamérica se sitúan recurrentemente a la cabeza las cuatro ya mencionadas (USP, UBA, UC y la UNAM). Allí la disputa de calidad se centra entre Brasil, Chile, Argentina, México y Colombia ”
“En diversas partes del mundo, cada vez que las consultoras académicas actualizan sus publicaciones se desata una especie de euforia deportiva. “La UNAM ‘la rompe’ en este ranking mundial de universidades”, celebraba, por ejemplo, el diario digital Nación 321”
Fuente:http://www.lostiempos.com/oh/tendencias/20170703/educacion-universitaria-vamos-peor-que-futbol