¿Qué hay de malo en que solo aparezca un modelo de familia en los libros de texto?

Por 1 de cada 10 /Blog de la diversidad sexual y el género

Celeste Carrasco es madre, junto con Paloma Calle, de dos niños de 5 y 2 años.

Libro de 1º de Primaria de la editorial Vicens Vives

Mi familia no es ejemplar, es sencillamente como la tuya. Al igual que en tu familia, en la mía nos queremos y cuidamos. Es más, estoy segura que también coincidimos en el esfuerzo por educar a nuestros hijos e hijas desde la igualdad y el respeto a la diferencia. No me sorprendería si tu familia y la mía depositaran la misma confianza en los colegios e institutos con la esperanza de que sean espacios seguros, tolerantes e inclusivos. Sin describir como está constituida tu familia o la mía, sin dar detalles de nuestras creencias religiosas, procedencia o raza, me atrevería a decir que hay valores fundamentales que tu familia y la mía comparten.

Aun así, en los libros de texto de 1º de Primaria que mi hijo abrirá por primera vez en septiembre, mi familia está excluida. ¿Y qué tiene de raro mi familia para no estar representada en una herramienta de la escuela pública como es un libro de texto, repleto de fotografías y dibujos que pretenden ilustrar el reflejo de la realidad? ¿Qué tiene tu familia y que le falta a la mía para que se la invisibilice?

Una persona dogmática o con estrechez de miras, podría responder que mi familia no entra en el modelo de familia natural o tradicional. Por lo tanto, al no ser una familia verdadera, constituida por un padre y una madre con hijos biológicos, mi modelo familiar homoparental -junto a los otros muchos modelos reconocidos social y jurídicamente- no merece ser incluido en la categoría “familia” del libros de texto de mi hijo.

Me preocupa que mi hijo no tenga referentes positivos, ni encuentre en los libros de texto, la escuela y en los docentes, herramientas de empoderamiento. Que se sienta excluido en el aula cuando hablen de un tema universal como es la familia. Que no entienda por qué en casa se le educa desde el respeto a la diferencia y su libro de texto solo refleja una realidad que debe aceptar como válida y única: papá y mamá inmaculados y felices, mamá  pone la mesa y papá llega del trabajo.  Y te preguntarás,¿qué hay de malo en esta imagen si es real en muchos hogares? Pues que es un estereotipo, una construcción de los roles de género y de lo que debe tener una familia normal.

Pero lo que sinceramente me asusta, es algo más complejo que voy a intentar desgranar en la siguiente reflexión. A través de la realidad sesgada que ilustran los libros de texto de mi hijo, sus compañeros y compañeras de clase, solo contarán con una prespectiva que les limita el espacio destinado para la imaginación y por lo tanto para la empatía.

Desde una imagen prefabricada nacen los motivos para justificar los insultos, las amenazas, el acoso y las agresiones. Desafortunadamente estamos familiarizados con el término bullyingNo eres normal, tú familia es antinatural o maricón, es del mismo calibre que: los musulmanes sois terroristas, sudaca de mierda y también: eres gorda y das asco o eres raro y no molas.

Si no educamos desde la inclusión y la tolerancia, si las herramientas que se utilizan en las aulas son sexistas, racistas u homófobas, estamos fomentando el miedo a lo diferente. El acoso escolar tiene su base en la exclusión, en definitiva en la falta de empatía con el semejante por el mero hecho de ser diferente.

Una persona con miedo a la diferencia puede llegar a creer que solo hay una verdad. Tenemos ejemplos cercanos y horribles del peligro que eso supone. Las ideologías que defienden una homogeneidad cultural y religiosa, pueden elaborar mecanismos de exclusión que se radicalicen en actos de agresividad con los que se hostiga al que es diferente, en expresiones de odio que no podemos permitir que se normalicen. (Contra el odio, Carolin Emcke, Ed. Taurus)

Y para entender por qué, presuntamente inocentes, los libros de textos no incluyen los diversos modelos familiares que representan la realidad de nuestra sociedad, acabo llegando al heteropatriarcado. Porque lo natural y los modelos tradicionales no cuestionan los privilegios del heteropatriarcado y porque la iglesia católica los defiende. No es casualidad que la mayoría de las editoriales de libros de texto estén estrechamente vinculadas a la iglesia católica. Pero no acaba aquí mi reflexión y crítica, creo que la responsabilidad es compartida con las instituciones y los gobiernos, con las estrategias de poder que quieren que nuestra sociedad tenga miedo a personas de otras religiones, miedo al extranjero, a personas LGTBQ  y entre esas amenazas, a los nuevos modelos familiares. Te aseguro que mis dos hijos con sus dos madres no somos ejemplares, pero tampoco una amenaza para tu familia. Ponemos la mesa, tenemos la suerte de trabajar, incluso somos muy felices,… como el modelo de familia que sale en la foto del libro de texto.

Fuente: https://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2017/08/28/que-hay-de-malo-libros-de-texto/

 

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