Los retos por venir

Por:  Manuel Navarro Weckmann

Para poder llevar a cabo un proceso de transformación, las más de un cuarto de millón de escuelas de educación básica en nuestro país requieren de una serie de insumos que les permitan fortalecer su actuar. Por ello, el gobierno que inicia en el mes de diciembre enfrentará retos muy importantes que deberá tomar en consideración para poder incidir y no perder más tiempo en políticas brillantes ante los medios de comunicación, pero sin contenido académico y con graves perjuicios laborales como lo hizo el gobierno en turno a lo largo de seis años.

En primera instancia y como factor más importante, está la formación docente de quienes ingresan al sistema, ya que no es posible que, con un solo examen, personas sin la preparación adecuada en el ámbito profesional tomen en sus manos a niñas y niños, principalmente de preescolar y primaria, por lo graves riesgos que ello implica. De igual manera es fundamental que exista un verdadero respaldo a la escuelas normales, se les dote de presupuesto suficiente y de espacios de autonomía para fortalecer su capacidad curricular, y que sean éstas, así como la Universidad Pedagógica Nacional, las únicas con posibilidades de formar a las y los futuros profesionales de la educación.

De igual manera, a la par del fortalecimiento de los contenidos académicos para el mejoramiento de la niñez y juventud nacional, se encuentra la separación de todos los aspectos laborales que se encuentran inmersos en la legislación educativa y que aquellos, se ubiquen, como siempre debió de haber sido, en lo que corresponde al contrato colectivo de trabajo con respeto al magisterio y sus derechos adquiridos con antelación.

La evaluación docente debe continuar, abarcar a las autoridades educativas, así como mejorar y diversificarse, a la par de establecerse como factor fundamental para la capacitación, desarrollando un sistema de mejoramiento del magisterio con una capacitación constante, gratuita y con la posibilidad real de crecimiento sin necesidad de tener que escalar en los puestos administrativos para mejorar salarialmente.

Finalmente, se hace necesario que lo que está en la legislación como letra muerta con referencia al reconocimiento profesional del magisterio se lleve a la práctica, para dejar en claro que, más allá de la condición de pobreza y desigualdad que se vive en nuestro país, así como los resultados educativos, la sociedad reconoce el papel de transformación y mejoramiento del magisterio nacional.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-retos-por-venir/

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Manuel Navarro Weckmann

Consultor en temas de liderazgo, educación, gerencia pública y política social.