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No es de extrañarnos que muchas de nuestras clases de colegio han sido tremendamente aburridas y tediosas, y la metodología que usaban varios de nuestros profesores, no captaban nuestro interés.
Hoy en día existen nuevas herramientas pedagógicas que, junto a un buen docente que las entienda y focalice adecuadamente, pueden tener el efecto que se busca: motivación e interés de los alumnos para aprender un tema.
Los videojuegos en la educación ya son una realidad, y pueden representar la clave de los profesores para hablar en el mismo “idioma” que los alumnos pues poseen características inherentes que los hacen llamativos para niños y adolescentes: estímulos audiovisuales, información interactiva, mundo atractivo e irreal, historia interesante y, lo más importante, participación activa del jugador (alumno).
Hay estudios que afirman que jugar videojuegos con frecuencia ayuda a desarrollar habilidades psicomotoras como la visión selectiva, es decir, filtrar lo que vemos para enfocarnos únicamente en aquellos elementos que nos interesan y nos sirven, y la coordinación espacial, así como las habilidades cognitivas de memoria y concentración.
Además, es un hecho que los videojuegos permiten que los alumnos aprendan a través de la experimentación (prueba y error), sin miedo a equivocarse, que desarrollen estrategias para superar obstáculos, que tomen decisiones rápidas en base a mucha información, que hagan varias tareas a la vez y que potencien su trabajo colaborativo. De cierta forma también aportan a la necesidad de sentirse competentes al pasar a otros niveles, importantes al compartir su experiencia con amigos, y autónomos al decidir qué rumbo tomar en el juego. Nada mal para tratarse de videojuegos que, incluso hoy, siguen siendo algo satanizados.
Es posible educar y entretener a la vez. La naturaleza del ser humano es lúdica, y jugar nos permite transportarnos e involucrarnos plenamente en una realidad ideal que nos reta y nos enseña.
Ya existen juegos para enseñar diversos temas de matemáticas e historia, por ejemplo. El caso más conocido es el de MinecraftEDU, una variante del videojuego Minecraft, que permite interactuar en un mundo creado por bloques parecidos a los de Lego, construyendo estructuras en colaboración con otros jugadores y sobreviviendo a los retos que se presentan. Los profesores tienen el control del entorno virtual por lo que pueden moldearlo de acuerdo al tema que desean transmitir.
En Perú, El Grupo Avatar que cuenta con el respaldo de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), desarrolló el videojuego de estrategia “1814: La rebelión de Cusco” para complementar las clases de profesores respecto a la rebelión de los hermanos Angulo y Mateo Pumacahua, sin recurrir a la memoria de los alumnos sino al entendimiento completo del entorno y contexto de aquella época.
El Grupo Avatar también ha desarrollado el videojuego en 3D de “Mariano: el último sueño”, tomando como base la vida del poeta peruano Mariano Melgar, con el objetivo de transmitir a los alumnos los valores que este personaje poseía.
Finalmente, considero que la educación debe renovarse, dinamizarse e incorporar dentro de su metodología pedagógica, herramientas que sean familiares a los alumnos, específicamente los videojuegos, con el fin de agilizar el aprendizaje pero sobretodo, de interesar a los alumnos en temas complejos.
Fuente: http://www.puntoycoma.pe/bohemia/los-videojuegos-en-la-educacion/