Por: Luis B. Saavedra M.
Ha dicho la rectora de la UNEXPO, Dra. Tita Añez, que el concepto de autonomía universitaria no puede entrar en discusión en el marco de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y que AVERU actuará en consecuencia defendiendo tal principio, etc., etc. Como fuere, constituye ésta una noción de vieja data y ya reconocida como tal en la Constitución Madre de 1999, artículo 109, donde discurre sin salirse de los causes tradicionales, por ejemplo que es una comunidad de intereses espirituales formada por estudiantes y profesores reunidos con fines de buscar la verdad y defender los grandes intereses del hombre, como en la ley de 1970. ¿Cómo conjugar tradición, modernidad y la postmodernidad o transmodernidad con fines adecuar a los momentos actuales la misión, visión y valores de esta institución fundamental de la sociedad del conocimiento que vivimos ahora?
Pero veremos cómo esta ANC afronta semejante reto, más aún con estos constituyentes que hasta lo que va de sesiones votan en bloque y sin que los sectoriales digan ni pío. Se acogen a aquel antiguo principio de las órdenes religiosas, según ciertos Maestros de Formación de Aspirantes y Novicios, a saber, que quien obedece no se equivoca. Y al respecto estos compas son contumaces, esperemos que algunos como el personaje principal de «El turno del escriba», Rustichelo, en alguna de esas plenarias se rasquen la cabeza y al tropezar con una liendre les genere inquietudes y se pongan a filosofar acerca de qué significa educar al hombre y la mujer en pleno siglo xxi en ciencias, humanidades y tecnología, más allá de repetir cual copistas viejos clichés ideológicos como la falsa conciencia que alimenta la corrupción, lastre que perturba cualquier intento de transformación.
Entendemos que estas y otros aspectos habrá tiempo de ser tratados en los dos años que al menos tienen para legislar la máxima asamblea. Un asunto central es como dice José M. Miyar Barrueco, recordando a José Martí, en «Palabras de Doctor Honoris Causa de la Universidad de la Habana» (15 de abril de 2007) cómo llevar la universidad a la vida productiva, laboral, social y política donde miles y miles de compatriotas con dedicación, esfuerzo y entrega desarrollaban en la vida, con su participación y esfuerzo, la base material, cultural y productiva del país. Dedicar la fuerza creadora del pueblo, la fuerza impulsora de las masas» (p. 10).
Esa situación representa, como hemos dicho ya aquí, todo un reto que los anteriores gestores de la educación superior o universitaria en el marco de la Revolución Bolivariana no han podido o no han querido agarrar por los cachos, potenciar la infraestructura académica y física, así como valorar el talento humano que está presente en tales organizaciones. Tal vez la recién firmada III Convención Colectiva de los Trabajadores que por demás debe poner fin al llamado horario crítico abone en ese sentido, que por demás llamó poderosamente la atención que el presidente Maduro no le dio publicidad, se firmó y sólo por las redes sociales fue que circuló esa información. ¿No quería que se supusiera de tan malo que es? O, al contrario, cabe pensar que es tan bueno que no se quiso hacer escándalo.
Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a250715.html