La educación popular, ¿cómo liberarla del pensamiento heterosexualizado?

Por Paúl Ibarra Collazo

La puesta en marcha de programas que favorezcan la educación popular como herramienta metodológica para la promoción de los derechos humanos es fundamental cuando el mensaje a divulgar intente generar cambios dentro del paradigma dominante. Si este proceso incluyente se ve permeado por un pensamiento alejado de los estigmas heterosexuales, tendrá la ventaja de, en primera instancia facilitar la visibilidad de las identidades sexuales diversas, en los que se fomente la educación integral en sexualidades como eje formativo transversal. En segundo término, este proceso integral, orientado al fomento de la educación integral en sexualidades permitirá el surgimiento de agentes emprendedores. Dichos agentes que habrán emergido dispondrán de herramientas teórico-prácticas para el cambio de comportamiento, el cual tiene como objetivo principal la reducción de la discriminación asociada a la manifestación de afectos y/o erotismo hacia personas que compartes sexo-género al de adscripción individual. Por otro lado, dispondrá de herramientas conceptuales para distinguir entre las identidades existentes.

En este caso, la educación popular funge un papel trascendente. Ya que el centro del proceso no es la generación de estructuras verticales de conocimiento que jerarquicen los saberes, sino más bien, encontrar la forma en la que el marco conceptual se vincule de manera clara y tangible a la praxis de la sexualidad con un enfoque en derechos humanos. De lo contrario, educar en derechos humanos desde una posición de poder, donde existe violencia y una estructura jerarquizada, heterosexual y misógina, limita las posibilidades de transmisión de conocimientos y apropiación de los derechos humanos como agentes emancipadores (Mujica, 2017).

Liberar a la pedagogía del pensamiento heterosexual, es una tarea ardua, compleja, pero que vale la pena intentar. Esto debido a que al momento de colocar a la persona como eje central del proceso educativo, vinculado con la cotidianidad del ser, deriva en procesos que afianzan las identidades individuales. Dichos procesos de afianzamiento promueven los principios constitucionales a la igualdad y no discriminación que favorecerán el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad como derecho fundamental reconocido en la normativa al tiempo que es legitimado por la comunidad al darle un sentido de unidad.

Partir de la premisa del reconocimiento de las diferencias, implica además que el aprendizaje significativo no sólo se interiorice de manera individual, sino además de manera colectiva a través de procesos de conciencia y desarrollo de actividades liberadoras (Mujica, 2017).

Apuntes sobre la pedagogía de la diversidad

Al hablar de la pedagogía de la diversidad, se hace referencia sobre la forma en la que se plantea intervenir a través de procesos educativos incluyentes. Esta pedagogía en específico privilegia el hecho de entender que las personas no se desarrollan de la misma manera, ya que existen factores contextuales que influirán en la forma en la que se aprende.

La diversidad se observa de manera paulatina en cualquier espacio educativo, ya que cada grupo de trabajo tendrá manifestaciones varias en el ámbito orgánico, que va desde las diferencias motoras, intelectuales, auditivas, visuales hasta aquellas que atienden a lo social, sexual, étnico (Sánchez Carreño, 2008). De esta manera, es posible determinar el grado de importancia de incorporar la pedagogía de la diversidad en los procesos educativos, ya que, en todo momento, quienes faciliten los procesos, se encontrarán con contextos múltiples. Por tal motivo el promover la vinculación de las diferencias, así como la promoción de espacios de diálogo libres de estigma y discriminación, permiten a las personas en procesos de aprendizaje, a desarrollar de una manera más consciente, actividades tendientes a la incorporación de mecanismos que para el desarrollo de espacios favorables libertarios y emancipadores.

Actualmente, la pedagogía de la diversidad se torna en un reto importante dentro del sistema educativo formal e informal. El mundo globalizado ha permitido a las personas a acceder a información a la que antes era complicado, lo que ha dado como resultado la circulación de símbolos y significados que nivel metalingüístico enriquecen las culturas, promueven intercambios e intensifican el desarrollo de identidades sociales diversas cada vez más libre, pero a la vez más cooptadas por el aparato estatal que privilegia el consumo.  

Fuente: http://laorquesta.mx/la-educacion-popular-liberarla-del-pensamiento-heterosexualizado-columna-paul-ibarra-collazo/

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